22/5/17

EUROFRACASO EUROVISIVO


El problema del eurovisivo Manel Navarro es que, además de eurocantar, eurohabla. Antes del eurofestival, por ejemplo, proclamaba su euroalegría por actuar en el puesto 16 dando como razón que uno más seis es igual a siete, y el siete es su número favorito. El hombre podía haber aprendido algo de su eurofracaso, como que hay que abandonar las supersticiones, incluidas las que solo se mantienen para parecer más guay. Y con más motivo cuando encima fallan. O podía haber aprendido que está más guapo eurocallado. Pero no. Recordemos algunas eurodeclaraciones realizadas nada más euroactuar. Primera: “Última posición, pero yo no me voy triste a casa. Yo me lo he pasado muy bien. He disfrutado muchísimo”. Segunda: “Autocrítica, ninguna”. Y tercera: “Yo tampoco creo que haya que hacer un drama. Ha sido una experiencia única. Lo voy a recordar toda mi vida para bien, no para mal, así que yo me quedo con eso”.'

TVE debe tomar nota para el año que viene. Hará girar su programación durante meses en torno a “Eurovisión 2018” y gastará un pastizal del que no rinde cuentas ante nadie con un objetivo claro: que aunque no haya dinero para chavales que quieren becas ni haya dinero para chavales que quieren trabajar en investigación, sí hay dinero para que un chaval no se vaya triste a casa, lo pase muy bien, disfrute muchísimo, viva una experiencia única, no haga un drama de un fracaso tan grande que en toda su vida no volverá a tener la oportunidad de vivir un fracaso mayor, y lo recuerde para bien y no para mal porque autocrítica, ninguna.

Llegamos, así, a dos conclusiones. Primera: que si el eurocantante eurogalleara pero se eurocallara, su eurofracaso no sería tan grave. Él habría ido a reírse forzadamente mientras le eurovacilaba Rodolfo Chikilicuatre en “Late motiv”, y nosotros habríamos pasado la euroborrachera eurofestivalera eurofelices por no haber euroganado y no tener que euroaguantar un eurotostón euromayor el euroaño eurosiguiente como euroorganizadores de la eurogala de euro2018. Y segunda: que visto lo fácil que es colocar “euro” como prefijo de cualquier palabra para parecer más ocurrentes, pero resultando simplemente insoportables, es mejor no volver a hacerlo más.

4 comentarios: