31/8/19

EL OPEN ARMS Y EL EFECTO LLAMADA


Un mes desde que empezó la crisis del Open Arms y aún colea. Enciendes la tele, y sigue ahí semanas después de que saltara la noticia. Es la cara mediática de un problema de fondo que no se resolverá con voluntarios, rescates al borde de la muerte, fintas políticas, guerra de declaraciones y apaños internacionales para ubicar a los rescatados. A esto hay que añadir, nos guste o no, el innegable efecto llamada que se está produciendo. Efecto llamada, sí. La tele se ve a ambos lados del Mediterráneo. No seamos ingenuos. En el norte nos informamos de lo que está pasando, pero en el sur también. Y el efecto llamada es inevitable.

La publicación de “El origen de las especies” de Darwin en 1859 supuso una auténtica conmoción. ¿Cómo atajar el evolucionismo que ponía patas arriba un mundo que se consideraba y deseaba inamovible? La esposa del obispo de Worcester propuso una solución deliciosa a su marido: “¡Descender de los monos! Querido, esperemos que no sea cierto, pero, si lo es, recemos para que el mundo no se entere”. Ocultar las noticias no funcionó hace dos siglos y no funcionará ahora. Quien quiera rezar, que rece, pero eso no evitará que el mundo se entere de lo que ocurre, y que lo haga en tiempo real. Las emisiones de miles de cadenas de televisión atraviesan las fronteras y crean un mundo transparente en el que el obispo de Worcester y su mojigata esposa no podrían vivir.

Nuestros telediarios llegan al sur, pero no son ellos quienes crean el efecto llamada por mucho que hablen de rescates a náufragos que sobreviven de entre los muertos. El efecto llamada lo crea nuestro despilfarro, nuestra riqueza, nuestros anuncios. A ver por qué nos vamos a creer que la inmensa fascinación que ejerce sobre nosotros la publicidad, pierde toda su fuerza cuando se mira con los ojos de la desesperación. Nuestros anuncios son sofisticados artilugios capaces de crear necesidades en quienes ya tenemos más de lo que necesitamos. ¿Qué no serán capaces de hacer entre quienes nada tienen y tanto necesitan?

30/8/19

A SITCOM MUERTA, SITCOM PUESTA

A sitcom muerta, sitcom puesta. Que nadie se asuste. No hay vacío de poder. La desaparición de “The big bang theory” del trono de las comedias televisivas ha demostrado la eficacia de los mecanismos de sucesión monárquica dentro de este reino. Aún está caliente el cuerpo de Sheldon Cooper y ya tenemos el nombre del sucesor que tomará posesión del cargo en pocas semanas: Jacob Peralta, dentro de “Brooklyn Nine Nine”, la serie que reinará en las televisiones de todo el planeta durante los próximos años. “Modern family”, aunque todavía le queda un año de vida, se ha retirado como reina emérita. La primera mitad de los años veinte va a ser propiedad de la Comisaría 99 del Departamento de Policía de Nueva York.

Es importante que la línea sucesoria de las sitcoms no se interrumpa, porque los interregnos son muy peligrosos en las grandes productoras de televisión. Tras el histórico reinado de “Seinfeld”, la llegada de “Friends” convirtió al reino en el mayor imperio jamás conocido en la historia de la televisión, tan grande que su desaparición sumió a la comedia moderna en una crisis de la que sólo empezó a salir con “Como conocí a vuestra madre”, excelente pero maldita por su intento de vivir a la sombra de su predecesora. “The office” y “Parks & Recreation” -¿por qué, oh, dios de las televisiones, España es el único país urbi et orbi en donde no es famosísima “Parks & Recreation”?- iniciaron la nueva dinastía y supieron pasar el testigo a “The big bang theory” y “Modern family”. Pero hasta los millenials mueren ya de viejos.

Neox anuncia para septiembre el comienzo de las emisiones en abierto de “Brooklyn Nine Nine”, y será la ocasión perfecta para implantarse en el gran público español, superando el gueto que todavía hoy en día suponen plataformas como Netflix o Movistar+. La Comisaría 99 lleva ya cinco temporadas ganando Emmys en los Estados Unidos, pero pronto extenderá su autoridad por el resto del imperio. ¡Sheldon Cooper ha muerto, larga vida a Jacob Peralta!

29/8/19

DIRECTOR GENERAL MAYOR


El problema del nombramiento de Pedro García Aguado como Director General de Juventud de la Comunidad de Madrid no es que el conocido waterpolista haya conducido durante varios años un reality show llamado “Hermano mayor” dedicado a la intervención sobre adolescentes conflictivos. El verdadero problema es que la conducción de tal reality show es lo único que ha hecho hasta la fecha Pedro García Aguado para justificar la obtención de un puesto dotado con un sueldo público de casi cien mil euros anuales relacionado con las políticas de juventud.

“Hermano mayor”, a diferencia del muy defendible “Supernanny”, fue un muy discutible espacio en donde alguien sin ninguna formación intervenía como buenamente se le ocurría sobre la marcha, -a veces de forma sensata, a veces de forma televisivamente sensacionalista e incluso contraproducente- ante graves problemas de conducta juvenil que con frecuencia llegaban al maltrato, simplemente porque se partía del axioma de que el ahora Director General tenía un don mágico para hacerlo. No había evaluación previa. No había planificación de la intervención. No había seguimiento. Ningún control científico. Ningún rigor. Es obvio que un reality show, como mero espectáculo televisivo que es, no está obligado a cumplir con los criterios científicos rigurosos de las profesiones reales que se parodian en tales programas de televisión. Pero entonces, también es obvio, sus responsables no pueden blandir ese mérito como prueba de ninguna competencia seria y profesional en dichos ámbitos de intervención.

¿Seguirá su trabajo las mismas líneas de sensacionalismo, falta de rigor y adherencia a la retórica de un coach barato -perdón por la redundancia- que caracterizan al único punto de su currículo? ¿Se abrirá la veda para saltar de la televisión a la política y veremos a Josep Pedrerol nombrado ministro de Deportes, o a Michael Knight como director general de Tráfico? ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Maxim Huerta, ministro de Cultura?

28/8/19

ACELERADOR DE GILIPOLLECES

Se ha sabido esta semana que Telecinco está construyendo un acelerador de gilipolleces en el subsuelo de sus instalaciones en Fuencarral, tomando como modelo el acelerador de partículas subatómicas que el CERN ha construido en la frontera entre Suiza y Francia. El Colisionador de Hadrones suizo es una cámara de vacío con forma de rosquilla, de veintisiete kilómetros de diámetro, en donde se lanzan partículas subatómicas a velocidades cercanas a la de la luz, para recoger las subpartículas y la energía que se produzcan a causa de la colisión entre ellas. De esta manera se pretenden conocer los componentes últimos de la materia. De igual modo, el acelerador de gilipolleces, oficialmente conocido como Colisionador de Majaderías, será también una gigantesca rosquilla, en donde se emitirán a la vez por televisión varias de las historias menos interesantes de Telecinco, con la esperanza de que se desintegren al colisionar entre sí y se degraden dando lugar a las subpartículas televisivas más ínfimas, que constituirían lo más cercano que se puede alcanzar del cero absoluto del interés televisivo.

Se calcula que el dispositivo estará ya preparado en pocos días. Telecinco lanzará en un sentido del acelerador la posibilidad de que el maestro Joao, famoso por leer el futuro en las arrugas del ano de los famosos, participe en “GH VIP 7”, y en el otro sentido lanzará la reacción de Gloria Camila, hija de Ortega Cano y Rocío Jurado, a las declaraciones de su ex Kiko Jiménez sobre los comentarios de Maite Galdeano, madre de su actual novia, Sofía Suescun. Se calcula que el choque entre estas dos historias puede producir la energía equivalente a cien mil entrevistas a Belén Esteban, y no se descarta la aparición de un agujero negro cuántico que absorba a todas las cadenas de Mediaset. Estén atentos si a principios del próximo mes notan un temblor o un enrojecimiento en las emisiones de Telecinco. Es posible que el acelerador de gilipolleces se haya puesto a funcionar.

27/8/19

SÍNDROME POSTANTEPREPOSTVACACIONAL


Ustedes disfruten de agosto si quieren, pero les aviso de que Susanna Griso y Ana Rosa Quintana ya están calentando en la banda. En septiembre volverán y contarán, un año más, que lo que toda la vida de Dios fue estar como si nos llevaran los demonios porque se acababan las vacaciones ahora se llama síndrome postvacacional y da para media hora de tertulia. Este moderno mal tiene la ventaja de que dura tan poco como el bronceado, y la desventaja de que quienes nos olemos la tostada desde lejos ya estamos a finales de agosto de mal café viéndolas venir. El día que los magacines matinales necesiten rellenar otra media hora, dirán que de mal café nada y bautizarán este mal como síndrome prepostvacacional.

Pero les llevo ventaja. Ya a principios de verano —mucho antes de los nuevos síntomas de irritabilidad, ansiedad y ganas de que las vacaciones sean eternas que caracterizarán el síndrome prepostvacacional como antesala de la habitual irritabilidad, ansiedad y ganas de que las vacaciones sean eternas que ya caracterizan el síndrome postvacacional— sufrí unos prematuros síntomas de irritabilidad, ansiedad y ganas de que las vacaciones sean eternas que podrían parecer simple mal humor, pero que sería más mediático llamar síndrome preprepostvacacional. Este inesperado síndrome comenzó el día en que Màxim Huerta estrenó en La 1 su programa matinal “A partir de hoy” y estaba causado por el temor de que el magacín veraniego se convirtiera en fijo en septiembre.

Pues tenemos malas noticias. TVE acaba de comunicar que, como sospechábamos, Huerta renueva y desde septiembre competiría por el trono de las mañanas con Griso y Quintana, su exjefa. Nada más saber la noticia, remitieron los anteriores síntomas del síndrome anteprepostvacacional y comencé a experimentar los del síndrome postanteprepostvacacional. Adivinen cuáles son, que, aunque estoy de un humor de perros, a mí me da la risa decirlos.

26/8/19

CARNAZA MECHÁ


Con el presente comunicado, el ministerio de Sanidad Audiovisual quiere informar del reciente brote de listeriosis televisiva producida por el consumo de carnaza en mal estado.

Para localizar su origen, nuestros técnicos han tomado muestras de diferentes productos del mercado televisivo sobre los que había sospechas de ser la causa del brote. Los posteriores análisis de laboratorio han establecido que solo en la carnaza mechada se ha hallado listeria en cantidades que rebasan el umbral de seguridad establecido por la Organización Mundial de la Salud Audiovisual, por lo que su consumo está desaconsejado según los actuales parámetros de seguridad. Toda la carnaza contaminada ha sido elaborada y comercializada por una sola empresa, pero como se comercializa con diferentes marcas y presentaciones —puede encontrarse incluso en los programas de zapping en forma de carnaza picada—, se pide a los telespectadores que eviten su consumo hasta que se revisen todos los protocolos.

El consumo de carnaza, despojos y vísceras en general en programas del corazón comienza a extenderse en los años 90 con la llegada de las televisiones privadas, concretamente del modelo italiano, estando hoy está sólidamente implantado en nuestra cultura audiovisual. Tras una cierta competencia inicial, Mediaset se alza como la empresa líder del sector, controlando todas las fases de producción de carnaza gracias a que cuenta con su propia ganadería y sus propios pastos. Hoy sus grandes instalaciones y una amplia plantilla de trabajadores especializados abastecen un enorme mercado que busca productos de consumo fácil y rápido, razón por la que triunfa su presentación en forma de carnaza mechada, profusamente aderezada con un gran sentido del espectáculo y mucha sal, muy del gusto de los paladares acostumbrados a estos aditivos.

Este ministerio ruega a los telespectadores que adopten las necesarias medidas precautorias, evitando en todo momento caer en el alarmismo y la listeria colectiva.

25/8/19

NADIE. CERO. NO ONE. KAPUT

Eh… oigan, señores de “The walking dead”… perdonen que les moleste… pero es que me da no sé qué verles tan atareados preparando la décima temporada. Me sabe fatal decirles esto… no sé cómo hacerlo.., se les ve tan ilusionados… a ver cómo se lo explico… Iré directamente al grano: “The walking dead” ya no la ve nadie. Nadie. Cero. No one. Kaput. Nadie, repito. De verdad, da igual lo que sigan haciendo, nadie lo va a ver. No les den muchas vueltas a los guiones. Acepten como válida la primera toma en cada plano. Si es que va a dar lo mismo. Nadie. Nadie es nadie. Me da igual lo que digan sus datos de audiencia. Cero absoluto.

Según se comenta en la red, el último espectador fue un adolescente de Nebraska. Un tal Barry. No tenía muchas luces y le importaba un pito que las tramas de las últimas temporadas parecieran escritas por el guionista de los videoclips de Leticia Sabater. Él las veía sólo por si a un zombi se le caía un brazo mientras intentaba cruzar una alambrada. No pedía más a la vida. Pero hasta él decidió pasar de todo en el capítulo 5 de la última temporada. ¿La novena? Creo que sí. Qué más da. Y desde que Barry prefirió ponerse a ver porno antes que el capítulo 6, “The walking dead” se quedó literalmente sin ningún espectador.

Leo en las páginas de actualidad televisiva que la nueva temporada se estrenará en octubre y traerá nuevos malos malísimos. Hasta han empezado a aparecer ya los primeros carteles. Da mucha penica. A lo mejor la gente que les rodea… no sé… la familia, los amigos… les está diciendo que siguen viendo la serie. Es por lástima. No les crean. Durante los últimos tres años, todos nos hemos bajado del carro y no hay nadie que no se sorprenda de lo mucho que aguantó antes de hacerlo. Estaría por apostar a que ni siquiera ustedes ven cómo quedan finalmente los capítulos después de rodarlos. En el nuevo cartel salen caras que ya no conozco. Ni conoceré. Tiene que ser duro oír esto, pero se les ve trabajando tanto en algo que no va a ver nadie…

24/8/19

POR FIN, UNA SERIE POLICÍACA

Pero, bueno, ¿qué tipo de serie policíaca es “Line of duty”, en donde los criminales no son psicópatas seriales que matan de forma minuciosa y sanguinaria a causa de sus oscurísimos trastornos mentales? ¿Qué es eso de que los delincuentes actúen movidos por razones como el dinero, los celos, el prestigio o los chantajes? ¿Cómo se ha atrevido la BBC a realizar una serie tan alejada de “Mindhunter”? ¿Y qué tipo de serie policíaca es “Line of duty”, en donde los policías no tienen personalidades atormentadas y retorcidas, y cada frase que pronuncian es un tratado de existencialismo y nihilismo? ¿Qué es eso de que sean gente normal, seria, que no haya tensión sexual entre ellos, que no posean terribles secretos que ocultan detrás de su trabajo? ¿Cómo se ha atrevido la BBC a realizar una serie tan alejada de “True Detective”? ¿Y qué tipo de serie policíaca es “Line of duty”, que no es una exhibición de cadáveres, restos orgánicos e increíbles adelantos técnicos de la policía científica? ¿Qué es eso de que las víctimas mueran de un simple balazo y los espectadores sólo veamos un poco de sangre en el suelo? ¿Cómo se ha atrevido la BBC a realizar una serie tan alejada de los cien “CSI”?

Sin filosofías baratas para posthípsters postpostureros. Sin clases de criminología-ficción que sonrojan hasta a los seguidores de “Expediente Marlasca”. Sin escatologías pajilleras. Sin convertir la violencia en un show extremo ni mostrar influencias de “Star Trek”. Sólo casos sólidos, narrados con sobriedad y rigor impecables, en donde tras cada esquina hay otro nudo complejo y realista que hay que desenlazar. La unidad AC-12 de la policía británica, enfrentándose a delitos internos. Una temporada cada dos años, y la última llegó a Movistar+ hace bien pocas semanas. Si usted estaba harto de los “CSI”, “True detective” y “Mindhunter”, si se moría de ganas de que las series de policías volvieran a ser series policíacas, deje lo que esté haciendo y vuelva a disfrutar de las grandes tramas policiales con “Line of duty”. Por fin.

23/8/19

MIRA LO QUE MIRAMOS

—Oye, tú que haces crítica de televisión lo que tenías que decir es que la tele no vale para nada.
—Sí, pon que la tele es un rollo.
—Que se enteren los de la tele de lo malos que son.
—A ver si así empiezan a echar algo mejor.

Por si no lo han notado, este artículo está hecho con las aportaciones de la gente que piensa que ver la tele es fácil, pero hacer crítica televisiva es más fácil todavía.

—Tenías que poner que empieza uno a buscar con el mando y no encuentra nada.
—Yo ayer me cansé de cambiar de canal y me acosté sin ver nada.
— No, pon que lo peor es que cuando hay algo que te gusta termina a las tantas.

Todos llevamos dentro un ministro de Hacienda, un seleccionador de fútbol y un crítico de televisión. No sé qué dirá la gente cuando conoce a un ministro de Hacienda o a un seleccionador de fútbol, pero lo sospecho viendo qué dice al conocer a un crítico de televisión.

—Pon que el de “MasterChef” es un chulo. Y el joven también.
—Di que Pablo Motos al principio estaba bien, pero es que ya cansa.
—Pon que la del tiempo suelta un rollo terrible y lo que hace falta es que diga rápido si va a llover o no.
—Lo que no se aguanta es a Bertín Osborne. ¿Qué preparación tiene ese tío para llevar ahí tantos años?

No sé cómo reaccionarán los ministros de Hacienda y los seleccionadores de fútbol ante las muestras espontáneas de sabiduría popular, pero bien me gustaría saberlo.

—Contigo quería yo hablar. Pon que vuelva “El tiempo es oro”.
—Sí, que quiten esa porquería de “First dates” y que pongan “El tiempo es oro”. Y películas buenas.
—Pues a mí Sobera me cae bien. Pon que le den programas buenos como antes.
—Lo primero que tenían que hacer es poner unas cuantas multas a los que no empiezan a la hora, a ver si dejan de reírse de nosotros. Sobre todo las series. Dilo ahí.

Ya lo digo. Y ahora que ya está dicho, verán que da igual decir lo que sea porque nosotros miramos la tele, pero ella no nos mira a nosotros. Bueno, sí nos mira, pero no mira lo que decimos, mira lo que miramos.

22/8/19

ARÉVALO AL RESCATE


¿Hay machismo en España? ¿Hay tanto que aflora en el más inesperado rincón de TVE? “RTVE responde” lo planteó así: “¿Hay estereotipos de género en los cursos de aprendizaje de inglés de La 2?”. Y lo ilustró con imágenes de dos personajes recurrentes en el programa “Inglés Online”: una mujer frívola y alocada compradora compulsiva y una mujer limpiadora.

Una espectadora mandó a TVE esta queja sobre “Inglés Online”: “Perpetúa los roles de género malentendidos, se utiliza un lenguaje sexista, y los roles que los actores representan en el aprendizaje del idioma es demasiado sexista”. Así que piensa que sí hay estereotipos. Carlos Jerónimo, productor ejecutivo de La 2, respondió esto: “Esta producción es de hace siete u ocho años. La sociedad ha cambiado muchísimo la visión que tiene de la mujer. Eso es positivo, y entiendo que TVE tendrá que hacer una revisión sobre este proyecto porque, lógicamente, eran caricaturas que antes eran admisibles y en la sociedad actual no lo son tanto. Por eso habrá que hacer una revisión”. Así que también piensa que hay estereotipos. Bertín Osborne aseguraba estos días que “España es un país donde se han conquistado todos los derechos de la mujer que se debían conquistar”, y remataba “Me parece bien que haya movimientos feministas, pero donde tiene que haberlos. Que se vayan a Turquía o a África, España no los necesita”. Ya explicará otro día por qué la mujer no debe conquistar los derechos que faltan, de momento parece que cree que los estereotipos no son una forma de machismo, y, de serlo, solo existen en los cursos de inglés en Turquía o África.

En “Todo es mentira” (sobremesas de Cuatro) Arévalo acudió al rescate: lejos de ser machista, Bertín “es un hombre a favor del feminismo”. Podrá parecer que dice esto porque son amigos. O porque es lo que cree alguien capaz de explicar así las muertes por violencia machista (según él, “muertes por maltrato”): “Eso es gente loca, ¿y cómo evitas eso?”. Yo simplemente creo que lo dice porque es humorista, concretamente un humorista tan machista como su recalcitrante amigo Bertín.

21/8/19

JESÚS TE AMA


¿Crees que si deseas algo con fuerza el universo conspira para que realices tu sueño? ¿Estás seguro de que Jesús te ama, Alá es grande o Jehová es justo y castiga el mal? ¿Piensas que la naturaleza es buena y tiene un remedio para todos nuestros males? Ay, ay. Estás en la misma situación comprometida que quienes creen que el hombre no llegó a la Luna cuando ven el último capítulo de la tercera temporada de “Big Bang Theory”.

Para los seguidores de “Big Bang”, “The Lunar Excitation” es el capítulo en el que Sheldon Cooper conoce a Amy Farrah Fowler. Para los conspiranoicos lunares, es un torpedo en la línea de flotación de sus creencias: desde su azotea en Pasadena, los amigos emiten un rayo láser a la Luna que y reciben de vuelta un par de segundos después gracias a que rebotó en los espejos retrorreflectores que los Apolo dejaron colocadas en su superficie. Ese láser rebotado es un hecho indiscutible que llena de entusiasmo a Sheldon y compañía, pero que obliga a los conspiranoicos a replantearse sus creencias.

Hoy por la noche, La 1 emite la séptima entrega de “Lazos de sangre”, dedicada a la vida y milagros de la familia Larrañaga-Merlo. El verano pasado emitió ocho capítulos y nada podrá evitar que este emita otros ocho. Da igual que hayas deseado con todas tus fuerzas que una tele pública no dedique sus recursos a hablar de la familia Iglesias-Preysler, porque el universo no conspiró para evitarlo. Jesús no evitó que TVE hablara de los Rivera-Ordóñez a pesar de lo que nos ama, Alá no fue capaz de librarnos de los Martínez de Irujo a pesar de lo grande que es, y Jehová no castigó con su ira a quienes emitieron la saga de Chipiona a pesar de lo justo que es castigando el mal. La bondadosa naturaleza, por su parte, pasa de todo y ni siquiera nos alivia el daño un emplasto de aloe vera, que ya es decir.

Hubo una vez en Frigia un nudo más difícil de desamarrar que los lazos de “Lazos de sangre”. Alejandro Magno no lo deshizo, se libró de él con un tajo de espada. Cuando empiece “Lazos de sangre”, recuerda que tanto monta.

20/8/19

LOS INSUSTITUIBLES SUSTITUIDOS

Con tesón, trabajando duramente mientras buena parte del país descansa, mostrando su talento obtenido con esfuerzo, los presentadores sustitutos de los magacines veraniegos matinales están demostrando a lo largo de este agosto que son capaces de realizar programas igual de malos que los que presentan las grandes estrellas de sus cadenas de septiembre a junio. Bravo, Joaquín Prat. Bravo, Lorena García. No es fácil de conseguir, porque para alcanzar el nivel de ruido, nadería y borrosidad que logran Susanna Griso y Ana Rosa Quintana al respectivo frente de “Espejo público” y “El programa de Ana Rosa” hacen falta años y años de curtida profesionalidad y entrega diaria a la labor, pero estos jóvenes periodistas están logrando igualar la dificilísima marca de las presentadoras titulares. A la vista del nulo interés de las horas de televisión que nos ofrecen cada mañana, a nadie le podría extrañar que, con el paso del tiempo y las tiemporadas, terminaran relevando a figuras como Griso y Quintana.

Esas tertulias políticas que se evaporan en el momento en el que terminan, esas crónicas de sucesos de actualidad que no han avanzado desde los cantares de ciego, esos recordatorios de que conviene beber cuando se tiene sed y descansar al volante cuando aparece el cansancio, esas noticias del corazón de gente que ejercita casi todos sus músculos menos el cardíaco. Parece fácil, pero hay que ser capaz de sacar adelante dos o tres horas de televisión diaria sin más materia prima que el vaho. Y, sin embargo, ahí está Joaquín Prat lográndolo día tras día, realizando una labor de la que Ana Rosa Quintana tiene que sentirse orgullosa. Y, sin embargo, ahí está Lorena García, consiguiéndolo mañana tras mañana, ¿quién pudiera en una prueba ciega distinguir su “Espejo Público” del que conduce Susanna Griso? Cada verano se demuestra el carácter sustituible de todas las figuras insustituibles de las cadenas: siempre hay profesionales capaces de hacerlo igual de mal que ellos. 

19/8/19

VIVA EL MAL... MENOR


Una de las dificultades que entraña relacionarse adecuadamente con otras personas es asumir que debemos premiar a quien lo hace mal. Debe uno ser capaz, por ejemplo, de felicitar a Jorge Javier Vázquez por encontrar tiempo en sus vacaciones para difundir fotos suyas desnudo para que veamos cuánto adelgazó. También hay que felicitar al concursante de “Supervivientes” Maestro Joao por pegar con Photoshop una foto de su cara en el cuerpo que le gustaría tener y publicarla a ver si cuela. Incluso a Kiko Eldesálvame, artista anteriormente conocido como “Kiko Eldegranhermano”, porque tiene un programa de teletienda llamado “Mejor llama a Kiko” en el que vende productos de fantasía a las tantas de la mañana. Me explico.

Hay quien opta por darle leña a Jorgeja por ser un egocéntrico que, como no soporta dejar de ser el centro de atención en vacaciones, publica fotos suyas desde allá donde esté para que le hagamos casito, y encima quiere presentarlas como una “travesura” de chico malo. Pero lo que hay que hacer es premiarle. Por eso aquí le felicitamos, porque en vez de hacer el mal como suele, llenando la tele de mensajes retrógrados y casposos disfrazados de progresismo y modernidad, hace un mal menor, lo que es una mejoría en su trayectoria: se entretiene publicando unas fotos inocentes que no van más allá de su yo, él mismo, su inmenso egocentrismo y su propio mecanismo.

También es fácil criticar al Maestro Joao por publicar una foto de mentirijillas, pero sería un error. Le felicitamos porque mientras hace estas chiquilladas deja de lado los engaños más peligrosos de su oficio de timador que adivina el futuro gracias a ese invento suyo de la culomancia.

¿Y qué me dicen de Kiko? Claro que apetece darle, pero debemos tener en cuenta que a un tipo tan peligroso es preferible tenerlo entretenido haciendo un programa a unas horas locas en las que no hay ni Dios viendo la tele. Así que, chaval, sigue con tu “pulsera de la felicidad”, y deja esa tontería de “Sálvame” que te conviene más dormir la siesta.

18/8/19

DEPARDIEU ESTÁ GORDO


Anteanoche La 1 emitió la última entrega de “Hoy no, mañana”, un programa de humor que intercalaba sketches con las intervenciones de varios monologuistas. Como ahora tenemos la piel muy fina y sentirse ofendidito es deporte nacional, un portal web tuvo la paciencia de recopilar diferentes ejemplos de chistes y gracietas que para diferentes colectivos podían resultar ofensivos. Les hago un breve resumen para proponerles después un juego muy divertido.

Hubo en “Hoy no, mañana” chistes sobre los andaluces porque son unos vagos, las peluqueras porque forman una mafia que cobra tanto por quitar como por poner pelo, los chinos porque todos tienen la misma cara indistinguible, los funcionarios porque no cumplen su horario laboral, las secretarias que están buenas pero no saben ofimática, la Iglesia Católica porque se preocupa de que la clonación les quite la exclusividad de la concepción sin pecado, los testigos de Jehová y de los ateos porque si se hace un clon con ambos sale un tío que llama a las puertas sin saber pa'qué, y sobre Gérard Depardieu porque está muy gordo

Y, ahora, el juego. Si hubiera personas con suficiente mala leche y tiempo libre como para buscarle las cosquillas a los humoristas, y quisieran denunciar que en “Hoy no, mañana” se produjo un delito contra sus sentimientos, ¿qué colectivos tendrían respaldo legal en su noble misión y cuáles no llegarían nunca a nada con tan loca pretensión? Para resolver este juego, deben tomar la frase “delito la ofensa a los sentimientos de los miembros de”, y averiguar cuál es la única de las siguientes expresiones que la completa en nuestro ordenamiento jurídico: “una comunidad autónoma”, “un oficio”, “un país”, “una cualidad física”, “unas convicciones filosóficas” o “una confesión religiosa”.

Quien acierte, de premio aprenderá que no pasa nada por echarse unas risas a costa de andaluces, peluqueras, chinos, funcionarios, secretarias, ateos, gordos y Gérard Depardieu, pero los sentimientos religiosos mejor ni tocarlos.

17/8/19

CHANQUETE ESTÁ MALITO


La serie emitida más veces en la tele española es “Verano azul”. Si se cruzara con “Pretty woman”, la peli más emitida en nuestra televisión, daría lugar a “Pretty verano azul”, cuya constante emisión en bucle haría colapsar el espacio-tiempo mandándolo todo a freír churros. Alguno se alarmará al ver que, ostras, estos días Chanquete, Julia y toda la pandilla vuelven, y vuelven, y vuelven a volver. Menos mal que nos salva una cosa: TVE está emitiendo “Verano azul”, sí, pero lo hace por primera vez.

Hasta ahora los españoles pudimos ver “Verano azul” doce veces entre los años 1981, año del estreno, y 2016, año de su última reposición. También podemos verla este verano en La 2 a las dos de la tarde, pero no estamos ante la decimotercera visita Nerja, sino ante la primera.

No cambiamos el 13 por 12+1 por esa pamplina de la mala suerte, claro. (El pasado miércoles, 14 de agosto, abundaron los problemas técnicos en “Antena 3 noticias”, los errores en “Espejo público” y las confusiones en “El problema de verano”. Sin embargo, el día anterior fue todo como la seda a pesar de ser martes y 13. Hala, Íker Jiménez, explica eso). El 12+1 tampoco se debe a que algunos oirán por primera vez en su vida las expresiones “mola cantidubi” y “demasié para mi body”, mientras otros se avergonzarán de haberlas dicho; y mira que esto sí que tiene su importancia.

Estamos ante la emisión 12+1 de “Verano azul” porque es la primera vez que la amenaza del spoiler nos impide hablar. No podemos decir si Bea acabará con Pancho, si Piraña adelgazará ni qué pasará después de que canten “No nos moverán” en La Dorada. Y, mucho cuidadín, solo podemos decir de Chanquete que está malito del corazón. Nada más. Una acusación de spoiler te deja hoy sin vida social.

Pero, sobre todo, este es el “Verano azul” 12+1 porque es el primero sin Mercero. Cuando Pancho recorra la playa gritando que ha muerto no sé quién, todos pensaremos que quien de verdad ha muerto es el gran Antonio Mercero, a quien debemos uno de los mejores veranos de nuestra vida.

16/8/19

ESPAÑOLES EN HOLANDA


No es verdad que veamos la tele para desconectar dejando la mente en blanco. Tampoco que la actualidad sea lo que sale hoy en la tele. Y, sin embargo, ver la tele sirve tanto para desconectar como para seguir la actualidad.

Todos usamos la tele para desconectar. La diferencia está en de dónde huimos y en dónde nos refugiamos. Como desconectar no consiste en vaciar la cabeza sino en llenarla de contenidos diferentes, no podemos desconectar sino conectando. Y la tele es una herramienta tan rápida, barata y eficaz para conectarse a nuevos contenidos que sirve incluso para desconectar de la propia tele.

Para hablar de la actualidad recurriremos a un ejemplo de ahora mismo: el reportaje “Españoles en Holanda. Esclavos de la globalización” emitido por Cuatro dentro de su programa de periodismo de investigación “Fuera de cobertura”. Es tan de actualidad que da igual que no se haya emitido ayer ni anteayer, sino hace casi dos meses. Y mucho nos tememos que cuando lo repongan seguirá siéndolo.

A finales de junio nos decían que la actualidad era “Supervivientes”, que había que desconectar conectando con ellos. Hoy ya pasó aquel engaño de la emoción del directo, de la telerrealidad del instante. La actualidad se esfumó y en su lugar solo queda un decorado vacío y millones de huérfanos esperando “GH VIP 7” para reconectarse.

Charlando ayer con mi amiga Pilar descubro que uno de aquellos días ambos desconectamos conectando con “Españoles en Holanda. Esclavos de la globalización”. Más aún, vimos que era un programa tan actual que, mientras charlábamos, su hijo tenía una entrevista de trabajo por Skype que resultó ser con una de las empresas de trabajo temporal que denunciaban en el reportaje porque engañan y explotan a los jóvenes españoles que caen en sus manos. No lo harán con Pablo, que rechazó la oferta. Pero seguirán pescando: el reportaje tuvo poca audiencia y son muchos los seguidores de “Supervivientes” que no conocen el engaño.

15/8/19

QUERIDOS NIÑOS:



Queridos niños: hace muchos muuuuchos años, cuando vuestros padres eran jóvenes, existía un aparato que servía únicamente para ver programas de televisión. Se llamaba “televisor”, solía ser muy grande y se encontraba colocado de forma fija en una pared de la salita. Se ponía en la sala de estar porque la familia lo compartía. “Compartir” significa usar entre varias personas un mismo bien o servicio. En aquella época la gente compartía cosas. Con el televisor no podías posturear, ni colgar vídeos tuyos, ni espiar a otras personas. Tampoco podías jugar ni entrar en escenarios de realidad virtual. Sólo podías encenderlo y ver qué programas estaban echando. No pongáis esa cara. A la gente le gustaban los televisores.

Poco a poco dejaron de usarse. Sobre todo, a partir del verano de 2019, cuando Televisión Española abrió en la red social de vídeos Youtube un canal en donde fue volcando todos tooooodos los programas de su historia. Se llamaba Archivo 80-90 RTVE. Al principio sólo colgaron programas míticos como “Verano azul” u “Hola, Raffaella”. Pero poco a poco se fueron añadiendo todos los concursos -todo el “Un, dos, tres”, todo “El tiempo es oro”-, todas las series -todo “Curro Jiménez”, todo “Santa Teresa de Jesús”-, todos los programas de debate -todo “La Clave”- de la historia de la televisión pública, y, para cuando los espectadores pudieron darse cuenta, ya había muchos más programas de televisión accesibles mediante Youtube e internet que a través de la antena del televisor.

A partir de la apertura de este canal en Youtube los televisores empezaron a desaparecer. Ya no tenían sentido si los comparabas con las tablets. Además, las tablets las podías ver tú solo en tu habitación, sin necesidad de hablar con nadie, decidiendo tú y sólo tú lo que ibas a ver. Cuando vayáis a ver a vuestros abuelos, fijaros: algunos de ellos todavía conservan un televisor en la salita de estar. Los reconoceréis porque no tienen teclado ni responden a la voz.

14/8/19

LAS SANDALIAS DE TUTANKAMÓN


El faraón Tutankamón es uno de esos personajes que, como la Reina de Saba o Elvis Presley, seguirá proporcionando material para documentales incluso más allá de que se agote el inagotable filón de los extraterrestres. Y, como ocurre con la Reina de Saba o Elvis Presley, con Tutankamón vale todo porque basta con colocar la palabra “misterio” para que cualquier “egiptólogo” pueda largar las teorías más chifladas sin que los convencidos de que Elvis no está muerto se echen las manos a la cabeza. No es el caso de “Los tesoros de Tutankamón” (National Geographic), una serie documental que bucea con sentido y sensibilidad (y con el inevitable punto de audacia) en los objetos que se amontonaban en la tumba del faraón y que hoy están custodiados en el Gran Museo Egipcio de El Cairo. ¿Por qué gran parte de los objetos de la tumba de Ttankamón eran de segunda mano? ¿Estaba uno de los ataúdes de Tutankamón destinado para otra persona? ¿Y su famosa máscara? Interesantes preguntas. Pero ninguna tan fascinante como esta: ¿las preciosas sandalias del faraón siguen siendo sandalias cuando solo pueden ser tocadas por expertos con guantes blancos y están guardadas en cajones en unas condiciones que podrían satisfacer hasta a un Sheldon Cooper en un mal día?

Decía Aristóteles que las cosas se definen por sus obras o facultades, de forma que cuando dejan de ser lo que eran no se debe decir que son las mismas cosas, sino que tienen el mismo nombre. Una mano muerta, por ejemplo, ya no es una mano, aunque le demos ese nombre. El filósofo Kant cita en su ensayo sobre lo bello y lo sublime a Cromwell, para quien la circunspección es una virtud de alcalde; pero si Cromwell hubiera visto el vergonzoso espectáculo de tanto alcalde desatado después de alcanzar el sillón y contemplado a los egiptólogos que estudian las sandalias de Tutankamón, estoy seguro de que habría dicho que la circunspección es una virtud de egiptólogo. Las sandalias de Tutankamón ya no son sandalias, ni tienen la función que desempeñaban en la tumba del faraón. De esas sandalias solo queda el nombre y la circunspección del egiptólogo. Por eso necesitamos a Mary Beard, la gran historiadora británica, que es capaz de hacer que las sandalias de Tutankamón vuelvan a ser sandalias y que en sus documentales huye de la circunspección como Ronaldo en vacaciones huye de la poesía.

13/8/19

LA BIBLIA, NEGRA


La investidura es una pesadez. Cada bocado es más correoso y difícil de tragar. En “laSexta noche” no quieren que a los espectadores no se nos hagan bola las réplicas y contrarréplicas de sus invitados y tertulianos, así que el sábado aliñaron el plato con un bidón gasolina en el que guardaban una entrevista de Iñaki López y Andrea Ropero a Darío Adanti y Edu Galán, autores de “La Biblia Negra de Mongolia”.
—¿No teméis por vuestra seguridad después de publicar este libro en el que explicáis por qué las grandes religiones monoteístas venden humo?
—No, pero no porque no haya que temer —el fanatismo es muy peligroso—, es porque somos un poco descerebrados.
—Quienes deberían empezar a temer por su seguridad financiera deberían ser los grandes líderes religiosos. Espero que cada vez menos gente crea en semejantes supercherías que sirven para el control poblacional, el machismo y la homofobia.

Tal vez añadir gasolina no sea la mejor manera de hacer un programa más masticable.
—¿Habéis mandado algún ejemplar al Vaticano?
—Sí, al Vaticano, el Dalai Lama y un ayatolah de La Meca. Es fácil porque si buscas “Ocultadores de pederastas” en Google te salen los tres.
—Veo que la publicación por fin ha unido a las grandes religiones monoteístas contra un mismo asunto.
—Creíamos que lo único que las unía no era la idea de Dios —dice un Edu Galán momentáneamente transformado en imán musulmán, no de nevera—, sino los maricones, porque los gais eran lo único que nos enfadaba a todas. Pero hemos encontrado otra cosa: esta herejía. Recomendamos que la quemen públicamente y entre hombres, porque las mujeres no pintan nada en la religión, mejor tapadas.

Ay, como alguien encienda una cerilla. Sobre todo para los autores de “La Biblia Negra”.
—Hemos sacado el libro con una multinacional, por tanto serán sus abogados los que nos defiendan. Entonces tenemos muchas ganas de nos demanden los “Abogados Cristianos”, esos que abren su despacho y huele a naftalina.

¿Descerebrados, dicen? Saben lo esencial: que, tal y como están las cosas, si el ingenio y el valor quieren ejercer la libertad de expresión necesitan respaldo jurídico.

12/8/19

RÓMULO Y AMÉN


La productora italiana de la serie “Gomorra” prepara una serie de diez capítulos sobre Rómulo, el fundador mítico de la ciudad de Roma. En latín. ¿Latín? ¿Esa lengua muerta o, como mucho, zombi? Pues sí. En el cajero automático de Instituto para las Obras de Religión, en la Ciudad del Vaticano, es posible sacar dinero (“Deductio ex pecunia”) o consultar los movimientos realizados (“Negotium argentarium”) utilizando el latín. El gran Emilio del Río muestra y demuestra en su libro “Latín lovers” (un título a la altura de “Catering Deneuve” para una empresa de catering, o “Poncio Pilates” para un negocio de entrenamiento físico extremo) que el latín está tan incrustado en nuestra vida cotidiana como los clásicos del cine, de la música o de la literatura. El latín se niega a morir en los institutos y universidades como si fuera un Rambo en territorio hostil, un LP en un mundo que prefiere la nube a las estanterías o un paquete de pipas amenazado por el imperio de las palomitas. ¿Una serie de televisión íntegramente en latín? Gaudeamus igitur.

El empresario estadounidense Henry Ford, el padre de las modernas cadenas de producción y el hombre que transformó para siempre la industria del automóvil con su Ford T, decía que si hubiera preguntado a sus clientes qué necesitaban, habrían dicho que un caballo mejor. Pero Ford ofreció a sus clientes algo mejor que un caballo con grandes prestaciones. Les ofreció un coche a buen precio. Si los productores televisivos preguntaran a los espectadores qué series necesitamos, a lo mejor pediríamos series con mejores dragones, o mejores chistes entre físicos, o mejores atracos en casas de papel, o mejores detectives. Pero a esos productores italianos chiflados se les ha ocurrido algo mejor que un dragón, un chiste con el gato de Schrödinger, un atraco que se complica hasta el infinito y más allá o un Sherlock Holmes con teléfono móvil. Una serie hablada en latín protagonizada por un tipo que fue amamantado por una loba y que tenía un hermano con el que finalmente resultó que no se llevaba muy bien. Ahí queda eso. Ford inventó el coche para las masas y “Romulus” ofrecerá latín para el pueblo. ¿Echábamos de menos “Roma” o incluso la brutal y excesiva “Spartacus”? Pues ahí está “Romulus”. Amén.

11/8/19

HISTORIA PARA MAYORES DE EDAD


No sé si clasificación por edades de los programas televisivos tiene hoy tanto sentido como prohibir los móviles en los institutos o luchar contra la ley de la gravedad, pero ya que en España existen programas clasificados como aptos para todos los públicos y programas no recomendados para menores de 7, 12, 13, 16 y 18 años, me pregunto cuál es la razón para que la serie documental “Del Día D a Berlín: la última batalla de Hitler” (National Geographic) no esté recomendada para menores de 18 años. ¿La historia está clasificada por edades, de forma que todo lo que tiene que ver con Hitler y la II Guerra Mundial no está recomendado para menores de edad, mientras que la entrada de los cristianos en Jerusalén en la Primera Cruzada o la batalla de Maratón son aptas para todos los públicos? Difícil cuestión. ¿Por qué un documental sobre el ataque de los aliados al fuerte Montbarey, que protegía la ciudad de Brest ocupada por los nazis, no está recomendado para menores de 18 años? ¿Acaso por esos tanques británicos que escupen fuego y achicharran nazis, de forma que un episodio de la II Guerra Mundial termina pareciéndose a un capítulo de “Juego de Tronos”? 

Las microhistorias que encierran los episodios de “Del Día D a Berlín” cepillan la historia a contrapelo, como quería Walter Benjamin, y los retratos de los soldados que lucharon en la Europa devastada por los nazis buscan lo mismo que la retratística en la antigua Roma, que no se limitaba a recordar a una persona, sino que era un modo de mantener su presencia en nuestro mundo. ¿Hay que mantener los horrores de la II Guerra Mundial en nuestro mundo? Por supuesto. Y no solo porque, como se dice tantas veces, si olvidamos la historia estamos condenados a repetirla, sino porque la historia es maestra de la vida. Por eso me sorprende que “Del Día D a Berlín” no esté recomendado para menores de 18 años mientras que, por ejemplo, los vídeos de “Vergüenza ajena” sí lo son.

Hubo dragones disfrazados de tanques en la II Guerra Mundial, y una Cersei con bigotito se suicidó en su palacio cuando sus enemigos estaban a las puertas de Berlín. La historia no necesita los dos rombos.

10/8/19

MIS VECINOS NO SON ZOMBIS


George A. Romero, el director del clásico de Serie B “La noche de los muertos vivientes”, decía que el verdadero horror está en la puerta de al lado, y que los monstruos más terroríficos son nuestros vecinos. Puede que Jean-Paul Sartre intuyera que “el infierno son los otros” después de una reunión de vecinos en la que se discutían los detalles de una derrama para reformar la fachada. El abuelo de Heidi, antes de la llegada de su nieta, no era conocido en la aldea suiza de Dörfli precisamente por su amor a los vecinos, en particular, y la especie humana en general. Pero Romero no habría rodado su terrorífica “La noche de los muertos vivientes”, Sartre no habría escrito “A puerta cerrada” y el Viejo de los Alpes no habría vivido como un ermitaño en su cabaña si, como me ocurrió a mí el pasado miércoles, unos vecinos les devolvieran la confianza en la puerta de al lado con un gesto tan simple como ver la tele.

La 2 repuso en “Días de cine clásico” la maravillosa película musical “Los paraguas de Cherburgo”, un prodigio de color, sencillez, tristeza, delicadeza y honesta visión de las relaciones humanas. Cuando Geneviève y Guy se separaban para siempre, aunque ellos no lo sabían, en la estación de tren, la inolvidable música de Michel Legrand lo inundaba todo, pero comprendí que el mérito no era solo de Legrand porque en el piso de arriba mis vecinos también estaban viendo la película y el sonido se colaba a través del techo hasta mezclarse con el que salía de mi televisor. Mis vecinos no son zombis. Mis vecinos no son el infierno. Mis vecinos nunca me obligarán a retirarme a una cabaña en los Alpes. Mis vecinos estaban viendo conmigo “Los paraguas de Cherburgo” en La 2, así que mis vecinos y yo tarareamos juntos la hermosa canción de la película, sufrimos juntos con la partida de Guy, lloramos juntos con la desgarradora soledad de Geneviève, comprendimos juntos las razones del corazón humano y contuvimos juntos el aliento con el reencuentro final en la nieve entre Guy y Geneviève. Al día siguiente, en el ascensor, no hablé del tiempo con mis vecinos del piso de arriba, sino de “Los paraguas  de Cherburgo”. También hablamos de la puñetera derrama para la reforma de la fachada, claro. Así es la vida.

9/8/19

SÍNDROME DEL IMPOSTOR


Estoy seguro de que, en secreto, casi todos los programas de televisión padecen el síndrome del impostor, ya saben, ese insidioso tormento que sufren las personas triunfadoras al sentirse timadores que van a ser descubiertos de un momento a otro. El síndrome del impostor se suele estudiar en relación a individuos humanos, pero no veo el motivo por el que no pueda aplicarse también a libros, edificios o, llegado este caso, espacios televisivos. No sólo las personas tenemos emociones y no sólo las personas nos sentimos inseguras cuando nos enfrentamos a una situación que se caracteriza por su inestabilidad.

Por ejemplo, “Zapeando”. Apuesto mi último dólar a que cada día, cuando se apagan las luces y el programa de La Sexta vuelve al almacén, “Zapeando” se derrumba, temeroso de que alguien descubra cómo se siente por dentro mientras por fuera no para de reírse. No es el único que teme ser descubierto. El verdadero secreto de “El secreto de Puente Viejo” es que se cree una serie impostora. El síndrome del impostor no tiene nada que ver con la verdadera valía del que lo sufre; lo padecen por igual genios e impresentables. El problema afecta incluso a espacios completamente asentados y que no tendrían motivo para dudar de su éxito: “Ahora caigo” tiene martirizado a su psicoterapeuta -sí, existen psicoterapeutas de programas de televisión, otro día se lo cuento- por sus miedos obsesivos a que cualquier día sea el último día; y “Espejo púbico” no puede evitar mirar de reojo constantemente a la puerta del plató, temiendo que en cualquier momento entre la policía televisiva -sí, existe la policía televisiva, otro día se lo cuento- y lo detenga por fraude.

Solamente “First dates” no está aquejado por el síndrome del impostor. No es que no se sienta un completo farsante, un timo, un absoluto engaño. Se siente así, sin duda, a diario. Pero, en este caso, más que un síndrome psiquiátrico, se trata de un sano ejercicio de autoconocimiento.

8/8/19

EN POSITIVO


Todos los telediarios recogen esa campaña de la Junta de Andalucía contra la violencia machista en la que todo es alegría, optimismo y sonrisas happy flower. En los magacines y tertulias no entienden el hermoso mensaje que transmite y lo despellejan sin piedad. ¿No dice la Junta que se trata de ver la violencia machista “en positivo”, tan “en positivo” que prefieren llamarla “malos tratos” para que no parezca tanto? Coño, pues habrá que ser justos y analizar “en positivo” la campaña “en positivo”.

Lo primero, las modelos. Son señoras de sabe Dios dónde —por la pinta pon que de Estados Unidos o Bélgica— que antes solo podían representar a mujeres de esos lugares, pero que ahora, ¡alehop!, también representan a las mujeres andaluzas. Su registro también estaba limitado porque sus sonrisas solo servían para anunciar clínicas dentales, planes de pensiones o marcas de champú, pero ahora también sirven para luchar contra el tráfico de armas, la esclavitud infantil y cualquier otra lacra… siempre que se haga “en positivo”, claro. Ya solo queda localizar a estas señoras y contarles que son tan buenas representando a mujeres andaluzas víctimas de la violencia machista muertas de risa que la Junta se vino arriba y las presenta con este texto: “Advertencia: las mujeres que van a ver a continuación han sido víctimas de malos tratos”. Les encantará.

Lo segundo, las campañas institucionales. Se acabó la tristeza y el mal rollo. La tele se llenará anuncios con risas, fiesta y cachondeo a tutiplén. ¿Campaña contra la ludopatía en menores de edad? Chavales descacharrándose y padres sonrientes. ¿Campaña contra las drogas, el tabaco, el alcohol, las enfermedades de transmisión sexual, la explotación laboral y contra los accidentes de tráfico donde no veíamos más que muertes y desgracias? Pues ahora todo va a ser gente más feliz que un regaliz.

Y ya solo falta explicar “en positivo” esta campaña a las mujeres víctimas de la violencia machista. A ver quién se atreve.

7/8/19

CANAL CALLE


La revolución televisiva del verano se llama Canal Calle. Emite en abierto, no hay que suscribirse a ninguna plataforma, ofrece contenidos en directo, renueva su parrilla a diario, cada usuario puede tomar decisiones sobre argumentos y giros de guion, proporciona sensación envolvente en 3D, es gratuito, interactivo, cardiosaludable y su nivel de emisiones de CO2 es de cero. Como la competencia televisiva es feroz, aquí les damos alguna clave para disfrutar de Canal Calle.

Debemos ser ágiles desde el principio. En cuanto empiece ese concurso tontorrón para las tardes de verano y La 1 pregunte “Juegas o qué”, nosotros debemos dejar el “juegas” y elegir el “qué”. Así que apagamos la tele y nos vamos a dar una vuelta. Cuando Màxim Huerta nos ofrezca su “A partir de hoy”, Diego Losada su “España Directo” y Quico Taronjí su “Aquí la Tierra”, optaremos por “A partir de ahorita no más sin intermediarios”, “España directísimo” y “Aquí la Tierra bajo tus pies, el agua fresca a la piel y el aire libre en los pulmones”, todos ellos en Canal Calle.

Luego solo hay que dejarse llevar. El docu-reality “Siete días sin ellas”, en el que unas mujeres dejan su hogar y su trabajo en manos de los hombres, debe sustituirse por el requete-reality “Siete días sin ellas, sin ellos y sin mí porque me las piro”, en el que dejamos que allá se las arreglen entre ellos y ellas. “Hoy no, mañana” se sustituye por “Mañana no, hoy”, “Comando al sol” por “Me voy a dar una vuelta bajo la Luna que al oscurecer refresca un poco”, “Más vale tarde” por “Lo prefiero ahora mismo” y “Viajeros Cuatro” por “Viajero uno, yo mismo, que ya me voy y te dejo en San Antonio, tu mañita no te la puedo quitar, hay momentos que pareces el demonio cuando mueves la cintura pa' bailar”, programa al que Canal Calle pondrá sintonía de Flaco Jiménez o de Los Lobos, según prefiera cada uno.

Y recordemos que para ver Canal Calle no hay que resintonizar el televisor, basta con resintonizar con la vida.

6/8/19

MÁS QUE TOROS


TVE es un aburrimiento desde el fin de las Fiestas de San Fermín. Entre el chupinazo y el “Pobre de mí” mola ver La 1 por lo emocionantes que son los encierros y todo lo que los rodea. Levantarte y, en vez del tostón de las noticias de la mañana, encontrarte con cientos de personas jugándose la vida es maravilloso. Los cenizos se quejan, pero, vamos a ver, ¿queremos promocionar el turismo en España o no? ¿queremos potenciar nuestras tradiciones o no? ¿queremos una tele entretenida que emocione y sorprenda o no? Pues que se note.

Lo que tiene que hacer TVE es mantener el nivel de los Sanfermines todo el año. Al menos durante el verano sería facilísimo. Hay multitud de fiestas patronales por toda España con suficientes actividades peligrosas como para rellenar de retransmisiones en directo toda la programación. Hasta se puede pedir la colaboración de la audiencia para que explique a TVE cuáles son las barbaridades que se hacen en su pueblo. Buenos somos nosotros para eso. ¿Se están acordando ahora de las bromas bestias que gastaban en el pueblo de Gila? Yo también. Menuda mina.

Imaginen el anuncio: “¿Hay en las fiestas de tu pueblo tradiciones peligrosas, costumbres estúpidas, actividades insensatas? ¡Ponte en contacto con TVE! ¿Se suben los mozos del pueblo —y ahora también las mozas— a lugares peligrosos? ¿Se tiran por sitios por los que sería mejor no hacerlo? ¿Estallan petardos enormes donde hay mucha gente? ¿Tiran cosas que pueden hacer daño a alguien porque ya lo hacían en el s. XV? ¿Levantan pesos descomunales que no admitiría ningún convenio laboral porque eso es muy bonito y lo más grande que hay? ¿Sueltan toros, vaquillas o animales peligrosos entre las personas como se hizo toda la vida de Dios? ¡Llama a TVE! ¡Queremos que tu pueblo salga en la tele haciendo el bestia! ¡Queremos que los encierros de los Sanfermines no sean la única insensatez que se promociona con dinero público! ¡Queremos una tele mejor para ti!”.

5/8/19

YO COMO UNA CABRA, TÚ COMES UNA CABRA, ÉL COME UNA CABRA


Salió en los informativos. Este año, los humanos ya terminamos con la capacidad del planeta para mantener nuestro nivel de vida en todo 2019. Comparando la demanda de recursos naturales con la capacidad de la Tierra para regenerarlos, hace una semana que empezamos a devorar nuestro segundo planeta. Los países ricos vamos ya por el tercero, cuarto o quinto, dependiendo de lo ricos y borricos que seamos. Es para echarse las manos a la cabeza, pero como cada año adelantamos varios días este Día de Sobrecapacidad de la Tierra, ya estamos acostumbrados y a otra cosa mariposa. Bueno, no del todo. La muerte de una cabra removió conciencias, agitó teclados y puso las redes patas arriba.

Gordon Ramsay, el más televisivo de los cocineros británicos, protagonista de infinidad de famosos espacios culinarios de medio mundo, está ahora en “Masterchef Australia”. Su colega Monique Fiso le pidió que matara una cabra montesa, así que Ramsay disparó, despiezó, aderezó, cocinó y se zampó la cabra en compañía de los participantes del programa. Quizá dijera “emplatar”, “maridar” y “dialogar en boca”, tal vez incluso cosas peores, pero eso dio igual. Lo que puso en pie de guerra a la peña fue matar a la cabra, algo considerado “inhumano”.

¿Inhumano? Incluso antes de ser humanos, nuestros tatarabuelos eran carroñeros oportunistas que comían carne allí donde la pillaban. De hecho, nos hicimos humanos comiendo, entre otras cosas, carne de cabra. En el paleolítico, ya matábamos y cocinábamos las cabras que nos zampábamos. En las pinturas rupestres salen preciosas. Hace 10.000 años aprendimos a domesticarlas y a aprovechar sus proteínas en forma de leche (y queso, ¿a qué suena la palabra “Cabrales”?). Como seguimos queriendo su carne —llevamos miles de años queriéndola—, seguimos matándolas.

Comer carne no es inhumano. Inhumano es creer que la opción de no comerla otorga una superioridad que permite llamar inhumano a quien, siguiendo el camino que nos trajo hasta aquí, continúa comiéndola. Otra cosa es comerse el planeta entero, pero eso ya a la peña le da igual.

4/8/19

VIAJE A 2.044


Tome aire, ¿lo nota? Llene los pulmones, ¿ve qué bien se está? Encienda la tele sin miedo, mire la Luna por la ventana, disfrute de lo que ve. ¡Ah! ¿No es cierto, telespectador, que en esta apartada orilla más pura la Luna brilla y se respira mejor? Eso es porque llegó agosto. Al fin,

El mes de julio fue horrible. Cada verano la tele empeora, pero este año más. Se veía venir desde que anunciaron el cincuenta aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Qué peligro. Si la tele entraba en bucle, la tabarra podía ser insufrible. Y lo fue. Horas hablando del acontecimiento, de la retransmisión televisiva más famosa de la historia, de las imágenes que dejaron al mundo boquiabierto. Las cadenas se llenaron de especialistas listísimos analizando cada detalle y de analistas preparadísimos especializados en cada pormenor. Que si las sombras, que si la bandera, que si las huellas, que si las estrellas, que si la Luna, que si la Tierra. Piensan que van a engañarnos con un montaje tan burdo. Esas mentiras no se las creen ni ellos. A otro perro con ese hueso.

Pero ya pasó julio. El cincuentenario quedó atrás. Este vuelve a ser un verano como cualquier otro. La tele vuelve a estar dominada por reposiciones, sustituciones, saldos y últimas ocasiones. Y para esto estamos preparados. Si hay suerte, hasta dentro de veinticinco años las cadenas no volverán a ponerse tan pesadas con esos embustes sobre la llegada del hombre a la Luna que solo convencen a los niños y a los listos que se creen las historias más inverosímiles. Espero que para entonces la tele haya aprendido a ignorar a los iluminados, egocéntricos y analfabetos que cuentan sus chifladuras mendigando un poco de casito. Cuando la tele se libre de ellos, cuando celebre el aniversario de la gran gesta espacial libre de visionarios y conspiranoicos listísimos, estaremos ante un pequeño paso para la programación televisiva, pero un gran paso para la humanidad. Nos vemos en 2.044. Comienza el viaje.

3/8/19

¿PERO DÓNDE ESTÁ "HOMELAND"?

Bien, vale, la temporada de series 2018-19 ha sido estupenda, de lo mejor que se recuerda en los últimos años. ¿Pero dónde está “Homeland”? ¿“Fosse – Verdon”? Extraodinaria. ¿“Years and years”? Genial, para quedarte con el culo pegado al sofá y no poder despegarlo en tres o cuatro días. ¿Pero dónde está “Homeland”? La tercera temporada de “The handmaid’s tale” ha sido, en mi humilde y acertada opinión, la mejor de las tres. No podemos olvidar el final de “Juego de tronos”, claro. “Chernobyl” no sólo es estupenda, sino que ha marcado un interesante punto de inflexión hacia el predominio de las miniseries de una única temporada, frente a la estructura clásica de las series de temporadas indefinidas mientras consigan audiencia. ¿Pero dónde está “Homeland”?

“Big little lies” ha cumplido, sin más, con su promesa de ahondar en ciertos caracteres femeninos. Pero ninguno, ni de muy lejos, se acerca a Carrie Mathison. “Line of duty” entregó otros seis episodios espesos como la lava, y ya es el quinto año consecutivo que lo logra. Pero tampoco se puede comparar a lo que vemos en “Homeland” -bueno, vale, en sus tres primeras temporadas-. “The Terror” parece repetir la maldición de “The Americans”: excepcional serie dramática sin ningún reconocimiento por parte del público. Jared Harris, aquí también, intenta ser Saul Berenson. Pero sólo Saul Berenson puede ser Saul Berenson.

“Black mirror”, “The Umbrella Academy”, “Sex education”, “Stranger things”, “The marvelous Mrs. Maisel”, “Heridas abiertas”, “Good Omens”, “Billions”, que sí, que no estoy diciendo que haya sido una mala temporada. ¿Pero dónde carajo está “Homeland”? ¿De verdad éste va a ser el primer verano en los últimos ocho años en donde nos iremos de vacaciones sin habernos zampado nuestra adictiva dosis de las desventuras de Carrie Mathison mientras salva a la humanidad del terrorismo internacional? ¿Y eso cómo se hace?

2/8/19

UNA HISTORIA EDIFICANTE


No seamos quisquillosos. También en Mediaset, capital Telecinco, hay historias edificantes. Rafa Mora, esa intensa oda al recauchutado, los anabolizantes y el clembuterol, es el feliz protagonista de la más reciente. Aquel jovenzuelo que hace diez años comenzó una incierta carrera profesional como trozo de carne en “Mujeres y hombres y viceversa”, hoy está al frente de “Cazamariposas”, uno de los programas estrella de la empresa italiana.

Sobrevivir en un medio tan competitivo no es fácil, y menos si tu capacidad profesional, versatilidad y facilidad de palabra se sitúa entre los de una goma de borrar y un tomate de invernadero. Aun así, y gracias a lo mucho que dio que hablar en “Supervivientes”, consiguió trabajo en “Sálvame” como material combustible en la hoguera de las vanidades. Allí tocó techo el día que se hizo una entrevista a sí mismo y consiguió arrancarse este titular: “Soy un referente para muchos jóvenes, he condicionado a una generación entera”.

Pero oscuros nubarrones se cernían sobre su futuro. Con miedo a ver frenada su carrera, vio el cielo abierto hace unos días cuando el presentador de “Cazamariposas” entró en directo a “Sálvame” y le hizo una propuesta deslumbrante. Le ofreció hacer un casting para presentar “Cazamariposas”, para lo cual debería ir antes por el programa, preparar su propio guion sin apenas tiempo y presentar una entrega en directo supliendo la falta de cue con memoria y capacidad de improvisación. Aceptó, fue, lo hizo, y la cagó de tal manera que fue el hazmerreír de Mediaset. En “Sálvame” le dedicaron un programa para pitorrearse de él en su cara dándole cera por turnos.

Rafa ha vuelto a triunfar. No ha logrado su sueño de ser presentador, pero al menos sí una cabezadita: ¡lo han contratado como copresentador interino veraniego sustituto en prácticas de momento! Hemos de reconocer que la historia es edificante. Otra cosa es qué es lo que se está edificando en ella.

1/8/19

EL DESNUDO AL DESNUDO


Que digan lo que quieran, pero los participantes en “El contenedor” están vestidos. Todo el rato. Antena 3 dice que están desnudos simplemente porque les quita la ropa. Qué exagerados. Incluso dicen que los despojan de todos sus bienes materiales y se los meten en un contenedor para que al verse sin nada conozcan el valor de lo que tienen y sepan cuáles son realmente sus prioridades. Madre mía, cuánta mentira.

Quitarle a una persona todas las cosas que tiene en casa y dejarlo entre cuatro paredes peladas es muy espectacular y da mucho juego en pantalla. Desde el principio que empiezan a desfilar las cajas de la mudanza hasta el final que no queda ni una pelusa en un rincón. Pero si de verdad quieren enseñar a alguien el valor de lo que tiene, que empiecen por quitarle justo lo que le dejan: su casa. Con nuestro mercado inmobiliario y sus precios, todas las demás cosas que se puedan llevarse queda reducida a un montón de cachivaches que no dan ni para pagar la entrada.

Respecto a quedarse desnudo, no me fastidien, allí nadie está desnudo. Se llevan su ropa, sí, pero como no se llevan su educación, sus prejuicios y su pudor, nadie está desnudo. Nada más quedarse sin ropa, los participantes vuelven a vestirse, pero esta vez sin ella. No les queda otra que aguzar el ingenio para vestirse como buenamente pueden: con sus manos, el pelo, posturas extrañas, cajas de cartón, una rejilla, lo que sea que pillen. Si algo les sale mal en sus contorsiones y apaños, no importa. Como tampoco a los espectadores nos han despojado de nuestra educación y nuestros prejuicios, el programa hace una selección de imágenes que tape castamente a los participantes para que en todo momento sigan vestidos por obra y gracia de la mesa de montaje. Con la enorme oferta de desnudez sin pamplinas que tenemos a nuestro alcance, quien ve “El contenedor”, quien ve la tele generalista, lo hace porque no quiere ver a nadie desnudo. En buen lío se metería Antena 3 como no cumpliera eso.