12/5/17

AL FINAL DEL TODO DEL TODO


En la larguísima lista de inversiones que debe acometer el Estado español en este momento de la historia, ordenadas en función de su prioridad de mayor a menor importancia, la realización de un espacio televisivo como el recién estrenado “Fantastic duo” ocupa exactamente el último lugar. Ni siquiera el antepenúltimo. Ni siquiera el penúltimo. ¿Qué necesidad hay de que exista este programa? Absolutamente ninguna. ¿Qué aporta al mundo de la televisión? Absolutamente nada. ¿Cuántos son los motivos que justifican su existencia? Cero absoluto. “Fantastic duo” sólo debería existir en la televisión pública de un país que tuviera cubiertas no ya el cien por cien de sus necesidades, sino además el cien por cien de sus deseos. Entonces sí: “Reunido el Gobierno del Reino de España, y tras haber interrogado a todos y cada uno de sus habitantes, se ha comprobado que no queda ya ni una sola persona a la que le quede ni un capricho por cumplir, motivo por el cual se ha decidido dedicar el superávit de este año a producir ‘Fantastic duo’”.

¿Hay una asociación filatélica en algún punto de nuestro país que quiere pintar su sede social? Pues es más importante pagar eso que pagar “Fantastic duo”. ¿Hay alguien en España que quisiera que le hicieran cosquillinas por la nuca y recibir luego un masajín en la espalda? Pues eso tiene más prioridad que producir “Fantastic duo”. ¿Los vecinos de Mazarrón de Abajo quisieran estar conectados por AVE con Mazarrón de Arriba? Si hay dinero para “Fantastic duo” tiene que haber dinero para ese AVE. No sé lo que puede costar financiar esas dos horas de espantoso chundachunda en el que un jurado con famosos de serie C valora a cantantes de serie D en su búsqueda de parejas concursantes de serie E, pero si supera los cincuenta céntimos me parece carísimo. Insisto: no estoy criticando el reciente estreno ni defendiendo su retirada. Sólo pretendo analizar el programa en el marco del contexto general de la función pública y colocarlo en el sitio que le corresponde: el último. Al final del todo del todo. Exactamente en el lugar al que Televisión Española está intentando llegar durante estos últimos años.

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