Conocerse a uno mismo, aunque ayude la tele, no es fácil. Según el naturalista Carl von Linneo, los asturianos somos de piel clara, sanguíneos, musculosos, nos cubrimos con ropas ceñidas y estamos regidos por leyes. Linneo nunca estuvo en Asturias ni sintonizó la Televisión del Principado de Asturias (TPA), pero decía que éstos son los rasgos que diferencian al homo sapiens europeus del asiaticus (pelo negro, melancólico, rígido, viste ropas amplias y se rige por las opiniones) o del africanus (piel negra, flemático, relajado, se unta el cuerpo con grasa y se rige por el capricho). Semejante mezcla de rasgos físicos, psicológicos y culturales batida con una buena dosis de prejuicios racistas es desconcertante y, sobre todo, muy peligrosa. Hay quienes añaden que, además, los europeos somos heliótricos (de pelo ondulado), los asiáticos leiótricos (pelo liso) y los africanos ulótricos (pelo rizado). Esto es una tontería encima de la anterior, vale, pero, ¿no extrae Grissom de un solo pelo conclusiones más sorprendentes?
El francés Jean Baptiste Masson estudió que el pelo liso se enreda el doble que el pelo rizado. Uno pensaría que debía ser al contrario, pero cuando los cabellos lisos interactúan lo hacen con mayor ángulo relativo que los rizados, enredándose más. ¿Nos enredamos menos los asturianos de pelo ondulado que los japoneses de pelo liso?
Hace un mes que la TPA emite los lunes por la noche “Sección de homicidios”, investigación periodística sobre crímenes ocurridos en Asturias. Lo que comienza siendo una ficha policial con apenas un nombre y una fecha va completándose con testimonios, pistas, sospechosos, denuncias, pruebas, detenidos, periodistas, armas, intereses, policías, recortes de prensa, imputados, abogados y reconstrucciones de los hechos. Tal vez los asturianos no seamos tan musculosos, vistamos con ropas ceñidas o nos rijamos por las leyes, pero la tele nos enseña que formamos enredos como si tuviéramos el pelo liso.