31/3/09

MALA REPUTACIÓN



Flipa, colega, pero para ahorrar gastos el Estado va a hacer un programa de televisión que no se paga con todo lo que lleva ahorrado Antena 3 desde que empezó a reemitir los mismos capítulos de “Los Simpson” hace tres lustros. ¿Ahorrar gastándose un pastón? ¿Que no? Pues de eso se trata. Mira tú a ver si no: para hacer un único programa en directo un día por la mañana, un día de esos que para la audiencia no es ni fu ni fa y que igual ni se acuerda de encender la tele, va a llevar un ejército de desembarco a la playa de El Sardinero en Santander. Pero no un ejército de pega para hacer un desembarco de pega, que eso se podía resolver con un par de efectos especiales resultones. Lo que van a hacer es llevar un ejército de verdad, formado por varias unidades de la Armada de verdad a hacer un desembarco de verdad con un buque de asalto anfibio de verdad en una playa de verdad. Con un par. Bueno, con un par y apoyados por una moderna fragata F-100. Una fragata de verdad, claro. Igual que los aviones de despegue vertical Harrier. Porque ese día también va a haber aviones Harrier haciendo despegue vertical. Eso por no hablar de los helicópteros de verdad y de una patrulla de aviones de guerra de verdad haciendo un bonito espectáculo de luz y color para que los españoles lo podamos disfrutar desde nuestras casas sin perder detalle, que para eso lo pagamos.

¿Y cuál es el ahorro de semejante gasto? Esto es lo mejor: el ahorro está en que el programa de televisión no va a necesitar el despliegue de 1.800 militares, ni de 45 aviones y helicópteros ni de 86 vehículos de todo tipo (desde carros de combate a artillería autopropulsada). De hecho eso fue lo que se necesitó cuando se hizo el año pasado el mismo programa de televisión: “Desfile del Día de las Fuerzas Armadas”.

Luego, y esto ya es aparte, está la cuestión de si el programa gusta o no. Hay a quien le encanta, es cierto, pero también lo es que hay unos cuantos con mala reputación a los que la música militar nunca nos supo levantar.

30/3/09

COMO UN GILIPOLLAS



Un poco de consideración, por favor, que no somos tontos. Que no nos vengan ahora con tonterías de ese calibre, que ya no cuela. Que muy listos no seremos, pero viendo la tele uno siempre aprende algo y espabila un poco. Y además esas correrías de “El último superviviente” no hay quien se las crea. Es un programa que hace tiempo emiten en Discovery Channel (y últimamente también en Cuatro los domingos por la mañana) y que podría estar bien porque es entretenido, pero es que nos tomas por tontos.

Pero vamos a ver, almas de cántaro, ¿quién se va a creer que siguiendo las enseñanzas de Bear Grylls podríamos sobrevivir sin recursos y sin ayuda en cualquier lugar del planeta? Eso es imposible. El tipo este un día sobrevive en el desierto del Sahara, otro en las Montañas Rocosas, otro en la jungla de Costa Rica, otro en los volcanes de Hawai. A él le da igual. Se busca la vida donde sea. Y sólo va con lo puesto y una navaja de boy scout. Hace refugios para dormir, saca agua de debajo de las piedras, aprovecha todo lo que encuentra, pesca y caza donde nadie lo haría, come mofetas, serpientes, escarabajos, orugas de cuerpos en descomposición, cualquier cosa. Como si eso de comer, beber y dormir fuera importante para sobrevivir. ¡Ja! ¿Y para qué sirve eso si luego van tus compañeros, te nominan y los espectadores votan para que te expulsen?

En Cayo Paloma, Honduras, querría yo ver a Grylls. A ver cómo se enfrentaba a las pruebas de inmunidad y de recompensa de Jesús Vázquez, al equipo de las chicas, al palafito, a Juanito El Golosina”, al resumen diario, a la gala semanal, a Jorge Javier Vázquez y su troupe de colaboradores en “Sálvame”, a los cotilleos de “El debate” que organiza Daniel Domenjó los domingos por la noche, a los mensajes SMS del público. En “Supervivientes” querría verle yo, pegado a la navaja como un gilipollas, madre, como un gilipollas.

29/3/09

PAT SARDÁ

De entre todas las leyendas, fábulas y anécdotas que inundan los primeros cien años de la música de jazz yo me quedo con la increíble historia de Pat Martino. Se trata de un brillante guitarrista italo-americano, nacido en el sur de Filadelfia, al que se le diagnosticó un peligroso aneurisma cerebral en 1980 que le obligó a someterse a una complicada intervención quirúrgica. Todo salió bien salvo por un pequeño detalle: tras la operación Martino no recordaba nada de la música de jazz, no recordaba nada de la guitarra, no recordaba nada relacionado con su carrera profesional de las décadas anteriores. La neurocirugía le había provocado amnesia. Así que hubo que volver a empezar, y el bueno de Pat tuvo que aprenderlo todo de nuevo tomando sus viejas grabaciones como el material de estudio. Examinando detenidamente sus viejos discos y algunos de sus conciertos grabados en vídeo Pat Martino aprendió de nuevo el noble oficio de guitarrista de jazz. El amnésico Pat Martino consiguió volver a los escenarios y continuar su carrera musical gracias a las enseñanzas de un profesor que resultó ser él mismo años antes.

Esta historia nos demuestra que hasta el mismísimo Javier Sardá podría volver a hacer buena televisión. Todos recordamos al Sardá previo al aneurisma cerebral que le supuso "Crónicas Marcianas". Recordamos con placer al señor Casamajor, "Juego de niños", incluso los primeros pasos del posteriormente nefasto late night de Telecinco. Y después el abismo cerebrovascular, la amnesia retrógrada completa. "Dutifrí" fue la obra sin pasado de un hombre sin memoria. Y el anuncio de la llegada de "La tribu", el nuevo show de Sardá en Telecinco, ha despertado el interés de los neurólogos amantes del jazz del mundo entero. Xavier podría volver a ser un gran showman televisivo si se tomara el trabajo de partir de cero y aprender de nuevo el oficio tomándose, por ejemplo, a sí mismo como profesor. Igual que hizo Pat Martino. Si no lo hace, "La tribu" no pasará de ser el delirio amnésico de un paciente afectado de un aneurisma fatal.

28/3/09

HOUSE: CAPÍTULO 100

Con motivo de la emisión en nuestro país del capítulo 100 de "House" cabría repasar alguna de las características más destacadas de tan exitosa serie:

1. sus episodios poseen probablemente los esquemas más rígidos, repetitivos y previsibles de la historia de la ficción televisiva. Siempre es lo mismo: escena inicial de ambientación variada en donde le da un pachungo muy aparatoso al que menos se espera, discusión del equipo médico acerca del diagnóstico, cuando se cree que se ha encontrado la causa del problema un nuevo síntoma lo desconcierta todo, parece ser cáncer, parece ser lupus, parece ser autoinmune, de pronto hablando de otro asunto House encuentra un paralelismo con el paciente y, zas, caso resuelto;

2. una mitad de sus diálogos es completamente incomprensible por el nivel de enrevesamiento emocional y la densidad de las redes afectivas en las que están enredados los protagonistas, -todo es una ironía sobre un sarcasmo sobre una paradoja para provocar una manipulación emocional que produzca un efecto contrario al aparente-; la otra mitad de sus diálogos es completamente incomprensible por la terminología médica usada, -"es kawasaki", "no, el kawasaki combinado con la warfarina hubiera provocado un aumento de los granulomas corticomediales"-;

3. sus casos son ciencia ficción, la serie entera pertenece al género de la ciencia ficción. Un batallón de cien mil médicos podrían estar ejerciendo toda su vida sin encontrar un sólo caso de los que le caen a House semanalmente. Pacientes con cáncer de mama en la rodilla, niños que eyaculan porque absorben hormonas sexuales de los abrazos que les da el padre que está usando una crema para aumentar su potencia sexual, mujeres que sangran por todo el cuerpo durante la regla debido a que una operación les introdujo accidentalmente células endometriales en el torrente sanguíneo.

"House" es previsible, incomprensible e inverosímil. Entonces ¿por qué, por qué, oh, dioses de la televisión, estoy tan obsesivamente enganchado a ella y no me puedo perder ni un solo minuto de un solo capítulo?

27/3/09

MÁS QUE SU MUERTE

Quiero más. Se puede saber casi todo de Jade Goody, pero quiero más. Quiero conocer hasta el último detalle sobre la mujer que comenzó en el “Gran hermano” británico, rompió fronteras, trascendió la Commonwealth y acabó de reina madre del cotilleo universal. Quiero saberlo todo de la gran hermana que demostró que nuestros grandes hermanos patrios (¡incluso un profesional como Kiko Eldegranhermano!) a su lado no son más que aficionados alimentando la mayor y más perfecta maquinaria mediática construida jamás, mayor y mejor incluso que la que perfeccionan y nos regalan los grandes imperios cada vez que hacen una guerra desde los tiempos en que Ramsés II vendió como gran victoria personal lo que apenas fueron tablas con el imperio Hitita en Kadesh.

Comenzó en 2002 vendiendo unos cuantos días de su vida en directo a la telerrealidad. Le fue bien y a quien se la compró también, así que la relación prosperó y luego le compraron muchos más días, sus relaciones personales, sus insultos racistas, sus dimes y diretes, su terrible enfermedad, su dura convalecencia, su traumático tratamiento médico, su boda desesperada, el bautizo de sus hijos, su lenta agonía y su muerte anunciada. Y ahora que la maternidad la ha redimido podremos ver su funeral con más detalle y con panegíricos más floridos que los que tuvo Juan Pablo I, que ya es decir. Pero eso es poco y yo quiero más.

Quiero ver lo que falta. Quiero que la tele que nos ha enseñado que no hay límites nos lo muestre todo sin límites: la letra pequeña de los contratos que firmaba, el porcentaje de ganancias en el reparto de beneficios, la negociación de los detalles más escabrosos, los pactos cómplices, los acuerdos secretos, los apaños y chanchullos. Todo. Eso sí que me pone. Más que su enfermedad y su convalecencia. Más que su vida. Más que su muerte.

26/3/09

TODO ESTÁ EN TODO

Hay series que se parecen mucho a otras. Pero no porque sean una adaptación, eso sería algo normal. Es que hay series que se parecen a otras de la misma sospechosa manera en la que se parecen los libros de Jorge Bucay o Ana Rosa Quintana a otros libros a los que no deberían parecerse tanto. Le pasó a aquella familia de “Dinosaurios” con la familia Simpson, a “Cuéntame” con “Aquellos maravillosos años”, y, más recientemente, a “Acusados” (noche de los miércoles en Telecinco) con “Damages” (en España, “Daños y perjuicios”). Pero lo de “Doctor Mateo” es otra cosa. Es que se parece a todas las series de la historia de la televisión. Peor aún, es que se parece a todas a la vez.


Cuando Antena 3 presentó una nueva serie para la noche de los domingos advirtió de que se trataba de una adaptación de la británica “Doc Martin”. Aquí no vimos esa serie, así que “Doctor Mateo” se nos pareció a otras que sí conocíamos. Primero pensamos en “Doctor en Alaska”: San Martín del Sella es Cicely y a Gonzalo de Castro le tocó hacer de Joel Fleischmann con un punto de la acidez y mala leche de House. Pero, claro, eso de que un cirujano de éxito que marchara de Nueva York a un pueblín porque le daba por ahí, recordaba mucho a “Everwood”. Y anda que esa pareja de chapuzas en furgoneta no era clavadita a la de “Manos a la obra”. Quien conoce la autonómica gallega dice que de eso nada, que es un calco de una serie que triunfa allí: “Padre Casares”. Ya, pero es que tanta escena en el bar del pueblo acaba haciéndonos creer que aquello es Boston y estamos en “Cheers”. Y el perro ese que merodea por allí es para el doctor Mateo lo que era el jack russell terrier Eddie para Frasier Crane. Y tanto mar, ¿no es como “Sandokán”?

Antena 3 debería organizar en Lastres un congreso de un mes para analizar este fenómeno durante el verano. Y debería invitarme: creo haber descubierto una serie inuit sobre la caza de focas que no se parece en nada a “Doctor Mateo”. Lo juro: ¡en nada!

25/3/09

EL TRUENO EXCÉNTRICO

Vistos los diez primeros capítulos de la serie “Fringe” (Canal +), concluyo que “Expediente X” mantiene el título de campeona del mundo de la ciencia-ficción televisiva, pero la agente del FBI Olivia Dunham está a punto de destronar a Dana Scully como reina de la mitología paranormal. No sólo es mi opinión sino que, como dirían los detectives Hernández y Fernández de las aventuras de Tintín, es mi opinión y la mantengo.

Como “Fringe” y “Hay alguien ahí” (Cuatro) coinciden en la noche de los lunes, la comparación entre ambas series no sólo no es odiosa, sino que es inevitable. Y la comparación entre el laboratorio en el que el doctor Walter Bishop realiza alucinantes experimentos en el límite de la ciencia y la vivienda unifamiliar aislada en la que un grupo de pijos se mete en problemas por jugar a la ouija, da mucho que pensar. Como dice un personaje de la película “Speed”: “Los pobres están locos; yo soy un excéntrico”. Los pijos que juegan al espiritismo en “Hay alguien ahí” están locos, pero el doctor Bishop es un excéntrico. “Fringe” es una serie rica, tan rica que puede permitirse el lujo de jugar a la telepatía o a la vida después de la muerte sin que al espectador le dé un ataque de grima. Y “Hay alguien ahí” es una serie pobre, por eso parece que todos están locos. Y conste que, en este caso, la riqueza y la pobreza no tienen que ver tanto con los presupuestos económicos como con los presupuestos argumentales.

La ciencia-ficción excéntrica es más atractiva que la ciencia-ficción pobre. La ciencia fringe es más atractiva que la ouija. La agente del FBI Olivia Dunham es más atractiva que una madre de familia que vive en una casa en la que se escuchan ruidos raros. Me gusta ser engañado por series excéntricas. Me fastidia que una serie pobre se quiera quedar conmigo. Me interesa lo que ocurre en las entrañas de los edificios, pero sólo si me lo cuenta “Ciudades bajo tierra” en Canal de Historia. Como dirían Hernández y Fernández, “Fringe” es silenciosa como el trueno y “Hay alguien ahí” es rápida como la tortuga. Y aún diría más, no tengo nada más que decir.

24/3/09

NO TENGO UNA PREGUNTA PARA USTED

Melchor Miralles, director del canal Veo 7, ingresará en el libro Guinness de los records emitiendo el próximo 25 de abril la entrevista más larga de la historia de la televisión: 12 horacas ni más ni menos, desde las 2 PM a las 2 AM, en las que dará tiempo a explotar a fondo toda la sabiduría que pueda albergar el invitado. Por cierto, ¿saben a quién le van a hacer la entrevista? ¿A Antonio Muñoz Molina, grandísimo escritor actual, dos veces Premio Nacional de Narrativa, ex-director del Instituto Cervantes en Nueva York? ¿A Fernando Savater? ¿A Juan Luis Arsuaga, catedrático de Paleontología, premio Príncipe de Asturias, codirector del Proyecto Atapuerca? No, a Pedro Ruiz. Quizá busquen un entrevistado con una gran experiencia personal que relatar ante las cámaras. ¿Será Kike Figaredo hablando de su vida de entrega en el sureste asiático? ¿Irene Villa? ¿Un inmigrante llegado en patera que haya conseguido integrarse en la vida española? No, no, es Pedro Ruiz. Puestos a buscar alguien del mundo del espectáculo quizá sea alguien que vaya a ser recordado al menos un minuto después de su desaparición. ¿Sabina? ¿Banderas? ¿Buenafuente como última posibilidad? Que no, carajo, que no, que es Pedro Ruiz.

Y es normal, porque Arsuaga sólo podría hablar de paleontología. A Villa sólo se le podrían hacer preguntas sobre cómo perdonar. Banderás hablaría de cine. Pero Pedro Ruiz puede pontificar sobre todo. Política, religión, ¡mujeres!, deportes, filosofía y humanidades. Es lo que tiene ser un completo gañán. Las preguntas serán hechas por un conjunto de entrevistadores, pero los espectadores también podrán hacer llegar las suyas a través de email o presentándose en persona en el hotel donde tendrá lugar el evento. Por un momento pensé en ir, pero tras mucho cavilar me di cuenta de que yo, que tengo una pregunta para casi todo el mundo, no tengo ninguna pregunta para las 12 horas de entrevista a Pedro Ruiz. Qué lástima. Qué alivio.

23/3/09

ESTIÉRCOL BLANCO

Igual que hay marcas blancas, la televisión española necesita una cadena blanca. Una cadena sin marca de cadena. Que ofrezca exactamente el mismo producto que todas las demás pero sin el andamiaje publicitario que duplica el precio final. Una cadena que emita, por ejemplo, un programa de humor llamado "Programa de humor" que incluya monólogos de calidad muy semejante a los de "Buenafuente", pero sin el logotipo de "Buenafuente", sin el careto de Buenafuente y sin el montaje escénico de "Buenafuente". El producto sería el mismo, y circularían rumores asegurando que son los propios guionistas de "Buenafuente" los autores de los contenidos de "Programa de humor". "El concurso de las palabras" sería "Pasapalabra" pero sin famosos, ni Christian Gálvez, ni el rosco sobreimpresionado circunvalando el careto de los concursantes; un paisanín iría leyendo las preguntas y anotaría las respuestas acertadas y falladas en una pizarrina con unas tizas de colores. La gracia sería la misma, el precio seis veces menor. Un magacín matinal de marca blanca. Un programa de cocina de marca blanca. Un reality de marca blanca. Sin diferencias para el consumidor pero mucho más sostenibles para todos.

En la que sin duda puede calificarse como la campaña publicitaria más mamarracha de la historia de la Confederación Galáctica, Telecinco ha creado un spot contra las marcas blancas en el que asegura que "la marca es identidad. La marca es diversidad, color. La marca es libertad". Que los eminentes psicopatólogos de nuestra Academia diagnostiquen el nivel mental y moral de los autores del anterior entrecomillado. Limitémonos a señalar que el anuncio confirma que necesitamos una cadena blanca que emita programas blancos para poder librarnos de todo lo que es la marca de Telecinco. Necesitamos una cadena blanca que emita "La noria" blanca, sin envases, sin logotipos, sin presentaciones publicitarias: sólo estiércol vendido al peso y envasado al vacío.

22/3/09

SOL Y PLAYA

Nos quejamos de Telecinco como nos quejamos de Benidorm: es un lugar en el que se amontonan programas enormes y feos como edificios gigantes que todo lo ocupan sin orden ni concierto. Ya, pero es que hay quien dice que Benidorm no es una barbaridad urbanística, sino la mejor forma de ofrecer vacaciones de sol y playa a miles de personas causando el menor impacto ambiental posible. Esta ciudad vertical de gran densidad sería un modelo de eficiencia porque causaría menos daño al entorno que el urbanismo horizontal de pequeños edificios que acaba ocupando y degradando todo el territorio. ¿Y si ocurriera lo mismo con Telecinco?

Hace nueve años Telecinco construyó la primera gran mole de “Gran Hermano”. Y empezó a concentrar todos sus programas alrededor de él. Teníamos cuatro cadenas y aquello convertía en intransitable un lugar por el que antes podíamos pasear. Luego construyó más y más grandes edificios de telerrealidad que hacían sombra a toda su programación y la hacía girar a su alrededor. Telecinco se convirtió en un destino audiovisual de éxito, pero para muchos aquello era un horror televisivo. Ahora parece que la audiencia empieza a dar la espalda a este modelo, pero Telecinco sigue erre que erre y contraataca construyendo una mole más de “Supervivientes”. Una vez más, horas y horas de programación se amontonan hasta el cielo sobre cuatro metros cuadrados sin interés que no darían ni para construir un programa de media hora que valiera la pena.


Pues que le vaya bonito. Quienes huimos de Benidorm y pedimos a la vida algo más que sol y playa podemos agradecer que la cadena haya contratado a un montón de gente a la que preferimos no ver y la haya puesto a girar alrededor de un edificio que no pensamos visitar. Confinar tanto horror en tan poco espacio despeja el terreno y facilita el zapping ahora que la oferta televisiva es considerablemente mayor que hace nueve años.

21/3/09

DOÑA CUARESMA TV



Tiene razón el obispo de Palencia, monseñor José Ignacio Munilla: hay que hacerle los honores a doña Cuaresma guardando ayuno televisivo. Se ve que los cristianos estadounidenses no leyeron su pastoral y acabaron cabreadísimos porque no les gustó lo que vieron en la tele: un capítulo titulado “Family gay” (“Gay familiar” en español) de la serie “Padre de familia” (“Family guy” en inglés). Si un episodio “normal” de esta serie ya es dinamita, éste es la bomba: se critican los estereotipos sobre la homosexualidad empezando por el hecho de que el cabeza de familia Peter Griffin se vuelve gay porque recibe el “gen gay” al probar unos medicamentos, se echa novio y participa en una orgía (uy, qué cabreo). Stewie condena la homosexualidad citando la Biblia, “Stewie, estás citando la Biblia y ni siquiera sabes leer”, le dice Brian. “Bienvenido a América, Brian”, responde el bebé (qué cabreo más grande). Un instructor de un centro de “curación” de la homosexualidad dice: “vuestro Señor y Salvador Jesucristo odia a mucha gente, pero a ninguna tanto como a los homosexuales” (menudo requetecabreo).

Pero en la diócesis de Módena proponen que el ayuno consista en apagar el móvil, así que ver la tele también puede tranquilizar: en ella podemos ver que el papamóvil de Benedicto XVI no es un teléfono sino su coche. Aunque habría que cabrearse por otro motivo: en Trento quieren que celebremos la Cuaresma dejando el coche en casa y usando transporte público. Lo que es tontería es enfadarse porque los preservativos no sirvan para detener el sida, cuando es cierto que no garantizan nada al cien por cien. Nada lo hace. Pasa igual con los cinturones de seguridad. Tengamos la Cuaresma en paz y, mientras esperamos la próxima campaña del Benedicto XVI contra el cinturón de seguridad, podemos ver en la tele que, como ejemplo de coherencia, en su papamóvil no lleva el cinturón puesto.

20/3/09

CREO EN KONSTANTIN KAVAFIS

Creo en Konstantin Kavafis, poeta griego de comienzos del siglo XX. Creo que es Dios y estas creencias religiosas mías son tan dignas de respeto como cualesquiera otras. Es cierto que el kafavismo no es una religión multitudinaria y no tiene los atributos de las grandes creencias monoteístas de Occidente: no realizamos ritos litúrgicos, no creemos en la vida en el más allá, no tenemos un pequeño porcentaje de fanáticos que envian a sus hijos a que se inmolen en atentados suicidas contra los infieles, nuestros líderes religiosos no contribuyen activamente a la muerte de millones de personas por sida en el continente africano, no tenemos jerarquía y, si la tuviéramos, no sería necesario vestirse de formas ridículas para ascender en el escalafón. Pero el carácter minoritario de una creencia no implica que se la pueda despreciar o burlarse de ella de forma impune, alentando así odios y marginaciones que tanta sangre y tantas lágrimas han provocado en el pasado.

Es por todo esto por lo que los kavafistas exigimos la inmediata retirada del nuevo anuncio televisivo del Seat Exeo, en el que se hace un uso mezquino, utilitarista, completamente irrespetuoso, de uno de los textos más hermosos jamás escritos por mano humana, -perdón, quise decir "divina"-, como es el extenso poema "Itaca", fuente inagotable de belleza, compendio de sabiduría nunca superada, y que en el blasfemo spot de Seat aparece fragmentado, ridiculizado, asociado de forma vulgar a una prosaica mercancía de venta. Una vez más la niñatería publicitaria roba textos de dimensiones seculares para utilizarlos desde la ignorancia y la temeridad de formas que hubieran horrorizado a sus autores. Cuando emprendas tu viaje hacia Itaca debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de aprendizajes, y debe importarte una mierda seca el coche en el que viajas. Creo en Konstantin Kavafis. Amén.

19/3/09

HACEN FALTA ETIQUETAS

De pronto, de mes y medio a esta parte, las tv movies se han convertido en el género más pujante de la televisión nacional, aquél que todas las cadenas buscan producir en mayor cantidad, el que una y otra vez consigue audiencias por encima de la media. Esta semana ha tenido sus dos prime times de gloria "Una bala para el rey", miniserie, -casi microserie-, que narra el frustrado intento etarra de asesinato de Juan Carlos I en clave de thriller policíaco. Antes fueron las tv movies sobre el 23-F. La semana que viene llega -¡horror!- "Marisol". Y esta proliferación del nuevo producto no se ha visto acompañada de la información al consumidor acerca del género nuevo que se le está vendiendo.

Hacen falta etiquetas. Cada tv movie debe llevar una etiqueta con la información exacta de la composición cuantitativa del telefilme. Tanto de algodón, tanto de acrílico. Sabemos que "Una bala para el rey" estaba compuesto de hechos historicos y aditivos ficticios, pero ¿en qué proporción? No es lo mismo una prenda con un 20% de algodón y un 80% de acrílico que la misma prenda con un 20% de acrílico y un 80% de algódón. ¿Los diálogos de los etarras, esa mirada del terrorista joven a la niña del supermercado, el speech patriótico del tal Soto, son historia o licencia narrativa? ¿De verdad los policías tenían esa presencia en pantalla? ¿La pelirroja de "Sin Tetas" haciendo de geo sobradilla es acrílico o algodón? ¿O lycra, o poliamida?

Hay que exigir etiquetas informativas al comienzo de las tv movies. Tanto de historia, tanto de ficción. Para que los espectadores sepamos lo que estamos viendo y a qué temperatura hay que lavarlo sin que nos destiña ni encoja. No vaya a ser que creamos que "Una bala para el rey" es 100% algodón, 100% historia, y cuando lo vayamos a planchar en la memoria se nos quede hecho un churro quemado y retorcido.

18/3/09

¡AY, AY, AY! HAY ALGUIEN AHÍ



Si Cuatro le hiciera caso a Les Luthiers sabría que a los telespectadores, como a los niños, hay que decirles siempre la verdad. A los telespectadores, como a los niños, no hay que asustarlos con cocos, brujas, ogros… todos temibles personajes imaginarios. Llegado el caso debería hablarles de cosas más reales: el lobo, una araña, una buena víbora… Parece mentira pero todavía hay cadenas hoy en día, en pleno siglo veintiuno, que estrenan series de miedo como “Hay alguien ahí”. Son como las mamás que dicen a sus hijos: “Mirá nené: si no tomás toda la sopa voy a llamar al hombre de la bolsa”. Señora cadena Cuatro… ¿y si el hombre de la bolsa tampoco quiere tomar la sopa?

Un servidor por ejemplo no piensa tomarse más cucharadas de “Hay alguien ahí”. Está sosa y me cansan las casas encantadas, me saturan las reuniones de adolescentes haciendo espiritismo en broma que acaban escarmentados, me hartan los perros que captan cosas que las personas no percibimos (a excepción de los ultrasonidos, claro), me cargan las niñas marisabidillas que ven fantasmas entre de la incomprensión general, me molestan los espíritus que no son capaces de decir claramente qué es lo que pasa pero pueden lanzar a una persona volando por una ventana, me fastidian los tíos con premoniciones que no saben cómo manejar su don… todos temibles personajes imaginarios. Llegado el caso deberían hablarme de cosas más reales como el Banco Mundial, una cumbre del G-7 o la sal (un gramo menos de sal al día evitaría en 10 años 220.000 muertes en EEUU. Ninguna casa encantada es más temible que tan salado asesino).

Algo bueno tiene “Hay alguien ahí”: está hecha por la misma productora de “Cuarto milenio”, pero, al menos esta vez no pretende, como hace el fantasma de Íker Jiménez, que nos creamos semejantes paparruchas.

17/3/09

A BERTO HASTA EL AMANECER

Puede que alguno sintiera más frío que calor al terminar de ver el estreno del programa de Berto “El programa de Berto”. Da igual, como el Cid después de muerto, el programa de Berto “El programa de Berto” aún guardaba un último cartucho capaz de dar en la diana de todos los que esperábamos con ilusión el estreno gracias a esa castiza campaña promocional que parecía la versión musical y laica de la novena de la Virgen de nuestro pueblo. El último cartucho nos dio en el corazón cuando pensábamos que ya se habían acabado los disparos: “Que ya ha pasado el gran día, tantos nervios para na’; pues qué quieres que te diga, ay naricilla, esperaba más”. Genial.

Los promos están para anunciar programas y generar expectación. Y ahí termina su función. Que el programa de Berto “El programa de Berto” cerrara con un “postpromo” (¿cómo demonios se debe llamar esto?) en el que reaparece la niña del promo diciendo ahora que tal vez no valió la pena la expectación generada es la prueba definitiva de que sí valió la pena.

Es cierto que si nos ponemos exigentes podemos encontrar altibajos, gags un poco flojos como el de los niños de Dickens o el calzoncillo hecho con papel de un periódico gratuito. Pero lo importante es que vimos un buen programa con ideas brillantes desde el saludo al público extraterrestre del principio hasta la despedida del público que estaba repetido para ahorrar gastos (el público, no el saludo). ¿Que Berto es más divertido con Buenafuente? Hombre, claro: que dos genios juntos son mejores que un genio solo es una obviedad matemática. Aun así, vimos un programa en directo con un nuevo formato que nos dejó la grata sensación de habérsenos hecho muy corto. Si el programa de Berto “El programa de Berto” hubiera durado toda la noche, habríamos seguido sentados en el sofá tan ricamente viendo a Berto hasta el amanecer.

16/3/09

LA 1 TENÍA UNA FLAUTA

Dos preguntas. ¿Vería un orgulloso seguidor de “Perdidos” una secuela de esta serie si se hiciera a imagen y semejanza de ese culebrón patrio llamado “Amar en tiempos revueltos”? ¿Y vería un seguidor de “Amar en tiempos revueltos” una secuela de esta serie si se hiciera a imagen y semejanza de una extraña serie de culto para frikis a tiempo parcial llamada “Perdidos”? Respuestas: no y no. Pues aun así, La 1 acaba de estrenar “El porvenir es largo”, una especie de “Amar en tiempos revueltos” ambientada en el presente que arranca con una comunidad de personajes que se forma a partir de un accidente que los une (esta vez no cae un avión sino un edificio), y cuya trama repleta de conflictos y secretos avanza mezclando el presente con el pasado. Ned Flanders la llamaría “Perdiditos”.

Más preguntas. ¿Un consumidor habitual de series nacionales en horario de máxima audiencia se enganchará antes a una serie los sábados por la noche si la estrenan un viernes por la tarde? ¿Y un consumidor habitual de culebrones de sobremesa se enganchará a una serie en horario nocturna si una tarde le colocan el estreno entre dos culebrones? Respuestas: no y no. Pues aun así La 1 acaba de estrenar su nueva apuesta para la noche de los sábados el viernes por la tarde.

De hecho La 1 hizo aún más cosas raras con su nueva serie “El porvenir es largo”: el primer capítulo duró menos que una sitcom (apenas 20 minutos) y el segundo duró más que una película (tanto que obligó a los espectadores a aguantar atornillados al sofá más de dos horas). Como no queda espacio para más vamos al diagnóstico: La 1 hizo esta serie para la sobremesa, pero “Amar en tiempos revueltos” va de maravilla y no necesita relevo. Como además la producción nacional está funcionando tan bien en horario de máxima audiencia se han venido arriba y la pasaron para la noche de los sábados a ver si suena la flauta.

Pues anda que como suene…

15/3/09

Π

Ayer fue el Día Mundial del Número Pi. "¿Y?", dirá usted. Gravérrimo error. Π lo es todo o casi todo. La relación entre la longitud de una circunferencia y su diametro. La constante universal más sencilla y omnipresente que pueda imaginarse. Y además, -oh, gracias, Dios supremo de la Teoría de Números-, una relación trascendente, compuesta de una cantidad interminable de decimales que no cumplen ningún patrón regular, ningún criterio. En los infinitos desarrollos de Π está todo o casi todo, y me voy a pegar el gustazo de unificar mi pasión por las matemáticas y por la televisión demostrando que dentro de Π se puede encontrar todo el mundo catódico.

O casi todo. Nos valdremos de "www.angio.net/pi/piquery", página que realiza búsquedas entre los 200 primeros millones de decimales de Π. ¿Recuerdan los 350.000 euracos de la epopéyica entrevista a Julián Muñoz? Pues sepan que la sucesión de dígitos "350000" aparece a partir del decimal 1.300.849 de Π. "Águila Roja" fue el programa más visto del jueves 12, con 4.466.000 espectadores. La sucesión de dígitos "4466000" aparece en Π a partir del decimal 940.582. Tampoco falló la audiencia de la entrevista con Jesús Neira, 3.148.000 espectadores, los mismos dígitos que ya se encontraban escondidos en Π desde el inicio de los tiempos en el decimal 1.102.524. Fox emitió consecutivamente durante la noche del viernes el capítulo 1 de la T4 de "Entre fantasmas", el capítulo 6 de la T4 de "Bones" y el capítulo 9 de la T1 de "House". Esa sucesión de dígitos "1-4-6-4-9-1" ya la encerraba Π a partir del tempranísimo decimal 71.116.

Así pues, q.e.d., el Día Mundial del Número Pi es también el Día de la Televisión. Queda por encontrar en dicho número el grado de vileza que alcanzó Telecinco con su especial de "La caja" dedicado al 11-M. Los especialistas creen que lo encontrarán entero cuando amplien la búsqueda a los 200 mil, 500 mil u 800 mil millones, como mucho, de decimales de Π. O casi entero.

14/3/09

JESÚS NEIRA Y LA CUCARACHA

Tenía que haber una entrevista en la tele al profesor Jesús Neira y la hubo. Le tenía que tocar a alguien y le tocó a Gloria Lomana de Antena 3. Había que decidir una hora de emisión y se eligió el horario de máxima audiencia. Debían acertar en la duración de la entrevista y se acertó: apenas media hora para no cansar al entrevistado, aún muy débil, ni a la audiencia, que a esa hora le quema el mando a distancia en las manos. Estos son los asuntos que hubo que resolver para realizar el programa y sobre los que los espectadores podíamos esperar alguna novedad. Ahora bien, el tono de la entrevista, las preguntas que se hicieron y las respuestas que se dieron es justo en lo que no había nada que decidir y sobre lo que no había sorpresa posible. Sólo podían haber sido como en efecto fueron.

Así que no quisiera distraerme con el único detalle que se salió del guión: la comprensible insistencia de Neira en llamar a su agresor “cucaracha” (ay, justo el día que nos enteramos de que Karmele Marchante debe pagar a Carmen Sevilla 6.000 euros por llamarla “descerebrada”). Lo esencial es cuánto dinero cobró el entrevistado. En los últimos meses una retahíla de personajes del reverso tenebroso de la naturaleza humana incrementaron notablemente su caché y cobraron una pasta por acudir a la tele gracias precisamente a su oscura condición: Luis Roldán, Julián Muñoz, Farruquito y Violeta Santander (ésta, qué cosas, justo porque le debe la vida a Neira).

Parece que el entrevistado no quiso dinero, pero sí aceptó como contrapartida el puesto de colaborador en “Espejo público”, el programa matinal de Susanna Griso. Habría que ver el contrato y boicotear el programa si no tiene un montón de ceros. Si resulta que el lado oscuro sale más rentable, apaga y vámonos. Es algo que debería denunciar Violeta Santander hoy en directo en “La noria”. Seguro que ella no tiene tantos remilgos y cobra en efectivo.

13/3/09

DUFFMAN DEBE MORIR



Da igual que sea Joe, Sid, Larry o Barry, pero uno de los actores que interpreta a Duffman en “Los Simpson” debe morir. Los guiños de la serie a la actualidad son constantes. En el último episodio emitido en EEUU, por ejemplo, la familia amarilla queda sin casa por no pagar la hipoteca basura que pesa sobre ella. Muy bien, pues ya va siendo hora de que Duffman enferme de una grave enfermedad causada por el consumo de alcohol, se arrepienta de su trabajo de hombre anuncio, demande a la empresa para la que trabajó y muera olvidado por todos. Es lo que acaba de pasarle a Alan Landers, que fue un reputado Winston Man hasta que en 1987 le diagnosticaron un cáncer en el pulmón derecho que se extendió al izquierdo en 1993. Dedicó sus últimos años a combatir contra su empresa y contra un enfisema, un ataque cardiaco, un doble by-pass y un tercer cáncer en la amígdala derecha hasta que murió hace unos días de cáncer de garganta.

En realidad, Duffman es la parodia de Marlboro Man. Por eso dice en un capítulo: “¡Duffman nunca muere, sólo los actores que lo interpretan! ¡Oh, yeah!”. En efecto, el Marlboro Man de los años 50 David Millar Jr. murió de enfisema, después Wayne McLaren murió de un cáncer de pulmón que, a pesar de la fuerte radioterapia, se extendió al cerebro, y también murió de cáncer de pulmón David McLean. Pero hay más casos al margen de Marlboro Man. El modelo de Camel Will Thornbury murió de cáncer de pulmón. Arthur Godfrey y Rory Calhoun, de Chesterfield, murieron de enfisema. La modelo de Lucky Strike, Janet Sackman, vive desde hace algunos años sin laringe y parte de un pulmón. Steve McQueen, que también hizo anuncios de tabaco, murió de cáncer de pulmón con 50 años.

Es triste porque Duffman tendrá que dejar solos a Duffnene y Duffnena, pero podremos verle llegar al Cielo y decir “¿Estás ahí, Dios? ¡Soy yo, Duffman!”.

12/3/09

EL MONO NO MONÓGAMO

En las encuestas, la infidelidad, aunque sólo sea una vez, es reconocida por el 50 por ciento de los hombres occidentales. El 30 por ciento de las mujeres también admite haber engañado a sus maridos. De 4.000 especies de mamíferos, menos de 50 viven en pareja. De 185 sociedades humanas estudiadas, sólo 29 practica la monogamia. De las sociedades humanas que han existido hasta hoy, el 83% han practicado la poliginia, es decir, un hombre contrae matrimonio con varias mujeres. Todos estos datos y muchas curiosidades más contó “Redes” en su última emisión, titulada “La monogamia no es natural”.

Ni la biología, ni la primatología, ni la antropología sugieren que la monogamia sea un modo de vida natural, aunque es algo posible. Factible como patinar o tocar el violín. O como el arte. Pero no es natural. Es más natural un modelo sexual en el que la gente encuentre una pareja, haga promesas que luego rompa, se produzca un abandono, a alguien se le rompa el corazón, luego se hagan más promesas y se rompan más corazones. Lo natural es una retahíla de corazones rotos. Si alguien, por el motivo que sea, elige la monogamia, debería saber que tendrá que luchar contra su biología. Pero esto no es algo imposible: las personas luchan contra su biología todo el rato. Lo contó el matrimonio entrevistado, formado por la psiquiatra Judith Lipton y el psicobiólogo de la universidad de Washington David Barash.

En Telecinco creen que con estos mismos mimbres pueden urdirse programas mucho más interesantes que el de Eduardo Punset. De hecho, ellos están preparando “ADN”. Lo presentará Lucía Riaño. Como “La máquina de la verdad”, como “El juego de tu vida”, como “La caja”, pero esta vez todo gira en torno a lo que los datos que vimos en “Redes” pueden dar de sí si se utilizan adecuadamente las pruebas de paternidad para hacer telebasura. Que el mando a distancia nos pille confesados.

11/3/09

CÓMO CONOCÍ EL CHOCOLATE

Como explica James Bond en “Casino Royale”, hacen falta dos asesinatos para que un agente secreto obtenga el estatus de doble cero, es decir, licencia para matar. Y para ser canonizado se necesitan no dos asesinatos, sino dos milagros por intercesión. En televisión, hay programas doble cero, con licencia para matar, y programas canonizados después de dos milagros reconocidos como tales por la audiencia. “Aída” es un programa doble cero. “Los hombres de Paco” es un programa canonizado.

La serie “00 Aída” tiene licencia para matar (o lo que sea) a Aída y para inventarse lo que le dé la gana. En “00 Aída” ya no sale Aída y, sin embargo, sigue siendo uno de los programas favoritos de los espectadores. Y es que cuando uno consigue el estatus de doble cero, puede cambiar a Sean Connery por Daniel Craig sin que las salas de cine se vacíen, o puede hincharse a reponer capítulos sin que la audiencia televisiva huya hacia otras cadenas. El caso de “San hombres de Paco” es diferente, porque esta serie ha sobrevivido milagrosamente a unos comienzos decepcionantes y a un formato arriesgado. Los santos de Paco no tienen nada que ver con “El comisario” ni, muchísimo menos, con “CSI” o “Fringe”. Pero ahí están, viendo pasar el tiempo y convertidos, como buenos santos, en una serie de culto.

Una serie doble cero puede matar la idea original (como ocurrió con “Siete vidas”) sin que la audiencia se enfade. Y una serie canonizada podría competir con un partido de la Liga de Campeones metiendo el miedo en el cuerpo al mismísimo San Balón, otro de los santos televisivos a los que se le reconoce el culto universal y es modelo para todos los espectáculos. Aunque el estatus de doble cero y la capacidad de hacer milagros son dos excelentes formas de no morir abrasados en la parrilla televisiva, yo me quedo con los programas-chocolate, aquellos que nutren pero no son un alimento. El papa Pío V estableció en 1569 que los líquidos no rompían el ayuno. Así pues, el vino, una taza de chocolate o un capítulo de “Cómo conocí a vuestra madre” (La Sexta) son muy nutritivos pero no alimentan, se beben y no rompen el ayuno en esas madrugadas televisivas infestadas de espantosos concursos.

10/3/09

BOSTEZOS Y TOLERANCIA

¿Bostezaremos de aburrimiento en 2018 recordando a Jade Goody y sus terribles últimas semanas? Es posible. La ex-concursante de realities británicos, enferma de un cáncer terminal, ha vuelto a aparecer en los informativos gracias a la ceremonia de su bautizo, millonariamente vendida a la revista "OK!" tras la millonaria venta de su boda a la cadena "Living TV". Larry King y Oprah, -algo así como Matías Prats y Ana Rosa, pero al norte de Río Grande-, están pujando por realizar en los próximos días una entrevista a Goody en la medida en que su estado todavía lo permita. Cabría analizar estos hechos desde la perspectiva de las circunstancias de la joven, -especialmente, claro, el deseo de dejar a sus hijos en una buena posición económica-. Ella está haciendo lo que debe y todos actuaríamos igual. Pero también podemos mirar el asunto desde el lado de los medios. Entonces la imagen se vuelve aterradora: estamos ante un símbolo y una advertencia de lo que le espera al ámbito de lo íntimo durante las próximas décadas.

El panorama es inquietante. Llevamos ya demasiados años consumiendo pornografía emocional, droga que tiene niveles de tolerancia superiores a los de la pornografía sexual. Las cadenas televisivas saben dar a la audiencia lo que le han enseñado a pedir, y esta rápida tolerancia que producen las emociones primarias en las que basan su atractivo Gran Hermano & co. obliga a las productoras a ofrecer sentimientos cada vez más intensos, más sobreactuados, más asociados a situaciones límite. Es necesario estar siempre subiendo la dosis del voyeurismo emocional. El GH1, aquél que paralizó el país en 2000, el que inundó la vida cotidiana de todos los españoles desde Cadaqués a Ayamonte, el que tuvo más espectadores que votos cualquier partido político, haría bostezar a la audiencia en 2009. ¿Bostezaremos en 2018 recordando a Jade Goody? ¿De qué forma extraña se estará entendiendo la intimidad dentro de tan sólo 9 años si seguimos así?

9/3/09

UNOS TÍOS CENANDO

¿Qué hacen esos tíos que están todo el día cenando en Antena 3 a la hora de cenar? Mira que me encontré un millón de veces ese programa mientras zapeo entre "Password", "Pasapalabra" o "Smallville" y todavía no sé de qué puede tratar. Normalmente basta con ver unos pocos segundos de un espacio para saber... bah... al menos el género al que pertenece. Unas décimas de segundo viendo a ñúes emigrando por el Serengueti y dices, zas, esto es un documental. Un par de líneas de guión de "Amar en tiempos revueltos" te informan inequívocamente de que estás viendo una telenovela. Un único, sólo uno, quantum temporal de "El diario de Patricia sin Patricia" que se refleje de forma invertida en el fondo de la retina te da la certeza de estar viendo mierda. Pero unos tíos cenando... una y otra vez unos tíos cenando... hablando de que si la pasta está al dente o sobre las ventajas del papillote... pues lo siento, pero no acabo de entender la dinámica del programa. Si le dedicara un poco más de tiempo, si un día me lo zampara enterito a lo mejor lo pillaba, pero confieso que hasta que descubrí que éste podía ser el argumento del texto de hoy tal misterio estaba colocado en mi orden de prioridades justo por debajo de conocer el decimal ocho millones de pi. Y así un día y otro día y otro día.

¿Es un reality sobre cenas? ¿Un programa-debate sobre cenas? ¿Un informativo sobre cenas? ¿Una telenovela sobre cenas? ¿Un talk-show sobre cenas? ¿Un programa de humor sobre cenas? ¿Un programa de zapping sobre cenas? ¿Información meteorológica del tiempo que hará durante la cena? ¿"Tenis. Copa Davis - Imágenes de la cena posterior"? ¿"Callejeros cenando"? ¿"¿Quién quiere ser millonario cenando?"? ¿"Sé lo que cenasteis"? Si no lo remedia ningún lector amable tendré que vivir con este comecome: a la hora de la cena en Antena 3 sale gente cenando en sus casas. Por cierto, el decimal ocho millones de pi es un 4.

8/3/09

APUNTEN HACIA FUERA



Este artículo ya sobraba. No dice nada que no se hubiera dicho antes y que no sepamos todos.

La tarde del miércoles, 14 de noviembre de 2007, en “El diario de Patricia”, Ricardo Navarro y Svetlana Orlova protagonizaban una de esas tiernas imágenes de las que vive el programa. Tras presentarse por sorpresa en el plató, Ricardo pedía a Svetlana que se casara con él. Mira que hubiera quedado bonito, pero no accedió. La desagradecida ni siquiera se mostró ilusionada viendo que el programa tenía el detalle de reunirla con su ex pareja, un maltratador sobre el que pesaba orden de alejamiento. Cuatro días más tarde ella moría acuchillada en un ascensor a manos de Ricardo. Durante una semana todos nos echamos las manos a la cabeza viendo las cosas de las que era capaz la tele para ganar dinero. “El diario de Patricia” y Antena 3 aguantaron el chaparrón y ya está. Con el tiempo, Patricia Gaztañaga pasó a presentar otras porquerías como aquel debate cutre llamado “No es programa para viejos”. Sandra Daviu, sonriendo, se hizo cargo del programa, ahora rebautizado como “El diario”.

Ahora, un rincón de la página de sucesos de los periódicos dice que un tribunal acaba de condenar al asesino a 21 años de prisión y a pagar una indemnización de 30.000 euros para la madre y 300.000 para el hijo que quedó huérfano a los cinco años. Ya está. Ni Patricia, ni su diario, ni Antena 3 resultaron muertos, ni encarcelados, ni multados, ni se quedaron sin hija, ni sin madre. “El diario” sigue hurgando a media tarde, cinco días a la semana, en las vidas y miserias ajenas. Es cierto que eso se debe a que hay quienes lo ven. Pero también a que hay quienes lo hacen. Y ya se ocupan de que a ellos nunca les pasen estas cosas: apuntan con sus cámaras siempre hacia fuera, porque si se disparan es mejor que den a otros.

Esto es algo que ya sabíamos todos. Por eso este artículo ya sobraba.

7/3/09

EL METAOBSERVATORIO



No da tiempo. Hay tanta tele que por mucho que corramos estamos condenados a llegar tarde. Plataformas de pago, cadenas generalistas, programas, estrenos, cambios de horario, cancelaciones fulminantes… Aquí quisiera yo ver al conejo blanco de “Alicia en el país de las maravillas” con un mando a distancia en vez del reloj con leontina. Y luego están los alrededores, donde gran cantidad de noticias, cotilleos y curiosidades se amontona cada día. Uno, que es un profesional (malo, pero profesional), lo intenta, pero no hay manera. ¡Dios mío, Dios mío, que voy a llegar aun más tarde que el conejo blanco!

Tanto correr para que luego se nos escape lo mejor. El Observatorio de Antidifamación Religiosa (Oadir) ya nos tuvo entretenidos hace unos meses cuando se le ocurrió denunciar la serie de La 2 “Plutón BRB Nero”. Pues si aquella fue buena, esta es mejor. Ahora están indignados con “El hormiguero” que dirige Pablo Motos en Cuatro. Y claro, está bien que gracias a la sección “El Kiosco” se enfaden con “El hormiguero” los amantes de los loros, los chiflados de las revistas esotéricas o los lectores de “Caza y pesca”, pero que intervenga nada menos que el Oadir por haber hecho una broma con Rajoy en la Última Cena es todo un acontecimiento. Y nosotros sin enterarnos. Habría que prestar más atención a una asociación como ésta capaz de enfadarse con “Plutón BRB Nero” de La 2, con “Salvados” del Follonero en la Sexta, con la entrevista a Leo Bassi en “El hormiguero” en Cuatro, e incluso con los chistes de Forges. Pero andamos siempre tarde, corriendo de acá para allá con el mando a distancia en la mano, así que lo mejor es que creemos el Observatorio del Observatorio de Antidifamación Religiosa (Ooadir), que se encargará de avisarnos con tiempo de las próximas pifias para que no perdamos detalle. A lo lejos ya se ve llegar una: en el último capítulo de “Los Simpson” en EEUU Marge se besa… ¡con una mujer!

6/3/09

INÚTILMAN



Vamos a empezar hablando de cosas normales. Los superhéroes necesitan supervillanos. Un tipo con superpoderes enfrentándose a alguien que no está a su altura sería un aburrimiento. Sólo Francisco, el Hombre Opaco, es capaz de maravillarnos sin necesidad de enfrentarse a supervillanos. Pero es que el Hombre Opaco (que oculta su identidad formando parte del dúo “Faemino y Cansado”) tiene la misión especial de no dejar pasar la luz a través de su cuerpo para desarrollar una importante labor social: evitar que los jubilados se carguen de dioptrías.

Ahora vamos a hablar de cosas raras. Fox acaba de estrenar, en España antes que en EEUU, “The listener”. Es una serie protagonizada por un tipo que tiene el superpoder de escuchar el pensamiento de los demás. ¿Hay algún supervillano? No. ¿Hay al menos algún tipo de kriptonita que puedan usar sus enemigos? No. Lo que se les ocurrió a los guionistas es que el chaval esté desbordado por su capacidad para escuchar pensamientos. Pobre rapaz, cuánto sufre sabiéndolo todo de los demás, qué mal lo pasa teniéndonos a todos a su merced. Y a su superpoder lo llama “don”, que es lo que se lleva ahora. Tan atribulado está con su don que no se lo dice a nadie para que no se rían de él. Ay, qué pena da que no es capaz ni de ligarse a la chica que le gusta. Y eso que le lee el pensamiento. Hay que ser inútil. Quiere ayudar a los demás y se las ve y se las desea para resolver un asesinato que no le daba a Colombo ni para medio capítulo. Ni siquiera se le ocurre ganar dinero para los pobres jugando al póquer con los malos en Las Vegas. O a pares o nones, yo qué sé. Pero es que sufre tanto siendo tan sensible y poniendo cara de que es sensible y sufre mucho que da gana de pensar bien alto que es un aburrimiento, a ver si lo oye, nos deja en paz y prueba suerte en EEUU. A lo mejor allí tienen más paciencia y le aguantan la tontería a Inútilman.

5/3/09

LMADNVCAC

Hay programas buenos capaces de arreglarte el día. Hay programas muy buenos capaces de arreglarte la semana. Y luego están los imprescindibles, esos raros programas que te pueden arreglar el año, incluso la vida. A este género pertenece el último estreno de La 1 para la noche de los martes. Se llama “Los mejores años de nuestra vida canción a canción”, y, con riesgo de que visto desde lejos este artículo parezca el avance de la secuenciación del genoma de la primera bacteria extraterrestre, lo llamaremos “LMADNVCAC”.

A lo que iba: vaya cómo moló “LMADNVCAC”. Arrastrábamos una tristeza existencial, un fondo de amargura desde que hace un par de lustros Antena 3 estrenó “Furor”. Aquel programa hizo de la guerra de sexos una guerra de trincheras en la que ambos bandos parecían irreconciliables y, lo que es peor, gilipollas integrales. ¿No había lugar para la esperanza? ¿Estaba la humanidad abocada al enfrentamiento irracional?

Pues no. “LMADNVCAC” nos acaba de arreglar la vida demostrando que aquella tensión, aquella manera de gritar y aplaudir desaforadamente eran sólo exigencias del guión. El enfrentamiento de sexos era sólo un pretexto, porque en “LMADNVCAC” hacen lo mismo pero se enfrentan décadas. Anteayer compitió la década de los sesenta contra la de los ochenta (no me miren así, yo tampoco lo entiendo). Dos horas y media de ir como locos de aquí para allá, de bailar, cantar y aplaudir sin ton ni son mientras desfilaban imágenes añejas, objetos del baúl de los recuerdos y más gente que el día de las Fuerzas Armadas para determinar que los ochenta “ganan” a los sesenta. Y para descubrir, de paso, que no es que Alonso Caparrós (antes) y Carlos Sobera (ahora) sean malos, es que el programa los dibuja así. Quédense tranquilos, cuando estrenen una competición entre el mar y la montaña o entre la carne y el pescado, ya les aviso. Faltaría.

4/3/09

JOYAS Y TELETRANSPORTE

Debe de ser verdad que el rugby es un deporte de brutos jugado por caballeros, porque si no fuera así después de cada partido tendría que haber tantos lesionados como jugadores. A mí no me gusta mucho el rugby, pero me encanta el Torneo de las Seis Naciones (Digital +) porque, sobre todo, me chifla el equipo galés. Me chifla porque la camiseta es chulísima y porque “País de Gales” suena de maravilla. No son grandes argumentos, es verdad. Pero si a usted no le dice nada País de Gales y el rugby le parece un deporte de patio de colegio o típico de los últimos minutos de una despedida de soltero, es que no ha probado el Torneo de las Seis Naciones.

Dicen que el gran director de cine Luchino Visconti se aseguraba de que, cuando los actores señalaban una caja cerrada que debía contener joyas, hubiera dentro de ella joyas de verdad. Creo que el rugby es algo parecido a la caja con joyas de Visconti. En un partido de fútbol, es fácil encontrar cajas de joyas sin joyas dentro; pero en un partido de rugby, no. Dicho de otra forma, es muy difícil que un partido del Torneo de las Seis Naciones decepcione al espectador, mientras que después de un gran partido de fútbol es muy habitual sentirse tan decepcionado como el que entra en la basílica de San Marcos de Venecia esperando encontrarse con el cuerpo de Alejandro Magno bajo el altar mayor. En la caja cerrada de un partido de País de Gales siempre hay joyas. En un partido de la Liga de Campeones entre el Madrid y el Liverpool, por ejemplo, hay mucha estrategia. Y la estrategia sólo es una joya para los entrenadores.

No se pierda a País de Gales en el Torneo de las Seis Naciones. Y no se pierda el partido Liverpool-Real Madrid de la próxima semana, claro. Como le dice Peter Griffin (“Padre de familia”) a su hija Meg: Papá te quiere, pero papá también quiere a “Star Trek”, y, para ser justos, “Star Trek” llegó antes”. Hay que querer al Torneo de las Seis Naciones y a la Liga de Campeones, pero el fútbol llegó antes. Es seguro que la caja de Meg contendrá joyas y, sin embargo, uno siempre espera que Scotty nos teletransporte a una basílica de San Marcos con sorpresa. Así es el fútbol.

3/3/09

BRAVO, FOLLONERO

Yo soy analista televisivo y no analista político. Así que mientras mis colegas se pasaron la noche del domingo debatiendo en el especial de "59 segundos" acerca de las repercusiones de la derrota del bipartito gallego, yo me encargué de intentar descubrir cuál era la broma que el Follonero había montado para la noche electoral autonómica. Sesudos sociólogos, representantes de institutos investigadores de la opinión pública, finos columnistas de lo público, anunciaban el fin de la era Ibarretxe en el programa de Cuatro conducido por Gabilondo; yo intentaba memorizar todas las caras que rodeaban a Nuñez Feijóo en su comparecencia por ver si reconocía a alguna próxima a Touriño en la suya, congelaba la imagen del vídeo en el que se veía a los fachas increpando a Patxi López en el momento de la votación por si entre todas sus banderas se distinguía alguna con el muñequito de "Salvados", buscaba algún inflitrado disfrazado de trekkie de orejas puntiagudas en las conexiones con la sede del PNV. Pero nada. Se consolidaba la victoria del PP en Galicia, la poesía popular llegaba a una nueva cumbre con ari, ari, ari, Patxi, lehendakari y yo seguía sin cazar al Follonero con las manos en la mesa (electoral).

Así que tuve que empezar a valorar hipótesis más radicales. ¿Y si el montaje del Follonero consistía en que no había montaje? No, demasiado fácil, no estaría a su altura. ¿Y si el tinglado afectaba a la propia existencia de alguna de las candidaturas? Madrazo siempre me ha parecido una broma andante; sus llamadas al apoyo masivo de los progresistas y la pérdida de su propio escaño podrían haber sido firmadas por los Monty Python. La noche avanzaba, los analistas políticos resolvían cuantas cuestiones les planteaban Gabilondo y Ana Pastor, y yo seguía sin resolver la mía. Y entonces salió Ibarretxe y dijo "hablaremos con todos para liderar este país durante los próximos cuatro años". Uff, respiré aliviado. ¿Cómo consiguió convencer al ex-lehendakari para que dijera semejante tontería? Jordi Évole es un genio. Bravo, Follonero.

2/3/09

LAS OTRAS SEIS SILLAS

El problema de "La séptima silla" son las otras seis. Telecinco ha estrenado en la noche del viernes un programa de debate centrado en los titulares de actualidad de la semana, -"Emilio Gutiérrez, de Lazcano, ¿héroe o villano?", "¿Es justa la sentencia que ha absuelto al agresor de las 57 puñaladas a una pareja de homosexuales?", "¿Se aferran los políticos excesivamente a sus cargos?", "¿Usaría usted un test que descubre las infidelidades de su pareja?"-. El título del espacio hace justa alusión a una silla en la que se van sentando protagonistas o especialistas en cada uno de los temas abordados, y cuyas palabras tienen particular autoridad respecto de tales asuntos. Lo cual, por un elemental contraste, deja a las claras que las otras seis sillas que ocupan el plató acogen a personas cuya única condición para estar allí es no ser protagonistas de las cuestiones tratadas ni tener un conocimiento particularmente destacado sobre ellas.

Ya estamos con lo de siempre. Los puñeteros tertulianos. Gente que como no sabe de nada en particular pueden permitirse ser especialista en todo. Una extraña subespecie radiotelevisiva que apareció hace quince años y cuyo trabajo es dar su opinión sobre cualquier cosa. Armados con una cierta maestría en la retórica y la prosodia igual te hacen un juicio sobre la calidad de la instrucción de los sumarios del juez Garzón, las raíces del terrorismo etarra, los pronósticos de la crisis económica en los EE.UU. o la influencia de las redes sociales informáticas en la construcción de la identidad en los adolescentes. Ellos son seis, y opinan al lado de la séptima silla, en donde sí se sienta alguien que sí sabe de verdad sobre derecho, historia, economía o sociología. De verdad, no me interesa la opinión que tenga Celia Villalobos sobre la infidelidad o Pepe Sancho sobre el incidente de Lazcano. Si "La séptima silla" fuera "La única silla" a lo mejor me sentaba a verla. Mientras sigan siendo siete...

1/3/09

CIENCIA, EMPATÍA Y HAMBRE

Únicamente a los efectos de esta columna, podríamos defender que existen dos formas de comprender algo: (1) estudiándolo desde fuera, como un objeto externo, intentando conocer todos sus datos y construyendo teorías sobre su estructura y funcionamiento, y (2) estudiándolo desde dentro, como una experiencia interna, intentado vivir en carne propia todas sus características y haciendo un esfuerzo por convertirse en el propio fenómeno que se está comprendiendo. Podemos llamar al primer tipo de comprensión "conocimiento objetivo" o "ciencia". Podemos llamar al segundo tipo de comprensión "conocimiento experiencial" o "empatía". Hasta ahora los reportajes televisivos que pretendían informarnos acerca de cualquier cuestión se ajustaban a la lógica objetiva, científica. Cuatro nos ofreció el viernes otra entrega de "21 días", el primer programa de reportajes basados en la empatía: Samanta Villar quiere investigar el tema de los trastornos de la conducta alimentaria, y el método elegido es intentar convertirse ella misma en un caso de trastorno anoréxico. Lo hizo el mes pasado con los sin techo. Lo hará el próximo mes con los fumadores habituales de cannabis.

"21 días sin comer" es un documento interesante, por supuesto. Y muy necesario. Cuatro sigue siendo la cadena que más se atreve a emitir materiales de alta calidad en el prime time de los fines de semana. Pero, como no podía ser de otra manera, el principal interés que tiene para el espectador no está en la identificación con la experiencia que está atravesando Samanta sino en el conocimiento desde fuera de lo que le ocurre. La periodista siente en sus tripas el hambre de las pacientes de anorexia, pero los espectadores no podemos sentir en nuestras tripas el hambre de Samanta, que queda reducida a otro caso más entre los cuatro o cinco que describe el reportaje. La empatía tiene sus límites. La televisión sólo termina de igualar lo que ya es previamente parecido. Al final, cuando de realizar un verdadero acto de comunicación se trata, no queda más remedio que apoyarse en la realidad.