Una vez al mes veo "Sálvame". Como forma de meditación que armonice el ciclo eterno de las acciones y sus efectos. Como purgante. Como tranquilizadora confirmación de que el universo sigue siendo un cosmos predecible en donde lo único que sabemos sobre el futuro es lo que ha ocurrido en el pasado. Y anteayer me tocó mi ración mensual de sinestesias: chirridos estremecedores cada vez que la cámara enfocaba a Kito Matamoros, picores generalizados que ocupaban el lugar de la voz de Milagros Ximenez, una Terelu Campos que más que una Terelu Campos era una sucesión de fogonazos y ondas de color de naturaleza etérea. Y una entrevista de Jorge Javier Vázquez, Lidia Lozano y Kiko Hernández a Rafa Méndez, -sí, hombre, el mamífero placentario de "Fama"-, que a punto estuvo de colapsar el continuo espacio-tiempo formando un agujero negro de majadería y convenció a mi córtex somatosensorial de que me estaba fumando la mitad del desierto de Sonora.Llamé al médico y su consejo fue sencillo: cambie de canal. Lo hice y las imágenes volvieron a ser visuales y los sonidos auditivos. Los olores desaparecieron. Al menos hasta el mes que viene.
1 comentario:
no me gustan tus articulos... lava la camiseta del revés besitossssss
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