30/6/17

LA INCREÍBLE MÚSICA MENGUANTE

No es por qué no se clausuró el programa de Cárdenas tras el minuto 1 de su emisión 1. No es cómo puede existir “Fantastic Duo” sin crear un agujero negro que provoque la implosión del universo. No es por qué TVE rueda una serie estupenda como “El ministerio del tiempo” y después la maltrata en su emisión buscando que tenga la menor audiencia posible. El misterio más insondable de la televisión nacional es por qué la música y las canciones han desaparecido por completo de sus contenidos. La cadena 40TV se ha esfumado sin ser sustituida por ninguna otra. MTV ya no tiene absolutamente nada de M. La serie documental “Pop” de #0 habla de la música de los años 80 y dedica unos minutos a “Aplauso”, “Popgrama” o “Musical Express”. Cuando se haga una serie documental sobre los años 10 no se podrá dedicar ni un segundo a los programas televisivos musicales simplemente porque no existe ni uno.

Es cierto que, obviously, la música es un género poco visual que no parece que encuentre su mejor acomodo en un medio como la televisión. Pero hay canales de noticias que en realidad son emisoras de radio con bustos parlantes y debatientes, hay canales de cocina que sobreviven a pesar de que las ondas hertzianas no pueden transmitir el sabor de lo que se está cocinando, hay cadenas dedicadas a viajes como si la diferencia entre ver el documental sobre un viaje y realizarlo no fuera la misma que existe entre ver una película porno y protagonizarla. Resumiéndolo todo en un ejemplo, ¿tiene sentido que exista una cadena como National Geographic Channel que emite sin parar “Megaestructuras nazis” y no tiene sentido que exista una cadena dedicada a las canciones populares de todos los géneros que emita el increíble concierto que ofreció en 2012 Paul Simon en Hyde Park y que acaba de salir en DVD?

Hay que hacer un change.org. O difundir un nuevo lazo de alguno de los pocos colores que quedan libres. O animar a Íker Jiménez a que deje de dedicar su nave del misterio a pijadas y la oriente hacia la resolución del misterioso caso de la increíble música menguante en televisión.

29/6/17

TRES RAZONES PARA NO VER "SOY ROSA"


Primera razón. El problema que tiene Rosa es que es Rosa. Mejor dicho, el problema que tiene Rosa es que solamente es Rosa. La campaña publicitaria de promoción del nuevo factual de TEN se basa justamente en destacar que Rosa no es Rosa la triunfita, ni Rosa de España, ni Rosa la gorda. ¿Por qué entonces han grabado una serie contando la vida de Rosa y no la de cualquier otro ciudadano que con seguridad también cuenta con el mérito de ser él mismo? Parece ser que para Rosa es muy importante ser únicamente Rosa y no poder poner en su currículum nada más que esa identidad autorreferente. Quiero aprovechar esta columna para hacer una confesión que nunca he contado a nadie: me ponen terriblemente nervioso las tautologías.

Segunda razón. Es un fenómeno con el que todos hemos jugado de niños. Se llama “saciedad semántica” y hablaron sobre él psicólogos tan clásicos como Edward Titchener. Si repetimos rápidamente y en voz alta una palabra durante mucho tiempo (“árbol”, “leche”, “rosa”…) termina convirtiéndose en un sonido extraño, artificial, carente de todo significado. Se nos hace raro oír esas sílabas que ya no se refieren a nada. Cualquiera que vea media hora de televisión actual se somete a una saciedad semántica de palabras como “yo”, “mí”, “amor”, “siento”… Simplemente ya no significan absolutamente nada. No quiero oír “Rosa” cien veces por minuto durante una hora. No quisiera que Rosa López se convirtiera para mí en un ruido extraño.

Tercera razón. La disyuntiva es sencilla. Si has hecho algo en tu vida que haya ido más allá de ti mismo, entonces tu biografía individual no tiene interés. Y si no has hecho algo en tu vida que haya ido más allá de ti mismo, entonces tu biografía individual no tiene interés. La primera opción explica por qué nunca veremos “Soy Margarita”, reality en donde la científica Margarita Salas -más de trescientas cincuenta publicaciones internacionales, doctora honoris causa por diez universidades- defiendiera desayunando en pijama que ella no es Margarita la bioquímica, sino solamente Margarita. La segunda opción explica por qué yo nunca veré “Soy Rosa”.

28/6/17

BEATLEMANÍA APLICADA


En unas imágenes grabadas en los trasvestidores antes del concierto de los Beatles en el Shea Stadium de Nueva York en agosto de 1965, podemos ver a Paul McCartney y George Harrison calentando los dedos con ejercicios de digitación, como hacen todos los músicos antes de una actuación, aunque es probable que la pregunta que se hacían en ese momento los dos beatles era  “¿para qué?”. ¿Para qué calentar los dedos? ¿Para qué afinar las guitarras, si el enorme ruido producido por los gritos del público ahogaría cada nota de cada canción? Los Beatles eran demasiado famosos (“más populares que Jesucristo”, según dijo John Lennon), y sus conciertos se habían convertido en un espectáculo que poco tenía que ver con la música. Los fans de los Beatles estaban tan ocupados gritando que no prestaban atención a cómo sonaba o dejaba de sonar “Ticket to Ride”. La Beatlemanía acabó con los conciertos de los Beatles.

Parece que a los coreanos que gritan consignas patrióticas en el documental “Corea del Norte: el país de la gente feliz” tampoco les importa la música que suena en Corea del Norte. La joven coreana que afirma, con una estudiada sonrisa, que no sólo ella, sino todos (¡todos!) los norcoreanos son felices porque tienen el más insigne de los líderes y la más insigne de las vidas, no presta atención al triste espectáculo de los hechos. Y la mujer que asegura que está tranquila porque sabe que el líder supremo Kim Jong-un ordenará un ataque nuclear en el caso de que el país se vea amenazado, se comporta como una Coreadelnortemaníaca a la que no le importa si los instrumentos están afinados porque se conforma con que las armas estén afiladas. ¿Qué más da lo que ocurra en Corea del Norte, si el alucinante régimen fundado por el presidente eterno Kim Il-sung produce ciudadanos felices con armas nucleares? Supongo que muchos coreanos que asisten a los desfiles organizados por Kim Jong-un gritan su Coreadelnortemanía por imperativo legal, pero en la forma se comportan como los fans de los Beatles que llenaron el Shea Stadium. Lo mismo ocurre con los aficionados mexicanos a los que la FIFA ha amenazado con sanciones si persisten en sus cánticos homófobos en los partidos que la selección de México disputa en la Copa Confederaciones. ¿Les importa a esos aficionados el resultado del partido? ¿Van al estadio a ver un partido de fútbol de su selección, o a cantar y hacer el mayor ruido posible? ¿Por qué Carlos Vela hace estiramientos antes del partido, si a esos aficionados que entonan cánticos homófobos porque es “una tradición” no les preocupa cómo suena “Ticket to Ride”?

27/6/17

TIERRA, TATOOINE, ZAMORA


Si Tatooine,  el desértico y ficticio planeta de “La guerra de las galaxias” famoso por sus carreras de vainas, se llamara “Albacete”, seguro que a los espectadores españoles nos costaría suspender la incredulidad al ver a Annakin Skywalker ganar una carrera y nos costaría todavía más no sonreír al encontrarnos con los moradores de las arenas. Es lo que ocurre con Zamora, el reino ficticio de los relatos de Robert E. Howard protagonizados por Conan. ¿No chirría un poquito imaginar a Conan el bárbaro en Zamora, del mismo modo que no habría manera de creerse a Annakin Skaywalker en Albacete? No sé si los tunecinos se pueden quitar de la cabeza cuando ven “La guerra de las galaxias” que Tatooine es una región del sur de Túnez, pero a los españoles nos resultaría imposible tomarnos en serio “La guerra de las galaxias” si uno de los planetas se llamara “Albacete”.

Y, sin embargo, el planeta donde se desarrolla “El planeta de los simios” es el planeta Tierra, y nada chirría, ni dejamos de creer que los simios son de un planeta rarísimo aunque todos hablen inglés, ni nos tomarnos menos en serio una película que, como dijo Charlton Heston al productor Arthur P. Jacobs, es de entretenimiento y mensaje. Durante el rodaje de “El planeta de los simios”, Heston estaba convencido de que la película sería algo más que una diversión. Jacobs no aspiraba a tanto. Aunque no deja de ser gracioso que 13 TV, una cadena propiedad de la Conferencia Episcopal,  promocione la emisión de la saga original de “El planeta de los simios” con un vídeo que comienza con un personaje humano que dice a un simio que “el hombre desciende del mono”, está claro que Heston tenía razón y las aventuras del humano Taylor en un planeta que es el nuestro dominado por los simios son algo más que puro entretenimiento. No es lo mismo que el planeta de los moradores de las arenas se llame Tatooine que Albacete, y para nuestro oído sería mejor que la Zamora de Conan se llamara, por ejemplo, Arcadia, Atacama o Kalahari. Pero la Tierra de “El planeta de los simios” tiene que ser la Tierra que pisamos y en la que vivimos, y no el planeta Soror de la novela original de Pierre Boulle en la que se basa la película. Soror es un nombre tan sugerente como Tatooine, y Tierra es tan cotidiano como Zamora. Pero “El planeta de los simios” tiene que ser la Tierra y no Tatooine, ni Soror, ni siquiera Mongo. Los simios somos nosotros, como bien entendió Taylor en aquella playa en la que asomaban los restos de la Estatua de la Libertad.

26/6/17

MARÍA PATIÑO ES UNA HIPÓCRITA


(Normal que el teléfono no se oiga una mierda si las líneas que utilizan son "habiertas")

No deberíamos llamar a María Patiño hipócrita a no ser que lo fuera. Solo podríamos decir que es una hipócrita si actuara con fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene o experimenta. Pero si no, no. En ese caso podríamos decir que es molesta, incómoda y chirriante. O que, en general, resulta excesiva no porque lo sea, que sabe Dios qué será en su casa, sino por su empeño y tenacidad en llevar al plató una sobreactuación permanente, en crearse un personaje impostado y exagerado con el que descollar como estrategia para sobrevivir en ese ecosistema tan competitivo que es el petardeo rosa chillón de Telecinco.

Estaría muy, muy feo, que llamáramos a la Patiño hipócrita sin serlo. Imagínense. Y no valdría alegar como excusa que nos confundimos, que al decir “hipócrita” no queríamos decir “hipócrita”, que usamos la palabra con otro sentido que no es el suyo. Por una sencilla razón: es nuestra responsabilidad saber cuál es el significado de las palabras que utilizamos. Especialmente si lo hacemos por escrito como ahora aquí. O si estamos en la tele como Patiño, toda una presentadora que vive de las palabras. Y más cuando esas palabras pueden resultar ofensivas.

Por ejemplo, a mediodía del sábado Patiño se estrenó al frente de una birria titulada “Socialitè by Cazamariposas” (con perdón) que además de tener unos contenidos anodinos estuvo repleta de fallos técnicos. Ni se la oía bien a ella ni ella oía bien a Belén Esteban al teléfono. “No te escucho” repetía Patiño a Esteban ante tal desbarajuste. ¿“No te escucho”?  Vale que no la oyera porque no le llegaba bien el sonido, pero no escucharla es una falta de educación. Por mucho que escuchar, o sea, prestar atención a lo que se oye, sea muy desagradable cuando lo que se oye sea a una petarda, es su obligación escuchar, que para eso cobra. Llamar por teléfono y atender diciendo que no prestas atención a quien te contesta te convierte en hipócrita. Porque, Patiño, no vale decir que no conoces la diferencia entre oír y escuchar. Debes conocerla si eres presentadora. Y debes dejar que seamos los espectadores los que, oyendo, no escuchemos a Belén Esteban porque nos importa un bledo lo que diga.

25/6/17

EL MURO. CHANGE YOUR LIFE


La noche del viernes llegó a Telecinco “The Wall”, un concurso de formato norteamericano al que aquí han añadido el subtítulo “Cambia tu vida” para resaltar la potencia de la apuesta. Se trata de un programa del que lo mejor que se puede decir es que no es “Sálvame deluxe” por una sencilla razón: no ser “Sálvame deluxe” es lo mejor que se puede decir de cualquier programa que Telecinco emita la noche de los viernes.

La cadena está orgullosa del concurso. Subraya que el valor de los premios es muy alto y que los concursantes pueden conseguirlos de un modo totalmente incontrolable dado el gran componente de azar que encierra (¿la cadena reconoce, entonces, que en el resto de concursos se controla cuántos y qué premios se dan según vaya conviniendo?). Tal es el capricho del azar del muro que da nombre al programa que solo una gran cadena como ella puede asumir el coste de los premios. Coste variable al que hay que añadir los costes fijos de su producción: tuvo que grabarse en un altísimo plató en el que cupiera el altísimo muro que obliga a presentador y concursantes a mirar todo el rato para arriba como papanatas.

El caso es que si la pareja concursante gana un premio gordo, “The Wall. Cambia tu vida” puede cambiarle la vida. Lo que no podrá cambiar es la vida de Telecinco por mucho que gane el premio de una audiencia millonaria. Es cierto que si sigue el éxito del estreno, pasarán algunas cosas. Emitirán seguidas las doce entregas ya grabadas, incluso tal vez renueven, pero nada más. No podemos esperar que este concurso como tantos, copiado como todos, presentado por Carlos Sobera como muchos, repleto de focos como siempre y estrenado en verano cuando se baja el listón, vaya a lograr que Telecinco cambie su programación, mude de naturaleza y deje de ser Telecinco. Los huevos formados en el vientre de la serpiente producen serpientes. La imprevisibilidad del muro y lo indeterminables que son las “bolitas gigantes” (¡!) que por él caen no podrán conseguir que de los huevos que actualmente incuban en las reuniones de ejecutivos de Telecinco nazcan patitos, perritos ni lindos gatitos.

24/6/17

LA CARA DE GILIPOLLAS DE CÁRDENAS


Se puede tener cara de gilipollas o no tenerla. También se puede ser gilipollas o no serlo. Pero, aunque la relación entre ambos elementos está por demostrar, la tentación de conectarlos es enorme.

Ahí está el caso Javier Cárdenas en “Hora punta” (noches de La 1). Habrá quien le encuentre cara de gilipollas al verle maravillado ante un embaucador presentado como “morfopsicólogo” y “périto en Grafopsicología” (con perdón al corrector de Word, que no da abasto a subrayar). También habrá quien considere que Cárdenas es gilipollas por asegurar que ese tipo “demuestra si una persona, a través de la morfología de la cara, puede ser o no un asesino”, cuando lo único que hace es usar los viejos trucos de los videntes y astrólogos: hace la pelota a quien tiene delante con generalidades positivas (dice de Cárdenas que es “de acción, de emoción, de conquista y de cambio”) y confirma la información previa y los prejuicios con peligrosa palabrería cuando habla de otras personas (Bill Cosby es presa de muchos apetitos instintivos porque la distancia de la nariz al mentón es grande y posee nariz carnosa, los pómulos y la nariz corta de Ronaldo nos hablan de orgullo, y la nariz más profunda de Messi nos remite a sentimientos más humanos).

Pero la relación entre la gilipollez facial y la gilipollez conductual no está demostrada. Por ejemplo, el poli que dijo en “Hora punta” que la “Psicología facial” va genial a la policía dijo una peligrosísima gilipollez, pero no tiene por qué tener cara de gilipollas. ¿Y qué pasa con el público que aplaudió al oír: “Si conseguimos que a los niños que ya los vemos de muy niños que van a ser unos psicópatas codiciosos, los trabajamos, serán menos psicópatas codiciosos; con lo cual cambiaremos el mundo”? Tal vez no haya aplaudido gilipollezmente por tener cara gilipollas, sino porque mandó aplaudir el gilipollas del regidor.

Solo algo está claro en este oscuro asunto. No habiendo relación demostrada entre lo que se es y la cara que se tiene, menuda cara de gilipollas se nos queda a los espectadores al ver cómo está la tele pública y lo gilipollas que somos al consentirlo.

23/6/17

LAS TERMITAS TAMBIÉN LLORAN


Me pregunto si algunos espectadores odian que sus series favoritas sean demasiado populares. ¿Los seguidores de “The Leftovers”, la excepcional serie creada por Damon Lindelof y Tom Perrotta que nos ha dejado después de tres emocionantes temporadas, prefieren que el capítulo final pase tan desapercibido como Charles Chaplin en un concurso de imitadores de Charlot, o estarían encantados con que el final de “The Leftovers” levantara tanta expectación como el final de “Perdidos” o de “Los Soprano”? Supongo que habrá espectadores-turistas y espectadores-viajeros. A los primeros  no les importa que series como “The Leftovers”, “Juego de tronos” o “Fargo” sean tan fotografiadas como el Coliseo de Roma o la Acrópolis de Atenas. Los segundos, más exquisitos, prefieren la soledad, el secreto, el susurro, y les jode escuchar que alguien hable de “The Leftovers” es un bar mientras, justo al lado, un par de oficinistas  analizan las razones de Ronaldo para abandonar el Real Madrid.

Félix de Azúa escribió hace un par de semanas un artículo en el que, con la excusa de criticar la igualdad y tras dejar caer, con magnífica ignorancia de todo lo que hay detrás de ese hecho, que en España se puede pasar la ESO con suspensos, se lamentaba de ver en qué se ha convertido el centro histórico de Londres (Trafalgar, Soho, Covent Garden, Picadilly…), al que “las masas han devorado como termitas”. Bondad graciosa, ¿verdad que es intolerable? El centro histórico de Londres, la Capilla Sixtina, Chichen Itzá, el Louvre, la tumba de Nefertari, el Taj Mahal o incluso las hermosas playas de la isla de Mykonos no pueden estar abiertos y abiertas a las masas, sino a gente tan lista y formada como Félix de Azúa. Los turistas son una plaga. Los viajeros molan. Los turistas molestan. Los viajeros añaden elegancia los lugares que visitan. Para los tipos como Felix de Azúa, series como “The Leftovers” no pueden estar al alcance de las masas, que deberían conformarse con que sus hijos terminen la ESO con un par de suspensos, veranear en Benidorm, comer paella en un chiringuito, visitar el Museo de Cera y ver las series de Emilio Aragón. “Tle Leftovers” sufriría con el exceso de audiencia como el centro histórico de Londres sufre con las masas, esas masas devoradoras que han convertido Oxford St. en un zoco peatonal y populachero donde los viajeros no pueden pasear con calma. No haga caso. Pasear por el centro de Londres y conmoverse con el capítulo final de “The Leftovers” no es exclusivo de los viajeros y de los miembros de la Real Academia Española. Las termitas también viajan. Las termitas también lloran.

22/6/17

"PUEDE CONTENER TRAZAS DE DAVID BUSTAMANTE Y PAULA ECHEVARRÍA"


A partir del próximo lunes, una nueva normativa de la Unión Europea obligará a los programas televisivos de variedades y del corazón a indicar al comienzo del espacio si durante el mismo se va hablar en algún momento sobre Paula Echevarría y David Bustamante. Los recientes acontecimientos que ha protagonizado la popular expareja -ay, que si en la comunión de la niña estuvieron acaramelados; ay, que si Paula se ha enamorado de un empresario colombiano; ay, que si vuelven, ay, que si no- han provocado un aumento súbito de referencias al cantante y a la actriz en programas como “Espejo público”, “El programa de Ana Rosa” o los diversos “Sálvame”, con el consiguiente incremento de ingresos hospitalarios debido a urticarias agudas y a cuadros alérgicos que pueden llegar a ser graves en niños, ancianos y población con otras enfermedades crónicas. Es por ello que la UE ha endurecido los requisitos para que un programa de televisión obtenga la categoría de “Echevarría & Bustamante Free”: ya no bastará con que no se muestren imágenes de los implicados, sino que también los programas que aspiren a las ayudas económicas que la UE concede a los espacios “Echevarría & Bustamante Free” tendrán que evitar incluso la mera mención verbal del nombre de Paula y de David.

Las autoridades sanitarias y las diversas asociaciones de consumidores se muestran favorables a esta medida. “No basta con indicar genéricamente que los ingredientes del programa van a ser chismes, cotilleos y montajes sobre famosos. Hay que especificar de qué famosos en particular se va a hablar, ya que no todos tienen las mismas propiedades organolépticas y el mismo potencial tóxico”, ha declarado Carlos Allande, comisionado español del Observatorio Epidemiológico Europeo sobre David Bustamante y Paula Echevarría. La nueva normativa obliga también a los espacios en donde no se hable de la expareja, pero que se graben en platós en donde sí se ha hablado recientemente sobre ellos, a incluir en algún lugar claramente visible de su envase la leyenda “Puede contener trazas de David Bustamante y Paula Echevarría”.

21/6/17

POR LOS PELOS


Imagínese que marca el gol de la victoria en una final de la Liga de Campeones en el último minuto pero, a cambio, tiene que pagar con algo: se va a quedar calvo. Ahora imagínese que esta pregunta no se la hacen a usted, sino a Griezmann, el delantero del Atlético de Madrid. Voy a abusar un poco más de su imaginación y le voy a pedir que suponga que Griezmann responde que no, que imposible, que le da igual que sea una final de la Liga de Campeones, que no quiere quedarse calvo. No hace falta que se imagine todo esto. Griezmann prefiere su pelo a marcar un gol en el último minuto de una final de la Liga de Campeones. Supongo que Girezmann está muy orgulloso de su pelo, o puede que su respuesta esté inspirada por H&S, la marca de champú que patrocinó la entrevista en la que el delantero francés hizo esta declaración de amor capilar. Pero no seamos malos. Seguro que a Griezmann le gusta el pelo y a Messi le gustan las patatitas, a Ronaldinho las natillas, a Brad Pitt las colonias carísimas, a Iniesta los helados, a Loquillo la cerveza, a George Clooney el café  y a Fernando Alonso los relojes tanto como a Bill Murray le gusta la mierda de güisqui japonés que anuncia en “Lost in Translation”. De acuerdo. Uno de los mejores delanteros del mundo prefiere no quedarse calvo a marcar un gol histórico. Vale.

¿Renunciaría Pablo Motos a sus abdominales a cambio de presentar “Saturday Night Live” en Estados Unidos? ¿Aceptaría el Gran Wyoming hablar inglés tan mal como Aznar si Bill Maher le invitara a su programa? ¿Estaría dispuesta Pilar Rubio a cambiar el color de sus ojos para participar en un programa en el que no tuviera que hacer el chorras? ¿Carlos Sobera se haría uno de esos peinados ridículos de moda si así consiguiera escapar del infierno de las cenas de “First Dates”? ¿Bertín Osborne dejaría de sonreír para siempre jamás a cambio de doscientos mil millones de euros? ¿Los concursantes de “Mujeres y hombres y viceversa” leerían a Kierkegaard para conseguir una portada de “Interviú”? ¿Haría Belén Esteban voto de silencio si se reformara la Constitución para nombrarla princesa del pueblo? Creo que no. Me temo que todos, en el fondo, somos como Griezmann y preferimos el pelo, unos buenos abdominales, no hacer el ridículo hablando inglés, unos bonitos ojos, un peinado lógico, una sonrisa contagiosa, una vida sin Kierkegaard o no cerrar jamás la boca antes que marcar un gol en una final de la Liga de Campeones. ¿O es que Pablo Iglesias se cortaría la coleta si así consiguiera ganar una moción de censura a la tiranía del Madrid de Ronaldo?

20/6/17

CUARENTA FORMAS DE ABURRIMIENTO


Los finlandeses tienen en su idioma casi cuarenta palabras diferentes para referirse a diferentes formas de nieve, bien sea acuosa, o mezclada con barro, o se haya convertido en hielo, bien proceda de granizo, o flote en el agua, o sea sólo escarcha; así más de tres docenas de variedades de nieve. Nos puede parecer exagerado a los que vivimos en el sur, pero viendo el “Planeta Calleja” en el que Jesús Ídem y Mercedes Milá viajaron a las islas habitadas más septentrionales del planeta, perdidos en un inmenso mar de hielo, pude comprender perfectamente la necesidad de léxicos amplios que recojan fenómenos tan onmipresentes y llenos de matices. No, no me estoy refiriendo a la nieve, qué va. Me refiero al profundo aburrimiento que siempre me provoca Mercedes Mila, tan rico en variedades y en subtipos. En medio de cuarenta formas de nieve yo descubrí cuarenta formas de aburrimiento.

No es lo mismo una gruesa capa de hielo que una fina capa de nieve. Tampoco es el mismo aburrimiento el que provoca Mercedes cuando se pone filósofa profunda (“hay que vivir el ahora”, fíjate) que el que provoca Mercedes cuando recuerda su gran historial como entrevistadora (Cela y la absorción de dos litros por el ano, Vidal y su pene erecto como un vaso de tubo, Umbral y su libro). En finés existe hanki, huurre, iljane, polane, jää, railo, pero en español sólo tenemos “aburrimiento” para describir lo que sentimos cuando Mercedes corrige a todo el mundo, cuando dice que hace meditación poniendo la mente en blanco y pensando sobre gente (¡!), cuando deja caer que una vez hubo una pintada en el País Vasco contra ella, cuando se muestra transgresora y se desnuda en el plató de Gran Hermano o en el Polo Norte.

El idioma es un ser vivo que se adapta a las necesidades de los hablantes. Media docena de programas como el “Planeta Calleja” de Mercedes Milá y verán cómo surgen en español al menos cuarenta palabras nuevas para referirse a formas de aburrimiento. A los que viven en el norte les parecerá exagerado. Tienen suerte: ellos no tienen a Milá, tan sólo tienen doscientos cincuenta días de nieve al año.


19/6/17

SIRENAS Y TORMENTAS DE NIEVE


Supongo que ya no es necesario ser tan valiente e ingenioso como Ulises, que en su largo viaje de regreso a Ítaca tras la guerra de Troya, y prevenido por la maga Circe, logró resistir el irresistible canto de las sirenas gracias a que hizo que le ataran al mástil de su barco mientras sus hombres se taparon los oídos con cera para no sucumbir a su mortal hechizo. Tampoco hace falta llevar al límite nuestro amor al arte como hizo el pintor Joseph Turner, de quien se cuenta que se ató al mástil de un velero para poder pintar con conocimiento de causa la fuerza del mar y la luz durante una tormenta de nieve. De acuerdo, seguro que la “Odisea” de Homero sería menos deslumbrante sin en el inagotable ingenio de Ulises, y es probable que “Tormenta de nieve”, la maravillosa obra salida de los pinceles de Turner, no sería tan sublime si el pintor inglés se hubiera limitado a dejar pasar el tiempo sentado en el  muelle de la bahía. Las series televisivas han conseguido que todos podamos ser Ulises y Turner sentados en los muelles del sofá

La quinta temporada de “House of Cards” es el mástil al que los espectadores nos atamos para escuchar el canto de la política sin que nos destruya el alma, y el mástil al que nos agarramos para ver con nuestros propios ojos cómo el mar y la luz del poder se transforman en un decorado fascinante de la tormentosa condición humana. “El pueblo estadounidense no sabe lo que le conviene. Yo sí”, dice Francis Underwood. Y nosotros, el pueblo (aunque no formemos parte del pueblo estadounidense), oímos ese canto y nos estremecemos. Escuchamos al presidente Underwodd explicar la diferencia entre el bien y el mal y caemos rotos ante esa tormenta dialéctica que mezcla el más frío de los cinismos con la más cruel de las lógicas. Menos mal que estamos atados al mástil de “House of Cards”, y no remando en un barco al alcance de la voz de las sirenas y sometido a la fuerza de una tormenta de nieve. Menos mal que cuando Francis Underwood nos mira a los ojos no sabe que en realidad somos nosotros, los espectadores, quienes le miramos a él. Menos mal que nos queda “House of Cards”, la serie de televisión que nos permite ser Ulises y Turner desde el sofá y sobrevivir a las sirenas y a las tormentas. Lo que luego nos pase por la cabeza cuando vemos el telediario ya es otra historia, otro viaje, otras sirenas y otras tormentas.

18/6/17

SALARIO Y CERVEZARIO


La palabra “salario” proviene del latín “salarium”, aludiendo al pago mediante sal que en ocasiones recibieron los obreros que construyeron la calzada entre las salinas de Ostia y la ciudad de Roma. Como la sal era un bien muy preciado, se usó como retribución en algunos momentos de la Antigüedad, y esa palabra acabó denominando al dinero que reciben todos los trabajadores. Hasta ahora. Porque tras el nuevo anuncio de Mahou quizá asistamos al nacimiento de un nuevo término que sustituya al de “salario”: “cervezario”, dada la arraigada costumbre a comienzos del siglo XXI de pagar con cerveza a los músicos que tocan en los bares. En el spot una banda de rock llega a tocar a un garito; ante el hecho de que el dueño no puede pagarles con dinero, acuerdan que a partir de entonces cada vez que vengan a actuar en el bar recibirán el pago en cervezas Mahou; los músicos se muestran encantados.

Que nadie me malinterprete. No estoy negando que la cerveza sea un bien muy preciado, a la altura de la sal en la antigua Roma. E incluso me atrevería a decir que entre los músicos de rock and roll se le tiene a esa bebida una particular querencia. Muchos son los problemas particulares que rodean a esta actividad -dificultades para poder trabajar en muchas ciudades, retribuciones bajas, consideración de ser un hobby menor y gratuito desde ciertos sectores, etc- pero se resumen en la existencia de un anuncio de televisión que nunca podrían protagonizar agentes de seguros, guardagujas ferroviarios o técnicos en artes gráficas. Pocas cosas como la música en directo en los bares mantienen una relación tan directa entre su sencillez y su contribución a hacer de la vida cotidiana algo delicioso. Y pocas cosas como la música en directo en los bares mantienen una relación tan inversa entre su contribución a la convivencia y la percepción social de su contribución a la convivencia. Paguemos a nuestros músicos con el dinero que se merecen y que sean ellos los que decidan qué parte de ese importe destinan a la cerveza. Hagamos que los publicistas que pensaron esta campaña abran un día la puerta de sus casas y se encuentren con un gran saco de sal como pago a su trabajo.

17/6/17

A CARA DE RATA

No es lo que tienen de animales, sino lo que tienen de creación humana, lo que justifica el buen trato que sin duda merecen los perros. Si los perros tuvieran derecho a un cuidado digno y salubre debido a su condición animal, y fuera ésta el fundamento de las leyes contra su maltrato, habría que dar el mismo tratamiento a las ratas de las alcantarillas, tan mamíferas placentarias como los perros; deberíamos ya mismo ir en su rescate, curarlas, acogerlas, como haríamos con perros en dicha situación. Cuatro estrenó “A cara de perro”, un programa en donde se denuncia el maltrato animal. Las ratas que viven en las alcantarillas bajo la casa de Javier García Roche se embadurnan a diario con las heces del Rey Chatarrero mientras éste clama contra la situación de una docena de perros que pasan frío y hambre en una perrera clandestina. Y hace bien.

Pocas cosas son tan artificiales como el concepto de naturaleza que manejan animalistas, veganos y peña así. El mito de la naturaleza les funciona tan eficazmente como eje de sus ficciones que las contradicciones más básicas les pasan desapercibidas. Contra ese mito cabe entender que si no se puede hacer al perro lo que sí se hace a la rata es porque al perro lo hemos inventado nosotros, interviniendo con toda agresividad sobre los lobos, mientras que a la rata no, y el hecho de ser un producto cultural nuestro es lo que permite teñir de connotaciones éticas nuestra relación con el uno y no con la otra. En la creación de los perros hemos moldeado tanto su genotipo como su significado social y emocional -en un caso mediante la castración y el cruce selectivo durante milenios, en el otro caso mediante las películas de Disney y el fomento del infantilismo y los sucedáneos afectivos durante décadas-.

García Roche puede defecar sobre ratas porque sólo son animales. Y los maltratadores que vimos en “A cara de perro” no deben actuar así porque el perro no es sólo un animal. Pero esto no quiere decir que sea igualable a los humanos. Nuestra condición animal nos iguala a ratas y perros, pero nuestra capacidad para crear el concepto de “condición animal” nos separa de ellos de forma aun más significativa. Me temo que "A cara de perro" tiene que ver tanto con los animales como "All you need is love" con el amor. Vete tú ahora a explicar esto al Rey Chatarrero y a los que en Cuatro llamaban “bebés” a los cachorros o decían querer a sus mascotas igual que a sus hijos.

16/6/17

ÁNGEL GARÓ, PAYASO LISTO


La cara la tiene. Solo hay que marcarle una ceja más que la otra y acentuar su palidez. Ángel Garó es el payaso listo. Falta poner su foto en Wikipedia para ilustrar al payaso Carablanca: “guapo, elegante, petulante, a veces autoritario y malicioso”. Garó es el enésimo juguete roto que cae atrapado en la órbita de Telecinco, esa cadena que está siempre atenta a los últimos estertores de las estrellas moribundas por si terminaran su carrera en forma de supernova. Todo final es triste, pero si hay suerte y produce una explosión que inunda momentáneamente toda la programación de luz y de color… y de rentabilidad en las cuentas de resultados, ya no es tan triste.

Garó lo sabe porque no solo parece el payaso listo, también lo es. Así que en medio del colapso gravitatorio que está sufriendo su vida personal reclama una parte del pastel. Llama a “Sálvame” y pide dinero por ser despellejado. Una, dos, tres veces: quiero dinero; esto es lo que quiero, dinero; ¿y sabes cómo se paga?, ¡con dinero! Tiene razón. ¿No es su luz la que ilumina las pantallas de los miles de yonquis enganchados a Telecinco? Pues él quiere su parte. Alimentarse de su propio estallido, autofagocitarse, es normal entre los personajes que Telecinco tiene en nómina. Solo que estos no explotan incontroladamente: son profesionales. Someten sus vidas a voladuras controladas bajo demanda: ahora me caso, ahora me separo, ahora me opero esto, ahora me opero lo otro, ahora defiendo a este, ahora me enemisto con aquel, ahora me distancio de mi familia, ahora…

Garó fue el otro día a “Sábado Deluxe” de payaso listo a pasar por caja como le corresponde, pero no dio el espectáculo esperado. Y no es eso. El payaso listo debe asumir que está ahí para recibir tartazos. Que aprenda de Jorge Javier Vázquez, que aun siendo el gran jefe de pista sabe atizar el fuego hasta, si hace falta, quemarse. Lo último: defender que los niños deben ver la tele hasta tarde porque meterlos temprano en la cama es una tontería. “En mi época nos quedábamos hasta la una de la noche viendo 'Dinastía' y mira qué bien hemos salido”. En efecto, Jorgeja, a la vista está.

15/6/17

EL PAUL NASCHY DE LA DEMOCRACIA


De acuerdo. Es interesante saber que Felipe González reconoce que convocar el referéndum de la OTAN en 1986 fue un error, y que José María Aznar admite que su gobierno se podía haber ahorrado la reforma laboral que provocó la huelga general de 2002. Por eso, entre otras cosas, creo que hay que ver “40 años de democracia” (Canal Historia), la serie documental en la que el periodista Manuel Campo Vidal entrevista a sesenta personas humanas que, al menos en el caso de González y Aznar, suelen considerarse muy por encima de las personas humanas que nunca salen en los documentales. Pero es extraño que una serie documental que intenta explicar los cambios políticos y sociales de España desde las primeras elecciones democráticas hasta hoy no cuente con la voz de un tal Julio Anguita, el tipo que dirigió el PCE e IU en una época en la que todos sabíamos quién dirigía el PCE e IU. ¿Por qué Manuel Campo Vidal no entrevistó a Anguita? Porque Anguita no quiso. ¿Y por qué Anguita no quiso? Porque el exlíder de la izquierda española sabía que lo que Campo Vidal quería eran “una cuantas frases”, y Anguita necesitaba hora y media para él solo. Pero no debemos preguntarnos por qué Anguita no quiso aparecer en “40 años de democracia”, sino por qué “40 años de democracia” no dedicó un capítulo entero (o dos) a dejar hablar a Julio Anguita.

González, Aznar y compañía son clásicos de la democracia española, pero Julio Anguita es una película de culto porque los ciudadanos vemos a Anguita como un tipo diferente, como si fuera un Paul Naschy de la política. No es la calidad de las películas de Naschy lo que las convierten (al menos, algunas de ellas) en películas de culto, sino su rareza, que las hace inclasificables. No hablamos de las cualidades políticas de Anguita, ni de la calidad de su liderazgo, sino de su rareza como político, de su discurso inclasificable, diferente, alejado de la norma. Nadie duda de la maestría política de González y Aznar, dos políticos que son modelo de una forma de hacer política que ya es canónica y absolutamente aceptada por todos los aspirantes a ser califa en lugar del califa, pero habría estado bien que Campo Vidal cediera hora y media de “40 años de democracia” para que Anguita dijera lo que tiene que decir. Las calculadas dudas de González y Aznar pueden interesar a los espectadores, pero hemos perdido una gran oportunidad para que el Paul Naschy de la democracia nos hable de “Programa, Programa, Programa” y otras películas de culto.

14/6/17

LA ISLA DEL ESCARMIENTO


“La isla” sigue en laSexta. Cada miércoles, erre que erre. Varios tíos siguen pasando mil penurias en una isla porque sí. Ellos lo llaman “valor”, y nosotros “a lo tonto”. Y, lo peor, siguen empeñados en extraer lecciones morales de su conducta insensata. Nos dan clases de supervivencia repletas de superación, liderazgo y toda esa nueva metafísica de moda que nos invade cuando alguien dice en voz alta “coach” en vez de “Belcebú”, que es menos peligroso. Llámenme tonto, pero yo tenía entendido que la supervivencia consistía en sobrevivir, y su primer mandamiento es no meterse en líos. Muy resumido: hay que huir de donde no hay comida y quedarse donde la hay. Eso por no hablar del agua. O de los animales peligrosos, los parásitos y la higiene. Supervivencia, dicen medio muertos en una isla que si está deshabitada por algo será. Manda huevos.

No hace falta comentar el sinsentido de Pedro García Aguado, su presentador ausente, cuando dice que “La isla” “no es un espectáculo, pero sí es espectacular”. Basta mirar el diccionario. Vayamos, mejor, con Mario López, director de laSexta, que dice que “no cae en la superficialidad, ni en el concurso, ni la explotación extrema de los sentimientos. Se homenajean las virtudes de los concursantes que participan”. Bueno, no, que también dice el DRAE que por muchas virtudes que tengan no puede haber concursantes sin concurso. Una cosa es querer zafarse de la sombra de “Supervivientes” mirándolo por encima del hombro y otra esto.

Vamos entonces con los participantes que participan sin ser concursantes que concursan. Mi favorito es el que iba a demostrar que se puede sobrevivir bebiendo agua de mar y al segundo programa tuvo que ser evacuado muy malito. Si te van los retos, puedes elegir: hacer el cafre o leer un poco sobre cómo funciona un riñón y qué es una nefrona. Allá cada uno. Este optó por hacer el cafre y confirmar lo ya sabido: agua del mar, ¡caca!, no beber. También me gustó el segundo evacuado, un médico que se hizo pupa por jugar a cazador recolector sin tener en cuenta que lo esencial de la medicina es prevenir, como enseñaba Ramón Sánchez-Ocaña. Hoy, más isla; a ver quién será evacuado ahora.

13/6/17

EL CASCABEL A LA MARIMORENA


Dice su publicidad que detrás de cada X en la casilla a favor de la Iglesia en la declaración de la renta hay una historia. Muy bien, pues ya que gracias a esa X se mantiene 13 TV, podían utilizar la cadena para contarnos alguna de esas historias.

13 TV podía explicarnos cómo la contabilidad deficitaria de una empresa televisiva que busca el lucro en beneficio de unos pocos está milagrosamente unida a la gestión que realiza un organismo público en beneficio de todos. Seguro que es una bonita historia. O cómo los sueldos que cobran los empleados de una cadena de televisión de titularidad privada se vinculan con una X a los recursos económicos obtenidos gracias a la labor desempeñada por trabajadores públicos de un ministerio que se lleva la fama de ogro para que otros puedan llevarse el dinero sin mancharse las manos. El dinero, ese “excremento del diablo” del que hablaban hace mucho los primeros Padres de la Iglesia, y hace poco el papa Francisco. Otra historia digna de ser contada. Como la de la subvención estatal a fondo perdido a una determinada confesión religiosa que se desvía, por arte de birlibirloque, para propalar una determinada ideología política en esa sistemática y desconcertante labor pastoral que realizan “El cascabel” y “La marimorena”.

Cuatro millones de euros anuales de los impuestos de los españoles gastados en campañas de publicidad para pedir a los contribuyentes que pongamos una X para financiar a la Iglesia no es dinero tirado. Nos permiten saber que detrás de cada X hay una historia, aunque no alcancen para que nos la cuenten. Pero para eso puede servir 13 TV. Después de todo, la cadena pierde más de diez millones de euros anuales, y si sobrevive es gracias a esta X. TVE, como tele pública, tiene que rendir cuentas ante el Parlamento. 13 TV, a pesar de deber tanto a lo público, no lo hace. Por eso, bien podía explicar sus números en “El cascabel de la marimorena” un nuevo y necesario programa en el que los contribuyentes podríamos enterarnos de la historia que hay detrás de esa X.

12/6/17

EL RETORNO DEL CHINO CUDEIRO


“Ninja Warrior España” es como “Humor amarillo”, pero sin gracia. En la España de los años 90, el espectáculo de ver a unos notas saltando sobre unos palos para evitar caer a una piscina, o trepando por una cuerda para evitar caer a una piscina, o haciendo equilibrios sobre unos troncos para evitar caer a una piscina, daba como mucho para cubrir media hora en momentos bajos de la programación, por las mañanas o en la sobremesa. Y hacía falta además empanarlo bien con comentarios humorísticos para darle un poco de sustancia y evitar así que el sopor cundiera entre la audiencia. Veinte años más tarde la misma idea sirve para rellenar tres horas, tres, del prime time de un viernes en una de las cadenas comerciales más vistas del país. Y sin necesidad de que los comentarios de Arturo Valls, Pilar Rubio y Manolo Lama tengan la menor gracia; basta con sustituir el humor por espectaculares y fugaces llamaradas que brotan a los lados de los concursantes mientras se pegan trompazos. ¿Cabe un mejor resumen sobre la evolución de la televisión generalista en Occidente durante estas décadas?

Dijo Carlos Marx que en la Historia todo sucede dos veces: la primera como tragedia y la segunda como comedia. Pero eso lo dijo porque en Renania no se cogía bien Antena 3. En Antena 3 la dinámica de la Historia ocurre al revés: toman un programa de humor emitido por Telecinco cuando aún pagábamos en pesetas y lo emiten de nuevo revestido de trascendencia, solemnidad y épica. Los concursantes de “Humor amarillo” brincaban entre cuerdas y pelotas colgantes por cumplir una promesa hecha a Dolores Conichigua o por pagarse un piso a las afueras de Nairobi, pero sus descendientes antenatresianos actuales lo hacen (zzzzz…) por cumplir un sueño o demostrarse a sí mismos no sé qué. Los presentadores repiten sin parar que se trata de un concurso para elegir al Ninja Warrior España: venga ya, Arturo, Pilar y Manolo, a lo mejor conseguís engañar a los más jóvenes, pero todos los demás sabemos de sobra que lo único que estáis haciendo es buscar al nuevo Chino Cudeiro.

11/6/17

TVE CONTRA EL MANSPREADING DE SOFÁ

A partir de mañana lunes, Televisión Española sobreimpresionará un aviso contra el manspreading durante su programación de noche. En una esquina de la pantalla se insertará el conocido diseño que muchos ayuntamientos de todo el mundo están colocando en sus transportes públicos, en el que se ve a un hombre sentado con las piernas abiertas y una equis roja a su lado. La decisión ha sido adoptada al término de una reunión urgente de la Subdirección de Avisos Sobreimpresionados del Ente Público, tras el informe anual del Observatorio Europeo sobre las Posturas que la Gente Adopta al Sentarse (EMPSP, por sus siglas en inglés). Se pretende de esta forma combatir el llamado “couch manspreading”, -“despatarre masculino de sofá” o “despatarre masculino doméstico”-, práctica habitual en numerosos hogares españoles mediante la que los varones se sientan a ver la tele en los sofás de las salas de estar con las piernas muy abiertas, dejando poco espacio para las mujeres.

“Sería ingenuo suponer que el manspreading se limita a lxs usuarixs del transporte público”, ha declarado a Radio Nacional de España Amelia Valladares, subcomisionada española del EMPSP. “Sabemos que es en el ámbito doméstico donde estas prácticas de micromachismo, e incluso nanomachismo, están más extendidas. Los espectadores y las espectadoras que ven la televisión sentados en su sofá tienen que evitar problemas de concordancia y desarrollarse como ciudadanos dotados y dotadas de derecho a elegir libremente su identidad. Y la postura que se adopta en el sofá no es más que el símbolo de esta forma de agresión”. Por el momento, el aviso se sobreimpresionará únicamente en las cadenas La 1 y La 2, y sólo durante el horario nocturno, aunque no se descarta ampliarlo a las demás cadenas del Ente Público y a otros horarios si el problema persiste. La única excepción al aviso se realizará durante el programa de Javier Cárdenas: el presentador se ha negado al considerar que en realidad el manspreading es debido a las vacunas.

10/6/17

BELLO Y SUBLIME TOTTI


Para los que amamos el fútbol a pesar de todas esas cosas que hacen que el fútbol tenga que ver más con la ingeniería financiera, los programas del corazón y la política cutre que con el sencillo balompié, el fin de la Liga es triste porque se acaba el fútbol y porque termina “Fiebre Maldini”, el programa de fútbol más futbolero de la televisión y el argumento más potente para luchar contra el horror de “El chiringuito de jugones” y las temibles tertulias de “Estudio Estadio”. El último programa de “Fiebre Maldini” fue estupendo, como siempre, pero además nos permitió asistir al último partido del gran Francesco Totti con la Roma, el equipo de su vida, en el estadio Olímpico. La afición de la Roma despidió a su capitán con cariño, pasión y respeto, y Totti respondió con el mismo cariño, pasión y respeto por la gente que durante veinticinco años le aplaudió y, a veces, incluso le pitó un poquito. El adiós de Totti permite reformular así el imperativo categórico de Kant: obra de tal manera que en el momento final puedas merecer una despedida universal como la de Totti.

¿Por qué un futbolista como Totti jugó siempre en la Roma, y no fichó por un Real Madrid o una Juve? Quizás porque, como quería Epicteto, Totti consiguió la libertad no con la saciedad de lo deseado (títulos prestigiosos, premios individuales, atención universal), sino con la supresión del deseo para alcanzar así un fin mayor, que siempre fue la fidelidad al rojo púrpura de la camiseta de la Roma. Parece contradictorio que Totti, un tipo al que siempre le gustaron los títulos, los premios y la atención, renunciara a convertirse en un fenómeno universal para ser libre con el brazalete de capitán de la Roma, pero hay que entender que Totti fue un futbolista excepcional que consiguió todo lo que un futbolista excepcional puede desear renunciando, precisamente, al deseo de recibir lo que los aficionados le dieron en su último partido en el Olímpico de Roma. El fútbol de Totti fue bello, es decir, amable, sereno y con limitaciones; pero su despedida fue sublime, es decir, terrible en emoción, asombrosa e ilimitada. El juego de Totti tenía que ver con lo cualitativo, y su despedida con lo cuantitativo. El bello y delicado fútbol de Totti encontró su lugar en el sublime mar embravecido de Roma, y de esta manera el bello Totti se ganó una sublime despedida que desbordó los sentidos del 10 de la Roma y de los futboleros del mundo libres de chiringuitos.

9/6/17

LA VERDAD ESTÁ LEJOS

El documental “La era de la estupidez” (La 2), en el que el gran actor Pete Postlethwaite observa desde el espantoso mundo del año 2055 cómo la humanidad fue incapaz de hacer algo para evitar los devastadores efectos del calentamiento global, es inquietante porque la pregunta fundamental (¿cómo es posible que los humanos no hiciéramos lo que sabíamos que había que hacer cuando todavía había tiempo para hacerlo?) sigue en pie, porque las horripilantes decisiones de Donald Trump nos acercan al abismo como si fuéramos el Coyote persiguiendo al Correcaminos, porque todo indica que el ser humano no es muy diferente del escorpión de la fábula que pica a la tortuga que accedió a ayudarle a cruzar un río a sabiendas de que así los dos se ahogarían, y porque el documental es del año 2009 y, desde entonces, las cosas no han mejorado y parece que, en verdad, está en la naturaleza humana picar a la Tierra hasta destruirla como estaba en la naturaleza del escorpión que picara a la tortuga en mitad del río. Decía san Agustín que hay dos clases de personas, los que se aman a sí mismos hasta el desprecio de Dios, y los que aman a Dios hasta el desprecio de sí mismos. Bueno. Los humanos de la era de la estupidez hemos demostrado que amamos al petróleo hasta el desprecio de nosotros mismos. No se trata de ser o no ser, sino de Shell o no Shell.

Después del entierro de Charles Darwin en la Abadía de Westminster, un lord que estaba allí porque había que estar allí preguntó a Thomas Huxley si Darwin tenía razón. Huxley respondió que es seguro que Darwin tenía razón, y entonces el lord hizo, muy bajito, la gran pregunta: “¿Y no se le pudo hacer callar?”. Un genio. Hemos aprendido mucho desde el lord al que tanto molestaba la teoría de la evolución de Darwin. Hemos aprendido a hacer callar a los nuevos Darwin dejándoles hablar todo lo que quieran. Hemos aprendido a permitir que documentales tan demoledores como “La era de la estupidez” se emitan un domingo por la noche en una televisión pública o estén al alcance de un clic. Hemos aprendido que vale lo mismo la opinión del primo de Rajoy que la de Al Gore, el presidente de la Shell, el investigador James Hansen o la Asociación de Amigos del Dióxido de Carbono. Hemos aprendido que la verdad no está ahí fuera, como creía Fox Mulder, sino que la verdad está muy lejos. Lejísimos. La verdad está en el año 2055, o por ahí. ¿A quién le importa lo que yo haga?

8/6/17

PUBLICIDAD ENGAÑOSA DE MIERDA


Hay un sacrosanto contrato que vincula al vendedor con su comprador por el cual el vendedor está obligado a vender mierda si lo que ofrece es mierda. Hay un sagrado compromiso que vertebra nuestro mundo que garantiza que si compras mierda, recibes mierda. Hay un divino pacto que cohesiona nuestra sociedad escrupulosamente regida por las leyes de la oferta y la demanda que nos permite proveernos libremente de mierda en los dispensadores de mierda en un mercado repleto. Hay un bendito acuerdo que sirve de base, cimiento, fundamento y punto de apoyo de todo nuestro sistema económico que nunca puede fallar aunque falle todo lo demás. Gracias a él podemos confiar ciegamente en que quien pregona mierda, vende mierda, y quien paga por mierda, recibirá la mierda que legítimamente es suya.

Por eso extraña que un principio tan básico se rompa. Por eso resulta aun más desconcertante que quien lo incumpla sea una empresa con tanta experiencia en este campo como Telecinco. “Supervivientes” anunció el otro día que Bigote Arrocet iba a hablar con María Teresa Campos, y, para añadir emoción, lo hizo con este hermosísimo pareado en las redes sociales: “¡¡Que se entere todo el mundo!! Mª Teresa hablará esta noche con Edmundo”. Ya se pueden imaginar lo contentos que se pusieron los clientes de la casa: por un precio tan asequible como seguir aguantando horas de programación de su cadena amiga, asistirían en primera fila a la conversación entre una señora ya mayor que acaba de sufrir un grave problema de salud del que aún está recuperándose y su novio, ya mayor, a quien no había querido notificar hasta entonces su delicado estado médico para que no dejara de hacer el chorras en un concurso chorras.

Sin embargo, tras pagar su precio y tragar las horas de mierda habitual que dura el programa, la mierda especial anunciada no llegó, la mierda de primera brilló por su ausencia, la mierda extra plus deluxe suprema que dijeron que habría dentro del paquete de mierda que habían comprado no estaba allí. Se enfadaron, claro. No es agradable quedarte sin la mierda que legítimamente es tuya por culpa de una publicidad engañosa de mierda.

7/6/17

GREENPEACE MANIPULA A LOS NIÑOS


Este es un artículo para los niños que sois hijos de políticos. Quería avisaros de que hay un anuncio de Greenpeace en Neox específicamente destinado a vosotros que está lleno de trampas y quiere manipularos. El fin del anuncio es luchar contra el cambio climático, algo muy noble, pero ya sabéis que el fin no justifica los medios. O sea, que un buen fin, como es la protección del medio ambiente, no justifica que se os engañe y se os manipule. Ni, mucho menos, justifica que se os quiera convertir en tramposos y manipuladoras.

“Este es un mensaje para los niños y niñas que sois hijos de políticos”, comienza diciendo en el anuncio una niña. No está mal que os proponga cambiar el lenguaje (algo legítimo porque todos somos agentes de cambio social), pero sí que lo haga de forma incoherente, lo que lo estropea y degrada. Si el anuncio opta por nombrar específicamente a las niñas, también debería hablar de hijas, y, por supuesto, de políticas. Peor es que diga ser un mensaje cuando en realidad es un anuncio. Para que bajéis la guardia, hacen la misma trampa que las empresas que os quieren convertir en unos consumistas antiecológicos: usan anuncios que dicen ser solo “mensajes”. Ocultar la verdad ocultando las palabras es un mal comienzo. Pero lo peor viene después.

“Nuestros papás y mamás dicen que nuestros políticos no escuchan, pero seguro que a vosotros sí. Por eso os pedimos que habléis con vuestros padres y madres. Ellos se dedican a la política. Pedidles que hagan algo ya contra el cambio climático”, os dicen varios niños más. Mienten. Vuestros padres no deben hacer lo que digáis vosotros, sino aquello que dijeron que harían, que es el motivo por el que fueron votados y tienen el poder que tienen. Que hicieran otra cosa sería antidemocrático porque a vosotros no os votó nadie. Decidles a los niños del anuncio que son ellos los que deben hablar con sus padres, porque es de su voto del que depende el poder de los vuestros. Decidles que deben votar de forma informada y responsable, comportándose con la sensatez de los políticos honrados que se niegan a ser manipulados por niños manipulados por otros niños manipulados.

6/6/17

TODO CREYENTE ES UN RADICAL


Lo raro no es que haya creyentes religiosos radicales. Lo raro es que haya creyentes religiosos no radicales. “Radical”, es sabido, proviene de “raíz”, y su uso, referido a una ideología o a un sistema de creencias, alude a la valoración de que tales planteamientos se hallan en la base más elemental, en la raíz más originaria que constituye a la persona y la sociedad, repercutiendo y manifestándose en todos los ámbitos de la vida. ¿Me puede alguien explicar cómo se puede tener una creencia religiosa no radical, cuando tales creencias -sea la religión que sea, por muy franciscanamente que se disfracen- sentencian dogmáticamente sobre el Absoluto de todos los Absolutos, sobre los fundamentos esenciales sobrenaturales de la Eternidad Total Universal, sobre el carácter inamovible y tallado en piedra del Bien y del Mal como acto volitivo de un Dios omnipotente, omnisciente y omni todo lo que se ponga por delante, con el que el creyente tiene contacto simplemente porque lo dice él? ¿Es siquiera imaginable un conocimiento moderado de la Totalidad Absoluta, qué necedad puede querer decir “creyente moderado”? ¿Es que se nos ha olvidado ya el dislate que es una religión?

El problema del terrorismo yihadista no es sólo religioso, pero también es religioso. No se resolverá atendiendo únicamente a su aspecto religioso, pero tampoco se resolverá ignorando su aspecto religioso. La religión, y su carácter radical per se, es parte del problema. La defensa de una religión moderada contra la violencia religiosa es tan ridícula como la defensa de un machismo moderado contra la violencia machista. Hace falta que los Estados que luchan contra este fenómeno abran también este frente y desplieguen el mayor aparato propagandístico jamás visto en defensa del pensamiento racional y el ateísmo, que alcance la mayor penetración posible, que se implante hasta el mismísimo tuétano del sistema educativo, que se ayude de toda la fascinante tecnología actual y el siglo de experiencia que llevamos en el campo de la publicidad y de la psicología. Y la primera medida es muy sencilla: eliminación de los espacios de propaganda religiosos radicales que nuestra televisión pública regala cada mañana de domingo a católicos, judíos, protestantes y -¡ay, mamina! ¿estamos locos?- musulmanes.

5/6/17

MERCENARIOS EMOCIONALES

La extraordinaria capacidad de Matías Prats y Mónica Carrillo para ajustar su estado de ánimo al de la noticia que están contando en cada momento me resulta fascinante e inquietante al mismo tiempo. Se abre el telediario de la sobremesa del domingo con la espantosa noticia del atentado de Londres, y ambos profesionales narran la información y dan paso a las imágenes con un tono de voz serio y un semblante preocupado. A continuación se oye un pirubiru, la cámara hace un veloz travelling, y aparece en pantalla Cristiano Ronaldo levantando con orgullo la copa de la Champions. La voz de Matías, que tan sólo tres o cuatro segundos antes sonaba grave y seria, se ha vuelto impetuosa y alegre. De vuelta al estudio también el rostro de Mónica Carrillo ha pasado de la noche al día. Como comunicadores de fortuna, sus sentimientos están a sueldo de la escaleta y duran exactamente el tiempo que media entre dos cortinillas.

Hubo una época en donde los mundos se separaban por telones de acero. Ahora se separan por cortinillas de telediario. Y la caída de una cortinilla puede ser mucho más difícil de lograr que la caída de un muro. No llama tanto la atención la gravedad con la que se habla de los atentados y la satisfacción con la que se informa del 1-4, como la eficacia de los interruptores que permutan entre una y otra a golpe de cortinilla, que terminan dando la sensación de que el espectador está escuchando las noticias de boca de actores, auténticos mercenarios emocionales cuya empatía afectiva es fruto de un entrenamiento profesional tan indiferente como el que entrena su dicción y su postura. Y esto, que es sutil la mayor parte de los días en donde los diferentes contenidos de los informativos no difieren significativamente en su tono emocional, chirría como el maullido de las bisagras de un gato oxidado los días en donde una noticia de tono luctuoso está a sólo una cortinilla de distancia de una noticia festiva. Quizá sea hora de superar la figura del Presentador de Informativos Generalista y dar paso a los Presentadores de Informativos Especialistas en Noticias Tristes y Especialistas en Noticias Alegres.

4/6/17

CHIPIRONES O AMELIA



El regreso de “El ministerio del tiempo” con un capítulo protagonizado por Alfred Hitchcock fue decepcionante porque no fue tan bueno como esperábamos, sino mucho mejor. Hay series deslumbrantes como “Juego de tronos” o “Sherlock” que nos conquistan en un instante sin conceder un momento de respiro, y hay series como “El ministerio del tiempo” que dan la razón a Nietzsche cuando dice en “Humano, demasiado humano” que la clase de belleza más noble es la que no nos cautiva de un solo golpe, la que no libra asaltos tempestuosos y embriagadores, sino la que insinúa lentamente, la que se apodera de nosotros casi sin que nos demos cuenta. Puede que “Con el tiempo en los talones”, el primer capítulo de la nueva temporada de “El ministerio del tiempo”, no haya deslumbrado a los que están acostumbrados a los dragones de “Juego de tronos” o al Londres de “Sherlock”, pero seguro que ha cautivado no sólo a los nostálgicos de “Cuéntame” sino también a los que han decidido huir de islas perdidas para encontrar sosiego en una historia bien contada. La lenta flecha de la belleza hiere más profundamente que las flechas del amor de Karina.

Las insinuaciones de “Con el tiempo en los talones” calan hasta que consiguen que veamos en un número pi dibujado en un papel un guiño a “Cortina rasgada”, que confundamos al subsecretario Salvador Martí escayolado con James Stewart en “La ventana indiscreta”, que temamos a unas gaviotas que inquietan a Alonso de Entrerríos como si fueran los pájaros que amenazan a Melanie Daniels en “Los pájaros”, que entendamos que la sombra de “Psicosis” es tan alargada que puede llegar hasta un espía soviético a punto de acuchillar a Pacino. Pero, sobre todo, la lenta flecha de “Con el tiempo en los talones” se apodera de los espectadores hasta que nos damos cuenta de que la parte aparentemente más floja del capítulo, el complot soviético para secuestrar a Hitchcock y obligar al mago del suspense a dirigir películas de propaganda comunista, es en realidad el guiño cinéfilo supremo porque no es más que un perfecto MacGuffin tal y como lo acuñó el propio Hitchcock, es decir, una excusa argumental que mueve a los personajes de una historia pero que carece de relevancia, como los salvoconductos en “Casablanca”. En “El ministerio del tiempo” no hay dragones, sino lentas flechas de belleza envueltas en guiones que permiten que nos creamos que Hitchcock pudo dudar entre comer unos chipirones o estar a solas con Amelia Folch.

3/6/17

AQUÍ LAS MUJERES ESPARTANAS


Si La 1 de TVE decidió confiar en un programa amable como “Aquí la Tierra” para que la audiencia se quedara después con el telediario de la televisión pública por pura inercia, no entiendo por qué La 1 insiste en mantener “Hora punta” después del telediario cuando el careto de Cárdenas tiene el mismo efecto en los espectadores que la entrada de John Wayne en un saloon infestado de pistoleros cobardes. A diferencia de las demás mujeres griegas, las espartanas practicaban mucho deporte porque creían que de esa manera sus hijos saldrían más atléticos. Y, como todas las cadenas televisivas, La 1 cree que enganchar a la audiencia antes del telediario es la mejor manera de conseguir un telediario atlético. Las mujeres espartanas se equivocaban porque, de la misma manera que tomar mucho el sol no garantiza tener hijos muy morenos, hacer mucho ejercicio no garantiza tener hijos atléticos; pero La 1 acierta porque el ejercicio de “Aquí la Tierra” es bueno para que el telediario tenga más músculo. El problema es que la estrategia de La 1 se vuelve ridícula cuando incrusta “Hora punta” justo antes de lo que debería ser la hora punta porque muchos espectadores huyen a cualquier sitio, incluidos los restaurantes de “First Dates”, con tal de no aguantar el guirigay orquestado por Cárdenas. Pero ya sabemos que los caminos de la televisión pública son, ay, inescrutables.

Si La 1 considera necesario obligar a los espectadores a pagar un peaje entre el telediario y “El ministerio del tiempo”, por ejemplo, podría cambiar “Hora punta” por una segunda edición de “Aquí la Tierra”. Jacob Petrus, el presentador del programa, es un tipo discreto y simpático que sabe de lo que habla y habla de lo que sabe, y los sencillos reportajes sobre gastronomía, animales, agricultura o tradiciones hacen más por la idea de España que mil declaraciones del plasma de Rajoy. Y, además, “Aquí la Tierra” cuenta con la encantadora, simpatiquísima y, a veces, deliciosamente torpe Marta Márquez. “Aquí la Tierra” es una buena manera de enfrentarse con optimismo al horror cotidiano del telediario, y “Hora punta” es la manera perfecta de hundirnos a todos en el más terco de los pesimismos. La 1 necesita seguir el ejemplo de las mujeres espartanas no sólo antes, sino también después del telediario.

2/6/17

ACOSO EN LA TELEVISIÓN


Les resumo la inolvidable entrevista que hizo el otro día Paz Padilla en el plató de “Sálvame” al exconcursante de “GH VIP” Marco Ferri. Les pido perdón porque no es agradable, pero nos enseña cómo está el patio.
—Ay, Dios mío, mira qué pantalón. Ay, ay, ay, ay.
Padilla se abalanza sobre Ferri y empieza a romperle la ropa. Forcejean. Los presentes ríen, aplauden y jalean.
—¡No, no, no, que me voy a quedar en pelota de verdad!
— Ay, ay, ay, ay.
—Que tengo solo estos, qué haces.
—O te los bajas o te los sigo rompiendo. Tú no te preocupes que yo te compro unos. ¡Ay, Dios mío, ay qué morbo!
—No lo puedo creer.
—Ay, cómo tiene los cuádriceps. Es que me vuelve loca. Quítate la camiseta. Ay, la pastilla, dónde está la pastilla, dice simulando pedir tratamiento para su “ataque”. ¿Has visto los cuádriceps? ¿Has visto los abductores? Ay, Carlo, ya; ya me he tranquilizado.
De repente, vuelve a forcejear para continuar rompiéndole la ropa mientras él intenta frenarla. Los presentes siguen riendo, aplaudiendo y jaleando. Padilla simula recolocarle el micro y tira con fuerza de la camiseta.
—¡No, no, no, no, no!
—Le he roto la camiseta de los nervios.
Él marcha del plató quejándose.
—Son los nervios, que me pongo muy nerviosa. ¡Marco, que yo te compro la ropa! ¡Marco, no te enfades! Si yo creía que era una camiseta de nada.

También Eurosport emitió estos días una inolvidable entrevista en la calle al tenista Maxime Hamou. Él se hacía una foto con un seguidor cuando llegó una periodista. La situó a un lado para que también posara, y, mientras ella intentaba preguntar primero y zafarse después, él iba dándole besos en el cuello y la cabeza. Ni estaba jugando ni en la cancha, pero Hamou fue expulsado de Roland Garros. El presidente de la FFT pidió investigar el comportamiento impropio del tenista.

Padilla sigue donde estaba. Paolo Vasile pidió investigar las curvas de audiencia para decirle qué más debe hacer ahora. Retroceder o asumir el compromiso social que supone tener una licencia televisiva es de cobardes.

1/6/17

¡ESO ES MENTIRA, SO MARRANO!


Hace 2.500 años, en un pueblo mediterráneo llamado Mileto, Anaximandro le dio la razón a su sabio maestro Tales quitándosela. Después, Anaxímenes le pagaría con la misma moneda. Cerca de allí, poco después, se repitió la historia con otros nombres: Atenas, Sócrates, Platón, Aristóteles. Desde entonces, damos la razón cuestionando, criticando, discutiendo. Así aprendimos que pensar es pensar contra otro, dialogar es dialogar contra otro, y razonar es razonar contra otro. Hay una línea que va desde entonces hasta hoy, una línea que ha construido nuestro mundo y a nosotros mismos, una línea que nos une formando una trama de pensamiento y discusión que llamamos ciencia y filosofía. Homer Simpson resumió esta hermosa tensión entre opuestos a su manera: “¡Eso es mentira, so marrana!”.

Todas las personas nombradas hasta ahora son hombres, pero las mujeres también saben jugar a este bonito juego de dar la razón quitándola. Marie Curie, Lynn Margulis o Margarita Salas, no tuvieron que abandonar su racionalidad y sus carreras por ser mujeres. Tampoco sus maridos, Pierre Curie, Carl Sagan o Eladio Viñuela, tuvieron que hacerlo por ser hombres. Nadie dice “Es una tristeza y una pena que haya hombres que ataquen a otros”. Tampoco: “Deberían estar unidos, conquistarían el mundo”. Pero, si se trata de mujeres, Cristina Pedroche (“Zapeando”, “Tú sí que sí”, “Dentro de…”, en laSexta) tiene otra opinión.

Hace unos días, Paula Echavarría (“Velvet”, en Antena 3) vertió unas opiniones sobre el feminismo bastante discutibles, por lo que fue tratada como un ser racional, y, por tanto, criticada. Pero Pedroche hizo algo desconcertante: ¡“apoyarla”, en vez de tratarla con respeto discutiendo con ella! “Me parece una tristeza y una pena que haya mujeres que ataquen a otras”, dijo. “Deberíamos estar unidas, conquistaríamos el mundo”, añadió (¿unidas contra quién, contra quienes avanzan discutiendo racionalmente?). Les dará igual porque soy hombre, pero creo que ambas mujeres están equivocadas (“están erróneas” dice Pedroche equivocándose otra vez). Pobre de mí, solo pido un poco de respeto y que me respondan, si lo merezco, ¡eso es mentira, so marrano!