31/8/12

COMO COLTRANE

Hola, ¿qué tal? Quisiera presentarme ante ustedes. Yo soy el saxofonista de “Sálvame”. Quizá no se hayan fijado en mí porque... bueno... no salgo mucho en el programa. Únicamente me enfocan unos seis o siete segundos a la vuelta de cada bloque de publicidad, mientras toco una o dos frases de ambientación junto a un teclista. Y luego llega Paz Padilla y empieza a alabar las cualidades termoviscosas de un colchón, y Rosa Benito se marcha llorando del plató porque se acaba de enterar que su marido la abandona, y Mila Ximénez se pone a discutir con Matamoros sobre unas fotos de Chelo García Cortés en un barco con Sofía Mazagatos, y luego anuncian unos premios de mil euros llamando a un número o enviando un mensaje. Y luego vienen otros veinte minutos de publicidad. Vamos, que yo salgo unos diez segundos cada cincuenta minutos.

Y por eso temo que la gente se pueda hacer una idea equivocada de mí. He pedido a Antonio Rico que me ceda este espacio para dejar claro que a mí lo que me gusta de verdad es John Coltrane. Es el de la foto. “A love supreme” es mi disco de cabecera. No hay día que no lo escuche. Pero me gusta también todo el hard bop y el free jazz en general. Adoro a Miles Davis. Y el jazz clásico. Os aseguro que tengo la mitad del catálogo de Blue Note en casa. Pero sobre todo Trane. Y yo empecé a estudiar saxo y a hacer mis pinitos como saxofonista para parecerme a Trane. Me salió esto de “Sálvame”. Son sólo clips de ocho segundos, pero nos dejan tocar lo que queramos. Sólo insisten en que sonriamos a las cámaras. Yo a veces intento meter alguna escala de be-bop, pero, claro, en ocho segundos... Es difícil sonreír al tocar el saxo. Hay que soplar muy fuerte.

En esta vida es importante no renunciar nunca a tus sueños. En “Sálvame” son todos encantadores y supermajos. Hay un ambiente verdaderamente agradable. A mí me gustaría llegar a ser algún día una estrella del free jazz. Como Coltrane. A lo mejor este trabajo me abre puertas para conseguirlo. Una vez me dijo Kiko Hernández que yo tocaba muy bien el saxo.

30/8/12

RADIOCINCO


Telecinco ha presentado estos días “La voz”, una de sus grandes apuestas para la temporada que se nos viene encima. Se trata de un talent show, hijo de “Operación Triunfo” o “El número 1”, en donde la mutación que le distingue de sus padres tiene que ver con el hecho de que el jurado que juzga a los participantes no les ve en sus carnes mortales, sino que sólo llega a escuchar sus voces y ha de valorar de esa manera las aptitudes de los interfectos como cantantes. La idea es magnífica: el mundo de la canción popular y comercial sufre desde hace décadas la asfixiante presión de la imagen, de forma que grandes voces carecen de oportunidades debido a sus aspectos visuales mientras que voces de chicha y nabo llegan a llegar lejos justamente por sus atractivos físicos. ¿Por qué no hacer entonces un concurso de talentos vocales en donde lo único importante sea estrictamente la voz?

La idea es magnífica, insisto. Y lo sería todavía más si Telecinco se atreviera a llevarla hasta sus últimas consecuencias. Empecemos: el jurado está formado por Melendi, Malú, Rosario y Bisbal; si lo fundamental de un jurado son sus juicios, ¿hay alguna necesidad de tener que tolerar esas cuatro jetas en pantalla cuando podían hacer igualmente su función de espaldas o detrás de un biombo sacando por arriba un cartelín con la puntuación que otorgan a cada candidato? Si no vamos a ver la cara de los concursantes ¿por qué hay que ver la de Melendi o Bisbal? ¿Y el presentador? ¡Jesús Vázquez! Magnífico profesional cuya estupenda voz podría guiar todo el espacio en off sin obligar al casi teleinvidente a vérselas con tan fibrosa máscara.

Si “La voz” se centra exclusivamente en la voz, fuera entonces el público, la iluminación del escenario, las cortinillas o los vídeos de presentación. Si “La voz” se centra exclusivamente en la voz, convirtamos “La voz” en un programa de radio, y, ya puestos, hagamos lo propio con “Sálvame”, MYHYV, “El gran debate”. Telecinco reconvertida en Radiocinco. Que empiecen a cantar.

29/8/12

LA MEJOR PELÍCULA DE LA HISTORIA DEL CINE


No sé si se han fijado, pero cada uno de los seis últimos días TCM ha emitido una película que podría ser considerada la mejor película de la historia del cine. El miércoles fue “Ben-Hur”; ¿es “Ben-Hur” la mejor película de la historia del cine? seguramente no, pero si alguien defendiera esa postura nadie podría acusarle de estar defendiendo una barbaridad. El jueves fue “El apartamento”; puedo aceptar que no se trata de la mejor película de la historia del cine, pero estoy terminando una investigación, -que me toma a mí como sujeto experimental-, que va a demostrar que ninguna otra película puede ser vista cientos de veces sin que descienda una milésima su capacidad de encanto y fascinación. El viernes fue “La leyenda del indomable”; nos enseñó que a veces trae suerte que te salgan malas cartas, y además nos lo enseñó Paul Newman en su mejor momento, ¿hace falta más para poder valorarla como la mejor película de la historia del cine?. El sábado fue “Días de vino y rosas”; exijo seriedad al hablar de esta película: podríamos discutir si estamos ante la mejor película de la historia del cine, pero no podríamos discutir si estamos ante la mejor actuación de la historia del cine porque el debate se terminaría muy rápidamente en cuanto viéramos a Jack Lemmon en cualquier secuencia. El domingo fue “Charada”; ¿la mejor trama de enredo policíaco de la historia del cine basta para entrar en la competición por el título de mejor película de la historia del cine?. Y el lunes fue “Un americano en París”; si piensan que Gene Kelly es un actor trasnochado y encorsetado se equivocan; si piensan que esta película no les va a gustar porque a ustedes no les gustan los musicales se equivocan; si piensan que ésta es la mejor película de la historia del cine quizá se equivocan y quizá no.

Podemos discutir cuál es la mejor película de la historia del cine, pero no podemos discutir cuál es la mejor cadena de televisión de la historia del cine. Se llama TCM y mañana emitirá alguna película que podría ser la mejor película de la historia del cine.

28/8/12

SÁNCHEZ GORDILLO EN LOS SIETE REINOS

Esta columna no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de una chica de 16 años.

Me propongo desvelar el final de la temporada de “Juego de tronos” cuyos últimos capítulos emite Antena 3 hoy. No sigan leyendo aquellos lectores que quieran descubrir el desenlace de la T1 esta noche en su televisor, -es mentira, no voy a desvelar nada, pueden ustedes seguir leyendo tranquilamente; esto no es más que un recurso retórico para presentar la tontería de hoy-. Sé que todos ustedes están siguiendo minuciosamente las peripecias de los Stark, los Lannister, los Targaryen, que saben que Joffrey no es hijo de Robert Baratheon sino de Jaime Lannister, que confían en que Daenerys pueda llegar a Poniente junto a su amado Khal Drogo, que desean todos los males del mundo a la pérfida Cersei y en el fondo les cae bien su fascinante hermano Tyrion.

Pues bien, en los episodios de “Juego de Tronos” de hoy un inesperado acontecimiento va a sorprender a todos los protagonistas: mientras Ned Stark se pudre en las mazmorras y Jon Nieve tirita al lado del Lord Comandante, el proletariado de los Siete Reinos de Poniente adquiere conciencia de clase y comienza la revolución. La clase obrera de Desembarco del Rey e Invernalia, harta del régimen protofeudal bajo el que viven, se levanta para hacerse con la posesión de los medios de producción y fundar una república socialista. En ese momento llegan hasta Poniente Sánchez Gordillo y una cuadrilla de jornaleros andaluces, que ocupan el castillo desde el que gobierna Joffrey y, en unión con el proletariado local, deciden asambleariamente aplicar a los Siete Reinos el modelo que lleva funcionando tantas décadas en Marinaleda. Pero previamente agarran a Robert, a Ned Stark, a Meñique, a Cersei y al resto de personajes y los mandan a tomar por culo, del primero al último, no sin antes dejarles claro que son todos, tanto los “buenos” como los “malos”, unos fachas de mil pares de pelotas y que ya somos mayorcitos para vivir en un mundo de Casas, cada una con su blasón, su lema y su territorio.

No termina así la T1 de “Juego de tronos”, no. Pero no me digan, ay, que no sería maravilloso...

27/8/12

BLACK TECHNOLOGY


Usted puede hacer dos cosas. En primer lugar, puede cursar durante un par de años un máster en “Impacto de las nuevas tecnologías sobre las estructuras sociales”, además de ver unas doscientas horas de documentales sobre el mundo actual, leer vorazmente la obra completa de Eva Illouz y otros diez grandes estudiosos de la intimidad moderna, vivir dos años en Londres y asistir a todos los congresos que durante esta década traten sobre televisión, redes sociales, nueva política e individualismo. Y en segundo lugar, puede usted ver hoy en Cuatro a las 22:30 el primer capítulo de “Black mirror”. Ambas opciones son semejantes en cuanto a sus resultados. En “Black mirror” se practica tanta psicología, sociología, teoría de la comunicación y politología moderna como la que se recita en todos los elementos de la primera opción.

La temporada pasada Charlie Brooker creó para el canal público británico Channel 4 una miniserie con tres historias completamente independientes de ¿ciencia-ficción?, a la que llamó “Black mirror”. Trata sobre el lado podrido, los pozos negros de las nuevas tecnologías, y suponen tres cañonazos, -el primero mucho mejor que los otros dos-, tres sirenas de alarma resonando sobre el mundo rico, que convierten a los jinetes del Apocalipsis en moscas de verano. Ya pudimos ver “Black mirror” en España en la televisión de pago, pero su llegada hoy a la televisión generalista en abierto es una ocasión magnífica para que todos, especialmente aquéllos que no son nativos digitales ni están en la vanguardia de la tecnología, nos hagamos media idea sobre lo que ocurre bajo nuestros pies mientras comemos palomitas viendo “Prometheus”.

Hoy Cuatro nos ofrece el mejor documental, el mejor programa de debate, el mejor informativo que se puede ver en el Primer Mundo durante 2012. Es un capítulo de una serie de ficción. Pero tiene menos ficción que la mayoría de los documentales, los programas de debate y los informativos que solemos ver.

26/8/12

EL BOSÓN DE JORGE JAVIER


Propongo que se construya en las inmediaciones de Telecinco un Gran Colisionador de Telebasura. Como es sabido, lleva ya unos años funcionando en las cercanías de Ginebra el Gran Colisionador de Hadrones, un túnel de veintisiete kilómetros de largo, a varios cientos de metros de profundidad, a través del cual se lanzan en sentidos opuestos haces de protones para hacerlos chocar y registrar las subpartículas y las energías que se originan en tales colisiones. De esta manera se pueden recrear algunas de las condiciones que tuvieron lugar en los primeros microsegundos de nuestro universo y se podría detectar el popularizado “bosón de Higgs”, responsable de la carga de materia que tienen las partículas elementales.

Pues bien, el Gran Colisionador de Telebasura tendría una lógica semejante. Veintisiete kilómetros de largo, cien metros bajo tierra, lanzando al 99,99% de la velocidad de la luz y casi al cero absoluto de temperatura la historia de la crisis matrimonial de Rosa Benito y, en sentido opuesto, los problemas de pareja de Belén Esteban. El GCT tendría algunos problemas añadidos que no posee el GCH, ya que los tamaños de las historias de Benito y Esteban son menores que los tamaños de los protones. Pero si “Deluxe” consiguió vencer en la noche del viernes no debería tener problemas paramétricos de este tipo. La colisión entre las nanopartículas de Rosa Benito y las nanopartículas de Belén Esteban provocaría la aparición de componentes de la materia de los programas del corazón aun más elementales, con seguridad implicados en el inicio mismo de la telebasura, reproduciendo las condiciones originarias en las que apareció este fenómeno. Los físicos televisivos, que llevan décadas especulando sobre la existencia de un “bosón de Jorge Javier” que dotase de audiencia a programas completamente vacíos como "Deluxe", podrían confirmar empíricamente sus modelos teóricos, y, con un poco de suerte, el Gran Colisionador de Telebasura provocaría la aparición de un agujero negro que devoraría toda esta mierda de programas y, ya puestos, a Telecinco en su conjunto.

25/8/12

ALFOMBRA

Mientras se cepillaba los dientes Jordi González se quedó ausente durante unos segundos mirándose en el espejo. Había sido una jornada de mucho trabajo y debía dormir bien porque al día siguiente le esperaba otra dura sesión de grabaciones. Escupió. Y al incorporarse se fijó en que justo desde ese punto de vista se reflejaba, a través de la puerta abierta del baño, una esquina de la alfombra del salón. Cada día le gustaba menos esa alfombra. De hecho, nunca le había llegado a gustar del todo. Durante su último viaje a Nueva York había visto la alfombra perfecta. Tenía unos marrones perfectos. El marrón exacto que a él le gustaba. Es curioso, era la segunda vez que en pocas horas recordaba aquel color. Al comienzo de la tarde habían estado grabando un “Más allá de la vida”. Anne Germain usaba sus trucos habituales para hacer creer a unos padres que hablaba con un hijo pequeño de ellos que había muerto de cáncer hacía cinco años. Aquellos padres lloraban sin parar. “Veo un ser pequeño que os sonríe desde un mundo espiritual”. “Fuiste el mejor padre del mundo y mi mejor amigo”. Y, de pronto, detrás de los padres, en la tercera fila, una mujer llevaba una blusa con la misma gama de marrones de la alfombra que vio en Nueva York. De hecho, casi se despistó al traducir la frase “el niño se fue rápido y no sufrió” por lo mucho que se estaba fijando en la mujer de la tercera fila. Lo disimuló bien. Últimamente notaba algún problema de concentración en el trabajo. Escupió.

Se metió en la cama. Esa almohada era verdaderamente cómoda. Le gustaba el sabor que le dejaba en la boca esa pasta de dientes. A Anne Germain le huele el aliento. Aquellos padres lloraban sin parar. La madre se preguntaba con la voz estrangulada si no habría sido posible hacer algo más para salvar la vida de su hijo. Esa mujer de la tercera fila. El color marrón de la blusa de la mujer de la tercera fila. Mañana tenía que hablar con Maica, que lo controla todo sobre las compras en Nueva York. Se quedó plácidamente dormido.

24/8/12

CLAN BOYS Y CLAN GIRLS

El Gobierno desdoblará Clan, el canal infantil de Radio Televisión Española, para dar lugar a dos canales diferentes que pasarán a llamarse Clan Boys y Clan Girls, destinados respectivamente a los niños y a las niñas. La medida ha sido anunciada por Jose Ignacio Wert, ministro de Educación, en la misma rueda de prensa en la que comentó las recientes sentencias del Tribunal Supremo en donde se rechaza la posibilidad de establecer o renovar acuerdos con aquellos colegios que practican la segregación por sexos. “El ente público de RTVE posee un canal destinado específicamente a la infancia, y el Gobierno no puede sustraerse a la importante dimensión educativa que este canal incorpora. Recientes estudios avalan que los jóvenes aprovechan mejor sus periodos delante del televisor si están separados por sexos, si los chicos se juntan entre ellos para ver determinados programas de dibujos animados mientras que las chicas hacen lo propio con sus series favoritas”, declaró Wert, que se encontraba flanqueado por el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, y José Ignacio Wert, ministro de Deporte.

“Segregar no es discriminar”, añadió en respuesta a algunas preguntas realizadas por los periodistas presentes apoyándose con los codos sobre la mesa, “y un reciente informe de la Unesco avala esta postura. No cabe duda de que chicos y chicas muestran innegables diferencias en su desarrollo madurativo y en sus necesidades audiovisuales. La televisión pública ha de dar respuesta a esta pluralidad siendo sensible a las condiciones masculinas y femeninas de sus espectadores más jóvenes. Quizá no podamos seguir pagando con dinero de todos a los colegios que separan en aulas diferentes a los niños de las niñas, pero nada nos puede impedir emitir ‘Batman’ y ‘Dora, la exploradora’ en canales diferentes. ‘Pokemon’ y ‘El pequeño reino de Ben y Holly’ no volverán a verse en la misma cadena”. La CONCAPE (Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Espectadores) ha mostrado su apoyo a las palabras del ministro.

23/8/12

AND NO RELIGION TOO



La televisión es como el cerebro de los mamíferos. Y el cerebro de los mamíferos es como una extraña máquina en donde cada actualización, cada pieza nueva se añadiera a los prototipos viejos sin reemplazarlos. Como si el teléfono móvil que usted lleva tuviera en su interior un teléfono móvil de 1990. Como si su coche se hubiera construido alrededor de los coches de 1910 que vemos en los cortos de Chaplin. Usted, lector cuya mamifericidad supongo, está dotado de un cerebro con unas capas superiores llamativamente desarrolladas, propias del primate superior que es; pero dentro de ellas se encuentran estructuras que caracterizan a los mamíferos menos evolucionados; y debajo de éstas se halla el cerebro reptiliano, arcaico y reactivo como un abertzale. Todos llevamos un reptil dentro, no sólo el doctor Curt Connors, -coño, el entrañable Lagarto, archienemigo de Spiderman, tan mal retratado en la última y fallida película de la saga-.

Pues con la tele pasa lo mismo. El evento más evolucionado de la historia de la televisión tuvo lugar fugazmente durante la Ceremonia de Clausura de estos JJ.OO. cuando el planeta entero coreó el “Imagine” de John Lennon. Contuve la respiración a medida que se acercaba el verso en el que se defiende un mundo sin religiones, seguro de que iban a cortar el clip antes de ese momento. Confieso que me emocioné al escuchar el “and no religion too” y sentí un leve orgullo de mi condición de occidental que rápidamente ahogué con cinismo. Jamás en la historia de los medios de comunicación se había difundido tan potentemente una opinión atea. Pero a los pocos días volví a encontrarme con las capas más primitivas del cerebro televisivo: el “Espejo Público” del verano cubre ampliamente la muerte de una mujer trastornada que aseguraba ver a la Virgen en El Escorial; La Siete emite, emite y vuelve a emitir “Más allá de la vida”, epítome de la basura supersticiosa televisiva. El neocórtex y el cerebro reptiliano controlando simultáneamente el sistema nervioso de la TDT. ¿También en la tele hay neuronas espejo, Punset?

22/8/12

ELOGIO DEL TRÁILER



“E.T.” trata sobre el desamparo y la amistad. “Annie Hall” trata sobre las dificultades de las relaciones de pareja en una gran ciudad. Si su vida, adorado lector, fuera una película, ¿sobre qué trataría? ¿Cuál sería su título? Si usted muriese en este justo momento, ¿cuál sería la lista de personajes protagonistas que comenzarían a aparecer en el scroll de la pantalla? ¿Y en qué orden saldrían? Dicen que justo antes de morir toda la vida de una persona pasa por delante de sus ojos, pero no es verdad: lo que pasa delante de los ojos de la persona moribunda es el tráiler de la película de su vida. ¿Y cuál es la relación que existe entre el tráiler y la película? Toda, como la que existe entre el abstract de una publicación científica y su texto. Ninguna, como la que existe entre las fotos que subimos a nuestro facebook y nuestra verdadera vida.

Está todavía por hacer una teoría general sobre los tráileres, un género sofisticado, infravalorado, dotado de un lenguaje, una artesanía y unos subgéneros propios, al que todavía no se le ha otorgado su justo reconocimiento. Y ahora, justo al final de agosto, es el momento de hacerlo, porque septiembre marca el regreso de las nuevas temporadas de las series triunfadoras del año pasado y durante esta semana la red se inunda de brillantisimos tráileres de todo lo que se avecina. Ya podemos ver el avance de la T7 de “Dexter”, de la T3 de “Downtown Abbey”, de la T3 de “Boardwalk Empire”, de la T4 de “Glee” y de la T9 de “Anatomía de Grey”. Y sobretodo, ya podemos ver minutazo y medio de imágenes escalofriantemente montadas sobre la segunda temporada de “Homeland”, la mejor ficción en lo que llevamos de siglo. Sabemos que Carrie Mathison se va a infiltrar en algún país de Oriente Medio bajo otra identidad; sabemos que Nicholas Brody va a estar cubierto de sangre en algún momento de la trama. Sabemos mucho sin saber nada y nos entran ganas de saber más. Como ocurre cuando consultamos el facebook de alguien a quien queremos conocer. Como siempre consiguen los buenos tráileres. Como supongo que ocurrirá justo antes de morir.

21/8/12

EL PRECIO DE CLEOPATRA

Me encanta el Marco Antonio interpretado por Charlton Heston en los primeros minutos de “Marco Antonio y Cleopatra” (DCine español), recostado sobre la reina de Egipto, adornado con collares y pendientes y dispuesto a que Roma se hunda en el Tíber antes que abandonar a Cleopatra. “Lo único que vale en la vida es el amor”, dice Marco Antonio. No mucho tiempo después, Antonio y Cleopatra irán a la guerra contra Octavio y terminarán suicidándose tras la derrota en la batalla naval de Accio. Resulta que a Marco Antonio le importaba más el poder y la gloria que el amor. Prefirió la guerra al lecho de Cleopatra.

Me acordé de Marco Antonio al ver un par de capítulos de “¿Quién da más”? (Canal Historia), esa espeluznante serie en la que unos buitres vestidos como mamarrachos acuden a subastas de trasteros abandonados o que no están al corriente de los pagos en busca de piezas que puedan vender por un buen precio. Barry, Jarrod o Dave no aman los objetos que compran y no ven los trasteros que se esconden tras los candados como lugares donde pasar una noche de amor con Cleopatra. Barry, Jarrod o Dave sólo intentan joderse unos a otros y ganar muchos dólares con preciosas acuarelas olvidadas que no aman, delicados armarios no reclamados que no les dicen nada o tiernos relojes de cuco a los que odian porque están rotos. Barry desprecia un objeto si es “antiguo pero sin valor” y ninguno de los buitres de “¿Quién da más?” busca el amor de Cleopatra, sino el precio del objeto. Unos dibujos de Picasso encontrados en un guardamuebles serán violados por los buitres y Roma no se hundirá en el Tíber.

Dedicarse a la búsqueda de objetos no es como contemplar las estrellas. Para calibrar el valor de un montón de trastos es necesario un buen ojo, al igual que para contemplar el firmamento sólo necesitamos el ojo desnudo. Pero en “¿Quién da más?” sólo importa el dinero que hay detrás del objeto, mientras que los que miran el cielo disfrutan sin más identificando las constelaciones de Orión o a la Osa Mayor. El amor a la Osa Mayor es como el amor del primer Marco Antonio a Cleopatra. El amor a un dibujo de Picasso olvidado tiene un precio.

20/8/12

HERÓDOTO CERCANO


La maravillosa serie documental “Paraísos cercanos” (La 2) nos lleva gratis a sitios como Johannesburgo o Pretoria, en Sudáfrica. Puede que Johannesburgo y Pretoria no sean exactamente unos paraísos (no lo es el barrio financiero de Johannesburgo, ni el sueño blanco que construyó Pretoria), pero desde luego no son paraísos cercanos porque Sudáfrica está lejísimos de los espectadores de La 2. ¿Hay que cambiar el nombre de “Paraísos cercanos” por “Lugares lejanos” y poder así viajar cómodamente sentados en el sofá sin sufrir incomodidades nominalistas? Creo que no.
           
Lo que hace del distrito financiero de Johannesburgo o del sueño racista que levantó Pretoria un paraíso es lo mismo que hace que un país tan lejano para nosotros como Sudáfrica se convierta en un lugar cercano. Me refiero a la curiosidad. La curiosidad, las ganas de saber, el interés por los otros, por lo diferente, por lo extraño, por lo que no entendemos. “Paraísos cercanos” es un nuevo Heródoto, el historiador griego nacido en Halicarnaso que fue el primero no en describir los hechos, sino en intentar comprender sus causas. Heródoto fue un hombre curioso que se interesó por las costumbres, dioses, formas de gobierno, maneras de vestir y todo lo que usted pueda imaginar de pueblos tan culturalmente alejados de los griegos como el persa o tan extraños como el egipcio, esos tipos que levantaron enormes pirámides de piedra. Leer los libros de la “Historia” de Heródoto es como ver “Paraísos cercanos” en La 2. Heródoto es capaz de hablarnos de los persas o de los egipcios con la misma curiosidad y suavidad con que “Paraísos cercanos” nos acerca a Johannesburgo y Pretoria. Sólo la curiosidad y las ganas de entender a los demás pueden hacer de un distrito financiero un paraíso y de un país lejanísimo un lugar cercano.
            
Es cierto que Sudáfrica es un paraíso cercano para los españoles desde que Iniesta metió aquel gol a Holanda que nos hizo campeones del mundo de fútbol, pero hasta que llegue el Mundial de Brasil siempre nos quedará “Paraísos cercanos”. Entre Heródoto, el fútbol y los documentales de “Paraísos cercanos” todo el mundo es un paraíso cercano. Aunque Sudáfrica a veces parezca un infierno muy lejano.

19/8/12

FÚTBOL Y ARROZ CON LECHE

Los locos de las series siempre vemos los viejos capítulos de “Frasier”, “Friends” o “The Wire” como si fuera la segunda vez. Las cosas buenas de la vida son así. La primera vez que se prueba el arroz con leche, que se ve “Casablanca” o que se escucha el “Get back” de los “Beatles” es la primera vez, y eso es inolvidable. Pero, a partir de ahí, cada cucharada de arroz con leche que explota en la boca, cada palabra de Rick que nos llena el corazón y cada nota de “Get back” que nos devuelve a una azotea de Londres son siempre la segunda vez. No la tercera, o la sexta, o la vigésimo quinta. Siempre la segunda. En cambio, los locos del fútbol vemos los viejos partidos (aunque sean los partidos de la temporada pasada) de la Liga de Campeones o del campeonato de Liga siempre como si fuera la primera vez.

Los culés sabemos que el Barça no ganará al Madrid en el Camp Nou y, sin embargo, cuando Ronaldo recibe el balón y se queda solo antes Valdés todavía esperamos que el portero azulgrana haga la parada de su vida. Y no. Los madridistas ven a su equipo jugar la semifinal de la Liga de Campeones en el Bernabeu contra el Bayer de Munich y, aunque saben que la Décima tendrá que esperar, confían en que Ronaldo y Sergio Ramos no fallen sus penaltis. Pero fallan. Lo que hace diferente al fútbol, lo que hace grande a este deporte, es que la emoción de un partido no se pierde con el tiempo. Esperamos un agudo comentario de Frasier Crane o una réplica genial de Chandler y, cuando se producen, nos reímos como si fuera la segunda vez que escuchamos ese comentario y esa réplica. Valdés es batido por Ronaldo en el Camp Nou siempre por primera vez. En el último capítulo de la segunda temporada  de “The Wire”, alguien se burla de los apellidos griegos y el detective McNulty lo corta diciendo que los griegos “crearon la civilización”, pero su compañero “Bunk” Moreland añade: “Y dar por el culo, también”. Este rudo diálogo de “The Wire” se escucha siempre por segunda vez, pero cada vez que Ramos falla su penalti lo hace por primera vez.
            
Siempre por primera vez o siempre por segunda vez. Esa es la diferencia entre un partido de fútbol y el arroz con leche.

18/8/12

EL GLADIADOR CONTRA STERLING COOPER

Hasta hace poco, creía que lo peor de la estupenda película “Gladiator” no es que cometa errores históricos del tamaño de Hispania, sino el título. Una película no es un documental, así que si al guionista de “Gladiator” le apetece que Cómodo asesine a Marco Aurelio, pues vale. La historia, a diferencia de las leyes de la termodinámica, es muy cinematográfica. Otra cosa, me parecía, es el título. ¿Por qué “Gladiator”, y no “La venganza del gladiador” o “Un gladiador contra Roma”? Las viejas películas “de romanos” tenían títulos tan entrañables como “La venganza de Hércules” o “Hércules contra el tirano de Babilonia”. ¿Por qué el título de “Gladiator” es tan soso?

Hasta hace poco, creía que lo peor de la estupenda serie “Mad men” no es que gire alrededor del competitivo y marciano mundo de la publicidad de los años 60 del pasado siglo, sino el título. Es cierto que muchos de los hombres y mujeres que trabajan en la agencia Sterling Cooper, Draper & Price no son precisamente santos, y que Don Draper, por muy encantador que nos parezca, está tan lejos de san Francisco de Asís como Manolo Escobar lo está de los “Sex Pistols”. Pero, ¿por qué “Mad Men” y no un título más barroco, más del estilo “Mujeres desesperadas” o “Cómo conocí a vuestra madre”? Por la misma razón por la que James Bond se llama James y se apellida Bond. Cuando Ian Fleming, el creador del agente 007 con licencia para matar, buscaba un nombre para su héroe, sabía que debía ser breve, carente de romanticismo, anglosajón y muy masculino. El nombre elegido fue Bond, James Bond. Acierto total “Gladiator” y “Mad men” son títulos que habrían gustado a Ian Fleming porque son breves, carentes de romanticismo, anglosajones y muy masculinos, como James Bond. Ahora entiendo que Máximo, ese agente secreto incrustado en el corazón de Roma, protagonice “Gladiator”. Ahora entiendo que Don Draper, ese agente público incrustado en el corazón del capitalismo, protagonice “Mad men”. Pero que conste que echo de menos títulos como “El gladiador invencible contra el director creativo de Sterling, Cooper, Draper & Price”.

17/8/12

CHARLIE, MICK Y ERROL


El documental “Charlie Sheen: al borde del precipicio” (Bio) pretende analizar a un actor (Charlie Sheen) que se ha convertido en un personaje (Charlie Harper, el protagonista de la serie “Dos hombres y medio”); a un tipo que ha estado de juerga desde 1980; a un maduro gracioso que deja de serlo cuando sabe que esperamos que sea gracioso; a un hombre que, como alguien dice en el documental, sólo puede terminar en la cárcel, en el hospital o muerto; a un chico malo con problemas con el alcohol, con las drogas, con el productor Chuck Lorre, con sus exesposas y con el sexo. Pero “Charlie Sheen: al borde del precipicio” no consigue acercarnos al actor, al personaje, al tipo, al maduro, al hombre ni al chico malo. Los que sentimos debilidad por Charlie Sheen preferimos echar un vistazo en TNT a los viejos capítulos de “Dos hombres y medio”.

En el documental podemos escuchar cosas terribles como que Charlie Sheen puede acabar como Michael Jackson, y no se ahorran al espectador imágenes patéticas de Charlie en Internet. Bueno. No todos pueden pasar del sexo, drogas y rock & roll a ser investido caballero de la Orden del Imperio Británico en el palacio de Buckingham, como su majestad satánica Mick Jagger. Charlie nunca será un caballero porque el sexo con prostitutas, el alcohol y la televisión le llevarán antes a la cárcel, al hospital o la tumba. O a la ruina. Charlie vende camisetas “oficiales” en la red, larga sermones absurdos que son escuchados por amigos y enemigos con la misma cara de pasmo y tiene muchos más seguidores en twitter que cualquier político modernillo, pero seguro que no tendrá el mal gusto de morir rico. El actor Errol Flynn dijo que cualquier hombre al que a la hora de la muerte le sobren diez mil dólares es un fracasado, y Charlie Sheen no está dispuesto a morir siendo un fracasado. Por cierto, dice la leyenda que Errol Flynn tocaba el piano con el pene, así que no sería extraño que Charlie muera arruinado mientras toca el piano con once partes de su cuerpo.

Larga vida al pene de Charlie.

16/8/12

LA PIÑA Y EL MECHERO


Supongo que los que nos gustaría vivir en una piña debajo del mar, como Bob Esponja, o incluso los que somos capaces de disfrutar con los viejos capítulos de “MacGyver” (Nitro) en una mañana soleada de agosto, no estamos preparados para la vida moderna. A lo mejor es por eso, porque nos gustan las piñas debajo del mar y los trucos imposibles de MacGyver, por lo que algunos no soportamos esos canales de economía y finanzas como CNBC o Bloomberg que nos torturan 24 horas al día con esa metafísica económica disfrazada de física. En CNBC y Bloomberg salen señores y señoras muy bien vestidos que hablan como si estuvieran en el balcón de la basílica de San Pedro en el Vaticano, mientras por la parte inferior de la pantalla pasan muy rápido datos y datos rarísimos que sólo entienden quienes no conciben la vida en una piña debajo del mar. Si hay que elegir entre Bob Esponja y CNBC  o entre MacGyver y Bloomberg, yo me quedo con la piña y el mechero. Soy un perdedor.

Si José Manuel Gordillo, el alcalde de Marinaleda, quiere de verdad hacer algo útil, debería dejar de participar en saqueos a supermercados (que en el fondo no dejan de ser simbólicos) y concentrarse en atacar CNBC y Bloomberg en plan “V de Vendetta”. No hace falta poner bombas, ni arrojar un pastel a la cara de un señor bien vestido que dice cosas que desconcertarían a Hegel, ni pintar de rojo el plató, ni borrar con aerosol esos absurdos gráficos de colores. Qué va. Nuestro “V de Vendetta” oculto tras una máscara de José Manuel Gordillo podría hacer que CNBC y Bloomberg emitieran el fragmento de la película de Charles Chaplin “El gran dictador” en el que Astolfo Hynkel se entera de que los obreros de una fábrica quieren ponerse en huelga y decide que los fusilen a todos y que, a la vez, no se pare la producción. ¿No es esto lo que está pasando, amigos de CNBC y Bloomberg? ¿No quieren recortar, fusilar los derechos de los trabajadores del mundo y, a la vez, que no se pare la producción? ¿No son los mercados tan obtusos como Astolfo Hynkel?

Dicho esto, vuelvo a mi piña debajo del mar a ver un capítulo de MacGyver.

15/8/12

EL FONDO DEL PUCHERO

Los viejos tebeos de “Hazañas bélicas” eran realistas, en la medida en que un tebeo puede mostrar el horror de la guerra, y muy emocionantes. Los primeros minutos de “Salvar al soldado Ryan” son realistas, en la media en que una película puede mostrar el espanto bélico, y muy emocionantes. El documental “Hiroshima tras la bomba” (Canal National Geographic) es realista y emocionante. Punto.

Hiroshima, 6 de agosto de 1945, ocho y cuarto de la mañana. En menos de diez segundos, la bomba atómica “Little Boy” arrasa la ciudad. Miles de muertos. Los supervivientes de aquél horror dicen que, de repente, todo se volvió blanco. Los tripulantes del B-29 “Enola Gay” hicieron bien su trabajo. El presidente Truman consiguió, después de que una segunda bomba atómica fulminara Nagasaki, la rendición del Imperio del Japón. A falta de un dios, la historia le juzgará. Pero “Hiroshima tras la bomba” deja de lado a Truman y a los científicos que construyeron la bomba atómica y se concentra en los testimonios de los supervivientes y, sobre todo, en las terribles consecuencias provocadas por “Little Boy”. Tras el fin de la guerra, por orden de Truman, un equipo de investigadores llegó a Hiroshima para estudiar sobre el terreno los efectos de la bomba atómica y elaborar un informe. Un informe. Los analistas hicieron un informe lleno de cifras, datos, mediciones, fotografías. El objetivo era conocer el alcance de la nueva bomba. Las víctimas se convirtieron en números, los heridos en objetos de estudio, y las ruinas de Hiroshima en un laboratorio. En el momento de la muerte es cuando se ve el fondo del puchero, decía Montaigne. En ese momento somos los que somos, ni más ni menos. En el momento de Hiroshima, que es el momento de la muerte, los vencedores hacían informes. Esos informes no se convirtieron en un argumento para la paz, como pretendía uno de los investigadores, sino en la radiografía del ensayo general de una forma de entender el mundo, la política, la historia y la guerra.
            
La ciudad en ruinas y sólo se les ocurrió hacer un informe. El fondo del puchero en Hiroshima da ganas de llorar.

14/8/12

EL LADO BUENO DE LA VIDA


Grandes sorpresas en la ceremonia-fiesta de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres. El mundo cantó “Imagine” con John Lennon y se divirtió siguiendo el juego a Freddie Mercury. Volvieron las “Spice Girls”, en cinco taxis. Desfilaron las “top models”, navegó Annie Lennox y se homenajeó a “The Who”, “Pink Floyd”, David Bowie y los “Bee Gees”. Cantó George MichaelEric Idle, de los “Monty Python”, cantó “Mira siempre el lado bueno de la vida”, y a todos nos entraron una ganas tremendas de silbar y de ver otra vez “La vida de Brian”. Antes de los discursos, se izó la bandera de Grecia, en homenaje a los inventores de los Juegos Olímpicos. Y, en ese momento, apareció la reina de Inglaterra, acompañada de Sean Connery vestido de James Bond. Saludó con la mano, se puso las gafas, sonrió y pronunció uno de los discursos más breves de su reinado y, quizás, el más importante: “El Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda de Norte quiere celebrar el fin de los Juegos Olímpicos de Londres devolviendo a Grecia los mármoles del Partenón expoliados por Lord Elgin y custodiados en el Museo Británico. Pedimos disculpas por el retraso. Los mármoles del Partenón son tan hermosos en Londres como en Atenas, pero deben volver a Grecia porque no cuadran con un cielo más pequeño. Gracias”. Aplausos. Lágrimas. Isabel II, emocionada, abandona el estadio olímpico del brazo de Sean Connery. Los “Rolling Stones” interpretan una versión rockera del himno griego.

No fue así. Isabel II no apareció por el estadio olímpico. Sean Connery, tampoco. Ni James Bond. Ni los “Rolling Stones”. El Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda de Norte no devolverá jamás los mármoles del Partenón, que seguirán encarcelados en el Museo Británico hasta que las cucarachas hereden la Tierra. La bandera griega sí ondeaba, tan azul y blanca como siempre, bajo el pequeño cielo de Londres. Después de los Juegos Olímpicos de Londres, no habrá menos huecos en el Nuevo Museo de la Acrópolis, en Atenas, tan cerca del Partenón y tan lejos de Isabel II. Por lo demás, fue estupendo silbar “Mira siempre el lado bueno de la vida”.

13/8/12

EL SECRETO

En la película “Los pasos dobles” (Canal + Xtra), el pintor Miquel Barceló sigue la pista en África del supuesto artista francés François Augiéras, que habría enterrado su obra en un búnker militar en el desierto. En el documental “La cabeza de san Juan Bautista” (Canal National Geographic), científicos e historiadores siguen la pista de  la cabeza de san Juan Bautista, supuestamente custodiada en la catedral de Reims. Tanto el viaje a través del desierto de Barceló como el viaje a través de la cabeza de san Juan Bautista de los historiadores son viajes fascinantes que van más allá de los mitos de un artista del siglo XX y un predicador del siglo I, pero “Los pasos dobles” se desarrolla en África y “La cabeza de san Juan Bautista” en un laboratorio.

La sencillez de las tribus autóctonas africanas que reciben a Barceló contrasta con la complejidad de las máquinas que intentan fechar con exactitud los huesos atribuidos a san Juan Bautista. Pero eso no es lo importante. En “Los pasos dobles” alguien plantea este acertijo: “¿Cuál es la única cosa que al compartirla se destruye?”. Un anciano que lleva ochenta años subido en un baobab no sabe la respuesta, aunque está seguro de que no es la cerveza. No, no es la cerveza. La única cosa que al compartirla se destruye, según nos enteramos al final de la película, es el secreto. Pues bien, al divulgar el secreto de la obra del supuesto artista François Augiéras destruimos su legado artístico, y al divulgar el secreto de los huesos del cráneo de san Juan Bautista, supuesto precursor de Cristo, destruimos el sentido de la impresionante catedral gótica de Amiens. El viaje en busca de un pintor a través de un desierto africano y el viaje en busca de un predicador en el interior de un laboratorio europeo son viajes fascinantes, sí, pero también destructivos.

La única forma de no destruir el secreto de Augiéras y de san Juan es que Barceló investigue el cráneo de Amiens y los científicos busquen las obras perdidas en el desierto. ¿Alguien se atreve a hacer una película y un documental?

12/8/12

ANAGNÓRISIS EN LLORET DE MAR

La anagnórisis es un recurso narrativo, muy utilizado en la tragedia griega, que consiste en que uno de los personajes se entera de pronto de datos importantes de su identidad o de la identidad de sus seres queridos que hasta el momento le eran desconocidos. Ese descubrimiento supone un giro en su conducta y en la trama en general como podemos ver, por ejemplo, en el caso del Edipo de Sófocles cuando descubre que es el asesino de su padre y el esposo de su madre. También es posible la anagnórisis en la comedia y, atención, en Lloret de Mar.

Una cadena televisión alemana (privada, por supuesto) emite un reality show llamado “We love Lloret” que consiste en llevar a ocho jovenzuelos a un chalet en Lloret de Mar, en la Costa Brava, y permitirles pasar allí varias semanas con estas sencillas instrucciones: pasar el verano de fiesta de sus vidas. Las obligaciones de estos jóvenes héroes de nuestro tiempo son salir de fiesta, bailar, ligar, emborracharse y dormir la mona. “We love Lloret”, según dicen, presenta a la localidad gerundense como un paraíso del sexo, el alcohol y la fiesta. Y ahora viene la anagnórisis. El alcalde de Lloret de Mar, que se entera de repente de que los turistas alemanes van a su pueblo en busca de sexo, alcohol y fiesta, se enfada y amenaza con emprender medidas legales contra los responsables de “We Love Lloret” por la mala imagen que el programa ofrece de Lloret de Mar. Edipo se arrancó los ojos después de su anagnórisis, y el alcalde de Lloret de Mar quiere arrancar simbólicamente los ojos a “We love Lloret”. Qué tragedia.
          
O no. Porque la anagnórisis del alcalde de Lloret de Mar no es parte del argumento de una tragedia, sino de una comedia. ¿De verdad era necesario que una televisión privada alemana eligiera a Lloret de Mar como decorado de un reality show para que su alcalde se enterara de lo que pasa en Lloret de Mar? ¿No sabía el alcalde de Lloret de Mar a qué van los jóvenes alemanes a Lloret de Mar? ¿A ver museos? ¿A aprender catalán? ¿O a comprar lo que se les ofreció, es decir, sexo, alcohol y fiesta? Qué comedia más mala.

11/8/12

VUELVE, DOCTOR MARTÍN

Una cosa es que nuestro valiente gobierno, siempre dispuesto a apretar las tuercas a los más débiles, haya decidido retirar la atención sanitaria a los inmigrantes sin papeles (salvo que suscriban esa humillante póliza con la sanidad pública), y otra cosa ver al “ilegal” Javier Choni en “Al rojo vivo” (laSexta) exponer su situación con la claridad y elegancia que suelen ser patrimonio de los parias de la tierra. Después de ver a Javier, después de saber por su boca hasta qué punto esta despreciable medida de nuestro gobierno llevará a la desesperación a tantos ciudadanos como él, después de digerir este nuevo paso hacia el abismo, sólo queda una salida: la ficción televisiva.

A continuación de la intervención de Javier Choni, el tertuliano Alfonso Rojo habló un rato sin decir nada y, a la vez, insultó a los miles de personas que acuden todos los días a comer a Cáritas diciendo que comen “la sopa boba”, aunque luego rectificó y dijo que era la “sopa gratis”. Alfonso Rojo es otro valiente. Pero más allá de la protesta digna de Javier y de los insultos de Alfonso, hay que hacer algo. Propongo que series como “Hospital central” se ocupen de este asunto inmediatamente. Propongo resucitar “Médico de familia” y que Emilio Aragón disfrazado del doctor Nacho Martín diga cuatro verdades. Propongo que los residentes y adjuntos de “MIR” nos expliquen las consecuencias que tendrá la exclusión de los inmigrantes sin putos papeles del sistema público sanitario. ¿A qué esperáis, trabajadores del Hospital Central de Madrid de “Hospital central”? ¿A qué espera el centro de salud en el que trabaja el doctor Martín para hablar alto y claro? ¿Por qué los responsables del hospital universitario de “MIR” permanecen callados ante esta injusticia? Sólo la ficción televisiva puede hacer entender a nuestros políticos, que están poseídos por los mercados como la niña de “El exorcista” estaba poseída por el Diablo, que hay límites que no se pueden traspasar. Aunque esos límites no tengan papeles.

Vuelve, doctor Nacho Martín, y haz que ganen los buenos.

10/8/12

CAMINO CONTRA CARRETERA

Los concursantes y el público de “Mujeres y hombres y viceversa” (Telecinco) bailan más o menos pegados mientras suena una espantosa canción. Todos fingen que se están divirtiendo, simulan que se hacen confidencias, hacen gestos supuestamente cómplices, sonríen sin parar. Y, como en “La carretera”, la novela apocalíptica de Cormac McCarthy donde llueve ceniza y el hambre (no el hombre) es la medida de todas las cosas, en ese momento “Mujeres y hombres y viceversa” parece el primer síntoma de un glaucoma frío empañando el mundo. Pero no es así.

Los Juegos Olímpicos de Londres pueden ser caros hasta la extravagancia, hipócritas y perversos en su glorificación de la victoria (no la participación) como medida de todas las cosas. Pueden estar llenos de deportes incomprensibles y hasta aburridos. Pueden agobiarnos con banderas, himnos, comparaciones odiosas entre países y comentaristas que sólo ven la paja en el árbitro ajeno y no en sospechosas derrotas en baloncesto ante la selección de Brasil. Pueden. Pero cuando las mujeres de la selección española de balonmano se abrazan y bailan después de un partido, no fingen que se están divirtiendo. Cuando las chicas de la selección española de waterpolo se hacen confidencias, no están simulando. Cuando las encantadoras Ona Carbonell y Andrea Fuentes, medalla de plata en natación sincronizada, hacen gestos cómplices y miran a sus entrenadoras con los ojos llenos de lágrimas, sabemos que todo es verdad, todo es real, auténtico. Cuando la windsurfista Marina Alabau, una deportista a la que hasta ahora hemos prestado la misma atención que los clientes de la taberna de Moe prestarían a un documental sobre las propiedades del Bosón de Higgs, sonríe sin parar mientras sostiene su medalla de oro en la enigmática clase RS:X, nadie cree que está actuando ni vendiéndose a cambio de un plato de lentejas o un bocadillo. Cuando pasa todo eso, el mundo no es como “La Carretera” de MacCarthy, sino como “En el camino” de Kerouac. Un viaje por los paisajes del deporte sin miedo a que te coman los caníbales de Telecinco.

9/8/12

VER O NO VER

Fragmento de una conversación de sobremesa mantenida ayer con un amigo:

- Yo ya paso, de verdad... Toda la vida, pero te juro que llevo toda la vida completamente fiel a Radio Nacional y a Televisión Española. ¡Pero si me acuerdo de la era Calviño...! Pues no los voy a volver a ver en mi vida. Jamás. Me informaré por... Antena 3, o por... O no me informo, total... Como si me tengo que informar únicamente por la BBC. Hombre, bueno, qué gentuza. Vamos a estar otra vez como con Urdaci. Para una vez que la televisión pública no apestaba... Es que esto está siendo una verdadera limpieza ideológica.

- Al revés. Justo al revés. Ahora más que nunca tenemos que estar todos viendo minuciosamente los informativos públicos. Con María Antonia Iglesias y con Urdaci no había internet... no había facebook ni twitter, quiero decir... ya se lió algo con lo de cecéoó, pero ahora... ¿Tú sabes la que va a liarse en las redes en cuanto empiecen a hacer de las suyas? La cantidad de gente que va a realizar clips, a hacer estadísticas, a hacer montajes brutales con todas las pifias que armen.

- Es una verdadera limpieza ideológica. Pero si hasta la prensa extranjera lo comenta. Salió en el "Guardian" que Rajoy expulsaba de la televisión pública a los periodistas críticos con él. Y es que no es sólo a los que echan. Es cómo acojonan a los que se quedan. A ver quién carraspea. Que conocemos a mucha gente de Telemadrid. Telemadrid. Es el modelo que van a aplicar a la televisión nacional. Paso, no la vuelvo a ver más. Ni loco.

- Pues te equivocas. Mira, te voy a dar la razón más importante por la que hay que seguir viendo la televisión pública: porque ellos quieren que la gente deje de verla. Rajoy es el primero que estaría encantado con que la gente deje de ver Televisión Española. Para tener las manos más libres todavía y mangonear lo que quiera. Y, al final, para justificar que no interesa a los españoles y que hay que privatizarla. Hay que seguir viendo Televisión Española justamente porque el Partido Popular quiere que dejemos de verla.

8/8/12

"BABEL" EN LA TORRE DE BABEL



¿Qué hubiera pasado si Yahveh, preocupado por la amenazante altura que estaba tomando la torre de Babel, hubiera decidido difundir entre la humanidad diferentes gastronomías en vez de diferentes lenguas? Conviene recordar que, según el relato bíblico, todas las personas hablábamos un único idioma en un principio, de forma que las diferentes lenguas que usamos ahora son una mezcla de maldición y ataque que Dios ejerció contra los hombres para debilitarlos y dividirlos dada la envergadura que estaba ganando el proyecto global que todos habían emprendido de construcción de una torre que llegase al cielo, -la Biblia no lo dice, pero ciertas tablillas caldeas halladas recientemente añaden que Dios remató su castigo asegurándose de que milenios más tarde los políticos y ciertos estudiosos sociales llamarían a esa pluralidad lingüística "riqueza cultural"-. ¿Por qué Yahveh nos dividió con las lenguas y no con las comidas? 

La respuesta la tiene "Babel", el imprescindible programa semanal de La 2 dedicado a comentar la vida de los inmigrantes en España, y que incluye una sección en donde estos nuevos españoles cocinan para los espectadores los platos más queridos de sus tierras de origen. Viendo a Absatou preparar una deliciosa yassa senegalesa, y a Dawa y Lodsang haciendo empanadillas tibetanas de carne, entendemos la sabiduría del plan divino: si Yahveh hubiera intentado separar a la humanidad mediante platos típicos y no mediante idiomas los seres humanos nos hubiéramos unido más que nunca y nuestra torre crecería imparable hacia los cielos. Las lenguas, nacidas para comunicarnos, pueden ser una poderosa fuente de separación; y los sabores, que tienen la naturaleza de las experiencias privadas, pueden unirnos por encima de cualquier barrera política. Por eso "Babel" sólo tiene equivocado el título: cada media hora de programa es una valiosísima contribución contra el castigo que Yahveh nos infligió mientras construíamos la torre de Babel. Gracias. Ahora hay que ponerse manos a la obra y continuar la construcción.

7/8/12

LLAMADME ISMAEL

¿Por qué “Tiburón” es una obra maestra de la historia del cine, mientras que “Tiburón 2”, “Tiburón 3” y “Tiburón: La venganza” son tres truños de altísima capacidad somnífera? Pues porque “Tiburón 2”, “Tiburón 3” y “Tiburón: La venganza” tratan sobre un terrible tiburón que aterroriza a un pequeño pueblo costero estadounidense, mientras que “Tiburón” trata sobre unos hombres que se enfrentan a un terible tiburón que aterroriza a un pequeño pueblo costero estadounidense. La diferencia es sutil y brutal al mismo tiempo. Las secuelas se centran en la bestia, la muestran con detalle, se solazan en su tamaño y en su furia, pero Spielberg sabía perfectamente que lo único que interesa a las personas, -y, por tanto, el único tema válido de una película-, son las personas. El argumento puede incluir dinosaurios, terremotos o extraterrestres, pero el tema ha de estar centrado en prototipos de personas en funcionamiento.

No sé si había comentado ya que Canal Hollywood dedica el mes de agosto a la saga de “Tiburón” emitiendo todas las películas que la componen, -un momentín, que releo la columna para ver si ya lo había comentado... no, no lo había dicho todavía-. Parece un canal que quiere rellenar el paréntesis veraniego programando blockbusters convencionales, pero, de nuevo, no son más que personas que intentan ganar un dinerito conseguiendo la atención de otras personas. Lo único que existen son las personas. Siempre las personas. “Moby Dick” no trata sobre Moby Dick, sino sobre el Capitán Ahab y la humanidad que tripula el Pequod. “La isla del tesoro” no trata sobre una isla, sino sobre Jim Hawkins y Long John Silver. “El viejo y el mar” trata mucho más sobre el viejo que sobre el mar. Yo me estoy zampando estos días la segunda temporada de la canónica “Falling skies”, también vinculada a Spielberg y secuela mucho más genuina de “Tiburón” que las que emite este mes Canal Hollywood. Una vez más, no trata sobre una invasión de extraterrestres, sino sobre la resistencia del Segundo Regimiento de Massachusetts. Por eso me interesa.

6/8/12

SIN VERGÜENZA

La vergüenza es una emoción básica de nuestro psiquismo. De hecho, la vergüenza es la única de las emociones elementales de presencia exclusiva en la especie humana, -como mucho también aparece en algún primate superior-. Se trata de una suerte de turbación particularmente desagradable que sentimos con mayor o menor intensidad cuando nos exponemos a la mirada enjuiciadora de los demás. Se suele acompañar de rubor facial y de aumento de la tasa cardíaca. La vergüenza regula el comportamiento allá donde no pueden llegar las leyes, -si soy descubierto robando un coche, la ley me aplicará consecuencias que reducirán la probabilidad de que eso vuelva a pasar; si soy descubierto orinando entre dos coches la vergüenza me alterará de forma displacentera con la misma finalidad-. El estilo concreto en como cada uno de nosotros practicamos nuestra vergüenza se aprende según las experiencias vividas en la primera infancia. Algunas personas son extremadamente vergonzosas, lo que les puede hacer llevar una vida innecesariamente atormentada. Otras personas carecen por completo de vergüenza, no se sienten turbados cuando se exponen delante de los demás tras cometer fechorías, lo que aumenta mucho la probabilidad de que las cometan. Suele ser la sociedad la que sufre la psicopatía de las personas sin vergüenza.

RTVE ha sido tomada por personas sin vergüenza. Sólo apelando a una total falta de turbación ante la exposición social de la vileza de los propios actos se explica el cese de excelentes profesionales como Fran Llorente, Alicia G. Montano, Xabier Fortes, y, anteayer, Ana Pastor. Lo mismo se puede aplicar a los ceses de Lucas y Garrido en la radio pública. No se trata de ser de derechas o de izquierdas, sino de carecer de una emoción elemental cuyo fino ajuste suele ser una nota identificativa de los grandes profesionales. Despiden a Ana Pastor y no se ruborizan. Se saben despreciados por la profesión periodística y no se altera su tasa cardíaca.

5/8/12

AMÉN

Nos habremos olvidado ya de que una vez existió un género televisivo llamado “reality show” que dio lugar a cientos de variantes, algunas de las cuales alcanzaron las docenas y docenas de temporadas. Habrá desaparecido el televisor tal y como lo conocemos, reemplazado por aparatos cuya tecnología no podemos ni siquiera imaginar; algunos dotados de un 3D interactivo que nos permitirá introducirnos perceptivamente dentro de la acción, modificándola e interactuando con ella; otros portátiles, desplegables a partir de dispositivos del tamaño de un dado. Ya no se emitirá cine en televisón, fundamentalmente porque habrán pasado muchas décadas desde la desaparición definitiva del cine. Nadie recordará las polémicas que existieron en su día acerca de cómo debían de nombrarse a los responsables de las televisiones públicas; de hecho, nadie recordará que hubo un tiempo en el que existieron televisiones cuya titularidad era pública y se financiaba a través de los impuestos que pagaba la ciudadanía. Los concursos habrán desaparecido. Los informativos se dedicarán íntegramente al deporte. Al igual que ocurre con los blogs o las páginas de facebook actuales, cada persona creará y emitirá su propio canal de televisión, confeccionado a base de contenidos creados por ella misma y otros pirateados de las cadenas de televisión comerciales. Alguien contará que sus abuelos, en el lecho de muerte, les hablaron de series como “Futurama”, “House”, “Boardwalk Empire”, “Frasier”, “Friends”, “Seinfeld”, “The wire”, “Doctor en Alaska”, “Sherlock”, “Roma”, “Cómo conocí a vuestra madre”, “El show de Larry David”, “Los Soprano”, “Los Simpsons”, “Breaking Bad”, “Homeland”, y nadie sabrá a ciencia cierta a qué se estaban refiriendo.

Pero incluso entonces, cuando alguien se tome la tarea de zapear pacientemente por todas las cadenas de televisión un sábado por la mañana, terminará encontrándose con un capítulo de “El coche fantástico”. Por los siglos de los siglos. Amén.

4/8/12

UN SÚBITO COÁGULO


La imagen más globalmente difundida por las televisiones de todo el planeta, el icono al cual la humanidad en su conjunto está siendo más expuesta durante estos días, es decir, el logotipo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, sólo es comprendido por las personas que ya saben a priori qué es lo que tienen que comprender. Como pasa con las psicofonías. Como pasa con la economía. El “Journal of Human Stupidity” acaba de publicar un estudio de la Universidad de Gloushampton, realizado antes de que se conociera oficialmente el logo de los Juegos, en el que éste se presentaba a dos grupos de sujetos: a un grupo se le informaba de que iba a ver el diseño de un logotipo que representaba el número “2012”; a otro grupo se le mostró dicho diseño sin informarle de cuál era su significado. El 84% de los sujetos del primer grupo pudo leer “2012” en las formas rosas de la imagen. Entre los sujetos del segundo grupo la respuesta más habitual se refería a los restos de un coche accidentado en la carretera (13,8%) seguida por la cocción de masa de hacer galletas realizada por un bonono (9,8%), una estimación del mapa del planeta tras 10.000 años más de deriva continental (5,2%) y las heridas producidas por el mordisco de un rottweiler con parkinson sobre el plexo solar de un caucásico (1,2%).

La absolutamente maravillosa novela “El restaurante del fin del mundo”, de Douglas Adams, comienza con una frase que me ha aprendido de memoria para que me entre la risa incluso en los momentos más difíciles: “Como todas las naves vogonas, aquélla no parecía responder a un diseño sino a un súbito coágulo”. La humanidad, bajo la luz desnuda, contemplando un partido de balonmano en cuya pista está impreso un súbito coágulo, una final de doma por equipos en cuyas monturas se ha cosido un súbito coágulo, una prueba de natación en la que los deportistas saltan desde un trampolín en cuyo reverso se ha dibujado un súbito coágulo. Creemos que algo tiene sentido, pero todo está rodeado del ello, lo amorfo, el coágulo, lo incomprensible. Estamos en crisis.

3/8/12

EL CLUB DEL DÉJÀ VU


Mi neurólogo insiste en que no le pasa nada a mi sistema nervioso y que no debo dar la menor importancia a esa persistente sensación de déjà vu que tengo cada vez que me pongo a ver la tele. Yo, a su vez, le suplico que me haga cuantas pruebas sean necesarias para ir descartando incluso aquellas patologías de las que nunca oyó hablar el doctor Gregory House, pero el médico niega con la cabeza y da por zanjado el tema. “¿Ha valorado la posibilidad de que esa incómoda sensación que usted tiene de haber visto ya las cosas antes sea debida a que efectivamente usted ha visto ya las cosas antes?”. “Por favor, doctor, ¿me toma por tonto...”. “No, le tomo por hipocondríaco”. “... o qué? Sé distinguir perfectamente lo que siento cuando veo por cuadringentésima hexagésima segunda vez el capítulo de ‘Big bang’ en el que Sheldon va a sacarse el carnet de conducir de lo que siento estos días cuando me pongo a ver Antena 3 a la hora de la cena”. “Tranquilícese, no le ocurre nada. Enfermera, ¿podría acompañar al señor a la puerta de la clínica y asegurarse de que no vuelva a entrar? Si se resiste puede avisar al personal de Seguridad. Ya le conocen”.

Y esa noche vuelve a ocurrir. Comienza “El Club del Chiste” y vuelve a aparecer esa sensación de que yo ya he visto todo lo que se puede ver en la pantalla. Antena 3 asegura que los programas de “El Club del Chiste” con los que está cubriendo el access time del verano son espacios inéditos que en su día quedaron sin emitir cuando hubo que retirar de la programación este leve entretenimieto debido a su baja audiencia. Pero juro que yo soy capaz de adelantar cómo van a rematar sus historias Martina Klein o Leo Harlem antes de que lo hagan, que me conozco el desenlace las microtramas cómicas de cada entrega, que sé lo que va a decir Anabel Alonso con milisegundos de antelación a que comience a abrir la boca. O “El Club del Chiste” o yo padecemos un trastorno. Y mi neurólogo sigue insistiendo en que no le pasa nada a mi sistema nervioso.

2/8/12

RIESGO DE DERRUMBE


Nadie debería acercarse a “Lo sabe, no lo sabe”, el nuevo concurso de Cuatro. Nadie debería acercarse y las autoridades deberían establecer un vallado de seguridad a su alrededor. Porque el edificio amenaza hundimiento. Porque ver cada día al atardecer “Lo sabe, no lo sabe” obliga a pasarse todo el programa con la respiración entrecortada y los ojos entrecerrados sabiendo que en cualquier momento los muros del concurso se vendrán abajo y con ellos las cúpulas y las bóvedas. Ya desde el gótico, -si el románico en los concursos televisivos es el “Un, dos, tres”, el gótico puede ser el “Qué apostamos”-, los arquitectos catódicos aprendieron a distribuir la carga de los concursos apoyándolas sobre los contrafuertes del diseño de los platós, -“Lo sabe, no lo sabe” ha retirado el plató de su estructura-, los arbotantes de las preguntas ingeniosas, -no se puede cargar mucho peso sobre preguntas como “¿cómo se llama el baile típico de Cataluña?” o “¿cuantos metros cuadrados tiene una hectárea?”-, o los estribos de elementos menores como luces azules, efectos de sonido, público, premios extraordinarios, -el diseñador minimalista de “Lo sabe, no lo sabe” decidió no usar ninguno de estos elementos de refuerzo-.

De forma que todo, todo el tonelaje del nuevo espacio de Cuatro termina descargándose sobre la piedra de toque que es Juanra Bonet. Y Juanra Bonet es una buena piedra de toque capaz de soportar sobre su lomo un arco de medio punto, pero no puede aguantar una edificación entera que pretende fidelizar al espectador y aprovechar su empuje para mantenerlo enganchado a Cuatro el resto de la noche. O colocan rápidamente refuerzos en la estructura de “Lo sabe, no lo sabe” o el día menos pensado veremos a Bonet venirse abajo sin poder impedir que la dinámica del concurso sepulte bajo sus escombros a todos los que andaban dándose una vuelta por Cuatro a esa hora. Conviene ver el concurso por fuera, desde lejos, y apartarse si se ve venir a Juanra por la calle proponiendo ganar tres mil euros en diez minutos.

1/8/12

FALSO STEVE CARELL

Andan difundiéndose por la red falsos textos de autores famosos que los internautas que se las dan de intelectuales corren a colgar en sus facebooks. Todo comenzó con una falsa carta de un falso moribundo García Márquez que sólo podía ser tomada por cierta por aquellos que no conocieran ni el nombre de dos de sus novelas. Pero después empezaron a llegar en masa falsos Borges que el argentino no habría escrito ni en medio de una indigestión de nueces de California, falsos Nerudas tan cursis que sólo serían ciertos si el poeta hubiera ganado el Premio Telva en vez del Premio Nobel, falsos Benedettis tan falsos, tan pero tan horteras, que hubieran justificado el exilio del entrañable Mario no ya de su Montevideo novelado sino del planeta Tierra en su conjunto. Nada tienen que ver estos falsos versos con los pseudoLeonardos o pseudoRafaeles que nos dejó la pintura clásica: éstos son finísimos ejercicios de estilo llevados a cabo por discípulos aventajados que engañan incluso a los especialistas, aquéllos son bodrios producto del vómito de un publicista de tercera sobre un powerpoint de amaneceres, gatitos y bebés que sólo convencen a los ignorantes. El último es un supuesto texto de un querido economista español, -“querido” y “economista” sólo pueden ir juntos si hablamos de él-, que comienza llamando “hijo de puta” al presidente del Gobierno. Lo llaman “texto de José Luis Sampedro” y no lo es.

De ahí que yo esté seguro de que la película “Sigo como Dios”, -que TVE nos ofreció el domingo como “película de la semana”-, es un fake de Steve Carrel. Tiene que tratarse de un engaño. Ése no puede ser el verdadero Steve. El inteligentísimo humorista que nos hizo mearnos de ironía y complicidad en “Little Miss Sunshine” o en “Get smart”, el irrepetible para siempre Michael Scott durante siete temporadas de “The Office”, no puede haber rodado un truño, un cascajo, una mamandurria semejante sin quedar descompuesto en bosones de Higgs audiovisuales. Tiene que tratarse de un falso Carell, tan artísticamente moribundo como el falso García Márquez de aquella carta infame.