31/12/19

DIGNIDAD


Ponerse digno mola. Quedas como un señor. Como el otro día Joaquín Prat en “Cuatro al día” (tardes de Cuatro, tras “Todo es mentira”). Tenía una conexión en directo con Pilar Gutiérrez, franquista por la gracia de Dios, para que repitiera las barbaridades habituales. Como añadió algunas nuevas sobre el Islam y eso no se puede consentir, la despidió con cajas destempladas. “Esta tía no vuelve a entrar más”, dijo muy digno.

Cuando te pones digno, levantas la barbilla y sigues tu camino sintiéndote superior. Es una sensación tan agradable, que vale la pena repetirla. Por eso da tanto gustirrinín volver la vista atrás un instante y confirmar tu desprecio. En “Cuatro al día” lo saben y ya lo tenían todo preparado. Justo después del desplante, emitieron una recopilación de barbaridades pilaristas que hizo a Prat el hombre más digno y feliz del mundo. “Me dan ganas de potar”, dijo echándose las manos a la cabeza. Y continuó su camino sintiéndose superbién.

Pero también hay que saber con quién ponerse digno y con quién no. Prat sabía que con la Pilarica podía porque un par de días antes había abierto la veda Omar Montes echándola de su casa en “Ven a cenar conmigo” (viernes noche, en Cuatro). El truco está en que es divertido azuzarla para que insulte a diferentes colectivos por razón de su nacimiento, raza, sexo, procedencia, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social… menos la religión. Aprende a respetar el Islam, Pilarona. Qué suerte tienen los sentimientos religiosos que juegan en primera división mientras los demás jugamos en segunda.

Lo curioso es que nadie en Cuatro, ni en todo Mediaset, se pone digno con el propio Omar Montes. En 2017 un concursante violó en “GH” a una chica que estaba borracha y no pasó nada. En 2018, Omar animó con insistencia en “GH VIP” a un compañero para que se aprovechara de otra chica borracha (“Túmbate con ella, gilipollas. ¿No te gustan las chicas o qué, hermano?”), y ahí sigue. Tú tampoco le dirás nunca nada, Joaquín. Sabes que puede que Omar sea un hijo de puta, pero es vuestro hijo de puta.

30/12/19

ABURRIMIENTO


“MasterChef Junior” no es un programa cínico, es un programa moderno. Si uno de los niños concursantes se queja de que se aburre no solo viendo el programa, sino que también se aburre haciéndolo, no pasa nada. “MasterChef Junior” lo emite para que se vea qué simpáticos son sus niños, y para que se vea que también lo son los miembros de su jurado, que le ríen la gracia y siguen la broma. Porque “MasterChef Junior” tampoco es un programa hipócrita que exprime a los niños concursantes para que rellenen los seis programas de tres horas que necesita para rellenar la programación navideña, lo que pasa es que es capaz de aprovechar incluso los momentos en los que los niños se quejan de lo aburrido que es el programa para hacerlo más entretenido si cabe.

—Eso te va a bajar un poco la nota.
—Ay, no, no, que si me quitan nota, me puedo ir en la segunda semana. Y yo me quiero quedar tres semanas exactas. Ni más, ni menos.
—¿Por qué?
—Porque, bueno, también a veces un poco aburre "MasterChef". Verlo y hacerlo. Pensaba que hacerlo no me aburriría, pero también un poco.
—Te entiendo perfectamente, Albert. Ver un poquito "MasterChef" está bien, pero verlo entero... Y hacerlo..., una semana o dos, tres máximo. Pero ya a la cuarta...

El niño es simpático, pero Pepe Rodríguez es un crack. Un poquito está bien, dice, pero que a la cuarta semana… Como si eso fuera todo. Hace siete años que tenemos dos ediciones de “MasterChef” por temporada: la original y la “Junior”. A ellas se suma desde hace cuatro la edición “Celebrity”. Ya van casi doscientos programas larguísimos que luego se reemiten en fin de semana. Una chapa semejante será rentable para Rodríguez y sus compis, pero sobre todo para la productora, Shine Ibérica, que se está forrando. Contrata a los ganadores de anteriores ediciones “Junior” para que sirvan de gancho en los “Campamentos MasterChef” que organiza. Allí, por casi mil euros a la semana, pueden ir a hacerse fotos con ellos los niños pijos que ya no saben qué hacer con su aburrimiento.

29/12/19

UN JESUCRISTO DE RAZA NEGRA

Ya está bien. Netflix ha producido un especial de navidad del grupo humorístico brasileño Porta dos Fundos, bajo el título “La primera tentación de Cristo”, en donde se presenta una versión gay de Jesucristo. El filme ha producido una lógica indignación entre la mayoría cristiana brasileña y sudamericana en su conjunto, llegando a registrarse ataques con cócteles molotov contra la sede del grupo Porta dos Fundos en Río de Janeiro, y una intensa campaña en las redes sociales a nivel continental para alentar a los subcriptores a darse de baja en Netflix mientras la plataforma mantenga dicha película en su catálogo.

Era esperable esta reacción. Es la gota que colma el vaso. ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar tergiversaciones que desvirtúan a nuestros personajes históricos o de ficción favoritos? En el último reboot del Spiderman de Marvel, la tía May es presentada como una cuarentañera, cuando todos sabemos que en el relato original ronda los ochenta años. Intolerable. En “The man in the high castle”, se juega con la posibilidad de que Hitler ganara la guerra, y podemos verle envejecido y con la enfermedad de Parkinson en la década de los sesenta. Qué falta de respeto. Una especial inquina se ha practicado contra la figura de Sherlock Holmes, al que podemos ver en “Sherlock” viviendo en el Londres del siglo XXI, y en “Elementary” acompañado de una Watson ¡mujer y asiática! ¿Es que la sensibilidad y los sentimientos de millones de seguidores del detective inglés no le importan a nadie? El “Julio Cesar” de Shakespeare, el Sombrerero Loco de Tim Burton, el Freddie Mercury de “Bohemian Rapsody”…

¿Es que estos guionistas no saben hacer ficción sin ajustarse a la realidad? Es importante que la sociedad civil se haga oír y encabece la protesta por estas ofensas, ante la pasividad cómplice de nuestros políticos. De no ser así, acabaremos viendo en una serie de televisión un Batman con una capa blanca o un Jesucristo de raza negra.

28/12/19

REALIDAD VIÑETIZADA

La grandeza de “Watchmen” consiste en seguir siendo una serie de dibujos animados a pesar de estar rodada con actores reales y acción real. Los dibujos animados y el cómic -obviamente, no son lo mismo unos y otro, aunque aquí los trataré por igual- se define por mucho más que por su naturaleza pictórica. El formato de la viñeta arrastra consigo una forma de narrar, una arquitectura de los personajes, unos criterios de verosimilitud diferentes a los de la novela o el cine. Y estos códigos sobre lo que se permite o no en los personajes y la trama han terminado siendo más definitorios del género que el propio dibujo. Si se cumplen estos criterios, estaremos ante dibujos animados, intervengan actores reales o no.

De hecho, durante buena parte del primer capítulo de la serie de Damon Lindelof todo me chirriaba sin que yo acabara de entender por qué. En cada escena se violaban tantos supuestos implícitos... todos esos códigos audiovisuales tan enraizados cuya existencia sólo se nota cuando alguien los sacude. ¿Qué te pasa, Jeremy Irons? ¿Por qué hay tantas elipsis? ¿Qué les ocurre con la iluminación? ¿Por qué los personajes dialogan en un tono tan irreal? Todo avanzaba de forma tortuosa…

… hasta que caí en la cuenta de que estaba viendo dibujos animados. Y entonces empecé a disfrutar como un adolescente. Hacía el gesto de pasar página tras cada secuencia. Los diálogos, antes torpes, se volvían brillantes cuando me los imaginaba en bocadillos saliendo de la boca de Angela Abar. Tres millones de muertos provocados por una explosión psíquica causada por un calamar-pulpo gigante traído por Ozymandias a través de una puerta transdimensional me pareció el suceso más verosímil del mundo. En su momento, a alguien se le ocurrió hacer una película dibujando acciones reales, y nació el género de los dibujos animados. Ahora, a alguien se le ha ocurrido rodar con acción real los dibujos animados. Propongo llamar al nuevo género “realidad viñetizada” y nombrar al doctor Manhattan su patrono. 

27/12/19

GULA Y LUJURIA


Las monjas deben diversificar su oferta de productos navideños y comercializar su propio succionador de clítoris. No se escandalicen, no estoy diciendo que ellas deban pecar ni un tantito. Las monjas, tan adorables, pueden seguir como hasta ahora, llevando una vida de oración y recogimiento mientras fabrican productos de máxima calidad y satisfacción garantizada con los que son otros quienes pecan y llevan su alma a la condenación eterna. Solo digo que no se entiende que limiten su actividad económica al rentable sector de los dulces y los postres con lo provechoso que podría resultarles también el pujante mercado de los juguetes eróticos.

Hay que normalizar estas cosas. La tele trató decenas de veces de los deliciosos dulces que hacen las monjas en sus conventos. Incluso las visita de vez en cuando para mostrar que usan productos de primera calidad en recetas artesanas de placer garantizado. En navidades es raro que un magacín hable de esos momentos familiares en los que el pecado de la gula reina en las sobremesas sin mencionar sus productos o mostrar sus enharinados obradores limpios como una patena. Por eso resultó chocante que el otro día María Casado no se acordara de las monjas simplemente porque en “La mañana” de La 1, en vez de hablar del habitual placer gastronómico, habló de placer “femenino”.

Atengámonos a la doctrina. La fabricación de juguetes sexuales elaborados por las primorosas manos de las monjas podría resultar tan eficaz para que caigamos en el pecado capital de la lujuria como los dulces lo son ya para hacernos caer en el pecado capital de la gula. En lo tocante a pecados capitales, tanto monta. No hay por qué imponer restricciones que carecen de respaldo doctrinal ninguno.

Casado sostenía pizpireta un satisfyer en la mano mientras hablaba de sus beneficios físicos y su enorme crecimiento de ventas. Lástima que no pudo rematar entrevistando tras una celosía a unas simpáticas monjas de clausura que comercializan su producto a través de un viejo torno de madera que sirve unas cajitas preciosas con una piadosa imagen del “Éxtasis de santa Teresa”.

26/12/19

ALÓ, ZARZUELA


Estemos tranquilos: el mensaje de Navidad de su majestad el rey del programa “Mensaje de Navidad de su majestad del rey” no fue el más personal de todos los mensajes de Navidad de su majestad el rey. Se trató solo de un regio mensaje del montón, un mensaje divino de nuestra majestuosa majestad que todos los españoles esperamos con esa ilusión infantil del pueblo llano que sabe que cuanto antes empiece, antes termina.

Había nervios porque se decía que este año el rey daría su mensaje más personal. Un peligro. Lo “personal” es la antesala de lo “humano”, y aquellas entrevistas “humanas” que hacía Pedro Ruiz lustros atrás se han convertido hoy en las que Bertín Osborne excreta en su casa o en la tuya a base de copazos de vino con los que soltar la lengua a sus invitados aprovechando que en la tele no hay control antidoping. Los españoles no queremos mensajes personales. Ya que pagamos por tener un rey o dos, nos merecemos un solemne mensaje real repleto de grandes palabras. Que no nos fastidien con mensajes personales, que para esos no hacía falta tanta alforja, tan antiguo linaje, ni tan rancio abolengo; bastaba con el de Wyoming en “El Intermedio” convertido digitalmente en el rey Felipe: “Esta noche es Nochebuena en la Familia Real, mi cuñado vuelve a casa... ¡la que se nos va a liar!”.

Sí es verdad que el real funcionario vitalicio tuvo este año el detalle de no grabar su programa una semana antes como otras veces, sino que lo dejó para última hora por si cambiaba la situación política. Bendito sea porque dio igual. No pasó nada y el mareante baile de grandes palabras lo podía haber grabado en abril: esperanza, convivencia, determinación, esfuerzo, dignidad, serenidad, valor, ilusión, generosidad, sacrificio, grandeza, libertad, fraternidad, seguridad, superación, prosperidad, bienestar, valores, tranquilidad, entendimiento, respeto, abnegación, modernización, bienestar, éxito, innovación, creatividad, civismo, ideales. El año que viene que no arriesgue, basta con que vuelva a cogerlas todas y nos las cuente en otro orden desde ese palacio que tiene tan chulo.

24/12/19

NAPOLEÓN EN VENUS


Lo cuenta tan bien Carl Sagan en “Cosmos”… Las primeras observaciones de Venus sólo mostraban un disco opaco, sin que se pudiera distinguir nada en él. Algunos astrónomos de la época razonaron de la siguiente manera: “No se puede ver nada de Venus, ¿Por qué? Debe de haber nubes que lo cubren. ¿De qué están hechas las nubes? De agua, claro. Con tanta agua, Venus ha de ser pantanoso. Si es pantanoso, tendrá algas. Si tiene algas, habrán evolucionado reptiles y anfibios. Luego, si no podemos ver nada de Venus, Venus debe de estar lleno de dinosaurios”. Cinco eslabones en la cadena de razonamiento y los cinco equivocados.

Este domingo #0 estrenó la nueva temporada de “Otros mundos”, la serie de Javier Sierra dedicada a los misterios que entienden los que no entienden los misterios que estudia la ciencia. Misterios con musiquita inquietante y divulgadores que viven de añadir confusión en vez de claridad a los temas que tratan. El primer capítulo se centró en la noche que Napoléon Bonaparte pasó dentro de la Gran Pirámide en 1799. Ni siquiera es seguro que esa noche haya existido; Napo quería imitar a Alejandro Magno y Julio César, pero algunos historiadores creen que se echó para atrás en el último momento. Otros cuentan que al salir de su retiro intrapiramidal y ser preguntado por la experiencia, Bona comentó “no os lo podríais creer”, lo que puede indicar desde que hacía un frío del carajo hasta que se le apareció el mismísimo Keops.

“¿Qué sabemos de aquella noche? Nada. ¿Por qué el general no contó nada de lo que le pasó? Porque tuvo que ser una experiencia intensísima. ¿Qué tipo de experiencia? Obviamente, paranormal, ya que la Gran Pirámide es un lugar misterioso. ¿Qué tipo de experiencia paranormal? Pues sería con fantasmas, claro, y viajes místicos. Luego, si Napoleón no contó nada, Napoleón tuvo que tener un viaje astral tras hablar con dos espectros”. “Otros mundos”, pero la misma basura paranormal de siempre patrocinada por Movistar+.

23/12/19

BUEN MAL RATO

Hay que estudiar a fondo el concepto de buen mal rato. Pasar un buen mal rato. Por ejemplo, en la escena de la discusión de “Historia de un matrimonio” he pasado uno de los mejores malos ratos de los últimos meses. Hay series enteras que se basan en hacer pasar a los espectadores muy buenos malos ratos. Y las hay de todos los géneros: “The office” -versión USA, of course- es una comedia que ofrece una colección in crescendo de buenos malos ratos que a veces se aparecen en mis mejores peores pesadillas; “Heridas abiertas” es un dramón como la copa de un piano escrito por un guionista cuyo único propósito es conseguir que los espectadores pasasen unos buenísimos malísimos ratos.

Nos gusta jugar a sufrir. Nos gusta sufrir de forma vicaria. Nos gusta pasar por el trago de sufrir siempre que tengamos a mano el botón de eject. Ya Aristóteles hablaba de la importancia de la mímesis en la experiencia poética. Pasteur consiguió que sus posibles enfermos se inmunizaran ante ciertas enfermedades inoculando sus virus patógenos de forma atenuada. Algunas psicoterapias programan exposiciones en imaginación de los peores temores de los pacientes como paso previo a su afrontamiento en la realidad. Hay algo satisfactorio en ver “The Terror”. El momento de “Chernobyl” en el que el operario informa a Valery Legasov de que el núcleo del reactor no está emitiendo tres roentgen, como se creía, sino quince mil, todos nos asomamos levemente al horror que estaba teniendo lugar en Ucrania. Es una sensación maravillosa.

Y mi buen mal rato de ayer tuvo lugar con la segunda temporada de “El método Kominsky”, esa comedia sobre la vejez y la muerte que no tiene nada que ver con “Las chicas de oro”. Para no hacer spoilers, sólo diré que a alguien le diagnostican algo, y el momento es deliciosamente triste, maravillosamente desesperado, estupendamente horrible. No existen los malos buenos ratos, pero sí los buenos malos ratos. Por algo será. Piensen sobre ello.

22/12/19

EL SILENCIO DE DIOS


No se puede creer que “Gran Hermano” haya muerto. Como cuando te dicen que ha fallecido la persona que menos te lo esperas. ¡Pero si la vi anteayer y tenía toda la vitalidad del mundo! ¿Cómo que el Súper despidió la última entrega de “GH VIP” con un discurso que sonó a despedida definitiva, funeral y entierro? ¡Pero si fue una edición que arrasó, que batió una vez más todos los récords habidos y por haber, que estaba fuerte como un roble!

Resulta imposible asumir que haya muerto “GH” y el Súper con él. ¿Cómo va a morir quien mató para un par de generaciones la gran obra de George Orwell y redujo al Gran Hermano a ser un nefasto programa de televisión? ¿Cómo va a morir quien asesinó para un par de generaciones al Súper de “Mortadelo y Filemón” del gran Ibáñez reduciéndolo a ser la voz que mece la cuna?

En el año 2000 llegaron a España dos formatos extranjeros: “Pasapalabra” y “GH”. Durante estos diecinueve años nadie pensó que “Pasapalabra” sobreviviría a “GH”, un programa con más cabezas que la Hidra, más advocaciones que Jesucristo, más apariciones que la Virgen María y más horas de televisión que Jordi Hurtado. Y, sin embargo, así acaba el año: “Pasapalabra” se va a Antena 3 y “GH” se retuerce entre las llamas del infierno al que van a pudrirse los programas que han sido malitos.

¿Qué ocurrirá ahora? Hay quien juega a la regla de tres: si “Sálvame banana” y “El tirón” es la respuesta de Telecinco a la pérdida de “Pasapalabra”, ¿qué sustituirá la pérdida de “GH”? ¿Un “Sálvame Chirimoya” que incluya la sección “La casa”? Otros se plantean qué pasaría si, igual que hizo con “Pasapalabra”, Antena 3 comprara el programa rey de la telerrealidad e hiciera saltar por los aires la historia de la televisión en España. Los más bestias calculan cuántos delitos haría falta que se cometieran en Telecinco en directo para poder limpiar toda su parrilla. Solo hay coincidencia en una pregunta que todos nos hacemos: ¿cómo puede ser que Mercedes Milá, que no calla ni debajo del agua, no haya tronado todavía?

21/12/19

EL CLÁSICO


Barcelona. Volvía el clásico, y todas las teles miraban hacia allí. Tras cada reportaje en la calle, volvía el clásico grito de “Prensa española, manipuladora”. Tras cada conexión en la calle, volvieron los grupos que esperan el directo para para boicotearlo con el clásico “Prensa española, manipuladora”. Tras cada periodista que va a mostrar lo que sucede, volvía el clásico boicot con el injusto, arbitrario y cansino grito de “Prensa española, manipuladora”.

Da igual que se trate de una cadena pública o privada, de Mediaset o Atresmedia, de la Diada o un partido de fútbol. El nuevo clásico solo busca que los espectadores no sepamos qué manifiestan los manifestantes. En cuanto se enciende el piloto rojo de una cámara de televisión aparecen unos tipos cuyo único objetivo es impedir que se manifieste el reportero que iba allí a recoger qué decían los manifestantes, a darles voz, a mostrar sus reivindicaciones. El nuevo clásico “Prensa española, manipuladora” pretende someter la voluntad del reportero y sepultar su voz con gritos, insultos y pancartas.

En estas condiciones, es difícil trabajar en Cataluña con una cámara y un micrófono. Y seguirlo por la tele también. No es agradable saber que para ver en casa lo que pasa en la calle, unos reporteros aguantan zarandeos agresiones y mierdas de burro. Pero no todos manifestantes son iguales, del mismo modo que ni toda la prensa, ni todos los periodistas, ni todos los españoles somos iguales.

Bendita la explicación que dio en “Todo es mentira” (Cuatro) la reportera Silvia Brasero, amenazada y golpeada durante los disturbios: “Hay que diferenciar entre independentistas, gente que ayer iba a manifestarse por la llamada de Tsunami Democràtic, y además muchísimos con los que hablamos nos dijeron que estaba en contra de la violencia. Pero había otros grupos, entre los que están Lliris de Foc, que son mucho más radicales. Y luego estaban los antifascistas, que se enfrentaron con los Boixos Nois que aparecieron allí”. Y bendita la sencilla y enorme pregunta que antes le hizo Marta Flich: “¿Qué ocurrió?”. Un clásico. Gracias a las dos.

20/12/19

TODO EL CAUDAL DEL RÍO ULANGA

Me lié… Pufff, vaya liada… De esto que estás convencido de que vas a salir sólo un rato, muy de tranquis, pero resulta que te encuentras con una vieja amiga a la que hacía mil años que no veías, y te alegra muchísimo la noche, y dices que venga, una caña, pero sólo una, de verdad que sólo una, pero cuando la posas ya vacía en la barra dices bueno dos, pero seguro seguro que es la última, que al día siguiente tienes trabajo, o un viaje, o algo que te obliga a madrugar, y decís vale dos, y a partir de ahí no tienes muy claro qué es lo que pasa, sólo que te lo estás pasando tan bien… y las cañas empiezan a contarse de tres en tres, y a hacerse cortísimas, y no paras de reírte, y piensas que por muy mal que yo esté mañana habrá merecido la pena, y que qué carajo pero qué bueno haberte encontrado con esa amiga…

Yo tenía, nada, dos minutos terminando de cenar en la salita, sólo dos minutos, que esa noche tenía pendiente de escribir un millón de encargos, y estaba zapeando distraído mientras rebañaba el yogur. Y de repente, zas, empieza en La 2 “La reina de África”. ¡Hacía muchísimo que no la veía! ¡Qué sorpresa! Pero no puedo ponerme a verla. Bueno, cinco minutos sólo. Sólo hasta que muere el misionero. De verdad, luego me pongo a escribir. Qué grande Katharine Hepburn. Qué grandísimo Humphrey Bogart. Unas pocas escenas más. Sólo el comienzo del viaje. “Señorita”, “señor Allnut”. Sólo hasta lo de los mosquitos. Bueno, hasta lo de las sanguijuelas. Y luego ya… borracheras, torpedos, diluvios… y la magia entre la misionera y el capitán de la barca brotando con más fuerza que todo el caudal del río Ulanga.

No recuerdo cómo terminó la noche. Sólo que no escribí nada de lo que tenía que terminar y que fuera como fuera había merecido la pena. Uno no se encuentra todos los días con viejas amigas tan queridas como “La reina de África”. Sólo Hepburn y Bogart pueden conseguir que una noche que se prometía tranquila termine volando una cañonera alemana en el lago Victoria.

19/12/19

HELLO KITTY CON PÉRDIDAS DE ORINA



Es muy sencillo: si en algún programa que estoy viendo comienza a sonar alguna versión chill out de un clásico del rock o del pop, yo cambio de cadena. Zas. Como un resorte. Y esto casi es lo de menos: si estoy en un restaurante y noto que la música de fondo es un canal de este tipo de horrores, me levanto y me voy, aunque ya estén los platos pedidos; mis amigos no me dejarán mentir, yo he dejado de comprar ropa en la que estaba interesado porque en la tienda donde la vendían tenían puesto uno de estos hilos musicales. Hay sacrificios que no estoy dispuesto a hacer por unos pantalones, unos tacos al pastor o una entrega de “El/la paisano/a”.

Supongo que saben a qué tipo de versiones musicales me refiero. No me será fácil describirlas, a pesar de la riqueza léxica que posee el idioma español para describir el terror. Son esos espantosos frutos de una diabólica máquina salchichera a base de vocecitas femeninas cálidas, atmósferas envolventes, instrumentos con sordina. Sin puto tener el menor respeto al material original, ya sea Neil Young, Billie Holiday o Supertramp. “I’m on a highway to hell” te susurra una influencer generada por ordenador, mientras toma un muffin de arándanos y quinoa, y recuerda que tiene a continuación una cita con su coach. Se coge una canción, habitualmente maravillosa. Se la asesina. Y se diseca su cadáver pintándolo con colores pastel. El rock en tiempos del mindfulness. Youtubead “ASMR”. Hello Kitty, pero con pérdidas de orina.

En “2001: una odisea del espacio”, -la novela de Clarke, no la película de Kubrick-, el monolito diseña para Bowman un mundo aparentemente perfecto. La comida tiene un aspecto delicioso, pero cuando el astronauta la mete en la boca descubre que está hecha de algo parecido al cartón. Cada vez que en “Tu casa es mi casa” suena una versión chill out de Bob Dylan siento que vivo en una distopía generada por alguna inteligencia extraterrestre y me cisco en esa nueva encarnación del monolito en tiempos de Pedro Sánchez que es Bertín Osborne.

18/12/19

TONY SOPRANO Y LOS HUESOS DE SÓCRATES


James Poniewozik, crítico de televisión de “The New York Times”, sostiene en su libro “La audiencia de uno: Donald Trump, televisión y la fractura de América” que antes de Donald Trump tuvo que existir Tony Soprano, y que personajes como el jefe la mafia de Nueva Jersey en “Los Soprano”o los publicistas de “Mad Men” prepararon el terreno para que un tipo tan duro y amoral como Trump llegara a la presidencia de los Estados Unidos. ¿Creen que Poniewozik se equivoca? ¿Les parece exagerado decir que Trump y la televisión crecieron a la vez? ¿No hay ninguna relación entre Tony Soprano y Trump, como tampoco la hubo entre las series “Dallas” y “Dinastía” y la América de Ronald Reagan? Sócrates criticaba a los que eran incapaces de distinguir entre la causa de una cosa y las condiciones sin las que no podría ser una causa. ¿Los discursos anti inmigración y las horribles mentiras de la ultraderecha son las causa del ataque contra un centro de “menas” de Madrid? Puede que no. Pero los discursos de odio y las mentiras son parte de las condiciones que provocan ataques a un centro de menores, insultos a extranjeros en el metro o votos que piden limpiar España de extranjeros pobres que no saben jugar bien al fútbol.

Después de ser condenado a muerte, Sócrates no estaba sentado esperando beber la cicuta por cierta disposición de sus huesos, músculos y tendones, sino porque aceptó la decisión del tribunal compuesto por ciudadanos atenienses. Si a Sócrates le hubiera parecido mejor huir a otra ciudad para evitar la cicuta, esos mismos huesos, músculos y tendones le habrían llevado hasta allí. Es decir, las explicaciones puramente mecanicistas no explican nada. Claro que los huesos, músculos y tendones de Sócrates hicieron que permaneciera en Atenas hasta que le ofrecieron la copa con cicuta, pero no son esos huesos, músculos y tendones los que explican la decisión de Sócrates de no abandonar la ciudad a la que tanto amaba y tantísimo había criticado. ¿Eso quiere decir que Sócrates culparía a Tony Soprano y a Don Draper de que Trump alcanzara, partiendo de la nada de los “reality shows”, la cima de la miseria moral sentado en el despacho oval de la Casa Blanca? Sigue siendo demasiado reduccionista. ¿Qué ocurrió para que calara la idea de que en un mundo duro y amoral, solo los duros y amorales pueden tener éxito? ¿Cuáles fueron las condiciones que parieron a Tony Soprano y, después, a Donald Trump? ¿Por qué demonios Sócrates no cogió un barco en el Pireo y se fue lejos de Atenas?

17/12/19

¿VUELVE CÁRDENAS?


Mediaset publicó el domingo en Twitter un vídeo con el final de “Viva la vida” en Telecinco. Es un miniconcurso telefónico en el que la presentadora, Emma García, pide que le digan una de las letras del nombre del programa.

—La letra mía, que yo me llamo Carmen: la “c”. Y, si no, el 13, lo que quieras.
—Es que no hay “c”, ¿no?
—¿Qué?
—Carmen, no me líes, que no hay “c”.
—¿No hay 13? ¿Y la letra “c”, tampoco?

El público que del plató empieza a reírse.

—No, vamos a ver, Carmen. Que es que igual no se ha enterado. Yo te lo explico. Tenemos aquí varias letras de “Viva la vida”, y me tienes que elegir una.
—Sí, si lo veo todos los domingos.
—Ah, pues ¿qué letra quiere?

Por la parte inferior de la pantalla empiezan a desfilar los créditos del programa. Son los nombres de los profesionales que trabajan en “Viva la vida” gracias a que al otro lado de la pantalla hay espectadores como Carmen.

—La “c” no tiene, ¿no?, pues dame el 13.
—¡Me has pillado sin la “c”! Carmen, ¿qué letra? Corre que nos tenemos que ir. Dime una letra, ¿cuál quieres?
—La “c”.

Las carcajadas resuenan en el plató. Emma deja de ser la mujer sonriente y se ríe sin disimulo.

—¡Es que la “c” no la hay! Carmen, dime una letra, por favor.
—La “c”, la “c”.

La presentadora se carcajea tanto que le cuesta hablar.

—¡Es que la “c” no hay! “Viva la vida” no lleva “c”.
—La “c”, la “c” , la “c” , la “c”.

En el plató, el despiporre es generalizado. Emma habla a trompicones.

—¿Cuál has dicho?
—El 13, el 13, el 13.

Mediaset corta el vídeo abruptamente. Tal vez decidió publicarlo y cortarlo así para hacer después algo que dijeron los espectadores que nada más ocurrir el lío se lanzaron a celebrarlo en las redes y pidieron que llevaran a Carmen de invitada al plató para seguir la fiesta. Espero que no, pero si se trata de eso, de reírse de los demás para sentirse superior, les recuerdo que Javier Cárdenas tiene gran experiencia en este campo con una sentencia judicial firme que así lo avala.

16/12/19

MATAR Y MORIR


¿Te gusta “Vis a vis”? ¿Estás deseando hincarle el diente a “Vis a Vis: El Oasis”? ¿Formas parte de esa “marea amarilla” que constantemente resucita una serie que cada vez que termina una temporada se despide para siempre pero luego vuelve? ¿Quieres saber cómo acaba “Vis a vis” de verdad, pero de verdad de verdad, no como los otros finales que solo fueron de verdad de mentira? Pues cuidadín.

Hay promociones tan entusiastas que acaban en amenazas. La de “Vis a vis” de Itziar Castro (Goya Fernández) es para salir corriendo. Así promociona la quinta temporada: “Conserva el ser trepidante, ser una montaña rusa de emociones. Vas a sentir de todo, vas a reír, vas a llorar, vas a cabrearte, vas a querer matar”. Vale que uno quiera reírse, llorar o cabrearse, pero ¿y si uno ni quiere matar ni quiere querer matar? Bien está vivir una montaña rusa de emociones con “Vis a vis”, sentir alegría y reír, sentir tristeza y llorar, incluso sentir ira y cabrearse, pero que el cabreo te haga querer matar es aún peor que te lleve a decir palabrotas como “córcholis” o “repámpanos” que hacen llorar al Niño Jesús. Gestionar las emociones no es fácil, y en la tele, menos.

Hace un año, el escapista Pedro Volta estuvo cuatro minutos en parada respiratoria tras un accidentado número. El viernes volvió a intentarlo en “Got Talent España” y tuvo que ser rescatado mientras sufría un síncope y convulsiones. Después, dijo que no volverá a hacerlo (“Creo que he conseguido lo más importante: superar mi miedo”), pero lo defendió porque quiere educar a su hija “no en el miedo, sino en la superación”. Con suerte, algún profe de biología explicará a su hija que el miedo es una emoción adaptativa que puede salvarnos la vida y evitar que ganemos un Premio Darwin por hacer el gilipollas. Con mucha suerte, nadie más se jugará la vida como Volta para que Mediaset haga negocio, ni se esconderá tras coartadas como la de Risto Mejide (“A mí no me ilusiona que te juegues la vida, pero respeto que quieras hacerlo”). Aquí, ni nos ilusiona ni lo respetamos ni respetamos su respeto, pero, eso sí, sin querer matar a nadie.

15/12/19

EROTOGRAFÍA


El amor de pareja nace, se desarrolla y muere. Igual que las personas. La conciencia del fin de la vida caracteriza a los seres humanos y permite dar sentido a todo lo que hacemos. Lo mismo sucede con el amor, y la conciencia de su final también debería marcar el significado que le damos. Algunos amores parecen eternos porque los amantes se mueren antes de que se acaben, pero si las personas viviéramos lo suficiente veríamos morir todos nuestros amores. Con el tiempo las personas desaparecen, los amores desaparecen, y la fantasía de un amor eterno se disuelve como la de una vida eterna. No sólo vamos a morir nosotros, también nuestras pasiones.

Noah Baumbach nos ofrece en Netflix la historia de un amor -bueno, la película se llama “Historia de un matrimonio”; amor y matrimonio no es lo mismo, pero a veces tienen algo que ver-. Si la historia de una persona se llama biografía, propongo el término erotografía para referirse a la historia de un amor. Las biografías suelen centrarse en individuos extraordinarios, pero esta erotografía está protagonizada por un amor sencillo, cuyo nacimiento, desarrollo y muerte todos entendemos. Lo bello si sencillo, dos veces bello, y Baumbach consigue alcanzar una belleza real, relevante, duradera -se seguirá hablando de esta película cuando “el irlandés” vuelva a ser Van Morrison-, a la que uno no se habitúa, sino que se sensibiliza, con una segunda o tercera revisión. Solamente la brutal sinceridad y carne viva del guion consigue distraer momentáneamente del disfrute de los numerosísimos detalles y niveles de la narración.

Las comedias románticas son comedias porque terminan un minuto antes de que comience la tragedia. “Historia de un matrimonio” comienza un minuto después. Igual que las biografías se llevan mal con la comedia y suelen culminar con la muerte del protagonista, las erotografías no son el ecosistema de Jennifer Aniston y suelen terminar no en cementerios sino en juzgados. Pero sólo películas como ésta permiten dar sentido al amor de pareja en el siglo XXI.

14/12/19

VIVA LA VIDA DESCUARTIZADA


El pasado sábado el programa de Telecinco “Viva la vida” nos ofreció una detallada descripción de las técnicas de descuartizamiento de un cadáver. Se discutía en el espacio sobre el caso de Marta Calvo, y los responsables del programa creyeron pertinente la participación de un forense presidente de alguna asociación de forenses, que detalló extremos del procedimiento, como el lugar en donde ha de ser llevado a cabo, el aparataje necesario y dónde conseguirlo, el volumen de sangre que se obtendrá vía hemorragia directa y vía desangrado de vísceras, y otras nociones básicas incluidas en el currículo formativo del buen descuartizador.

Al margen de las valoraciones que cada cual pueda hacer sobre la inclusión de estos edificantes contenidos en la programación de la tarde de un sábado -usando además la percha de un crimen de plena actualidad-, algún espectador quizá pudo extrañarse del frecuente uso de las palabras “sierra”, “lavadero” o “vísceras” en un espacio titulado “Viva la vida”. Pues se equivoca. La muerte es inseparable de la vida. Eros y Thánatos. El profesor vienés Sigmund Freud ya teorizó sobre la indivisibilidad de ambos principios, y el cantautor barcelonés Joan Manuel Serrat dejó dicho aquello de “la vida y la muerte bordada en la boca / tenía Merceditas la del guardarropa” al comienzo de una de sus canciones más bellas.

Es por eso por lo que me sentaré hoy a ver el programa de Emma García en Telecinco con la expectativa de encontrarme otro canto a la vida, esta vez en forma, por ejemplo, de plazos de putrefacción de los cadáveres, aprovechamientos industriales de restos humanos, modos de atenuar el rigor mortis de cara a la desmembración de los cuerpos, o pequeños truquitos del ama de casa para eliminar esos molestos olores que acostumbran a aparecer cuando practicamos descuartizamientos. Eso sí, espero que Emma vuelva a hacer como que se marea, demostrando que el sensacionalismo sádico no quita para ser una persona sensible y delicada que ama la vida.

13/12/19

EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO


Qué decepción. Sheldon Cooper no estuvo en la entrega de los Premios Nobel 2019. Tampoco Amy ni sus amigos de “The Big Bang Theory”. Es una pena por ellos y por sus millones de seguidores, pero sobre todo por los Nobel, que nos habrían gustado aún más a todos.

El intenso amor no correspondido de Sheldon por el Premio Nobel de Física nos tuvo en vilo durante muchas temporadas. El primer caso en la historia de la ficción en el que la tensión intelectual no resuelta sustituyó a la tradicional tensión sexual no resuelta como motor de una narración se resolvió con final feliz: Sheldon y el Nobel hicieron oficial su relación en una ceremonia inolvidable y todos comimos perdices.

Hasta los fríos y lejanos Premios acabaron poniendo ojitos a “Big Bang”. En octubre, cuando se anunció el trío de científicos ganador del Nobel de Física, el miembro de la Academia de Ciencias de Suecia Ulf Danielsson comenzó su intervención con la letra de la canción de la serie: “Todo nuestro universo estaba en un estado caliente y denso. Entonces, hace casi 14.000 millones de años, comenzó la expansión”. Su secretario general, Goran Hansson, fue más allá reconociendo el valor divulgativo de la serie: “Estoy muy agradecido por lo que ha hecho por la ciencia, por acercar la ciencia a la gente. Llevar la ciencia a las pantallas y a los salones de las casas de todo el mundo es un logro fantástico”. Incluso bromeó con que “Sheldon y Amy no estuvieran demasiado decepcionados” por no haber ganado ellos, y lanzó un guiño a los fans al decir que esperaba que nos gustara la ceremonia de este año.

Pero el bombazo que esperábamos en Estocolmo no llegó. La sosa y aburrida ceremonia fue tan sosa y aburrida como siempre. Sin embargo, nos dimos el gustazo de ver que, incluso después de muerta, la serie ha añadido otro sabio a su lista de ilustres cameos. Este es el regalo de James Peebles, flamante Nobel de Física 2019: “Sheldon es una persona encantadora. Creo que es bastante realista, quizá comparado conmigo, y eso es divertido. Me gusta la noción de gente joven entusiasmada con la física, con la ciencia en cualquiera de sus formas”. Amén, hermano.

12/12/19

EL QUIEBRA LEY


La tele debería ser más respetuosa con los españoles que quieren cerrar nuestras fronteras a cal y canto, que quieren expulsar a todos los inmigrantes sin papeles, que quieren España para los españoles, nosotros primero, make España muchísimo más great que America again, y esas cosas.

Es de justicia reconocer que estos compatriotas han logrado una gran representación democrática en el Parlamento, y lo menos que puede hacer la tele es tenerles respeto y no utilizar los informativos para aguarles la fiesta. Estos días lo está haciendo especialmente mal, empeñada en dar la noticia de ese inmigrante sin papeles que arriesgó su vida trepando por la fachada de una casa en llamas para salvar de morir abrasada en un incendio a una persona con movilidad reducida cargándola sobre su espalda. Todos sabemos que estas noticias son muy golosas porque captan el interés de los espectadores y mejoran los índices de audiencia —y más cuando se acercan las navidades y todos nos ponemos un poco moñas—. Pero las cadenas disfrutan de una autorización legal para emitir que las obliga a asumir un compromiso social y democrático, a ser algo más que un simple negocio que da a la audiencia lo que le gusta. Y se están olvidando de esto.

Las cadenas de televisión no deberían esconderse tras excusas como que la realidad es así, o que prevalece el derecho a la información de los ciudadanos. ¿Era necesario dar esta noticia? ¿Era necesario explicar tantos detalles sobre la valentía del rescatador y la indefensión del rescatado? ¿Era necesario seguir la evolución de la noticia para grabar el reencuentro entre ambos? ¿Era necesario especificar que el rescatador era inmigrante, que no tenía papeles, que llegó en patera? ¿Era necesario contar que tras el rescate se fue por miedo a que le pidieran sus papeles? ¿Era necesario llamarle “héroe”, añadir que tiene una hijita de siete meses, mostrarle sonriente a pesar de que debería ser expulsado porque está aquí ilegalmente y es un peligro para los españoles de bien?

11/12/19

EUBÚLIDES EN NEW AMSTERDAM


Una famosa paradoja atribuida al lógico griego Eubúlides de Mileto plantea el problema de cuándo un montón de arena deja de ser un montón. Si a un montón de arena le quitamos un grano sigue siendo un montón, y si le quitamos otro grano sigue siendo un  montón de arena, y lo mismo si le quitamos otro, y otro. ¿Cuándo podemos decir que el montón de arena ya no es un montón? El economista francés Thomas Piketty aboga en “Capital e ideología”, su último libro, por un impuesto sobre el patrimonio con un tipo máximo de un noventa por ciento para los supermillonarios. Y el profesor de Economía Charles Enoch sostiene, en la misma línea, que cualquier empresa que gane más de  diez mil millones de dólares debería pagar el noventa por ciento al Estado. Volvamos al montón de arena y a la paradoja conocida como “paradoja sorites” (de la palabra griega “soros”: montón). Ya que el apellido del multimillonario George Soros nos lo pone tan fácil: ¿cuántos millones podríamos quitar a Soros sin que dejara de ser multimillonario? El montón de dólares de Soros seguiría siendo un montón con un millón menos, con dos millones menos, con tres millones menos… ¿Un impuesto del noventa por ciento permitiría que Soros siguiera teniendo un montón de millones? Por supuesto que sí.

Vamos a las series de médicos como “New Amsterdam”, de zombis como “The Walking Dead” o de infectados vampíricos como “V Wars” (Netflix). Pasemos por alto que en las series de médicos sus protagonistas casi siempre olvidan en casa la “navaja de Ockham” y no buscan la explicación más simple ni tienen en cuenta el prudente consejo que todo estudiante de medicina escucha mil veces: “Cuando oigáis ruido de cascos, no esperéis que aparezca una cebra”. ¿Cuántos enfermos podemos quitar a “New Amsterdam” para que “New Amsterdam” sea una serie de médicos? ¿Cuántos zombis o vampiros podemos quitar a una serie de zombis o de vampiros para que sigan siendo series de zombis o de vampiros? Si es posible que Soros pague un impuesto del noventa por ciento sobre su patrimonio sin que ese patrimonio deje de ser un soros (es decir, un montón) de millones, ¿no podríamos establecer a las series de médicos, de zombis o de vampiros un impuesto del noventa por ciento sobre el patrimonio de enfermos, zombis y vampiros sin que dejen de ser series de médicos, zombis o vampiros? Creo que el mundo sería un lugar mejor con impuestos del noventa por ciento a tipos como Soros (y los Soros no serian menos felices) y las series de médicos, zombis y vampiros serían mejores con impuestos del noventa por ciento a enfermos, zombis y vampiros. ¿Nombramos a Eubúlides gerente del hospital New Amsterdam?

10/12/19

DEFENSA DE LA MONARQUÍA

Es indiscutible: la monarquía es un régimen político imposible de defender. No hay por dónde cogerlo. Que la jefatura de un Estado político se transmita mediante el coito es de un atavismo cavernícola difícilmente asumible. Es un residuo de otra época en la que tuvo su apogeo, como nuestro coxis es un vestigio de las vigorosas y funcionales colas de nuestros antepasados primates. Pero hoy en Europa la monarquía es un régimen político coccígeo, que sólo puede argumentar en su defensa que ya ha quedado vaciado de toda su esencia, no supone en la práctica el ejercicio de poder alguno, y es sólo un survival meramente decorativo e inofensivo.

Dejadnos seguir viviendo con un lujo obsceno, qué más os da, ¿no veis que hacemos muchas obras de caridad, presidimos patronatos culturales y damos estabilidad institucional a los Estados? Y, en efecto, ahí siguen las monarquías de Bélgica, España, Reino Unido, Suecia o Dinamarca, entre otras. En estos países no se vive ni mejor ni peor que en las repúblicas de Francia, Eslovenia, Bulgaria, Alemania o Portugal, pero su régimen político es simplemente absurdo. No hay familia real que pueda servir de ejemplo de nada edificante. No hay casa real que no tenga en el armario complicidades con genocidios. No hay corona que merezca la pena.

O quizá sí haya una: “The Crown”. Quizá todos los argumentos presentados en los dos párrafos anteriores se desinflen ante la prodigiosa, apabullantemente redonda, sólida como las redes de Bravais, elegante como las secciones de viento de las canciones de Van Morrison, serie de Netflix, que nos entrega estos días su tercera temporada. Sé que es sólo un paroxismo para hilar la columna de hoy, pero es tal la gozada cinematográfica, la actuación de Olivia Colman, ese nivel shakespeariano de los guiones -¿se me está yendo la olla? I don’t think so- que supone cada capítulo que quizá, al final, la monarquía haya merecido la pena, aunque sólo sea por su contribución a la narrativa en los tiempos de la república.

9/12/19

BUSTER KEATON EN EL PÓRTICO

I. Por las noches, tras la suave calidez de los atardeceres en el Pórtico pintado del ágora de Atenas, se ve con frecuencia pasear a Buster Keaton con Séneca. No es extraño que sean amigos, porque ambos comparten esa actitud radical de aceptación y compromiso, contemplación y acción, que les hace sobrevolar con serenidad y valentía la sucesión de infortunios que parece la vida a primera vista. La misma filosofía que funcionaba en el siglo I funciona en el siglo XX, y los dos se parten de risa cuando escuchan las noticias que cuentan que el estoicismo se ha vuelto a poner de moda en el siglo XXI y abarrota las estanterías de las secciones de autoayuda de las librerías.

II. No seré yo quien desaconseje la lectura de Séneca. Pero quizá ésta se entienda mejor si cuenta con la introducción que supone “El gran Buster”, el documental de Peter Bogdanovich, que acaba de llegar a Movistar+, sobre la figura del genial cómico norteamericano de los años veinte. Una inesperada identidad se tiende entre la filosofía de Buster, perfectamente practicada en su rostro, y la del tutor de Nerón. Séneca encontraría pocas metáforas de la vida más precisas que la secuencia del huracán en “El héroe del río”. Alguna de las “Cartas a Lucilio”, por ejemplo, las referidas a la valentía del sabio, podría ser sustituida por la reacción final de Keaton en “El boxeador”. Aceptar que vamos sentados sobre el manillar de una moto sin conductor, como en la in-cre-í-ble secuencia de “El moderno Sherlock Holmes”, eso es el estoicismo.

III. “No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba”, le recuerda Séneca a Buster, caminando lentamente por la Estoa. Buster, entonces, se siente profundamente afortunado. Sabe que, más importante que encajar justo en la ventana central de una fachada cuando ésta se te cae encima, es poder mantener la distancia para actuar con sabiduría ante el próximo derrumbe.

8/12/19

¡FUERA DE AQUÍ!


Una tele chilena expulsó del plató a un tipo por defender la dictadura del golpista Augusto Pinochet. El personaje incluso negó que hubiera torturas sistemáticas ante una persona que explicaba que su propio padre las había sufrido: según él, serían torturas, pero no era para tanto porque no eran sistemáticas. Fueron muchos los que en España aplaudieron la medida y lamentaron que aquí no se haga lo mismo con los defensores del golpe de Estado, la dictadura y la represión franquistas. Y se equivocan.

Cuando el programa “Bienvenidos” invitó a Hermógenes Pérez, reconocido defensor de Pinochet, sabía a quién invitaba y qué iba a decir. Expulsarle después está mal, pero, sobre todo, es un error. En el vídeo se ve al tipo controlando la situación y ofreciendo que, si no gusta lo que dice, le expulsen. Cuando lo logra, denuncia la censura y abandona el plató como un mártir, con una dignidad y una superioridad moral que no merece. El posterior alegato de la presentadora suena falso y solo sirve para lavar su conciencia. Es como las bravatas de Jorge Javier Vázquez y Jordi González cuando se portan mal las fieras que mantienen enjauladas y azuzan en su espectáculo.

Que no es fácil hacer justicia en la tele ya lo sabíamos. Hay quien la usa como arma para amenazar, como Sofía Suescun. Cuando este personajillo tuvo un problema con la poli, blandió su arma: “¿Follas poco y no tienes nada más que hacer? Mañana se va a enterar toda España en Telecinco de la mierda de Policía que tiene Marbella”. Ahora ha sido condenada a pagar 1.000 € que hoy mismo ganará con creces contándolo en su cadena amiga. Como Kiko Eldegranhermano, ese que se indignó con David Broncano por preguntar a los invitados de “La resistencia” por su dinero. Él no amenaza, él dispara. Le han condenado a pagar 2.000 € a María José Campanario por difundir su parte médico, cantidad que se suma a los 6.000 que antes fue condenada a pagar María Patiño, y los posteriores 8.000 de un reportero de “Sálvame”. Nada comparado con las cifras que mueve el negocio. No sé cómo habría que hacer justicia en la tele, pero expulsar del plató y multar con calderilla no es la manera.

7/12/19

PISA Y LA TELE


Los resultados del informe PISA son penosos. Menos mal que aquí hablamos de la tele, que es más divertido. ¿Vieron qué simpáticos están los niños en los programas de la tele? Como el que toca el tambor en “Got Talent España”. Es igual que aquel conejito con pilas alcalinas que no paraba de tocar. Pero lo mejor de esta temporada es “Vuelta al cole”, en Telemadrid. Invitan a famosos a una clase, los niños preguntan y ellos contestan demostrando que si son famosos y admirados es por algo. Como cuando fue Vicky Martín Berrocal, elegida por el mismo Estado español que también paga el sistema educativo para concursar en “MasterChef celebrity” y darle una pasta. Allí dijo que diez decilitros no forman un litro, las serpientes pitón son venenosas, y no solo Andalucía es mayor que Castilla y León, sino que cuando los niños señalaron su error, ella insistió en que en que el error era suyo: “¡Andalucía es tres veces más grande!”.

Olvidemos el aburrido informe PISA y la educación para divertirnos con la visita de Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid a “Vuelta al cole”. Qué simpático cuando dijo: “Papá y mamá se quieren, quieren formar una familia y viene un niño”. Un chiquillo de 9 años lamentó que ni usara las palabras “espermatozoide” o “célula reproductiva”: “Con la explicación que ha dado sería que los bebés nacen cuando un chico y una chica se quieren. De repente aparece un bebé por magia”. Si es que te tienes que reír. Menos mal que en “Vuelta al cole” también hacen preguntas importantes, no como en el cole de verdad: “¿En qué deporte fue profesional Julio Iglesias?”. Pedro García Aguado —quien en “Hermano mayor” (Cuatro) aplicaba sus ocurrencias a jóvenes conflictivos sin hacer ningún seguimiento para comprobar los resultados, y hoy es Director General de Juventud de la Comunidad de Madrid con un sueldazo— acertó: ¡fútbol!

A ver si los maestros hacen mejor su trabajo y dejan de darnos la tabarra con PISA para que los niños puedan triunfar y ser famosos. Ejemplos no les faltan. Y si hace falta otro día hablamos de las muy importantes personas que triunfan en “GH VIP”.

6/12/19

DOLOR DE BARRIGA


Te va a doler la barriguita, Susi. Por comer demasiados dulces. ¿Cuántas veces os tiene que pasar para que aprendáis? Resulta que “Las que faltaban” -el programa de humor femenino (¿o el programa femenino de humor? No entiendo nada en ninguno de los dos casos) de Movistar+- no ha terminado de funcionar. No ha terminado ni empezado a funcionar, por decirlo con rigor (mortis). Así que, tras dos temporadas de intentos, #0 tira la toalla y clausura el show. Eso, sí, como la sección que llevaba Susi Caramelo estaba resultando un auténtico pepinazo, pues van y anuncian que le van a dar un programaco enteraco to pa ella. Pa que se harte de soltar divertidísimas burradas. Pa que los espectadores nos hartemos de caramelos.

No, no, no. Los únicos minutos de “Las que faltaban” en donde yo no bostezo son los minutos de Caramelo, de acuerdo, pero de ahí a suponer que su personaje podrá estar lo suficientemente maduro como para soportar un showaco como frontwoman va un mundo. ¿No os acordáis de Berto? ¿Ya nadie tiene presente lo que pasó en 2009 con el mismérrimo Berto Romero cuando a algún listo se le ocurrió darle un programa entero, ya que sus secciones con Buenafuente estaban funcionando de maravilla? “El programa de Berto”, ¡cataclás! Han pasado diez años y todavía hay sismógrafos en varias placas continentales que siguen vibrando por el hostión.

Susi, te va a pasar lo mismo. Hay dos motivos por los que un humorista puede destacar entre un grupo de humoristas: (a) porque sea muy bueno y los demás sean mediocres, y (b) porque sea mediocre y los demás sean muy malos. Algo de los dos motivos ha habido en tu éxito, mitad fruto de tu talento y mitad fruto de la falta del de Thais Villas. Hay que ir muy lento cuando se pretende llegar lejos. Los programadores de Movistar+ son niños convencidos de que al comerse cien caramelos disfrutarán cien veces lo que han disfrutado al comerse uno. Sé que voy a sonar a abuelita rancia, pero preveo un terrible dolor de barriga.

5/12/19

PROPUESTAS PARA MEJORAR "ARUSITYS PRIME" (a.k.a. ESTIÉRCOL)


No ha funcionado bien el nuevo programa de Alfonso Arús en la noche de los viernes antenatresiana. En su primera emisión “Arusitys Prime” obtuvo el resultado de Podemos en las últimas elecciones. En su segunda emisión obtuvo el de Ciudadanos. Atresmedia acaba de anunciar que no habrá tercera emisión de momento, ya que el programa tendrá que pasar por el taller para que el comité de expertos de la cadena le cambie todas las piezas que están fallando. Desde 625 RANAS somos conscientes de que la crítica especializada -especialmente cuando es una crítica constructiva como la que se practica siempre desde estas líneas- puede desempeñar un papel destacado en la mejora de los productos televisivos, y es por ello que ofrecemos a sus responsables las siguientes propuestas para mejorar “Arusitys Prime”.

Sería buena idea reorientar alguno de sus contenidos. Por ejemplo, se podría potenciar la función de Alfonso Arús detrás de las cámaras, disminuyendo gradualmente su presencia en la pantalla, hasta que desapareciera por completo. Igualmente, se podría hacer lo mismo con todos sus colaboradores. Éstos, junto con el presentador, podrían hacer sus rondas habituales de entrevistas a famosillos y votaciones de vídeos de caídas, pero en otro plató diferente en el que no hubiera cámaras. De esta manera, se liberarían horas de emisión, que podrían dedicarse, por ejemplo, a programar grandes series de televisión como “Chernobyl”, “Fleabag” o “Years and years”. Un último retoque que podría mejorar el espacio tiene que ver con su nombre. Así, podría dejar de llamarse “Arusitys Prime” y pasar a llamarse “Grandes series de televisión”. Con estos pequeños cambios, mejoraría notablemente el programa de Alfonso Arús, y se podrían recuperar buenas cifras de audiencia durante la noche de los viernes.

“No se puede limpiar una pared cuando está hecha de estiércol”, dijo Lao-Tsé dos mil quinientos años antes de “Arusitys Prime”. Pero se puede demoler y usarla para abonar un campo.

4/12/19

BALÓN DE PUNK


Tengo el remedio para superar el demoledor efecto en el alma humana que produce la gala de entrega del Balón de Oro, probablemente el espectáculo menos erótico, estético, rítmico y emocionante de la televisión si nos olvidamos de los programas especiales de Nochevieja. ¿Cómo recuperar la confianza en el ingenio humano después de soportar tantos minutos de nada alrededor de algo que significa tan poco? ¿Qué hacer para levantar el ánimo de los que no entendemos cómo es posible que el fútbol haya degenerado en una gala en la que el máximo interés está en analizar el modelito que luce Messi? ¿A usted le preocupa la educación de sus hijos? Pues impida por todos los medios que vean la gala de entrega del Balón de Oro y oblígueles (sí, obligar, forzar, mandar, ordenar) a ver la serie “Punk” (CineDoc&Roll), producida por Iggy Pop y Debbie Harry.

“Punk” es un huracán de aire fresco en el que dinosaurios del rock nos cuentan la historia del punk con un lenguaje y una actitud tan alejada de la pose y la afectación como lo está un discurso de agradecimiento de Messi de un poema de Rimbaud. Si nuestros jóvenes no han escuchado a Iggy Pop explicar lo que significó para él “You Really Got  Me” de  The Kinks, es que algo estamos haciendo mal. Hay que luchar contra la gala del Balón de Oro, contra Iker Jiménez, contra Jorge Javier Vázquez, contra los discursos sin complejos de la manada ultraderechista, contra los anuncios de colonias en idiomas raros, contra los concursos de cocina, contra todo lo que es y lo que significa “First Dates” y contra el recuerdo de la capa de Ramón García. ¿Cómo luchar contra todo esto? Con mucho punk, mucho Marky Ramone (“Ramones”) y mucho Wayne Kramer (“MC5”). ¿Su hija está poseída por el móvil y su hijo está pensando en ponerse unos dientes de oro como los de Rosalía? Peligro. Necesitan ver la foto de Iggy Pop elevándose entre su público, con el pecho desnudo y el brazo estirado desafiando al infinito. Necesitan guitarrazos en vena. ¿Los niños están perdiendo la cabeza? Necesitan escuchar urgentemente “Blitzkrieg Bop”, de los Ramones. Necesitamos que Messi vaya a la próxima gala de entrega del Balón de Oro con una camiseta de los Ramones o con el torso desnudo, como Iggy Pop. Pero, sobre todo, necesitamos que cuando un estudiante de Bachillerato se presente en clase llevando una camiseta de los Ramones sepa quiénes son los Ramones. Hey Ho! Let´s Go.

3/12/19

EL MURO YA CALLÓ


Si estamos en diciembre, ya es Navidad. Somos oficialmente felices. Los miles de farolas apagadas que hemos pagado y puesto en los cruces y enlaces de las carreteras son para estrellarte mejor. En su lugar, miles de luces de colorines nos deslumbran en la calle, y no vemos más allá de nuestras narices. Estamos en diciembre, ya pasó el 30º aniversario de la caída del Muro de Berlín que nos fastidió noviembre.

“La vida era normal. Y a menudo pienso en esa normalidad. Me pregunto si soy una mala persona porque no me di cuenta del Muro. Íbamos a restaurantes que estaban junto a él y nos divertíamos al lado del muro. Tenía un amigo que vivía en una de las calles junto al Muro y todavía puedo ver cómo revuelvo mi café, miro por la ventana y luego me doy la vuelta y hablamos de cosas normales. No veíamos el Muro”. Lo decía el artista Yadegar Asisi presentando “El Muro” junto al antiguo paso fronterizo Checkpoint Charlie. La exposición, abierta hace siete años, nos lleva al Berlín de los ochenta y plasma lo cotidiano, la relevancia de lo irrelevante: niños jugando o punkis fumando en la calle con el Muro y militares detrás, y viviendas semiderruidas al fondo. Fue incluida entre los actos programados para fastidiarnos noviembre recordando la caída del Muro. Asisi colaboró disparando esas palabras terribles. Euronews remató trayéndonoslas a casa.

Hoy la cotidianeidad es otra. En la calle no hay punkis ni niños jugando, pero detrás hay muchos más muros con militares y viviendas semiderruidas al fondo. Es duro atravesar un mes de noviembre en el que un pueblo, que antes no había visto los campos de exterminio, lamenta no haber visto el Muro. Nos pone ante el espejo, ante nuestros muros —más altos, más largos— y nuestros campos de excluidos —más lejanos, más eficaces—. “Pienso en esa normalidad. Me pregunto si soy una mala persona porque no me di cuenta del Muro”. Pasó el aniversario y se hizo el silencio. El ruido de diciembre reconforta. El Muro ya calló, solo queda la alegría; el Muro ya calló, avivando fantasías.

2/12/19

MANDA HUEVOS


Montenegro es un país guay. No como Hungría, que es una birria. Ninguno es un país grande, rico ni poderoso, pero cuando se trata de abandonar “Eurovisión” sí que hay diferencias. Montenegro abandona que da gusto verlo. En su día publicó un comunicado diciendo que no pudo cumplir los requisitos que marcó la UER, todos entendimos que no tenía dinero para malgastarlo en horteradas sobredimensionadas, y ya está, a disfrutar. Nos llevamos un alegrón, tachamos un país de la lista y nos sentamos a esperar que se produjera la Gran Extinción con la caída de otros cuarenta países. Hasta que va Hungría, y la fastidia.

Hungría es un país dirigido por un ultraderechista homófobo, racista y xenófobo (perdón por la requeteredundancia) que no publicó ningún comunicado explicando la razón de su abandono. Ni siquiera se molestó en hacerlo para dejar claro que no se debe a que Eurovisión sea “demasiado gay” para ellos (como publicaron algunos medios húngaros), ni para desmentir a un comentarista de su tele pública que dijo “Agradezco la decisión, incluso desde una perspectiva de salud mental, de que Hungría no participará en la flotilla homosexual a la que se ha reducido esta competencia internacional de canciones (...) en este caso la destrucción del gusto público tiene lugar con travestis gritando y mujeres barbudas”.

Un despropósito lo de Hungría. Como el del rapero Arkano (“Ritmo urbano”, La 2; “Proyecto Arkano”, La 1; “La Voz kids”, Antena 3), a quien se le ha ocurrido criticar los vídeos machistas que usan a la mujer como un objeto de decoración… ¡lanzando un vídeo que usa a la mujer como un objeto de decoración!, y que critica los vídeos machistas en los que el cuerpo de la mujer es un trofeo… ¡lanzando un vídeo en el que el cuerpo de la mujer es un trofeo! Con lumbreras así, vamos mal. Gracias a ellos, hemos conseguido tener dos vídeos horribles más en la red, y una buena razón para desearle una larga vida y mucho éxito al festival de Eurovisión. Manda huevos.

1/12/19

"EL IRLANDÉS" ES MÍO

Conviene no confundir la justicia con la venganza. En mi caso claramente lo que me mueve es la segunda. Venganza. Desquite. Revancha. Toda la vida deseando hacer crítica de cine en esta columna y teniendo que soportar el boicot supremacista de los críticos de cine profesionales. Que si no. Que si yo soy de televisión. Que si yo me tengo que limitar a hacer crítica de “Sálvame” o de “Médico de familia”. Que si para hablar de “Sin perdón” o de “El despertar de la fuerza” hay que tener una formación que los críticos de televisión no tenemos. Que, así como ellos no se meten a escribir valoraciones sobre Ana Rosa Quintana o Matías Prats, quién soy yo para juzgar el trabajo de Steven Spielberg o Quentin Tarantino. Miraditas por encima del hombro. Sonrisas condescendientes. Palmadas en la espalda.

Hasta hoy, muahahaha. Porque, queridos amigos, “El irlandés”, la nueva obra de Martin Scorsese, es un producto te-le-vi-si-vo. Hecho para la tele, concretamente, para Netflix, ese imperio generador y depredador a la vez de la cultura moderna. Es posible que se proyecte en alguna sala tradicional, como también podemos ver a Indiana Jones en la salita de casa. Pero, que os quede claro, “El irlandés” me toca a mí, cae de mi lado, es mío y sólo mío. Así que no quiero leer un solo comentario de la película de Scorsese firmado por un crítico de cine, salvo que queráis recibir la denuncia por intrusismo profesional con la que tantas veces me amenazasteis a mí tras cada estreno de cada película de Woody Allen.

Hoy es domingo. Hace un día de perros. Creo que me voy a quedar en casa por la tarde tumbado en el sofá, y voy a zamparme “El irlandés”. Y a ver si algún día de la próxima semana publico mi primera crítica de ese género televisivo que empiezan a ser las películas de cine. Vosotros, intelectuales críticos superiores de cine, podéis coger el coche para ir a algún centro comercial a ver “Parásitos”, de Bong Joon-Ho. Es muy buena -con perdón por opinar-. Abrigaos.