31/1/10

REPASEMOS EL PLAN

De acuerdo, muchachos, repasemos el plan por última vez: hemos quedado en que todos vamos a apoyar incondicionalmente a "Sálvame Deluxe" hasta que nos carguemos a "DEC". A continuación apoyaremos incondicionalmente a cualquier cosa que sustituya a "DEC" hasta que nos carguemos a "Sálvame Deluxe". Y continuaremos después hundiendo los programas que nos propongamos a base de engordar la audiencia de sus competidores, a los cuales haremos la misma jugada en cuanto nos interese. No será fácil: la cara de Belén Esteban ya ha reemplazado a las tetas de Yola Berrocal como logotipo de la Asociación Nacional de Damnificados por la Cirugía Estética, e incluso los pueblos que han pedido acoger los basureros nucleares se niegan a que Lidia Lozano veranee en ellos, pero nuestra misión merece este sacrificio. Podemos conseguir que las cadenas de TDT dedicadas a las teletiendas de productos que quitan rayonazos de los coches dejen de ser la mejor televisión privada que se puede ver en nuestro país durante la noche de los viernes, y no nos va a echar atrás que la halitosis de Jorge Javier Vázquez sea tan fuerte como para transmitirse a través de la señal de audio de nuestros televisores.

Por ahora nuestro plan está saliendo de maravilla. En "DEC" registran los índices más bajos de su historia y en "Sálvame Deluxe" dan saltos de alegría contando los millones de espectadores que les siguen cada semana. Pobres ingenuos, no saben que todos estos resultados responden únicamente a nuestra conspiración, y que en cuanto Cantizano y sus escuadrones de la muerte se hundan en el proceloso abismo de las audiencias de un solo dígito ellos serán los siguientes en caer a mayor velocidad incluso. Pero hasta entonces seguirán los audímetros registrando nuestra fidelidad a Mermelada aunque eso suponga tener que soporta a Karmele Marchante encarándose con Coko, digo, Kito Matamoros. Todos a ver "Sálvame" como una piña, como un solo hombre, como unos fanáticos de la basura. ¿Está claro? ¿Alguna pregunta, muchachos? Pues adelante.

30/1/10

QUE LA DETENGAN

Hay una ventaja añadida en la deskarmelemarchantización eurovisiva: la ocurrencia musical caerá en el olvido y ningún obispo criticará la televisión diciendo que la tele es un tsunami. Ya fue duro oír al obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, señalar lo pecaminosa que es la tele citando a David Civera: “¡Que la detengan. Es una mentirosa, malvada y peligrosa!”; sólo nos faltaba ahora una pastoral añadiendo que es como un tsunami, “algo imparable, no te puedes resistir; te espero en el Soho tocando el arpa con mis uñas de laca, no sin mis cremas, no sin mis marcas”. Qué respingos.

Denuncia monseñor que “abren telediarios, como si fueran noticia de hoy, abusos cometidos por eclesiásticos en el pasado”. Tiene razón, habría que aprender de los informativos de otras cadenas, hacer más periodismo de investigación y no limitarse a denunciar escándalos cuando ya hay denuncias, sentencias judiciales o acuerdos económicos para que no se hable más del asunto.

Un ejemplo. Un informativo de la cadena estadounidense ABC acaba de denunciar que en 300.000 mirillas de las armas que se entregan a las Fuerzas Especiales hay grabados como éstos: “Jn 8,2” o “2Cor 4-6”. O sea, según el Nuevo Testamento: “Yo soy la luz del mundo, el que me siga no camina en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” y “Pues el Dios que ha dicho: brille la luz de entre las tinieblas, es el que ha encendido esa luz en vuestros corazones, para hacer brillar el conocimiento de la gloria de Dios, que está reflejada en el rostro de Cristo”. No hay derecho, la ABC presenta como noticia de actualidad unos grabados que se llevan estampando desde hace 30 años. Además, son armas que se usan contra Al Qaeda, los talibanes y las guerrillas iraquíes, y hace más de mil años que la Cruz de los Ángeles de Oviedo dice: “Con esta señal se defiende el piadoso, con esta señal se vence al enemigo”. Será eso: la tele es, como la mala mujer, malvada y peligrosa, pero no un tsunami. Amén.

29/1/10

SUÁREZ EN PIJAMA

Si no llega a ser por las escenas de cama, podríamos asegurar y aseguramos que el primer episodio de "Adolfo Suárez, el presidente" podría enmarcarse y se enmarca dentro del género narrativo de las hagiografías. La hagiografía, ya se sabe, es esa peculiar biografía que se dedica a glosar las bondades sin fondo de un santo, -preferiblemente martir, dado el tirón popular que siempre ha tenido la exposición minuciosa de los detalles del martirio-, y que tanto juego ha dado en los afanes ecuménico-evangelizadores del cristianismo. Así, Antena 3 nos descubrió el miércoles en Adolfo Suárez no sólo a un intachable padre y esposo, sino también a un inmaculado procurador en Cortes por Ávila, gobernador civil de Segovia, director general de Radio Televisión Española y finalmente ministro secretario general del Movimiento. Ya tuvimos ocasión durante estos últimos meses de entretenernos con las tv movies de Paquirri o Marisol, pero las estrellas del corazón son siempre tratadas en los medios como héroes terrenales cuyos círculos de intereses tienen su centro en lo que Platón llamaba el alma apetitiva. Lo de Suárez no puede ser ni es eso. Estamos ante el "Cantar del Mío Suárez", ante el rey Adolfo y los caballeros de la Tabla Redonda, ante "Suárez" de Shakespeare.

Salvo, claro está, por las escenas de cama extrañamente inquietantes. En dos momentos del capítulo vimos a Adolfo Suárez y a Amparo Illana pudiendo darse y dándose arrumacos y confidencias debajo de las sábanas con los pijamas y camisones oficiales de la España de los 60 y 70, y eso es una licencia expresamente prohibida dentro del género de la hagiografía. Paquirri no puede aparecer y no aparece interesándose por la política internacional, Marisol nunca saldría leyendo un libro y no debemos ver a Suárez apagando la luz de la mesilla de noche. O santo o Antonio Alcántara, pero no las dos cosas a la vez. Antena 3 olvida que la Transición requirió de grandes negociaciones y concesiones por todas las partes, pero que también fue necesario no poder ver y no ver jamás a sus protagonistas en pijama.

DULCE COMPAÑÍA

Uno de cada cinco televisores encendidos (y un poco de otro) es responsable de lo que dicen todos los televisores encendidos durante los informativos estos días: hay que construir un Almacén Temporal Centralizado (ATC) para guardar los residuos radioactivos generados al producir la electricidad que mantiene encendidos a uno de cada cinco televisores (y un poco de otro). Podríamos apagar esos aparatos y santo remedio, pero la tele acompaña mucho, así que la dejamos encendida aunque estemos en el otro extremo de la casa. O sea, que hay audímetros que trabajan para nada, con el agravante de que uno de cada cinco (y un poco de otro) también genera residuos radioactivos.

Los espectadores seguimos la evolución de la noticia tóxica con desconfianza. Hay quien se tranquiliza porque se trata de un aséptico ATC, y no de un sospechoso cementerio nuclear que recordaría demasiado al sarcófago de Chernobyl (no viene a cuento, pero no me resisto: “chernobyl” significa “absenta”, de donde viene “absentismo”. Hoy, en Chernobyl, no queda nadie). Nuestro culebrón radioactivo no se solucionará mientras no desdramaticemos. Hablar de ATC, con ese nombre de codón capaz de sintetizar algo grande, es un buen principio. Pero hace falta algo más contundente que coja el toro por los cuernos. Como lo que hizo Manuel Fraga cuando se bañó en Palomares en 1966. Gracias a él, el NO-DO fue al grano, nos tranquilizó, y no dio las vueltas que hoy dan los telediarios.

Siendo el ATC tan seguro como dicen que es, Fraga no tendría problema en situarlo debajo del Congreso, del Senado o de la Moncloa. Bueno, o de la Zarzuela: así, uno de cada cinco televisores encendidos (y un poco de otro) durante el mensaje navideño del Rey sería responsable de que el mensaje navideño del Rey se grabara encima de los residuos radioactivos generados por uno de cada cinco españoles (y un poco de otro) cuando ve la tele, dulce compañía.

28/1/10

¿ME LO VIVES O ME LO CUENTAS?

Uno puede ver la tele a lo tonto haciendo zapping compulsivamente sin terminar de ver nada en concreto. Pero también puede ver la tele a lo tonto aguantando un programa enterito sin hacer zapping por miedo a perderse lo que está claro que no ocurrirá para poder contarlo aquí. La reportera de Cuatro, Samanta Villar, había despedido su último reportaje así: “Como no es lo mismo contarlo que vivirlo, voy a hacer porno durante 21 días”. Antes de la emisión del lunes por la noche, su cadena colgó varios vídeos promocionales (que clasificó para mayores de 18 años). En uno titulado “¡Pudores fuera!” le preguntan sobre su primera escena porno.

- Tú mañana haces la escena en la cocina, ¿te atreves o no?
- Sí, sí.

Resultado: hasta la una de la mañana viendo la tele a lo tonto. Tan útil como si hubiera estado de guardia en una garita en medio de la Meseta por si nos invaden. La reportera se pasó 21 días de visita en el mundo del porno, y el último día hizo un intento de amago de sucedáneo de tentativa de réplica de imitación de disfraz de directora de una escena porno que ni mostró ni contó cómo comercializará. Sabíamos que no veríamos las imágenes, pero al menos sus palabras podrían haber estado a la altura. Ni siquiera se preguntó por qué la nueva ley no permite emitir porno en abierto: ¿pagar hace que sea menos malo porque actúa como aquellas bulas papales que podían comprarse para comer carne en Cuaresma sin pecar? ¿Pagar redime?

Durante 21 días Villar no estuvo liando porros, sino fumándolos; no acompañó a un vendedor de la ONCE, sino que vivió a ciegas; no trabajó en Servicios Sociales, sino que vivió en una chabola; no repartió ropa en Cáritas, sino que fue una vagabunda. Y así hasta el lunes, que estropeó una buena idea y demostró que “No es lo mismo contarlo que vivirlo” es una frase bonita, pero ganar audiencia es más importante.

27/1/10

ROD Y TODD EN EL BÚNKER

Recomendé a los mismos amigos a los que sugerí ver “La ola” que vieran la película “El hundimiento”, emitida por Antena 3 la semana pasada. Lo hicieron. Ya tengo los resultados. Como suponía, ver “La ola” y “El hundimiento” no sólo quita las ganas de invadir Polonia, sino que hace que nos agarremos a nuestra imperfecta, aburrida y a veces desesperante democracia como Linus, el entrañable personaje de las tiras de “Carlitos”, a su manta. No sólo el fascismo puede asomar su fea cara en el lugar más inesperado y en el momento más tonto, sino que Hitler era un ser humano rodeado de seres humanos, y no un monstruo surgido de la nada. La naturaleza de Hitler no era extraterrestre como la de Anna, la líder de los Visitantes de la serie “V”. La de Goebbels, ministro de propaganda de la Alemania nazi, tampoco.

En “El hundimiento”, los hijos de Goebbels y Magda tienen un inquietante parecido con Rod y Todd, los hijos de Ned y Maude Flanders en “Los Simpson”. No sólo esos niños llegan al búnker en el que la pesadilla nazi vivirá sus últimos momentos de hiperrealidad dispuestos a pasar unos días de vacaciones entre juegos y dulzonas canciones dedicadas al “tío” Hitler, sino que responden ante los terribles Goebbels y Magda como Rod y Todd lo hacen ante los buenísimos Ned y Maude. Hitler adoraba a su perro, Goebbels adoraba a sus hijos. ¿Se sabrían los hijos de Goebbels fragmentos de “Mi lucha”, como se saben los hijos de Ned fragmentos del Antiguo Testamento? ¿Es posible ver algunas escenas de “El hundimiento” en el búnker de la Cancillería como si se tratara del reverso tenebroso de un capítulo de “Los Simpson” en la vivienda unifamiliar aislada de Ned Flanders? Después de estas preguntas, ¿no apetece pedirle a Linus que nos deje compartir su manta?

Los hijos de Goebbels cantan cancioncitas al tío Hitler mientras el Ejército Rojo pisa Berlín, y así es más fácil dar la razón a Aristóteles cuando decía que las acciones son más voluntarias que los hábitos, porque de las acciones somos dueños desde el principio hasta el fin, pero de los hábitos sólo al principio. Las acciones fascistas son libres, pero evitables. Los hábitos son otra cosa, y pueden llevar a los hijos de Ned a cantar en el búnker de la Cancillería mientras el tío Hitler sonríe.

26/1/10

LO BUENO Y LO IMPORTANTE

¿Qué es más bueno, ser bueno o ser importante? ¿Qué es más importante, ser importante o ser bueno? Metes "bueno" e "importante" en Google y te sale la frase "Es bueno ser importante pero es más importante ser bueno". Preguntas a los profesionales de los medios de comunicación y el 101% preferiría protagonizar programas de televisión importantes antes que programas de televisión buenos. Noche del domingo; premio al espacio televisivo más importante: "Especial Pánico en el plató" de Antena 3, con motivo del viejésimo aniversario (guiño a Les Luthiers) de la cadena y desfile de una representación de sus grandes hitos, -Matías Prats, Concha Cuetos, para hacernos una idea-; premio al espacio televisivo más bueno: "Salvados" en LaSexta, con el Follonero iniciando su temporada de invierno con el viaje a Argentina más delirante jamás realizado en lengua española.

Si ustedes son de ciencias y consideran que lo importante es más importante que lo bueno, entonces yo paso de LaSexta y les describo entre bostezos historias sobre Antena 3 y su sosísimo cumpleaños: Constantino Romero reencontrándose con el Curro Candelas de "La parodia nacional" (¡oh!); un video casero de Susanna Griso (¿o Cristina Lasvignes?) haciendo una conga en nochevieja (¡gran oh!); Sandra Davíu contando que su madre le hace albóndigas (¡mega oh!). De verdad que lo puedo hacer sin problemas. Pero si ustedes son de letras y consideran que lo bueno es más bueno que lo importante, entonces nos echaremos unas risas juntos recordando la imposible charla entre Jordi Évole y un par de mormones de Utah en medio de un peligrosísimo barrio de Buenos Aires, el diálogo sulfúrico que mantuvo con su divinidad Ricardo Darín o el sabiniano proyecto de nacionalizar español a Messi y cambiarlo a los argentinos por Raúl. Letras o ciencias. Lo bueno o lo importante. Y la lección que yo aprendí el domingo: lo que más importa puede no ser importante siempre que lo más bueno siga siendo lo mejor. Y ande el Follonero por medio, claro.

25/1/10

FACEBOOK

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos y yo sigo sin facebook. Al parecer es muy importante tenerlo y todos mis amigos cercanos se encuentran seriamente preocupados por lo que consideran mi suicidio fáctico del mundo moderno. "No tener facebook es como no existir" me dicen. Inmediatamente miro al espejo del fondo de la barra del bar, veo mi imagen en él y respiro aliviado. "Además, con facebook podrías enterarte de muchas historias de la televisión, podrías participar en muchos grupos que hay sobre el tema". Mi cerebro da la orden a mis músculos faciales de poner cara de interés, lo que provoca que mis amigos sigan hablando. "¿Pero no lo sabes? Existe por ejemplo un grupo que se llama ‘Señoras que se hacen pis porque en TVE ya no hay pausas de publicidad’. Otro va de ‘¿Qué mierda esconde Marge Simpson en su pelo?’. Hay montones de grupos: ‘Espectadores convencidos de que el final de Perdidos les va a defraudar’, ‘Españoles que nunca han sabido distinguir bien El Orfanato de El Internado’, ‘Quiero estudiar en el instituto de Física o Química’".


Yo sigo sin abrir la boca. Al menos, sin abrir la boca para hablar. Al lado, más cerca de la puerta, una pareja finge estar a lo suyo pero sigue nuestra conversación. Lo sé por el par de miradas de desprecio que me han lanzado disimuladamente. "Incluso podrías crear tus propios grupos. Hay gente que los crea sin parar y tienen miles y miles de seguidores. ¿Por qué no? Pilar Rubio estaba más guapa en LaSexta’. ‘¿Por qué no es Berlusconi el que cambia de línea editorial al fusionarse con Cuatro?’, ‘El documental de Concha García Campoy sobre Marta del Castillo fue una auténtica vergüenza’, ‘Si el protagonista de El Último Superviviente es en realidad el último superviviente, ¿quién le está filmando?’, ‘Gente que recuerda con añoranza la época en la que House era una serie sobre casos médicos’.

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, yo sigo sin facebook y no entiendo absolutamente nada.

24/1/10

ALERTA TSUNAMI

Este viernes por la noche “DEC” volvió a hurgar en los despojos de Carmina Ordóñez gracias a la desdesinteresada (sic) colaboración de Eva Carroña, la amiga que encontró su cadáver. Fue en vano. Perdió ante un “Sálvame Deluxe” que salta de la dismorfofobia de la Esteban al ultraje sufrido por Pop Marchante en su meteórica carrera de la nada a la miseria eurovisiva. Así, la parada de los monstruos que viaja en los carromatos de “Sálvame” de feria en feria ha conseguido, una vez más, que todos estemos pendientes de sus deformidades.

De hecho, he aquí algunas preguntas que nos hacemos: ¿de dónde salen los cientos de miles de votos de los candidatos a “Eurovisión”?, ¿alguien conoce a alguien que conozca a alguien que haya votado alguna vez?, ¿tenía previsto Jorge Javier Vázquez hacer la coreografía en Oslo junto a otros dos Popstarqueenettes o se iba a limitar a hacer de payaso listo mirando los toros desde la barrera como hacía Javier Sardá en “Crónicas marcianas”?, ¿quién le redactó a Pop Karmele Star la carta de queja que envió a TVE?, ¿qué ocurrirá si en Cataluña votan en el referéndum que ha organizado Telecinco forzando los límites de la Constitución en defensa de la Democracia y la Civilización Occidental?, ¿hablará el Rey de esto en el mensaje navideño de 2010? Por otra parte, si en Telecinco creen que el veto a Marchante Queen es un veto a la cadena (tras el enchufe que tuvo laSexta con Chikilicuatre), ¿por qué no se dejan de pamplinas y defienden a los auténticos perjudicados, Chimo Bayo, Kejío y Juan Losada, expulsados que sólo pasaban por allí?

Pero hay algo en lo que Telecinco tiene razón: TVE no puede admitir una candidatura y luego despreciar más de cien mil votos. Alguien es el responsable de todo esto: quien, cuando Pop Karmele Star Marchante Queen presentó su candidatura, no la mandó a freír churros según la vio llegar.

23/1/10

SIMPSONMANÍA

Como simpsonmaniaco vuestro que soy, os debo una explicación; y esa explicación que os debo, os la voy a dar. ¿Por qué en todas partes se habla del declive de “Los Simpson” y aquí todavía no dijimos este teclado es mío? ¿Por qué incluso los más fanáticos seguidores de la serie debaten en la tierra patria de la familia amarilla si la serie debe desaparecer para no manchar la memoria de lo que fue, mientras aquí dejamos que pasen los capítulos y las temporadas sin afrontar la dura realidad? ¿No hay valor?

Perdón, menudo notición: TVE ha eliminado a Karmele Marchante de la lista de aspirantes a participar en Eurovisión. Qué alegría. Como diría Albert Pla: “Una Pop Star Queen muerta, una Pop Star Queen menos”. Pero bueno, este no es el tema de hoy, sino “Los Simpson”. Ay, la que se va a armar. Ahora en Telecinco dicen que la expulsión es “inaceptable, antidemocrática e inconstitucional”. Estarán celebrándolo porque así tienen más combustible para darle vueltas a “La Noria” y a “Sálvame”: los dos giran en la misma dirección. Volvamos a “Los Simpson”, pero antes una cuestión previa: ¿han visto los homenajes que Antena 3 les hizo estos?

El especial “España según los Simpson” del miércoles por la noche fue flojo. Susanna Griso no sabe interpretar a una reportera de investigación y los supuestos seguidores de la serie seguían un guión (qué triste oír a Pedro Zerolo y a Ferrán Adriá nombrar a Moe y Krusty como si vieran esos nombres en un papel por primera vez en su vida). Respecto a la serie, perdón, es que antes quería decir que el especial que le dedicaron en “La ruleta de la suerte” fue requetesoso. A ver, la serie, ah, sí: no es que falte valor para hablar de su declive, es que ya no queda espacio para discutir nada. Pero como simpsonmaniaco vuestro que soy, os debo una discusión; y esa discusión que os debo, os la voy a dar.

22/1/10

GENERACIÓN PSI-PSI

Psicólogos, psicólogos, psicólogos por todas partes. Pegas una patada a un programa televisivo y salen de debajo psicólogos intentando enseñar habilidades básicas a niños conflictivos ("Supernanny"). Pegas otra patada al siguiente programa con el que te encuentras y salen de debajo psicólogos reeducando a adolescentes que se ríen y se enfadan como gilipollas ("S.O.S. Adolescentes", "Hermano mayor"). Tropiezas con otro programa y dejas al aire un avispero de series de televisión protagonizadas por psicólogos que ponen su conocimientos sobre el comportamiento humano al servicio de la resolución de crímenes ("Miénteme", "Mentes criminales") o psicólogos resolviendo complicados casos clínicos ("La pecera de Eva", "En terapia"). Harto de tanto psicólogo te sientas al pie de un árbol y descubres que has puesto tu culo sobre los psicólogos que hacen los castings en "Gran Hermano", o sobre los que hablan en los informativos sobre la tragedia de Haití, o sobre el cadáver de aquella infamia telecinquera que se llamaba "La caja".

Y el pasado miércoles descubrimos que todos los psicoprogramas pertenecen a la misma especie animal, es decir, que si los cruzas obtienes descendencia viable. LaSexta estrenó "Generación Ni-Ni", hijo por parte de madre de "S.O.S. Adolescentes" y por parte de padre de "Gran Hermano". Antaño los niñatos mal educados, egocéntricos, amorales, impulsivos, vagos hasta el adefesio, eran casuística casi exclusiva de clases muy altas y eran enviados a estrictos colegios en el extranjero para su reeducación. Ahora estos ejemplares se han multiplicado por cientos de miles al comenzar a aparecer en todo tipo de clases sociales. Ocho de ellos se han metido en una casa con dos psicólogos y el resultado es un programa de televisión. Tras décadas de haber representado la extravagancia frente a una sociedad sensata y comunitaria, los psicólogos en la actualidad representan la sensatez frente a una sociedad individualista, es decir, profundamente amoral. La televisión está psicologizada, ¿quién la despsicologirazá?

21/1/10

ALICIA KEYS TIENE UN TRABAJO DURO

Alicia Keys tiene un trabajo duro. Compone buena parte de su excelente repertorio de soul y R&B. Es instrumentista. Mantiene una forma física extraordinaria. Se embarca en giras planetarias en las que ofrece cientos de magníficos conciertos dando varias veces la vuelta al mundo. Pero el aspecto más esforzado de su profesión es otro: tiene que ver con la promoción de sus nuevas grabaciones; más concretamente con el recorrido necesario por todos los medios de comunicación; más concretamente con la promoción que tiene que hacer en España; más concretamente con la inescapable entrevista en "El hormiguero"; más concretamente con el aciago momento en el que no queda más remedio que vérselas cara a cara con Flipy. Es entonces cuando recuerda a aquellos sabios profesores de la "Escuela Profesional de Artes Escénicas" de Nueva York que la advirtieron de que el éxito llevaba asociado grandes dosis de ingratos sinsabores: se estaban refiriendo a tener que aguantar a Flipy durante diez minutos seguidos. Es entonces cuando vuelven a su cabeza las palabras que su madre le escribió en aquella tarjeta cuando cumplió 15 años: "Te apoyamos, hija, pero no creas que la vida de estrella te va a librar de momentos terriblemente difíciles"; ¿cómo podía conocer su madre la existencia de Flipy?.

Ella pasó su infancia en "la cocina del infierno", una de las zonas más conflictivas y degradadas que podían encontrarse en el Manhattan de los años 80, pero aun así nadie le preparó nunca para cruzar el océano y llegar a un plató de España en donde estuviera a menos de dos metros de distancia de Flipy. Es la única cantante de la historia que es nombrada elogiosamente por Bob Dylan en una canción, y eso que no nos consta que nunca Dylan haya tenido que contemplar a Flipy. Ha ganado 16 premios Billboard, 5 American Music Awards, 9 ASCAP y 12 Grammys, pero de pronto aparece Flipy en el escenario de "El hormiguero" y ella no puede evitar preguntarse: "¿De verdad, de verdad merece la pena todo esto que hago?".

20/1/10

BIENVENIDA, MISS ANNA

Lo más inquietante de la nueva versión de la serie “V” (jueves, TNT) es el parecido físico entre Anna, la líder de los Visitantes, y Susana Roza, la presentadora del telediario matinal de TVE. Teniendo en cuenta que “V” es, entre otras cosas, una reflexión sobre el poder de los medios de comunicación para mantener controlados a los ciudadanos, y sabiendo que la elegante pero malvada extraterrestre Anna utiliza esos medios con fría inteligencia, ver a Susana Roza presentando las noticias ya no volverá a ser lo mismo. Supongo que Susana no esconde un reptil debajo de su piel, y que su reconfortante sonrisa matinal no oculta un plan para apoderarse de nuestro planeta. Pero es difícil ver a Susana sin pensar en Anna. Y viceversa.

Los visitantes de “V” dicen que son gente de paz siempre. No es así. Unos pocos humanos organizarán enseguida la resistencia contra esos guapísimos (por fuera) extraterrestres que utilizan su superior tecnología y conocimientos para hacer de la Tierra un nuevo Villar del Río en plan “Bienvenido, mister Marshall”, pero con extraterrestres en vez de norteamericanos. De “Bienvenida, miss Anna”, enseguida pasaremos a “Anna, vete a casa”. Y es que el primer capítulo de “V” ilustró maravillosamente el nacimiento de la filosofía y de la ética. Si la filosofía nace con la admiración, la ética puede decirse que comienza con el escepticismo. Así, la inicial admiración filosófica hacia los Visitantes que aparcan sus enormes naves encima de Nueva York, Londres o Moscú en plan “Independence Day”, pronto deja paso al escepticismo ético de la agente de la unidad antiterrorista del FBI Erica Evans. De la filosofía del encuentro con lo desconocido (¿quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Qué quieren?), a la ética de la resistencia escéptica.

El escepticismo se desliza también entre los hombres de fe. Un sacerdote católico se pregunta cómo es posible que Dios y los alienígenas existan en el mismo mundo, mientras la postura oficial del Vaticano es que los Visitantes son parte del plan de Dios. La tensión entre la admiración y el escepticismo, entre “Bienvenida, miss Anna” y “Anna, vete a casa”, es el motor de “V”. Y la sonrisa de Susana Roza, claro.

19/1/10

HUMOR EUCLIDIANO

Quinto axioma del humor demostrado según el orden geométrico: las parodias de las parodias no funcionan. Con “Homo zapping” te partías el culo, pero con “La escobilla nacional” (noche de los domingos en Antena 3) se te queda la cara así, como de grima. No termina de surgir esa complicidad que necesitan los programas de humor para conectar. Los cambios que introduce la parodia de la parodia parecen pegotes que sólo consiguen que se añore la parodia original.

Desde el principio faltaban José Corbacho ni Paco León. Podía ser que salieran luego, que el primer sketch fuera sobre otra cosa y por eso todavía no se les veía; pero no. Es que faltaban. Se les echaba de menos incluso cuando no tenían por qué salir. También faltaba el zapping. No el del título del espacio, sino el del montaje, que permitía saltar de un programa a otro sin quedarse en ninguno. “Homo zapping” rebotaba de una cadena a otra, de un género a otro, y no dejaba títere con cabeza. “La escobilla nacional” se centra en un solo megaprograma de cotilleos alrededor del que gira todo. Practica un monocultivo rosa chillón que empalaga y satura.

Sí, conserva a Silvia Abril y a la gran Yolanda Ramos. Y sí, cuenta con buenos imitadores. Vale, también hace ver que en el género rosa los famosos son sólo un pretexto para que los contertulios, auténticos protagonistas, saquen su ego a pasear. Pero cae en errores que jamás cometería “Homo zapping”: tiene un imitador de Ángel Llàcer perfecto, tan histriónico, excesivo y molesto como el original, pero con un guión pesadísimo. Corbacho lo hubiera enfrentado al auténtico Llàcer, a ver si tanta sobreactuación de materia y antimateria estallaba y nos libraba del tío ese por siempre jamás.

Lo dicho: por un punto exterior a una realidad, se puede trazar una única parodia.

18/1/10

HAITÍ Y EL GUIÑOL DE LLAMAZARES

En alguna estantería perdida, el guiñol de Gaspar Llamazares está nervioso. Su máxima aspiración, incluso antes de nacer, era salir por la tele, ser tan conocido como los demás guiñoles. O sea, existir. Ahora, por fin, gracias a su sorprendente parecido con Osama Bin Laden y con su emisario en Irán, Atiyah Abd al-Rahman, podría interpretar tres personajes y chupar más cámara que Lina Morgan en “Vaya par de gemelas”, pero es demasiado tarde. Los guiñoles han pasado de moda y acumulan polvo en alguna estantería de Cuatro. El guiñol de Llamazares está nervioso para nada.

También hay personas nerviosas desde hace días porque el “Telediario” de TVE emitió imágenes apócrifas del terremoto de Haití y una riada en Ciudad Real. En el caso de la riada tendrán razón, no digo yo que no, pero en el de Haití los nervios deberían haber comenzado mucho antes. Haití vive en un estado de devastación permanente que los informativos deberían denunciar sin necesidad de catástrofes sobrevenidas. Y si para ello se utilizaran imágenes apócrifas, los haitianos lo perdonarían. Lo importante no es que las imágenes sean verdaderas o falsas, sino que cacen ratones. Los informativos necesitan imágenes porque un mapa señalando el epicentro del desastre es poco televisivo, y nosotros necesitamos imágenes para activar esas neuronas espejo que, según cuenta Eduardo Punset, hacen posible la empatía y el deseo de ayudar. Un cormorán bretón ayudó a ganar la primera guerra del Golfo. Las imágenes falsas de TVE pusieron en marcha la ayuda humanitaria con la que pretendemos que Haití recupere la normalidad, o sea, que siga siendo un lugar miserable en el que viven peor de lo que viviría un país rico al día siguiente de sufrir un terremoto como el suyo. Entonces, Haití dejará de salir en la tele, volverá a acumular polvo en una estantería y nadie se pondrá nervioso porque la normalidad no necesita imágenes. Ni verdaderas ni falsas.

17/1/10

SIETE DRAGONES, SIETE LEONES

Los mapas televisivos comienzan con La 1 y La 2. A continuación sigue Antena 3. Después Cuatro, que limita al este con Telecinco. La cadena de Berlusconi da paso a La Sexta. Y justo donde termina esta última cadena se extiende la tierra incógnita de los millardos de canales locales, autonómicos, tedeteros, que se disputan shares que comienzan por cero coma. Hic sunt dracones. Hic sunt leones. Dragones y leones lanzándose dentelladas con ferocidad mercantil por hacerse con la tecla 7 del mando a distancia. Aquella emisora que consiga afianzarse a la diestra de La Sexta tendrá aseguradas las migajas que caen de las emisoras generalistas. Por eso VEO modificó su nombre y su logo en enero de 2009 para pasar a llamarse VEO 7. Por eso Telecinco eligió "La 7" como nombre para su filial de segunda división. Por eso centenares de canales locales llevan el 7 en su mosca y algunas autonómicas, -verbi gratia, la Televisión del Principado de Asturias-, han alterado recientemente su logotipo para colocar un 7 al lado de su imagen corporativa. Todos quieren ser el 7. Si acaso el 8. Como muchísimo el 9.

Pero nunca el 10. El 10 son dos dígitos, y los programadores saben que pedir a los espectadores que pulsen dos teclas es pedirles demasiado. Es ergonomía pura, un aspecto al que nunca han atendido demasiado los diseñadores de mandos a distancia. Cualquier cadena de dos dígitos está condenada al ostracismo exótico. Hay que pulsar los dos botones rápidamente, porque si no el televisor sólo atiende al primer boton pulsado. O hay que pulsar previamente un botón especial que avisa de que queremos sintonizar un canal de dos dígitos. Hay que andar recordando que el 19 es la Televisión Autonómica de Aragón y el 24 es el Canal Cocina. Somos telespectadores, carajo, no somos ingenieros de telecomunicaciones. Bastante tenemos con andar por la vida real guiados por la ley del mínimo esfuerzo; cuando nos sentamos a ver la televisión incluso el mínimo esfuerzo es demasiado esfuerzo. Más allá del 7 sólo hay aterradores dragones y leones.

16/1/10

MATINAL CONTRANATURA

En el principio de los tiempos Dios creó la naturaleza y colocó cada cosa en su sitio. Hizo que los días y las noches se alternasen sucesivamente. Que los animales tuvieran sus ojos situados en la parte del cuerpo que marcaba el sentido de su locomoción. Colocó a los peces en las aguas, a las aves en el aire, y a reptiles, mamíferos y anfibios en tierra firme. Y por último, cuando ya contemplaba su obra con regocijo y cariño, cuidó de ordenar un último detalle que otorgaría al cosmos su coherencia definitiva: hizo que la información matinal fuese radiofónica y la información vespertina fuera televisiva. Desde entonces nunca se han sucedido dos días seguidos sin una noche en medio, nunca un animal ha tenido sus ojos situados en el sentido contratrio al de su marcha, nunca un pez ha conquistado las tundras y las estepas. Pero, contraviniendo el designio divino, las radios se han empeñado en programar informativos a la hora de la cena y las televisiones insisten en ofrecer noticias mientras estamos desayunando. Cuatro estrenó el pasado jueves "Matinal Cuatro", un programa informativo diario de 7 a 9:30 de la mañana.

Y del informativo matinal televisivo de Cuatro no cabe sino comentar que es un informativo matinal televisivo, -bueno, también es destacable lo muchísimo que mejora Ana García Siñeriz cuando se la separa de Boris Izaguirre, pero a eso le daremos alguna vuelta dentro de poco-. Un ser contra natura. Una quimera. Ciento cincuenta minutos de programa dirigido a espectadores que no pasan más de quince minutos delante del televisor. Media hora de información repetida cinco veces para poder encajar con los diferentes horarios de los despertadores de la audiencia. El único espacio de la televisión intencionadamente diseñado para que no sea visto entero. Televisión radiofónica en el momento en el que varias emisoras de radio emiten sus informativos matinales por televisión. No tardará en aparecer algún obispo asegurando que sería lícito abusar sexualmente de los periodistas que hacen información televisiva matinal.

15/1/10

SINPUBLI

La voracidad de las privadas da un paso más. Ya tienen TVE sin publicidad y ahora quieren las autonómicas. Luego querrán su audiencia, pero eso sí que no. Es más, visto el panorama, empieza a despuntar una nueva función social de la televisión pública. Hasta ahora se le pedía que ofreciera productos de calidad, ahora hay veces que nos conformamos con que ofrezcan productos mediocres, o incluso malos, pero capaces de robar espectadores a la horrible telebasura de la competencia.

Hace un año que la televisión pública francesa dejó de emitir publicidad en horario de máxima audiencia. Hubo quejas, pero las cosas no le van nada mal. Un ejemplo es la emisión de la ópera “Carmen” en prime time. Que lo vieran sólo un millón y medio de telespectadores puede parecer un fracaso, pero no lo es. En France Télévisions lo ven así: “Son pocos comparados con los cinco o seis millones de media que tenemos, pero esto supone dos éxitos: por un lado, equivale a cinco años de representaciones de la pieza en una sala, y, por otro, significa que mucha gente que nunca ve ópera la vio esta vez”.

Aquí tenemos que añadir la benéfica función de rescate que una televisión pública sin publicidad puede desempeñar ofreciendo 24 horas al día un terreno firme en el que pisar cuando la cenagosa telebasura engulle a los que se aventuran por ella. No hace falta recordar quiénes fueron los invitados de la noche, pero el viernes pasado “Sálvame Deluxe” y “DEC” perdieron su habitual hegemonía ante la maleja peli sinpubli de La 1. Valió porque cumplió la función social de rescate de quienes suelen naufragar en Telecinco y Antena 3 la noche de los viernes. Para los más exigentes, La 2 emitió la ópera “Muerte en Venecia”. La vieron 100.000 espectadores, ¿es poco? Una semana después, mire la programación de hoy y saque sus propias conclusiones.

14/1/10

TIENE QUE SER ESO

La bomba: en Antena 3 trabaja alguien con poderes. Pero no poderes de esos sobrenaturales que te permiten volar, atravesar las paredes y cosas así que al final no resuelven nada. Se trata de alguien que tiene poderes naturales, ordinarios; poderes de los buenos. Sé que lo que les cuento es muy raro, pero tienen que creerme. Es la única explicación sensata que se me ocurre para entender lo que está ocurriendo. Alguien tocado con el mágico don de tener dos dedos de frente trabaja para Antena 3 y ha hecho posible que anteayer estrenara “Los protegidos”, una serie española bien escrita, bien realizada y bien interpretada.

Sí, ya sé que parece que estoy loco, pero lo que les cuento es verdad. Les estoy recomendando la serie que emite los martes por la noche la misma cadena que tiene en su historial delictivo “Un paso adelante” y “Manos a la obra”. Y, se lo juro, trata de gente con poderes paranormales y está hecha en España, pero afortunadamente no se parece en nada a “¡Ala…Dina!”. Actúan niños que aguantan primeros planos como campeones, pero no se ponen a recitar igual que robotitos redichos que sueltan su frase como si cantaran la versión repipi de la tabla de multiplicar. Van a buscar a una niña perdida al bosque, pero no se ponen pesados hasta el aburrimiento con el dichoso bosque como en “El internado”. “Los protegidos” es tan especial que incluye guiños al mundo del cómic, pero sin caer en lo pretencioso; y tan normal que un personaje tiene acento colombiano porque sí, porque España en 2010 es así.

Todo esto no puede ser una casualidad. Antena 3 puede tener “Los Simpson” porque les salió una carambola hace quince años. Puede tener “Doctor Mateo” por un golpe de suerte hace dos temporadas. Pero “Los protegidos” ya es mucha casualidad. En esa cadena trabaja alguien con la increíble capacidad de saber hacer bien su trabajo. Tiene que ser eso.

13/1/10

SOPLO DE AIRE FRESCO EGIPCIO

Puede que “Informe semanal” no sea un programa legendario, al menos en el sentido que Barney Stinson suele dar al adjetivo en la serie “Cómo conocí a vuestra madre”. Puede que “Informe semanal” sea más célebre que conocido, como las películas de Andy Warhol, por ejemplo. Y puede que “Informe semanal” sea un producto de otra época, como la máquina de escribir en la mesa de un periodista o el extremo puro en el fútbol. Pero “Informe semanal” dedicó el pasado sábado uno de sus reportajes al antiguo Egipto con la preciosa excusa de las pacientes excavaciones, dirigidas por una egiptóloga española, que desentierran el templo funerario de Tutmosis III. El faraón Tutmosis III sí es, se ponga como se ponga Barney, legendario. Tutmosis III también es, a diferencia de Tutankhamón, más conocido que célebre. Pero, sobre todo, el templo funerario de Tutmosis III no es un producto de otra época, sino un soplo de aire fresco. Bien por “Informe semanal”.

¿Para qué sirve desenterrar el templo funerario de Tutmosis III? ¿Y para qué sirve que “Informe semanal” dedique uno de sus reportajes a un tipo que vivió hace 3500 años en la antigua Tebas egipcia? Sirve, entre otras cosas, para mostrarnos el trabajo de los arqueólogos, tan alejado del de aventureros expoliadores como Indiana Jones. La mayoría de los programas televisivos quieren ser como Indiana Jones y encontrar el Arca de la Alianza del éxito, las mágicas piedras de Sankara de la audiencia y el Santo Grial de la rentabilidad inmediata. Pero pocos quieren ser como la arqueóloga Myriam Seco, tan paciente, tan sabia, tan sutil, tan empeñada en utilizar el pincel en lugar de la dinamita. El reportaje sobre el templo funerario de Tutmosis III fue un soplo de aire fresco porque, acostumbrados como estamos a aventureros expoliadores como Jorge Javier Vázquez, la sabiduría y la paciencia de los arqueólogos deberían enseñarnos a utilizar el mando a distancia como si fuera un pincel, y no dinamita.

Después del soplo de aire fresco egipcio, puede que “Informe semanal” no consiga ser un programa legendario o conocido, pero sí tan actual como un ordenador o el juego de Iniesta.

12/1/10

PUEDEN ESTAR USTEDES TRANQUILOS

Preestrenó Telecinco anteayer "La pecera de Eva", serie descarnada que pretende reflejar la casuística adolescente que se encuentra una psicóloga de instituto en su relación profesional con los alumnos. Como la visión reiterada de esta serie puede provocar gravísimos malentendidos entre los espectadores que se sientan identificados con sus personajes, la Federación Estatal de Asociaciones de Lucha contra la Gilipollez en Televisión ha emitido dos notas aclaratorias con el ruego de que se difundan lo máximo posible, ruego que con mucho gusto contribuimos a satisfacer cediendo a tal fin la entrada de hoy:

- Nota aclaratoria para los psicólogos: De verdad, los alumnos de los institutos no tienen nada que ver con lo que aparece reflejado en "La pecera de Eva". No se masturban durante un examen mirando cómo asoma el tanga de la chica de delante. No se levantan en medio de clase y le plantan un besaco canalla en tós los morros a la profe. No son descubiertos practicando felaciones en los baños. Quizá en el futuro sí comiencen a hacerlo, especialmente si cadenas como Telecinco siguen cometiendo la sinvergonzonería de emitir a horarios tan tempranos de la noche modelos de comportamiento tan extravagantes. Pero por ahora la mala influencia de la telebasura no ha llegado hasta el punto que presenta la serie. Pueden estar ustedes tranquilos.

- Nota aclaratoria para los alumnos de instituto: De verdad, los psicólogos no tienen nada que ver con lo que aparece reflejado en "La pecera de Eva". No rayan su coche el primer día de trabajo delante de sus pacientes para demostrar lo guays que son. No (fingen que) encierran a los chicos en la consulta para que no pueda marcharse. No coleguean con sus pacientes pidiéndoles que les expliquen prácticas sexuales rocambolescas. Y no parece que vayan a empezar a hacer pronto este tipo de cosas por mucha irresponsabilidad que cometan cadenas como Telecinco en la elaboración y difusión de estos contenidos. Pueden estar ustedes tranquilos.

11/1/10

ARDER O DESVANECERSE

De pronto di con la definición perfecta del fracaso en televisión: el fracaso televisivo consiste en que la audiencia no sepa con seguridad si un espacio sigue emitiéndose o no. Si además de no saber si el espacio sigue emitiéndose o no a la audiencia le importa un pito saberlo, entonces el fracaso puede considerarse absoluto, irreversible y eviterno. Me pregunta un amigo si "G-20", la summa televisiva de Risto Mejide, continúa en Telecinco, y yo, carajo, me doy cuenta de que no lo sé. Sé que sí sé que cambió de hora, sé que sé a medias que cambió de periodicidad o algo así, y sé que no sé en absoluto si a fecha de hoy el ranking más apático conducido por el tipo más hueco sigue existiendo en carne mortal o por el contrario ha engrosado el basurero de ondas que recorren ateridas los espacios interestelares. Sé que "Sálvame" sigue existiendo y que la sobrina de Isabel Gemio grabó una promo de su entrevista con el mantra "tita, te vas a cagar". Sé que "La Edad Media" se emite todos los sábados en Canal Historia y que ofreció anteayer un documental delicioso sobre la ciudad medieval. Sé que "Qué vida más triste" continúa su jovial existencia dentro del ciclo kármico de reencarnaciones y reposiciones. De otros programas sé que sé algo. De "G-20" sólo sé que no sé nada.

"Es mejor arder que desvanecerse" cantó Neil Young. Kurt Cobain incluyó esta cita en su nota de suicidio. Y Risto Mejide, el hermano tonto de Kurt Cobain, decidió dar la vuelta a la frase y prefirió atenuar, marchitar, apagar lentamente su bodrio antes que reventarlo en su cumbre de popularidad a golpes de un talento que sencillamente no tiene. El resultado es que nadie sabe a ciencia cierta o incierta si "G-20" fue retirado de la parrilla de Telecinco, continua su labor sedante en las madrugadas de los jueves o se emite a todas horas en una nueva cadena de TDT creada especialmente para los emofascistas. Y esa ignorancia, al margen de la audiencia que siga o no teniendo "G-20", es la mejor medida que se puede obtener del fracaso en televisión.

10/1/10

LA BÚSQUEDA DE "LA BÚSQUEDA"

Cuatro estrenó el viernes por la noche “La búsqueda”. Recuerda tanto, pero tanto, tanto, a otros programas anteriores que sería muy fácil dedicar este artículo a realizar la búsqueda de los espacios que copia “La búsqueda”. Así que allá vamos.

Hombre, se dedica a buscar gente desaparecida, así que a lo que más se parece es a “Quién sabe dónde”, eso lo ve cualquiera. Si nos ponemos chulos podemos añadir que sigue en la línea de otros programas que se hicieron tras la desaparición (es broma) de Paco Lobatón, como “Sin noticias de…” (hace 7 años), “De vez en cuando la vida” (hace 5 años), o la sección “Los más buscados” de “En antena” (hace 3 años). Pero esto son datos que no importan a nadie, así que seguimos.

Como “La búsqueda” favorece los reencuentros familiares y mete la cámara hasta el píloro para que los espectadores no perdamos detalle de lo emocionantes que son las familias reunidas Geyper, se parece a “Sorpresa, ¡sorpresa!” en cualquiera de sus reencarnaciones. Pero hay una diferencia: antes el buscador y el sorprendido se estaban quietecitos porque aquellos eran programas de plató. En cambio, en “La búsqueda” van de acá para allá hasta que encuentran al desaparecido. ¿Se trata de un homenaje a aquellos viejos dibujos animados en los que Heidi se hacía llamar Marco y buscaba a su mamá por Argentina? ¿Se trata de que en Cuatro sobraban unos cuantos reporteros de “Callejero viajeros” y había que darles curro mandándolos al quinto pino? ¿Es un homenaje a “Pekín express” dejando a Raquel Sánchez Silva en casa, o a “Españoles en el mundo” llevando españoles por el mundo?

Ninguna de esas cosas. Los reencuentros de plató han sido devaluados en los talk shows de tarde. Y poner a la audiencia a buscar desaparecidos se podía hacer antes, cuando un mismo programa lo veían millones de personas. Ahora, hasta los espacios mayoritarios son minoritarios. Así que, o te vas a la calle a buscar, o no aparece nadie.

9/1/10

REFERENCIAS SEXUALES EXPLÍCITAS

Como mucho, 300.000 €. O la mitad. O nada. Da igual. Termine en multa o no, el expediente sancionador que el Ministerio de Industria abrió a Telecinco por “Sálvame” no les hace ni un rasguño. Lo ganan en cualquier pausa publicitaria de cualquier día de cualquier semana de cualquier mes de éstos, a escoger. Peor aún. Sólo el hecho de estar en boca de todos, de poder hacerse las víctimas, de marcar un día más la actualidad televisiva, de conseguir que miremos hacia ellos incluso quienes no queremos ni verlos… ya les permite cuadrar las cuentas. La audiencia bien vale una multa. Igual que lo vale llamar “cantante” a Karmele Marchante, etiquetar de “neorrealismo televisivo” la telebasura, jugar en la Bolsa audiovisual especulando con “Bonos Andreíta”, o alicatar hasta el techo a Belén Esteban.

Porque esa es otra. La nueva Ley Audiovisual prohíbe los anuncios de operaciones de cirugía estética de 6 de la mañana a 10 de la noche, un horario que en Telecinco ya conocen. Es la misma franja de protección al menor que desde su primer día torean en “Sálvame” jugando a escandalizar con un “caca, pedo, culo, pis” entreverado por lo que el Ministerio de Industria denomina “referencias sexuales explícitas”. “Sálvame” seguirá toreando pero tendrá que dejar de emitir anuncios de cirugía estética porque se iba a notar mucho. Dará igual: la inmensa popularidad de Belén Esteban es en sí misma un anuncio más eficaz que ningún otro a la hora en que los niños vuelven del cole. El corro que la rodea y gira a su alrededor cada tarde es todo él es un gran anuncio a la hora de la merienda. El programa entero que construye su figura y aplaude la cirugía es el mayor anuncio del mundo en horario de protección infantil. Belén Esteban es nuestra diosa y Jorge Javier Vázquez es su profeta. Lo dicen en la tele. Todos podemos verlo. Cualquier día de cualquier semana de cualquier mes de éstos, a escoger.

8/1/10

LÍNEA GENEALÓGICA

La primera temporada de "Amar en tiempos revueltos" estaba ambientada entre 1936 y 1945. La segunda temporada transcurría entre 1945 y 1948. La tercera temporada llegaba ya hasta 1950. La cuarta hasta 1952 y la quinta hasta 1954. Es decir, que a poco que la telenovela siga con el éxito que ha tenido en sus primeros 1000 episodios no sería de extrañar que dentro de unas cuantas temporadas su ficción pueda llegar hasta 1967, año en el que comienza la trama de la serie "Cuéntame cómo pasó". ¿Se dan cuenta, me siguen? ¿No se fijan en que los guionistas de AETR podrían ir tramando situaciones y personajes para enlazar ambas series estrella de La 1?

La idea mola, no me lo nieguen. "Amar en tiempos revueltos" disolviéndose en "Cuéntame". Antonio Alcántara Barbadillo nació en 1926, así que ya tiene 26 añazos durante la época en que transcurre la temporada actual de AETR, ¿por qué no ir introduciéndolo ya como personaje secundario en la telenovela de sobremesa? Podría ser un nuevo amigo de Rosa o tener algo que ver con la comisaría de Policía. Podríamos ver en alguna secuencia a los recien casados Antonio y Mercedes empujar un carrito de niño dentro del que va un Toni de dos años, todavía lejano al activista que está metido en la LCR en la serie de por las noches. El padre Froilán (CCP) podría ser el hermano menor del padre Gaitán (AETR). ¿Por qué no van buscando a la actriz que pudiera ser María Galiana veinte años más joven e interpretar a una Herminia cincuentañera que por cualquier motivo tiene que abandonar una temporada su Sagrillas natal y venirse a Madrid?

"Amar en tiempos revueltos" encadenado con "Cuéntame cómo paso" conformaría el gran libro de Historia del siglo XX realizado por TVE. Y, si tuviera éxito la idea, ¿por qué no prolongar "La señora" hasta que enlace con AETR? ¡Qué gran idea! ¿Por qué no prolongar "Águila Roja" para que enlace con "La señora"? ¿Por qué no crear una línea genealógica en donde se demuestre que Carlitos Alcántara es descendiente directo de Gonzalo de Montalvo?.

7/1/10

SOLO UN SPOTITO

Nah, no me lo creo; seguro que eso de que TVE ha dejado de emitir publicidad no es más que un propósito de año nuevo de los que nunca se cumplen. No solamente las personas nos juramos acudir al gimnasio o tomar menos grasas cuando llega el 1 de enero. También las cadenas televisivas aprovechan las campanadas para hacerse solemnes promesas: "Yo, Telecinco, voy a esforzarme todo el año por tomarle planos a Belén Esteban en donde no se note que le dejaron la nariz asimétrica", "Yo, Antena 3, celebraré el 20 aniversario de ‘Los Simpsons’ reponiendo menos veces los capítulos de ‘Los Simpsons’". "Y yo, TVE, juro que este año dejo de verdad la publicidad para siempre, de raíz, desde la primera imagen de 2010". Pero no es tan fácil: un estudio publicado en "Proceedings of the American Inverosimil Academy of Sciences" señala que sólo un 6% de las cadenas que se proponen dejar la publicidad por su cuenta lo consiguen, de manera que el 94% restante o bien recae tarde o temprano en ese vicio, o bien necesita acudir a especialistas para conseguir superar su adicción a decirle a la gente lo que tiene que comprar.

Así que yo he decidido comenzar a espiar secretamente a TVE para intentar pillarle emitiendo un anuncio, aunque sea sólo uno. Obviamente, no lo va a hacer en medio del prime time de "Un canguro super duro" ya que lo vería todo el mundo. Pero estoy seguro de que si soy paciente acabaré cazando a nuestra cadena pública echándose un spotito a altas horas de la noche, en medio del "Teledeporte" de La 2 que comienza a las 2:30 de la mañana, en la reemisión de "El escarabajo verde" que emiten en el Canal 24h, entre Telediario Internacional y Telediario Internacional del Canal Internacional. Fijo que en algún momento TVE mira a todas partes, se asegura que nadie la está viendo y, ahhh, emite algún viejo anuncio de detergente o telefonía móvil. Y después ventila bien para que nadie lo pueda notar. Pero yo estaré ahí para verlo, chivarme a las cadenas privadas y ofrecerle la ayuda profesional que sin duda necesita.

6/1/10

INQUIETANTE CONJETURA

Ya lo han conseguido. Me cae mal “Águila roja”, esa serie de aventuras y misterio ambientada en el siglo XVII y protagonizada por Gonzalo de Montalvo, maestro de día y justiciero enmascarado de noche. Lo cierto es que me gusta la ambientación de “Águila roja”, me hacen gracia los personajes, me entretiene la trama y me lo paso bien con un producto que mezcla acción, romance y chiripitifláuticas intrigas. Pero TVE ha conseguido que “Águila roja” me caiga mal a golpe de promoción. De acuerdo, TVE ya no emite publicidad de bancos de color naranja o de absurdas colonias de nombre impronunciable, pero a cambio nos tortura con el autobombo. ¿No podría TVE poner imágenes de los leones del Serengeti, en vez de promocionar hasta la náusea sus productos?

Si esto sigue así, puede que acabemos echando de menos al banco de color naranja y a las colonias con nombres raros. Bueno, estoy exagerando. La autopromoción es una forma de rellenar minutos de programación y, de paso, intentar que el espectador no olvide que ya está aquí la segunda temporada de “Águila roja”. Vale. Otra cosa es que la autopromoción termine pareciéndose mucho a aquel capítulo de “Los Simpsons” en el que Bart tuvo que copiar cien veces en la pizarra: “No derrocharé la tiza”. Es decir, parece que TVE está dispuesta a copiar cien veces en la pizarra: “No derrocharé el tiempo emitiendo publicidad”, mientras gasta la tiza recordándonos que ya está aquí la nueva temporada de “Águila roja”. También es cierto que ahora podemos ver en TVE películas como “Piratas del Caribe” sin anuncios de bancos de color naranja, e incluso sin que aparezca por ahí “Águila roja”, pero los títulos de crédito finales de la película se siguen cortando con la habitual falta de sensibilidad, entendimiento y razón.

Hagamos una conjetura o, como dirían los chicos de “Bones”, un salto cualitativo. Si TVE sustituye los pesadísimos anuncios del banco de color naranja por las pesadísimas autopromociones de “Águila roja”, y si sigue despreciando el cine hasta el punto de mutilar los títulos de crédito de las películas, volveremos a ver a Ramón García (y su capa) presentando las campanadas de la próxima Nochevieja. Inquietante, ¿eh?

5/1/10

ALIENÍGENAS, MUTANTES, ZOMBIS Y FAMOSOS



Qué más quisiera yo que la invasión fuera de alienígenas, mutantes, zombis o alienígenas mutantes zombis. Pero no: la invasión es de famosos. Saltaron de las galas y los magacines, sus ecosistemas televisivos naturales, para ocuparlo todo. Y una vez que llegan a un lugar no lo abandonan jamás. Entraron en los anuncios hace muchos años y ahí siguen. Irrumpieron en los concursos y cada vez es más difícil ver uno en el que no incrusten un famoso de compañero del pobre concursante. Son capaces de colonizar los realities que les pongan por delante, de empotrarse en cualquier programa de apadrinamiento que se ponga a tiro, de ocupar el puesto de contertulio para hablar de sí mismos, de protagonizar reportajes de viajes a cualquier lugar del mundo. Y las bromas de cámara oculta, ese reducto que hasta ahora los famosos habían pisado con cortesía en el especial “Inocente, inocente”, acaban de caer en sus garras. Dirán en laSexta que fueron sólo dos entregas y ya se acabó. Sí, sí, qué más quisiera yo.

Que los alienígenas, mutantes, zombis o alienígenas mutantes zombis se hicieran pasar por humanos sería una trampa de la que podría escaparse una vez descubierta la impostura. Pero, ¿qué hacemos cuando los famosos quieren mezclarse con nosotros, simples humanos mortales, cuando se hacen pasar por gente normal y corriente como hicieron estos días en “¡Qué más quisiera yo!”? Lo que ellos pretenden es que descubramos el truco y nos quedemos con la cara de pasmo que pusieron quienes se encontraron con Ana Obregón de cajera, Antonio Lobato de quiosquero, Carlos Sobera de ferretero o Francis Lorenzo de taxista. Pero eso no es descubrir el truco, es caer en él. Porque lo cierto es que los famosos, por muy famosos que sean y por mucho que sean capaces de colonizar todo el territorio televisivo hasta llegar al “Telediario”, son humanos mortales como usted y yo. No son alienígenas, mutantes, zombis ni alienígenas mutantes zombis; qué más quisieran ellos.

4/1/10

NEGRO Y ORGULLOSO



“Negro y orgulloso” cantaba James Brown en “La noche temática”. “Negro y orgulloso” proclamaba Mr. Dinamita en una noche inolvidable de La 2. “Negro y orgulloso” coreaba la multitud extasiada siguiendo al Padrino del soul la noche en que los blancos que mirábamos desde el sofá nos moríamos de envidia por poder sentirnos negros y orgullosos de serlo. Fue anteayer, dos de enero, día de San Basilio el Grande. El obispo que en el siglo IV inició en la carrera eclesiástica a Evagrio Póntico. El monje que hizo la lista de tentaciones que inspiró a San Gregorio Magno. El Papa que en el siglo VI estableció los siete pecados capitales. Los pecados entre los que se encuentra la pecaminosa envidia que yo sentía por ser negro. El color de piel con el se distingue a los camitas. Los descendientes de Cam. El hijo de Noé que se rió de su padre. El hombre que se emborrachó tras el Diluvio según un pasaje de la Biblia. El texto sagrado que sirvió al cristianismo para justificar la captura y esclavitud de los abuelos de James Brown. El hombre que se cansó del desprecio blanco y pecó cantando “Negro y orgulloso”.

La vida, la tele y los pecados dan muchas vueltas. Hace unos días pudimos verlo en el capítulo “La soberbia” emitido por Canal Historia dentro de la estupenda serie “Los siete pecados capitales”. En su inicio se consideró que la soberbia es el peor de los pecados capitales pues es la puerta por la que se accede a todos los demás. Por soberbia cayó Lucifer y pecó Adán. Lutero se apartó de Roma para denunciar la soberbia del papado. Las cadenas, orgullosas de sus programas, los reemiten, refríen y agrupan en noches especiales como hizo Cuatro con “House” el otro día. House, el médico que se enfrenta a Dios, blanco y orgulloso de ser el más orgulloso en tan orgullosa cadena, es el ejemplo de lo que mostraba Canal Historia: la soberbia ya no es hoy el pecado que era. Y si la puerta de todos los pecados ya no es pecado, es que ya no hay pecados.

MARATÓN EN NOCHEVIEJA

Belén Esteban es persa. Anne Igartiburu es ateniense. Y las campanadas de la última Nochevieja han sido la batalla de Maratón. El imperio de la telebasura vivía una etapa de expansión bajo el poder absoluto de Telecinco y necesitaba conquistar una plaza de altísimo valor geoestratégico: la retransmisión de las doce campanadas, en poder de la televisión pública desde los legendarios tiempos del arcaico rey Ramón García. El año elegido fue 2009. El emperador persa Jorge Javier se sentía fuerte por la consecución de un premio Ondas y, dispuesto a rendir el sitio de la medianoche del 31de diciembre, envió a la Puerta del Sol un ejército comandado por la guerrera choni-poligonera más sanguinaria de la historia, el epítome de la ordinariez, la Darío I del marujeo y los gases televisivos, es decir, Belén Esteban. La mítica comandante se presentó con un vestido azul eléctrico recuerdo de sus campañas por los Carrefour, una careta nueva que añadir a sus habituales máscaras del terror, y su voz chillona y sus lágrimas a flor del borde libre del párpado inferior como armas de destrucción masiva.

Advertidos de las intenciones del enemigo, La 1 optó por confiar su defensa a la brillante estratega ateniense Anne Igartiburu, que últimamente se había ganado una sólida reputación como guerrera pija de marca, experta en crónicas del corazón melifluas y cursis, notable experta en todas las tácticas pastelosas y afectadas. A pesar del frío reinante, la comandante del ejército de TVE llevaba sus hombros desnudos dando paso a un vestido rojo fosforito que potenciaba todos sus movimientos ofensivos. Con el sonido de las campanadas estalló la madre de todas las batallas entre chonis y pijas, el enfrentamiento que podría cambiar para siempre la historia de la televisión rindiendo el mundo a Telecinco o, por el contrario, obligándole a replegarse. Y en contra de todos los augurios, ganó Atenas, La 1, Igartiburu, con una victoria arrasadora sobre las huestes de la persa Esteban. Maratón tuvo lugar el día de San Silvestre. La 1 derrotó a la barbarie y pudo dar comienzo a sus siglos gloriosos. La Historia siguió su curso.

3/1/10

VEO, VEO

Como cada nuevo año, dedico un artículo a hacer predicciones sobre la tele. Es mi artículo favorito porque afirmo que soy vidente y tengo poderes por la misma poderosa razón por la que lo afirman los demás: porque sí, porque me sale de las narices, porque nadie comprueba estas cosas, porque nadie pide que se demuestren, porque tengo mucho morro, porque mola creerse superior a esa pobre chusma que no tiene poderes, porque puedo decir lo que me da la gana sin tener que dar explicaciones a nadie, porque si acierto soy la de Dios y los que creen gilichorradas me harán donativos (o sea, dinero negro que no se declara a Hacienda), porque si fallo sigo siendo la de Dios y los que creen gilichorradas no lo tendrán en cuenta y seguirán creyendo sin denunciarme por timador (hay que tomar la precaución de no cobrar y no emitir factura porque así no hay pruebas del delito. Recuerden: sólo donativos como hacen los caras de Bélmez con las caras de Bélmez). Allá voy.

Veo, veo que este año habrá grandes cambios. Recibo señales misteriosas que me hacen ver que los viejos televisores analógicos serán castigados por sus pecados y dejarán de funcionar a no ser que, en honor al Dios de la televisión, se encienda ante ellos (en un altar denominado “descodificador TDT”) una pequeña luz verde que cuando se apaga se queda roja. También veo que la ira de Santa Publicidad se volverá contra la impía Televisión Española, que cada vez dispondrá de menos dinero a no ser que vuelva al redil y lance de nuevo plegarias, mantras y jaculatorias de veinte segundos empaquetadas en pausas publicitarias. Y veo que habrá programas nuevos que, en cuanto los índices de audiencia digan si triunfaron o fracasaron, diré aguantando la risa que yo ya lo sabía porque lo había visto en su aura, pero que los demás no lo ven porque no tienen poderes.

Hala, se me acabó el chollo. Recuerden que no les cobro nada por este artículo pero admito donativos. El año que viene, más.

2/1/10

LA ÚLTIMA NOCHEVIEJA DE LA HISTORIA

No sigamos engañándonos: la Nochevieja y la televisión ya no hacen buena pareja. Quizá lo hicieron en el pasado, cuando la pantalla podía facilitar el ruido y las imágenes de fondo de largas fiestas y reuniones familiares. Pero en el siglo XXI los programadores saben que la última noche del año nadie la pasa delante de un televisor, y si la pasa delante de un televisor no le presta ninguna atención, y si la pasa delante de un televisor y le presta algo de atención se encuentra tan saturado de alfajores, cava y cuñados que sencillamente ya le da igual ocho que ochenta, Cuatro que Telecinco y Carlos Baute que B.B.King. Así que todas se rinden, confían la programación del 31 de diciembre al becario infracontratado o relocalizan sus esfuerzos en la Nochebuena. ¿Todas? No, una cadena poblada por irreductibles programadores resiste heroicamente el paso de las décadas. Su carácter público no le deja otra opción.

- TVE: Y es que, nos pongamos como nos pongamos, esta última Nochevieja ha supuesto una nueva gran victoria para La 1. José Mota entregó un especial con dos o tres momentos brillantes, -la imitación del rey imitando a Bustamante, Pajares o Gila; la parodia de "La ventana indiscreta" con Josemi y Mariñas-, y la peña de "Cuéntame" actuó como hilo conductor de la noche en la que la televisión pública dejó de emitir publicidad para siempre y acometió una nueva etapa de reformas que hará que pronto no la reconozca ni Raffaella Carrá. De forma simbólica y con muchos niveles de lectura, el "Feliz 2010" no fue una gala de producción nueva sino un divertido refrito friki de cuarenta años de galas. De Cassen a Chiquito de la Calzada. De Los Tres Sudamericanos a El Canto del Loco. Mensaje entendido: más que dar la bienvenida a un futuro esperanzador pero incierto, TVE quiso dar la despedida a toda la historia pasada.

- Antena 3: ¿Antena 3, Antena 3? ¿Hubo programación de Antena 3 en Nochevieja? Ah, sí, un gélido espacio en donde triunfitos y alrededores tenían que seguir cantando mientras les estaban tirando pelotas a la cabeza. Unas campanadas retransmitidas por esta chica... sí, hombre... la de... es que ahora no me sale el nombre, y este tío... sí, bah... que presentó una vez... ahora no caigo en cómo se llama. Un programa de recortes cuyo nombre empezaba por "Bailando" y terminaba por "2010". Falete estaba en el jurado del programa de triunfitos. ¿Acaso no había sido suficientemente duro el año 2009? ¿Había alguna necesidad de seguir haciendo daño hasta el final?

- Cuatro: Se le ocurrió a algún creativo de Cuatro mientras temblaba de miedo pensando en Berlusconi. Y estuvo muy bien pensado: "¿Quién se adueña celosamente del mando a distancia durante la cenas de Nochevieja? ¡Los adolescentes! ¿Para quién hay que programar entonces durante esa noche? ¡Para los adolescentes! ¿Tenemos algo en nuestra cadena que devoren los adolescentes? ¡Sí, ‘Fama, a bailar’! Pues toma ‘Nochevieja, a bailar’ hasta que les salgan los pastelitos de gloria por todos los agujeros de los piercings a la chavalería".

- Telecinco: Se le ocurrió a algún creativo de Telecinco mientras se desternillaba de risa pensando en algún creativo de Cuatro que estuviera temblando de miedo pensando en Berlusconi. Y estuvo muy mal pensado: "La no nariz de Belén Esteban nos salvará la noche. Pongamos el neorrostro de la Artista que Anteriormente Tenía la Cara de Belén Esteban a retransmitir las campanadas y el pueblo volverá a ponerse a nuestros pies como hace todos los días mientras duermen la siesta estando despiertos. ¿Y antes de eso? Lo que sea, "La que se avecina" mismamente. ¿Y después de eso? Lo que sea, caspa y roscos de vino con una gala subprime presentada por Paz Padilla y Joaquín Prats, Jr mismamente". Minuto patético de la noche: Jorge Javier Ondas gritando asomado al balcón, intentando saludar a Anne Igartiburu que también se encontraba presentando las campanadas para La 1 desde alguna ventana cercana de la Puerta del Sol.

- laSexta: ¿Estaba yo también demasiado cocido de alfajores, cava y cuñados o es que de verdad laSexta emitió en dos momentos de la noche el mismo "The very best of El intermedio"? ¿Se puede permitir una cadena que no acaba de arrancar un bajón de tensión fiestera como el de "Adiós, 2009, adiós"? Y, sobre todo, ¿cabe alguna fusión entre una cadena que emite el peor programa de la noche ("Canta si puedes", Antena 3) y otra que acertó con el mejor espacio que han visto las Nocheviejas de este milenio ("Cómo superar el fin de año con Berto Romero y Ana Morgade", laSexta). Los canales se fusionan, TVE inicia una nueva etapa sin publicidad y las cadenas pasan de la Nochevieja. No importa: en los momentos de incertidumbre siempre podremos aferrarnos a la sí nariz de Berto.

TELEVISIÓN POR VÍA CONJUNTIVAL

Las serpientes de verano ya no emigran a África en invierno. Ahora se quedan aquí y se alimentan en los vertederos como hacen las cigüeñas. Y qué bonitas serpientitas crían. Vean ésta: se ha detectado que los jóvenes consumen droga a través del ojo. O sea, lo que llevamos haciendo sesenta años con la tele, se hace ahora con el LSD, la versión sintética del cornezuelo del centeno con el que alucinaban los griegos en los Misterios de Eleusis. No lo aseguro, pero la madre de esta serpiente parecer ser ésa que dice que los jóvenes beben en la calle: justo lo que los pueblos mediterráneos llevan haciendo desde el neolítico, sólo que ahora se llama “botellón”. Qué horror. Es que hay que ver, los jóvenes cómo son.

La población española consume actualmente una media de 227 minutos diarios de televisión por vía conjuntival. Un tripi de 3 horas y 47 minutos da para alucinar que lo flipas. La media mundial está en tres horas, pero como aquí sigue creciendo el consumo, nuestro referente es Kuwait, donde se meten más de 5 horas diarias entre ojo y espalda. Después de esto la realidad no parece real, pero eso ya es culpa de la realidad. Que se fastidie.

Este consumo puede causar problemas, así que intentamos solucionarlo acostumbrando a los niños desde pequeños. Los especialistas señalan que eso no está bien, pero es que los especialistas son unos pesados. Ahora dice la Asociación Española de Pediatría que cada hora de tele en menores de 3 años incrementa la probabilidad de que surjan trastornos de atención a los 7 años. Y la Universidad de Albany (Nueva York) advierte de que incluso tener la tele encendida de fondo aumenta la agresividad en menores de 3 años y es un predictor de futuros problemas serios. Bueno, es lo que tiene convertir a los menores en adictos al zapping, un policonsumo que salta a la vista.