Falta una semana para que termine “Curso del 63” y uno sigue sin dar crédito a lo que ve. Da igual haberse zampado el programa las cinco semanas que lleva emitiéndose, eso no hay quién lo entienda. A ver, el pretexto del programa es sencillo. Desde el principio se pilla eso de que se trata de unos estudiantes viviendo internos en un colegio ambientado en el año 63. Y eso que hay omisiones que claman al cielo: faltan las bofetadas, las fotos de Franco presidiendo el aula junto al crucifijo (¿o era al revés?) y aquellas clases voluntarias de religión a las que cualquiera era libre de no asistir si evitaba el laicismo excluyente y se marchaba en silencio de España respetando las creencias de los demás, amén.
Pero, dejando a un lado el decorado y los platos de Duralex, ¿de qué va este programa? Con el mismo decorado y los mismos platos, en “Cuéntame” hicieron una serie. ¿Qué hicieron en “Curso del 63”? Parece un reality al estilo de “GH”, de hecho los participantes soportan grandes tormentos (¡como comer lo que hay para comer y no interrumpir cuando otra persona está hablando!) porque no quieren bajo ningún concepto ser expulsados. Pero si no hay premios ni nada que se le parezca, ¿por qué aguantan y qué ganan los participantes? Si se trata de mostrar que los jóvenes de hoy encajan mal en la escuela a la que fueron sus padres, lo han conseguido. Pero es que es lógico: el mundo cambió en los últimos 40 años más que en los ocho siglos anteriores, así que los hijos no encajan en la escuela de sus padres igual que sus padres no encajarían en la Escuela de traductores de Toledo.
A estas alturas sólo se me ocurre una explicación: “Curso del 63” trata de mostrar los terribles efectos que causa crecer viendo en la tele series juveniles tan nefastas como “Compañeros” primero, y, sobre todo, “Física o química”, después. A Gorka quisiera ver yo en el Colegio San Severo.
2 comentarios:
Pues está claro que el programa no pretende nada más que dar que hablar..
No dijeron cuánto duraría, ni qué ganaban los "concursantes" (me niego a llamarles alumnos...ouch!), ni siquiera sé si han aprendido algo..
Tengo la esperanza de que al menos hayan aprendido de que con las mismas bragas y sin piercings todos son iguales y que diferenciarse del otro no es un fin en sí mismo..
Despidamos, pues, curso del 63 como se merece..viendo flash forward! Así no oiremos más a nuestros padres decir..pues sí, así eran antes las cosas..
Ya es muy tarde para mí y no estoy muy segura de qué va la serie porque si te digo la verdad en mi vida la vi anunciar. Pero me gusta la columna, porque ya estoy bastante harta de oir los típicos:
"Es que cuando yo estudiaba..."
Que sí hombre, que sí, que cuando tú estudiabas se respetaba a los profesores porque sino te pegaban con la regla y también se veneraba a un tapón fascita. Pero mira, te recomiendo que abras los ojos y mires a tú alrededor, que ahora las cosas han cambiado, que con hacer click en un par de teclas accedemos a una de las mayores fuentes de información del mundo y ya no tenemos que luchar por nada en absoluto.. si los estudiantes incluso piden permiso al profesor para saber si, si es que no venimos, se va a enfadar con nosotros. Y por favor, no me des la vara sobre tu tiempo o te la doy yo sobre el mío y te enseño a configurar una web a través de Office sin tener que usar HTML. Ah... ¿qué no sabes de que te hablo? Claaaaaaaaro, es que en mis tiempos enseñaban informática en el colegio.
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