30/11/18

ELISA SE COME SU PROPIO CEREBRO


Las más avanzadas teorías de neurología evolutiva consideran que el cerebro apareció en el mundo animal para que los organismos pudieran controlar de una forma fina y precisa sus movimientos. A mayor movilidad, más tejido nervioso. Hay varios argumentos a favor de esta tesis, pero, a efectos de esta columna, sólo me referiré al más sorprendente de todos, que tiene que ver con las ascidias clavelinas, unas larvas marinas que durante las etapas iniciales de su desarrollo, mientras se están moviendo en el mar, poseen destacadas estructuras cerebrales. En su etapa de madurez quedan fijas a una roca, de donde nunca se moverán en el resto de su vida. Y es justo en ese momento cuando la ascidia clavelina comienza a digerir su propio cerebro, inútil ya dada la inmovilidad permanente en la que ha entrado.

Así que el cerebro se vuelve innecesario en el momento en el que uno deja de moverse. ¡Claro, ahora entiendo lo que pasa con las tertulias políticas en televisión! No es que Paco Marhuenda sufra ningún retraso madurativo, es que desde hace años se sienta sistemáticamente en la misma roca del plató de “La sexta noche”. ¿No está sentado Jesús Cintora siempre en el mismo lugar? Recordemos que el cerebro sólo es necesario si el individuo se va a mover. Los culpables no son ellos, argumentan como argumentan debido a que los sitios donde los sientan provocan que, como las ascidias clavelinas, hayan comenzado lentamente a nutrirse de su cerebro.

Cambiémosles de sitio. Que Ferreras sortee a diario los lugares en donde se van a sentar los contertulios de “Al rojo vivo”. Que Iñaki López se ponga el mundo por montera y siente a Eduardo Inda en la parte izquierda de la pantalla. Que Sardá lo haga en la parte derecha. Quizá el problema sea su inmovilidad, y basta con mantener a los tertulianos en movimiento para que reaparezcan las estructuras encefálicas. Quizá si Elisa Beni comienza a sentarse cada día en una silla diferente consigamos de deje de comerse su propio cerebro.

29/11/18

Y AÚN ESTAMOS EN NOVIEMBRE



De acuerdo, las navidades son el peor momento televisivo del año, el más soporífero, el más falso de todos. De acuerdo, zapear se convierte en un deporte olímpico de saltos mortales entre cursilada insoportable y cursilada insoportable. Las peores películas del año. Los peores especiales. De acuerdo, la peor publicidad. Pero nadie puede negar a las navidades una virtud que no por desapercibida es menos importante: en diciembre es imposible encontrarse en las cadenas televisivas videoclips de Leticia Sabater. Piénsenlo, no es ninguna tontería. Al menos la Navidad funciona como decir “casa” jugando a la queda sabatérica. Leticia pide veranito, chiringuito reggaetonero y bikini lorzeño chonirrijoso. No hay quien aguante el amor patrocinado por el IBEX 35, las polémicas de la izquierda postestructuralista sobre el traje de Cristina Pedroche y la maldición urbi et orbe. Pero incluso en los momentos de mayor abatimiento navideño una vocecita nos salva de la desesperación: alégrate, oh, tú, lleno de gracia, estamos en los antípodas de Leticia Sabater.

Mejor dicho, una vocecita nos salvaba de la desesperación. Nos salvaba hasta el año pasado. Porque este año Leti ha cambiado su periodicidad de anual a semestral, explorando las posibilidades expresivas y plásticas de la fusión entre el reggaetón y el villancico. “Navidad, polvo y ron, polvorrón, Papa Noel, tú y yo, polvorrón”. Pues así cinco minutos. Sí, amigos, ahora cobran sentido los versículos más crípticos de Nostradamus. El círculo más profundo del infierno tenía una cajita en su centro con la palabra “polvorrón”; al abrirla hemos descubierto que aún hay un nivel más hondo del espanto. He aquí la prueba de que cuando los males se unen no se suman, sino que se multiplican; hay algo mil veces peor que la Navidad y que Leticia Sabater: Leticia Sabater en Navidad. Ya hemos agotado nuestras reservas de paciencia y tolerancia para la Navidad de este año y aún estamos en noviembre.

28/11/18

EL BANQUETE DE IÑAKI


La idea no es nueva. Ya se le ocurrió a Platón, que en “El banquete” reunió a un grupo de amigos en casa de Agatón para que, como sugirió Erixímaco, pronunciaran un elogio, tan bello como pudieran, en alabanza a Eros. Así que, después de la comida, los comensales mandaron a paseo a la flautista y pasaron un largo rato en medio de hermosos discursos, que culminaron con la fascinante intervención de Sócrates. En “La vista atrás. La memoria” (#0), Iñaki Gabilondo conversa sobre los cambios en España en los últimos cuarenta años con Ferrán Adriá, Perico Delgado, Ainhoa Arteta, José Sacristán, Carmen Machi y José Luis Garci. Sin flautista, sin tonterías ni sobreactuaciones a lo Bertín Obsorne o Risto Mejide, cada invitado de Iñaki pronunció un elogio a un país, el nuestro, que a pesar de los pesares y en contra del pesimismo histórico que todos llevamos marcado a fuego, nos reconcilió con el Eros nacional.

En cuarenta años hemos pasado de pronunciar mal el apellido de Kirk Douglas a pronunciar bien el apellido de su hijo Michael Douglas. Cuarenta años para pasar del hambre a la gastronomía, de la vida en blanco y negro a los colores de los Juegos Olímpicos de Barcelona, de la tristeza moral a los “Oscar” de Garci, TruebaAlmodóvar y Amenábar, de la excepción a la norma, del ensimismamiento paleto a la mirada hacia Europa y el mundo. De acuerdo, los discursos de Sócrates sobre Eros y de Iñaki sobre España tienen sombras que no se perciben desde una tertulia con amigos después de una buena comida. Pero la sombra no es lo mismo que la oscuridad. Además, del mismo modo que en “El Banquete” platónico disfrutamos con maravillosos discursos acerca de Eros y, de propina, tres remedios contra el hipo ofrecidos por Erixímaco (contener la respiración, hacer gárgaras con agua y estornudar), en el Banquete de Iñaki aprendemos a servir correctamente el vino sin que se derrame una gota porque los discursos de Garci, Machi y compañía van acompañados de los impecables movimientos del  camarero sobre el mantel. Hermosos elogios a lo que hemos conseguido en los últimos cuarenta años y una lección de saber estar en la mesa. En el Banquete de Iñaki sólo faltó la irrupción de un Alcibíades borracho y gritón, como en el “Banquete” de Platón. No sé si Iñaki tiene un candidato para el puesto de Alcibíades en su Banquete, pero estamos trabajando en ello.

27/11/18

MIKI, ERES JESUCRISTO


“Operación Triunfo” ha alcanzado su madurez. Esta edición los concursantes son muy superiores a los de la anterior. Aquellos tenían la cabeza llena de pájaros. Creían que “OT” es un programa musical o alguna chifladura por el estilo. Cosas de chiquillos. Tenían tanta cosa con la música que el programa se lo tenía que currar buscando contenidos para animar el cotarro. Era tal su desesperación que a veces para entretener a los seguidores tenía que centrar el interés del programa en las canciones, las interpretaciones, el arte e incluso el talento. Una locura, pero ya sabemos que para estos programas todo vale con tal de enganchar a la audiencia. Menos mal que ahora los concursantes sí saben lo que traen entre manos.

Este año los triunfitos están preocupados por su imagen. Saben cómo es la tele y cómo funciona “OT”. Si quieren triunfar ellos, primero debe triunfar el programa. Se negaban a decir “mariconez” en una canción porque es un término homófobo, pero con las convicciones pasa como con los clavos, que una saca otra. Su convicción de que estaban ahí para triunfar se impuso, dijeron “mariconez” por exigencia del guion y sin dañar su imagen, y avanzaron hacia esa fama efímera y deslumbrante que ocupa el presente. Ahora, las tres chicas y el chico que siguen en “OT” se miran por el rabillo del ojo para ver quién se queda con la imagen de feminista oficial del concurso.

Afortunadamente, el feminismo ha logrado un protagonismo tal en nuestra sociedad que no se puede ignorar. Los cuatro defienden la igualdad entre hombres y mujeres, pero “OT” felicita por ello solo al chico (que recibe así un impulso extra hacia el triunfo). El programa creerá que un hombre sí, pero una mujer no merece felicitación por ser feminista —lo que es machista—. O que ser feminista es cosa de mujeres y conviene a “OT” disponer del toque exótico que da un hombre feminista—lo que vuelve a ser machista—. Ellas se quejan, y con razón, de la desigualdad. Se juegan algo más valioso que sus convicciones. Se juegan su imagen, su distintivo, su marca. Se juegan el triunfo en ese programa en el que, además, cada semana cantan algo.

26/11/18

QUE SE JODA DANI MATEO


Viva España. Muera la violencia contra las mujeres españolas. Vivan los policías y los juzgados que aplican a los agresores todo el peso de la ley. Mueran las agresiones impunes a las mujeres españolas. Viva nuestra bandera y vivan las mujeres españolas representadas en esa bandera. Muera Dani Mateo, el violento que agrediendo nuestra bandera agrede a las mujeres españolas.

Ayer fue el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La tele hizo mucho ruido con este asunto, un ruido innecesario. En ningún país las mujeres están más protegidas que aquí. No es justa la exhibición televisiva de casos concretos de violencia concreta en lugares concretos. No está bien que muestre la impunidad de agresiones concretas a mujeres concretas que sufren abusos concretos, mueren en crímenes concretos y se entierran en funerales concretos. No debemos dejarnos confundir por ese repaso de injustas sentencias concretas ante casos concretos de maltratos concretos, palizas concretas o violaciones concretas. Dan una imagen errónea de España.

Respetar y proteger a todas y cada una de las mujeres españolas estaría bien, pero es que hay muchas. Veinticuatro millones de mujeres son demasiadas mujeres de aquí para allá, empeñadas en hacer lo que quieren, vestir como quieren, hablar con quien quieren y divertirse como quieren. Por eso la tele debe fijarse en lo importante. Por eso debe prestar menos atención a los casos concretos y a los hechos, y más a los símbolos y las representaciones. Por eso hay que alegrarse de que unos policías lleven hoy a Dani Mateo a declarar ante el juez.

Mateo representó en su trabajo un guion que decía que debía interpretar a un tipo con catarro que simulaba haber tomado un medicamento cuyas supuestas contraindicaciones le llevaban a hacer como que estornudaba y se sonaba unos mocos que no tenía con una bandera que representa a España. Que pague. Así las españolas estarán tranquilas viendo que se las respeta. Simbólicamente, claro. En los casos concretos es mejor que aprendan defensa personal y se jueguen la vida enfrentándose a lo que les venga encima.

25/11/18

LA CAMPAÑA DE LA MARMOTA



Vivo atrapado en los anuncios de la lotería de Navidad. Me despierto a las seis de la mañana y es noviembre. Es el día en el que se va a estrenar el nuevo anuncio. Todo el mundo se encuentra intrigado por su contenido. Pero yo ya lo sé. Al principio me interesaba, como a los demás. Los anuncios me gustaban más o menos, habitualmente menos, pero no tenía la sensación de vivir en un bucle. Calvos que soplaban, Raphael y Montserrat Caballé cantando, la diosa Fortuna hacía de las suyas. Pero algo raro me pasó hace unos años, y desde entonces vivo atrapado en la misma campaña. La campaña de la marmota. En el mismo spot. Me ha vuelto a pasar.

Una y otra vez el mismo anuncio. Idéntico. Una breve película de cinco minutos. Una pobre persona a la que la vida le va mal. Vive en un entorno de buena gente sensible, encantadora. Ella en el fondo es buena, pero atraviesa un mal momento. Entonces sucede algo mágico, algo que tiene siempre que ver con que inesperadamente alguien regala lotería a otra persona como un gesto de amor. Y todo cambia. Ancianas, parados, extraterrestres, trabajadores nocturnos, gente solitaria. La lotería es una forma de juego de azar cuya principal motivación es la codicia y la incapacidad humana para estimar adecuadamente probabilidades extremadamente bajas. Pero en la campaña de la marmota la lotería es siempre una ceremonia de magia y amor.

Un tipo gris y algo amargado -el del anuncio- vive una y otra vez el mismo día en el que le toca el gordo. Otro tipo gris y algo amargado -yo- vive una y otra vez el mismo anuncio de la lotería. Como le pasaba a Bill Murray en el día de la marmota original, el primer tipo consigue romper su bucle melancólico mediante un acto de generosidad. A lo mejor ésa es también mi solución. A lo mejor si… por ejemplo… llevo a un montón de perretes huérfanos al encendido de la iluminación navideña de mi ciudad, romperé también mi maldición y el anuncio del próximo año será por fin diferente. Puff, no sé… a ver si me voy a encontrar con Dani Rovira. Creo que casi prefiero quedarme a vivir eternamente la campaña de la marmota.

23/11/18

PENÉLOPE EN CICELY

Somos un grupo selecto. Llevamos veintitrés años añorando “Doctor en Alaska”. Cuando conocemos a alguien lo primero que pensamos es “mira, Maurice, “ostras, otro Ed Chigliak, “sonríe igual que Maggie. También nosotros coronamos nuestros propios momentos de gloria o de fracaso con pensamientos como “he parecido Ruth-Anne o “esto no lo hubiera superado el mismísimo Joel Fleischmann. En algún momento u otro de estas dos décadas hemos perdido la esperanza de que vuelva a haber otra serie como “Doctor en Alaska”. Llevamos veintitrés años añorándola con nostalgia enfermiza y deseando con todas nuestras fuerzas que no regrese.

Que no regrese, por favor. Puede parecerle extraño a alguien que no se haya dejado ahogar en las aguas de Cicely, pero la boreal hermandad de los northernexposureadictos entendemos perfectamente la coherencia profunda que hay entre la añoranza de algo y el deseo de que no vuelva. Por eso todos hemos reaccionado con desagrado ante la noticia de que Joel Fleischmann va a volver a la aldea mágica en el otoño de 2019 para reencontrarse con viejos amigos y conocer a algunos nuevos en la flamante temporada que la CBS está rodando de la novela en espiral con la que aprendimos a mirar algunas cosas de alguna otra forma.

En la canción de Serrat, Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo, lleva veintitrés años esperando la vuelta de su amado, tanto que no lo reconoce cuando finalmente regresa. Nosotros llevamos veintitrés años sentados en un banco en el andén, y es imposible que los nuevos capítulos estén a la altura de los ojos con los que vamos a verlos. Muchos ya están diciendo que no lo harán. Otros nos pondremos de pie para examinarlos con mayor detenimiento. Y no reconoceremos a Maggie, a Joel, a Chris, a Holling, a Shelly, de la misma manera que no nos reconoceríamos a nosotros mismos si nos pusieran delante de quiénes éramos hace veintitrés años.

QUEREMOS SABERLO TODO


No queremos conocer las cuentas de RTVE que conocemos, queremos conocer las que no conocemos. Llámalo espíritu de contradicción o ganas de molestar, pero es más lindo llamarlo transparencia. “Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro”, decía el filósofo francés Renato Descartes. Nada franceses y apenas filósofos, nosotros queremos saberlo todo, solo todo y nada más que todo.

Las cuentas de RTVE son como “Gran hermano”: un aburrimiento tan grande que da pereza mirar. Pero basta que nos oculten algo para que se despierte nuestro interés. RTVE lleva años recurriendo a todas las triquiñuelas judiciales posibles para evitar revelar los sueldos de sus directivos, así que morimos de ganas por ver una lista de nombres y números que, de otra manera, no miraríamos jamás. Si una noticia es aquello que alguien no quiere que conozcamos, las cuentas de RTVE son una gran noticia.

RTVE ha vuelto a recurrir la sentencia que le obliga a hacer públicos los sueldos de sus directivos, sentencia que confirmaba un dictamen judicial anterior tras la previa resolución del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno que les obligaba a ello. ¿Menos quieren que sepamos?, más queremos saber.

Queremos saber los sueldos que cobran los de ahora y también lo que cobraban los de antes, queremos saberlo todo. Queremos saber los sueldos de los directivos, jefes, jefecillos y jefazos, de guionistas, iluminadores y regidores, de ayudantes, iluminadores y conserjes, queremos saberlo todo. Queremos saber quién decide pleitear en vez de acatar y aplicar las sentencias, cuánto dinero cuesta eso, qué responsabilidad asume quien decide una y otra vez acudir a los tribunales para evitar la transparencia, y una y otra vez pierde, queremos saberlo todo. Queremos saber qué sobresueldos hay además de los sueldos y complementos, qué opacas “gratificaciones extraordinarias” se dieron en 2017 a la cúpula de informativos de TVE, qué relación guardan con aquel afán por ocultar los casos de corrupción, queremos saberlo todo. Por algo: porque sabemos quién paga todo.

22/11/18

TU BISNIETÍSIMO SÍ TE OLVIDA


Franco es el pasado y el pasado es pasado. Para qué removerlo. Es así. Desde el día de su muerte, Franco es el pasado y el pasado es pasado. Mejor dejarlo todo como está. Llevan cuarenta y tres años repitiéndonos que Franco es el pasado y el pasado es pasado: no va a ser ahora mentira. Cada año, desde aquel 20-N, actualizan el dato para que asumamos que es verdad. Las personas serias y respetables viven el presente y Franco lleva cuarenta y tres años siendo el pasado. Aceptémoslo y pasemos a otras cosas. Hablemos de televisión.

En la ficción de Antena 3 “Amar es para siempre” Franco acaba de morirse, pero es porque es un culebrón ambientado en el año 1975, o sea, en el pasado: muy bien. La cadena DMax anuncia que prepara un documental en el que colorea y actualiza imágenes del franquismo: muy mal, el pasado es blanco y negro, es mejor dejarlo así y olvidarlo. Los informativos de todas las cadenas muestran imágenes de reuniones fascistas de exaltación a Franco con cánticos, consignas y símbolos franquistas, así como misas a la mayor gloria de Franco en lugares pagados con fondos públicos, como el Valle de los Caídos: muy bien, la tele debe mostrar el sentir de los españoles serios y respetables. LaSexta dedica la noche del 20-N a hablar de los chanchullos, las miserias y la tramposa fortuna amasada por Franco: muy mal, ¿no quedamos en que Franco es el pasado y el pasado es el pasado?

Wyoming, mal dentro del mal, compara la prohibición de la esvástica en Alemania con el uso en nuestras calles de la bandera franquista. Su obsesión con el pasado reaparece cuando responde unos tuits de Luis Alfonso Borbón (“Tus enemigos y unos traidores a la patria no te olvidan, ni cesan de mencionarte. Otros muchos te seguimos recordando”). Ojo a la distinción entre los serios y respetables que viven el presente (“te seguimos recordando”) y los traidores obsesionados con el pasado (“no te olvidan”). Aprendamos del bisnietísimo a distinguir entre la lealtad de recordar y la traición de no olvidar.

21/11/18

LA LIRA DE NERÓN


Los pitagóricos sostenían que los cuerpos celestes recorren órbitas circulares y, en su movimiento, producen una hermosísima música que expresa la armonía de las esferas. ¿Les parece raro? En la película “Quo vadis”, el emperador Nerón canta mientras observa el incendio de Roma: “Silencio en las esferas, párense las errantes estrellas…”. ¿Por qué el emperador-poeta pide silencio a las esferas? Porque el Nerón de cine maravillosamente interpretado por Peter Ustinov sin duda conocía la cosmología pitagórica y la filosofía del pitagórico Filolao (siglo V a. C.), que decía que cada cuerpo celeste emitía en su periplo un sonido continuo, de forma que las distintas proporciones de las esferas se traducían en sonidos diferentes, pero armoniosos entre sí, produciendo la sublime música de las esferas. Pero si esa música existe, ¿por qué no podemos escucharla? Ni el mismísimo Nerón podía escuchar el sonido de las esferas porque ese sonido es continuo, y nuestro oído sólo capta algún ruido por contraste con el silencio. La cosmología televisiva es pitagórica, pero al revés.

La vergüenza ajena no es patrimonio de “Vergüenza ajena” (MTV), ese programa lleno de estupideces que pueden incomodar hasta a los protagonistas de “American Pie”. La vergüenza ajena es un producto de los cuerpos televisivos en su movimiento que no podemos dejar de escuchar precisamente porque su sonido siempre está ahí. Los pitagóricos creían que no escuchábamos la música celestial porque su sonido era continuo. Pero la ausencia del silencio televisivo es lo que permite que la vergüenza ajena se apodere de nuestros ojos y oídos sin darnos un respiro. No es sólo el ruido de “Gran hermano”, de “Cuarto milenio”, de los programas de Tarot, de las operaciones triunfos, de las Ana Rosas o de películas como “The Tourist” . Me refiero a la insoportable y continua vergüenza ajena que producen los políticos en sus peleas en el Parlamento o en campaña electoral. Lo mínimo que se puede pedir al dúo Carmen Calvo-Dolors Montserrat y a los políticos que acuden a “El objetivo” o se dirigen a los ciudadanos en los mítines es que no nos provoquen vergüenza ajena. No sé si pedir silencio es democrático. Puede que no. Pero pedir un poco de silencio para poder descansar de la vergüenza ajena política y de tanto Nerón con lira es una cuestión de salud pública.

20/11/18

LA DICCIÓN Y LA ADICCIÓN

No comprendo a los traficantes mexicanos que protagonizan la nueva saga de Netflix. No me refiero a que no pueda entender la actividad del cártel de Guadalajara, o que me resulte inconcebible tal nivel de violencia, crueldad y falta de conciencia. No, no. Me refiero a otro tipo de comprensión. Quiero decir que no entiendo una pinche verga chingada palabra que dicen Miguel Ángel Félix Gallardo y sus cuates en la cagadera la mota quebrada sinaloense a lo largo de todos los diez capítulos que componen la primera entrega de “Narcos México”. Aliviánate, pendejo, que no hay pedo de esa madre. Ni una. Recién terminé la temporada hace tantito y confieso que no podría asegurar que Rafael haya pronunciado una sola palabra que yo comparta en mi vocabulario. Respecto a Don Neto, bueno, si ese conjunto de bufidos es un idioma, que baje Ferdinand de Saussure y lo vea.

Me precio de tener un buen nivel de inglés que me permite ver directamente sin ayuda las series anglosajonas. Jamás pensé que iba a estrenar la opción de subtítulos de Netflix para entender las partes en español de una producción norteamericana. El “Narcos” original, el de Pablo Escobar, también mostraba una jerigonza accidentada y exótica para los hispanohablantes de Europa, pero al menos los narcotraficantes colombianos siempre tuvieron hacia sus espectadores la deferencia de usar un tono de voz decente y vo-ca-li-zar al hablar. Nada que ver con la prosodia tapatía. Quizá haya algo en la marihuana sin semillas que afecta a la producción del lenguaje. Quizá exista un vínculo no explorado entre la dicción y la adicción.

Ya sabíamos que pueden entenderse personas que hablan distintas lenguas. “Narcos México” es la prueba de que también pueden no entenderse personas que hablan la misma. Ludwig Wittgenstein y Quim Torra defendieron que los límites del lenguaje son los límites del mundo. Que lo tenga presente Netflix de cara a la segunda temporada de “Narcos México”. Que incluya con la subscripción un diccionario castellano-sinaloense sinaloense-castellano.

19/11/18

LA REPÚBLICA, ESTRENO HOY


No sé. Me lie. A veces me pasa… Era sábado, antes de comer. Yo estaba viendo “Audiencia abierta”, el reality -por lo de Casa Real- que nos informa de las actividades del monarca español y su cohorte de cohortesanos. Hablaban de un premio, se veía a Felipe VI alabando las virtudes de nuestra Constitución como marco democr… zzzzz. A lo mejor di una cabezada… no lo sé. Hasta que salté como un resorte. Ahí estaba, en la esquina superior derecha de la pantalla. No había duda. Era una de esas moscas que las cadenas colocan para sus promociones, pero esta vez se refería a un asunto político: “La República. Estreno hoy, 21:05”. Que si la hubiera visto durante “Operación Triunfo” o durante “Masterchef”… Pero fue durante “Audiencia abierta” cuando se decía que la República llegaría hoy a las nueve y cinco. ¿Qué querían que entendiera?

Así que empecé a llamar a todo el mundo. Nadie había oído nada. “Que sí, que lo dijo La 1, que hoy proclaman la República”. Me extrañaba que se usara el término “estreno”: en España ya habíamos estrenado la República antes. También me extrañó que en los informativos de las tres tampoco se hablara del asunto. Te-levisión, mani-pulación. Va a cambiar el régimen político en España y te ponen por delante no sé qué milonga sobre los Presupuestos Generales del Estado. Nada iba a hacer flaquear mi fe inquebrantable en las moscas de TVE.

Hasta que llegaron las nueve de la noche. Mientras esperaba el advenimiento de la República me entretuve viendo una serie nueva que estrenaban en La 1. Nah, un culebrón sobre amores en la España de los años 30. Cada poco me asomaba a la ventana esperando oír las sirenas, los nuevos himnos. Me fijé en que el vecino de enfrente seguía con la bandera rojigualda en el balcón. Nadie había colgado la tricolor. La noche avanzaba sin noticias. Terminé de ver la serie ésa ya lleno de desilusión. A lo mejor me había confundido y había entendido mal algo. Seguimos con la monarquía. Me lío, a veces me lío.

18/11/18

ANA ROSA QUINTANA NO ES GILIPOLLAS


Hay que ser muy profesional y muy valiente para atreverse a decir lo que dijo Ana Rosa Quintana: “¿Vamos a meter en el mismo saco a un estafador, que dice que cura el cáncer o el autismo con lejía, que la homeopatía o la acupuntura, que son ciencias milenarias? A mí me parece que la acupuntura funciona, y la homeopatía en muchos casos también”. Olé. Hay que tener mucho valor para decir semejante gilipollez solo por ayudar a los demás.

La peña no opina sobre las crestas mitocondriales, la interacción entre partículas subatómicas o la bomba de sodio y potasio. Quien quiere saber, investiga, estudia y aprende. Y quien no, sigue a sus cosas. Mira que podría opinar, porque todos tenemos crestas de esas, partículas de esas y la bomba esa. Pero, menos mal, entiende que tener “de eso” no capacita para hablar, al menos para hablar con sensatez. Unos señores y señoras estudian, investigan y saben para todos. Se llama división del trabajo y tiene grandes ventajas. Así disponemos de muchas cosas, como pan recién hecho, universidades y satélites en órbita geoestacionaria sin saber ni hacer todo eso.

Sin embargo, con la salud humana la cosa cambia. Todos decimos “a mí me parece”, y luego hablamos alegremente. Al fin y al cabo tenemos salud y somos humanos. Creemos que tener “de eso” nos capacita para hablar de tú a tú con los más grandes estudiosos, investigadores y sabios de la comunidad científica. Si a eso le sumamos que tenemos “sentido común”, ya está, ganamos: como si ellos no tuvieran ni “sentido común”, ni “de eso”, además de un método científico detrás que maximiza los aciertos, minimiza los fallos y corrige los errores de ese sobrevalorado “sentido común” y esa peligrosa “experiencia” que lograban que, hasta hace unas décadas, la humanidad tuviera una salud de mierda y una esperanza de vida menor de 30 años.

Ana Rosa, profesional, asumió el papel de idiota que opina sobre lo que no sabe para evidenciar lo necesaria que es la lucha contra las pseudoterapias. Gracias, valiente, alguien tenía que hacerlo aun a riesgo de parecer muy, pero que muy gilipollas.

17/11/18

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES UNA MIERDA


Gala de los Premios Ondas. Un galardonado recoge el premio. Dice: “Hágase en mí según tu palabra”, y marcha. El siguiente habla aun menos: “Sí, mi amo”. Es todo. Un tercero ataca: “La libertad de expresión es una mierda”. Y un cuarto remata: “Escuchad, aplaudid y callad”. Ustedes no se enteraron porque esto nunca ocurrió. Pero molaría.

En la gala real del pasado miércoles nadie soltó semejantes barbaridades. Fue un acto mucho más previsible en el que los profesionales de la comunicación reivindicaron la libertad de expresión del modo tradicional. La defendieron, hablaron de su importancia y se comprometieron con su defensa. Quien más tocó el asunto fue Sandra Sabatés, Premio Ondas a la mejor presentadora por “El intermedio”. La grave situación vivida tras el sketch de Dani Mateo con la bandera de España en el programa hace necesarias las palabras de Sabatés: la libertad de expresión está siendo muy cuestionada y toca defenderla. Pero lo que de verdad hubiera estado bien es que alguien hubiera dicho “La libertad de expresión es una mierda”. Y que el público asistente abucheara. O aplaudiera. O abucheara y aplaudiera, según quisiera cada uno. Porque de eso se trata.

La libertad de expresión no solo sirve para defender la libertad de expresión, también para criticarla y para criticar a quien la critica. Es en este ejercicio donde se demuestra su superioridad, donde quienes la condenan y prefieren la censura reconocen implícitamente con sus actos que se equivocan. La libertad de expresión debería tener una bandera para que quienes no la defienden puedan romperla, quemarla y reírse de ella, para que puedan ponerla a su servicio. Una bandera que no puede romperse y quemarse libremente merece ser rota y quemada. Es la bandera que sí puede romperse y quemarse la que no merece ser rota y quemada. Es la que nos libra del “Hágase en mí según tu palabra”, del “Sí, mi amo”, y del “Escuchad, aplaudid y callad”. Y la garantía de que eso es así es que haya personas criticándola, diciendo que es una mierda, riéndose, limpiándose los mocos con ella. Permitámoslo y estémosles agradecidos.

16/11/18

MIRA A LO ALTO, HANNAH

Mira a lo alto, Hannah. Una nueva televisión está naciendo, una televisión que nos ayude a ser más felices, no a ser más desgraciados, una televisión que no esté basada en el odio, ni en la codicia ni en la miseria. La televisión ha progresado muy deprisa, pero esos avances técnicos sólo han servido para volvernos más cínicos, más duros y secos, para haber perdido toda nuestra bondad y dulzura. Con las promesas de un servicio público, las grandes corporaciones llegaron al poder en la televisión. Pero mintieron. Crearon una televisión llena de series donde se practica una fascinación por la violencia, llena de realities donde se ofrecen a los más jóvenes modelos de conducta y de emociones completamente indeseables, llena de informativos puestos a las órdenes de los poderosos. Pero esto puede cambiar, Hannah, esto va a cambiar.

Mira a lo alto, Hannah. Y fíjate en lo que pasó el pasado miércoles. La 2 emitió “El gran dictador”, la bellísima película de Charles Chaplin que parodió el régimen de Hitler y el comienzo de la II Guerra Mundial. Tiene casi ochenta años, en blanco y negro, completamente a contracorriente del cine actual. ¡Y sin embargo fue un gran éxito de audiencia! Más de un millón de espectadores. El prime time más visto de La 2 en todo el año. Triplicó la media de la cadena. ¡Ganó a “Los 4 fantásticos”! ¿Lo ves, Hanna? ¿Ves cómo no hay que desesperar?

Mira a lo alto, Hannah. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano. No te rindas a esos programas que os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen lo que tenéis que hacer, que pensar y que sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado. Y como a carne de cañón. El odio de los hombres pasará y caerá Mediaset. Luchemos por una televisión nueva, digna y noble. Convirtámosla en una maravillosa aventura. Luchemos por hacer realidad lo prometido. ¡Mira a lo alto, Hannah, mira a lo alto!

15/11/18

LA HIJA DE LORCA Y BEYONCÉ

Bueno, pues habrá que hacer una columna sobre Rosalía. Por mí, encantado. Su “El mal querer” me parece una puñetera obra maestra, el mejor disco editado en España en muchos años, y últimamente no se escucha otra cosa en mi casa. Ésta es una sección sobre televisión, no sobre música, pero se está hablando sobre Rosalía en las columnas de política, en las de gastronomía, en las de deportes. Sesudos blogs de literatura hacen entradas sobre Rosalía. Excuso decir lo que pasa en las páginas de moda. El otro día me encontré con un blog sobre cardiología que comentaba los aspectos de cirugía traumatológica asociados al verso “pienso en tu mirá y tu mirá clavá es una bala en el pecho”. Yo no voy a ser menos. Ésta es mi columna de exaltación de Rosalía.

Y, además, sí que tiene que ver con la televisión. ¿Hace cuánto que “Later… with Jools Holland”, probablemente el programa de música pop más importante del mundo desde hace veinticinco años, no invitaba a un autor español? Porque ahí estuvo hace pocas semanas Rosalía haciendo que los espectadores de la BBC lamenten todavía más el Brexit. ¿Y quién fue la incontestable estrella de la última gala de entrega de los European Music Awards de la MTV? Rosalía, claro está. ¿El mejor momento musical de “Arde Madrid” -y mira que hay muchos buenos-? Rosalía. ¿La mejor entrevista reciente del “Late Motiv” de Buenafuente -y mira que hay muchas buenas-? Rosalía Vila.

Aprovechémosla ahora todo lo que podamos, porque tal y como está el mercado es imposible que un arte así pueda sobrevivir mucho tiempo. Es puro rap, tan catalán, tan negro, tan andaluz, tan neoyorquino, tan gitano. Bob Dylan comiendo tortas de aceite en Triana. Bessie Smith conduce un camión de fruta desde Manresa a Hamburgo. Beyoncé y Federico García Lorca han tenido una hija quimérica a la que le gusta el trap, ¡quillo!

14/11/18

"LOVE ME DO" SIN CODAZOS


El pasado sábado, el telediario de la tarde de la televisión pública informó de las inundaciones que las lluvias habían provocado en Petra, “una de las siete maravillas del mundo”. En el telediario de la noche, el presentador volvió a informar de las inundaciones en Petra, pero esta vez la capital del antiguo reino nabateo ya no era “una de las siete maravillas del mundo”, sino “Patrimonio de la Humanidad”. Correcto. No sé si en TVE hay un asesor histórico, un corrector de estética, un tábano del puntillismo o, quizás, un redactor que sabía que las maravillosas ruinas de Petra no son una de las siete maravillas del mundo antiguo, sino que sólo están en la lista de ese engendro que han llamado “maravillas del mundo moderno”, una ridiculez que recoge siete maravillas elegidas en un concurso público y mezcla, sin orden ni concierto, a Petra con el Coliseo de Roma, la Gran Muralla China y, ejem, la estatua de Cristo Redentor en Río de Janeiro. No se debe decir que Petra es una de las “maravillas del mundo” porque esas maravillas o, más bien, “obras que hay que ver” son la Gran Pirámide Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, la estatua de Zeus en Olimpia, el Templo de Artemisa en Éfeso, el Coloso de Rodas, el Faro de Alejandría y el Mausoleo de Halicarnaso. Lista cerrada.

Podemos decir que el batería Pete Best forma parte de la lista de maravillas de los Beatles, siempre y cuando dejemos claro que la maravillosa lista de los Beatles desde la publicación de “Love Me Do” en 1962 tiene cuatro miembros (John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr). Lista cerrada. No tengo nada en contra de Petra ni de Pete Best, pero Petra no está en la lista de las siete maravillas del mundo antiguo (las auténticas maravillas) y Pete Best no está en la lista de los Beatles a partir de “Love Me Do” (los auténticos Beatles). El telediario de la noche de nuestra televisión pública hizo bien al puntualizar que Petra no está en la lista de las maravillas del mundo (aunque sí en la lista de esas “maravillas del mundo moderno”), sino que el conjunto monumental de Petra está inscrito en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Creo que estas cosas son importantes. Si dejamos que Petra comparta lista con el templo de Artemisa, terminaremos creyendo que Pete Best compartió la silla de la batería de los Beatles con Ringo Starr, de forma que Pete y Ringo se daban codazos a lo Sergio Ramos cuando los Beatles grabaron “Love Me Do”. Y no.

13/11/18

¡MILAGRO!


Los nacionalistas se llaman a sí mismos patriotas, y llaman nacionalistas a los patriotas de enfrente. Las fronteras son así, obran milagros linguísticos como este y otros, que, bueno, son menos divertidos. Y da igual si la frontera es exterior o interior. De hecho, una frontera es tan milagrosa que su primer milagro es que no necesita existir para obrar prodigios. Ríete tú del Argumento Ontológico de san Anselmo de Canterbury. Basta con que una barrera divisoria se desee con mucha fuerza con los ojos muy apretados –igual que en esos telefilmes navideños de sobremesa– para que cause portentos y, si te descuidas, haga chas y aparezca a tu lado. Ay, Anselmo, Anselmo, Anselmo, monje de mis penares, tal vez no la esencia, pero sí las esencias traen las fronteras a la existencia. Ahora viene la sorpresa: hablo de televisión. Y ahora, el desparrame: ¡hablo de Telecinco!

El otro día bromeaba David Broncano en “La Resistencia” (#0, de Movistar+) con asaltar en directo el plató de “Informativos Telecinco” igual que asaltó antes “El Hormiguero” con Dani Martín. Como Pedro Piqueras es muy aficionado a hablar de catástrofes y desastres, fantaseaba con decirle: “¡Tira de esta, Pedro! ¿Quieres ver una catástrofe?”.  Que no lo haga, porque Piqueras ya montó su propia catástrofe. En una noticia sobre la conmemoración de los 80 años de la terrible Noche de los Cristales Rotos en Alemania, “Informativos Telecinco” ilustró las palabras de Angela Merkel contra los nacionalismos con imágenes de manifestaciones independentistas catalanas junto a otras ultras en Polonia y Hungría. Las críticas a Telecinco, más las discusiones, porfías y acusaciones reversibles entre nacionalistas y patriotas de ida y vuelta, han permitido a Piqueras tener su propia catástrofe. De lo que no nos alegremos, pero casi.

Gracias a Piqueras, la tontorrona polémica nuestra de cada día en Telecinco no pasa por Javi Tudela defendiendo a su madre Makoke de la acusación de Miriam a la ex de Kiko Matamoros de acostarse con Carlos Lozano mientras salía con Mónica Hoyos. Bienvenido sea el milagro, compatriotas.

12/11/18

TONGO EN "OT"


¿Manipula Telecinco los votos de los espectadores en “GH VIP”? ¿Manipula TVE los votos del jurado en “OT”? ¿Hace la tele trampa? Sí, pero no lo bastante.

Telecinco no es la cadena más vista por hacer programas buenos, sino por hacer bien sus programas. Los ‘reality shows’ de los que vive no son programas buenos, pero están bien hechos y son buenos programas.

Quien quiera pararle los pies a Telecinco puede intentarlo con programas buenos o malos, de calidad o no, pero está condenado al fracaso si no hace buenos programas. A la televisión bien hecha solo se la puede combatir con televisión bien hecha. Y TVE, la cadena con más recursos, más historia y más responsabilidad social, debería saberlo.

En “Fama”, aquella serie estadounidense de los ochenta que hoy llamaríamos “Triunfo”, enseñaban que la fama cuesta. Hoy hace falta recordar que también la tele cuesta. Y mucho. Por eso no puede dejar nada al azar, confiando en que espontáneamente todo saldrá bien porque sí. Si la audiencia televisiva se mide al minuto, despiezando los datos de espectadores con el detalle de un orfebre y la precisión de un cirujano, los contenidos han de planearse al milímetro. La improvisación debe estar perfectamente ensayada, y la naturalidad debe ser una coreografía tan eficaz como el mecanismo de un reloj. Una empresa que maneja presupuestos tan altos necesita gastar su dinero con cabeza para que todo vaya bien. Y si se trata de un buque insignia como “OT”, más. Vende magia, pero para que funcione ha de ser magia con precisión.

El pecado de Telecinco no es que sus ‘realities’ y ‘sálvames’ estén guionizados, sino que nos vendan eso como “la vida en directo”. Cuando acusaron a “GH VIP” de tongo la semana pasada, Telecinco ya ni se inmutó. Lo preocupante es el empeño de TVE en negar el tongo en “OT” tras una foto indiscreta que descubría las instrucciones que seguía una miembro del jurado antes de votar. TVE debería tener la madurez de Telecinco, hacer tongo y mentir. Porque si realmente “OT” está improvisado es como para pedir la dimisión, esta vez sí, de su jefaza Rosa María Mateo. Para que se entere de que la tele cuesta.

11/11/18

ARDE FRANCO


Arde Madrid. Arde Franco. La serie de Paco León y Anna R. Costa que estrenó Movistar+ el pasado jueves incorpora de forma subrepticia la solución a todo el follón que se ha montado respecto de la exhumación de los restos del dictadorísimo Francisco Franco. Es otra más de las virtudes con las que esta ficción deleita al espectador, que se suma a su magnífica realización, su guion tenso y bien resuelto o el calado tragicómico de sus personajes. En la España de comienzos de los 60 Anamari y Manolo, personal doméstico de la residencia madrileña de Ava Gardner, encabezan un retrato en blanco y negro de la pequeña España que salió de la cabeza y los fusiles de un personaje pequeño.

Porque detrás del despertar al sexo de Anamari, detrás de las juergas flamencas de Ava Gardner, la Sección Femenina y los clanes gitanos, aparece Francisco Franco como un personaje de atrezzo, como una figura mínima, más ridícula aun que el mismísimo Juan Domingo Perón y su mujer Isabelita, más irreal que Carmen Sevilla. Franco como un demiurgo risible, un sello amplificado, el líder de un movimiento universal y eterno que enrojece como un adolescente pajillero ante los pechos descarados de una actriz de Hollywood bellísima y ordinaria.

En la edición de lujo en donde se publique la serie se podría regalar una reproducción del cuadro desde el que el dictador mira a Manolo y Anamari consumar su matrimonio ficticio, pero, ya que arde Madrid, podría arder también Franco convertido ahora en el extra de un DVD. ¿No era una nube de humo todo este empeño de Pedro Sánchez por sacar los restos del dictador del Valle de los Caídos? Pues que sea el humo de un crematorio. Incineremos los restos y ofrezcámoslos como regalo de acompañamiento con la caja de la edición de lujo del Blu-Ray. Franco como cameo en una serie de Paco León. Franco como merchandising de “Arde Madrid”. Qué final tan justo.

10/11/18

ANUNCIOS DE HEROÍNA



Lo dijo Vicente Arroyo, vicepresidente de la Asociación para la Prevención y la Ayuda al Ludópata, con motivo del reciente Día Internacional sin Juego: las apuestas deportivas entre los jóvenes se están convirtiendo en la nueva heroína, la nueva adicción responsable de que una parte de esta generación vea su vida echada a perder entre deudas, pequeños robos y obsesiones simplemente absurdas. No es el primero que ha propuesto un paralelismo entre los juegos de azar y ciertas drogas, hasta el punto de que los especialistas ya han reservado un apartado del estudio de las conductas adictivas para lo que llaman “adicciones sin sustancias”.

Nadie duda de la seriedad del problema. Pero en este caso el asunto está notablemente agravado por la inexplicable presencia de anuncios televisivos de estas empresas de apuestas especialmente colocados alrededor de los eventos deportivos o de otras empresas de póker online situados en otros segmentos de la programación de perfil claramente juvenil. ¿Se imaginan en la década de los ochenta anuncios de televisión en donde, sobre un fondo de música trepidante, viéramos al Carlos Sobera de entonces diciéndonos “trapichea trapichea trapichea”, “lía lía lía” o “chútate chútate chútate”? ¿Se imaginan que antes de la emisión de un concierto de música rock -sí, amigos, aunque ya no lo recuerden, en los ochenta se emitían por televisión conciertos de rock- hubiéramos visto anuncios de marihuana, cocaína o heroína?

“Entra entra entra”, “mira mira mira”, “apuesta apuesta apuesta”, “sufre sufre sufre”, “ríe ríe ríe”, “salta salta salta”, “vive vive vive”, “juega juega juega”. Que cada palo aguante su vela. Los jóvenes han de hacerse responsables de sus conductas de juego; las cadenas de televisión han de dar cuenta de su incitación a dichas conductas. Y el Estado, al igual que impone ciertos mensajes que han de aparecer en la publicidad de tabaco, debería obligar a que al final de estos anuncios se incluyera de forma destacada el mensaje “pierde pierde pierde”.

9/11/18

TRAPOS, BANDERAS Y AUTOCENSURA



Éramos pocos y parió Valtònyc. El rapero entra en escena criticando a Dani Mateo, pero no lo hace por celos al ver que este, simulando sonarse con una bandera, ha conseguido más repercusión social que él con todo su arte rompedor, sus letras cañeras y su condena por enaltecimiento del terrorismo y calumnias e injurias graves contra la Corona. Tampoco lo hace enfadado al ver que, encima, él ha tenido que huir de España y refugiarse en Bélgica mientras Mateo sigue aquí con su vida. Valtònyc critica a Mateo porque él defiende la libertad de expresión y le gusta ejercerla, porque se cree más valiente que nadie, y porque no termina de entender qué está pasando.

Por eso Valtònyc llama “acojonado” a Mateo por pedir perdón. Y por eso añade desafiante: “enviadme trapos de esos y me limpio los mocos, el sudor de los sobacos y la mierda del culo”. Porque no se entera. En primer lugar, el oficio de trapero está en la base del desarrollo de la imprenta en Europa y de la progresiva conquista de la libertad de expresión, gracias a esa constante tarea de recuperación de viejos trapos para hacer papel con el que abastecer las imprentas que liberaron el saber de su encierro en monasterios y catedrales. Así que un respeto a los trapos. Y, en segundo lugar, todo lo ocurrido estos días, incluida su bravata, solo tiene sentido si se entiende que una bandera no es un trapo. Mateo no simuló sonarse con un trapo. No hay humor en eso. Ni hay indignación, ni insultos, ni retirada de contratos, ni amenazas de muerte contra quien se suena con un trapo. Así que tampoco hay valentía en pedir trapos para limpiarse el culo, Valtònyc: solo hay higiene. Otra cosa es usar una bandera, porque entra en juego la distinción entre referente y símbolo, y qué valor que damos a los símbolos.

Valtònyc, no estás condenado por modular sonidos con el aparato fonador, sino por tus palabras. Y no eres un acojonado por huir para evitar que unas cuantas células se reubiquen en el continuo espacio-tiempo, sino para evitar que te encarcelen. Menos autocensura, Valtònyc, es la peor censura de todas.

8/11/18

¡LEÑA A LOS ANTIDEMÓCRATAS!


De vergüenza el maltrato de RTVE a la princesa Leonor Borbón. Si usted no se indignó en su día, no sé a qué espera. Playz, el canal de contenidos digitales de RTVE, hizo una broma intolerable con la chiquilla. Ahora que la bandera mucilaginosa va secando, puede despacharse a gusto otro par de días con esta otra ofensa y quedarse esperando la siguiente más chulo que un ocho.

La cosa va así: Playz editó un vídeo añadiendo a la infantil lectura de la Constitución en el Instituto Cervantes, un mic drop de Barak Obama. O sea, primero sale ella leyendo y luego él dejando caer el micrófono al suelo con chulería. No sé si porque doña Leonor no tira cosas al suelo como Obama, no es estadounidense como Obama, o nunca fue elegida en unas elecciones democráticas como Obama, el caso es que la peña se enfadó pilísima con el montaje. Para sumarse a esta hermosa multitud vociferante solo hay un problema: un mic drop es una forma de señalar que una intervención fue contundente y eficaz, así que la torpeza de RTVE solo es un pelotilleo sobón al que cuesta exigir un pelotilleo sobón aún mayor. ¿Cómo indignarse entonces? Bien fácil.

En aquella lectura, una sirvienta se escondía tras la bandera (qué hermoso símbolo). Cuando el rey terminó su intervención, la mujer dobló la cerviz, bajó la cabeza, y llegó hasta el suelo para colocar la escalerilla de dos peldaños a los que debía subirse la niña para alcanzar el atril. Está muy bien que la mujer se humillara (llegara al humus, al suelo) para servir a la señora de 13 años a la que tanto debe. Es estupendo porque si ella es princesa, nosotros somos, por lógica, súbditos; y si ella es alteza, nosotros bajeza; pero ¿era necesario retransmitir eso por la tele? ¿No ve RTVE que esta bella imagen de sometimiento puede utilizarla un contubernio judeo-masónico-marxista-internacional contra nuestras instituciones? ¿No ve que los antidemócratas ignoran que la igualdad de la que habla el Artículo 1 de la Constitución consiste en que ese valor superior de nuestro ordenamiento jurídico nos permite competir en igualdad para ser quienes nos arrastremos para que su alteza gane altura? ¡Leña a RTVE! ¡Leña a los antidemócratas!

7/11/18

ÁLVARO CON CABEZA


Álvaro de Luna fue condestable de Castilla en el siglo XV, maestre de la Orden de Santiago y valido del rey Juan II, y tras una vida tan intensa como fascinante fue decapitado en la plaza Mayor de Valladolid (antes estuvo prisionero en el castillo de Portillo, una localidad vallisoletana que deben visitar por su castillo, sus piñones, sus ajos, sus vistas y sus calles). Pero hay otros Álvaros. Hace unos días nos ha dejado el actor Álvaro de Luna, condestable de Kirk Douglas y de Tony Curtis, a quienes dobló en “Espartaco”; maestre de la Orden de los Especialistas en “El coloso de Rodas” y valido de Sancho Gracia en la serie “Curro Jiménez”, y tras una vida tan intensa como fascinante dedicada al cine y a la televisión murió con las botas de actor puestas sin perder ni un momento la cabeza.

No es del todo justo asociar a Álvaro de Luna con El Algarrobo, ese personaje que todos recordamos cuando pensamos en “Curro Jiménez”, incluso más que el propio Curro y muchísimo más que El Estudiante. Pero así son las cosas. ¿Por qué? Por el mismo motivo por el que los que crecimos con los tebeos del Capitán Trueno o del Jabato recordamos con más cariño al entrañable Goliath y al barbudo Taurus que a Trueno, Jabato, Crispín o Fideo de  Mileto. A la cultura popular le gustan los tríos (también le gustaban a Hegel, pero eso es otra historia). Y los tríos heroicos necesitan un contrapunto forzudo, alegre, comilón y fiestero que ponga en su sitio a tanto defensor de la justicia. Que sí, que a todos nos caen bien Curro Jiménez, el Capitán Trueno y El Jabato (y un poquito menos bien El Estudiante, Crispín y Fideo), pero si hay que ir a tomar unas cañas que nos den al Algarrobo, a Goliath y a Taurus. Álvaro de Luna nos alegró la vida muchas veces en el inolvidable Estudio 1, y dio lustre a unas cuantas películas que, la verdad, podrían ser perfectamente olvidables. Pero Álvaro siempre será El Algarrobo, el bandolero calvorota, forzudo y sensible que cortaba el pan con esa navaja tan reconocible como el parche en el ojo de Goliath o el traje de troglodita de serie B que siempre lleva Taurus.

Nuestro Álvaro de Luna no fue condestable de Castilla, sino El Algarrobo. Por eso se fue con la cabeza en su sitio y nos dejó con el corazón roto.

6/11/18

LA PRUEBA DEL ISIS


De entre todos los argumentos que he leído durante estos días en contra de Dani Mateo, ninguno más chiripitifláutico que aquél que condena al cómico porque jamás se habría atrevido a hacer lo mismo con la bandera del ISIS. No voy a menospreciar la inteligencia del lector explicando por qué dicho argumento no tiene ni pies ni cabeza, y cómo, a poco que uno rasque en él, resulta ser más un motivo para defender a Dani Mateo que para criticarlo. Pero les propongo que nos divirtamos un rato aplicando la misma lógica a otros contenidos televisivos. Empezamos:

- Susanna Griso presenta “Espejo público” vestida con una falda ajustada, tacones, maquillada y con la cara descubierta. Qué valiente, ¿no? ¿Por qué no va a la televisión del ISIS y se presenta así, a ver qué le hacen? Claro, para salir por Antena 3 sí, ¿no? Pero para ir al ISIS…
- Hemos visto en "Masterchef" muchas veces cocinar platos que llevaban cerdo o carne de otros mamíferos que no habían sido sacrificados mediante el rito halal. Se creerán muy atrevidos Jordi, Pepe y Samantha... Pues que vayan al ISIS a cocinarlos, a ver si salen de rositas como les dejamos salir aquí...
- Varios concursantes y profesores de “Operación Triunfo” han mostrado abiertamente su homosexualidad. Claro, se atreven a eso porque están en España. Si son tan valientes, ¿por qué no van al ISIS diciendo que son gays o lesbianas y dándose besos?
- Trece emite todos los domingos la Santa Misa por su cadena. ¡La Santa Misa! ¡Como si fuera lo más normal! Si lo ven tan normal, ¿por qué no van a alguna televisión del ISIS e intentan emitir la Santa Misa? Para España sí, pero para el ISIS no tienen lo que tienen que tener, ¿verdad?

La prueba del ISIS. El criterio definitivo. Prohibamos en televisión todo lo que no podría verse en una televisión controlada por el ISIS, o, al menos, acusemos de cobardía a los que lo hagan. Y aplaudo la valentía de los que han criticado así a Dani Mateo: seguro que lo hubieran hecho igual si Dani Mateo perteneciera al ISIS y ellos se jugaran la vida al criticarle.

5/11/18

"TELECINCO", EL PROGRAMA


Telecinco tiene la propiedad conmutativa. El orden de sus presentadores no altera el producto. El producto de Telecinco son los programas, claro. Por eso Paolo Vasile se puede permitir, por puro capricho, así como el que cambia de sitio los muebles del salón, intercambiar a Toñi Moreno y Emma García sin que nada en Telecinco se altere. Si vales para presentar “Viva la vida”, vales para presentar “Mujeres y hombres y viceversa” y viceversa. Eso no lo pueden decir todas las cadenas. La 2 no puede poner a Maika Makovski (“La hora musa”) a presentar “Saber y ganar” y a Jordi Hurtado (“Saber y ganar”) a presentar “La hora musa”. #0 no puede poner a Michael Robinson (“Informe Robinson”) a presentar “La resistencia” y a David Broncano (“La resistencia”) a presentar “Informe Robinson”. Pero Telecinco puede hacer cualquier permuta de sus cinco presentadores básicos tomados de dos en dos sin que nada chirríe. Incluso puede coger al Jorge Javier Vázquez de “Gran Hermano VIP” e intercambiarlo con el Jorge Javier Vázquez de “Supervivientes” o con el Jorge Javier Vázquez de “Sábado Deluxe” sin que nadie pueda notar ninguna diferencia.

Porque, en rigor, la cadena Telecinco sólo emite un programa, llamado “Telecinco”, que dura las veinticuatro horas del día a lo largo de los siete días de la semana. A diferencia de todas las demás cadenas, que intentan mostrar un abanico variado con el que convocar un amplio perfil de público, la cadena de Mediaset exhibe una uniformidad de sol a sol digna de un mejor propósito. Por ello, cambiar a Toñi Moreno por Emma García no tiene mayor repercusión sobre el resultado final que la que pudiera tener sobre “El hormiguero” que Pablo Motos pusiera a Jandro a presentar la sección de ciencia mientras Marron pasaba a ocuparse de la magia en el programa. “Mujeres y hombres y viceversa”, “Gran Hermano”, “Supervivientes” o “Viva la vida” son sólo diferentes secciones del gran y unitario programa basura que es “Telecinco”.

4/11/18

ALGUNOS POLÍTICOS CUMPLEN LO QUE PROMETEN


Si Juan Carlos Monedero ha participado a lo largo de esta semana en “Pasapalabra”, no tendrá nada de raro que participe en un futuro en “Masterchef”. Si participa en “Masterchef”, a nadie extrañaría que terminemos viéndole en “Tu cara me suena”. Si se encuentra entre los concursantes de algún “Tu cara me suena”, formará parte de las quinielas de participantes en “Gran Hermano VIP”. Si forma parte de alguna edición de GH, ¿por qué no va a estar incluido en futuras ediciones de “Supervivientes”? ¿No hay acaso una pasarela directa entre “Supervivientes” y “Sálvame”? Si se comentan en “Sálvame” sus peripecias en las islas de “Supervivientes”, será muy probable que tarde o temprano acabé siendo entrevistado en el “Deluxe”.

Como siempre pasa en televisión, el principal problema de la aparición de Monedero en “Pasapalabra” a lo largo de esta semana no está en el hecho en sí, sino en las puertas que se abren. Si el profesor universitario fundador de Podemos no ha visto nada incompatible entre su ideología y la colaboración con un concurso de Telecinco, si no le ha chirriado nada aparecer entre “Sálvame” y el informativo de Pedro Piqueras formando parte de un juego en el que se distribuyen miles y miles de euros de forma caprichosa, ¿qué podría detenerle ante las demás posibilidades?

“Basta ya de la izquierda elitista pseudointelectual”, podría decir mientras se abalanza sobre el supermercado de El Corte Inglés en “Masterchef” buscando ingredientes para una esferificación de setas sobre pasta filo. “La nueva izquierda tiene que ir a los foros en donde se encuentran las nuevas mayorías”, declarará disfrazado de John Denver en “Tu cara me suena”, antes de interpretar “Take me home, country roads”. Cuando “La Tuerka” cerró sus emisiones a comienzos de año, Monedero –“Juan Carlos” ponía su pegatina en “Pasapalabra”- prometió buscar nuevas fórmulas para volver a la televisión. Algunos políticos cumplen lo que prometen.

3/11/18

LA PALABRA "AGUA" NO MOJA


I. Corrí al cuarto de baño. Me había perdido “El intermedio”, pero al llegar a casa vi la que se había liado en las redes sociales alrededor del gag en el que Dani Mateo terminaba sonándose los mocos con una bandera española. Al parecer, había cometido una afrenta gravísima contra España, que no es más que la suma de todos los españoles. “Soldados que mueren en defensa de la libertad fuera de nuestras fronteras”. “La clave de nuestra convivencia en sociedad”. “Contra Puigdemont y/o Mahoma no hay huevos”. Sentí mucho asco de pronto y corrí al cuarto de baño. Me quité la ropa a toda velocidad y me acerqué al espejo esperando encontrarme lleno de mocos de Dani Mateo. Me miré el pecho, la espalda, entre las piernas, en las axilas…

II. El ser humano es esencialmente simbólico, es verdad, pero no por ello se nos quita el hambre lamiendo el menú de un restaurante, ni entramos en calor dibujando unas llamas y acercando las manos. No te permiten montar en el autobús entregando una foto de un euro. La palabra “agua” no moja. Si ya de por sí distinguir entre el símbolo y su referente es una señal de una mínima elaboración intelectual que supera la inmediatez del reflejo pavloviano, cuánto más lo será en el ámbito del humor, en donde, por definición, se violan todos los automatismos con los que funcionamos en la vida cotidiana para ponerlos de relieve. Como fue este caso.

III. … pero no tenía ningún moco pegado a mi cuerpo. Me examiné a conciencia. Ni uno. Dani Mateo se había sonado los mocos en mi bandera, pero yo no había quedado empapado de mocos. Me senté de nuevo al ordenador, ahora ya sin entender de qué estaban hablando los indignaditos de twitter. Aun así, intervine en un hilo, y propuse que se castigara a Dani Mateo con una pena proporcional a la falta cometida: concretamente, que todos escribiéramos en un papel las palabras “Dani Mateo” y luego las tacháramos apretando mucho con el boli. Que se joda. Empezaron a ponerme a parir a mí también. Ahora sí distinguían el símbolo y el referente.

2/11/18

DEFENSA DE LOS ESTEREOTIPOS (a.k.a. TODOS SOMOS APU)

¡Basta de estereotipar a la gente que tenemos estereotipos! ¡La gente que tenemos estereotipos sobre otra gente no somos tan ignorantes, rígidos y simplistas como se nos representa siempre! Podemos ser también empáticos, flexibles, muchas veces pertenecemos a los colectivos que estereotipamos, desarrollamos estereotipos que con frecuencia son complejos y detallados. Considerar a las personas que aplicamos estereotipos a otras personas como ignorantes, rígidas y simplistas es aplicarnos a nosotros un estereotipo ignorante, rígido y simplista.

Todo esto viene a cuento del lío que ha montado un cómico norteamericano de origen hindú llamado Hari Kondabolu con sus denuncias contra los guionistas de “Los Simpson” por su creación del personaje Apu Nahasapeemapetilon, el dueño del badulaque que frecuentan Homer y Bart. Kondabolu les acusa de escribir acerca de lo que no conocen, aplicando estereotipos con la inconsciencia con la que la gente suele hablar de los colectivos a los que no pertenece y haciendo mucho daño a millones de hindunorteamericanos. Como resultado, la continuidad de Apu en “Los Simpson” se ha visto cuestionada, con un cruce de tuits a lo largo de esta semana en donde se planteaba la posibilidad de su desaparición y una gran repercusión mediática de la polémica.

¿Y él qué sabe acerca de los guionistas de “Los Simpson”? ¿Acaso él es un guionista de “Los Simpson” para poder opinar acerca de los guionistas de “Los Simpson”? ¿No debería dejar que fueran los guionistas de “Los Simpson” los que describieran a los guionistas de “Los Simpson”, para no caer en estereotipos fáciles acerca de los estereotipos fáciles que utilizan los guionistas de “Los Simpson”? ¿No está Kondabolu utilizando estereotipos en su crítica al uso de estereotipos? Es más, ¿alguien me puede explicar cómo se puede vivir -no ya cómo se puede hacer comedia, o cómo se puede pensar en general, me refiero a cómo se puede llevar una vida cotidiana normal- sin el uso de estereotipos?

1/11/18

"LO SIGUIENTE A CÁRDENAS"


La principal virtud de “Lo siguiente” es haber venido después de lo anterior. Hacer un show en el access time -la hora de cenar, vamos- de La 1 después de cien años del programa de Cárdenas es como entrenar al Real Madrid después de Lopetegui, salir a contar chistes después de Arévalo o ser presidente de los EE.UU. después de Trump. Más aun, es como entrenar al Real Madrid después de Arévalo, salir a contar chistes después de Trump o ser presidente de los EE.UU. después de Lopetegui. De entrada, a Raquel Sánchez Silva se le entiende cuando habla, se le nota desenvuelta ante las cámaras, consigue cierta química en sus entrevistas. Su programa puede verse sin temor a que en cualquier momento salga alguien defendiendo a los antivacunas o a los tierraplanistas. Va a ser difícil ver en la mesa del programa a protagonistas de la crónica de sucesos. Lo que para los espectadores de otras televisiones públicas del mundo es un mínimo incuestionable, para los espectadores de Televisión Española es motivo de gozo y regocijo.

Por eso estoy convencido de que el título original del nuevo espacio era “Lo siguiente a Cárdenas”, para recordarnos desde el nombre de dónde venimos, para que los espectadores lo tengan presente antes de criticar el programa. Las secciones de los colaboradores parecen de baratillo, sí, pero ¿se acuerdan de los colaboradores de “Hora punta”? Eso de poner imágenes antiguas de los invitados es más antiguo que las propias imágenes antiguas, de acuerdo, pero ¿cómo de antiguas eran las camisas de Cárdenas? La estructura del programa recuerda a otro que se emite simultáneamente dos botones del mando a distancia más allá, vale, pero es que la estructura de “Hora punta” replicaba el mapa del atolón de Kirimati tras un ensayo nuclear. Algo tenemos que agradecer al anterior presentador: haber conseguido que “Lo anterior” haga que “Lo siguiente” sea como entrenar al Real Madrid después de Trump, salir a contar chistes después de Lopetegui o ser presidente de los EE.UU. después de Arévalo.