31/3/08

¡MONORRAÍL!

No hay nada en el mundo como un genuino y auténtico tren eléctrico monorraíl de seis vagones. ¿Qué he dicho? ¡Monorraíl! ¿Cómo se llama? ¡Monorraíl! ¡Eso es: monorraíl! ¿Qué van a hacer los descerebrados? ¡Les contrataremos como empleados! ¿No le enviará a usted al mismo diablo? No, señor, y sé de qué hablo. Se me ha quedado la anilla pendiente. Use mi navaja, señor agente. Señores: Springfield no tiene elección. Levanten las manos y entren en acción. ¡Monorraíl! ¡Más alto! ¡Monorraíl! ¡Otra vez! ¡Monorraíl!

Después de una canción así, a ver quién es el guapo que se niega a instalar un monorraíl. Todo Springfield (menos Marge Simpson) sucumbió a los encantos de Lyne Lanley porque ante una canción tan pegadiza no hay quién se resista. En las pelis de vaqueros aprendimos que el paso del tren por un pueblucho era una ocasión de oro para salir en los mapas: para existir. Con “Los Simpson” nos pusimos al día. Para salir en el mapa ahora hay que tener monorraíl. Todos lo sabemos pero la Sexta, además, lo puso en práctica.

Salir en el mapa audiovisual es muy difícil para una cadena que nace y no termina de arrancar. La Sexta ensayó mil trucos para darse a conocer, algunos muy costosos, pero al fin se dio cuenta de que lo mejor es una canción tan pegadiza como la de Lyne Lanley. Eurovisión es un concurso de canciones en el que no participan países, sino cadenas de televisión. TVE puso en marcha la operación “Salvemos Eurovisión” y Rodolfo Chikilicuatre la engañó con la canción del monorraíl para poner su cadena en el mapa. La Eurovisión de TVE se ha convertido en un gigantesco anuncio de la Sexta. Algunos pretenden hacer como Marge y denuncian el engaño, pero es inútil. Lo mejor es sumarse a la canción: Uno: ¡Monorraíl! Dos: ¡Monorraíl! Tres: ¡Monorraíl! Cuatro: ¡Monorraíl! ¡Eso es: monorraíl, monorraíl, monorraíl!

30/3/08

TELEVISIÓN DESTELEVISIONADA

Que no le den a uno la razón fastidia, pero más fastidia que quieran jorobar a uno a base de darle la razón. Justo lo que pasa con “Becari@s”. Años diciendo que hay que ver los programas cuando uno quiere y no cuando las cadenas los programan en horario antiproletario. Años pidiendo que los programas de televisión no sean tan largos, tan descomunales, tan devoradores de horas que cuando se sienta uno un rato en el sofá tiene la sensación de que da la mano y la pantalla le coge el brazo para retenerle durante horas atado al televisor. Y va Telecinco y nada más que por fastidiar nos da la razón y estrena “Becari@s”, un miniprograma que sólo dura un par de minutos y se emite a la hora que uno quiera verlo. Hay que fastidiarse.

“Becari@s” dura sólo un suspiro porque es sólo la pieza de un puzzle, un fractal de un programa de televisión, un descendiente de los programas de zapping de quinta generación. El mando a distancia en la mano nos hace espectadores impacientes y las cadenas quieren retenernos dándonos una golosina a cada instante para que no cambiemos de canal. Los programas de zapping nos sirven el zapeo precocinado para que no necesitemos ni parpadear. Los magacines cambian de tema cada dos minutos y los reporteros de calle devuelven la conexión en un santiamén. Las series ya no necesitan una historia de fondo sobre la que colgar las situaciones. Son sólo esqueches que se suceden uno tras otro. Como “Escenas de matrimonio”. Como “Camera café”. Como en “Becari@s”. Sólo que ahora en vez de una cama o una máquina de café hay una fotocopiadora. Y puede verse a cualquier hora porque es televisión destelevisionada: se ve en Internet o teléfono móvil cuando uno quiere. Por ahora sólo vimos una parodia (mala) de “Oficial y caballero” y una concentración de tópicos por centímetro cuadrado mayor que la de “Escenas de matrimonio”. Un timo, vamos. ¡Mira que darle a uno la razón así nada más que por fastidiar!

29/3/08

GUERRAS, BATALLAS Y ESCARAMUZAS

Perdemos la guerra así que sólo nos queda vencer en alguna batalla. “Supervivientes” se despide con unos índices de audiencia que nos garantizan que volverá. Los niños pijos seguirán jugando a ser boy scouts, pero al menos hasta nuestras despensas repletas llegan noticias que deberían hacernos pensar sobre la calaña de estos programas. Hace un año la edición nigeriana del espacio fue anulada porque uno de los concursantes no sobrevivió a una prueba de “Supervivientes” (podría ser un chiste, pero no lo es). Ahora nos enteramos de que una organización humanitaria denuncia que una cadena de televisión británica puso tal empeño en hacer un “reality” en un ambiente agreste que su equipo se adentró en la selva amazónica más allá de lo autorizado y causó la muerte a cuatro personas a las que contagió la gripe, enfermedad para la que su sistema inmunológico no está preparado. ¿Nos estamos pasando?

Michael Grade, ex presidente de la BBC, ex director de Channel 4 y actual director de ITV, la principal cadena privada británica, dice que la telerrealidad ha ido “demasiado lejos en su crueldad y voyeurismo”. A la vez, varias organizaciones hispanoamericanas están luchando para que se retire el programa de la televisión internacional peruana que hace Laura Bozzo (hubo un tiempo en que nuestro “Crónicas marcianas” se alimentó con sus imágenes de testimonios y peleas en directo). Usa a menores y amaña los testimonios. ¿Y aquí, qué?

Telecinco llegó a grabar el programa piloto de “Soy lo más”, un “reality show” producido por Santi Acosta (“Salsa rosa”, “Dolce Vita”, “Confidencial S.A.”). Su idea era hacer desfilar personas convencidas de ser las más sexys, de tener la mejor delantera, el mejor culo. Han decidido que no se emitirá por ser “demasiado friki” incluso para Telecinco.

Perderemos la guerra, pero estas escaramuzas nos animan a seguir resistiendo.

28/3/08

DESESPERADAS, PERO NO TANTO

Hay en el mundo más mujeres desesperadas que las mujeres desesperadas de “Mujeres desesperadas”. Las que viven en el rico barrio de Wisteria Line, en una ciudad rica de un país rico, son por todos conocidas. Pero las que viven en otros lugares no lo son tanto. Las hay en África que cada día tienen que trabajar en las peores condiciones para poder vivir y sacar adelante a su familia. Las hay en México intentando ganarse la vida y un respeto que una sociedad machista les niegan. Las hay en el Golfo Pérsico, donde las más estúpidas tradiciones les permiten ver a su alrededor cómo avanza el siglo XXI mientras a ellas se las quiere mantener amarradas al pasado. Y las hay en la India, donde el nacimiento, la casta y la biología aún marcan un destino que parece imposible dejar atrás.

Las mujeres desesperadas de “Mujeres desesperadas” se desesperan por otros motivos. Todas tienen un secreto que esconder y todas se mueren de ganar por saber los secretos que esconden las demás. Todas son algo diferente a lo que parecen ser y todas parecen ser algo diferente a lo que son. Añadimos a esto algún juego de cama y eso es todo. Ninguna tiene que ir a buscar agua al pozo o trabajar para pagar una deuda de sus padres.

El miércoles por la noche vimos a unas en La 1 y a otras en La 2 dentro de “En portada”. Unas regresan con nuevos capítulos y otras se marchan una vez que La 2 reemitió estos días los multipremiados reportajes que nos las dieron a conocer. No sé si se saludaron cuando se cruzaron en los pasillos o si al día siguiente se espiraron a ver quiénes habían tenido más éxito de audiencia. Lo único seguro es que millones de mujeres desesperadas aceptarían tener los mismos motivos de desesperación que las mujeres desesperadas de “Mujeres desesperadas”, mientras que éstas no se cambiarían por nadie.

27/3/08

SANTAS PASCUAS

Pasó Semana Santa. Aguantamos el chaparrón acuático y audiovisual. Tratamos de secar y olvidar (al menos el chaparrón audiovisual), pero nos enteramos de que en Alemania hay quejas porque en las televisiones privadas alemanas no llovió la suficiente agua bendita: la Conferencia Episcopal Alemana se quejó de que esos días emitieron cine de acción, terror y violencia en vez de algo más acorde con el espíritu Pascual (para deshacer ambigüedades: piden más propaganda Pascual, no más publicidad de Pascual. Y perdón por el juego de palabras).

Los obispos alemanes protestan porque en las privadas tratan la religión como “una cuestión privada” (“privadas”, “privada”. ¿Ven?, es que ponen los juegos de palabras a huevo… de Pascua). El caso es que por aquí las privadas pasan de la programación religiosa pero nuestros piadosos obispos no dicen ni pío (“piadosos”, “pío”, ay, qué duro es resistir la tentación). Quien sí que se moja es nuestra tele pública que retransmitió, incluso en prime time, horas y horas de programación religiosa. ¿Resultado? Unos índices de audiencia lamentables que perjudican su rentabilidad e indirectamente benefician a las privadas. Sobre las pérdidas económicas que ocasionan estas retransmisiones tan poco ecuménicas no hay declaraciones ni comunicados.

Al parecer, los espectadores no queremos ver tanto Triduo Sacro, Via Crucis, Misa de Resurrección, Santos Oficios y Vigilia Pascual. Con que la mitad de los telediarios y de “España directo” estén dedicados a las procesiones tenemos bastante. Por ejemplo, los Santos Oficios que el viernes presidió Monseñor Rouco sólo fueron vistos por 281.000 personas. La próxima vez que reúna en la calle a un millón personas para denunciar la persecución del Estado a la Iglesia debería pedir a sus seguidores que al menos vean las horas de tele pública que el Estado les regala. Y santas Pascuas.

26/3/08

¿MEZCLADO O AGITADO?

“Esta mañana”, el nuevo programa matinal de TVE-1 es, como dice Pepa Bueno, un cóctel a partes iguales entre las historias cotidianas (jóvenes intentando independizarse), la actualidad tonta (Chikilicuatre y su familia), las noticias del día, la política y las charlas amables con Álex Rovira, un especialista en generalidades como la Felicidad. Desde luego, “Esta mañana” es un cóctel. Otra cosa es que mezcle sus componentes “a partes iguales”. Y, sobre todo, habrá que ver si el cóctel que propone Pepa Bueno es mezclado, no agitado (como le gusta a James Bond), o más bien todo lo contrario.

La mezcla de martini (Revilla, presidente de Cantabria) con vodka (Maldonado, el “hombre del tiempo” de TVE) tuvo buen sabor, y fue divertido asistir a la polémica acerca de si las equivocaciones de los meteorólogos afectan a los intereses turísticos o no bebiendo un trago de ese cóctel entre el político y el meteorólogo. Las palabras de Revilla pusieron a los meteorólogos a la altura de los árbitros de fútbol, de cuya honradez nadie duda pero que cambian los resultados de un partido con sus decisiones. Así que ojito con decir que va a llover en Cantabria. En caso de duda, no hay que pitar fuera de juego. Es decir, en caso de duda, hay que dibujar un sol sobre el mapa de Cantabria. El martini de Chikilicuatre y el vodka de las vacaciones de los políticos, sin embargo, no funcionó demasiado bien, quizás porque se sirvió agitado, no mezclado. Si Revilla y Maldonado se mezclaron, también deberían haberse mezclado la familia de Chikilicuatre con la apología anti-teléfono móvil (en vacaciones, claro) de Durán i Lleida.

Álex Rovira y sus recomendaciones para la vida feliz no tenían demasiada graduación, así que difícilmente servirían para hacer un cóctel al gusto de James Bond. Sin embargo, sí pueden ser un buen aperitivo para los que vamos por la vida sin pajarita. A lo largo de las próximas semanas veremos por dónde va “Esta mañana”, y si elige el camino del cóctel mezclado o agitado. En todo caso, supongo que Pepa Bueno aceptará cualquier cosa excepto lo que dice James Bond en “Casino Royale” cuando un camarero le pregunta si quiere el martini con vodka mezclado o agitado: “¿Tengo cara de que me importe?”.

25/3/08

POR ESO YO NO CONFÍO



Insisto: tenemos un problema con los textos de los anuncios publicitarios. Concha Velasco, toda vestida de blanco salvo por un pañuelo rojo al cuello, camina por un amplio loft igualmente gris-blanquecino que a veces parece ser un escenario, a veces un almacén industrial y a veces no se sabe lo que parece. La realización le toma diecisiete planos generales, medios y de detalle que se suceden a lo largo de veinte segundos, y en los que mayoritariamente se muestra a Velasco hablando hacia la cámara, aunque también se la ve estudiando unos folios, lanzándolos al abundante aire del loft, sonriendo ensimismada y respondiendo con una reverencia a una supuesta ovación. Pasemos al texto; sobre una leve musiquita casi imperceptible se oye decir a la actriz: "Llega un momento en la vida en que tienes que volverte exigente y decidir qué es lo que verdaderamente quieres y cuál es el precio a pagar para interpretar tu propio papel. Por eso yo confío en Indasec. Hay mil razones que hacen de ellas unas compresas únicas, pero por encima de todo hay una: con Indasec sigo siendo yo.", y le caen encima unas flores.

Sencillamente no tiene sentido, analícese como se analice el texto. Volverse exigente, decidir qué es lo que uno quiere y cuánto va a pagar por interpretar su papel (¿cómorrr?) nada, -pero nada de nada de nada-, puede tener que ver con confiar en unas compresas, por muy únicas que sean, -en efecto, cada una es única: es lo que tiene ser una-. Es como decir "llueve, luego me llamo Margarito". Simplemente absurdo. Si con Indasec Concha Velasco sigue siendo Concha Velasco, cielos, ¿quién sería Concha Velasco sin Indasec? ¿Nuria Espert, Lina Morgan, Elsa Pataky?, ¿Paco Marsó, Andrés Pajares, Leonardo de Vinci? Aristóteles sentó las bases de la Lógica afirmando que una cosa siempre es igual a sí misma. Le faltó añadir que en ocasiones hace falta Indasec para que ese principio de la racionalidad más elemental se cumpla. Tenemos un problema con los textos de los anuncios publicitarios. Por eso yo no confío en Indasec.

IN ENGLISH, PLEASE


Ficha: Celebrities, La Sexta, Domingos 21:30 h

El Segundo Principio de la Dinámica de la Basura Televisiva asegura que un programa de cotilleos es menos repugnante cuanto más geográficamente alejados estén los personajes de los que se ocupa. La distancia internacional es un excelente filtro contra la estupidez. Personajes como Paquirrín o el hermano de la segunda esposa de Jaime Ostos hierven como plagas dentro de nuestras fronteras pero jamás saltan hasta otros Estados soberanos, con la enorme ventaja que eso implica al impedir simétricamente que el Paquirrín francés o el hermano de la segunda esposa del Jaime Ostos británico asomen jamás su molesta jeta por aquí. "Celebrities" ciñe su campo de acción al gossip, el cotilleo internacional, lo cual les obliga a ocuparse de Britney Spears en vez de Belén Esteban, de Harrison Ford en vez de Ortega Cano, de Carla Bruni en vez de Lucía Lapiedra.

Y eso marca una gran diferencia. En el tono, en la producción, en el diseño del espacio, -prescindiendo de tertulianos, poniendo a una modelo como Martina Klein para leer las entradillas a los reportajes, apoyándose en vídeos producidos en París, Londres, NY y Hollywood-, "Celebrities" está mucho más cerca de los funcionales programas de crónica social que vemos vía satélite en la NBC o la CBS que de "Aquí hay tomate" o "Corazón de la estación que toque". Sólo faltaría que el espacio estuviera en inglés para respirar aliviados y dar por infundado el susto que nos dio La Sexta cuando anunció que estrenaba un programa del corazón.

24/3/08

MEMENTO BERRY


Chuck Berry & Eric Clapton - Wee Wee Hours

Dejamos atrás una semana de pasión. Como el concepto de "pasión" es tan interminablemente amplio y abarca la práctica totalidad de la naturaleza humana, raro será que durante estos días haya habido alguien a quien no le haya pasado algo, que no haya padecido apasionadamente alguna patología simpática, -"pasar", "padecer", "pasión", "patología", "simpatía", todo en esta vida proviene del "pathos"-. Algunos habrán padecido atascos, alegrías deportivas o frío. Pero hoy me centraré en dos pasiones: la religiosa que se supone propia de la Semana Santa y la musical que yo me apropié durante esos días encadenándome al sofá de mi salita y empapándome entre aullidos de placer de las emisiones, reemisiones y requetemisiones que la heroica cadena TCM hizo de "Chuck Berry, Hail hail rock and roll", el documental filmado con motivo del concierto que Keith Richards montó en 1987 para celebrar el 60 cumpleaños de Chuck Berry.

Son dos pasiones muy diferentes. Los que padecemos gozosamente el rock no tuvimos una semana de celebraciones ni pudimos cortar la calle para pasear nuestros iconos saltándonos la política antiruidos del ayuntamiento, pero no nos importó porque pudimos ver en TCM a Eric Clapton recordar los maravillosos versos de Berry: "In the wee wee hours, that’s when I think of you" y dar paso a un excelente solo de piano de Johnny Johnson. Tampoco a las Hermandades del rock nos permiten liberar un preso cada año, pero nunca pretendimos tal infamia; nos conformamos con ponernos a dar palmas inconscientemente a medida que va aumentando la intensidad del "Rock & Roll Music" que cantan Chuck y una Etta James en estado de gracia celestial. Si la Semana Santa y su "memento mori" es un recordatorio de cuál va a ser el final de todo, "Chuck Berry, Hail hail rock and roll" nos recuerda cuál fue el comienzo de casi todo, al menos, de la pasión de casi toda la música apasionante que se grabó después de los discos de Berry durante los años 50.

23/3/08

MATEMÁTICAS O LATÍN

Está muy bien que los chavales vean lo que enseñan en el instituto de “Física o Química” (noche de los lunes en Antena 3). Hay a quien le parece mal dar esta educación a la ciudadanía, el ambiente que se ve en las clases, el fin de las viejas relaciones entre alumnos y profesores, pero es lo que hay.

Les Luthiers contaban que en la Universidad de Wildston la diversión y el recreo no eran menos importantes que el estudio, eran... más importantes. Eso no es nada comparado con lo que pasa en “Física o Química”: una profesora de filosofía se lía con un mozalbete y cuando descubre que es alumno suyo dice que debe dejar la relación, pero no porque sea un delito doble que un profesor –adulto– mantenga relaciones con un alumno –menor–, sino porque peligra su puesto de trabajo. Siguen viéndose y el intercambio de conocimientos se competa con un intercambio de enfermedades de transmisión sexual. Otros alumnos también se contagian en esta comunidad educativa en la que reina la confraternidad. Los alumnos ponen carteles por el instituto convocando una “fiesta petting” que resulta ser una bonita orgía, pero más chic, porque tiene nombre inglés. En la sala de profesores también tienen sus líos: hay un triángulo entre tres compañeros, pero diferente al que monta la de Filo con su ex, que casualmente también va a dar clase al instituto. Qué lejos quedan los triángulos escalenos y los acutángulos. Y la de literatura, capaz de convertir una clase sobre La Celestina en un debate sobre sexo, sufre porque cuando está con un colega no logra que las transversales del amor los atraviesen, tal y como establece el Teorema de Tales. Ah, sí, y además sexo, también hay chantaje, drogas, amenazas, suicidios, racismo, violencia y acoso laboral.

Por eso también está muy bien que los chavales, además de ver “Física o Química” en la tele, vayan a clase de lunes a viernes: para aprender otras cosas como Matemáticas o Latín.

21/3/08

LA RULETA DE BENARÉS

Durante siglos una leyenda aseguraba que bajo la cúpula del gran templo de Benarés unos monjes laboriosos dedicaban su vida a transportar 64 discos concéntricos insertados en una varilla hasta otra varilla con ayuda de una tercera siguiendo ciertas reglas preestablecidas. Se trata de un viejo acertijo matemático llamado "torres de Hanoi". Cuando finalmente los monjes terminasen su tarea el templo se vendría abajo y, ya puestos a hacer obra, el resto del universo desaparecería también con el visto bueno de Brahma. No había que preocuparse, unas torres de Hanoi con 64 discos se completan con 18.446.744.073.709.551.615 movimientos, lo cual hacía suponer que los monjes iban a seguir atareados un buen rato. Hasta ahora. Un amigo acaba de venir de allí y me cuenta que la leyenda ha cambiado. Ahora los monjes ya no mueven discos, sino que repasan meticulosamente la programación televisiva del planeta: en el momento en el que no quede ni un país del mundo en el que se emita "La ruleta de la fortuna" el cosmos quedará pulverizado.

Esta segunda leyenda me tranquiliza más que la primera. Los monjes de las torres de Hanoi terminarían su tarea tarde o temprano (vale, tarde, pero la terminarían). Pero imaginar un universo sin "La ruleta de la fortuna" seguro que atenta contra alguna ley de la física unificada. Mismamente en España la ruedita multicolor lleva girando en el mediodía de Antena 3 desde que existen registros escritos sobre estas cuestiones. Gobierna Zapatero y existe "La ruleta", gobernaba Aznar y existía "La ruleta", gobernaba Azaña y existía "La ruleta", los dinosaurios se daban dentelladas en una Pangea que empezaba a fraccionarse y ya Jorge Fernández animaba a un concursante a resolver un panel que bajo el título de "Refrán" contenía el texto "Dime con quién andas _ te diré quién eres". En tiempo de mudanza siempre es saludable dejarse acunar un ratito por los fundamentos más estables de la televisión más básica. "La ruleta de la suerte", el gran templo de Benarés de la pantalla, seguirá para siempre levantado a orillas del Ganges.

20/3/08

PHARMACOLOGIA CATHODICA

Se conoce como "farmacología catódica" la rama de la medicina que estudia los efectos de la televisión sobre la salud de los espectadores. Más de cincuenta años de investigación en este área ha permitido ir confeccionando un vademécum de especialidades televisivas altamente eficaces para tratar buena parte de los principales problemas del alma humana. Se sabe, por ejemplo, que la tristeza, la apatía, la falta de compromiso, el desvalimiento, la falta de fe en el género humano, entre otros muchos trastornos, responden bien a las buenas series de televisión, y es por eso que en los últimos años la investigación catodofarmacológica ha producido los principios activos más extraordinariamente potentes jamás ensayados, -"House", "Los Soprano", "24"-. Un capítulo a la semana de estos remedios y todos los índices de salud mejoran sensiblemente.

¿Y si se toman con más frecuencia? ¿Cúal es el efecto de dosis muy altas de buena televisión? Lo vamos a saber pronto, ya que Cuatro llevará a cabo estos días un experimento crucial de farmacología catódica. Esta cadena ha conseguido la mejor serie del mundo en estos momentos, "Roma", -supermegaproducción de las dos supermegaproductoras HBO y BBC-, y va a emitir los diez capítulos de su segunda temporada masivamente, en sólo tres días. Hoy jueves se podrán ver los ¡¡cuatro!! primeros. El viernes y el sábado nos podremos administrar dosis de tres capítulos. Nunca se ha ensayado nada parecido, y no se sabe cómo responderá el cuerpo humano a dosis tan elevadas de buena televisión. ¿Aparecerán mareos, gritos de euforia incontenibles, se convertirán los espectadores en latinistas especializados en César Augusto? Aunque ya vi en Digital+ esta brutal historia con su posología habitual de un capítulo a la semana, me he ofrecido voluntario como conejillo de Indias para el ensayo clínico, a sabiendas de que hoy Cuatro no sólo ingresa en la Historia de la Televisión sino también en la Historia de la Farmacología. Si a partir del domingo las columnas aparecen escritas en latín ya sabrán a qué atribuirlo.

19/3/08

NO A LA DESAMORTIZACIÓN

La desamortización religiosa de Mendizábal (1836) que ordenaba la venta de los bienes de la Iglesia consiguió restablecer el prestigio de la monarquía y contribuyó a ganar la Primera Guerra Carlista, pero no solucionó los problemas de la Hacienda Pública, no supuso un reparto más equitativo de la tierra y provocó la pérdida de un importante patrimonio artístico, puesto que el abandono de los conventos trajo consigo la ruina de edificios y la dispersión de obras de arte. Con esto quiero decir que la desamortización televisiva de películas histórico-religiosas en Semana Santa tiene efectos muy discutibles.

El pasado domingo, TVE-1 emitió “Espartaco”, pero no la película protagonizada por Kirk Douglas, sino el telefilme interpretado por Goran Visnjic, el doctor Kovak de la serie “Urgencias”. Antena 3 también ocupó la tarde del domingo con el telefilme “Moisés”. Y Cuatro estrena este jueves la serie “Roma”. No está mal, pero el “Espartaco” de TVE, el “Moisés” de Antena 3 y la “Roma” de Cuatro son actualizaciones de las viejas películas “de romanos” que siempre regresaban a la programación televisiva en Semana Santa. ¿Dónde están “Ben-Hur”, “Quo vadis” o “Los Diez Mandamientos”? La desamortización de estas películas en Semana Santa puede que haya restablecido el prestigio de la televisión (aunque habrá que ver si Canal + emite una película pornográfica en Viernes Santo) y contribuido a ganar la guerra por una audiencia desparramada en casas rurales y escapadas gastronómico-religiosas, pero también tiene inconvenientes. La desamortización de “Quo vadis” o “Ben-Hur” no soluciona los problemas de la televisión, no supone un reparto más equitativo de la tierra audiovisual (supongo que “Supervivientes” o “Sin tetas no hay paraíso” seguirán donde están) y, sobre todo, provoca la pérdida de un importante patrimonio cinéfilo.

El abandono de las viejas películas típicas de Semana Santa trae consigo la ruina de Nerón tocando la lira mientras arde Roma y de la boga combate en la galera de Ben-Hur. No a la desamortización de películas “de romanos”. No a la dispersión de “Quo vadis” en DVD. En Semana Santa, todos al convento a remar con Judá Ben-Hur.

18/3/08

ELLIOT SPITZER Y RAMÓN SAMUÑO

El escándalo organizado tras descubrirse que Eliot Spitzer, -gobernador de Nueva York conocido por sus cruzadas contra el sexo de pago-, era cliente asiduo de la prostitución de lujo ha provocado que haya pasado desapercibida otra historia parecida que ha tenido lugar en nuestro país y que acentúa igualmente la hipocresía que con frecuencia caracteriza la actividad profesional de algunos de nuestros personajes públicos. Se trata de lo ocurrido con Ramón Samuño, conocido crítico televisivo de un importante diario de tirada nacional.

Samuño se había significado desde hacía años por sus feroces textos contra la telebasura y había sido autor de las columnas más duras jamás escritas contra espacios de éxito como "Crónicas marcianas", "Gran Hermano" o, últimamente, "Aquí hay tomate". Incluso había emprendido pleitos judiciales contra sus productoras, y en 2006 fue la cara visible de la famosa campaña "El televisor no es un cubo de estiércol" que buscaba el boicot de la telebasura y de las firmas comerciales que se anunciaban en ella. Sin embargo, la policía tenía indicios de que su conducta era muy diferente de la que pregonaba y decidió tenderle una trampa. A principios del febrero pasado, el crítico fue invitado por una falsa Asociación por una Televisión Digna para dar una conferencia en Barcelona, sin saber que cámaras ocultas iban a registrar todos los programas de televisión que vería en la habitación del hotel en el que se alojó. En efecto, creyéndose a salvo de miradas ajenas, Samuño comenzó a ver "Fama" y siguió por "A3Bandas" y "Está pasando". Sus sonrisas de satisfacción, captadas por las cámaras, indicaban lo mucho que disfrutaba en todo momento de esos programas. Tras varias horas de telebasura, la policía consideró suficientemente probados los hechos e irrumpió en la habitación justo cuando el crítico empezaba a ver "Supervivientes". A la salida del hotel, esposado y entre una nube de fotógrafos, Ramón Samuño presentó su dimisión como crítico televisivo y pidió perdón entre sollozos a todos sus lectores.

17/3/08

SOMOS BASURA

No voy a hacer muchos amigos con la columna de hoy. Intentaré defender la tesis de que tan acertado como es llamar a algunos programas "programas basura" ha de serlo llamar a sus espectadores "espectadores basura". "Espectadores basura", suena chungo. Pero se deduce necesariamente de la identidad dialéctica que existe en televisión entre un programa y los que lo observan. El programa es los que lo observan. Los que lo observan son el programa. Programas excelentes son vistos por espectadores excelentes. Espectadores medios ven programas medios. Programas basura son vistos por espectadores basura. Y así sucesivamente.

Me di cuenta anteayer mientras veía un fragmento de "La Noria". Gente que no recuerdo estaba entrevistando a Karmele Marchante, y tras dedicar un rato a "Supervivientes" se procedió a repasar los hitos de la trayectoria profesional de la periodista (jua, jua) feminista (jua, jua, jua). Llegó, claro, el momento Jaime Ostos, y Jordi Fernández dio paso al vídeo 18 que compendiaba las principales declaraciones del ex-torero referidas a la mujer del parasol. Aun a riesgo de no ser exacto en la cita me atrevo a resumirlas tal que así: "Te vi a coger por el cuello cacho asquerosa guarra tortillera y te vi arrancar los dientes uno a uno cerda que ojalá te mueras lesbiana de mierda te parto la boca si pudiera". La gente que no recuerdo se mostraba digna e indignada y se preguntaba cómo es que Marchante no había denunciado a Ostos.

Y yo me preguntaba cómo es que yo mismo estaba viendo esa basura. Sólo había una explicación: yo mismo también soy un espectador basura, o, al menos, lo estaba siendo en ese momento. Pero no solo yo. Ese clip de "La Noria" no estaba pensado para un sólo espectador, sino para millones de espectadores basura que confirmamos con cada zapeo selectivo cuáles son nuestras preferencias audiovisuales. Somos basura y hozamos cada noche entre el fango en busca de terrones fétidos que destripar.

NO, CANSADO NO


Promo de "Yo estuve allí"

Ficha: "Yo estuve allí", La 1, Sábados, 22:30 h.

¿Televisión Española estrenando en el prime time del sábado una birria de programa ñoño de entrevistas ñoñas a los protagonistas de sucesos importantes de la historieta reciente de España? Vale, perfectamente creíble. ¿Carolina Ferré presentándolo? Claro, se ajusta exactamente al perfil requerido. ¿Dedicar el primer programa a la boda de Lolita, las elecciones del 82 que ganó González o la victoria de Arancha Sánchez-Vicario en el Roland Garros del 89? Pues sí, es lo esperable. ¿Apoyarse mucho en imágenes de archivo, en entrevistas a secundarios que algo tuvieron que ver con esos sucesos, meter alguna actuación musical de por medio venga o no venga a cuento? Seguro, es lo de siempre. ¿Contar con Javier Cansado para que haga de copresentador y suelte dos o tres preguntas rancias poniendo su personaje de toda la vida en automático? No, no, no, y mil veces no.

Carolina Ferré al mando de "Yo estuve allí" demuestra que el cosmos es sencillo. Javier Cansado copresentando el programa viola las leyes más elementales de la naturaleza. Sin Javier Cansado, "Yo estuve allí" sería un programa aburrido. Con Javier Cansado es una traición. Podrían haberme jurado que Javier Cansado iba a participar en una birria como "Yo estuve allí" y nunca lo hubiera creído. Pero yo estuve allí. Yo estuve allí viendo "Yo estuve allí" y desde el pasado sábado no va a ser lo mismo repasar los viejos VHS de "El orgullo del Tercer Mundo".

SÓLIDO


Promo de "Comando actualidad"

Ficha: Comando actualidad. Martes. 24,00 h. La 1

Para que completar el sólido sistema de representación de la realidad que construye la tele, ésta debe conseguir que no falte detalle. Por ejemplo, los informativos nos cuentan varias veces al día todos los sucesos truculentos, crímenes y desmanes que se producen en esta piel de toro (perdón, es que nunca habíamos “piel de toro” y nos hace ilusión. Solucionado). Un paso más allá, los magacines como “Gente” amplían y desarrollan cada día esa información que no debe faltarnos sobre los sucesos truculentos, crímenes y desmanes que se producen en este marco incomparable (es que tampoco habíamos dicho nunca “marco incomparable”. Arreglado). Pero, ¿qué pasa, no tenemos derecho a un programa semanal que se dedique a analizar con detalle y seguir paso a paso cómo se produjo alguno de los sucesos truculentos, crímenes o desmanes producido en este valle de lágrimas (vale, prometo que no lo volveré a hacer).

Nieves Herrero tocó el cielo hurgando en el caso de las niñas de Alcasser. Ella marchó, pero dejó su herencia. El año pasado La 1 tenía aquella cosa llamada “Hora cero”. Ahora ocupa su lugar “Comando actualidad”, que empezó dedicando una hora a Mari Luz Cortés, la niña de Huelva desparecida cuyo cadáver se encontró la semana pasada. Así se completa el sólido sistema de representación de la realidad que construye la tele. Gracias.

16/3/08

LAS TRIPAS DE LA BESTIA

La Tierra será tragada por el Sol dentro de 7590 millones de años. Para entonces "Prison Break" irá por su temporada 7.590.000.003. Scofield y Burrows seguirán persiguiendo a algunos y escapando de otros, no ya por Norte y Centroamérica sino por los brazos periféricos de la Vía Láctea, teniendo en sus manos la clave de una conspiración no ya planetaria sino cósmica, que intenta acabar con la vida no ya del presidente de los EE.UU. sino del Mandatario Supremo Espacio-Temporal del Centro del Cúmulo Galáctico QW2, único oponente de la Sociedad X3, hermanda secreta de biomasas grises que controlan el Cosmos desde poco después del big bang y que el bueno de Burrows descubrió de chiripa cuando robaba unos chicles en una gasolinera de Milwaukee. En cada temporada se habrá demostrado que el malo era en verdad un pelele blandengue del verdadero malísimo, que aparece en la siguiente. La necesidad de introducir unos 2.000 personajes nuevos por capítulo hará que todos los seres humanos hayamos aparecido en algún momento en la serie. Scofield se habrá cambiado su tatoo por otro tridimensional del espacio interestelar. A T-Bag le habrán cortado las dos piernas en la T4.780.045.876, pero no importa, porque se las agarrará con una cuerda a las orejas y podrá seguir caminando con ellas.

Todo esto, como digo, ocurrirá durante los próximos millones de años, pero yo no lo veré. Proclamo solemnemente que me he quitado de "Prison Break", que estoy libre los lunes a las 21:30 horas, que existe vida más allá de Brad Bellick. La adicción puede ser muy fuerte, pero quiero servir de ejemplo para que el mundo sepa que con voluntad, un poquito de psicoterapia y alguien que te acompañe durante las primeras semanas del mono, se puede salir de "Prison Break" y volver a llevar una vida normal. La Tierra será tragada por el Sol dentro de la leche de años, pero algunos hemos conseguido dejar de ser tragados por las correrías de Michael Scofield y Lincoln Burrows sin llevar tatuado por todo el cuerpo el mapa de las tripas de la bestia.

15/3/08

LO QUE QUIERES Y LO QUE NECESITAS

Lo dijeron el gran Mick Jagger, el más grande aún Javier Blanco y el grandérrimo Keith Richards: "No puedes conseguir siempre lo que quieres, pero si lo intentas a veces acabas consiguiendo lo que necesitas". Es lo que tiene la programación televisiva de los viernes.

No puedes conseguir siempre lo que quieres. Buscas un reality protagonizado por seres humanos y no por sus parodias, y te encuentras "Fama", ese "Fama" largo, demasiado largo cada larga sobremesa, demasiado largo durante demasiados meses largos. Esperas que algunos de los talk shows de media tarde contengan no ya una charla completa, pero al menos una pregunta, una, una respuesta, una sola, una frase, una palabra, que tenga algo que ver con tu vida o la de los que te rodean, pero lo que consigues es ver en "A3bandas" a Ximo Cantizano despidiendo para siempre lo de siempre, o a Lucía Pineda y Emilio Riaño contarnos las cosas que nunca pasan en "Está pasando". Cenas, te sientas delante de "Tú sí que vales" y tu rostro permanece horas y horas impasible ante tanta mueca, apático, coloreado rítmicamente en medio de la oscuridad por los fogonazos del televisor, derrotado por la contradicción de no poder entender cómo pueden existir programas así y tener la certidumbre de que no podría existir ningún otro.

Pero si lo intentas a veces acabas consiguiendo lo que necesitas. A medianoche, a punto de tirar la toalla, Cuatro emite "Adolescentes. Soy lo que como" un programa brutalmente necesario, televisión pública en estado puro emitida por una cadena privada mientras la televisión pública está emitiendo una película de Steven Segal. La mala alimentación de los jóvenes es uno de los grandes problemas sanitarios actuales, y la forma en como se resuelven las historias de Yolanda y de Inma pueden hacer tanto bien como mal hace el "Dónde estás, corazón" simultáneo de Antena 3. Ya sé que "Adolescentes. Soy lo que como" sólo es un programa de televisión que no va a cambiar radicalmente los hábitos alimenticios de los jóvenes, pero me gusta.

14/3/08

39 CÉNTIMOS

Podemos tirar cohetes, ¡somos ricos! Tras muchos años en números rojos, nuestra empresa empieza a dar ganancias. No se hagan los despistados, hablamos de RTVE, esa casa de la que somos accionistas todos los españoles. Llevaba años que sólo daba pérdidas y disgustos, pero ahora nos estamos forrando. Habrán visto cómo los telediarios de nuestra agrupación resaltaron la noticia, con el presidente contando lo bien que nos van las cosas. Estoy por dejar de escribir y ponerme a celebrarlo, pero me contengo.

Dice el presi Luis Fernández que desde que el antiguo Ente se refundó como “Corporación RTVE” nos va de perlas: cerró las cuentas de 2007 con un resultado positivo de 18,4 millones de euros, la tele y la radio nos costaron 18,4 millones de euros menos, la empresa nos ahorró 18,4 millones de euros. Debe de ser la de Dios porque el presi no hacía más que repetirlo. Vale, pues a repartir: todo eso entre los 45 millones que somos, sale a ¡41 céntimos escasos por cabeza!

Pues fíjate que no sé qué hacer con semejante pastón. Podría invertir en la mitad de medio ladrillo, pero la construcción ya no es lo que era. Podría comprar una mota de oro, que siempre es un valor seguro, pero, ¿y si estornudo? Ya sé, se lo devuelvo a nuestro presi para que compre la parte alícuota que me corresponde como accionista del programa “Gente”. Esa porquería que ocupa todas las tardes antes del telediario. Esa vergüenza superlativa que en la cara de una cadena pública fuera pecado. Esa mezcla hedionda de sucesos y cotilleos (les cuento un cotilleo: ellos lo llaman “crónica social” y dicen que “no se trata de un simple cotilleo”. Excusa no pedida, acusación manifiesta). A ver si con mi capital y el que remitan otros ciudadanos logramos que retiren semejante bodrio de la programación. Y si el próximo ejercicio, al faltar este programa, ganamos 39 céntimos en vez de 41, nos aguantamos.

13/3/08

PECADOS TV

Qué oportunidad perdida. Si el papa Benedicto XVI está preocupado porque la peña pierde “cada vez más el sentido del pecado”, si hacen falta más pecados para que haya más pecadores, que vaya a la tele y deje de rebuscar por los repliegues del alma (en su empresa los clientes son los pecadores. Por eso nacemos con pecado original, para que empecemos la vida pasando por caja, quiero decir, por la pila).

En el salón de casa es donde mejor se pilla clientela. Lo sabe cualquier anunciante de cualquier empresa de medio pelo, cómo va a ignorar esto la Iglesia, que en su Departamento de Expansión y Nuevos Mercados cuenta desde hace dos mil años con la asesoría del Espíritu Santo. Lo del don de lenguas aún es fundamental para andar por el mundo sabiendo idiomas (que se lo pregunten a la niña de Rajoy), pero hay que actualizarse. Si quieres que los parroquianos se sientan pecadores en un abrir y cerrar de ojos diles que ver la tele es pecado y sanseacabó.

A ver, ¿cómo que consumir drogas es pecado? ¿No ve que la gente empezará con que si no son lo mismo las duras que las blandas? ¿Serán, entonces, unas pecado mortal y otras venial? Más sencillo es decir que ver “House” y su vicodina es pecado, tanto como conducir bajo los efectos de haber visto “Cine de barrio”. Y punto. Igual que colaborar con el mal viendo esos concursos perversos en los que los concursantes quieren acumular excesiva riqueza sin venir a qué. O dañar al medio ambiente viendo a todas horas cotilleos y culebrones que terminan en plaga y acaban con la biodiversidad televisiva. O hacer experimentos genéticos dudosos en los que se mezclan géneros, como cuando los telediarios se convierten en programas de entretenimiento y los magacines en teletiendas plagadas de promociones y publicidad.

¿Ven qué fácil?: somos pecadores, vayamos a confesar. Y tras la absolución, volvamos pronto a casa a ver en la tele lo que dejamos grabando.

12/3/08

CARRETERAS CÓMPLICES

Decía Salvador Dalí que lo mínimo que se le puede pedir a una escultura es que se esté quieta (lo siento por mi amigo Faustino y su admirado Calder), así que lo mínimo que se le puede pedir a un programa de televisión es que se esté quieto y deje de pedir a los espectadores que llamemos a no sé qué número, o que mandemos mensajes a no sé dónde, o que votemos no sé qué cosa para entrar en el sorteo de no sé qué aparato. La escultura debe estarse quieta. Y el programa de televisión, también.

De todas formas, hay una manera optimista de ver esta invocación televisiva al movimiento: la importancia de las carreteras. Los romanos sabían mucho de carreteras, y siempre entendieron su importancia. Los griegos, sin embargo, buenos marineros y comerciantes, nunca entendieron la importancia de las carreteras, así que la falta de vías de comunicación interna fue una de las causas de su derrumbe. Los programas que buscan la comunicación con sus espectadores son romanos, y los programas que se limitan a navegar y comerciar son griegos. Un programa televisivo que no dispone de carreteras no puede comunicarse con su público, así que sólo puede aspirar a que sus marineros viajen a otras audiencias y hagan buenos negocios. Sin embargo, los programas que construyen carreteras pueden extenderse tierra adentro más fácilmente. Es una forma de verlo.

De todas formas, entre los programas romanos también hay clases, porque no todas las carreteras son iguales. En “Fiebre Maldini” (Lunes, Canal +), por ejemplo, Julio Maldonado regala camisetas a los espectadores que acierten dificilísimas preguntas futbolísticas. Camisetas. Y es que el público de “Fiebre Maldini” está acostumbrado a las carreteras romanas, que requieren poco mantenimiento porque están muy bien construidas. Las carreteras griegas, en cambio, necesitaban mucho mantenimiento porque estaban construidas de forma apresurada. Hay, pues, programas que viajan en busca del espectador, programas que construyen carreteras de mala calidad que necesitan mucho mantenimiento, y programas con buenas carreteras que buscan la complicidad con el espectador. Las camisetas de Maldini son carreteras cómplices.

11/3/08

CHIKI CHIKI ANFIBIO

Se piensa habitualmente, -seguro que usted mismo ha meditado sobre ello durante los últimos días-, que los cambios evolutivos perduran en función de su capacidad para permitir nuevas formas de comportamiento que adapten a los individuos a sus nuevas condiciones ecológicas. Pero no siempre es así: Romer ha señalado cómo en muchas ocasiones las innovaciones evolutivas se mantiene justamente porque permiten mantener los estilos antiguos de supervivencia, y sólo posteriormente tales novedades darán lugar a nuevas estrategias diferentes de aquéllas por las que se seleccionó dicha característica. Un ejemplo: si se seleccionó evolutivamente la aparición de anfibios a partir de ciertos peces no fue porque dicho cambio les permitiera llevar una vida en tierra firme, sino porque dicho cambio les permitía seguir viviendo en el agua en un período en el que muchas charcas se secaban y era necesario poder alcanzar otras nuevas para sobrevivir. Sólo con posterioridad esta innovación evolutiva fue utilizada para llevar una vida estable fuera de los medios acuáticos.

Obviamente, todos ustedes ya saben por dónde voy y son conscientes de lo relacionadísimo que está todo esto con la televisión: si Youtube triunfó inicialmente no fue porque innovara el mundo audiovisual sino porque permitía seguir viendo la televisión en el ordenador. Si te perdías "El intermedio" lo veías en Youtube. Si te perdías "Buenafuente", "El hormiguero", "Muchachada nui", lo veías en Youtube. En el cambiante, múltiple y reseco ecosistema de la televisión del siglo XXI Youtube permitía seguir viviendo en las charcas viejas y conocidas con los viejos y conocidos estilos de telespectador. Pero no nos engañemos, ya nos hemos vuelto anfibios. Hemos dejado de ver la televisión en Youtube para empezar a ver Youtube en el televisor. De tanto reptar entre charca y charca hemos decidido quedarnos frente al monitor y ahora la televisión sólo sigue siendo vista por los arcaicos peces. "El chiki chiki" es el himno anfibio de la nueva especie.

10/3/08

RODRÍGUEZ CHIKILICUATRE

Tres ideas para hacer columnas relacionando la elección de la canción que representará a España en Eurovisión con las elecciones generales al Parlamento español celebradas este domingo:

1.- No lo entiendo. Mucho llamar a la participación y luego la organización de las elecciones es un auténtico desastre. Voy a primera hora hasta mi colegio electoral con el voto completamente decidido. Me pongo a buscar la papeleta de Rodolfo Chikilicuatre y no aparece por ningún lado. Ni para el Congreso ni para el Senado. Y además aparecen un montón de papeletas raras de grupos musicales que, desde luego, yo no vi por ningún lado en myspace. Se deben de haber apuntado a última hora. O hubo pucherazo. Exigí mi papeleta de Rodolfo Chikilicuatre y amenacé con poner una denuncia ante la Junta Electoral. Llegó un policía, me cogió del brazo y me sacó a la calle amablemente.

2.- Por encima de cualquier otra consideración, el principal análisis que cabe hacer ante los resultados electorales del 9-M pasa por destacar la profunda remodelación que está demandando la ciudadanía de la democracia española así como la puesta al día del sistema de elecciones de sus representantes parlamentarios. Hay que ser valientes y decirlo con claridad: elecciones televisadas con Raffaella Carrá como presentadora e Izaguirre, Rosa y Bibiana como comentaristas, formulación de candidaturas a través de myspace y votos en el marco de esa página de Microsoft, y Jose Luis Rodríguez Uribarri como presidente vitalicio de la República Española Eurotelevisiva.

3.- No hubo sorpresas. Aunque teóricamente había múltiples opciones, todos sabíamos que el resultado de las votaciones se movería entre dos únicas posibilidades: el pop pijo y efectista de siempre, y una inmensa broma improvisada e insensata. Al final ganó el que ya iba ganando en las encuestas previas al día decisivo. Ahora, a ver qué tal lo hace España ante el reto que tiene por delante.

9/3/08

INTERRUMPIENDO LA INTERRUPCIÓN

Gracias a la civilización y el progreso aquellas viejas carpetas de cartón en las que amontonábamos recortes de periódicos sin orden ni concierto han sido sustituidas por modernas carpetas virtuales en las que amontonamos recortes digitales sin orden ni concierto. De vez en cuando uno las revisa y se encuentra con viejos amigos con la ventaja, eso sí, de que no se mancha las manos con tinta. Veo que hace un año me llamaron la atención varias noticias relacionadas con la publicidad, esa molestia que interrumpe la vida del televidente.

Una: la archidiócesis de Washington inicia una campaña multitudinaria de publicidad para que los parroquianos visiten un poco más los confesionarios. ¿Saben uno de los motivos que barajan como explicación del progresivo abandono de la confesión? La proliferación de programas de testimonios en los que los participantes cuentan ante todo el mundo sus vergüenzas porque no se atreven a contársela al confesor por si los reconoce. Otra: Schweppes pide perdón a las autoridades de Boston porque realizó una campaña publicitaria que causó la alarma y el cierre de un histórico cementerio al que acudieron demasiadas personas a participar en un montaje que se les fue de las manos. Y otra: en varias ciudades norteamericanas se reciben alertas de terrorismo por la localización en diferentes zonas de artefactos que parecen bombas. Resultan ser aparatos que proyectan un personaje de una nueva serie de animación que la cadena de televisión Cartoon Network quiere promocionar de esta original manera.

Aun así, hay formas infinitamente más estúpidas de darse a conocer que la publicidad. Viendo cómo anteayer unos desgraciados lograron interrumpir la programación de todas las cadenas de televisión (publicidad incluida), echaba uno de menos esos días en los que los programas se interrumpen sólo para emitir publicidad normal y corriente.

8/3/08

COLUMBRANDO COLOMBRES


Promocional de "La Señora" (TVE1)

Ficha: La Señora. Jueves. 22,00 h. La 1

Como toca jornada de reflexión, venga, a reflexionar se ha dicho. Hay, al parecer, dos posibilidades: o bien usted piensa que hay una recesión económica enorme que presagia el Apocalipsis y hay que tomar medidas, o bien usted piensa que aquí no pasa nada de nada pero también hay que tomar medidas. El caso es que hay que tomar medidas. Pues le decimos la primera: hay motivos para creer, con cabeza y corazón, que debe ver “La Señora”, el nuevo folletín de La 1 para la noche de los jueves. Y debe hacerlo porque los exteriores están rodados en Asturias. Bueno, en Asturias y Madrid, Segovia y Guadalajara, pero eso no cuenta. Así que a ver la tele.

Diferentes estados mexicanos (Veracruz, Puebla, Jalisco, Guerrero…) están últimamente compitiendo entre sí para acoger el rodaje de telenovelas, sabedores de que suponen una campaña publicitaria que vale su peso en audiencia. No se cortan ofreciendo apoyo económico y facilidades que incluyen el pago de hoteles, alimento y el traslado del equipo. La inversión se recuperará después en forma de desarrollo turístico. Así se hicieron culebrones por todos conocidos como “Pasión de gavilanes” o “Destilando amor”, y así se hizo la telenovela que este mes sustituirá en las sobremesas de Antena 3 a “Dame chocolate”: “Las tontas no van al cielo”. Este culebrón recibió casi dos millones y medio de euros para que nos vendan las maravillas de Jalisco.

Y si en Jalisco no se rajan, aquí no vamos a ser menos. “La Señora” está ambientada en “el norte” de España. No dicen que es Asturias, pero todos sabemos que lo es. Igual que Vetusta es Oviedo y Cenciella es Noreña. La familia Márquez es una familia de indianos ricos y burgueses que poseen fábrica de tabaco y unas minas con mineros inconformistas y dinamiteros. O sea, que sí, que es Asturias. Si vieron el estreno tres millones y medio de espectadores, con ellos contamos para que nos visiten en cuanto les den las vacaciones y nos ayuden a salir de esta enorme recesión que hay o no.

Pero (ahora viene el “pero”) en el primer episodio no se vio gran cosa de Asturias. Los acantilados de la costa llanisca, la Casa Roja de Colombres y poco más. Tendremos que esperar a posteriores entregas para ver más y mejor. Y para eso necesitamos que usted tome medidas y los jueves por la noche vea “La Señora” en La 1. Para que esos tres millones y medio de telespectadores vayan a más, y no a menos. Hace falta porque en el hueco que ahora ocupa la serie se estrenó hace dos semanas un concurso, “Superdupla” que apenas veía nadie y cayó fulminado. Necesitamos que “La Señora” tenga espectadores para garantizar que la publicidad gratuita que nos hace siga emitiéndose en hora de máxima audiencia. Y para eso debe hacer un esfuerzo y verla. Aunque la época de la dictadura de Primo de Rivera le quede muy lejos. Aunque puestos a estar pendientes de los amores imposibles entre una hermosa mujer y un sacerdote prefiera “La Regenta”. Más caro sale pagar dos millones y medio de euros como hacen en México. Además, no se ponga tan remilgosos, “La Señora” se deja ver con mucho más gusto y provecho que los culebrones que nos inundan.

La página web de TVE habla de los lugares donde rodaron los exteriores y cambia el nombre de “Colombres” por “Columbres”. Por una vez, el corrector de Word equivocándose acierta: ya nos podemos poner a colaborar con la economía asturiana viendo “La Señora”, vislumbrando Llanes, entreviendo Moreda, divisando Guadamía, atisbando Niembro y columbrando Colombres.

QUIZÁS QUISO DECIR

Pero vamos a ver, ¿qué es eso de “Romanes eunt domus”, ¿“Gente llamada romanos ir la casa”? ¡Por favor! Quien quiera hacer una pintada diciendo “Romanos marchaos a casa” en la lengua del Imperio debería saber latín o al menos haber visto “La vida de Bryan”. Así que, o uno se aprende de memoria aquello de “Romani ite domum” escribiéndolo cien veces en una noche sobre la pared de un edificio bajo la vigilancia de un centurión, o se pone a estudiar qué es el vocativo, el imperativo de la segunda persona del plural y el acusativo de dirección. Claro que cabe otra posibilidad: no complicarse la vida y decir simplemente “Romanos marchaos a casa”, que todos lo entendemos igual aunque quede menos solemne.

Lo que pasa es que Hugo Chávez quiere que en su programa de televisión “Aló, presidente”, que cada domingo dirige a los venezolanos, no falte de nada. Y le faltaba un toque clásico. Así que, aunque sabe que en Hispanoamérica se habla español, el otro día se puso a decir “Motivo de guerra” en la lengua del Imperio y le salió “Causus bellis”. ¡Causus bellis! ¡No dio ni una! Una metedura de pata así sí que debería ser casus belli. Y no porque Chávez no sepa latín, sino porque demuestra no haber visto “La vida de Bryan”. Imperdonable. No tuvo bastante con haber sido el desencadenante de un “Por qué no te callas” que nos perseguirá hasta la tumba, y ahora nos regala un solecismo con pretensiones que a nada que nos descuidemos pasa a la historia.

Es verdad que los telediarios ya dejaron de multidifundir las imágenes del enfático “causus bellis”, pero como se líe una balasera por aquellas tierras hermanas, volveremos a oírlo una y mil veces en las noticias. Y saldrá en los libros de historia. Y en Wikipedia. Y se harán politonos. Y canciones del verano. Y acabaremos por acostumbrarnos. Y cuando alguien busque en Google “casus belli”, la máquina pensará que es un error. Y nos corregirá: “Quizás quiso decir causus bellis”.

7/3/08

NÁUSEA


Sólo pediré un deseo: que A3 no vuelva a emitir "Tres deseos"

Ficha: Tres Deseos, Antena 3, Miércoles 22:00 H

Puestos a pedir deseos podría pedir un montón de ellos. Por ejemplo, que no se emitieran programas en donde se viera a Jaime Cantizano atender en una carnicería con el cuello del polo subido. Por ejemplo, que no fuera posible estar zapeando tranquilamente y encontrarse a Aitor Tilla, -lo siento, para mí el arriesgado presentador del programa de denuncia social "Si yo fuera tú" se llamará para siempre Aitor Tilla-, empujando un todo terreno en medio del desierto. Más: que Eva González nunca busque el llanto en las chicas a las que entrevista en relación a una amiga común con problemas de salud. Podría pedir miles de deseos: que el responsable de la música de los espacios de producción propia de Antena 3 encuentre un nuevo trabajo más acorde con sus facultades, que la misma Antena 3 encuentre una forma digna de rellenar sus prime times, que nunca jamás se hagan programas en donde se regalen unas migajas a gente pobre que ha sufrido una tragedia para filmarlo, postproducirlo de la forma más pornográfica posible y meterse en el bolsillo mil veces más de lo regalado con la publicidad que se inserta durante su emisión nacional.

Podría pedir un montón de deseos, pero hoy tengo el día sintético y sólo pediré uno: que Antena 3 nunca más vuelva a emitir "Tres deseos" para que podamos zapear después de la cena sin la amenaza constante de la náusea.

"ALLÁ TÚ" MINIMALISTA

"Allá tú" es un concurso minimalista. Se define el arte minimalista como aquél que se ha desprendido de todos los elementos accesorios o innecesarios, para quedarse únicamente con la esencia más reducida de la disciplina artística sobre la que se trabaja. La pintura minimalista explora los aspectos más arcaicos y fundamentales de la experiencia cromática: formas rectangulares, repeticiones, telas descomunalmente grandes pintadas de algún color, líneas y más líneas. La escultura minimalista produce obras parecidas, pero ésta vez referida a los volúmenes. La música minimalista se centra en frases melódicas muy breves, que se repiten una y otra vez, si acaso modificándose muy sutilmente a medida que la obra avanza. Así como se considera que Terry Riley inicia el minimalismo en la música con su obra "In C", Donald Judd habría hecho lo mismo en el campo de la escultura y Frank Stella presentó en 1959 los primeros cuadros minimalistas a bases de rayas, toda la crítica televisiva concede a Jesús Vázquez y su "Allá tú" el mérito de haber aplicado el minimalismo al género de los concursos televisivos.

O, dicho de otra manera, un elemento fundamental de los concursos son las preguntas sobre temas variados. "Allá tú" manda ese elemento a freír monas. Otro elemento de los concursos son las pruebas de habilidad de todo tipo. "Allá tú" da a ese elemento una patada tal que ahí mismo. Otros elementos del mismo universo son las votaciones de los espectadores, la competición o colaboración con otros concursantes, la resolución de problemas. Nada de eso tiene cabida en el entendimiento artístico de Vázquez. La dinámica de "Allá tú" se limita a escoger una caja entre 22 y ver qué premio contiene. Fin. Puro minimalismo. El concepto de concurso televisivo en su máximo nivel de abstracción esencial. Un apuesta arriesgada por una metatelevisión que reflexiona teóricamente acerca de sí misma. Como un lienzo de 12x5 metros pintado de azul, un cubo de Sol LeWitt, una melodía de cinco notas que se repite 600 veces. Una mierda, vamos.

6/3/08

SALVADOS POR "SALVADOS"

Los debates electorales han demostrado ser una pantomima efectista para figurones sin el menor interés en su contenido programático; política espectáculo diseñada según los parámetros del star system para proporcionar horas de cotilleo cool a los comentaristas y tertulianos audiovisuales. Los espacios de propaganda electoral clásicos, -aquéllos de varios minutos en donde salían los candidatos sonriendo y mintiendo acerca de lo que iban a hacer en el probable o improbable caso de victoria-, han quedado sustituidos por brevísimos spots en todo semejantes a la publicidad comercial de tampones, neumáticos o ADSL. Incluso la cobertura de los actos de campaña, antaño, -del latín ante annun-, ocasión para que los informativos de la cena tuviesen su puntito de interés, son hogaño, -del latín hoc anno-, puras conexiones de recurso, rutinarios valles de audiencia rodeados por picos llenos de entrenadores de fútbol y países autosegregados.

Parecía que asistíamos a la peor campaña electoral televisiva de la historia. A punto estábamos de tirar la toalla y darnos por perdidos cuando llegó el Follonero y se marcó en dos entregas "Salvados por la campaña", el mejor espacio de entretenimiento patrio que hemos visto en las pantallas desde la época en que a Manuel Fraga no hacía falta subtitularlo. Ver cómo el público de un mitin de Rodríguez trata a un Follo travestido de periodista de la COPE de forma muy semejante a como el público de un mitin de Rajoy trata a un Follo travestido de periodista de la SER, contemplar cómo ambos candidatos besan igual a la misma madre con la misma hija y responden de forma casi idéntica a un cara a cara de perfil, mueve más el voto que cualquier recuento de las interrupciones que se hicieron mutuamente Zappy y Rajoidy. De hecho, "Salvados por la campaña" mueve tanto el voto que lo centrifuga: nunca dos horas de televisión influyeron tanto electoralmente, y sólo por disfrutar repetidamente de ellas deberían celebrarse elecciones al parlamento cada vez que La Sexta tenga un hueco en su parrila para el Follonero.

5/3/08

CONTRA LA AMETRALLADORA

En esta sección se ha defendido varias veces que si los reportajes de “Cuarto milenio” (Cuatro) fueran guiones de series como “Expediente X”, el careto de Iker Jiménez no sólo no nos daría ganas de vomitar, sino que podría convertirse en nuestro Fox Mulder. Pero el problema de “Cuarto milenio” es el mismo que el de los magos que no reconocen que son magos y presentan sus trucos como resultado de unos absurdos “poderes”: es imposible hablar seriamente de los fenómenos paranornales porque todo lo que sea decir “no hay poderes paranormales” o bien es ficción tipo “Expediente X”, o bien es puro engaño. “Cuarto milenio” es puro engaño.

¿Qué hace “Cuarto milenio” en una cadena como Cuatro? La respuesta a esta pregunta es que la pregunta no tiene sentido. Cuatro no es una cadena diferente porque lo que pretende es ganar dinero con sus programas. Una cadena de televisión privada es un negocio. Así que Cuatro seguirá programando “Cuarto milenio” mientras sea rentable, y cuando deje de serlo Iker Jiménez tendrá que irse con su chabola paranormal a, yo qué sé, la madrugada de Telecinco. Pero es que la televisión es así, no hay que darle más vueltas. El inventor de la ametralladora moderna, Hiram Stevens Maxim, inventó también un hierro para rizar el pelo, y patentó ratoneras, faros para locomotoras y sistemas de riego automático. La televisión tampoco para de inventar y patentar cosas. Programas como “Cuarto milenio”, baratos y fáciles de disparar (ningún Iker Jiménez del mundo es doctor en Física), son las ametralladoras de la programación. Pero en la tele también podemos ver películas que rizan el pelo (echen un vistazo al ciclo de Hitchcock que emite la TPA), ratoneras infalibles con aspecto de serie (“Aída”, “House”), partidos de la Liga de Campeones convertidos en faros, y originales sistemas de riego automático disfrazados de películas pornográficas.

Como regla general, hay que desconfiar de esos programas-ametralladora que siembran los sofás de cadáveres y consiguen ser rentables porque son baratos y fáciles de disparar. Y siempre será mejor un sistema de riego automático porno que una ametralladora paranormal. Haz el amor y no la guerra.

HUEVOS Y POLLOS EN EL DESIERTO

Un canal televisivo británico ha hecho una encuesta entre los jóvenes con unos resultados sorprendentes: el 58% de los entrevistados creen que Sherlock Holmes fue un personaje real, el 47% cree que Ricardo Corazón de León es un mito, y el 23% cree que Winston Churchill es un personaje de ficción. Vaya cura de humildad. Quizás dentro de poco tiempo muchos jóvenes españoles creerán que Mortadelo y Filemón fueron personajes reales, que el Cid es un mito, y que Zapatero y Rajoy son personajes de ficción. Vaya cura de humildad. Así que el debate del siglo entre el presidente y el candidato, el no-va-más de la confrontación dialéctica entre los dos gigantes de la política, el acontecimiento político-televisivo mayor que el cual ningún acontecimiento político-televisivo puede ser contado, puede terminar en el mismo limbo que los puros de Churchill.

Dicho esto, hablemos del debate entre Mortadelo y Filemón. Cuenta la tradición cristiana que había una vez un ermitaño que corría por el desierto gritando: “¡Tengo una respuesta! ¡Tengo una respuesta! ¿Quién tiene una pregunta?”. El debate decisivo fue un debate entre dos ermitaños que corrían por el pobladísimo desierto electoral gritando en voz baja: “¡Tengo una respuesta! ¡Tengo una respuesta! ¿Qué demonios me importan las preguntas?”. Zapatero habló de lo bien que va todo y de sus propuestas para que todo vaya mejor, y Rajoy habló de lo mal que va todo y... de lo mal que va todo. De vez en cuando parecía que se enzarzaban (sin subir mucho el tono de voz, porque los asesores dicen que eso quita votos) hablando de Irak, de ETA, de inmigración o de la idea de España. Pero era mentira. Zapatero y Rajoy estaban en la tele para hablar de su libro, como diría Umbral, y como buenos ermitaños estaban obsesionados con sus visiones. Es lo que tiene el hambre y la sed de votos.

No sé qué me interesa menos, el color de las puñeteras corbatas del presidente y del candidato, o la dichosa primera pregunta que Rajoy hizo al presidente Zapatero en el Congreso. Pero vamos a ver, ¿cómo es posible que nuestros líderes políticos dedicaran más tiempo a esa estúpida primera pregunta que a casi cualquier otra cosa? Zapatero prometió el pleno empleo. No hubo comentarios. Rajoy dijo que la Alianza de Civilizaciones y la ley de la Memoria Histórica eran entretenimientos. No hubo comentarios. Eso sí, cuando los políticos quieren bajar a la calle, se ponen de lo más divertidos. En el debate nos enteramos de que los huevos subieron tres veces más con el Partido Popular, pero el pollo subió más con Zapatero. Manda huevos. Vaya pollo.

En cuanto a los datos, los números, los gráficos y todo eso, tengo una mala noticia para nuestros políticos: son veneno para la taquilla. Es decir, Rob Morrow se equivoca cuando dice en la serie “Numb3rs” que los números no mienten, pero las personas sí. Los números mienten que te cagas. Los gráficos suben y bajan según quien los cocine. Menos números y más trabajar. Menos debates entre ermitaños. El futuro presidente será Mortadelo o, quizás, Filemón. Pero dentro de cincuenta años, puede que una cadena de televisión haga una encuesta entre los jóvenes y la mayoría crea que los huevos y los pollos son un mito.

4/3/08

¿QUÉ MIRAS?

La serie “Aída”, en Telecinco, fue el programa más visto del domingo. Aunque la boda del Luisma y la Macu haya dejado en la cuneta otras famosas bodas audiovisuales como la de “Ana y los 7” o la de “Médico de familia”, no hablaremos de eso. Hoy no haremos crítica de televisión. Nos limitaremos a usar las palabras como si fueran la esclerótica de nuestros ojos, que bastante es.

Dice Desmond Morris que el hombre es el mono desnudo, pero hay otras maneras de referirse a nuestra especie de forma aún más desconcertante: de 81 especies de primates, sólo nosotros tenemos blanco el blanco de los ojos (la esclerótica) de forma que contrasta enormemente con el color de la piel que rodea al ojo. Además, esto facilita que, a su vez, destaque el iris. Así, nuestros congéneres saben dónde estamos mirando. Mirar no es un acto privado, sino público. Somos flechas que apuntamos con la mirada, animales sociales que nos comunicamos con sólo echar un vistazo. A Polifemo le bastaba con un solo ojo porque los cíclopes eran seres solitarios que no tenían miradas que mirar.

Como los ojos, los índices de audiencia dicen lo que se mira, y, a la vez, invitan a mirar. Lo que fue una estrategia adaptativa para facilitar la supervivencia de una especie social y cooperativa, hoy nos tiende trampas. Pero a veces, como el domingo, vale la pena mirar donde miran los demás. Se han realizado experimentos en los que se comprobó que los primates siguen la dirección de la cabeza, mientras que los niños siguen la dirección de la mirada. El área visible de nuestra esclerótica es tres veces mayor que la de un enorme orangután. El domingo cuatro gatos veían “Cuarto milenio”. La mayoría apuntaba en dirección a “Aída”. Estas palabras sólo pretenden ser el amplificador de esas miradas. La esclerótica: el blanco de nuestros ojos que muestra cuál es el blanco de nuestros ojos.

2/3/08

VOLUMEN BAJADO

A mi amigo Paco le encanta ver los debates electorales con el volumen bajado. Dice que es como realmente se disfrutan, sin esos ruidos tan molestos que hacen los candidatos al hablar y que sólo sirven para distraerte de los elementos verdaderamente importantes: las corbatas, los movimientos de las manos, los rictus. No hay derecho, añade, a que la audiencia desprecie el trabajo de tantísimo asesor de imagen; honrados trabajadores que ganan el pan de sus amantes debatiendo sobre la altura de las sillas, el color de los bolígrafos o el peinado de los aspirantes a la presidencia del Gobierno, y que después ven como su obra es ninguneada por comentaristas que sólo se refieren a bonobuses, agresiones a víctimas y niñas que corretean por los campos de España hablando muchos idiomas. Total, si tienen algo importante que decir nos lo van a enseñar en un gráfico... Paco está convencido: contempla únicamente las imágenes del debate mientras escucha en su equipo de música el nuevo "Washington Square Serenade" de Steve Earle, y a medianoche sabe exactamente quién gano con la misma precisión que los que lo vimos, lo escuchamos e incluso juraríamos que lo hemos llegado a oler.

Yo, por el contrario, he decidido que hoy me voy a limitar a oír el combate Zapatero-Rajoy con la imagen en negro. El pasado lunes jugué todo el rato con el contraste del televisor, pero eso no influía en la percepción de las diferencias entre los candidatos; subía y bajaba el brillo, pero la calidad de la oratoria seguía siendo igual de gelatinosa. ¿No dicen que el debate vale para escuchar las propuestas de los diferentes partidos? Pues para escuchar propuestas no es necesario ver las cejas de slapstick de Zapatero. ¿No dicen que se trata de confrontar ideas? Pues yo puedo confrontar ideas sin tener presente la fea cara de Rajoy. Mi amigo Paco verá hoy el debate con el volumen bajado. Yo lo escucharé sin imagen. Mañana nos tomaremos un café después de comer y confirmaremos que no hubo ninguna diferencia en lo que hicimos el uno y el otro.

¡JEHOVÁ!

Nos la jugamos, pero ahí va: hace falta otro programa de cazatalentos. Proponer esto es una blasfemia mayor que decir la palabra “Jehová” en “La vida de Bryan”, pero antes de lapidarnos les rogamos que sigan leyendo. No pedimos otro programa de cazatalentos en el que los concursantes sepan cantar, sepan bailar y sepan la tabla de multiplicar. De eso ya estamos servidos. Lo que hace falta es un programa que cace los talentos que realmente necesitan los programas de cazatalentos.

Un bailarín, guaperas, polémico y capaz de enamorar a los espectadores está bien para un programa de baile, pero nada más. Una cantante, guaperas, polémica y capaz de enamorar a los espectadores está bien para un programa de canciones, pero nada más. Hasta los humoristas, magos y tragafuegos guaperas, polémicos y capaces de enamorar a los espectadores están bien para un programa en el que busquen a quien tiene talento para decirle tú sí que vales. Pero nada más. Y si algo nos enseña este género televisivo es que lo verdaderamente importante no son los concursantes, sino los miembros del jurado y los profesores.

Por eso hace falta un programa cazatalentos en el que participen aspirantes a jurado y profesores. Tipos que sepan hacer que parezca que van a votar una cosa y voten otra, que se agiten por cualquier cosa, que sean más histriónicos que Boris Izaguirre, que repitan alguna palabra rara muchas veces, que gesticulen como posesos, que pongan caras de asombro para que la cámara los enfoque todo el rato, que sean muy buenos o muy malos o muy cualquier otra cosa pero con un perfil muy reconocible para que los espectadores sepan quién es el bueno o el malo o el cualquier otra cosa.

¿Por qué tiran piedras? ¿Sólo por pedir otro programa cazatalentos? Vale, pues ya que la lapidación es inevitable, nos despacharemos a gusto: ¡Jehová! ¡Jehová! ¡Jehová! ¡Jehová!

1/3/08

OTRA CUENTA ATRÁS


Promo de la segunda termporada de "Cuenta atrás" (Cuatro)

Sí, ¿qué pasa? Me gusta "Cuenta atrás". ¿Algún problema? ¿Qué tengo, que avergonzarme por ello? No me da la gana. Me gusta "Cuenta atrás" un huevo, me parece una seriaza más que notable y en la próxima visita que haga a la tienda ésa de color mostaza de Dijon me voy a pillar la primera temporada en DVD. Sé que estoy diciendo una herejía. El primer mandamiento del friki enteradillo afirma solemnemente que "alabarás las nuevas series USA sobre todas las cosas", lo cual se remata con dos corolarios de semejante obligado cumplimiento: "alabarás especialmente las series que aún no han sido emitidas por televisión" y "despreciarás con aire de suficiencia las series españolas". Yo era un friki devoto cumplidor de estos mandamientos, hasta que empecé a engancharme en los casos policíacos de Corso. Caí del guindo al que estaba subido encima de una burra y me levanté seguro de lo que digo: "Cuenta atrás" es una serie excelente. Hala, ya pueden empezar a enviarme emails de protesta al blog o a la dirección de abajo.

El jueves es un día peculiar. "Shark", en Fox, termina a las diez y veinte. Un minuto o dos después empieza "Cuenta atrás" en Cuatro. Yo me zampo los fantásticos casos de Sebastián Stark disfrutando de la vida como la niña de Rajoy y empalmo con las investigaciones contrarreloj de Corso sin parpadear más de lo estrictamente necesario para mantener los globos oculares con la humedad adecuada. No noto ningún cambio notable en el paso de una serie a la otra. Técnicamente, sí, claro: por mucho que baje el dólar un millón de dólares sigue siendo más que mil euros. Pero no tienen los guiones de "Cuenta atrás" más agujeros ni menos giros bien traídos que los de "Shark". Y en la interpretación, con perdón, la brigada madrileña gana a los maniquíes de Los Ángeles, -bueno, quitando a James Woods, que es mucho James Woods-. Yo no tengo dudas: es sólo cuestión de tiempo que se reconozca a la serie de Cuatro como la primera serie española de nivel internacional. Es otra cuenta atrás que también ha empezado.