13/11/16

SO LONG, LEONARD


En la retransmisión anual de la entrega de los Premios Princesa (antes Príncipe) de Asturias, TVE y la Televisión del Principado de Asturias muestran las calles de Oviedo llenas de gente viendo pasar la comitiva camino del Teatro Campoamor donde se desarrolla la ceremonia. Un año de estos, no recuerdo cuándo, una señora explicaba alegremente a la cámara que ella no era muy de la Familia Real, pero el día de los premios siempre iba con las amigas a ver pasar los modelitos. Que la monarquía quede en esto, vale, pero da un poco de vértigo pensar que un año pasó ante estas amigas Leonard Cohen (o David Attenborough, Jane Goodall, Joan Massagué, Francis Ford Coppola, Peter Higgs y Mary Beard) y ellas solo se fijaron en que llevaba un sombrero de complemento.

Quienes no estábamos en las calles de Oviedo (y de estarlo, más que ver modelitos preferiríamos ponernos tras la pancarta de “Fartones” que cada año recibe “cariñosamente” a los reyes) pudimos ver emocionados a Cohen en directo por la tele desgranar en el Campoamor unas intensas y luminosas palabras de agradecimiento que como sus canciones, su voz, su mirada, nos dejaron con el alma aterida y el corazón ardiendo. Antes de marchar de Asturias, Cohen donó el premio a la Universidad de Oviedo para crear la Cátedra Leonard Cohen como punto de encuentro entre la poesía y la música. Gracias a él, entre otras maravillas, pudimos ver en el Paraninfo de la Universidad al gran Julián Hernández cantar y explicar en directo cómo y cuándo fue el gran estallido de “Miña terra galega”.

Como este es un artículo de crítica televisiva ahora debería contar la enorme cantidad de series que usaron canciones de Cohen para subrayar los momentos más intensos. En lugar de eso, quito Spotify y pongo en vinilo “So long, Marianne” para contarles que la muerte es terrible aun estando preparado para morir, pero al menos sabemos que es nuestra garantía de que Bob Dylan no puede faltar a recoger su premio Nobel para poder dedicárselo a Cohen. Bob Dylan también lo sabe, pero Bob es muy discreto y no dice nada. Será mejor así.

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