30/11/11

DIEZ MIL CARCAJADAS

El imprescindible Martin Gardner sostiene en “La ciencia. Lo bueno, lo malo y lo falso” que es inútil imponer controles a la difusión de la pseudociencia, y que pretender que los argumentos puedan con las creencias es como pretender escribir sobre el agua. Si un fundamentalista protestante está convencido de que la Tierra fue creada hace seis mil años y de que todos los fósiles constituyen registros de la vida que floreció antes del Diluvio Universal, nada de lo que se le diga ejercerá el más mínimo efecto sobre sus creencias. Por eso, ante las excentricidades pseudocientíficas Gardner adopta el consejo de H. L. Mencken: una carcajada vale por diez mil silogismos.

“Más allá de la vida” (Telecinco, claro) es un insulto a la razón en el que la farsante Anne Germain ahora simula poner en contacto a famosos imbéciles con sus seres queridos muertos. La semana pasada, Ana Obregón apuró las últimas gotas de dignidad que le quedaban al mostrar su rostro compungido y lloroso mientras nos quería hacer creer que, a través de la farsante, entraba en contacto con el alma o lo que sea de Antonio Martín, el jugador de baloncesto muerto en un accidente de tráfico con el que, según parece, la grimosa Ana había tenido una relación. ¿Qué se puede decir de este espectáculo? ¿Qué argumentos harían ver a los fundamentalistas del “todo vale” que “Más allá de la vida” no es ni siquiera una aberración pseudocientífica, sino una basura inmoral, un fraude a los espectadores, un espectáculo bochornoso que debería revolver el estómago de sus responsables? Es inútil hablar de control. Es inútil argumentar. Pero mientras Ana Obregón se esforzaba por parecer emocionada y la farsante improvisaba frases perfectamente ridículas, un letrerito nos advertía de que “a continuación, Anne Germain intentará contactar con algún familiar fallecido de Chiquito de la Calzada”. Y hasta ahí llegó el cabreo.

¿Control a la difusión de basuras como “Más allá de la vida”? No. ¿Argumentos contra la barbarie del “todo vale” en el mundo del espectáculo? Tampoco. La solución está en la carcajada. “Más allá de la vida” es un programa de humor, un club de la comedia cutre, una frikada dirigida a los fanáticos de “Big Bang”. Una carcajada vale por diez mil silogismos. Y diez mil carcajadas, ni te cuento.

29/11/11

YO Y SUPERNANNY

Hola, Supernanny, me llamo Jonathan. Me llamo igual que el hijo de Aída que sale en Telecinco los domingos por la noche, ese que vive en Esperanza Sur con el Luisma y la Lore, solo que yo no soy tan mayor como él. Yo soy más pequeño pero de mayor voy a ser como él. Lo que a mí me pasa es que vi ese programa tuyo de Cuatro y me gusta mucho. Vas, haces juegos de ganar puntos, juegos de poner la mesa divirtiéndose en vez de tener que ponerla con gritos y también juegas a ponerse la ropa uno solo como si fuera mayor y haces cosas así que molan pilísima y a mí me gustaría que vinieras a mi casa a hacerlas para jugar y pasarlo bien como lo haces en la tele. Es que en mi casa no hacemos cosas así de guays y a veces me aburro.

Hace mucho que te conozco de la tele porque yo en la habitación tengo tele y pongo lo que me da la gana, que para eso la tele es mía y está en mi habitación y yo en mi habitación hago lo que me da la gana, que para eso la habitación es mía. Desde que era más pequeño me gustaba ver en la tele cómo los niños gritaban y pataleaban igual que hago yo. Y veía que tampoco hacían lo que les mandaban, ni comían lo que les mandaban ni nada igual que hago yo. Así que me gustaba. Pero los niños de la tele eran unos suertudos porque luego aprendían a jugar a cosas nuevas contigo, y a cosas de mayores. Y yo no puedo jugar a eso que tú haces y jugar a ser mayor, porque en mi casa nadie juega a eso conmigo. Y lo que yo quiero es jugar a eso.

Pedí a mis padres te llamaran para que vinieras, pero nada. Dicen que son tonterías. Tampoco quieren ver el programa para aprender a jugar ellos conmigo a que ellos son Supernanny y yo el niño que gana puntos. No quieren porque dicen que en la tele ven otros programas que hay de mayores que les gustan más. Pues bueno, yo te escribo para que vengas y jugamos yo y tú juntos. Y ellos que se lo pierdan y que se fastidien.

28/11/11

EL QUE PIENSA... ¡PIERDE!

La escultura “El Pensador” que hizo Augusto Rodin en bronce no es de un estudioso, de un científico, de un filósofo, de un tío que sabe mucho y por eso piensa tanto. Esa famosa imagen de un señor en esa postura tan mala para la columna que hace que duela tanto la espalda nos representa a todos. A usted, a ese, a aquel, a mí; a todos. Todos somos pensadores, como apunta (y dispara) el filósofo Gustavo Bueno cada vez que alguien le llama “pensador”. Lo que pasa es que, eso sí, pensamos en cosas diferentes y con diferente rigor.

Les Luthiers, en su número “La tanda”, cuentan que la imaginaria cadena de televisión Televicio emite como broche de gala del inexistente programa “La kermesse de los sábados”, el sensacional entretenimiento “El que piensa… ¡pierde!”. ¿Hay en nuestra televisión espacios similares en los que gana quien no piensa? No exactamente. Por definición, en todos los programas hay que pensar; así que no se gana o pierde según si se piensa o no, sino según qué se piensa. Esa es la clave: qué es lo que pensamos.

Vean este anuncio: “Sálvame te pone a prueba. Descubre todo lo que sabes del mundo rosa con este original juego de mesa para toda la familia. Juega con Sálvame y demuestra tu capacidad como colaborador del programa”. Y vean este: “Sálvate del aburrimiento y acércate a tus personajes favoritos del corazón. Conoce realmente cómo son y todas sus anécdotas más interesantes con la revista Sálvame”. Quien tenga poco con 20 horas de programación semanal de “Sálvame” puede pagar por el juego y la revista para completar una vida feliz. Y si se pone a prueba, descubre que lo sabe todo del mundo rosa, demuestra su capacidad como colaborador del programa, conoce realmente cómo son y sabe las anécdotas más interesantes de los personajes del corazón, entonces, no hay duda: quien llena su vida con esto, quien en esto piensa… ¡pierde!

27/11/11

QUITÁNDOLE LAS PARTES ABURRIDAS

Internet es como Liberace: te ofrece la realidad pero quitándole las partes aburridas. La posteridad ha sido cruel con Wladziu Valentino Liberace, el más excelente pianista con el peor gusto de la historia, al cual ya nadie recuerda a pesar de que durante los años 60 y 70 fue el showman mejor pagado del planeta. Liberace tenía una formación musical clásica, pero su éxito le sobrevino cuando sacó del armario al hortera sin límites y con lentejuelas que llevaba dentro, y empezó a interpretar música clásica “quitándole las partes aburridas” en Las Vegas. Algunas sonatas de Chopin mezclaban entre sí sus líneas más conocidas. Hacía arreglos de Tchaikovsky que hubieran avergonzado a Luis Cobos, en medio de envolturas orquestales hiperglucémicas, tocando, -con una media de tres coma seis anillos por dedo-, pianos excesivos para el mismísimo Elton John. Habría convertido el Requiem de Mozart en una pieza pop de 3:30 minutos.

Liberace quitaba las partes aburridas a la música clásica; Internet se las quita a la televisión. Puedes cenarte la hora entera que dura “El intermedio” o dedicar diez minutos al día siguiente a ver en su página web los momentos que tuvieron interés en el programa. Puedes terminar la semana con dos horas y media de “Pekín Express” o comenzarla con un resumen de veinte minutos en la pantalla del ordenador. ¿Alguien me puede explicar qué sentido tiene aplastarse en el sofá con las ocho mil horas de cada “Tu cara me suena”, -juro que el tema de la columna de hoy era “Tu cara me suena” aunque haya que haber esperado un poquito para llegar a él-, cuando la misma Antena 3 ofrece en la red las actuaciones aisladas de cada concursante, que es al fin y al cabo a lo que queda reducido “Tu cara me suena” cuando le quitas las partes aburridas?

Nos vamos acercando a la final de un concurso que sería divertido si durase media hora. ¿Por qué no le cardan el pelo a Santiago Segura y le ponen a interpretar a Liberace? Es cierto que el difunto pianista no cantaba, pero, bueno, Torrente tampoco, ¿no?.

26/11/11

UN JET CLIPPER SOBREVUELA CHICAGO

Son los Estados Unidos un país muy rarito. No se entiende desde Europa la forma tan postcasitodo que tienen de mezclar la ficción con la realidad. Fíjense en dos series recientes, dos de las apuestas más importantes para la temporada 2011-12: “Pan-Am” y “Boss”. La primera transcurre en los años 60 a través de tramas llenas de romance, corrupción, espionaje y terribles secretos dentro de la más importante aerolínea internacional de la historia. “Boss” se centra en un supuesto alcalde demócrata de Chicago actual, un personaje oscuro y ambicioso afectado de una enfermedad neurológica degenerativa que intenta ocultar a su entorno para poder mantener vivas sus tramas de intereses políticos y familiares.

¿Entienden a lo que me refiero? Pan-Am fue una empresa real, poderosísima y real. Chicago es una ciudad real, y el Partido Democráta es, -al menos mientras escribo estas líneas-, un partido político real. ¿Se imaginan este tipo de series en España? “Cola-Cao”, amor y corrupción dentro del mundo del cacao soluble en la España de los años 70. “Mirinda”, todo el país disfrutaba de sus variedades de naranja y de limón y de sus singles a 45 rpm, pero en las alturas de la empresa las pasiones más atormentadas y las tramas económicas más inconfesables marcaban el día a día de una generación de ejecutivos cuya dureza nunca fue superada. “Baranda”, la adicción a las drogas del alcalde socialista de Barcelona amenaza con provocar un terremoto en la escena política catalana. “Shiquilla”, la victoria municipal del Partido Popular en Sevilla obliga a la nueva alcaldesa a aplazar sus planes de divorcio y seguir adelante con una familia marcada por el odio entre todos sus miembros. Cada capítulo provocaría furibundos comentarios. Cada temporada daría lugar a demandas multimillonarias. Mientras “Crematorio” tiene que inventar un pueblo ficticio y no citar nunca el nombre de un partido político, un Jet Clipper de la Pan-Am sobrevuela Chicago sin que a nadie le importe. Es Estados Unidos. Es entretenimiento.

25/11/11

ALÉGRANOS EL DÍA, JORDI

No puede ser: la polémica de “La noria” pierde fuelle. Empezó muy arriba, con el anuncio de la entrevista a la cuca madre de “El Cuco”. Subió con la llamada a los anunciantes para que se retiraran de un programa que paga (y premia. Y no es la primera vez) a personajes así. Y tocó el cielo cuando Jordi González empezó a responder con ese salero suyo a las primeras empresas que consideraron que era mejor para sus intereses comerciales no buscar clientes entre los espectadores de “La noria”, sino buscarlos entre los que no lo somos. Pero aunque ya se marcharon todos los anunciantes y el programa pierde, al parecer, más de un cuarto de millón de euros en publicidad cada sábado, alguien le echó el alto a González, que no volvió a decir este ‘tweet’ lo mando yo ni esta boca es mía. Y, claro, así la polémica pierde fuelle.

Ahora quienes defienden lo indefendible son otros, como su colega Mercedes Milá (que anda de promoción por la casa y hace una semana se subió a “La noria”) o su tertuliana María Antonia Iglesias (que en la cima del pensamiento lógico-proposicional apuntó que detrás de nuestro cabreo hay un oscuro contubernio contra el programa porque su “debate político” es “muy incómodo para la derecha”). Lo que dicen no está mal. Si te las tomas con humor, es divertido ver qué cosas dicen (¡qué cosas, mare mía!). Pero sin duda era mejor cuando el que largaba era González tratando de apagar el fuego con gasolina.

¿Se acuerdan de aquello tan poético de que “cuando el sabio señala la luna, el tonto mira al dedo”? Pues tras la entrevista a la cuca madre, nuestro Jordi atizó a quienes mirábamos con asombro el dinero con el que pagaron (y premiaron) a la señora diciendo esta hermosura: “Cuando a un imbécil le señalas la luna, se fija en el dedo”. Milá dice: “Lecciones, las mínimas”, Iglesias quita hierro diciendo que el dinero pagado “no hace rico a nadie”. Y están bien, pero no son lo mismo. Jordi, habla y alégranos el día.

24/11/11

PERMANEZCAN ATENTOS A SUS PANTALLAS

Mira tú qué bien. Va Mercedes Milá y encarga a los concursantes de “El comecocos” (tardes de Cuatro) que improvisen un discurso denunciando cómo hay negocios fraudulentos que aprovechan programas de televisión con mucha audiencia para lanzar sus productos tramposos al mercado. Como hizo en su día Power Balance en “Gran hermano”, por ejemplo. O, si no, va Milá y dedica un “Diario de” (antes en Telecinco, ahora en Cuatro) a denunciar un nuevo timo que atenaza nuestra sociedad: el sangrante fraude de las pulseras amuleto, que para aumentar sus ventas pagó a famosos para que las exhibieran y se aprovechó de los que eran tan incautos que se las ponían por sí mismos (por cierto, ¿aclarará en cuál de los dos grupos cayó Mercedes Milá?).

Anda que no molaría. Va Pablo Motos y dedica unos minutos de “El hormiguero” (noches de Cuatro) a hacer una broma de las suyas con las Power Balance. Igual que en su día las promocionó dejándose ver con una pulserita de estas, ahora podía hacer que un invitado cantara una canción a la gilipollez que supone usarlas mientras él toca la guitarra. O podía poner a Marron a hacer una prueba loca con y sin pulsera para demostrar que en cualquiera de los dos casos se va a matar. O se la hace comer al Hombre de negro a ver si levita. Qué se yo, algo.

Pues, ya puestos, podría ser que Íker Jiménez investigara en “Cuarto milenio” (noche del domingo, en Cuatro) el milagroso caso de la prodigiosa empresa que se hizo de oro vendiendo pulseras milagro envueltas en publicidad fraudulenta, y, ¡oh, nave del misterio misterioso!, ahora está en quiebra arruinada porque se le acumulan las denuncias, las demandas, las sentencias judiciales, las multas y las indemnizaciones millonarias por todo el mundo. Además, a Jiménez le saldría muy bien analizar este desconcertante, extraño y abracadabrante asunto si lo abordara luciendo su famoso ajuar de Power Balance que le garantiza que bla, bla, bla. Permanecemos atentos a nuestras pantallas.

23/11/11

SIEMPRE LLUEVE EN SEATTLE

Nunca llueve en el sur de California, y siempre llueve en Seattle. Al menos, eso es lo que dice la canción de Albert Hammond y lo que se ve en la serie “The Killing” (laSexta). Siempre llueve en Seattle. Nadie sonríe en Seattle. La policía descubrió el cadáver de Rosie Larsen en el maletero de un coche, y la detective Sarah Linden sacrifica su vida personal y embarra su futuro para encontrar al asesino. Y sigue lloviendo.

“The Killing” es una serie norteamericana basada en la serie danesa “Forbrydelsen”, y si una es buena, la otra es mejor. Y viceversa. Muchos comparan “The Killing” con “Twin Peaks”, la inolvidable obra maestra de David Lynch, pero la gran diferencia entre las dos series es que en “The Killing” la lluvia empapa hasta los huesos del espectador, mientras que en “Twin Peaks” la lluvia sólo empapaba el entendimiento. “The Killing” es a “Twin Peaks” lo que “Alien” es a “2001: una odisea del espacio”. Los camioneros del espacio de “Alien” no tienen nada que ver con los limpísimos astronautas de “2001: una odisea del espacio”, y la detective Sarah Linden está muy lejos del detective Dale Cooper. En “The Killing” es inimaginable un personaje como “la mujer del leño” porque “The Killing” es más sucia que “Twin Peaks”. Y eso quiere decir que nada de lo que ocurre en “The Killing” nos es ajeno.

“The Killing” es un lúcido vistazo a la suciedad de nuestro mundo. Y, como dice Mary Douglas en “Pureza y peligro”, donde hay suciedad hay sistema. La suciedad es el subproducto de la ordenación y la clasificación, en la medida en que en que el orden implica rechazar los elementos inadecuados. La detective Sarah Linden no encaja en el sistema (fracasa como madre y como compañera) porque su vida es una lucha contra los subproductos de una sociedad obsesionada con el orden. Los padres de Rosie, una adolescente de diecisiete años con una vida menos ordenada de lo que podría parecer, caen en la suciedad del horror, la perplejidad y la venganza porque no entienden que el orden produce monstruos. Sarah, especialista en monstruos y en suciedad, es incapaz de trepar hasta la cima del sistema porque conoce sus subproductos.

Siempre llueve en Seattle. Y sufrimos por Sarah porque no puede ser uno de los nuestros.

22/11/11

22 DE NOVIEMBRE



La primera vez que vi la última campaña televisiva de Movistar me sentí profundamente enfadado. Es mi compañía de telefonía móvil, de forma que al enfado habitual se unía un cierto sentimiento de culpa por estar yo mismo pagando y premiando esa tomadura de pelo. Son esos anuncios en donde aparecen asambleas inequívocamente alusivas al movimiento 15-M debatiendo sobre si los SMS han de ser gratis o no, y la idea de que una multinacional frivolizara y vulgarizara a su favor un movimiento social tan claramente contrario a ella me hacía perder la calma en estos tiempos tan sensibles. Hace falta tener mucha caradura y pensar que el público al que se dirigen es muy imbécil. El profundo enfado se fue convirtiendo en asco. Y como no me gusta consumir productos que me producen asco me acerqué a una tienda Movistar para darme de baja.

La chica me atendía, pero no me entendía. “Si es muy sencillo, quiero borrarme de esta empresa por la sinvergonzonería de sus campañas publicitarias”. “¿Conoce usted nuestras nuevas tarifas? Mirando su perfil... le aseguro que se beneficiaría con nuestra Tarifa Gregorio Samsa o la Tarifa El Ocaso de las Ideologías...”. “Que me da igual, señorita, paso de tarifas y ofertas. Estoy muy enfadado con la compañía y me quiero ir a otra”. “¿Quiere un nuevo teléfono para seguir con nosotros? Mire este nuevo HTG 129-B Android Plus, con conectividad 80x-Gamma, multimedia Sensation Sunshine, internet totalmente gratuito y 512 gigas en una tarjeta IRSQuick”. La chica cogió mi Nokia de 2003 y colocó a su lado el nuevo terminal que me ofrecía. Era de ésos que los acaricias con el dedo para arriba y para abajo y se mueven las cosas que hay en la pantalla. Sonrío. Me miró.

Ya en la calle me sentí especialmente satisfecho. Había expresado claramente mi queja por la vergonzosa campaña publicitaria de Movistar. Me habían tenido que oír. Si todos los usuarios se portasen así las compañías se lo pensarían más antes de... ¡Un momento! ¿Qué pasaba en el bolsillo de mi pantalón? Ah, tengo que acostumbrarme a la vibración de mi nuevo smartphone.

21/11/11

GANÓ WYOMING

Más que ganar, arrasó. Con el 99,94% del escrutinio realizado podemos ya anunciar oficialmente que el Gran Wyoming y su programa “El intermedio” se han llevado de calle las elecciones de ayer domingo en las que se pedía a los ciudadanos que eligiesen el programa de televisión que de una forma más brillante cubrió la campaña electoral para las elecciones generales de ayer domingo. Todas las encuestas previas y la opinión de los principales analistas de nuestro país ya permitían adelantar la victoria de “El intermedio” como mejor programa de televisión durante la campaña del 20-N, pero pocos imaginaban una victoria tan contundente de José Miguel Monzón sobre sus distantes competidores.

¿Cuáles han sido las claves del éxito de Wyoming en esta convocatoria electoral? Principalmente la ventajosa situación de partida de la que arrancó al darse por segura desde el primer momento una victoria demoledora de su partido más odiado. Nada hay mejor para un cómico en una sociedad democrática, -Wyoming, los tertulianos de Intereconomía, quien sea...-, que tener en el poder a tu enemigo político. Pero esta posición ventajosa sólo explica en parte la excelente televisión que hemos podido ver en laSexta a la hora de cenar durante estas dos últimas semanas. “El intermedio” ha de contar con un equipo de verdadero lujo: esos magníficos guionistas y realizadores de vídeos manipulados a los que el programa debería homenajear, ese Gonzo pidiendo a votantes socialistas y populares que fingieran ser del otro bando para una entrevista, hasta el pianistadeparada convirtiendo el programa en un museo de cera siniestro y angustioso.

Wyoming ganó las elecciones al mejor programa de televisión que cubrió las elecciones. Y ahora afronta la dura tarea de ser el mejor programa de televisión que cubra la legistura que ahora comienza. Dado el panorama televisivo actual lo volverá a tener fácil. Sólo tiene que conseguir tener un poco más gracia que “La que se avecina”.

20/11/11

LA COMECOCOS

Hora de cenar del pasado viernes. Se queman los últimos cartuchos de la campaña electoral mientras en Cuatro emiten un fragmento de “La caja Deluxe”, ese invento en el que la fauna del ecosistema de Telecinco se sincera, abre su corazón y agarra un disgusto ante todo el mundo a cambio de recibir alguna íntima satisfacción que compense tanto dolor del espíritu, como, por ejemplo, una buena pasta en la cuenta corriente y la seguridad que da saberse dentro de un negocio rentable que continuará dando dividendos mientras no falten a espectáculos como ese. Lydia Lozano llora a moco tendido y habla de forma entrecortada.

- “Fueron tantos meses, ¡tantos meses! Yo quería parar, ¡quería parar!, efectivamente, en la tele…”

En ese momento, cortan la imagen y tiene que improvisar la continuación del discurso uno de los aspirantes a concursar en “El comecocos”, un programa que estrenará Cuatro mañana por la tarde. Pero en lugar de hablar entre sollozos, el aspirante esboza media sonrisa.

- “…en la tele somos muy mentirosos. Yo no encontré a nadie. Yo simplemente mentí para decirle al mundo que existía la hija de Al Bano, cuando nadie sabe dónde está, si está viva o está muerta. Simplemente fui una mentirosa como todos…”

Faltan diez segundos para que termine la prueba, pero Mercedes Milá, que hace de jueza estrella del casting y hace y deshace a su antojo, salta al escenario.

- “Perdona, hasta aquí podíamos llegar. ¿Pero tú quieres pasar la prueba estando yo aquí y me dices a mí que soy una mentirosa porque trabajo en la televisión, chaval? No me extraña nada que tengas ese número ahí, asqueroso, que llevas. Repugnante, ese 12+1 que te ha traído muy mala suerte porque, perdona, por mi parte estás despedido”.

Vaya por Dios. Para un programa nuevo que podíamos empezar a ver para pasar un rato entretenido, y va la Milá y despide en el preestreno al concursante que más podría animar el cotarro. Pues mala suerte, chavala, estás eliminada.

19/11/11

JORNADA DE REFLEXIÓN

Hoy toca jornada de reflexión, así que tenemos tarea: vigilar que los rayos de luz se reflejen en los espejos con un ángulo similar al ángulo con el que inciden en él, no hacer más estúpidos juegos de palabras como el anterior y analizar qué dio de sí la campaña electoral en la tele.


Sobrevivimos a dos semanas de seguimiento de la campaña electoral hecho con los criterios de la Junta Electoral Central y no con criterios informativos, como nos cansamos de oír a los sufridos presentadores del “Telediario” sin prestar atención a que, pasito a pasito, como quien no quiere la cosa, seguimos yendo hacia atrás, de culo y sin frenos. Como cuando aceptamos como normal que los grandes partidos políticos elaboraran, seleccionaran, montaran y sirvieran sus imágenes a los informativos para que éstos difundieran esos publirreportajes como si fueran noticias. Como cuando nos acostumbramos a que un líder político pudiera comparecer en público para recibir aplausos, elogios y vítores, pero no preguntas. Como cuando dimos por bueno que dos grandes partidos negociaran en secreto para ofrecernos con cuentagotas debates televisivos hechos a medida de sus intereses y no de los de los ciudadanos, debates en los que los periodistas son mejores cuanto menos periodistas parecen y en los que los candidatos van más ensayados que los actores que contrata Telecinco para interpretar el paripé de los casos guionizados que se juzgan en “De buena ley” al final de las mañanas.

Todos estos son motivos de reflexión, pero falta uno: lo desconcertante que resulta oír a quienes quieren ahorrar recortando gastos del Estado, pero cuando se les pregunta por los enormes gastos de la campaña electoral de sus partidos dicen que ‘pasapalabra’, que de eso no saben nada, que no es cosa suya. Será que es nuestra. Como vigilar que los rayos de luz se reflejen en los espejos con un ángulo similar al ángulo de incidencia, no te jode.

18/11/11

LOSE-LOSE SITUATION

En Teoría de Juegos, se denominan “lose-lose situations” a aquellos lances en donde el jugador pierde se comporte como se comporte, juegue como juegue. La marcha de la totalidad de anunciantes del programa “La noria” ha colocado a Telecinco en una “lose-lose situation” tal y como se explica a continuación repasando las dos únicas jugadas que le cabe hacer a Vasile:


- opción 1 - Retirar “La noria” de la programación. Valoración de la jugada: Extremadamente arriesgada. Eliminar el programa de Jordi González de la noche de los sábados sentaría un gravísimo precedente y animaría de forma irrefrenable a los colectivos de espectadores para continuar haciendo este tipo de campañas con otros programa del mismo tono ético que emite la cadena. Ceder a la legítima presión de ciertos grupos de espectadores, -que han sabido presionar inteligentemente a los anunciantes en vez de a la propia cadena-, garantizaría masivas campañas futuras contra “Sálvame”, “Mujeres y hombres y viceversa”, “Enemigos íntimos” y casi toda la programación de Telecinco menos “Pasapalabra”. Ni pensarlo. Hay que mantener “La noria”.

- opción 2 - Mantener “La noria” en la programación. Valoración de la jugada: Extremadamente absurda. Sin anunciantes, “La noria” sólo es una fuente de pérdidas constante en una empresa que se mueve exclusivamente por la obtención de ganancias. Su mantenimiento convertiría a Telecinco en el hazmerreír mundial de las cadenas, y sólo podría excusarse de forma ridícula a la espera de un retorno de la publicidad, que claramente tardará mucho en ocurrir y a costa de un altísimo descrédito para los anunciantes que comiencen a romper el boicot. ¿Pudiendo tener beneficios programando cualquier otra cosa la noche de los sábados van a sufrir pérdidas? Ni pensarlo. Hay que retirar “La noria”.

Vasile debe elegir ahora entre el peligro y el ridículo, entre posibles futuras pérdidas masivas o seguras actuales pérdidas localizadas. Haga lo que haga, pierde. Es una “lose-lose situation” para él. Es una “win-win situation” para la televisión de nuestro país.

17/11/11

LA 2 EXPLICA LA 1

La 2 es la Historia. La 1 es la historia. Estoy seguro, -no estoy seguro para nada; lo que voy a decir a continuación es una auténtica memez, pero es el juego que se me ha ocurrido para hoy después de comerme una hora en blanco delante de la pantalla del ordenador-, de que La 2 se va a pasar tres semanas programando documentales sobre Prehistoria a las 9 de la noche para actuar como el telón de fondo en el que contextualizar las posthistorias que La 1 está contando a esa misma hora. Para arrojar luz sobre ellas. O oscuridad. Como hace la Historia sobre la historia.

No sé si los están siguiendo, pero creo que les gustarían. La semana pasada se emitió “El amanecer del hombre”, una serie que cubre el neolítico, el periodo que va desde los primeros asentamientos a las primeras ciudades imperio. En La 1 se hablaba de la prima de riesgo mientras en La 2 se narraba cómo en las primeras ciudades del creciente fértil los habitantes dormían encima de las tumbas de sus antepasados. Veías a Berlusconi escapar del Parlamento en un coche con las ventanillas tintadas, zapeabas y veías al rey de Uruk asomándose a las terrazas de sus palacios. Esta semana estamos disfrutando de “Homo sapiens”, que comprende 150.000 años de sabios cazadores-recolectores expandiéndose urbi et orbe, -bueno, “urbi” todavía no-. Pepa Bueno habla sobre los últimos mítines de Rubalcaba en La 1 mientras Jacques Malaterre explica cómo todos somos sapiens africanos que hicimos desaparecer a los neandertales europeos cuando nos dejamos caer por este continente helado. Y la próxima semana se programará “La odisea de la especie”: ocho millones de años que van desde el primer homínido hasta el primer hombre. Simultáneamente veremos a Rajoy dando saltitos en el balcón de la calle Génova mientras los australopitecos comienzan a caminar de forma bípeda y a ocupar la sabana.

Si la explicación del presente está en el pasado, entonces la explicación del “Telediario” está en “La odisea de la especie” y la explicación de la historia está en la Historia. La 2 explica La 1. Lo sospechábamos.

16/11/11

ICH BIN...

Cualquier cosa, descompuesta en sus elementos más simples, pierde interés. Lara Croft dice en “Tomb Raider” que en Egipto sólo hay “pirámides y arena”. Así dicho, hasta la fascinante escalera de piedra hacia el cielo que ordenó construir el faraón Keops o el inmenso desierto que acosa la mancha azul y verde del Nilo pierden interés. Algunos dicen que la serie “Pan Am” (Canal +) va de azafatas y es una versión aérea de “Mad Men”. Así dicho, la serie protagonizada por la gran Christina Ricci pierde interés y apetece verla tan poco como viajar al aburrido Egipto de Lara Croft. No seamos tan simples.

El fútbol no es un deporte en el que veintidós tipos en calzoncillos persiguen un balón. La vida en la Tierra es algo más que una aventura basada en la química del carbono. “Pan Am” no va sólo de azafatas, como “Guerra y paz” no va sólo de Rusia o el poema “Ítaca” de Cavafis no va sólo de viajar a la patria de Ulises. Es cierto que para ver “Pan Am” debemos quitarnos de la cabeza muchos años de películas de catástrofes como “Aeropuerto 75” y, sobre todo, hay que hacer un enorme esfuerzo para que el recuerdo de Leslie Nielsen en “Aterriza como puedas” no nos estropee la noche. En “Pan Am” el presidente de los Estados Unidos no salva él solito al mundo libre, como hace Harrison Ford en “Air Force One”, sino que sirve de excusa para que vivamos en Berlín uno de los grandes momentos de la guerra fría: el discurso de Kennedy en el que pronunció el famoso “Ich bin ein Berliner” (“Yo soy un ciudadano de Berlín”). “Pan Am” no es una serie de catástrofes ni de azafatas, como “Urgencias” no era una serie de catástrofes ni de médicos. “Pan Am”, una especie de “Urgencias” del cielo y del mundo, mezcla algo de intriga y espionaje, un poco de psicología básica para vuelos transoceánicos, algunas pinceladas de la vida privada de esas chicas vestidas de azul que tienen que pesarse antes de volar, unas gotas de romanticismo, toneladas de elegancia y hasta unos cuantos kilos de buena música. Y, en cada viaje, una ciudad distinta.

Las estilosas azafatas de “Pan Am” caminan por los pasillos de los aeropuertos como si estuvieran hechas de aire. ¿Cómo se dirá en alemán “Yo soy una azafata de Pan Am”? Ich bin…

15/11/11

AY, CARAMBA

Un equipo de investigadores punkis (digo yo que serían punkis) descubrió que decir tacos alivia el dolor. Pues venga esa terapia: ¡mosquis, leñe, maldición!”. Uf, qué a gusto me he quedado. Es que, ¡caray!, me duele comprobar una y otra vez que la tele reducida a chicle para los ojos y comida basura para el alma todo el mundo la conoce y triunfa, mientras que para hablar de buena televisión lo primero que hay que hacer es explicar a los parroquianos de qué programa se trata porque casi nadie lo conoce. Me duele mucho, ¡cáspita!, porque hoy vamos a hablar de “La mitad invisible” que emite La 2 los sábados a las 7,30 de la tarde. Un programa que está entre las 10 mejores cosas que se hacen en la tele actual, que te coge del suelo hecho un guiñapo y media hora después de suelta reconciliado con la tele, con la humanidad, con la vida. ¡Con la falta que nos hace a todos reconciliarnos con la tele, la humanidad, la vida, y ni nos enteramos de que pasa a nuestro lado! ¡Cómo me duele, rayos y centellas!

Hace muchos meses que La 2 emite (y después reemite) “La mitad invisible”. Meses en los que pasamos de tropezarnos con él y quedarnos en su compañía a buscarlo activamente como estrategia de supervivencia personal. Al principio resultaba desconcertante ver al gran Juan Carlos Ortega, genio del humor más genial, en la tarea de presentador perplejo de un programa sobre el arte y la cultura que busca la comprensión y la emoción a partes iguales. Dos ejemplos: el programa dedicado hace 15 días al “Cántico espiritual” de san Juan de la Cruz nos dejó clavados a la silla, el dedicado este sábado al monólogo de la guerra de Gila hizo justicia a un talento que, cuando hay suerte, está en el ADN del humor y la vida buena del español actual.

En el arte hay una mitad invisible que no se toca pero que explica muchas cosas, dice Ortega. Vale, no soy capaz de explicaros la mitad invisible de “La mitad invisible”, pero al menos me gustaría convenceros para que abrierais los ojos y mirarais, ¡caramba!

14/11/11

AÑORAREMOS A BERLUSCONI

El sábado le dedicó un reportaje “Informe semanal” y fue la noticia bomba en los informativos del fin de semana: la era Berlusconi ha llegado a su fin. La dimisión de Il cavaliere pone fin a una era en la que los telediarios iban de lo patético (Berlusconi se retoca el maquillaje con una esponja escondida en su pañuelo, pone los cuernos a Piqué -ministro español de exteriores- en la foto de una cumbre europea, graba un disco de canciones napolitanas, exhibe la cara destrozada de un duomazo antes de ir al hospital para rentabilizar políticamente el ataque de un chiflado…) a lo grotesco (Berlusconi utiliza descaradamente la televisión y el fútbol como plataforma política, utiliza descaradamente la política como escudo en los muchos procesos judiciales que tiene abiertos, enseña al mundo la palabra velina y para que quede claro muestra lo bien que lo pasa con sus amigos y las velinas en su mansión Villa Certosa…).

Los informativos se llenan de imágenes de italianos celebrando en la calle el fin de la “era Berlusconi” y las vemos con simpatía sin darnos cuenta de que encierran una terrible amenaza: no asistimos al fin de una época sino al nacimiento de una nueva era: la “era en que añoraremos a Berlusconi”. La tele nos enseña que el fin de una mala etapa no es más que el inicio de una etapa peor. El fin de “Con mucha marcha” fue el inicio de la era en que Leticia Sabater deambula por los platós transformando lo patético en grotesco, el fin de “La sonrisa del pelícano” fue el inicio de la era de “Crónicas marcianas”, el fin de “Aquí hay tomate” fue el inicio de la era “Sálvame”. Hay tantos ejemplos, que la dimisión de Il cavaliere da miedo.

En la “era en que añoraremos a Berlusconi” construiremos frases que comenzarán diciendo: “Al menos, Berlusconi no…”. Y lo terrible será que, a medida que los poderosos de esta nueva época vayan cometiendo nuevas tropelías, iremos encontrando diferentes formas de terminarlas y darles un sentido pleno y aterrador.

13/11/11

NOS BASTA ASÍ

En aquel viejo poema que tantas veces leímos, tantas veces recitamos a nuestras confundidas amantes, Ángel González hablaba de ser Dios, de tener un secreto para poder crear y recrear constantemente un ser igual a ti. En aquel poema también el poeta de Oviedo daba la fórmula para probar esas recreaciones y asegurar la fidelidad a un original que paradójicamente está en permanente cambio: “a la manera de los panaderos cuando prueban el pan, es decir, con la boca”. Como los niños muy pequeños cuyo codo permite que la mano trace arcos perfectos entre su boca y el mundo. Como hacen cada semana Juan Echanove e Imanol Arias en “Un país para comérselo”, único programa del planeta en donde los presentadores utilizan la boca sólo secundariamente para hablar, ya que lo que principalmente hacen con ella es comer. Comer y beber. Comer y reír. Comer y besar. Comieron bienmesabe en Gran Canaria el pasado jueves. Comieron pan de cruz en Tomelloso el anterior.

Se extrañaba Sigmund Freud de la importancia que la boca, -el extremo superior del tubo digestivo-, tenía en la sexualidad humana. Se extrañaba Wilhelm Reich de la importancia que la boca, -el órgano sexual superior del cuerpo de los hombres-, tenía en la alimentación. Nos extrañamos todos de la importancia que la boca, -sofisticadísima apertura al mundo con la que comemos y besamos sin hacernos daño-, tiene en el habla de las personas. Cada jueves, en La 1, Arias y Echanove prueban España a la manera de los panaderos cuando prueban el pan, es decir, con la boca. Y disfrutan extrañados, como los niños muy pequeños, Freud, Reich y todos nosotros, de la importancia que la boca tiene en el éxito de un programa de televisión. A partir de ahí pueden repetir y repetir un país siempre igual y siempre diferente, sorprendiendo, manteniendo absortos a los espectadores con su tarea de catadores de la creación, de panaderos notarios. Nos basta así.

12/11/11

¿SUBIRSE A "LA NORIA"?

Podría estar bien ver hoy “La noria”. A lo mejor no todo, porque es un tostón de programa, pero sí el principio. A ver qué dice esta vez Jordi González sobre el movimiento social surgido tras su decisión de pagar a la madre de "el Cuco" por participar en su premeditado, nocturno y alevoso espectáculo. Da una pereza infinita esperar a ver qué dice hoy por la noche González, pero al menos es previsible que la espera no será en vano y abordará este asunto. ¿Por qué lo digo?


Hace dos semanas, la expectación generada por el anuncio de la entrevista a la madre de un criminal logró dos millones de espectadores. La semana pasada, la expectación generada por la reacción ciudadana contra semejante telebasura obtuvo dos millones y medio de espectadores. El estudio de los índices de audiencia realizado por el equipo de “La noria” debería hacerles ver las cosas claras: en España hay más gente interesada en analizar qué es la buena y mala televisión que en ver entrevistas a madres de criminales, hay más espectadores para un programa que discuta qué responsabilidad social tiene la tele que uno que premie directa o indirectamente a los malhechores, hay más personas dispuestas a ponerse del lado de las víctimas y del dolor de unos padres que asisten destrozados a semejante espectáculo que personas dispuestas a confundir interesadamente información con entretenimiento, distracción e indiferencia.

Y además está la madre del cordero: ver el avance de la retirada progresiva de anunciantes, que esta semana ha elevado a 23 el número de empresas que no quieren verse mezclados (y mancharse) con “La noria”. González dice que solo aprovechan una campaña de imagen gratuita. Hagámosle caso difundiendo quiénes son: Campofrío, Puleva, Bayer, Nestlé, Panrico, Milner, Banco Sabadell, La Razón, Reale Seguros, L'Oreal, Loterías y Apuestas del Estado, Ausonia, El Corte Inglés, Decathlon, Chevrolet, Audi, Bimbo, Vodafone, Hero, Inffinity Petcare, Fontaneda, Danone y Mercedes-Benz.

11/11/11

DEBATE INTERRUPTUS

No ocurrió así, pero hubiera molado un huevo. Estamos en medio del debate con cinco partidos políticos que TVE organizó el miércoles para compensar el bipartidismo que sugirió el debate entre Rubalcaba y Rajoy. Ya llevamos transcurridos cuarente minutos. Ramón Jáuregui, por el PSOE, ha hecho una defensa inteligente de la gestión de la crisis económica, pero también ha sido inteligente la respuesta de Ruiz Gallardón, que insiste en la necesidad de votar al PP. Llamazares se desmarcó de ambos, a los que considera dos variantes de la misma estrategia liberal y servil al capitalismo europeo. Josu Erkoreka está defendiendo el desarrollo industrial vasco cuando de pronto María Casado interrumpe al representante del PNV: "Perdonen", dice sosteniendo una hoja de papel, "es que me acaban de llegar unos datos muy impactantes". Los cinco políticos se miran extrañados. Gallardón se atreve a hablar: "Admirada María, dinos sin más dilación cuáles son esos datos que causan aflicción en tu espíritu y que han detenido el normal desenvolvimiento del debate que hasta ahora moderabas con la diligencia y la templanza a la que nos tienes acostumbrados". La presentadora explica lo sucedido mirando ocasionalmente el papel. "Es que acaban de llegar los datos de audiencia, y resulta que no nos está viendo ni el Tato. De hecho, tenemos ahora la mitad de espectadores que el ‘Tu cara me suena’ de Antena 3 y muchos menos también que ‘Tierra de lobos’ de Telecinco". Carraspea y continúa. "Estamos al nivel de espectadores de la entrevista babosa de Gloria Lomana a Rajoy y del Hospitalet-Barça. No sé... que digo yo que podíamos mandarlo todo a la mierda e ir a tomarnos unas cañitas...".

Y así, sin más, relajados aunque algo asqueados, los políticos posan sus micrófonos de solapa sobre la mesa, se levantan, se estiran, y comienzan a pensar a dónde ir. Sólo Pere Macías, representante de CiU, se excusa y desaparece rápidamente del plató. "Éste no se acordaba del partido del Barça y va corriendo al bar de abajo a verlo", dice Jáuregui y todos ríen. Ruiz Gallardón asiente. Él tuvo la precaución de dejar grabando en VHS "Tu cara me suena".

SOLO SÉ QUE NO ENTIENDO NADA

A veces la máxima lucidez se alcanza cuando se cae en el desconcierto. Entonces no entender nada es la cima de la comprensión, algo que si llegara a oídos del bueno de Platón le haría dar cabezazos contra la pared de su famosa caverna, contra los objetos que hay en ella, contra la escarpada ladera que la separa del exterior y contra todo lo que hallara una vez fuera. Pero es que Platón vivió en Atenas hace mucho y tuvo la suerte de no conocer a Belén Esteban ni a Jorge Javier Vázquez, y nunca vio a Romina Power ganándose la vida de invitada en “Sálvame Deluxe”. Si viviera hoy mandaría a freír churros sus convicciones y hubiera dicho que sí, que a veces la máxima lucidez se alcanza cuando se cae en el desconcierto.

La Esteban recibe un homenaje en Córdoba por sus 10 años en la tele. ¿Que qué? ¿Por hacer qué dónde? Si en la tele maquillador es quien maquilla y en casa de Forrest Gump tonto es quien hace tonterías, ¿alguien sabe qué profesión tiene esta señora y cómo hay que decir en las oficinas del INEM para que te apunten a lo mismo? Preguntado Arturo Pérez-Reverte por la lista de los “35 españoles para nuestro orgullo” elaborada por ABC (y en la que figura él mismo) declara que el Vázquez debería encabezarla porque “es quien mejor representa los deseos y anhelos de la mayor parte de los españoles”. ¿Que representa el qué y los cuáles de quiénes? ¿Ese? ¿No lo confunde con otro, más concretamente con cualquier otro que no sea él? Suma y sigue. Otra vez un ex miembro del dúo “Romina y Albano” visita España para hacer caja hablando de la desaparición de su hija ocurrida hace 17 años. Esta vez es Romina quien revuelve su propia mierda en “Sálvame Deluxe”. Felicidad.

Platón sabía que el “Solo sé que no sé nada” de su maestro Sócrates no era más que el inicio de la búsqueda del saber. Pero hay veces que a lo máximo a lo que se puede aspirar es al “Solo sé que no entiendo nada”.

10/11/11

INFORMACIÓN Y CACHONDEO

Cómo son estos tíos de Cuatro. Qué graciosos, los jodíos. Hace apenas 10 días estrenaron “Frikiliks”, un nuevo programa de humor para la hora de cenar en el que participaban Ana Morgade y David ‘Chikilicuatre’ Fernández; tras un puñado de emisiones lo retiraron y ahora lo han sustituido por “Las noticias de las 2”, un nuevo programa radicalmente nuevo con la misma duración que el anterior, de humor como el anterior, para la hora de cenar como el anterior, y en el que participan Ana Morgade y David ‘Chikilicuatre’ Fernández como en el anterior. Que sí, que estos tíos de Cuatro son unos cachondos. Que ya no quieren programas que supongan una apuesta sólida, se asienten en la parrilla y consoliden una audiencia digna; que triunfar así no tiene mérito; que lo que quieren estos flipaos de Cuatro es que los espectadores nos armemos un lío y nos lo curremos si queremos esterarnos de qué es lo que estamos viendo: ¿es lo mismo que lo de la semana pasada pero con diferencias?, ¿es diferente a lo de la semana pasada pero parece lo mismo? ¡Ah, haber estudiao!


Y es una pena este lío, porque el estreno de anteayer (que no parece un estreno, que parece un reestreno, que no se sabe qué parece) apenas lo vio nadie. La promoción no funcionó y no sirvió para que número aceptable de espectadores viéramos que “Las noticias de las 2 (LNDL2). Más allá del rigor” está mucho más currado que “Frikiliks”. Y estrenar (o reestrenar o lo que sea) en estas condiciones es una desventaja. “LNDL2” tiene, de entrada un título logrado que anuncia la parodia de un informativo de actualidad que podría dar mucho de sí. Sin embargo tiene un problema: eso ya lo hace (y muy bien) Wyoming en “El intermedio” a la misma hora, así que para no repetirse “LNDL2” se centra más en noticias tontorronas y cotilleos de famosos, asuntos sobre los que no trabajan (al menos no deberían) los informativos “serios”. Y, qué quieren que les diga, igual que informarse sobre la actualidad tontorrona y cotilla deja a uno sin informarse de verdad, reírse sobre la actualidad cotilla y tontorrona deja a uno sin reírse de verdad.

9/11/11

#ESTONOESPOLÍTICA


Venga, muy bien. Ya hemos visto qué tal rinden Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba en una tarea de argumentación y retórica. Se han enfrentando en una prueba de persuasión y convencimiento. Hemos podido valorar la seguridad con la que hablan y la capacidad que tienen para acorralar dialécticamente al adversario. Ahora también nos gustaría verles enfrentarse en una prueba de baile, en otra de conducción en condiciones climatológicas adversas, y, por último, en un par de etapas de "Pekín Express". Parecen enfrentamientos razonables, o, al menos, tan razonables como el que vimos anteayer, ya que la valía como gobernante de una nación tiene tanto que ver con la seguridad al hablar, la argumentación rápida e ingeniosa y las habilidades en la comunicación como con la capacidad de seguir el ritmo de una bachata, la maestría al coger una curva con placas de hielo o la picardía para hacerse entender en swahili.

De verdad, da asco cómo la discusión sobre política termina jugándose en el campo de un psicologismo banal y la televisionización de las ideas. "Rubalcaba trató en todo momento a Rajoy como si ya hubiera ganado las elecciones", ¿y qué? ¿eso quiere decir que sería peor presidente de gobierno que Rajoy?. "Rajoy miró sus papeles 2.980.750 veces, mientras que Rubalcaba sólo lo hizo 3 veces", ya, ¿y...? ¿gobierna peor un país la persona que mira menos veces los papeles mientras debate? La escucha de los debates que sucedieron al debate, -"59 segundos", "Al rojo vivo"-, fue una experiencia conceptualmente cercana a un análisis sobre la pasarela Cibeles de este año o sobre el Real Madrid-Osasuna del fin de semana. Por cada diez comentarios de comentaristas, por cada mil tweets de twitteros sobre estilos, cinturas y fintas de los púgiles, sólo había uno acerca de quién tenía la puñetera razón en lo que se estaba discutiendo.

Shows televisivos como el del lunes vulgarizan y abaratan el nivel que le deberia ser propio al debate político en una democracia. Hace falta despersonalizar, desfrivolizar y desespectaculizar el diálogo. Esto no debería ser un episodio más de la serie de ficción "De buena ley" de Telecinco. El próximo debate, por favor, que sea por escrito, en papel y sin fotos, que es, por cierto, el formato en el que se ha desarrollado la historia del pensamiento occidental.

LA VIDA SIN CHARLIE

Jorge Javier Vázquez, presentador de “Sálvame” y “Acorralados”, dice que al movimiento 15-M le falta consistencia intelectual. Qué gracioso. Me acordé de Jorge Javier mientras veía el estreno de la novena temporada de “Dos hombres y medio” (TNT), la primera sin el gran Charlie Harper. Sin Charlie, pensé, la serie ya no tiene consistencia intelectual. Sin la descarnada apología de las drogas, el alcohol y el sexo por parte de Charlie, la casa de los Harper en Malibú ya no es lo que era. Walde Schmidt, el ingenuo ricachón interpretado por el guapo Ashton Kutcher, es gracioso y un buen contrapunto al perfecto perdedor sin pizca de épica que sigue siendo Alan, pero al nuevo “Dos hombres y medio”, como al movimiento 15-M, le falta consistencia intelectual.

O no. Porque en estos últimos meses los indignados del 15-M han removido miles de conductas (que es mucho más difícil que remover conciencias), y para eso hace falta más consistencia intelectual que para, por ejemplo, dar gritos en “Sálvame”, del mismo modo que para llenar el hueco que dejó Charlie en “Dos hombres y medio” hacen falta unos guiones y unas interpretaciones algo por encima de los guiones de “Acorralados” y las actuaciones de Jorge Javier riñendo a sus concursantes. Reconozco que es más difícil que “Dos hombres y medio” sobreviva a la muerte de Charlie que el Barça sobreviva a la fuga de Messi al Manchester City, pero en el mundo de la tele y en el mundo del fútbol todas las cosas se definen por su función, y eso quiere decir que el todo es necesariamente anterior a la parte. Charlie Harper no puede sobrevivir fuera de “Dos hombres y medio” y Messi no puede desarrollar su juego fuera del Barça, pero “Dos hombres y medio” puede tener gracia sin Charlie y el Barça puede ganar títulos sin Messi. ¿Cuál es el problema de “Dos hombres y medio”, del Barça y del movimiento 15-M? Que sin Charlie, sin Messi y sin votos, es imposible mantener la audiencia, ganar todos los títulos y desafiar a Standard & Poor´s.

Nos reímos, pero echamos de menos a Charlie. Nos divertiríamos, pero echaríamos de menos a Messi. Nos indignamos, pero hasta Jorge Javier echará de menos las voces del 15-M después del 20-N.

8/11/11

TANGENTE Y SECANTE SOBRE LA RELACIÓN ENTRE TELEVISIÓN Y DEMOCRACIA


I.- Claro, el problema de los debates en televisión es que son debates televisivos. Y cada medio tiene unos estilos y contenidos de debate asociados. En prensa los debates son lentos y se hacen mediantes larguísimas intervenciones. En radio se debate sobre política por las mañanas y sobre deportes por las noches. En televisión los debates tratan de aclarar si la hija de Bárbara Rey y Andrés Pajares se acostó por despecho con el ex-marido de Belén Esteban y solamente después es cuando golpeó con una madreña al tronista de “Hombres y mujeres y viceversa” al enterarse de que marchaba a concursar a “Agonizando en Singapur”. Seguramente Rajoy y Rubalcaba hablaron anoche de política, pero el formato televisivo televisioniza todo lo que emite. Todo el que sale en televisión, aunque sea Manuel Campo Vidal, se convierte en Jorge Javier Vázquez; aunque sea Mariano Rajoy, se convierte en Kiko Matamoros; aunque sea Alfredo Pérez Rubalcaba, se convierte en Chelo García Cortés.

II.- Algunos historiadores mantienen la tesis de que en algunos países existieron regímenes democráticos antes de que se popularizase la televisión. Es, como es obvio, una tesis ridícula. ¿Democracia sin televisión? ¿Y cómo sabía la gente a quién estaba votando? ¿Democracia sin programas de propaganda electoral? ¿Cómo veían los debates? ¿Cómo va a existir la democracia sin las emisiones dominicales de “Salvados”? Algunos historiadores mantiene la tesis de que en algunos países existieron regímenes democráticos antes de que se popularizase internet. De nuevo estamos ante una tesis absurda. Sin internet, ¿cómo se distribuían los tweets en tiempo real durante los debates? ¿Con telegramas? ¿Cómo va a existir la democracia en una sociedad en donde la gente lee y escribe textos de más de 140 caracteres? Algunos historiadores mantienen la tesis de que podrá algún día haber democracia en países en donde está popularizada la televisión e internet. Tampoco parece claro.

7/11/11

YO NO COMPRO PRODUCTOS QUE SE ANUNCIAN EN "LA NORIA"

“Yo no compro productos que se anuncian en ‘La noria’”. Ésta es la idea del momento que se transmite de boca a boca, de chat en chat. Sólo necesita de un icono, de una representación gráfica que se pueda usar en la red para identificarla. “Idea” e “imagen” son palabras emparentadas etimológicamente. Una imagen potente, que se pueda utilizar en los muros virtuales o como fotografías de perfil en facebook, que se twitee, retwitee y recontratwitee rebotando frenética como moléculas a medida que aumenta la presión, que valga para hacer chapas solaperas, camisetas, pegatinas para las carpetas. El diseñador que se anime en este momento a crear esa imagen asociada a la idea “Yo no compro productos que se anuncian en ‘La noria’” pasará a la historia gráfica de nuestro tiempo y quizá cambie la televisión española para siempre.

Sólo falta una foto de perfil facebookero multitudinaria para acabar con “La noria”. Nunca hemos estado tan cerca. Y esa imagen significaría mil ideas a la vez. Por ejemplo, que nadie, pero nadie nadie, pretende prohibir o impedir que “La noria” haga uso de la libertad de expresión como le parezca, y tampoco nadie, pero nadie nadie, prohibirá o impedirá que nosotros hagamos uso de nuestra libertad de compra como queramos. Por ejemplo, que es una verdad de Pero Grullo que cuando una marca se anuncia en un programa queda asociada a los valores sociales que se practican en ese programa. Por ejemplo, que el último speech indignado de Jordi González que terminaba con “todavía hay casi dos millones de espectadores que creen en la democracia y son los que nos ven cada semana” debería pasar simultáneamente a la historia de la demagogia, de la psiquiatría, de la sinvergonzonería y del uso erróneo de la lógica proposicional.

Cada cambio de canal, cada producto cogido de la estantería de un supermercado es un voto. Y no es menos voto por no saber que es un voto. Yo no compro productos que se anuncian en “La noria”. Y me gustaría expresar esta idea con una imagen en mi perfil del facebook.

6/11/11

DEBATE RAJOY-RUBALCABA-MERKEL

Mañana es el 7-N de las elecciones del 20-N, el debate Rajoy-Rubalcaba. Los dos grandes partidos han negociado, apañado o amañado (no podemos saberlo porque no han dejado que se supiera nada sobre sus negociaciones, apaños o amaños) que el 7-N sea el día en el que la democracia política y la televisiva se aúnen ofreciendo un mitin a cuatro manos y dos voces con un cien por cien de intervenciones del cien por cien del tiempo disponible a favor del bipartidismo. Los espectadores elegiremos con la misma libertad de quien está ante un plato de lentejas y se sabe la rima. Que aproveche.

De derrota en derrota hasta el fracaso final, hacemos un último intento por cambiar las cosas, por no encontrarnos mañana con un baile protocolizado en el que ambos danzantes llevan aprendido hasta el último gesto, por modificar el inevitable avance de la hilera de tanques que nos arrollará. Todos los elementos del debate están atados y bien atados entre el PP y el PSOE: escenario, moderador, tiempos, temas, cámaras, asesores, pausas. Pero podemos plantarnos ante ellos y pedir un ajuste.

Cada candidato tendrá seis asesores siguiendo el debate desde sus respectivos camerinos. A la mitad habrá una pausa y cada candidato se reunirá con un asesor en su esquina para que le limpie las heridas con una esponja, le dé de beber y le aconseje que mueva más las piernas y golpee así y así. Bien, pues nos conformamos con que pongan en los camerinos alguna de las muchas cámaras de las que disponen y nos enseñen a los espectadores qué comentan los asesores durante el debate, qué anotan en sus cuadernos, qué les alegra y les enfurece, qué dicen al candidato durante el descanso. Es pedir bien poco. Esperamos viendo el “Salvados” de hoy por la noche en laSexta titulado “6-N. Rubalcaba vs. Rajoy”. Avisa Jordi Évole: “Da igual quién hable el primero o el segundo porque la última palabra la tiene Angela Merkel”.

5/11/11

TIRAR DE LA CADENA


Dicen que las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando se hunde, pero no siempre es así. Cuando se trata de un barco que transporta basura, las ratas siguen ahí aunque se haya marchado todo el mundo, ¿dónde iban a estar mejor?

“La noria” (noche de los sábados en Telecinco) es un programa tocado que hace agua. El sábado pasado dio un paso más en dirección al abismo en que el espacio y la cadena entera caminan desde hace años. Se pasaron de frenada. Medio país decidiendo eliminar el canal cinco de su mando a distancia molesta, pero se puede seguir adelante manteniendo un puñado de espectadores fieles dispuestos a comer lo que les echen sin hacer ascos al olor que desprenda. Las multas por saltarse la ley molestan, pero se pueden pagar si los ingresos publicitarios son mayores que el total de los pagos. Pero si las empresas anunciantes se retiran del programa, la cosa cambia. Telecinco capta anunciantes ofreciéndoles programas como “La noria” con dos millones de espectadores que verán sus anuncios. Pero los que no somos espectadores somos más y podemos mostrar nuestro parecer dejando de comprar los productos que se anuncian en “La noria”. Es otra forma de votar en la tele sin usar el mando a distancia.


La madre de un criminal ganó un dinerito concediendo una entrevista en “La noria” hace una semana. Ese mismo día, el presentador, los colaboradores, la productora y la cadena misma ganaron muchísimo más. Varias marcas que se anunciaron en el espectáculo (Campofrío, Puleva, President, Nestlé, Bayer, Milner, Banc Sabadell, Panrico Donuts) han dado un paso adelante y retiran sus spots del programa. Dice Jordi González que solo se trata de una campaña de imagen que sale gratis. Es cierto: habría que ser muy tonto para desaprovechar una campaña tan barata solo por abandonar un barco cargado de basura que hace agua. El último que no apague la luz: el último que tire de la cadena.

4/11/11

EL HOMBRE DE NEGRO CONTRA PABLO MOTOS

Si por un extraño maleficio mi televisor sólo funcionara treinta segundos al día y tuviera que elegir qué medio minuto contemplar de los miles de horas de programación que cada jornada nos ofrecen las decenas y decenas de cadenas, gratuitas y de pago, temáticas y generalistas, escogería sin duda el fugacísimo monento en el que Trancas y Barrancas sueltan en off frases sobre el Hombre de Negro, ese durísimo asesor en la sombra que se encarga de que todas las experiencias científicas de “El hormiguero” no concluyan con la explosión nuclear del plató.

“El Hombre de Negro se afeita las muelas”, “El Hombre de Negro tiene una almohada de mármol”, “El Hombre de Negro fue a Irak a jugar al buscaminas”, “El Hombre de Negro da portazos con puertas giratorias”, “El Hombre de Negro quema hormigas con una lupa de noche”, “El Hombre de Negro no cambia de marcha cuando conduce”, “El Hombre de Negro puede escribir mensajes de más de 140 caracteres en Twitter”, “Al Hombre de Negro el Bic Naranja le escribe normal”, “El Hombre de Negro cobra en los peajes”, “El Hombre de Negro puede dividir entre cero”, “El Hombre de Negro le metió el dedo en el ojo a Mourinho”, “El Hombre de Negro al nacer le devolvió la bofetada al médico”, "El Hombre de Negro cuando juega al Monopoly compra la cárcel", "El Hombre de Negro no se pone la correa en el mando de la Wii", “Cuando el Hombre de Negro aspira helio le sale la voz de Darth Vader”, “El coco se va a dormir porque le tiene miedo al Hombre de Negro”, “El Hombre de Negro se descarga todas las películas que quiere en casa de Ramoncín”.

Y así indefinidamente. Quién podía imaginar hace años que Chuck Norris pasaría a la historia como un mero antecesor del Hombre de Negro. Ahora bien, aunque el Hombre de Negro se ha operado de fimosis a sí mismo con un cuchillo jamonero y corre los encierros de San Fermín en dirección contraria, cabe preguntarse si sería capaz de la hazaña suprema, definitiva. El Hombre de Negro juega a la ruleta rusa con un arma completamente cargada y no le pasa nada, vale, pero ¿podría conseguir que Pablo Motos fuera un poco, sólo un poquitín, menos cargante, ein?

3/11/11

180 MILLONES DE HORAS

A partir de este lunes, los médicos del Sistema Nacional de Salud están obligados a recetar el programa de televisión más breve que cubra las necesidades del paciente y evitar la prescripción de programas largos que suponen un gasto innecesario de miles de horas al cabo de una temporada televisiva. El ejemplo perfecto lo tenemos en “Tú sí que vales”, bodrio esperpéntico ofrecido por Telecinco, -perdón por la redundancia entre “bodrio esperpéntico” y “Telecinco”-, que se comercializa en dos formatos: uno, de 45 minutos de duración, emitido los martes a las 21:45, en donde se ofrece un resumen del programa anterior; otro, de 195 minutos de duración, emitido también los martes a continuación del anterior, en donde se ofrece un programa íntegro. Ambas presentaciones contienen los mismos principios activos, y sólo se diferencian en los excipientes de relleno con los que se mezcla la droga.

Pues bien, desde ahora, si un paciente acude a su médico pidiendo ver un talent show mediocre con actuaciones de niños flamencos, grupos de baile y magos que se intercambian con su ayudante dentro de un baúl, y un jurado gris compuesto de tres prototipos viejunos con menor capacidad de sorpresa que un atardecer, el facultativo deberá prescribir el resumen de 45 minutos en vez del espacio de tres horas y cuarto. El ahorro es considerable: 150 minutos multiplicado por 2.370.000 espectadores multiplicado por 30 programas por temporada alcanza los 10.665 millones de minutos, casi 180 millones de horas de ocio que los españoles podrían dedicar a ver otros programas de televisión, navegar por internet, dar paseos, charlar con personas queridas, escuchar libros, leer música, o cualquier actividad diferente de ver a Moreno, Merche y Mejide, lo que a su vez reduciría el gasto farmacéutico en analgésicos contra el dolor de cabeza, somníferos contra el insomnio o inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina contra la depresión. A fecha de hoy, ésta es la única ventaja que nos ha traído la crisis económica.

2/11/11

NO, LO SIGUIENTE

Al principio la expresión tenía su gracia. ¿Son divertidas las frases que Trancas y Barrancas dicen en “El hormiguero” relativas al Hombre de Negro? ¿Divertidas? No, lo siguiente. ¿Son patéticos los spots publicitarios que Nova coloca durante las pausas que hacen simultáneamente todas las cadenas de Antena 3 relativos a culebrones como “Tierra de pasiones”, “Mujer de madera” o “Amor en custodia”? No son patéticos, son lo siguiente. ¿No da mucha grima Juan Manuel de Prada comentando en su propio programa su futuro enlace matrimonial con su más cercana colaboradora? No, lo siguiente. Pero después se comenzó a abusar de tal manera de la simpática muletilla que traspasó la sutilísima línea que separa lo trendy de lo mainstream empezando a resultar terriblemente cargante. ¿No está buenísima la nueva doctora Adams que aparece en la octava temporada de “House”? No, lo siguiente. La mayoría de los planos pretendidamente artie de Jesús Vázquez en “Pekín Express” no son fallidos, son lo siguiente. ¿No hay que ser muy friki para levantarse un domingo a las ocho de la mañana para ver en laSexta un episodio de “Megaconstrucciones”? No, lo siguiente. No, lo siguiente. No, lo siguiente.


Así que decidí no utilizar más esa expresión y pasé unas cuantas semanas de sencilla felicidad. Hasta que llegaron los clips publicitarios que Carlos Larrañaga ha rodado para una marca de salud bucodental y que se han introducido en algunos espacios mañaneros en cadenas nacionales. Entonces no tuve más remedio que recuperar la cansina muletilla. Es que esas cuñas, verdaderamente, no son inquietantes. Son lo siguiente. O lo siguiente de lo siguiente que viene después de inquietante. Y no son incómodas de ver. Están cuatro o cinco categorías por encima de la incomodidad. ¿Son ridículos esos anuncios? No, lo siguiente.

Y la gente no está hablando sobre ellas en internet: están haciendo lo siguiente. En ese sentido la campaña publicitaria de la marca bucodental no es buena. Es lo siguiente.

1/11/11

ENTREVÍSTAME, PUNSET

Entrevístame, Punset. Ya estoy preparado. Llevo años viendo “Redes” y analizando el contenido de las conversaciones que mantienes con prestigiosos neurocientíficos. Pero el esfuerzo ha valido la pena ya que me ha permitido descubrir el algoritmo fundamental que puede convertir a cualquier persona de a pie en un entrevistado de tu programa: la clave está en coger afirmaciones de la fenomenología más elemental, o incluso del sentido común más básico, y sustituir en esas frases el yo por el cerebro. Veamos un par de ejemplos del programa del pasado domingo: la afirmación “a las personas nos gusta la novedad, y nos interesamos más por unas cosas u otras en función de lo novedosas que son” es una perogrullada que no hubiera pasado ni el filtro de “La noche abierta” de Pedro Ruiz, pero la frase “a nuestro cerebro le gusta la novedad, y se interesa más por unos estímulos u otros en función de lo novedosos que son” es una brillante afirmación neurocientifica que sale de Kia Nobre, neurocientífica de la neurocientífica Universidad de Oxford. Veamos otra muestra: hace falta estar en la vanguardia del conocimiento para afirmar que “la atención a ciertos detalles explica que el cerebro tenga problemas para valorar el tiempo durante periodos prolongados”, pero para señalar que la atención a ciertos detalles explica que tengamos problemas para valorar el tiempo durante periodos prolongados basta con haber leído a un fenomenólogo de hace cien años llamado Edmund Husserl. Es el cerebro, estúpido.

Así que, por favor, llévame a tu programa. Ya he cambiado mi forma de ver las cosas, -quiero decir, que mi cerebro ha cambiado su forma de ver las cosas-, y te lo digo de cerebro a cerebro, -quiero decir, que mi cerebro te lo dice desde él hasta el tuyo-. Si tu cerebro está leyendo esta columna que mi cerebro está escribiendo ahora, que nuestros cerebros queden para echarse una charleta sobre las trampas de barrer los problemas de la psicología clásica bajo la alfombra de la nueva mitología neurocientífica. No hace falta que tu cerebro traiga pan Bimbo.