31/8/13

NORMAN MOTOS


Hagamos un experimento. Yo le voy a contar una noticia televisiva que ha saltado recientemente a los medios. Si usted no la conocía y la descubre al leerla ahora, por favor, dígame qué es lo primero que se le ha venido a la cabeza. Si usted ya la conocía, por favor, dígame qué fue lo primero que se le ocurrió cuando se enteró. Lea el siguiente entrecomillado. Deténgase a su término. ¿Preparado? Ahí va: “La nueva temporada de ‘El hormiguero’ contará con la colaboración de la madre de Pablo Motos, la Amelia, que tendrá una sección telefónica cada semana”. Hasta aquí. Respire profundamente cinco o seis veces y dígame qué se le ha ocurrido.

Le propongo esta experiencia porque a las tres personas a las que se lo conté se les ocurrió el mismo comentario, que también se me ocurrió a mí cuando leí la noticia: ¿La madre de Pablo Motos en “El hormiguero”? ¿Por teléfono? Nah, seguro que es el propio Motos haciéndose pasar por su madre. Rollo “Psicosis”. ¿También lo pensó usted? Levante la mano, ponga comentarios en la red... no sé... salúdeme por la calle. Antena 3 convertido en un caserón tenebroso, Pablo hablando con su madre... Cadáveres de hormigas de peluche apuñaladas en la ducha... Y al final una habitación con una silla de espaldas en la que parece estar la Amelia, hasta que se da la vuelta mostrando un esqueleto vestido, y Motos, igualmente vestido y empelucado, irrumpe de la nada cuchillo en mano hasta que Wyoming le agarra por el brazo y le obliga a soltarlo.

El psicoanalista suizo Carl Jung aseguraba que necesariamente han de contener altas dosis de realidad aquellas asociaciones libres e imágenes aparentemente gratuitas que sin embargo se repiten una y otra vez en todo tipo de personas y culturas. Si este experimento ha dado el resultado que yo aventuro, usted quizá haya pensado en Alfred Hitchcock cuando se enteró de que la madre de Motos participaría en “El Hormiguero”. Todos llevamos a Trancas y Barrancas, a Norman Bates y al inquietante pequeño Barbarroja en nuestro inconsciente colectivo.

30/8/13

ENTRE EMPRENDEDORES


Ahí los tenemos. Salen emprendedores por todas partes. Emprendedores a más no poder. ¿No queríamos emprendedores? Pues dale. Dos tazas, tres, diez, un ciento. Emprendedores tan emprendedores que cuando los ves se te cae un lagrimón de lo emprendedores que son. Los promociona TVE en todos los programas que estrena desde hace un par de años para llevar la buena nueva a todos los españoles para que nos enteremos de qué palo es el que pinta en el actual reparto de cartas. Quieren que vayamos asumiendo que un emprendedor no es, simplemente, quien emprende con resolución acciones o empresas dificultosas o azarosas, como dice la Real Academia, sino que lo es quien monta y dirige su propio negocio. Así que cuando La 1 estrenó la sobremesa del lunes “Entre todos”, pasó lo que tenía que pasar.

“Entre todos” es un programa que rezuma buenismo por todas partes, eso que en los ochenta se llamaba buen rollo, qué demasiao (vale, el “qué demasiao” no viene a cuento, pero es que, cosas de entonces, después de “buen rollo” me sale “qué demasiao”. A un tris estoy de añadir “Chanquete ha muerto”). El caso es que “Entre todos” pretende que los espectadores nos ayudemos unos a otros, todos juntos como hermanos, y organicemos cadenas de favores y hagamos préstamos solidarios y demos pasta a quien lo necesita y así el mundo será mejor y esas cosas. Pues tururú.

Tras el estreno de “Entre todos”, Canal Sur puso en marcha a sus abogados para reclamar que la idea de ese programa es suya, que ellos ya tenían antes un programa igualico llamado “Tiene arreglo” que, para más inri, presentaba la misma Toñi Moreno que presenta ahora el plagio en TVE. Alguno dirá que Canal Sur debería alegrarse de que su formato solidario ahora hace el bien no solo a los andaluces sino a todos los españoles, pero, qué coño, la pasta es la pasta. La cadena andaluza ha preferido ser emprendedora, reclamar lo suyo y presionar para buscar su propio beneficio. Que les vaya bonito y que vivan los emprendedores marca España.

29/8/13

INTERLOBOTOMÍA


Aquí defendemos que el verano no tiene por qué estropear la programación televisiva. Como todas las cadenas empeoran su programación indefectiblemente verano tras verano, nuestra afirmación no es más que un brindis al sol (el sol, el verano… ¿lo pillan?). Pero al fin tenemos un ejemplo para llevarnos a las pupilas que demuestra que la tele no es, como la mayonesa, incompatible con el calor. Intereconomía (la cadena conocida popularmente como ‘Interlobotomía’ por la capacidad que tienen sus mensajes de lobotomizar tanto a quien los emite como a quien los recibe) ha experimentado una sorprendente mejoría en plena canícula. Juzguen ustedes.

Que si es buena la faja Reduform primero, que si es estupendo el cojín Comodín después; que si son maravillosas las gafas de sol Trucolor por aquí, que si es sorprendente la manguera Pocket por allá; que si es eficacísimo el audífono Microear por un lado, que si es cojonuda la crema Total Face por otro. Y así a todas horas durante este verano. Daba igual a qué hora a qué hora echaras un ojo a su programación: durante el mes de agosto, la cadena del toro cojo que toma mal una curva se prodigó en mensajes tan diversos y variados como los anteriores que indican que ahora apuesta por la pluralidad ideológica y la amplitud y variedad de puntos de vista.

Qué lejos quedan aquellos tiempos en que Interlobotomía (la cadena conocida popularmente como ‘Intermonomanía’ por la capacidad de sus mensajes de tratar siempre idénticos temas defendiendo siempre idénticas tesis con siempre idénticos argumentos) expulsaba a los valientes que la sintonizaban a base de aburrirlos repitiendo siempre lo mismo. Ahora, gracias a la mejoría experimentada este verano, los telespectadores podemos disfrutar de su actual amplitud de miras e irnos a otra cadena por diferentes motivos, ya sean la brasa de las gomas para incrustar en las narices Best Breathe, la paliza de la funda para empotrar en los dientes Snore Solution o la pesadez del potro de tortura para los abdominales AB Rocket Twister. Pues qué bien.

28/8/13

"BEN-HUR" Y LA CARRETILLA


Mi amigo David “Gato” y yo pertenecemos al sector ultraordotodoxo de la iglesia de “Ben-Hur” fundada por William Wyler y Charlton Heston, así que nos preparamos para ver la miniserie “Ben-Hur” (lunes, Antena 3) con ganas de ver lo que la industria audiovisual del siglo XXI ha hecho con el clásico protagonizado por Judá Ben-Hur. A diferencia de todos los ultraortodoxos de cualquier cosa, los ultraortodoxos de “Ben-Hur” admitimos las licencias, las variaciones, las permutaciones y las combinaciones. Por eso no nos enfadamos con este nuevo Ben-Hur un poquito blandengue, ni con este nuevo Mesala mucho menos duro, cruel y seguro de sí mismo, ni con esta Atenea que tienta a Judá con su cuerpo y sus palabras, ni con este nuevo Quinto Arrio tan poco contundente, ni con esta nueva batalla naval que no se sabe muy bien por qué se produce, ni con esta nueva carrera de cuadrigas tan polvorienta. Los ultraortodoxos de “Ben-Hur” entendemos los cambios porque creemos en el maravilloso personaje interpretado por Charlton Heston. Pero hay cosas que no se pueden mejorar.

El diseño de la carretilla, una sencilla herramienta de invención medieval que mejoró la vida de los hombres tanto como el comer sentados y no recostados contribuyó a reducir el dolor de espalda, es insuperable. No le demos más vueltas. Podemos incorporar un relojito a la carretilla, como haría Homer Simpson, o pintarla de color esperanza, o incluso ponerle un nombre raro y venderla a un museo de arte moderno, pero la carretilla es la carretilla. Con “Ben-Hur” ocurre lo mismo. Podemos incorporar nuevos personajes como el de Atenea, o podemos llenarlo todo de polvo para dar a la historia una apariencia más realista, o podemos actualizar el lenguaje y los movimientos de los actores para poder vender el producto a la televisión. Vale. Hasta podemos hacer que Mesala y Ben-Hur compartan el baño y, cuando Ben-Hur rechace tener relaciones sexuales con una esclava, obligar a Mesala a decir a su amigo esta estupidez: “No sabía que sufrieras el mal griego”. No, no es un guiño al sutil componente homosexual que aliña la relación entre Judá y Mesala en el “Ben-Hur” de Wyler. Es una tontería. La carretilla y “Ben-Hur” son insuperables, pero una cosa es incorporar relojitos a la carretilla y nuevos personajes a “Ben-Hur”, y otra cosa es tener que escuchar de labios de Mesala que Judá sufre el “mal griego”. Quedáis excomulgados, chicos.

27/8/13

1001 MANERAS DE MORIR


“He dicho que te bultes, mamá”, dice la chavalería muerta de risa imitando la voz de la animada Princesa Bultos de los dibujos “Hora de Aventuras” (Cartoon Network y Boing). Por su culpa, la muerte del “aventurero del aire” Álvaro Bultó en un accidente no sé si laboral me cortocircuitó: ahora que “bultar” es un verbo, en mi cabeza recalentada la Princesa Bultos repetía “He dicho que te bultes, Álvaro. Y Álvaro se bultó”. No, no es el momento de estúpidos juegos de palabras, así que vamos por otro lado.

Sospecho que la muerte de un personaje televisivo como Bultó será tarde o temprano una muerte televisada. Si vimos montones de grabaciones en las que se jugaba la vida, seguro que hay una grabación de cómo la perdió. Alguien la colgará un día, la recogerán los telediarios y la aprenderemos fotograma a fotograma como nos tuvimos que aprender la curva del tren de Santiago.

Con la impactante noticia del accidente vimos que esa forma de jugar con la muerte (que este año ya lleva veinte muertos, incluido el paracaidista que hizo de James Bond en la inauguración de los JJ.OO. de Londres) se puede llamar “el hombre pájaro” o “salto con traje de alas”, pero mola más “wingsuit flying” o “wingfly”. Tal vez, cuando el vídeo salga ayude además a desmitificar el divinizado deporte de riesgo, la glorificada aventura extrema y la celebrada vida al límite, en cuya órbita gira, no lo olvidemos, esa estupidez unánimemente despreciada del balconing.

Así son las cosas: no deberíamos habernos quejado tanto de “¡Mira quién baila!” y de “'Splash! Famosos al agua”, programas en los que Bultó nos dio la brasa bailando y saltando al agua. Mejor bailar con Anne Igartiburu y saltar al agua con Arturo Valls que esa manera 1001 de morir que aún no entiendo por qué se llama deporte y se promociona en la tele con más impunidad y menos vergüenza que las corridas de toros.

26/8/13

BEN AFFLECK MULTINIVEL

La polémica por la elección de Ben Affleck para encarnar a Batman se ha visto rápidamente reemplazada por la polémica por la polémica por la elección de Ben Affleck para encarnar a Batman. Durante un par de días la red se llenó de comentarios que abominaban de la peregrina idea de enfundarle el traje negro al actor con el pH más alcalino de Hollywood; todo el mundo se mostró indignado por tal elección; se recaudaron miles de firmas por internet, se asaltaron embajadas de Estados Unidos por todo el mundo. Y de pronto, dos días después, la polémica se convirtió en metapolémica, y empezaron a aparecer por todas partes comentarios que se quejaban de la existencia de los comentarios anteriores dados los graves problemas políticos y económicos que nos rodean en la actualidad. Como mucho más temprano que tarde se abrirán las amplias alamedas y nos encontraremos con esa peli en “El peliculón” de Antena 3, quisiera abrir un nuevo nivel en la discusión, quisiera plantear una polémica sobre la polémica sobre la polémica de haber escogido a Ben Affleck para interpretar a Bruce Wayne.

Nivel uno: la elección de Affleck ha sido realizada con las nalgas. Nivel dos: el hecho de que el número de firmas que piden a la Warner la retirada de Affleck iguale en change.org al número de firmas que piden a la aseguradora estadounidense Medicare que incluya la diálisis en sus prestaciones da un poquito de mal rollo. Nivel tres: ¿de verdad hay alguien que vive permanentemente concentrado en las grandes cuestiones sociales, nunca habla de nada que no sean las grandes cuestiones sociales, nunca lee nada que no trate sobre las grandes cuestiones sociales, y nunca emplea la red mas que para dedicarse a las grandes cuestiones sociales? Yo ya he votado en change.org a favor de la diálisis en Medicare y en contra de Affleck. ¿Os apuntáis a crear una nueva petición para dar una pedorreta a los santurrones que se pasan la vida postureando la severidad trascendente de sus vidas?

25/8/13

DECENAS DE MILES DE PERSONAS


Si hubiera que representar el bien absoluto con una imagen, yo hoy elegiría la de un médico que da buenos consejos de salud, claros y sencillos, a la población desde la televisión pública. Siempre se ha considerado que los grandes avances en la salud pública de los países occidentales durante el siglo XX tenían que ver con la extensión del alcantarillado urbano, la universalización de las vacunas y los antibióticos, o la mejora en las condiciones higiénicas y nutritivas de los alimentos. Pero se olvida con frecuencia la gran ayuda que ha supuesto contar con medios de comunicación de masas que puedan proporcionar una formación básica en cuestiones sanitarias o nutricionales, -¿alguien se imagina cómo hubiera sido el curso de la epidemia de sida en una sociedad que no hubiera contado con televisión?-. Durante los últimos 15 años el doctor Luis Gutiérrez ha realizado una valiosísima labor de promoción de la salud desde los programas matinales de La 1. Ayer nos enteramos de que TVE no cuenta con él para la próxima temporada.

Hay mil motivos más, pero únicamente por aquél referido al papel que ha tenido en la promoción de hábitos y conductas saludables ya estaría justificada la inversión que para un país supone una buena televisión pública. El trabajo del doctor Luis Gutiérrez ya justifica la existencia de TVE. Sólo con que un diez por ciento de sus espectadores haya seguido alguno de sus consejos, y con que un diez por ciento de ese diez por ciento haya modificado definitivamente sus hábitos, y con que a un diez por ciento de ese diez por ciento de ese diez por ciento le haya sido efectivo ese cambio para la prevención de alguna enfermedad o la mejora de la salud, estaríamos hablando de decenas de miles de personas cuyas vidas se han visto claramente mejoradas por la labor del doctor Luis Gutiérrez en nuestra televisión. Tiene motivos para sentirse muy orgulloso de su trabajo, y la televisión pública debería demostrarle su agradecimiento de formas que seguramente no hará. Esas decenas de miles de personas valen mucho más que muchas audiencias millonarias.

24/8/13

EL PORNO, NARANJITO, CANAL+, LAS CINTAS DE CASETE, LA TELEVISIÓN Y LAS CABINAS DE TELÉFONOS


La noticia del fin de las películas porno en Canal+ hizo que me planteara inmediatamente una pregunta: ¿de verdad seguía existiendo el porno en Canal+? ¿Alguien sigue viendo esas películas? ¿Acaso los intereses y las aficiones que satisfacía el Cine X en el televisor no están ahora mucho mejor satisfechos a través de otros medios, principalmente, claro está, internet? Aquel viejo porno codificado de los 80, que tanto nos entretuvo y tan poca cosa era, se encuentra ya almacenado al lado de Naranjito, las cintas de casete y las cabinas de teléfonos.

La noticia del fin de las películas porno en Canal+ hizo que me planteara inmediatamente una pregunta: ¿de verdad seguía existiendo Canal+? ¿Alguien sigue viendo esa cadena? ¿Acaso  los intereses y las aficiones que satisfacía la oferta de cine y series de Canal+ no están ahora mucho mejor satisfechos a través de otros medios, principalmente, claro está, internet? Aquel viejo logotipo con el + rodeado por un aro arcoiris, que tanto nos entretuvo y tan poca cosa era, se encuentra ya almacenado al lado de Naranjito, las cintas de casete y las cabinas de teléfonos.

La noticia del fin de las películas porno en Canal+ hizo que me planteara inmediatamente una pregunta: ¿de verdad seguía existiendo la televisión? ¿Alguien sigue viendo ese medio? ¿Acaso  los intereses y las aficiones que satisfacía la televisión no están ahora mucho mejor satisfechos a través de otros medios, principalmente, claro está, internet? Aquel viejo aparato en el que aparecían Martes y Trece, J.R. y Ramón García, que tanto nos entretuvo y tan poca cosa era, se encuentra ya almacenado al lado de Naranjito, las cintas de casete y las cabinas de teléfonos.

(Al final todo fue un error. Canal+ comunicó que no desaparecían las películas porno, sino que, de acuerdo con una legislación de no sé qué, iban a cambiar el modo de acceso a ellas introduciendo filtros o algo así. Se confirma: sigue existiendo el porno en Canal+, sigue existiendo Canal+ en la televisión y sigue existiendo la televisión en nuestras vidas).

23/8/13

"SABOR POLÍTICA"


Telecinco asegura que el motivo de la cancelación de “El gran debate” radica en la imposibilidad de realizar un programa de política sin políticos. Según se excusan, el veto que el Partido Popular propuso a sus dirigentes contra el programa de Jordi González ha terminado vaciando de contenido el proyecto que suponía este espacio. Si no acuden políticos no tiene sentido hablar de política, así que parece más razonable llamar a Emma García para conducir un programa sobre cotilleos, frivolidades y todas las variantes de este tipo de estupideces, ante la certeza de la asistencia de cotillas, frívolos y todas las variantes de este tipo de estúpidos.

Niego la mayor. Las cosas no son así. “El gran debate” nunca fue un programa de política, sino un programa “sabor política”. Los chicles “sabor fresa” no contienen ni una molécula extraída de una fresa; tienen colorantes que consiguen que el color de la goma sea el de la fresa y saborizantes sintéticos que saben lejanamente a las cosas que saben lejanamente a fresa. Jamás entró una sola naranja en la fábrica de algunos refrescos “sabor naranja”. Los yogures “sabor piña” son la prueba de que se pueden producir lácteos de piña sin piñas. “Informativos Telecinco” es un espacio “sabor información”. Los programas de variedades de la cadena llevan impreso en su etiqueta “sabor entretenimiento”. “De buena ley” combina colorantes, actores y saborizantes para que el espectador sienta sabor a discusión cuando lo consume. De la misma manera, el forzado heredero de “La Noria” nunca contuvo verdadera política por más que consiguiera un sabor artificial que recordaba al de la política.

Todos sabemos que el verdadero motivo del cierre de “El gran debate” es su bajada de audiencia y la imposibilidad que tiene un programa “sabor política” de competir con un verdadero programa de política (“LaSexta Noche”). ¿Cómo si no se explica que vayan a sustituir un programa de política sin políticos por un programa del corazón sin corazón?

22/8/13

CHRISTIAN GÁLVEZ DE SAL

Apareciose el Dios de la Televisión a Christian Gálvez y así hablole: “Christian, tu programa ‘Pasapalabra’ es justo y temeroso de la ley, pero hállase en una cadena que ha vuelto la espalda a la televisión digna y adora de forma idólatra a la telebasura. En mi amor ilimitado, enviaré un ejército de ángeles para que lanzando lluvia de azufre y fuego arrasen todo rastro de vida y destruyan para siempre Mediaset. Es por eso que tú debes ahora tomar a todo tu equipo técnico y abandonar Telecinco para que la destrucción que avecínase no te alcance y puedas continuar tu carrera en canales de televisión que yo santificaré con mi alianza”.

Y Christian respondiole: “Señor, yo sólo soy ceniza y polvo, y no quiero ser atrevido, pero ¿y si hay cincuenta minutos de buena televisión al margen de mi programa? ¿No merecería la cadena tu misericordia si tuviera cincuenta buenos minutos?”. Y el Dios de la Televisión contestole: “Ve y busca cincuenta minutos justos y yo detendré a mis ángeles”. Christian repasó “Campamento de verano”, “El programa del verano”, y regresó compungido ante el Señor. “¿Y si sólo fueran treinta minutos? ¿Salvarías Telecinco si sólo hubiera treinta minutos justos?”. Y el Dios de la Televisión mirolo y así expresose: “Bastarían”. Christian entonces vio “De buena ley” y los informativos, y volvió con gran pesar en su corazón: “Señor, sólo soy un humilde siervo tuyo y no debería estar dándote esta brasita, pero, por última vez, ¿si sólo encontrara diez minutos de buena televisión tu perdón alcanzaría a la cadena pecadora?”. Y el Señor sentenció: “Vale, diez minutos, pero no te me vengas arriba, que yo soy el Dios de la Televisión”. Christian revisó “Mujeres y hombres y viceversa” y “Sálvame” sin encontrar ni un minuto aceptable.

Esa noche Christian Gálvez y su equipo abandonaron Telecinco. Desobedeciendo el mandato que el Dios de la Televisión les había dado, el presentador de “Pasapalabra” miró hacia atrás cuando Paz Padilla anunció que Ángela Portero abandonaba la televisión. Quedó convertido en estatua de sal.

21/8/13

GROUCHO ESTÁ MUERTO


En contra de lo que han dicho estos días los medios de comunicación, no se sabe con seguridad la fecha de la muerte de Groucho Marx. Y eso que averiguarlo sería muy sencillo: bastaría con que un periodista investigara la fecha en la que se emitió por última vez una película de los Hermanos Marx en una cadena generalista. ¿1986? ¿1988? Yo empezaría a mirar por esos años.  En “1000 maneras de morir” nos cuentan historias de decapitaciones producidas por sacar la cabeza por la ventanilla de un tren, electrocuciones por afeitarse dentro de la bañera y ahogamientos por saltar a bañarse en el mar desde una lancha sin escalerilla, pero nunca nos hablan de la peor muerte de todas: ser olvidado. Se dice que Groucho murió el 19 de agosto de 1977, pero en verdad su muerte ocurrió poco después a manos de esta asquerosa televisión en donde hay horas y horas para “Campamento de verano” pero no hay ni un puto mísero hueco para programar “Sopa de ganso” el día de este aniversario.

Anécdota rigurosamente cierta: en una universidad española de una ciudad mediana un profesor está desarrollando una larga explicación. La interrumpe a la mitad y pregunta “¿me seguís?”. Algunos alumnos asienten. El profesor, seguro del éxito de la broma, contesta “pues dejad de hacerlo o llamaré a la policía”. Absoluta indiferencia en la audiencia. “Es de Groucho, de Groucho Marx, de ‘Una noche en la ópera’”. De nuevo, absoluta indiferencia en la audiencia. “Un momento... ¿cuántos de vosotros conocéis a los Hermanos Marx?”. Nadie levanta la mano. Justo cuando el profesor va a comenzar a llorar, un alumno dice desde el fondo “¿eran unos que uno era muy gordo y el otro muy flaco?”. Efectivamente, Groucho está muerto, y, por tanto, están muertas muchas muchas cosas que deberían estar vivas. Y esta muerte no es ley de vida, es ley de un mercado idiota que necesita estar vendiendo constantemente productos nuevos que tapen a los viejos sin importar la calidad de éstos o de aquéllos. Peor para todos y hurra por el capitán Spaulding.

20/8/13

POLIMENORREA



De verdad, Amaia Salamanca, una regla que dura tres meses debe ser consultada con un médico. Y una campaña publicitaria que triplica la duración recomendada de las campañas publicitarias debería también ser consultada con alguien, -un programador televisivo, un experto en comunicación... no sé... un abogado penalista-. No es normal que te haya venido la regla a comienzos de junio, estemos a mediados de agosto y tú continúes menstruando como si tal cosa. Es cierto que esto no supone ningún problema para ti: pasas el verano en una espectacular villa ibicenca a orillas del Mediterráneo rodeada de miembros de las NNGG de Tampax, y usas unos tampones que nunca antes habían sido tan fáciles de introducir y nunca antes habían sido tan fáciles de colocar en el lugar correcto. Quizá por ello no estés notando nada, pero la audiencia televisiva española y yo, humilde componente de ella, nos vemos en la embarazosa necesidad de advertírtelo: tu ciclo está empezando a ser una constante. Pide hora y vete al médico.

El veranito tiene innumerables ventajas y numerables desventajas. Una de éstas -no la menor- son las campañas estivales televisivas de productos de higiene femenina. El desasosiego estético-existencial que suelen producir estos anuncios se ve atenuado por la brevedad ontológica de su presencia en las pantallas. La historia de Salamanca, -convirtiendo un puño patriarcal en una vagina rampante, haciendo desaparecer un tampón en su interior, lanzándose posteriormente a bucear en una piscina y saliendo con una mascarilla en el pelo-, rompió el gilipollómetro y convirtió a “Esperando a Godot” en un sainete de los hermanos Álvarez Quintero. Nos quedaba, al menos, la esperanza de su rápida desaparición. Pero no. Junio, julio. Se fue de las grandes cadenas generalistas pero reapareció en la TDT. Agosto. Y ahí está ahí está viendó pasar el tiempo Amaia Salamanca y su higiene íntima. Insisto: pide hora con tu ginecólogo o, al menos, pide explicaciones al director de márketing de Tampax.

19/8/13

MORENO, FIRMA EL PROTOCOLO DE KYOTO

¿Y si el culpable del calentamiento global fuera José Luis Moreno? No, no, en serio. Sabemos que la temperatura media del planeta se ha incrementado ligeramente durante las últimas décadas. Se ha derretido parte del hielo, ha cambiado el calendario de floración de algunas especies, y anomalías atmosféricas y meteorológicas ocurren con una frecuencia nunca antes registrada. Los científicos discuten acerca de las causas de este aumento de temperaturas, especialmente acerca del papel que el hombre está desempeñando en él. Pues bien, yo apoyo a los estudiosos que atribuyen el calentamiento global a la actividad humana; pero, ojo, no a la actividad del hombre en su conjunto, sino a la actividad de un hombre en particular: José Luis Moreno.

Y para demostrarlo me tomé a mí mismo como sujeto de un estudio que realicé el pasado domingo. Moreno lleva décadas realizando programas verdaderamente bochornosos, imposibles de contemplar sin sentir una profunda vergüenza ajena que provoca un intenso rubor facial y un aumento de la temperatura de la cara. Dentro de la falta de calidad hay niveles, y “Esposados”alcanza los ridículos más altos y los guiones más bajos jamás producidos por el compañero de Rockefeller. Usando un termómetro de superficie, medí la temperatura de mis mejillas antes y durante la visión de “Esposados”, registrándose un aumento de 3ºC en este segundo momento respecto de la línea base anterior. Es lo que tiene la vergüenza.

Esto es muy grave: cientos de miles de personas ruborizándose a la vez y elevando la temperatura de la atmósfera cada vez que Moreno larga uno de sus bodrios. Los chinos abren rutas comerciales a través del descongelado estrecho de Bering. Los escarabajos del abeto en Alaska se multiplican por diez y los pingüinos Adélie de la Antártida se dividen entre diez mientras Telecinco emite toneladas de gases de efecto invernadero con cada uno de sus programas de humor. Hay que hacer algo: por ejemplo, exigir a José Luis Moreno que firme el Protocolo de Kyoto.

18/8/13

HEISENBERG ES EL PELIGRO

Los audímetros se confunden. La ficción más vista del domingo pasado no fue la película de la semana de La 1 (ejem...) ni el peliculón de Antena 3 (ejem, ejem...). Cualquiera que haya paseado un ratito por los bares y las redes sociales de nuestra patria virtual se habrá dado perfecta cuenta de que el programa de ficción más visto por los españoles durante ese día fue el estreno de los capítulos finales de “Breaking bad”. ¿En qué cadena se emitió ese nuevo capítulo de las des(a)venturas de Walter White? ¿En Telecinco? No, en la cadena estadounidense AMC. ¿Acaso se puede sintonizar la AMC en España, se ve en la TDT, hay alguna plataforma de pago que la incluya en sus paquetes? No, la AMC no se ve en España, pero sus series se ven constantemente desde San Andrés de Teixido hasta La Línea de la Concepción. En nuestro país se emitió el domingo “Soul surfer” y “El último samurái”, pero nadie hablaba al día siguiente de Bethany Hamilton ni de Nathan Algren. En nuestro país no se emitió el domingo el capítulo 9 de la T5 de “Breaking bad”, pero todos comentaban al día siguiente el hostión que Hank Schrader le metió al puto Heisenberg en su garaje. 

¿Cuánto tiempo tardarán los publicistas, los directivos de televisión, los medidores de audiencias en darse cuenta de que todo su mundo se ha venido abajo? El consumo mayoritario de ficción televisiva al margen de su emisión habitual programada por sus correspondientes canales debería ser un bombazo vital para el mundo de la televisión mayor que el sufrido por Walter White al descubrir que tiene cáncer. No recomiendo que Paolo Vasile, José Manuel Lara o Ignacio Corrales se dediquen a cocinar metanfetamina azul en medio del desierto de Nuevo México, pero, carajo, sí que se planteen la conveniencia de rompe r con todo, o, por lo menos, con la forma en como miden las audiencias de sus programas. No se están enterando de nada. Deberían recordar el nombre de Heisenberg, porque él es el peligro.

17/8/13

¿VES "SÁLVAME" PARA DESCONECTAR?


Que le echen huevos y defiendan que la telebasura es tele de calidad que sufre mala prensa, que aprendan de nuestra mascota Fríker Jiménez y mantengan que ven telebasura porque fueron abducidos por un platillo volante que aterrizó junto a su plaza de garaje y desde entonces una mente extraterrestre dirige su vida, o qué coño, que digan desafiantes que ni tele de calidad ni control alienígena ni hostias, que ven telebasura porque sí, qué pasa. Pero, por favor, que la peña deje de decir que ve telebasura porque le relaja y le ayuda a desconectar.

Si esa mierda de explicación fuera verdad, en agosto la tele tendría un nivel de la de Dios. Con más de medio país de vacaciones, la gente llegaría a casa después de un día tocándose los huevos como Velázquez (como dirían Faemino y Cansado), un día con la mente en blanco en la playa vuelta y vuelta, y pondría la tele con gana de ver un documental sobre el teatro del Siglo de oro, un  informativo sobre la repercusión de la política exterior estadounidense en el conflicto árabe-israelí, un reportaje sobre las investigaciones de Carlos López Otín sobre la progeria y el cáncer, o un debate sobre epistemología que no estuviera realizado por Les Luthiers.

Pero no. Tras un año soportando “Sálvame”, llega agosto y ahí sigue. Peor aun: tras un año aguantando a quienes dicen verlo para desconectar y relajarse, ninguno dice ahora que tras de un día desconectado le apetece ver en la tele algo que le permita conectar, nadie explica que está tan relajado que busca en la tele algo que le active, no aumenta, en fin, la demanda de documentales, informativos, reportajes o debates para activarse y conectar. ¿Será que desconectan tanto en invierno como en verano porque quieren vivir desconectados? ¿Será que aspiran a la vida relajada de un ceporro, una ameba o unos bueyes comiendo guisantes? Por Dios, que le echen huevos, cambien de explicación y desconecten de esa triste vida desconectada.

16/8/13

¡AGITA EL BRAZO!


Quien dice que la tele es un espejo neutro que solo muestra lo que hay sin interferir en nada debería fijarse en quien coloca el espejo y sus manejos. No hace falta recurrir a Sheldon Cooper para que nos explique el principio de indeterminación y encierre al gato de Schrödinger en su caja a veces mortal y a veces inofensiva. Basta con darse cuenta de que si queremos medir la temperatura de un vaso de agua metiendo un termómetro, éste debería estar previamente a la temperatura del vaso para no alterar la medición.

¿Está la tele a la temperatura del mundo que nos enseña o la cambia según le conviene? Hace unos días, el helicóptero de TVE tiró a la cuneta a tres corredores de la Vuelta ciclista a Burgos. Los 314.000 espectadores que veían entonces Teledeporte no vieron a tres ciclistas pedaleando sino a tres tíos cabreados farfullando y agitando el brazo hacia arriba. Pero el vendaval televisivo sopla en todas direcciones y también nos tira a nosotros. Por ejemplo, al sofá.

Decía Eva Hache en “El club de la comedia” (noche del domingo en laSexta) que los ciclistas son unos señores que hacen cientos de kilómetros en bici en esas tardes de calor horroroso para que nosotros podamos dormir tranquilamente la siesta. Todo un detalle por su parte y por parte de la tele que nos trae el escaparate a casa para que podamos mirar. Atravesar el escaparate y ser nosotros los que cambiemos lo que hay al otro lado del espejo es otro cantar. La famosa, exitosa y millonaria presentadora estadounidense Oprah Winfrey entró estos días en una tienda de lujo suiza en la que además de no conocerla piensan que una persona de color no puede ser rica, y se negaron a enseñarle un bolso. “No, es demasiado caro”, tuvieron el valor de decirle. Así están las cosas. Ella podía mirar el escaparate, pero no tocar. También nosotros podemos ver la tele, pero no tocar mientras el viento nos arroja a la cuneta. Apliquémonos el cuento y agitemos el brazo hacia arriba.

15/8/13

¿QUIÉN MATÓ A LA M?

En “El sueño eterno”, el detective Philip Marlowe interpretado por Humphrey Bogart escupe a los malos esta demoledora observación: “Tantas armas en la ciudad, y tan pocos cerebros”. A diferencia del duro mundo en el que se mueve Marlowe, en las series de televisión hay muchas armas, pero también muchos cerebros. Las reposiciones de la maravillosa serie “Sherlock” (TNT) y de la no menos interesante “Elementary” (Cuatro) no deben hacernos olvidar a otros cerebros que luchan contra el crimen como los tronistas de “Mujeres y hombres y viceversa” luchan contra la confianza de los espectadores en la naturaleza humana. Desde Salvo Montalbano en “El comisario Montalbano” a Patrick Jane en “El mentalista”. Desde la detective Olivia Benson de “Ley y Orden: Unidad de víctimas especiales” al escritor Richard Castle de “Castle”. Desde la inolvidable Sarah Linden, detective del departamento de homicidios de Seattle, a los eternos Mulder y Scully, agentes especiales del FBI. De Gil Grissom y Horatio Caine a Temperance Brennan y Adrian Monk. Todos forman parte del club de  nuestros cerebros favoritos. ¿Por qué no juntarlos en una noche de verano?

La idea es de Neil Simon, autor del guion de “Un cadáver a los postres”, una divertida película que reúne a los más famosos detectives del mundo en una cena con asesinato incluido. “Un cadáver a los postres” es una parodia de las novelas de misterio protagonizadas por detectives infalibles, así que tenemos a la inglesa Jessica Marbles, al estadounidense Sam Diamond, al chino Sidney Wang, al belga Perrier y al neoyorquino Dick Charleston, que parodian a Miss Marple, Sam Spade, Charlie Chan, Hercule Poirot y Nick Charles. Por si acaso, no les cuento el final de la película. Pues bien, propongo para este verano una cena televisiva a la que asistan Salvo Montalbano, Patrick Jane, Olivia Benson, Richard Castle, Sarah Linden, Fox Mulder, Dana Scully, Gil Grissom, Horatio Caine, Temperance Brennan y Adrian Monk. Una cena con cadáver a los postres. El cadáver de la “M” del canal MTV. ¿Quién mató a la “M” para dejar sitio a cosas como “Alaska y Mario”, “Vergüenza ajena” y “Gandía Shore”? Las primeras palabras que se escucharon en el nacimiento del canal MTV, en el lejano 1981, fueron: “Ladies and gentlemen, rock and roll”. ¿Quién mató al rock and roll?

14/8/13

LEPTIS MAGNA Y EL PEÑAZO


Una arqueóloga italiana explica en el precioso documental “Leptis Magna: Roma en África” (Canal Historia) que los exquisitos mosaicos y frescos que adornaban las casas de los ricos romanos de Leptis Magna en los tiempos del emperador Septimio Severo se deterioran en cuanto ven la luz. Es decir, la mejor forma de conservar el legado de Roma en África es dejarlo todo como está. Excavar es destruir, pero la única forma de probar una manzana es mordiéndola, aunque de esa forma cambiemos para siempre la manzana. ¿Debemos conformarnos con saber que hay sabrosas manzanas enterradas en Leptis Magna, en Pompeya o en el desierto de Egipto, y negarnos a sacarlas a la luz porque, de esa forma, correríamos el riesgo de que se deterioraran o se perdieran para siempre? Creo que no. Es mejor mostrar un fresco de Leptis Magna acosado por la luz y las filtraciones de agua que dejarlo oculto en la seguridad del silencio. Una manzana mordida y oxidada es mejor que una manzana escondida e intacta.

Las tertulias veraniego-políticas de “Espejo público” (Antena 3) o “El programa del verano” (Telecinco) insisten en sacar a la luz los feos mosaicos y torpes frescos que adornan las relaciones entre el peñazo de Gibraltar, el Reino Unido y el reino de España. Y así llegan los malos rollos, los mosqueos, las ruines venganzas, las demostraciones de fuerza, el “aquí estoy yo” y el “pues anda que tú”. La mejor forma de conservar la tranquilidad y el silencio es no excavar en el yacimiento arqueológico de Gibraltar, pero en cuanto el aire y el agua tocan los negocios ocultos en el peñazo, los regates financieros y su condición de paraíso fiscal, todo empieza a oler mal. El blanqueo de dinero en esa fea Leptis Magna se vuelve negro en cuanto ve la luz. Por eso está bien que desenterremos ese peñazo. Está bien que los arqueólogos metan la pala, que los tertulianos midan el terreno y que los políticos se llamen por teléfono. Ahora bien, el mes de agosto no es una buena época para excavar. Y menos cuando hay otros yacimientos arqueológicos, mucho más ricos que el peñazo, que piden una urgente intervención. Hay que excavar Bárcenas hasta que todo el yacimiento salga a la luz. Hay que excavar esta enorme estafa de la crisis hasta descubrir los mosaicos y frescos del capitalismo, esa esclavitud rentable. Por cierto, Leptis Magna se puede visitar.

13/8/13

ESPARTACO, AKENATÓN Y EL CIELO

Si las plagas o terremotos no rompen ningún diseño del cielo, decía Alexander Pope, ¿por qué entonces algún Borgia? Es decir, si los males naturales no comprometen el poder de Dios, ¿por qué iban a hacerlo los males morales? Si aceptamos que ni el terremoto que arrasó Lisboa en el siglo XVIII ni el papa Alejandro VI rompen ningún diseño del cielo, entonces tenemos que aceptar también que ni el terremoto de sangre del último capítulo de “Spartacus: la guerra de los condenados” ni ese Rodrigo de Borja romano disfrazado de Craso rompen ningún diseño de la historia. El guion de “Spartacus” (Canal+) no tiene nada que ver con la auténtica historia de Espartaco, y ese Craso capaz de decir, sin despeinarse, que “las leyendas sólo son carne de los sueños pudriéndose en el duro sol de la realidad”, es una caricatura de un mal boceto. ¿Y qué? La relación que establece la serie entre Espartaco y Craso es completamente inventada, como la filosofía del propio Espartaco o el porte de caballero medieval de Craso. No pasa nada. A partir de septiembre, los profesores podrán corregir en los institutos los excesos de “Spartacus”, pero podrán hacerlo gracias a que los chavales ya saben quiénes eran Espartaco y Craso, y han aprendido que la libertad, como la fama, cuesta.

Si queremos disfrutar de la historia sin terremotos o papas renacentistas, podemos ver el documental “La ciudad perdida del faraón” (La 2). Es más, no hay mejor contrapunto a los excesos de “Spartacus” que el silencio de los conmovedores restos de Aketatón, la ciudad que el faraón Akenatón fundó en medio de una llanura desértica para mayor gloria del dios Atón. La paciencia de los arqueólogos que trabajan en la actual Amarna devolviendo a la vida los palacios, casas y almacenes de la ciudad de Akenatón es el remedio ideal para poner en su sitio los duelos imposibles entre Espartaco y Craso. El delicado arte de la época de Akenatón, tan reconocible como un dibujo de Picasso o una diagonal de Messi, está a mucha distancia de la sangre, muerte y torturas que ponen fin a “Spartacus”, y precisamente por eso el documental tranquilo y la serie nerviosa se complementan. El faraón Akenatón y el gladiador Espartaco deberían aparecen juntos en una serie o en un documental. No creo que se rompa ningún diseño del cielo.

12/8/13

GEOGRAFÍA Y ECONOMÍA


Salvo catástrofe natural, en los telediarios siempre salen los mismos países. Y así no hay forma de aprender geografía. Viendo las noticias podemos aprender muchas cosas de Estados Unidos, de Francia, de Japón, de Egipto, de China, de Brasil y hasta de Corea del Norte, pero no hay manera de que algún día nos pique la curiosidad de saber dónde está Nauru, Tonga o San Pedro y Miguelón. Por eso hay que ver las series de clasificación de los 100 metros lisos en el Mundial de atletismo de Moscú (Teledeporte y Eurosport), porque podemos ver al jamaicano Usain Bolt paseando su cuerpo durante unos diez segundos (en la final su paseo será más rápido) y porque podemos saber que existe la isla de Montserrat.

Una serie de 100 metros en un Mundial de atletismo o en una Olimpiada es a la geografía lo que los guiones de “Bing Bang” son a la física o lo que un capítulo de “Bones” es a la antropología forense. Si es cierto que después de escuchar a Sheldon Cooper todos queremos saber más cosas de la Teoría de Cuerdas y llamar “Schrödinger” a nuestro gato, y que después de ver un capítulo de “Bones” es inevitable querer saberlo todo acerca del trocánter, también es cierto que después de ver una serie de 100 metros en un Mundial de atletismo es obligado abrir un atlas y descubrir que la isla de Montserrat está en el Caribe, al sureste de Puerto Rico. Gracias a los 100 metros lisos, y a la bendita curiosidad, también podemos enterarnos de que Maizie Williams, cantante del inolvidable grupo Boney M, nació en la isla de Montserrat. Y entonces a uno le entran unas ganas tremendas de escuchar “Rivers of Babilon” y “Ma Baker”, y al rebuscar entre los viejos discos aparecen las fotos de los Beatles que venían en el Álbum Blanco, perdidas en el último traslado. La alegría del reencuentro con John, Paul, George y Ringo me hace salir a la calle y tomar un par de cervezas en la terraza del bar de la esquina, desde donde veo a Usain Bolt ganar su serie. Gracias al Mundial de atletismo, descubrí la isla de Montserrat y, tras pasar por Boney M y los Beatles, contribuí al desarrollo económico de mi barrio. A ver si os enteráis de cómo funcionan las cosas, tontainas del Fondo Monetario Internacional.

11/8/13

PAGAR POR SER COMO LOS FAMOSOS


Lo dijo Terelu en “Sálvame deluxe” (viernes por la noche en Telecinco) dirigiéndose a cada uno de sus espectadores: “Si piensas que tu marido te engaña, llama a Conchita. Ella te lo aclarará”. Y Terelu, los programas de Terelu y la cadena que emite los programas de Terelu se hicieron transparentes. La Campos hija de la Campos hizo evidente que considera que estos espacios grotescos de los que vive van destinados fundamentalmente a las mujeres (y serían por lo tanto la dañina versión actual del dañino consultorio de Elena Francis). Pero sobre todo Terelu dejó claro que quiere que la audiencia aspire a ser como ellos, a vivir como ellos; y que todos paguemos por imitarlos: pasar por caja para ser como los famosos sin serlo, de eso se trata.

La telebasura se viste de progresía para defender una concepción retrógrada de la sociedad y del puesto de la mujer debe ocupar en ella. La telebasura pretende ser el espejo en el que nos miremos para después convertirse en el escaparate en que compremos lo que nos vende. Vestir como ellos, peinarnos como ellos, blanquearnos los dientes como ellos, operarnos como ellos, interesarnos por los asuntos estúpidos que se interesan ellos, divertirnos como se divierten ellos, pensar como ellos, aceptar su escala de valores y estar dispuestos a dar el último paso que redondee el negocio: que paguemos por revolcarnos en la mierda en la que ellos cobran por revolcarse.

Sabíamos que cobraban quienes se sometían a los engaños de la timadora Anne Germain en “Más allá de la vida”, y que los espectadores que quisieran ser engañados igual que los famosos debían pagar. Con el mensaje publicitario que lanzó anteayer Terelu a sus espectadoras mirando a cámara (sin poner el mensaje obligatorio de “publicidad” que marca la ley) sabemos una cosa más: los famosos (ella la primera) seguirán cobrando por someterse al polígrafo que maneja esa tal Conchita en “Sálvame deluxe”, pero también los espectadores podremos hacerlo, solo que pagando. Es el camino por el que quieren llevarnos, además de jodidos, apaleados.

10/8/13

DE PUTAS


Ir de putas tiene al menos dos ventajas. Primera: quien va de putas disfruta de una situación económica y personal lo suficientemente desahogada como para no tener que prostituirse. La segunda es aun mejor: el putero puede permitirse el lujo añadido de creerse mejor que quien ejerce la prostitución, limpio frente a quien es sucio, bueno frente a quien es malo. Por eso da lecciones sobre la virtud hablando desde la atalaya en que le sitúa la hipócrita superioridad moral de la que hace gala. Curioso mercado en el que comprar a quien vende lava más blanco, pero vender a quien compra mancha más sucio.

Hace unas semanas Joaquín Prat daba el salto a la primera línea de la telebasura y aquí le deseábamos mucha mierda. Pues la está teniendo. Hace unos días regaron con chocolate a una concursante de “Campamento de verano” (a quien primero dejaron en biquini) mientras sonaba la música de “Nueve semanas y media”. Prat se explicaba así ante el enfado de ella:
- Nosotros lo único que queríamos era endulzarte la boca. De hecho teníamos pensado que tus compañeros disfrutasen también de la sorpresa ayudándote a desprenderte del chocolate a lametazos. Has malinterpretado lo que queríamos.
- Si tú me dices “ahora que tus compañeros te laman el chocolate” ¿qué me quieres decir? ¡Ven tú y lámeme el… Lámemelo, si quieres. ¿Por qué me tienes que decir que cualquiera de mis compañeros me laman algo? ¿Por qué?
Bien fácil: por conveniencia, por interés, en fin, por dinero. Pero sin mala conciencia.

Anteayer entrevistaba en “El programa del verano” a una señora que estos días recorre Telecinco contando su vida sexual. Él, muy decente, primero dejó claro que jamás contaría esas cosas en la tele. Luego fue a lo suyo y, antes de pasársela a los contertulios del programa, le preguntó con el mismo interés que había mostrado a principios de semana cuando enseñó un vídeo sexual privado a una chica que salía en él. Todo sin mancharse y con esa dignidad podrida que gasta el putero en su atalaya.

9/8/13

RIDÍCULO EN RÍO GRANDE

A ver, señores, Sonya Cross, la detective que protagoniza “The bridge”, no padece el síndrome de Asperger, no es una mujer complicada que encierra densos laberintos dentro de la estructura de su personalidad. El extraño comportamiento de Sonya Cross no obedece a una defensa contra un mundo hostil, a problemas en la relación que mantuvo con sus padres durante la infancia o a trastornos mentales que sin embargo no le han impedido desarrollar una brillante carrera dentro del Departamento de Policía de El Paso. Sonya Cross no es más que un personaje completamente ridículo, absolutamente inverosímil, un error de guión grande como el Río Grande que separa Texas del Estado mexicano de Chihuahua y por culpa del que se malogra la que podría haber sido una de las dos o tres mejores series de este año.

El agotamiento del estereotipo tradicional de héroe -plano, sólido, que tan bien funciona en las sociedades no hiperpsicologizadas- ha dado lugar a una progresiva complicación en el retrato de los personajes protagonistas de las series procedimentales -bien avenida, por otro lado, con una audiencia cada vez más interesada en el psiquismo del médico o del policía que en las tramas que desenreda-.  Detalles banales como la gabardina de Colombo o los chupachups de Kojac han ido engordando hasta dar lugar al Charlie Crews de “Life” o al Patrick Jane de “El mentalista”. “House” supone un hito en este proceso. El reciente “Sherlock” de la BBC roza brillantemente el límite de lo permisible. Y la Sonya Cross de “The bridge” se despeña por el abismo del ridículo en su empeño por crear un personaje fascinante a base de anomalías mentales -los límites interpretativos de Diane Kruger tampoco ayudan-. La serie transcurre de forma más que aceptable hasta que la aparición de la detective provoca un molesto chirrido que hace que perdamos todo interés en la captura del siniestro asesino que está aterrorizando la frontera entre el Primer y el Tercer Mundo. Llega Cross y sólo podemos sentir que los guionistas se están riendo de nosotros.

8/8/13

NADAL, FEDERER Y "THE NEWSROOM"


Me gusta “The newsroom” (Canal+) porque me gusta el tenis. Federer realiza un saque que supera los 200 km/h, Nadal devuelve la bola con un revés que la lleva al otro extremo, Federer contesta con un passing shot que Nadal no podrá responder, pero lo hace con una volea cruzada a la que llega por milésimas de segundo Federer, que realiza una dejada perfecta; Nadal tiene que tirarse al suelo y roza la pelota haciendo un globo que Federer corta con un smash, que Nadal salva con un revés, que Federer... Y así diez o doce golpes imposibles, cada uno de ellos aparentemente definitivo, hasta que alguien finalmente se lleva el punto. Imagínense tres, cuatro, cinco jugadores simultáneamente en vez de dos. Imagínense que cada uno juega a la vez contra todos los demás. Multipliquen por cien la velocidad de un gran partido de tenis. Ahora ya se podrán hacer media idea de lo que son los diálogos en cualquiera de las escenas de “The newsroom”.

MacKenzie entra indignada en el despacho de Will y lanza un potentísimo saque lleno de ironía. El presentador contesta con un revés en el que simultáneamente ridiculiza el pasado de Mac y la hace quedar como una idiota por desconocer un dato. Mac consigue una dejada monosilábica ajustadísima a la red. Parece que ganará el punto, pero Will llega a esa dejada con otra aun más pegada a la cinta. En ese momento entra Sloan y dispara dos nuevas bolas contra Mac y Will. Mac consigue responder a Sloan, pero Will ve venir a Charlie Skinner y dirige contra él el golpe con el que iba a contestar a Mac... Con la fuerza de Nadal, la técnica de Federer, la resistencia de Djokovic y el talento de las hermanas Williams, Aaron Sorkin está escribiendo en “The newsroom” los mejores diálogos de la historia de la televisión, en donde ejercita sin saberlo la vieja tesis materialista según la cual hablar es hablar contra alguien. Si aman el tenis o las grandes series no se pueden perder “The newsroom”. Y mientras contemplan la increíble cabecera de la T2 fíjense en la sintonía: sí, podría ser la sintonía de la final de Roland Garros.

7/8/13

UN DÍA CON MARYLIN

Primero, la película “Mi semana con Marilyn” (Canal+). Una delicia para los que disfrutamos descubriendo la trastienda del gran cine (en este caso, el rodaje de “El príncipe y la corista”) y los entresijos vitales de seres delicados como Marilyn Monroe. Por cierto, como le sucede a Colin Clark, el asistente de Laurence Olivier en la película, aquí estamos de parte de Marilyn. Siempre. Eso quiere decir que nos caes mal, Arthur Miller. Vale. Después de ver “Mi semana con Marilyn”, no hay que levantarse del sofá porque llega “Love, Marilyn” (Canal+), un documental que bucea en la vida más íntima de Marilyn al hilo de las reflexiones, poemas y textos de la propia actriz. Nos sigues cayendo mal, Arthur Miller. Terminamos el día viendo la divertida “Cómo casarse con un millonario”, la descacharrante “Con faldas y a lo loco”, la deslumbrante y bellísima “Niágara” y, por fin, “Vidas rebeldes”. Buenas noches, tristeza.

Que Marilyn era una gran actriz, ya lo sabíamos desde hace mucho tiempo. También conocíamos muchos detalles de su vida y, claro, de su muerte (por cierto, J.F. Kennedy, tú también nos caes mal). Que Marilyn era una mujer sensible, insegura, intelectualmente inquieta y frágil como la democracia en estos tiempos del cólera, también era algo sabido por los que hemos amado a Marilyn desde mucho antes de leer sus poemas, notas personales y cartas. Pero, por amor, algunos nos negábamos a reconocer que nuestra Marilyn era una mujer sola (“¡Sola! Estoy sola, siempre estoy sola, sea como sea”) y triste (“La boca es lo que más triste me hace”). Del mismo modo que el dios Poseidón se desplazaba siempre acompañado por sus criaturas marinas, la diosa Marilyn siempre iba acompañada por criaturas terrestres que no evitaron que muriera sola y triste en su habitación. Eso es lo que aprendimos con la película “Mi semana con Marilyn” y con el documental “Love, Marilyn”. Que Marilyn Monroe pudo dejar este mundo pensando, como el capitán Alatriste medio desangrado después de su duelo con Malatesta, que la vida es una mierda.

Sola, triste, frágil, pero también luminosa, guapísima y dueña de la sonrisa más hermosa de la historia del cine. Puede que la vida sea una mierda, pero es menos mierda cuando pasamos el día viendo a Marilyn en “Con faldas a lo loco” y en “Niágara”.

6/8/13

ISABEL Y LAS CEREZAS


Después de haber puesto en el infierno todos los dolores y todos los suplicios, el hombre no ha encontrado nada que colocar en el cielo más que el aburrimiento. Esta lúcida observación del filósofo Arthur Schopenhauer puede servir para mantener ocupados a los teólogos durante unos cuantos siglos y también para entender la esencia de la programación televisiva. Ya estamos en agosto. Abandonemos toda esperanza de que los programadores inviertan un puñado de euros o unos gramos de imaginación en la ardiente parrilla veraniega.

Después de haber puesto en el invierno y en el otoño todos los estrenos y todas las novedades, los programadores televisivos no han encontrado nada que colocar en el verano más que el aburrimiento. Tanto los dolores de series magníficas como “Juego de Tronos” o “House of Cards” como los suplicios de “Gran hermano” o de “Mira quién salta” (un programa, por cierto, que no desentonaría en el mes de agosto) no son para el verano. El verano es la patria del aburrimiento televisivo. Reposiciones, repeticiones, refritos, repasos, revisiones y películas. También algún estrenito, pero muy ligero, muy barato y muy refrescante, signifique lo que signifique “refrescante”. No sé si “Campamento de verano” (Telecinco, claro) entra en la categoría de “programa refrescante”, pero “Isabel” (La 1) es un ejemplo de reposición que implica una repetición de la lucha de Isabel en busca del trono de Castilla que consiste en un refrito de las intrigas políticas que ya repasamos y que permite una revisión en pantalón corto y con la ventana del salón abierta de la historia de España. Los dolores y suplicios de la joven Isabel son un poquito más aburridos en verano, pero así es el mundo televisivo. Veremos la segunda temporada de “Isabel”, ya casada con Fernando, con la ventana del salón cerrada porque empieza a hacer fresquito.

Emilio, el joven protagonista del ensayo de Rousseau sobre la educación, estudia geometría no probando teoremas, sino calculando en qué ángulo debe colocarse la escalera para alcanzar las cerezas en el árbol. Los espectadores también podemos estudiar historia calculando un poco aburridos en qué ángulo del palacio debe colocarse Isabel para alcanzar las cerezas del poder.

5/8/13

SIN PERDÓN

El brasileño César Cielo, medalla de oro en los 50 metros libres en el Mundial de Natación de Barcelona (Teledeporte y Eurosport), no dejaba de llorar mientras sonaba el himno de su país. La alemana Eva Braun, compañera de Adolf Hitler durante el ascenso de nazismo y esposa del Führer en el momento de la caída y derrota, no deja de reír en el documental “Eva Braun en la intimidad de Hitler” (La 2). Qué mundo tan raro. Las lágrimas del nadador invencible (tres medallas de oro consecutivas en esa prueba) nos conmueven, pero las risas de la amante eterna (desde la luminosa terraza de la casa de descanso de Hitler en los Alpes al oscuro final en el búnker de la Cancillería en Berlín) nos espantan. Podemos perdonar las lágrimas de César Cielo porque, gracias a los concursantes de “Gran Hermano”, sabemos que se puede llorar de felicidad. Pero las risas de Eva Braun son imperdonables porque alguien capaz de reír sabiendo lo que estaba ocurriendo en Europa (y Eva Braun lo sabía) es un idiota moral.

En la película “Troya”, Briseida se niega a perdonar a Aquiles (antes de enamorarse de él) porque el héroe griego no es una simple máquina de matar, sino un hombre reflexivo: “Te creía un torpe bruto; a un bruto se le puede perdonar”. Que no nos engañen esas imágenes de Hitler acariciando a su perro o visitando su vieja escuelita. Que no nos engañe la sonrisa tonta de Eva Braun, sus demostraciones gimnásticas y las meriendas al sol con su familia. Hitler y Eva no eran torpes brutos, ni monstruos, ni tampoco ignorantes hojas en manos del viento de la historia. La intimidad de Hitler era la intimidad de un pintor fracasado que se levantaba al mediodía para discutir de arquitectura con el miserable Speer. Hitler sabía lo que hacía, y Eva sabía lo que hacía ese tipo con bigote ridículo al que adoraban las masas. Puede que la intimidad que grabó Eva Braun con su cámara de 16 milímetros, regalo de Hitler, demuestre que Hannah Arendt tenía razón cuando hablaba de la banalidad del mal, pero entender que el mal puede ser banal y ocultarse en una tarde de verano en los Alpes no nos lleva al perdón. No te perdonamos, Adolf. No te perdonamos, Eva. No perdonamos tus risas. Sin embargo, querido César Cielo, tú puedes llorar todo lo que quieras.

4/8/13

¿QUÉ PASA, SANTO TOMÁS?


Como a Amélie, me gusta hacer rebotar las piedras en el agua, me gusta mirar hacia atrás en el cine y ver la cara de los espectadores y me gusta hacer preguntas idiotas sobre las series de televisión que se extienden ante mis ojos. Amélie odia las viejas películas cuando el que conduce nunca mira a la carretera. Yo odio las nuevas series cuando alguien llama por teléfono y el otro descuelga al instante. ¿Por qué en “Big Bang” siempre que Leonard llama a Howard o a Penny, el ingeniero y la camarera aspirante a actriz responden al segundo toque del móvil? Es una pregunta idiota, lo sé. Amélie se preguntaba cuántas parejas estarán teniendo un orgasmo en ese momento, y yo me pregunto por qué en las series de televisión todo el mundo coge el teléfono tan rápido. Santo Tomás de Aquino empleó mucho tiempo y esfuerzo en analizar el número, variedades, inteligencia y origen de los ángeles, y se preguntaba si los ángeles atraviesan o no el espacio cuando se desplazan de un lugar a otro. ¿Por qué Amélie y yo no podemos preguntarnos por los orgasmos y los teléfonos?

En “Pulp fiction”, un desesperado Vincent Vega lleva en su coche a Mia, la mujer de Marsellus Wallace, que está a punto de morir de sobredosis, y llama por teléfono a su camello para que le eche una mano, pero el tipo está viendo la tele y tarda una eternidad en contestar. Así es la vida, amigo Vincent. Sin embargo, en las series televisivas nadie hace esperar a nadie. La diferencia entre el cine y la televisión es que en televisión nunca hay tiempo para que un personaje tarde más de dos segundos en contestar al teléfono. La tensión dramática que supone que el teléfono suene y suene sin que nadie responda es imprescindible en “Pulp fiction”, pero en “Big Bang” tenemos que suspender nuestra incredulidad telefónica y aceptar que Howard y Penny siempre están a punto al otro lado del móvil. Por cierto, estoy pensando que Howard Wolowitz puede ser Felipe, el entrañable amigo de Mafalda, que se ha hecho mayor, ha estudiado ingeniería con beca en el MIT, ha descubierto que hay más chicas que Muriel y sigue amando los tebeos. ¿Es Howard un Felipe judío, moreno y con ropa ajustada?

¿Qué pasa, santo Tomás? ¿Acaso los ángeles son más importantes que los orgasmos, los teléfonos y Felipe?

3/8/13

GRACIAS, CONGRESISTA UNDERWOOD


Oriente es el equivalente diplomático de las instrucciones de IKEA: nada tiene sentido. Esta cita de la miniserie “Animales políticos” (Canal +), protagonizada por la gran Sigourney Weaver, vale para Oriente, para Occidente, para el mercado futbolístico, para esa estafa que algunos llaman crisis, para los programas del corazón, para el precio del café en los aeropuertos y para la comparecencia de Mariano Rajoy por el caso “Bárcenas”. Más allá de ese ridículo “Fin de la cita”, digno de un episodio de “Vergüenza ajena” (MTV), las explicaciones de Rajoy están a la altura de las instrucciones de IKEA, del pregón de Pepe Isbert desde el balcón del ayuntamiento en la película “Bienvenido, Míster Marshall” (“Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación que os debo os la voy a pagar”), del contrato que lee Groucho Marx en “Una noche en la ópera” (“La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”) y de las excusas de Juan Carlos I después de su accidentado viaje de caza a Botsuana (“Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir”). Nada tiene sentido, excepto los guiones de grandes series televisivas como “Animales políticos” o “House of Cards”.

Mientras escuchaba a Rajoy intentando, sin mucho éxito, no distraerme con Pepe Isbert, Groucho Marx y Juan Carlos I, recordé dos diálogos de la serie “House of Cards” que arrojaron un poco de luz sobre el espeluznante discurso del presidente del Gobierno: “La verdad habría puesto fin a la conversación”, y “Los amigos son los peores enemigos”. Estas dos perlas de sabiduría política salidas de la boca del congresista Francis Underwood son lo contrario de Oriente, de las instrucciones de IKEA o del precio del café en los aeropuertos porque tienen mucho sentido. La verdad habría puesto fin a la comparecencia de Rajoy (y a muchas otras cosas), y los amigos como Bárcenas son también los peores enemigos. Los guionistas de “House of Cards” tienen mucho que enseñar a los guionistas de Rajoy, esos tipos que han digerido mal a Pepe Isbert, no han entendido a Groucho Marx y creen que Juan Carlos I es Cicerón. Por fortuna, poco después de que  Rajoy nos hiciera pasar vergüenza ajena, la sonrisa de Mirea Belmonte tras ganar la medalla de plata en los 200 mariposa consiguió que algunas cosas tuvieran sentido. Gracias, Mireia. Gracias, congresista Underwood.

2/8/13

¡NO ME ABURRO!


En el segundo capítulo de la serie documental “La historia del mundo” (canal Odisea) coinciden Ciro el Grande, Buda, Confucio y el esplendor de Atenas. Casi nada. En una hora, podemos asistir al momento en que Ciro perdona la vida a Creso, rey de Lidia (al menos, esto es lo que nos cuenta Heródoto), y también a la iluminación de Siddharta Gautama sentado a la sombra del árbol bodhi, a las reflexiones de Confucio en torno la vida buena y el buen gobierno del Estado, y la victoria de los atenienses frente a los persas en la batalla de Maratón. Es lo que tiene resumir la historia de la humanidad en ocho episodios: no hay tiempo para aburrirse.

Hace unos años, Fernando Garcés Blázquez escribió un bonito libro titulado “Historia del mundo sin los trozos aburridos” en el que explica, con saludable sentido del humor, los grandes éxitos de la humanidad. “Nada impide decir la verdad riendo”, escribió el poeta romano Horacio, así que nada impide contar la historia con una sonrisa a pesar de que, como diría Ángel González, esa historia está hecha casi siempre con sangre. “La historia del mundo” es también una historia del mundo sin los trozos aburridos, pero puede que necesitemos una serie documental que explique la historia con los trozos aburridos. Es en los trozos aburridos cuando entendemos a Ciro, a Buda, a Confucio y al Partenón de Atenas. Ver un partido de fútbol sin los trozos aburridos (jugadas intrascendentes, tertulias de los jugadores antes de lanzar una falta, inútiles protestas al árbitro, lesiones imaginarias o saques de banda eternos) es, sin duda, mucho más divertido que ver un partido completo, con sus indispensables trozos aburridos, y el resultado final es el mismo. Pero eso no es un partido de fútbol. Del mismo modo, ver un documental sobre Ciro, Buda, Confucio y Atenas sin los trozos aburridos es más divertido que ver un documental que explique por qué Ciro perdonó la vida a Creso, qué paso antes y después de que Siddharta Gautama se sentara a la sombra de un árbol, cuáles fueron las raíces del pensamiento de Confucio y qué circunstancias llevaron al estratego Milcíades a tomar las decisiones que tomó en la batalla de Maratón. Homer Simpson no gritaría “¡Me aburro!” viendo “La historia del mundo”, pero son las partes aburridas de la historia las que permiten entender las partes no aburridas.

1/8/13

SURREALISTA, PERO BONITO

Supongo que “Torrente 2: Misión en Marbella” (Antena 3) es a las películas de James Bond lo que “Spartacus: la guerra de los condenados” (Canal +) es al “Espartaco” de Kubrick. Torrente es un James Bond por defecto, y el Espartaco televisivo es un Espartaco por exceso. Podemos pasar de “Bond, James Bond” a “Torrente, José Luis Torrente” con la misma facilidad con la que pasamos de los diálogos imposibles de “Spartacus” (“Subestimar a tus enemigos es un rasgo romano”, dice Espartaco) a los diálogos inmortales  de “Espartaco” (“Mi gusto incluye a las ostras y a los caracoles”, dice Craso). Entiendo que los fanáticos de James Bond se enfaden un poquito con José Luis Torrente, del mismo modo que entiendo que los fieles espartaquistas miren con fastidio los músculos televisivos de Espartaco, pero tanto el defectuoso Torrente como el excesivo Espartaco pueden verse como un experimento surrealista digno del mejor Dalí. De ese modo, los bondólogos y los espartacólogos tendrán una buena excusa para no levantarse indignados del sofá en el momento en que los siempre sudorosos Torrente y Espartaco salen en la tele.

Cuando le preguntaron a Dalí acerca del significado de su obra “Retrato de Gala con dos chuletas de cordero en equilibrio sobre su hombro”, el genial creador del método paranoico-crítico contestó: “Me gustan las chuletas y me gusta mi mujer; no veo ninguna razón para no pintarlas juntas”. Si Dalí pudo pintar a su mujer y a dos chuletas en el mismo cuadro, Torrente y James Bond también pueden convivir en un mismo corazón. La belleza de dos chuletas de cordero en equilibrio sobre el hombro de Gala es tan surrealista como la belleza del Espartaco histórico oculto tras las chuletas de “Spartacus” y “Espartaco”, así que los lectores de Apiano, los adictos al sexo sudoroso y a la violencia coreografiada al estilo de “300” y los creyentes en Kubrick y en la magia de los diálogos de Dalton Trumbo pueden ver juntos “Spartacus: la guerra de los condenados” sin que salten chispas históricas, filosóficas y estéticas.

“Torrente 2: Misión en Marbella” y “Spartacus: la guerra de los condenados” son dos chuletas en equilibrio sobre el hombro de James Bond y de Espartaco. Como dice William en “Notting Hill”: surrealista, pero bonito.