31/8/16

EL PODER EN FUNCIONES CORROMPE EN FUNCIONES


Hace falta un disidente que anime los monótonos programas políticos de televisión. No un analista capaz de defender o criticar cualquier cosa con argumentos intercambiables según se trate de hablar de unos u otros. De eso ya tenemos. Lo que necesitamos estos días (estos meses, este último año) es un disidente de verdad, un disidente más disidente que el disidente de la Unión Popular de Judea. Los telespectadores nos merecemos que se cuele en las tertulias un tío que no esté de acuerdo y discrepe con la manera en que los contertulios actuales están de acuerdo en discrepar.

Los programas políticos de estos días en la tele (de estos meses, de este último año) son tan repetitivos que son intercambiables. Qué hastío. Necesitamos un valiente que cuando todas los programas coincidan en que hace falta urgentemente formar un nuevo Gobierno para después disentir acerca de cómo lograrlo, niegue la mayor y diga que no hay ninguna prisa. Un insolente que represente a los que no se creen que sin faraón el Sol no renacerá al día siguiente y el Nilo dejará de fluir. Un kamikaze que sostenga que es mejor nada que un mal acuerdo para formar un mal Gobierno. Un terremoto que repase todas las veces que los sabios economistas que decretan que las cosas solo pueden ser como ellos dicen aseguraron que sin nuevo Gobierno frenaría la economía, y al ver que no es así aun tienen el valor de decir que con nuevo Gobierno el crecimiento habría sido mayor.

No se trata de que un tipo así tenga razón, sino de que abra ventanas. Que lo ponga todo patas arriba al decir que los españoles somos unos campeones capaces de arrebatar a Bélgica su récord de 541 días sin Gobierno. Que celebre que el 25 de diciembre podamos festejar el Sol Invicto yendo a votar o no en familia o no. Que plantee que si el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, debemos colegir que el poder en funciones corrompe en funciones; que siempre es menos y, por tanto, mejor.

30/8/16

ALÉGRAME EL DÍA


Vuelvo a ver “Harry, el ejecutor” en la muy católica, apostólica y romana 13 TV y me sorprendo a mí mismo pensando que el inspector Harry Callaham no es más que una versión más glamurosa de Torrente, el brazo tonto de la ley. Por supuesto, Clint Eastwood es mucho más guapo que Santiago Segura, y Harry no es un poli, o lo que sea, corrupto, gorrón, sucio, franquista, putero y fanático del Atlético de Madrid y de El Fary como el amiguete Torrente, pero es que los métodos del inspector Callaham, sus argumentos basados en su Magnum 44 y la rudeza con que trata, hasta que consigue ganarse su respeto, a su compañera Kate Moore, una policía que quiere ser inspectora en vez de limitarse a bailar pegada a la sección de Personal y Archivos, me recuerdan a Torrente. No sé por qué. ¿Es Harry Callaham un Torrente guapo, con más ética, más pelo y más contactos con los códigos del cine negro clásico? Seguro que no. El caso es que ahora Jackie Chan me parece un Burt Lancaster pasado de vueltas, y Dwayne Johnson, más conocido como “La Roca”, un John Wayne con músculos. Y ahora viene lo peor.

Se me ocurre pensar que las diferencias entre la Premier League y la Liga son las mismas diferencias que podemos encontrar entre Harry Callaham y Torrente. Es una cuestión de estilo, de toque, de detalles futboleros. Los partidos de la Premier siempre dejan un diálogo digno de ser recordado, mientras que un partido de Liga está muchas veces al borde de la camisa por fuera del pantalón y el palillo entre los dientes. La Premier quiere ser Burt Lancaster y la Liga se conforma con parecerse a Jackie Chan, el Manchester United entra en un partido como John Wayne entra en un saloon y el Real Madrid sabe que es una roca que, probablemente, ganará la Liga de Campeones. Las películas protagonizadas por Torrente arrasan en la taquilla, y Dwayne Johnson y Jackie Chan son los actores mejor pagados del mundo. Vale. Es bueno tener público y pasta. Pero el fútbol pide algo más. La Liga española puede ser la mejor del mundo y, sin embargo, necesita un poquito de Harry Callaham, de Burt Lancaster y de John Wayne. Los ingleses son muy buenos en esto. El fútbol siempre nos alegra el día, la cuestión es si nos lo alegra a la manera de Harry Callaham o de Torrente.

29/8/16

PLATÓN Y LAS REVÁLIDAS


Todo lo mejor y todo lo peor de los documentales sobre arqueología e historia se une en “La Atlántida” (Canal Historia), y el geólogo Martin Pepper es capaz de sacarnos de quicio con su obsesión por parecerse a Indiana Jones y esa imagen de motero-mochilero incompatible con su capacidad para moverse de Atenas a Egipto y de las Islas Canarias a Santorini mientras grandes arqueólogos, historiadores, geólogos y egiptólogos le atienden y enseñan los rincones más jugosos. La teoría de Pepper es que la Atlántida no sólo existió, sino que se encontraba en la isla de Santorini. No es mal sitio.

En “La Atlántida” encontramos un buen análisis de los restos de Akrotiri, destruida hace 3.600 años tras la erupción de un volcán, pero también arriesgadas teorías que no deberían disfrazarse alegremente de hechos demostrados. La Atlántida, por supuesto, no es “el mayor misterio de la humanidad”, y el irritante tono de misterio, la música inquietante y el agresivo diseño que pretende convertir la arqueología en un videojuego no ayudan a que el espectador se forme una opinión acerca de si la Atlántica estuvo en la isla que hoy conocemos como Santorini. “La Atlántida”, como las aventuras de Indiana Jones, ofrece espectáculo y, con todo, lo hace con más dignidad que Iker Jiménez en “Cuarto milenio”. Lo mejor del documental sobre la Atlántida, además de las imágenes de Santorini, es que Pepper ha tenido la gran idea de seguir al filósofo griego Platón, que en sus textos ofrece mucha información sobre la Atlántida, como Heinrich Schliemann, el descubridor de Troya, siguió a Homero para encontrar las ruinas de la ciudad de Príamo en la colina de Hissarlik. Es cierto que cuando Platón dice algo que no concuerda con la teoría de Pepper, como que la Atlántida estaba más allá de las columnas de Hércules, el geólogo simplemente lo descarta y dice que Platón “se confundió”; pero que Pepper siga al pie de la letra a Platón hasta concluir que la Atlántida estaba en Santorini del mismo modo que Schliemann buscó Troya con la “Ilíada” en la mano, demuestra que los clásicos se niegan a morir. Y si Platón sobrevive a un documental sobre la Atlántida, también puede resistir el ataque de los clones de Wert que quieren convencernos de que los estudiantes necesitan más reválidas, más prozac y menos Platón.

28/8/16

LA BONDAD SENSATA


El escritor soviético Vasili Grossman, autor de la desgarradora novela “Vida y destino”, decía que no creía en el bien, sino en la bondad, la bondad de un hombre con otro hombre, una bondad sin testigos, pequeña, sin grandes teorías. Una bondad insensata, más allá del bien religioso y social. Si Grossman tiene razón y la bondad no tiene nada que ver con la retransmisión de la bondad, ni con la unión entre bondad y la más extrema frivolidad al ofrecer un vulgar espectáculo televisivo, ni con utilizar la excusa de recaudar fondos para un hospital infantil de Los Ángeles y así poder lucir cuerpos operados y vestidos absurdos, entonces las mujeres de “Mujeres ricas de Beverly Hills” (TEN) no son buenas. Puede que la bondad con testigos de estas mujeres ricas, esa bondad grande en dólares, con mucha teoría empalagosa y tan pegada a sus intereses sociales como un sello pegado a un sobre sea una bondad sensata. Pero no es bondad.

¿Qué hace la actriz Jamie Lee Curtis compartiendo tontería y bondad sensata con esas mujeres ricas de Beverly Hills? ¿Y por qué los fondos necesarios para que un hospital infantil de Los Ángeles pueda seguir con su labor dependen de que Lee Curtis actúe como pregonera de un ridículo desfile de moda en el que participan mujeres ricas, sus hijas ricas y sus amigas ricas? Qué pobres son estos ricos. Parece que los estadounidenses no confían en el Estado para asegurar que un hospital infantil pueda funcionar como debe, así que recurren a las donaciones públicas y televisadas de unas mujeres de Beverly Hills y a desfiles de moda que tienen tanto que ver con los intereses de los niños enfermos como el consumo de Coca-Cola con la felicidad. “Mujeres ricas de Beverly Hills” trata sobre la vida de siete mujeres elegantes y adineradas de este barrio de Los Ángeles, y esa vida es tan triste que necesita ser tan televisada como su bondad. Lo único interesante del episodio dedicado a explicar por qué las mujeres ricas a veces también lloran de pena por los niños enfermos fue la pregunta que planteó Lee Curtis: “¿Por qué las modelos parecen tristes?”. La respuesta a esa pregunta merece un estudio financiado por las buenas y sensatas mujeres ricas de Beverly Hills gracias al dinero recaudado en un desfile de moda en el que participe Jamie Lee Curtis. Qué mundo.

27/8/16

GATOS GRIEGOS


La retransmisión del sorteo de la fase de grupos de la Liga de Campeones consigue temporada tras temporada convertirse en la emoción más aburrida del mundo del espectáculo. La relación de los futboleros con este sorteo es parecida al respeto indiferente o la indiferencia respetuosa con la que los griegos tratan a sus gatos, así que nos sentamos con respeto e interés en comprobar si el Atlético de Madrid seguirá siendo el pupas del sorteo y si el Real Madrid continuará con su relación de amor-amor con la Copa de Europa, pero con esa elegante indiferencia que define la relación entre un griego y un gato de la calle. Pero hay otros espectáculos, otros directos, y están en el mismo mundo televisivo.

“Grease Live!” (Movistar Estrenos), emitido originalmente en Fox, es la versión televisiva, emitida en directo y con público, del maravilloso musical protagonizado por John Travolta y Olivia Newton-John, y aquí no hay emoción aburrida que valga, ni respeto indiferente, ni indiferencia respetuosa. Una delicia. Los viejos (o clásicos) amantes de “Grease” no tratarán este arriesgado experimento con esa magnífica displicencia con la que un gato griego se mueve entre las mesas de una taberna porque los números musicales de “Grease Live!” son potentes, divertidos, magníficos en su ejecución y en absoluto inferiores en emoción a los originales. Como novedad, hay más diversidad racial entre los protagonistas, los aplausos del público alegran los números musicales, el pobre Eugene ya no es un simple pringado del que todos se ríen y Sandy, caramba, Sandy no sólo canta y luce estupendamente su estilo Sandra Dee, sino que lo borda como animadora. Por supuesto, nadie fuma. Y sí, vale, de acuerdo, es imposible superar la morena chulería de Travolta y la rubia candidez de Newton-John, del mismo modo que ni cien Ronaldos podrían superar la magia de Messi. Pero no importa porque, como cantan Johnny Casino y los Gamblers, el rock and roll nunca morirá. Los jefazos de la UEFA deberían ver “Grease Live!” antes de cada sorteo de Liga de Campeones, a ver si aprenden algo y consiguen que los aficionados no confundamos las bolas (calientes o no) que contienen los nombres de los equipos con gatos griegos.

26/8/16

TRUMP Y EL CARTEL DE SARCASMO


El programa “Last Week Tonight” (HBO), conducido por el comediante John Oliver, puede verse en España en Movistar Series, y cada emisión no sólo nos recuerda que en nuestro país “El intermedio” de El Gran Wyoming es una excepción, sino que confirma que la cintura de nuestros políticos ante la sátira es tan rígida como la de Gort, el robot de la maravillosa película “Ultimátum a la Tierra”. Tipos como John Oliver son la última frontera ante el horror que representa Donald Trump, y una forma de reconciliarnos con los Estados Unidos de Bruce Springsteen, de Aretha Franklin, de Franklin D. Roosevelt y de Sheldon Cooper.

Y hablando de Sheldon Cooper. En uno de sus espantosos y peligrosísimos discursos, el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos y futuro invitado a las tertulias de ultraderecha de nuestra peor televisión, dijo que el presidente Barack Obama es el fundador del Estado Islámico y, puede que para no ser acusado de sexismo, presentó a Hillary Clinton, su rival demócrata en las próximas elecciones, como cofundadora de ese grupo terrorista. El análisis de John Oliver en “Last Week Tonight” de la basura salida de la boca de Trump mezcló verdades como puños de Hulk con esa descarnada ironía tan necesaria en momentos de emergencia ética como el que estamos viviendo. Trump, acosado por sus propios asesores, intentó rectificar sus acusaciones con la excusa de que nadie entendió su “sarcasmo”. Increíble. Si Trump creyera sus propias excusas (y poco después dejó claro que no lo hace), tendría que comportarse con los ciudadanos estadounidenses como Leonard se comporta con Sheldon cuando no entiende las cosas, y sacar un cartel de sarcasmo cada vez que acusa al presidente de los Estados Unidos de ser un terrorista. John Oliver define a Trump como un narcisista de Nueva York cuyos intereses empiezan y terminan con los problemas de los blancos, y eso, sigue diciendo Oliver, recuerda a “Café Society”, la última película de Woody Allen. ¿Qué más se puede pedir? Análisis político, risas y un hilo que conduce de Donald Trump a Woody Allen, dos neoyorkinos que representan lo peor y lo mejor de un país que necesita a John Oliver como Sheldon necesita un cartel de sarcasmo.

25/8/16

LA TIERRA ROJA DE TARA


La doctora Alice Lambert se levanta para preparar el biberón de su hija Tara, suenan dos disparos y la pantalla se desploma en negro. Cuando la doctora Lambert despierta del coma, se entera de que su marido ha sido asesinado y su bebé ha desaparecido. Así, de esta forma tan potente, empieza la miniserie “Última oportunidad” (TVE). El bebé de la doctora ha sido secuestrado, y la trama enloquece en una espiral de malentendidos, corrupción, sospechas, secretos y oscuridad. No sabemos con qué nos encontraremos al final de la espiral, pero el camino nos obliga a plantearnos unas cuantas cosas. Por ejemplo, ¿hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar para salvar la vida de un hijo?

La doctora Lambert, que cree que el novio de su hermana toxicómana tiene una pista acerca del paradero de su bebé, apunta con una pistola a un policía que quiere detenerlos y amenaza con disparar si no deja que se vayan. ¿Es correcto? Desde luego, la acción de la doctora no cumple con el imperativo categórico de Kant porque no es buena en sí misma, tampoco es un imperativo de la sagacidad porque no se refiere a la elección de un medio para alcanzar la propia felicidad, y más bien parece un imperativo de la habilidad porque propone una acción necesaria para un fin posible. La doctora cree que matar a un policía es un medio necesario para encontrar a su bebé. ¿Todos nos comportaríamos como ella? Santo Tomás de Aquino diría que el principio general de la razón práctica es que se ha de obrar de acuerdo con la razón pero, aunque la ley natural es la misma para todos, puede haber excepciones no sólo porque cuanto más se desciende a lo particular es más probable que la verdad no sea la misma para todo el mundo, sino porque la razón puede estar oscurecida por una pasión, que es precisamente lo que le ocurre a esta madre desesperada. Las decisiones de la doctora Lambert surgen de la pasión por su hija Tara, al igual que la fuerza de Escarlata O´Hara en “Lo que el viento se llevó” salía de la tierra roja de Tara. Cuando Escarlata, mordida por el hambre, come un triste rábano para después jurar sobre esa tierra roja de Tara que preferirá ser ladrona o asesina antes que volver a pasar hambre, se comporta como la doctora Lambert cuando está dispuesta a todo antes que permitir que su bebé no vuelva a casa. La tierra roja de Tara, para desgracia del imperativo categórico, tiene muchas formas.

24/8/16

OPERACIÓN SÍNDROME POSTVACACIONAL


Seamos previsores. Empecemos a preparar el síndrome postvacacional de este año, no vaya a ser que llegue septiembre y nos pille sin los deberes hechos. En una semana tenemos que estar en condiciones de encender la tele y cumplir con todos los síntomas que según los magacines matinales identifican el síndrome postvacacional. Nerviosismo, ansiedad y ese totum revolutum que dicen que nos tiene que pasar por volver a la rutina.  Y si nos tiene que pasar, nos pasará. No vaya a ser que salga el tema tomando el café en el curro y vayamos a ser nosotros los únicos panolis que estemos tan tranquilos que parezca que nuestras vacaciones fueron peores que las de los demás.

Aprendamos de la previsora Mariló Montero. La señora ha invertido 100 euros en su futuro en una jugada maestra. Ya no trabaja en “La mañana” de La 1 y necesita curro. En 2013 participó en una campaña para promover la seguridad vial y estaría bien que se volvieran a acordar de ella. Pero los traidores excompañeros de la revista “Corazón TVE” la sacaron en portada yendo en moto sin casco (¡aplasta tanto el peinado!). Ni corta ni perezosa, fue a la poli, se denunció a sí misma, pagó la multa con lo que se estaba ahorrando de peluquería, y asunto resuelto. Si con esto no le sale un curro en la tele, por lo menos la llamará la DGT para una campaña en la que se explique lo reconfortante que es ponerse multas y pagarlas.


Nosotros podemos ser tan previsores como Mariló, y con menos gasto aun. Parecida a la operación biquini, la operación síndrome postvacacional nos impone una estricta dieta audiovisual en la que desterraremos la tele veraniega de nuestras vidas y la sustituiremos por verano de verdad, terrazas, paseos y realidad auténticamente interactiva en 3-D. Cuando en septiembre volvamos a la rutina, encendamos la tele de nuevo y comprobemos que el dinosaurio todavía está ahí, notaremos, felices, cómo la depresión postvacacional nos queda perfecta, ajustadita como un guante, mejor que el biquini después de la operación biquini.

23/8/16

MARÍA TERESA CAMPEADORA


Campea la Campos en los campos de Telecinco. Mil años después de que, polvo, sudor y hierro, el Cid cabalgara, campea campechana. Doscientos años después de que Jesús Hermida inventara las “chicas Hermida” y la tele de mañana, campea campeadora. Cien años después de que, maternal, sentara a Terelu en su regazo audiovisual, campea campurriana. Porque la Campos de “Las Campos” (noche del jueves en Telecinco) es María Teresa. Terelu solo es el pretexto para hablar en plural y titular “Las Campos” en vez de “La Campos”. Aunque ambas sean mitocondrialmente indistinguibles, no estamos ante un ‘reality’ -tan tramposo, tan ‘irreality’ como todos los ‘realities’- sobre la vida en diferido de una hija. Esta es la vida de una madre, de una madre coraje.

María Teresa, la misma que animaba el cotarro disfrazada de “Defensora del espectador” para, supuestamente, llevar la deontología periodística y la dignidad laboral a “Sálvame”, se ve ahora obligada a vender una vida privada para la que ya está mayor. Y hay demasiada competencia en un mercado rebosante de oferta. Da igual lo mucho que se exponga y estire su relación con ‘Bigote’ Arrocet, no es fácil competir con el sistema endocrino de los garañones y las verracas de “Mujeres y hombres y viceversa”. Por ejemplo.

Pero su auténtica preocupación es su hija. La quiere en primera línea, y no es fácil. Si intenta darle relevancia acompañándola -amadrinándola-, se encuentra con que su propia presencia la ensombrece y oculta. “Yo a veces he pensado una cosa terrible: tengo que desaparecer para que reconozcan a mi hija”, dice compungida en “¡Qué tiempo tan feliz!” (“Las Campos”, “¡Qué tiempo tan feliz!”, “Sálvame”; esta mujer no para. ¿No habría que someterla a un control antidoping?). Pero ya se ha visto que, cuando la deja volar sola, Terelu es de vuelo torpe y corto. Que María Patiño la desplace ya es lo de menos. El problema ahora es que, si se descuida, hasta la asistenta -la revelación del estreno de “Las Campos”- se la come con patatas fritas. 

22/8/16

HACHAS, ESPADAS Y NO


La serie documental “El guerrero más letal” (Odisea) compara dos guerreros históricos, analiza sus puntos fuertes y débiles, prueba sus armas y, al fin, los expertos deciden qué pasaría si esos guerreros se enfrentaran. Un ejemplo. ¿Qué pasaría si se enfrentaran el rebelde escocés William Wallace y el jefe tribal zulú Shaka? ¿Qué es más peligroso, el enorme hacha del zulú, o la enorme espada del escocés? El combate tiene inevitables referencias cinéfilas porque William Wallace está ya forzosamente asociado a Mel Gibson con la cara pintada de azul en “Braveheart” y es difícil pensar en los zulúes sin que nos venga a la cabeza la película “Zulú”, en la que cuatro mil guerreros zulúes se enfrentaron a los invasores británicos. Así, entre el cine de aventuras y los expertos que prueban el hacha zulú con una pierna de un buey o clavan el escudo escocés con punta en un maniquí, el combate entre William Wallace y Shaka queda reducido a una especie de inofensivo videojuego que, según el programa informático de “El guerrero más letal”, terminaría con la victoria del escocés.

Otra cosa es cuando en “El guerrero más letal” se enfrentan un terrorista del IRA y un talibán. No es lo mismo. Wallace y Shaka tienen la ventaja del tiempo, de forma que el teórico enfrentamiento entre el escocés y el zulú está al nivel del imposible enfrentamiento entre un guerrero homérico y un legionario romano o, si me apuran, entre un marine estadounidense y un extraterrestre de “Independence Day”. Otra cosa es cuando se analiza, con absoluta falta de contextualización y de análisis, el combate entre un miembro del IRA y un soldado talibán. Da un poco de miedo, y roza el mal gusto. Ver a los expertos discutir sobre si las tácticas urbanas y armas de los terroristas del IRA podrían derrotar a las armas y tácticas guerrilleras de los talibanes no puede compararse con el análisis de los defectos y virtudes del hacha zulú y la espada escocesa. Creo que sería necesario establecer un límite histórico, y decidir dónde está ese límite podría ser una buena idea para un documental veraniego emitido en Odisea. Sin límites, un capítulo de “El guerrero más letal” podría analizar las mochilas explosivas de los terroristas del Estado islámico y las bombas que caen sobre Alepo con ingeniosas recreaciones y chispeantes comentarios de los expertos. Y no. 

21/8/16

LOS LÍMITES DEL MUNDO


Si la filosofía, como decía Wittgenstein, es una lucha contra el embrujamiento de nuestra inteligencia mediante el uso del lenguaje, podría decirse que Zahira (12 años), Carlos (11 años), Jackson (11 años) y Samuel (13 años) han vencido en esa lucha porque cada palabra que pronuncian significa exactamente lo quieren decir, y es imposible que nadie que les escuche caiga en ese embrujamiento que esconden palabras como “progreso” o “libertad”. Zahira, Carlos, Jackson y Samuel son los protagonistas de “Camino a la escuela” (Xtra), un documental acerca de la aventura diaria que supone para estos niños ir a la escuela. Zahira, 22 kilómetros, cuatro horas caminando por el Alto Atlas (Marruecos). Carlos, 18 kilómetros, una hora y media a caballo por la Patagonia (Argentina). Jackson, 15 kilómetros, dos horas por Laikipia (Kenia). Samuel, 4 kilómetros en silla de ruedas arrastrada por sus hermanos, una hora y quince minutos en la Bahía de Bengal (India). El documental, estoico y exacto en sus bellísimas imágenes, presenta a estos niños como héroes, pero la palabra “héroe” nos embruja y nos confunde.

No hace falta que el lenguaje nos embruje para que entendamos el valor de Zahira, Carlos, Jackson y Samuel. Cuando el padre de Jackson despide a su hijo a las cinco y media de la mañana diciendo que espera que vuelva de la escuela más valiente, fuerte, inteligente e instruido, esas palabras amplían los límites de nuestro mundo; pero cuando explicamos a nuestros hijos que tienen mucha suerte porque pueden ir al cole caminando unos minutos o en autobús es probable que no nos entiendan porque las palabras “suerte” y “cole” no significan lo mismo para todos. Creo que TVE debería emitir “Camino a la escuela” los primeros días de septiembre y liberar así a padres, pedagogos y publicistas de “El Corte Inglés” de la ingrata tarea que supone dirigirse a los niños que como Felipe, el amigo de Mafalda, no ven nada claro qué tiene de bueno el fin de las vacaciones. Por cierto, yo no pude ver el final del documental porque cuando se pinchó una de las ruedas de la silla de Samuel y sus hermanos tuvieron que empujar todavía más fuerte pero sin perder la sonrisa, los límites de mi mundo se ensancharon tanto que me quedé sin fuerzas. Ya me contarán cómo acabó la historia de Samuel y su silla, de Zahira y su gallina, de Carlos y su caballo y de Jackson y su lucha para esquivar a los elefantes.

20/8/16

CANAL TURISMO


Los documentales de viajes son un subgénero de los documentales de animales en el que en vez de tigres, leones, arañas y buitres salen muchos seres humanos vestidos de mil formas diferentes, comiendo cosas que para algunos harían vomitar a una cabra y viviendo la vida de formas tan diversas que es inevitable que el espectador se vuelva un poquito existencialista y termine haciéndose preguntas acerca del ser y del existir que, por supuesto, no tienen respuesta. Los documentales de viajes de La 2 o de Canal Viajar, como las canciones y bailes de la película “Un día en Nueva York” o cantar una rock and roll en la plaza del pueblo con “Tequila”, son un chute de optimismo. Pero si Canal Viajar se llamara Canal Turismo, algunos dejarían de verlo porque, claro, la palabra “turista” no tiene la elegancia de la palabra “viajero”.

A la escritora Leila Guerrero no le gusta Florencia porque le parece una ciudad sumergida en un balde de bótox, pero los turistas todavía le gustan menos porque son hordas que, como hidras maléficas, se multiplican, comen y chillan. Allá Leila con su visión de Florencia, pero acá nos quedamos con su desprecio por los turistas. Los viajeros tienden a mirar por encima del hombro a los turistas sin comprender que, en el fondo y quizás también en la forma, los viajeros también son turistas. Un viajero al que le molestan las hordas de turistas en Florencia o en la Acrópolis de Atenas comete el mismo error que un futbolista en el banquillo que protesta porque cree que merece ser titular. ¿A qué compañero debería enviar el entrenador a la grada para dar entrada al futbolista ofendido? ¿A qué turistas el gobierno griego debería prohibir la entrada en la Acrópolis para que los exquisitos viajeros puedan disfrutar de las columnas del Partenón sin gentuza alrededor estropeando la vista? Mientras los futbolistas en el banquillo y los viajeros rodeados por hordas maléficas no contesten a estas preguntas, deberían guardar silencio y tragarse su mala baba. Por otra parte, ¿a los viajeros tampoco les gusta que hordas de espectadores disfruten con los documentales de Canal Viajar? ¿Se sentiría Leila molesta viendo un documental sobre Florencia sabiendo que miles de espectadores comen y chillan delante del televisor mientras la cámara pasea por la Galería Uffizi? ¿Hace falta un Canal Turismo para que los verdaderos viajeros puedan ver sin agobios de audiencia el Canal Viajar? Uf.

19/8/16

EL JOVEN KOSTAS Y LOS TOMATES


La estupenda serie “El joven Montalvano” tomó el relevo de “Los pequeños asesinatos de Agatha Christie” en la programación de los domingos en La 2 y Sicilia ocupó el lugar de Francia, un comisario francés dejó paso a un subcomisario italiano y los crímenes salidos de la pluma de Agatha Christie cedieron su espacio a los crímenes imaginados por Andrea Camilleri. Si la serie “Comisario Montalvano” ya era buena y servía como contrapunto a la intensidad de series estadounidenses como “True Detective” o el abrumador despliegue visual de “CSI”, “El joven Montalvano” es, en su deliciosa sencillez, la prueba de que es posible hacer buena televisión a partir de buenos guiones y un personaje como el joven Montalvano, un subcomisario que no sólo trabaja sino que también vive en un pequeño pueblo de la montaña siciliana. Los que disfrutamos con “Las aventuras del joven Indiana Jones” y los que creemos que el miniepisodio protagonizado por el joven Indy (maravillosamente interpretado por River Phoenix) dentro de “Indiana Jones y la última cruzada” es de lo mejor de la saga protagonizada por nuestro arqueólogo favorito, estamos encantados con las aventuras del joven Montalvano. Por eso es justo y necesario que, después del joven Indy y el joven Montalvano, podamos disfrutar de las aventuras del joven Kostas Jaritos, el comisario ateniense creado por el escritor Petros Márkaris.

“El joven Kostas” podría centrarse en la vida del comisario antes de que la vida griega le convirtiera en el comisario Jaritos. ¿Cómo era aquella Atenas anterior a la dictadura de los coroneles, del ingreso de Grecia en la Unión Europea, de los Juegos Olímpicos y del desplome material y moral provocado por esta estafa a la que llamamos “crisis”? ¿Cómo sería la joven Adrianí, la esposa de Jaritos, esa mujer fuerte, con las ideas claras y que cocina como nadie los tomates rellenos? Un momento. A Montalvano le encanta la cocina y las novelas de Márkaris están llenas de descripciones de platos con nombres que estallan en la imaginación. ¿Qué les parece un programa de cocina con los platos favoritos de Montalvano y las mejores recetas de Adrianí? Asesinatos, croquetas de arroz y tomates rellenos. Tiembla, “MasterChef”.

18/8/16

ALMAS TENEBROSAS


Parece que Lucifer, como canta Loquillo en “Cadillac solitario”, siempre quiso ir a L. A., dejar un día ser Señor del Infierno y cruzar el mar (y el mal) nocturno de la ciudad californiana en compañía de la detective de homicidios Chloe Decker. La serie “Lucifer” (Antena 3) presenta una interesante vuelta de tuerca a las parejas de detectives tipo Castle-Beckett en “Castle” o Booth-Brennan en “Bones”, con un atractivo e ingenioso Lucifer de vacaciones en Los Ángeles que no sólo conoce muy bien la naturaleza humana sino que es capaz de meterse en la cabeza de los hombres para saber qué desean más que nada en este mundo. Y las almas de los hombres, como las de los éforos de la película “300” que según Leónidas son más criaturas que hombres, pueden ser tenebrosas como la noche o, también, luminosas como el alma de la detective Decker, cuyo secreto más tenebroso es que protagonizó cuando era más joven “Instituto Yacuzzi”, una infame película en la que enseñaba los pechos y ocultaba todo lo demás.

Estamos acostumbrados a ver series que nacen de otras series, como la inolvidable “Frasier” nació de “Cheers” o “Aida” de “Siete vidas”, pero a nadie se le ha ocurrido rodar películas que nacieron en series. Creo que “Instituto Yacuzzi” sería un éxito cinematográfico veraniego como complemento de, por ejemplo, la descacharrante “Independence Day: contraataque”; y estoy seguro de que si Kaley Cuoco protagonizara esa película en la que Penny, su personaje en la serie “Big Bang”, se trasforma en un gorila asesino por culpa de un experimento de Wil Wheaton, llevaría a las salas de cine a las masas de espectadores que no sólo disfrutan con “Big Bang” sino que llenan las sesiones de veraniegos festivales de cine como el maravilloso “Peor… ¡Imposible!” que dirige en Gijón el gran Jesús Parrado. Ahí lo dejo. Películas derivadas de series, a ser posible capaces de sonrojar a la detective Decker o a la visitadora médica Penny. Lucifer debe estar ahora mismo disfrutando con la idea. Y es que las almas de los críticos de televisión, sobre todo en verano, son tenebrosas como la noche.

17/8/16

PLAN DE VIDA: RASCARSE


Una cosa es rascarse un brazo cuando pica, y otra cambiar de canal cuando Natalia dice en “Cámbiame” (Telecinco): “Azahara, yo te libero de tu pasado choni”. Si me pica un brazo, me rasco; pero si Azahara, que es la misma Azahara anterior a su “cambio radical” pero con un nuevo corte de pelo, aparece en el plató y dice que quiere dejar atrás su pasado y que a partir de ahora quiere seguir un camino “bueno”, cambio de canal. Ahora bien, ¿rascarse un brazo cuando pica y cambiar de canal cuando sale una Azahara que reniega de su pasado choni son actividades satisfactorias? Desde luego, sí. ¿Eso quiere decir que todos deseamos que nos pique un brazo para poder rascarnos o que existan programas como “Cámbiame” para poder cambiar de canal? No y sí.

Sócrates dice en uno de los diálogos platónicos que rascarse tiene un valor de satisfacción relativo a una necesidad, pero no tiene valor intrínseco alguno porque rascarse no es un elemento que un ser racional incorporaría a su plan de vida. Rascarse es una actividad valiosa en la medida que calma una sensación desagradable, pero nadie en su sano juicio desea que le pique un brazo para poder rascarse ni pediría a los dioses que le enviaran picores, sino que deseamos no experimentar la necesidad de rascarnos. De acuerdo. Pero es que rascarnos con el mando a distancia cuando nos pica “Cámbiame” no es como rascarnos un brazo cuando nos pica. Nadie defendería que rascarse es una buena cosa ni andaría por la calle rascándose un brazo tanto si le pica como si no, pero es bueno que los dioses de la televisión nos envíen picores en forma de programas que creen que un “cambio radical” consiste en cambiar de peinado porque el placer que nos produce cambiar de canal no sólo no es una acción embarazosa y algo humillante, como el rascarse, sino que tiene un valor intrínseco y es racional no desear la desaparición de esos programas para así poder disfrutar del placer de huir de ellos. Si los japoneses inventaran un televisor que sólo ofreciera programas que nos gustan, se perdería la dulce sensación de escapar del horror de “Cámbiame”; pero si los alemanes inventaran un brazo que nunca pica, nadie lamentaría perder la satisfactoria actividad de rascarse. Si nos pica “Cámbiame”, nos rascamos y la vida tiene otro color. Plan de vida para una tarde de agosto: rascarse.

16/8/16

20.000 LEGUAS DE ELLIOTT SMITH


En su fascinante ensayo “La antropología de los números”, Thomas Crump sostiene que, cuando se trata de números escritos, la notación basada en el valor según la posición, característica de los numerales arábigos, es absolutamente la mejor solución posible del problema de la representación escrita. Pero hay problemas más difíciles que el de la mejor representación escrita de los números, problemas tenebrosos que no admiten “la mejor solución posible”, problemas tremebundos con soluciones que provocan pasmo en unos y perplejidad en otros, problemas que no tienen una solución equivalente a la basada en el valor según la posición. La televisión nos ofrece millones de ejemplos de este tipo de problemas. Ahí van dos.

En “El precio de la historia” (Canal Historia), un tipo quiere vender unos preciosos guiones gráficos originales de la película “20.000 leguas de viaje submarino” para conseguir dinero con el que reparar su motocicleta. ¿Unos dibujos en los que Ned Land, interpretado por un perfecto Kirk Douglas vestido con una encantadora camiseta a rayas, lucha contra un pulpo gigante, o novecientos dólares que servirán para reparar una moto? Cualquier solución provocará pasmo en unos y perplejidad en otros. El canal Movistar Series Xtra programa estos días “Elliott Smith: Heaven Adores you”, una película documental sobre la vida y obra del músico Elliott Smith, mientras Fórmula 40 y Sol Música convierten en ruido los ecos de la guitarra de Elliott. Sugeriría al dueño de los guiones gráficos de la película de Richard Fleisher que buscara otra manera de financiar la reparación de su moto, y recomiendo a los lectores que vean el documental sobre Elliott Smith, lleno de delicadas canciones y sugerentes imágenes, y que huyan de esos videoclips de canciones veraniegas que convierten a Georgie Dann en John Lennon. Pero sólo es una sugerencia y una recomendación. En cuestión de cine, motos, cantautores y videoclips veraniegos no hay números arábigos. Por eso ayer, en el ascensor, coincidí con dos vecinos que hablaban de la reposición de “Perdidos” y de los viejos episodios de “Alaska y Mario” sin que se pusieran de acuerdo en cuál era la mejor manera de evitar encontrarse con los Juegos Olímpicos. Y yo que creía que ver correr a Bolt era lo más parecido a los números arábigos. Estoy pasmado y perplejo.

15/8/16

COOPER-ALLEN


En un capítulo de la serie “Big Bang”, Sheldon Cooper se ve en el compromiso de ir al teatro con Leonard y Amy para asistir a la representación de una obra protagonizada por Penny. Sheldon, obligado por Leonard, deja en casa antes de salir un montón de aparatos que llevaba escondidos en la ropa con los que pensaba combatir el aburrimiento que le esperaba en el teatro, pero su desolación deja paso a la alegría cuando se entera de que la obra en la que interviene Penny es “Un tranvía llamado deseo”. Y es que Sheldon, que aunque a veces se presenta como “filósofo” no es precisamente un amante de las humanidades pero sí de los trenes, no conoce la obra de Tennessee Williams y cree que “Un tranvía llamado deseo” va de… tranvías.

El pasado sábado, coincidieron en la parrilla televisiva la reposición de los primeros episodios de tres series estupendas: “Los pilares de la Tierra”, “Masters of Sex” y “Perdidos”, tres maneras de emplear el tiempo antes de sentarse delante del televisor para ver jugar a Nadal contra Del Potro en los Juegos Olímpicos e intentar entender cómo es posible que este hombre siga en pie después de tantísimos partidos en tan poco tiempo. Bien. Podríamos imitar a Sheldon cuando dice que “Un tranvía llamado deseo” va de trenes, o seguir el mismo curso de lectura rápida que hizo Woody Allen y que le permitió leer “Guerra y paz” en veinte minutos y concluir que la novela de Tolstoi va de Rusia, de modo que si un amigo nos pregunta de qué van estas series, diríamos que “Los pilares de la Tierra” va de la construcción de una catedral en el siglo XII, “Masters of Sex” va de la sexualidad humana, y “Perdidos” va de lo que les pasa a los supervivientes de un accidente aéreo. Pero no. Ni los trenes, ni Rusia, ni una catedral, ni el sexo, ni un accidente aéreo hacen justicia a una obra de teatro, una novela y tres series de televisión que forman parte de la mejor cultura popular. El método Cooper-Allen sólo funciona con productos horribles como “Sálvame”, “First Dates”, “Vergüenza ajena” o con todo lo que hagan o digan personas humanas como las Kardashian. Hagan la prueba. Por eso el fútbol no va de veintidós tipos en pantalón corto persiguiendo un balón, y por eso “Gran Hermano” va de Mercedes Milá.

14/8/16

LA SONRISA DE NADIA


El documental “Nadia Comaneci: la gimnasta y el dictador” (La 2) es oportuno porque estamos inmersos en unos Juegos Olímpicos, es necesario porque a veces se nos olvida que detrás de los grandes deportistas hay algo más que medallas de oro, y es conmovedor porque demuestra que, así en el deporte como en la vida, los finales felices no siempre son tan felices. La historia de la gran gimnasta rumana Nadia Comaneci comenzó cuando el duro y revolucionario entrenador Béla Károlyi preguntó en una escuela de Onesti quién sabía hacer la vuelta lateral, y la pequeña Nadia sabía. Desde esa pregunta en el colegio hasta el 10 en su ejercicio en las barras asimétricas en los Juegos Olímpicos de Montreal, la vida de Nadia consistió en entrenar, entrenar, entrenar y sonreír poco. ¿Mereció la pena tanto esfuerzo, tantos años en busca de la perfección deportiva, tantos besos de Ceaucescu, tantos discursos ensalzando las virtudes del dictador rumano, tanta dieta, tanta disciplina y tanta tristeza? El documental sobre Nadia no contesta del todo a estas preguntas, pero los ojos de la gimnasta puede que nos digan más que sus explicaciones.

Las estupendas comentaristas de gimnasia de TVE en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro apuntaron, después de ver su ejercicio de suelo, que la gimnasta rusa Aliyá Mustáfina ganaría mucho si sonriera un poquito durante sus actuaciones. Es fácil decirlo. Pero puede que Mustáfina o Comaneci pertenezcan a la misma clase de deportistas que el futbolista Mascherano, que reconoce que no se divierte jugando al fútbol con el Barça porque tiene que estar concentrado los noventa minutos de cada partido. Mascherano dice que no entiende a los que salen al terreno de juego a “disfrutar”, y quizás Nadia y Mustáfina tampoco entiendan a las gimnastas que salen a “sonreír” mientras compiten. No sé qué añade la sonrisa a un ejercicio de gimnasia, ni qué tiene de bueno que un defensa central sonría mientras intenta controlar a un delantero como Aduriz. Creo que la sonrisa está sobrevalorada, y que los cantantes, los políticos o los presentadores de telediarios deberían sonreír menos. Si Buster Keaton hubiera sido tan buen gimnasta como Nadia Comaneci, también habría ganado medallas de oro.

13/8/16

ESPARTACO Y LOLA

Mary Beard, a quien los viejos dioses griegos bendigan, y John Henderson escriben en su imprescindible introducción al mundo clásico que los estudios sobre la antigua Grecia y la antigua Roma pueden implicar sentarse en una biblioteca y leer a Pausanias o irse a revolver en un vertedero de la Antigüedad, y que ambas actividades son esenciales. La “Descripción de Grecia” de Pausanias no es menos importante que un trozo de cerámica, y el tiempo que Indiana Jones pasa en la biblioteca de su universidad no es menos importante que el tiempo que emplea en buscar el Arca de la alianza. El mismo doctor Jones dice a sus alumnos en “Indiana Jones y la última cruzada” que la arqueología busca el hecho, no la verdad, y que si lo que les interesa es la verdad, la clase de Filosofía está en el pasillo del fondo. Del mismo modo, podríamos decir que el cine histórico busca entretener, y que si a los espectadores lo que les interesa son los hechos o la verdad, deben recurrir a Pausanias, a los vertederos y al pasillo del fondo.

El pasado jueves, TCM programó la película “Espartaco” y La 2 emitió “Juana la loca… de vez en cuando”. Por supuesto, no podemos comparar a Stanley Kubrick con José Ramón Larraz ni a Kirk Douglas con Lola Flores, pero ni la película que nos habla de la libertad, de la dignidad y de la amistad con la excusa de un Espartaco imaginado por el guionista Dalton Trumbo que adaptó una novela de Howard Fast ni, por supuesto, la comedieta gruesa inspirada lejanísimamente en Juana la Loca buscan los hechos ni la verdad, sino entretener. Es tan ridículo enfadarse con Trumbo por idealizar a Espartaco como mosquearse con Juan José Alonso Millán por presentarnos a una Isabel republicana. No es para tanto. Los que estén interesados en los hechos de Espartaco y de Juana la Loca pueden sentarse en una biblioteca, y los que pretendan alcanzar la verdad de una revuelta de esclavos que puso en jaque a Roma y de una mujer que acostumbramos a etiquetar como “loca de amor” pueden darse una vuelta por el pasillo del fondo. Pero un jueves de agosto, qué quieren que les diga. El Espartaco de Kubrick me sigue conmoviendo y la sonrisa de mi madre cuando me explica quién fue Lola Flores me alegra la noche.

12/8/16

NOVEDADES TELECINCO


Notición: Telecinco, ultramoderno ariete contra los espíritus más reaccionarios, aparca momentáneamente la innovación televisiva. Telecinco, renovador terremoto que conmociona las parrillas, pospone la investigación de nuevos formatos. Telecinco, original torbellino de ideas que sacude las pantallas, renuncia a revolucionar el panorama televisivo mundial con el aplazamiento del esperadísimo estreno de un subversivo programa que supondría la sustitución del viejo lenguaje audiovisual por otro capaz de canalizar la rompedora apuesta que supone una nueva concepción del entretenimiento en la que apuesta por nuevas caras, nuevos modos de trabajar y nuevas formas de dirigirse a una renovada y exigente audiencia que cada día demanda más riesgo y experimentación en la televisión que consume. O sea, que Telecinco no va a emitir este verano “Lo que necesitas es amor”. Que lo sepáis.

Es que Telecinco estuvo escarbando en el vertedero al que Antena 3 arroja sus desechos, encontró la raspa de “Lo que necesitas es amor”, la sacudió, sopló un poco y consideró que todavía podía aprovecharse. Abrió el verano anunciando que con la calorina volvería a emitirlo, ya se sabe que es época en que las alcantarillas huelen y así es más fácil camuflar el mal olor. Como todo puede empeorar, Telecinco cambiaría el nombre de “Lo que necesitas es amor” por el de “All you need is love”, que fastidia más; y como Jesús Puente, su presentador mítico, lleva lustros muerto, el sustituto sería Jordi González, cuya trayectoria profesional demuestra que es capaz de esto y cosas peores.

Pero el proyecto se frenó. Un portavoz de Mediaset explicó que no había fecha de emisión para el engendro, aunque podían “guardarse novedades para otro momento”. ¿Cómo que “novedades”? Si esto es una novedad podemos confirmar el notición: Telecinco, ultramoderno ariete contra los espíritus más reaccionarios, renovador terremoto que conmociona las parrillas, original torbellino de ideas que sacude las pantallas, aparca momentáneamente la innovación televisiva.

11/8/16

RESINACIÓN


Es superadorable. Googleas “Trabajo temporal” y en vez de una cutre lista de penosas opciones laborales, de un mercado triste que se aprovecha de la desesperación de las personas, de una dura bajada a los infiernos para quien crea que todo el monte es orégano, sale un programa de TVE pizpireto y chachipiruli en el que unos famosos muertos de risa juegan a hacer el paripé de que trabajan un par de días aquí y allá mientras difunden la patraña de que agarrarse a cualquier curro que te salga -sea lo que sea, dan igual las condiciones- es superdivertido y encima conoces gente. Otra cosa es que te lleve el estómago ver semejante bazofia.

Hace unas semanas lamentábamos el canto que hace “Trabajo temporal” (noche de los miércoles en La 1) a la precariedad laboral. La mezquina participación de Ana Obregón como limpiadora pija parecía difícil de superar (llegó a decir que las limpiadoras no necesitan ir al gimnasio y que el teatro es más duro), pero se lo están currando. Ver a Carlos Baute jugando a ser Guardia Civil y a Berta Collado ponerse intensa como soldado de la Legión fue vomitivo. Es escandaloso ver el sentido que tiene TVE de lo que es la tele pública, y humillante el uso que hace de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con sus recursos materiales y humanos degradados a convertirse en un costosísimo escenario al servicio del lucimiento de unos señores de promoción en un programa tramposo para quien lo ve y degradante para quien realmente desempeña un trabajo en el que se exige una preparación adecuada, responsabilidad y esfuerzo.

La serie “El bosque protector” (mañana de los domingos en La 2) supone un soplo de aire fresco ante tanta intoxicación. El capítulo dedicado a los resineros que en duras jornadas aún extraen la sangre de los pinos en Castilla era de verdad, sin poses ni mentiras, con las manos entregadas al esfuerzo, con sudor auténtico. Hablan de resinación y no es juego de palabras. El trabajo es lo que somos y somos mucho más de lo que quieren hacernos creer en “Trabajo temporal”.

10/8/16

JUEGOS (OLÍMPICOS) DE TRONO


‘Sillónbol’, modalidad quejica, versión despelleje. Así triunfa el seguimiento de la cobertura de TVE de los Juegos Olímpicos. Es fácil competir desde el sillón en el estadio virtual de las redes sociales. Mola tocar podio durante un segundo de gloria antes de que otros tuits sepulten el tuyo. Es así: los tuits están para batirlos.

Para unos TVE ya empezó patinando en la ceremonia de apertura al traducir el portugués de forma cutre. Para otros no puede ser que en el “TD-2” pille a Jesús Álvarez con micro abierto y solo diga “¿Qué haces, qué haces?”, perdiendo la ocasión de superar al “¡Pero esto qué es!” de Matías Prats. Hay quien pone el tuit en el cielo porque el “TD-1” emite un reportaje en catalán. Hay quien lo pone porque corta ese reportaje y Sergio Sauca pide disculpas como si un minuto de catalán fuera catalán tan fiero que en las noticias de TVE fuera delito. Eva Hache lamenta que los fallos en la web de TVE la tienen “fritita”. Aquí lamentamos que como TVE siga así el ‘sillónbol’ puede dar paso al ‘tronobol’.

La responsabilidad de TVE en estas olimpiadas es enorme. Felipe Borbón ya lo insinuó al despedir a los olímpicos españoles en el aeropuerto: “Os seguiremos con enorme interés y atención pegados a la tele”. Millones de españoles debemos conformarnos con seguir los Juegos por la tele desde el sillón, pero para un rey es nuevo tener que verlos desde el trono. No ir sin más, como hacemos todos, es menos traumático que no ir porque pierdes el pase VIP y todos los gastos pagados que precisas para hacer ese trabajo de rey que no gobierna, pero reina desde la tribuna de autoridades. Con un “¿Brasil? ¡Ya me gustaría! ¡Hay que adaptarse!”, Borbón repitió la indirecta en el palacio de Marivent al hacer su trabajo de posado ante la prensa de rey que no gobierna, pero reina de vacaciones con todos los gastos pagados.

TVE: aun sin “compi yogui”, el ‘tronobol’ tiene más peligro que el ‘sillónbol’. Esmérate, no vayas a terminar de estropearle al rey un verano que ya bastante fastidian esos políticos advenedizos que sí fueron elegidos en las urnas.

9/8/16

"ZOOM FILOSOFÍA"


No habrá una edición especial del programa “Zoom Filosofía” en el que la tele pública destaque la demoledora potencia de la filosofía elaborada por el recientemente fallecido Gustavo Bueno porque la televisión pública nunca creó un programa llamado “Zoom Filosofía”. Tampoco creó nunca uno llamado “Zoom Ciencia”, así que no habrá una edición especial de “Zoom Ciencia” que rinda homenaje a este filósofo que en su sistema prestó una especial atención al conocimiento científico y que reconocía leer más ciencia que filosofía porque no puede haber filosofía sin ciencia. Y aunque específicamente proclamó el papel fundamental de la matemática -la geometría- como matriz en la que se gestó la racionalidad científica y por extensión filosófica, ningún especial “Zoom Matemáticas” hilvanará el teorema de Tales o de Pitágoras con Platón o Bueno. Porque no hay “Zoom Matemáticas”, como no hay “Zoom Política”, “Zoom Antropología” o, válgame el Santísimo Sacramento, “Zoom Ateísmo”. Hay, eso sí “Zoom Net” sobre electrónica, “Zoom Tendencias” sobre frivolidad y tontería y “Zoom Sport” sobre el deporte que ya ocupa canales enteros. Por eso la tele pública, que Bueno siempre consideró tan necesaria, claudicó de su responsabilidad social y se conformó con una necrológica de apenas un minuto en el “TD-2”.

“Cuando me muera, no pasará nada”, dijo Bueno al cumplir los 80. Murió con 91, o como le gustaba decir, después de dar 91 vueltas al Sol. Por poco no completó las 92 traslaciones. Superó las 33.500 rotaciones al eje terrestre. Apenas cumplió un grado y medio de la vuelta completa en la orientación del eje de rotación que, debido al movimiento de precesión, completa la Tierra cada casi 26.000 años. La astronomía - geometría celeste: ciencia- explica que esta precesión es la causa de que las constelaciones hoy ya no coincidan con los signos zodiacales de ese timo que es la astrología. Bueno murió el domingo y no pasó nada. La tele pública sigue dejando mucho que desear, y, como cada domingo, Cuatro cerró el día con las pamplinas pseudocientíficas e irracionales de “Cuarto milenio”.

8/8/16

PIJAS, CONOCIDAS Y SIN DROGAS


Alejémonos y sigamos navegando cuando los caprichosos vientos del ‘zapping’ nos arrastren a los acantilados de “Hable con ellas” (noche de los lunes -antes los domingos- en Telecinco). Y, cuando las azarosas corrientes de la apatía nos empujen contra los escollos de “Amigas y conocidas” (mañanas de La 1), maniobremos para seguir nuestra singladura por aguas más tranquilas. No seamos amigos ni conocidos de las amigas y conocidas de “Hable con ellas”. No hablemos con las ellas de “Amigas y conocidas”. Para huir no es necesario tapar los oídos como hizo Ulises con el dulce canto de las sirenas. Basta con aplicar a estos graznidos horrísonos las últimas palabras que pronunció en directo José Luis Moreno cuando hace dos años abandonó enfadado el plató de “Hable con ellas”: “Señoras, amigos… ¡no habléis con ellas!”.

Las esforzadas suplentes veraniegas de “Amigas y conocidas” aprovechan este formato de mesa camilla tan de Telecinco como escaparate para dar el salto a más altas cotas de miseria. El otro día, dos colaboradoras se insultaban llamándose pijas. El logo de La 1 lloraba en la esquina. Y el niño Jesús del Dios de las televisiones ni te cuento.

Las actuales integrantes de “Hable con ellas” sobreviven en un programa cambiante enfrentándose a lo que les manden. La semana pasada recibieron a Fernando Arrabal e intentaron subir la audiencia escandalizándose con sus irreverencias. Arrabal se tomó algo que anunció como droga. Ellas también lo tomaron para demostrar que no era así. Está bien saberlo: si alguien toma algo en Telecinco es que no es droga.

Esta noche, Moreno se tragará sus palabras y hablará con ellas en “Hable con ellas”. Querrá limpiar su imagen entregando las 25.000 pesetas por las que huyó cuando Yolanda Ramos le reclamó que no había cobrado una colaboración en “Noche de fiesta” en la que, encima, trabajó sin contrato:
- “Si usted me las paga, yo las dono”, desafió ella.
- “Dalo por cobrado”, se defendió él.

Quien paga, descansa; pero quien cobra, más. Quizá esta vez pague en vez de solo anunciarlo. Las chicas deberían morder el talón para comprobar que es de verdad y no está hecho con droga.

7/8/16

VEN, CAPITÁN TRUENO


Ojalá todos los malos fueran como Ramsay Bolton, Señor de Fuerte Terror, Señor de Invernalia, Guardián del Norte y psicópata perfecto en la serie “Juego de tronos”. Ojala todos los malos fueran como Cersei Lannister, la nueva reina de Poniente después de cargarse a todos sus enemigos con una cosa verde que parece la versión explosiva de la masa devoradora con la que lucha Steve McQueen en “The Blob”. Ojalá todos los ambiciosos y chiflados por el poder del mundo fueran como Daenerys Targaryen, Madre de Dragones y capaz de todo con tal de ser califa en lugar de califa, o algo así, como quería el infame visir Iznogud. Ojalá los implacables, los vengativos, los que se limitan a sonreír levemente después de conseguir sus objetivos fueran como Arya Stark, que tiene una lista con los nombres de los enemigos a los que quiere ver muertos; o Sansa Stark, que poco a poco entiende cómo funcionan las cosas en “Juego de tronos” y sonríe cuando Ramsay es devorado vivo por sus propios perros. Ojalá. Pero no.

Ojalá todos los malos del mundo fueran tan descacharrantes como Duran Duran, el villano de la película “Barbarella” (TCM) que inventó una máquina que mata provocando orgasmos (aunque la máquina no puede con Barbarella, interpretada por una bellísima Jane Fonda). Duran Duran, entre cuyas malvadas acciones está haber inspirado el nombre del grupo británico “Duran Duran”, amenaza a Barbarella diciendo que le hará cosas que están más allá de toda filosofía, una frase que tendría que ser estudiada en todas las facultades de Filosofía antes de que las cierren para integrarlas en las facultades de Filología. Duran Duran está orgulloso de haber aprendido la nobleza y la dignidad del mal puro, y es tan malo que le espanta la idea de que alguien le pueda hacer lo que él hace a los demás, en una vuelta de tuerca chiflada al imperativo categórico de Kant. Ojalá los malvados se limitaran a inventar máquinas que matan con orgasmos. Pero no.

Los malos de carne y hueso ordenan a unos chiflados que se hagan estallar en un aeropuerto o una estación de metro, destruyen restos arqueológicos con una sonrisa, ganan millones con sus dragones financieros y aspiran a ser presidentes de los Estados Unidos sembrando el odio y recogiendo tempestades. Ven, Capitán Trueno, haz que gane el bueno.

6/8/16

BUSCANDO A FIDIAS


El estreno de “Buscando a Dory” ha sido la excusa perfecta para que algunas cadenas televisivas programen otras grandes películas que surgieron del descomunal talento de los chicos de Pixar. No sé ustedes, pero yo he aprovechado la ocasión para volver a ver “Buscando a Nemo”, “Monstruos S. A.”, “Cars” y “WALL-E” y he cambiado de opinión: ya no me parecen geniales y divertidísimas, sino obras maestras absolutas y una prueba de que el ser humano merece seguir en este planeta mientras produzca poetas como Homero y creadores como John Lasseter. Es más, sostengo que “Ratatouille” es tan buena que incluso es capaz de hacer que nos olvidemos de todos esos programas de cocina que han ocupado las parrillas televisivas con la misma táctica que utiliza la canción del verano para colarse en nuestras cabezas. Después de “Ratatouille”, creo que podría soportar cinco minutos las tonterías de “MasterChef” sin arañarme para arriba. Pero no pienso comprobarlo.

La propuesta que lanzo al mundo desde este artículo es la siguiente: que los guionistas de maravillas como “Buscando a Nemo” o “WALL-E” sean tan candidatos al Premio Nobel de Literatura como Leonard Cohen o Paul Auster y que, de paso, el Premio Nobel de Economía se integre en el de Literatura porque los economistas no son científicos sociales, sino novelistas renovadores del terror y de la ciencia-ficción. Ya puestos, y como muestra del máximo respeto que me merece la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea, propongo que el Museo Británico devuelva a Grecia los mármoles del Partenón expoliados por Lord Elgin. Sí, ya sé que esta última propuesta no tiene nada que ver con los guionistas de Pixar ni con los Premios Nobel, pero temo que la reina de Inglaterra encargue a Pixar una película de animación protagonizada por los fragmentos del friso del Partenón encarcelados en el Museo Británico y termine convenciéndonos de que en realidad el cielo de Atenas no es tan importante para los viejos mármoles griegos. Si “Ratatouille” puede reconciliarnos con la cocina, no sería raro que “Partenouille” nos reconciliara con el imperialismo británico. Pero no. Seguro que los chicos de Pixar pasan de Isabel II y de “Partenouille” y prefieren rodar “Buscando a Fidias”, una película de animación en la que la procesión de las Panateneas vuelve a casa dejando atrás el pequeño cielo de Londres y, ay, el cielo de Estocolmo.

5/8/16

UNTITLED WOODY ALLEN TV SERIES

Sí, quiero verla. No, no quiero verla. Bueno, quiero verla con los ojos entrecerrados. Desde hace treinta años el otoño tiene para mí una única ventaja: se acaba el buen tiempo, sí, los días se hacen más cortos, sí, se trabaja más, sí, pero se estrena una película de Woody Allen. En verdad Woody ya las ha estrenado en Cannes o en Nueva York alrededor del mes de junio, pero España es conocida internacionalmente por la siesta, el gazpacho y el inexplicable retraso con el que estrena las películas de Woody Allen. Aquí se hace en octubre.

Pero este año es diferente. No es diferente en la cita anual que tendremos con nuestro director favorito en las salas de cine -“Café Society” ya ha sido vista en el resto del planeta-. Es diferente porque este otoño se estrenará la primera serie que Allen ha escrito para televisión. Como es habitual en sus proyectos, la información acerca del resultado es escasísima. No se sabe el título. Ni el tema. Ni el género. Ni nada. Mejor dicho, casi nada. El periodista de investigación que llevo dentro ha conseguido recopilar tres datos impactantes: (1) Allen firmó el contrato en enero de 2015 y se arrepintió en febrero de 2015, (2) los protagonistas serán el propio Woody (ay…) y Miley Cirus (ayayay…), y (3) la serie ya está terminada y consta de seis episodios de media hora. Repito: la serie ya está terminada. Se ha sabido hace poco. Este otoño se resolverá todo.

No, no quiero verla. Sí, quiero verla. O al menos quiero ver declaraciones de los protagonistas, espóilerelereles sobre las tramas, fotos, fotos, muchas fotos del rodaje. Sólo ha trascendido una imagen de Miley vestida con un poncho jipi y su habitual panfilez facial en lo que parece ser o un bosque o Los Angeles mil años después de un holocausto caníbal. Con esa información no podemos ni albergar esperanzas de que ocurra el milagro ni corroborar la opinión de Woody acerca del terrible error que cometió. Por favor, lectores, ¿alguien sabe algo? ¿Alguien ha conseguido más información? Y, lo que es más inquietante, ¿y si en el resto del mundo la serie se estrena este otoño y aquí en España, por seguir con la marca España, nos hacen esperar hasta 2017?

4/8/16

MUCHO MÁS QUE UN PUNTO ROJO

No se preocupen si no han visto Marte durante junio y julio. La combinatoria elíptica de los planetas hace que la distancia entre ellos sea variable. Durante estos dos últimos meses la Tierra y Marte estuvieron tan extraordinariamente cerca que se podía apreciar el color rojizo de éste a simple vista en los amaneceres boreales en los que el cielo estuviera particularmente limpio. ¿Lo vieron? Si no fue así, no se disgusten. A partir de finales de julio nuestro vecino exterior comenzó a alejarse, y dicen los astrónomos que habrá que esperar varios años para que vuelva a encontrarse a una distancia tan cercana como la que acabamos de vivir.

Pero mienten. Muajajaja. Mienten como bellacos. Porque una extraña anomalía astronómica va a hacer que Marte altere su recorrido habitual y vuelva a situarse espectacularmente cerca de la Tierra durante este otoño. Lo acaba de anunciar Vera Pinto Pereira, jefaza suprema de Fox Networks Group Iberia, portadora de la buena nueva que asegura que National Geographic ha realizado la serie documental definitiva sobre Marte y se emitirá dentro de un par de meses en esta parte del Sistema Solar. Durante estos meses de junio y julio el planeta rojo se encontró a setenta y cinco millones de kilómetros de ustedes y de mí, pero el extraño epiciclo del que les habló hará que pronto Marte se sitúe a la escasa distancia a la que cada uno de nosotros tenga el televisor en casa. Con unos avances en tecnología y efectos especiales nunca vistos, una fundamentación científica y una producción verdaderamente cinematográfica, promete ser una de las mejores novedades de la nueva temporada.

Así que no lamenten no haber madrugado estos meses atrás para haber visto un punto rojo encima de la constelación de Escorpio. El 31 de julio de 2018 Marte volverá a situarse a algunas decenas de millones de kilómetros de nuestro planeta. Les aseguro que si este otoño disfrutan de la serie “Marte” en National Geographic Channel, ese día sí madrugarán para ir a observarlo a simple vista, y cuando lo vean verán mucho más que un simple punto rojo.


3/8/16

¿QUÉ ERA ESO DE LOS OSCARS?

No han entendido nada. Se han hecho públicas las nominaciones a los premios Emmy que se concederán en septiembre y, por encima de que uno esté de acuerdo o no con los actores y series candidatas, llama la atención que se sigan usando las mismas categorías de premios que tenían sentido antes de que la revolución de las series televisivas pusiera patas arriba la narración audiovisual en Occidente. Ya no es que no se entienda que Alan Alda no esté nominado como mejor actor de reparto en serie dramática después de haber construido esa apoteosis de la miseria humana que es el tío Pete de “Horace and Pete”; es que no se entiende que siga existiendo la distinción entre protagonistas y secundarios después de que “Juego de tronos” haya cuajado temporadas enteras con docenas de protagonistas y ningún secundario. No se entiende que se distingan dramas y comedias después de que “Louie” haya demostrado que se puede ser una cosa, la otra, las dos a la vez y ninguna de las dos al mismo tiempo. ¿De verdad tiene sentido premiar por separado a actores y actrices después de “Transparent”?

Tomen nota, señores de los Emmy: Mejor zasca. Mejor personaje que a mitad de la serie se descubre que no es quien parecía ser. Mejor cabecera. Mejor personaje con el que todos nos identificamos. Mejor trama de misterio. Mejor venganza. Mejor retrato de la desesperación humana. Mejor primer plano. Mejor evolución de un personaje a lo largo de las temporadas. Mejor primer capítulo. Mejor final de temporada. Mejor uso de la música para rompernos el corazón. Mejor tensión sexual no resuelta. Mejor enredo casual. Serie más inverosímil. Serie más realista. Mejor imitación de “Friends”. Guionistas con mayores empanadas mentales a la vista de los guiones que escriben. Mejor voz en versión original. Mejor travelling a lo largo de una calle abarrotada. Mejor cliffhanger. Mejor spin-off. Mejor cross-over. Mejor diálogo que si lo hubiéramos escuchado hace veinte años hoy nuestra vida sería diferente. Una ceremonia de entregas de premios como ésta y nadie recordará qué era eso de los Oscars.

2/8/16

DIME QUÉ FUE DE MÍ


El verano es tiempo de encuentros y reencuentros. TVE lo sabe y por eso hace semanas que los lunes, a las tantas, La 1 emite “Dime qué fue de ti”, un nuevo programa de Teresa Viejo que va de encuentros y reencuentros. Aquí también lo sabemos, por eso proponemos no hacer caso a TVE ni a ninguna cadena, no ver tanta tele en verano para salir a ver qué emite la calle y poder encontrarnos y reencontrarnos con la realidad.

El encuentro con “Dime qué fue de ti” la noche de un lunes es un reencuentro con nuestro pasado. Pero con nuestro pasado en forma de “Quién sabe dónde”, de “Tengo una carta para ti”, de “Hay una cosa que te quiero decir” porque hace mucho que la tele no nos conecta con el mundo sino con la tele. El encuentro con la calle cualquier noche de verano sí que es un reencuentro con que lo que fuimos y lo que nos gustaría ser: un paseo cuando refresca, una charla con unos amigos, una cerveza en una terraza.
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En “Dime qué fue de ti” pudimos ver en la tele el encuentro entre Alexis y José, Rosa y María José, Martha y Joao, Pedro y Raquel, Carmen y Loli con Tamara, Julio y Eduardo, Rocío y Enrique… Parecen la realidad porque todos son personas de verdad. Pero todos tienen algo en común: aunque uno se quede todos los lunes por la noche viendo “Dime qué fue de ti”, ninguno de los “ti” de los que habla el programa se trata realmente de ti. Y si el “ti” de “Dime que fue de ti” nunca eres tú, lo mejor que puedes hacer es salir a la calle, darle una oportunidad a los encuentros y reencuentros de verdad dejando de interponer una pantalla entre ti mismo y la realidad.

Más extraña es esa nueva posibilidad que brinda un videojuego de salir a la calle a encontrar y reencontrar muñecos que solo están en otra pantalla, la del móvil. Pikachu, Charmander y Squirtle son realidad aumentada pero no son reales. El coche que te atropella, la piel de plátano que pisas y el sopapo que te pegas contra otros jugadores sí que lo son.

1/8/16

PLAS, PLAS, PLAS


Yo aplaudo muy bien. Aplaudo que da gusto oírme. Y si no da gusto por lo menos se me oye bien. Quiero decir que no tendré sentido del ritmo como para haber acompañado a Peret, pero aplaudo fuerte y se me oye desde bien lejos. Además no empiezo a aplaudir flojo para ir ganando después intensidad, yo aplaudo fuerte desde el principio. No es por presumir, pero mi primera palmada ya resuena como si llevara aplaudiendo un buen rato. Suena clara, rotunda, contundente. Igual que hay risas que invitan a reír, mis aplausos invitan a aplaudir. Ya lo hice unas cuantas veces y siempre me sale bien. En un concierto de Franco Batiatto empecé a aplaudir al inicio de “Nómadas” porque esta es la canción favorita de mi hija porque le recuerda Arrabal de Portillo y todo el mundo aplaudió después. Al final también aplaudió todo el mundo, pero al principio lo hicieron porque empecé yo.

Digo esto porque en verano están sustituyendo a todo el mundo en los programas de la tele y supongo que también tendrán que darles vacaciones a las personas encargadas de empezar los aplausos cuando manda el regidor del programa. Y si se van de vacaciones yo podría sustituirlas. Estoy seguro de que a una señal sería capaz de dar tres o cuatro palmadas fuertes muy seguidas que arrastraran a los que están en el plató a seguir aplaudiendo. A veces pruebo cuando estoy en casa y yo mismo me sorprendo de lo bien que me salen esas arrancadas de aplausos en seco.

Por los contenidos no habría problemas. Me comportaría con profesionalidad y aplaudiría lo que me mandaran. Trabajo es trabajo. Igual que las plañideras lloraban por contrato, yo aplaudiría cuando me mandaran. Buenos días, empieza “El programa del verano”… Plas, plas, plas. Tenemos con nosotros a Javier Sardá… Plas, plas, plas. Silvia Jato despide por hoy “La mañana”… Plas, plas, plas. Termina de hablar Eduardo Inda… Eh, bueno, seguro que tampoco las plañideras eran capaces de llorar siempre que las contrataban.