28/12/07

INOCENCIA BAJO LA CAMA

Lo saben ustedes: yo paso las navidades debajo de la cama. Se trata de una vieja tradición que practicamos los Rico, en especial los Rico que nos dedicamos a la crítica catódica. Es oírse el rucurrucu de los niños de San Ildefonso y se inicia un ritual que por practicado se ha vuelto casi reflejo: escribo un "En Canal" contra el sorteo de Navidad, me aprovisiono de un par de kilos de turrón del duro, una botellita de cava y una bacinilla, y me instalo a hibernar debajo del tálamo hasta que los gritos de los niños señalen que ya ha llegado el día de Reyes. Sé cuando es día y cúando las noches son por la casi imperceptible curvatura del colchón que indica si mi amada se encuentra o no tendida durmiendo sobre el lecho. Allá ustedes con sus especiales fin de año, sus películas sobre Santa, el hermano de Santa, el perro del hermano de Santa, sus dibujos animados sobre la historia de los dueños de los padres del perro del hermano de Santa. Allá ustedes con sus resúmenes del 2007, sus promos nevadas y sus con-capas de Ramón García. Se lo repito: yo estoy escondido debajo de la cama intentado más no ver que no ser visto.

Salvo, lo confieso, durante la gala de "Inocente, inocente". Más concretamente, durante las bromas que se emiten durante esa gala. La musiquita ésa, -plin, plin, plinplín, plin-, me saca del letargo, el metabolismo se activa, mi tasa cardíaca se recupera y me acerco bostezando hasta la salita para ver a Pepe "Avelino" Ruiz ser acusado de haberle zumbado a Hamilton con un lomo ibérico, a Chenoa viajar en el tiempo y el espacio gracias a los poderes del mago Alfred, o al Mono Burgos charlar con un chimpancé mediante a una máquina de lectura del pensamiento inventada por un tal Menéndez, -este año, además, me enteré de la colaboración de la Fundación Cristina Masavéu con el proyecto de lucha contra las enfermedades raras a través del Concierto de Año Nuevo que se celebrará en el Teatro Campoamor-. Y después vuelvo a reptar hasta mi guarida. Todavía queda turrón y cava. Y más de diez días de encefalograma televisivo plano.

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