10/10/08

TELEOLISQUEO



Menuda casualidad. Justo ayer, día en que John Lennon hubiera cumplido los 68 años, oigo en las noticias de Antena 3 que aunque sube el paro hay demanda de peluqueros caninos. ¿Verdad que es sorprendente?

Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca, dice que los seres humanos tenemos pelo en la cabeza porque así podemos hacer peinados, lo que fomenta la cohesión del grupo y la supervivencia. Peinar a un perro es, entonces, un ejemplo de antropocentrismo, es aplicar al can conductas humanas muy lejanas a su naturaleza y a lo que en definitiva es. No es, como puede parecer, un ejemplo de empatía de los hombres con sus perros, sino todo lo contrario. Los que piden peluqueros caninos son los dueños, no sus perros, aunque alguno habrá que realmente crea que cuando su perro ladra está diciendo “Rúper, te necesito”.

Vean si no: en Holanda hay una asociación de amantes de los animales que estos días anda recogiendo firmas para que la tele pública dedique un canal para los perros y otras mascotas. Así que hay personas que quieren tanto a su perro que piensan que a él tiene que gustarle ver la tele porque a ellas les encanta. No son comprensivas con los perros, quieren obligarles a que aguanten un tostón que ni les va ni les viene. Los humanos nos representamos el mundo con imágenes y nos gusta la tele, pero los perros se representan el mundo con olores y la tele no huele. Nosotros imaginamos otras realidades fabricando imágenes, los perros no imaginan (de “imagen”), en todo caso “oloran” (de “olor”). Seguro que preferirían un canal de teleolisqueo a uno de televisión: “Olora que no hay países, no es difícil de hacer, nadie por quien matar o morir, ni tampoco religión. Olora a todos los perros viviendo la vida en paz... Puedes decir que soy un soñador pero no soy el único”. ¡Ay, como se entere Yoko Ono!

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