28/2/17

HERO BABY MATERNIDAD S.L.


Ayudar a los demás está bien, pero cuando lo hace una empresa como estratagema para vender más produce intranquilidad, luego recelo y después desconfianza. Al menos eso me produjo a mí ver “Filantropía S.L.”, uno de los dos reveladores reportajes que emitió hace dos semanas “La noche temática” dedicada a tácticas empresariales. Es lo que denominan “filantropía estratégica” los magnates empresariales (es curioso, mi corrector automático cambia “mangantes” por “mandantes”, pero no “magnates” por “mangantes”). Búsquenlo en la red si quieren ver cómo el lacito rosa puede ser un buen negocio. El otro reportaje, “Los evasores”, déjenlo mejor para cuando hagan la declaración de la renta, que da más risa.

Pero además de la filantropía estratégica como técnica de venta, también existen el amor estratégico al consumidor, los buenos sentimientos estratégicos mundiales y el buen rollo estratégico universal. Algo así como la Navidad, pero todo el año y porque lo mandan las empresas para vender más. Bueno, en esto también es como la Navidad.

Este buen rollo estratégico tropezó el otro día con la realidad y saltaron chispas. La marca Hero Baby se puso sarcástica por Twitter con la periodista Samanta Villar (“21 días”, “Conexión Samanta” y “Nueve meses con Samanta”) porque esta habló de los pros y contras de la maternidad, lo que no encaja con la campaña ‘happy flower’ de los potitos. Villar contraatacó preguntando por qué usaban el insano y antiecológico aceite de palma en sus productos. Hero Baby se disculpó, intentó arreglarlo diciendo que su campaña “ofrece una visión realista y optimista de la maternidad” (¿se puede ser realista y optimista a la vez? El diccionario dice que no, pero si lo pasas por la trituradora de los potitos, seguro que se puede). Demasiado tarde, el daño estaba hecho. La polémica generada ha conseguido que Villar gane puntos como periodista, y que unos cuantos cientos de personas más se fíen menos de las campañas, los anuncios y las pamplinas para fiarse de lo que leen en esa letra pequeña de las etiquetas que la ley no termina de obligar, como debería, a que sea más grande, más clara y más completa.

27/2/17

E.T. PODRÍA VIOLARTE


Destacar en la tele no es fácil. Salir, simplemente salir, ya no procura aquella efímera fama falsamente universalizable de la que hablaba Andy Warhol. Para dejar de ser fondo y pasar a figura hay que currárselo bien y, muchas veces, estar dispuesto a dar un paso hacia el abismo que los demás -el fondo, la masa, los perdedores- no dan.

Kiko Matamoros, por ejemplo, lleva años currándoselo como lo que es: un profesional. Hizo de todo y lo que le queda, pero es a base de no callarse como a veces acierta. El otro día en “GH VIP” se le ocurrió una nueva forma de humillar alguien: “Si Daniela utiliza aceite de oliva para introducirse la piedra, ¿con qué fríe los huevos fritos, con vaselina?”. Aplausos. La presentadora, Sandra Barneda, tampoco es ninguna novata, sumó un premio extra en forma de toquecito de atención: “Ese comentario me parece un poco de mal gusto”. O sea: muy bien, eso es lo que aquí queremos de ti: mal gusto, aunque sabemos que puedes llegar a más y esto solo ha sido “un poco”.

Víctor Sandoval no está fijo en plantilla, así que no puede perder ocasión para hacerse notar cuando pisa un plató. Aprovechó su paso por “First dates” para epatar al personal poniéndose borde con su cita y negándose a cenar nada de lo que le ofrecían en la carta. Le salió bien. Tanta gente le puso a caldo en Twitter que triunfó. Realista, lo agradeció diciendo que gracias a los que le insultaron, humillaron y vejaron fue ‘trending topic’ . En éxito.

De friki en friki llegamos a uno que también lo intentó, pero falló. Jaime Garrido, un habitual de “Cuarto milenio” autotitulado “experto en conspiraciones” intentó destacar denunciando que los extraterrestres “están entrando a mansalva”, “se cuelan entre dimensiones” y cometen impunemente violaciones que el Estado niega porque sería aceptar que no es capaz de protegernos: “Si viola un E.T. ¿qué pasa?, ¿queda libre?, ¿tenemos leyes para los E.T.?”. El pobre, ni así logró destacar un poquito. A Íker Jiménez le dio la risa, pero se contuvo. A ver por qué iba a dejar que ese disparate le robara protagonismo adelantando a los cientos de tonterías que dice él habitualmente.

26/2/17

OSCAR A EL/LA MEJOR DIRECTOR/A

Encuentro lógico el uso tradicional de los géneros gramaticales, en donde existe una forma no marcada genéricamente que se usa también para indicar el masculino y otra forma marcada genéricamente para uso exclusivo del femenino (“los alumnos están agotados tras la excursión en la que los llevaron al monte”). También encuentro lógico el llamado uso inclusivo de los géneros gramaticales, en donde ambas formas están igualmente marcadas, por lo que la masculina sólo se refiere a los varones y la femenina sólo se refiere a las mujeres; así, se han de desdoblar las palabras con marca de género: artículos, sustantivos, adjetivos, pronombres… (“los alumnos y las alumnas están agotados y agotadas tras la excursión en la que los llevaron y las llevaron al monte”). Me da cien patadas la mezcla arbitraria de estos dos usos cuando, manteniendo el uso tradicional, se deja caer de vez en cuando al tuntún un uso inclusivo, volviendo absurdo el texto y convirtiendo la sintaxis en un juego de azar (“los alumnos y las alumnas se encuentran agotados tras la excursión en la que los llevaron al monte”). Y respecto a los hablantes que optan por soluciones jeroglíficas que ni siquiera tienen transcripción fonética y, por tanto, no pueden ser leídas (“lxs alumn@s están agotados/as…”), sólo deseo que ellos, su analfabetismo y sus intentos de devolver la lengua escrita a la barbarie se hundan en la mar océana y los devore el Kraken.

Por eso, cada año, cuando llega la entrega de los Oscars, el trastorno obsesivo compulsivo que me habita toma el timón y se revuelve ante el absurdo de que algunas categorías estén desdobladas por sexos y otras no. Encuentro lógico que no se desdoble ninguna, y haya un único premio a la mejor interpretación -mujer u hombre, siempre que no haya actuado en “La La Land”-. También encuentro lógico que se desdoblen todas y haya un Oscar al mejor director, otro a la mejor directora, uno a la mejor guionista, otro al mejor guionista… -siempre que ninguno haya trabajado en “La La Land”-. Me da cien patadas que se mezclen arbitrariamente estas dos lógicas. Y ruego al Kraken que dé cuenta de aquél que intente resolver el problema creando el Oscar a el/la mejor director/a. Casi hasta prefiero que se lo den a “La La Land”.

25/2/17

VIVA LA CALDERILLA


Es tan difícil meter la mano en “La boca de la verdad” sin pensar en Audrey Hepburn y Gregory Peck en “Vacaciones en Roma” como sentar el culo en la Fontana di Trevi sin que la cabeza se vaya al baño de Anita Ekberg en “La dolce vita”. Lo mismo ocurre en tantos lugares de París, Nueva York, Moscú, Tokio o El Cairo que son lo que son por lo que son y, también, por lo que el cine ha hecho que sean. Por eso los esfuerzos del documental “Antiguas megaestructuras: Petra” (National Geographic) para explicarnos cómo los nabateos construyeron el precioso Tesoro de Petra (Al Khazneh) chocan con las imágenes de “Indiana Jones y la última cruzada” en las que Indiana y sus compañeros llegan a Petra en busca del Santo Grial. De acuerdo, los ingenieros nos ofrecen apasionantes detalles del genio constructor de los nabateos y de las sorprendentes soluciones a los problemas de suministro de agua o peligro de inundaciones. Bien. Pero es que es imposible quitarse de la cabeza el sombrero de Indiana Jones y la llegada a Petra de nuestro arqueólogo favorito montado en su caballo. ¿Está mal que el cine nos distraiga de la arqueología? No lo creo.

La colosal estatua de Heracles obra de Lisipo, en la acrópolis de Tarento, sobrevivió a mil y una amenazas hasta principios del siglo XII, cuando los cruzados francos la fundieron para acuñar moneda y pagar a las tropas. El historiador bizantino Nicetas Choniates lamentó esta desgracia arqueológica y escribió que los bárbaros cruzados destruyeron la obra del divino Lisipo para hacer calderilla. Muchos ven hoy al cine como un nuevo ejército cruzado que destruye todos los lugares que toca como, por ejemplo, el Tesoro de Petra para acuñar moneda con la que seguir sosteniendo el negocio, pero Túnez no perdió ningún tesoro por dejar que George Lucas rodara allí algunas secuencias de “La guerra de las galaxias” y me parece que Gerona no ha perdido ni un gramo de belleza por permitir que los “bárbaros” de HBO rodaran en sus calles unas cuantas escenas para “Juego de tronos”. Indiana Jones no convierte a Petra en calderilla y los canales de Venecia no pierden nada, sino más bien lo contrario, cuando se convierten en decorado de una película de James Bond. Que hablen los ingenieros. Que nos expliquen los secretos de Petra. Que nos enseñen las tuberías delicadamente inclinadas y el sistema de distribución de agua. Pero que no nos quiten a Indiana Jones. Viva la calderilla cinéfila.

24/2/17

"ACOSO ESCOLAR PROYECT"


Cuatro quiere acabar con el acoso escolar con un nuevo programa para la noche de los martes. Es un objetivo muy ambicioso, y más para un simple programa de televisión, pero noble y necesario como todos los que pretenden eliminar las injusticias. En este caso es además un objetivo cojonudo: Paolo Vasile, gran jefe de Mediaset, dijo que a pesar de los muchos problemas que tuvo para sacar adelante este espacio lo emitiría “por cojones”.

¿Sobran aquí las glándulas? No es ese su principal problema. Tampoco lo es que lo llamen “Proyecto bullying” participando en ese acoso al español que se hace, como todos los acosos, desde una superioridad peligrosa y falsa. Un problema es que los límites que la Fiscalía de Menores puso a Mediaset desde que empezó con este proyecto no son interpretados como las lógicas precauciones que deben tomarse en un Estado de derecho -y más cuando se trata de menores-, sino como un ataque personal contra una manera de hacer televisión que pretende actuar con patente de corso: cuando hace “Sálvame” porque eso solo es diversión y no pretende informar a nadie, y cuando hace información porque el fin justifica los medios y tiene derecho a hacer lo que le dé la gana. Incluso mandar a menores con cámaras ocultas a grabar en clase a otros menores sin ningún tipo de autorización judicial ni control sobre quién ve, quién conserva o qué uso hace de esas imágenes.

También es importante denunciar la violencia machista, pero todos sabemos que se hicieron programas sensacionalistas en los que las víctimas eran utilizadas con la excusa de que su testimonio era muy importante y blablablá. Siempre que da voz a las víctimas, la tele corre el peligro de resbalar por la pendiente de la manipulación y precipitarse en ese abismo. No todo vale. “Proyecto bullying” pone sobre el tapete dos problemas: el del acoso escolar y el de cuál debe ser la forma en que la tele aborde estos asuntos sin mostrar tantos lloros (¿necesarios o innecesarios?, ¿espontáneos o inducidos?) como vimos anteayer, ni transformar al presentador Jesús Vázquez en un justiciero que hace innecesaria a la policía y los juzgados, que después de todo estarán ahí para algo.

23/2/17

RITA BARBERÁ MURIÓ DE CIRROSIS


Dejar de ver programas de cocina es fácil si sabes cómo. Solo hay que darse cuenta de que, por mucho que creamos necesitarlos para cocinar bien, y por mucha ansiedad que nos produzca su falta, podemos prescindir de ellos. Así que dejemos de verlos compulsivamente mientras pensamos “mañana lo dejo” sintiéndonos culpables. Para ello hay que asumir que para cocinar bien no hace falta tanta floritura ni tanta tontería: para cocinar bien solo hace falta ser capaz de comerse el resultado, lo que salga y salga como salga. Quien alguna vez comió en un piso de estudiantes sabe lo que digo. Y en época de exámenes, más.

Fijémonos en el caso de la BBC. La televisión pública británica está tan preocupada por realizar bien su trabajo como servicio público y servir platos exquisitos que ya hace tiempo empezó a trabajar en un departamento de verificación. Pretende contrastar noticias y desmontar bulos, no vaya a ser que sus exigentes usuarios de pico fino encuentren algún bocado intragable. Pero aquí ya sabemos que hay una solución más sencilla: dejarse de tanta calidad y conformarse con ser capaz de comerse cualquier cosa que esté en la cazuela.

Ahí está el ejemplo de Mariano Rajoy. Anteayer fue entrevistado en “Informativos Telecinco” y demostró que aunque manda cocinar los telediarios de TVE sin mucho rigor, al menos él y su equipo son valientes y se los comen sin rechistar. Pedro Piqueras preguntó a Rajoy por la sentencia judicial de ese mismo día contra el exministro popular José Manuel Soria por aceptar como regalo unas vacaciones en un hotel de lujo. Otros informativos de mediodía habían recogido la noticia, pero no el “Telediario”, así que ni Rajoy sabía nada ni su equipo se enteró para poder avisarle. Es lo que pasa por comerte tu propio rancho. Por cierto, ya puestos, alguien debería decirles que, aunque en “Informe semanal” se callen (después de haber emitido aquel infame reportaje que atribuía la muerte de Rita Barberá al acoso mediático), fuera de las cocinas de TVE todo el mundo sabe que el informe forense establece que Barberá no murió de acoso mediático, murió de cirrosis.

22/2/17

JOB Y LOS EXTRATERRESTRES

Si usted cree que segundas partes nunca fueron buenas, es que no ha visto la segunda parte del partido España-Malta (12-1), la segunda temporada de la serie “Fargo” o la segunda entrega de “El Padrino”, o quizás no le ha dado una oportunidad a la segunda parte de “El Quijote” ni ha viajado con Alicia a través del espejo. De acuerdo, hay segundas partes horribles y, sobre todo, hay segundas partes imposibles tan destinadas al fracaso como invitar a Hannibal Lecter a participar en “MasterChef”. Ahora mismo me viene a la cabeza “2.010: Odisea dos”, pero nos vamos a quedar con “La guerra de los mundos 2” (LaSexta) porque esta película, mala con premeditación y alevosía, encierra una bonita enseñanza y propone una necesaria cura de humildad.

El protagonista de “La guerra de los mundos 2” exclama, en un momento de terrible dolor tras la desaparición de su familia a manos (o lo que sea) de los extraterrestres, este tremendo reproche a Dios: “¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? Yo no soy tu puto Job”. La respuesta de Dios, como es habitual, es el silencio; pero que un personaje de una película menor que se presenta sin vergüenza como la segunda parte de un clásico absoluto del cine de ciencia-ficción se atreva a dirigirse al ser supremo recordándole que no es el “puto Job”, nos enseña que incluso en malas segundas partes hay buenas frases y buenos momentos. En el cine de segunda también se plantean preguntas de primera que ponen en aprietos no sólo a Dios, sino a productos que quieren ser de primera pero que, como esas películas llenas de explosiones, ruido y gimnasia más o menos digitalizada, sólo ofrecen vacío. Nuria Bou y Xavier Pérez dicen que el imperativo de la hazaña veloz (“The Fast & The Furious”, “Transformers”) niega toda posible vida interior en las vísceras emocionales del héroe. Por eso las últimas películas protagonizadas por James Bond son especialmente interesantes, pues conjugan la hazaña veloz y la exposición de las vísceras emocionales del mocín. El héroe de “La guerra de los mundos 2” es, así, un James Bond atormentado y baratito con licencia para matar extraterrestres… y tardes lluviosas de invierno.

21/2/17

TODAVÍA HAY ESPERANZA

¿Había perdido usted la esperanza de que se pudiera ser de izquierdas sin ser mojigato, cursi, puritano, ñoño, pedante, relamido, snob y un almacén de clichés y de eslóganes adolescentes? ¿Recuerda con añoranza la época en la que la izquierda no dedicaba los minutos impares a llorar avergonzada por cualquier chorrada pidiendo perdón y los minutos pares a llorar ofendida por cualquier estupidez exigiendo que se lo pidan? ¿Cree que no sólo no es cierto que todas las ideas merecen respeto, sino que la clave es entender que ninguna lo merece? ¿Se resiste a abandonar la izquierda pero teme que acabe haciéndolo si ésta sigue colocándose a la derecha de la derecha en su defensa del subjetivismo, el individualismo, el victimismo y la irracionalidad? ¿Le gustaría pensar que cabe la posibilidad de que vuelva el día en el que se pudieran distinguir en una prueba ciega los eslóganes de los partidos de izquierda y los eslóganes de El Corte Inglés? ¿Está a esto -y acerco el índice y el pulgar dejando solamente un milímetro entre ellos- de tirar definitivamente la toalla?

¡No lo haga! ¡Deténgase y busque cuanto antes “Real time with Bill Maher”, el talk show de la HBO que le devolverá la confianza en la especie humana y le mostrará que aún quedan zonas de sensatez en donde el rechazo de las tonterías tradicionales no implica el abrazo a las tonterías nuevas! Lo emite Series Xtra (dial 12) en Movistar+ con unos precisos subtítulos y seguro que se puede encontrar por mil lados más. Una ametralladora continua de orgullosa inteligencia en la que un día charlas con Neil deGrasse Tyson, otro con Seth MacFarlane, otro con Salman Rushdie, y todos con Bill Maher, el más lúcido forense de la difunta realidad política norteamericana. Es cierto, ganó Trump, el primer presidente de los EE.UU. que serviría para ilustrar en una enciclopedia el estricto significado etimológico de “idiota”. Pero también tenemos a Bill Maher cada semana desatascando el sistema con los ácidos corrosivos necesarios que la situación requiere. No se dé por vencido. No está solo. Somos muchos más de los que parece. “Real time with Bill Maher”. Todavía hay esperanza.

20/2/17

UN MÉDICO, DOS ECONOMISTAS


Propongo dividir todos los temas de estudio que existen en dos categorías: (a) aquellos asuntos que son tratados en televisión mediante la intervención de un experto que habla sobre el tema, y (b) aquellos asuntos que son tratados en televisión mediante la intervención de dos expertos que discuten sobre el tema sin ponerse de acuerdo. A la primera categoría pertenecen, entre otros, la lingüística comparada, la panadería, la digitación en el laúd, la oncología, la desparasitación de mascotas, la pesca, la informática, la lucha contra el crimen organizado, la mecánica cuántica, la optometría, la historia medieval, el uso y manejo de las artes de cetrería, la prestidigitación y el riego por aspersión. A la segunda categoría pertenece la economía… eh, la economía, la economía, y... ah, sí, la economía.

La distinción presentada se correspondería punto a punto con otra que dividiera los temas de estudio en dos categorías: (a) aquellos asuntos en los que va a habiendo más acuerdo a medida que aumentan los conocimientos de los que hablan, y (b) aquellos asuntos en donde los expertos muestran el mismo nivel de desacuerdo entre sí que los legos. Ejemplos del primer caso serían la apicultura, el manejo de la olla rápida, el condicionamiento operante o la meteorología. Ejemplo del segundo caso… eh, lo han adivinado… sí, la economía.

En el “Protágoras”, Platón enfrenta a Sócrates con el sofista de Abdera. Ambos convienen en la sensatez de la existencia de expertos en artes técnicas y aplicadas, pero Sócrates es escéptico acerca de la posibilidad de que puedan existir expertos en moral y virtud, y que esa maestría pueda adquirirse como adquieren las suyas el aritmético o el escultor. No es ésta una postura que agrade a los curas o a otros imitadores que se presentan a sí mismos como “expertos” en moral y virtud. Pero esa distinción que ofrece Platón es tan potente que explica por qué, dos mil cuatrocientos años después de planteada, laSexta trae a un médico para hablar sobre la hipertensión y a dos economistas para discutir sobre el futuro de la caja de las pensiones.

19/2/17

"LA METANÓOSFOSIS"


La mañana del viernes, tras un sueño intranquilo, la programación televisiva se despertó convertida en un monstruoso insecto. Estaba echada de espaldas sobre el duro caparazón de la sentencia del caso Nóos y apenas podía moverse. Indefensa, asistía a la agitación que se producía a su alrededor. La colonia esperaba ansiosa junto a ella para acercar por turno su ovipositor y colocar cuidadosamente sus valoraciones. Unas junto a otras, formaban un caleidoscópico mosaico de opiniones nacaradas y esféricas que, al abrirse, seguirían nutriéndose de la sentencia mucho tiempo después de que el tribunal hubiera retirado su frío abdomen de la pantalla.

Con un escalofrío, la programación televisiva se licuó y formó nuevos tejidos sin dejar de ser transparente. Solo los yonquis de “Mujeres y hombres y viceversa”, sin su dosis, volvieron a llenar el aire de ‘tuits’, ruido y furia. Cuando llegaron los informativos del mediodía parecía haber vuelto la calma, pero entonces eclosionaron las valoraciones y empezaron a alimentarse con voracidad. Avanzaban con la eficacia con que avanzan los ejércitos de hombres cuando forman un frente tan cerrado como el que forman las orugas hambrientas. Despreciando el resto, atacaban los tejidos más blandos: “Nadie está ni por encima ni al margen de la ley”, ñam. “En España se condena con independencia de quién sea cada uno”, ñam. “Todo el mundo está sometido al imperio de la ley; nadie está por encima ni al margen de él”, ñam-ñam.

Tras de sí, esta plaga empeñada en mascar una y otra vez el mismo bocado pastoso, despreciaba las porciones indigestas. Las nervaduras de las hojas y las estructuras quitinosas del exoesqueleto quedaban abandonadas aunque son precisamente las partes que dotan de sentido al todo. Las orugas avanzaban sin querer ver que la monarquía es el elefante en la habitación. Ninguna mordía en la inviolabilidad y la irresponsabilidad, los dos privilegios del monarca consagradas por la Constitución: “La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad” quedó, rígido e incomible, en un rincón donde nadie pudiese verlo. Después, la pantalla parpadeó un instante y volvió a abrir sus enormes ojos compuestos.

18/2/17

PRIVATIZAR "EUROVISIÓN"


Tiene sostenidos bemoles tanta insistencia en que lo público funciona mejor cuando es privado, que lo de todos mejora cuando es solo de algunos, que la solución a los males de la sociedad está en el individuo, pero que, luego, no se aplique esta letanía a “Eurovisión”. Se apuesta por privatizar y se privatiza la sanidad, la enseñanza, los servicios públicos en general, el agua, el sol, la sombra y el viento, pero sigue perteneciendo a la tele pública el festival del horror, la consagración del exceso, la mayor prueba que Platón jamás soñó de que no solo existen cosas horteras sino también la Horterez en sí, la Idea de Horteridad, lo Hortera como ser real, inmutable y eterno.

Lo sorprendente no es el fanatismo que vimos el otro día en “Objetivo eurovisión”, lo sorprendente es que hay quién se sorprende de que puedan comportarse como fanáticos de Eurovisión quienes se autodenominan “eurofans”, o sea, “fanáticos de eurovisión”. Lo sorprendente no es que los partidos políticos se ocupen del asunto y lo lleven al Congreso, lo sorprendente es que forma parte del estricto desempeño de su función parlamentaria de vigilancia de la cosa pública ocuparse de la elección de un chavalín que prefiere cantar y ser famoso a someterse a esa estafa que es la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad. Lo sorprendente, en fin, no es que TVE no sepa dónde esconderse mientras las cadenas privadas hacen leña del árbol caído, lo sorprendente es que “Eurovisión” no esté en una privada desde hace muchos años.

Hace mucho que Telecinco es la mejor opción. Jorge Javier Vázquez ya está dándole vueltas en “Salvame” como cada año. Mª Teresa Campos también: “Eurovisión me importa lo mismo que a Mila Isabel Pantoja. Es tan decadente”. Justo lo mismo que tantos pensamos de “Eurovisión”, Mila, Pantoja, ella y su hija Terelu. Así que privatización, ya: los eurofans demostraron que no tienen nada que envidiar a los mujeresyhombresyvicefans, y al rondó barroco que sirve de sintonía de “Eurovisión” le quedaría pintiparado un ritmo reguetón y letra con perreante coreografía: “A ella le gústan los dóóce púúúntos. ¡Dáme más dóóce púúúntos!”.

17/2/17

ALGO MUY PARECIDO A UN VIEJO AMIGO

A estas alturas de la historia, “Saber y ganar” es ya algo muy parecido a un viejo amigo. No esperen esta vez una columna sofisticada, combativa o particularmente reveladora. Esta vez aquí sólo va a haber una sencilla declaración de amistad y de cariño por el sencillo, amistoso y cariñoso programa que cumple hoy 20 años de emisión en nuestra televisión pública.

Uno no visita todos los días a sus viejos amigos, ni necesariamente cuando lo hace pasa el mejor momento del día. Afortunadamente, con el tiempo lo verdaderamente importante pasa de ser la figura a ser el fondo de la vida; las figuras destacan por su presencia, los fondos destacan por su ausencia. Más de lo que llama la atención la aparición de un programa nuevo, llamaría la atención la desaparición de “Saber y ganar”. Tampoco recordamos muy bien desde cuando conocemos a nuestros viejos amigos, como no recordamos desde cuándo conocemos “Saber y ganar”, y se hace necesario recurrir a aquel viejo truco de la fenomenología clásica que explica por qué parece que Jordi Hurtado jamás envejece: ¿con los ojos de qué edad sigues viendo a tu amigo? Ése fue el momento de vuestras vidas en el que os conocisteis. No importa el tiempo que llevemos sin vernos, a los viejos amigos y a “Saber y ganar” se les saluda siempre con un gesto mínimo, levísimo y rutinario, como si sólo nos hubiéramos separado un par de minutos, y se continúa la charla donde había quedado quizá años atrás. Y tampoco es relevante que ese día la conversación sea más o menos enriquecedora: con “Saber y ganar” y con los viejos amigos importa más el ordinal que el cardinal, importa más la trayectoria que se ha ido acumulando que cada una de sus estaciones individuales.

Aunque hayamos renovado ya demasiadas veces durante los últimos veinte años todas las células que nos componen, hay detalles sobre los que construimos una irrenunciable sensación de cohesión y continuidad de lo que somos. Feliz vigésimo cumpleaños, “Saber y ganar”. Cada vez que pongo La 2 después de comer me enorgullezco de los viejos amigos que tengo.

16/2/17

UN BANCO ALEATORIO E INESPERADO


Pocas cosas se han vuelto tan emocionantes como ver la publicidad actual. En una casa claramente acomodada un adolescente relamido pregunta a su padre cómo supo que su madre iba a ser la mujer de su vida. Éste toma un libro de una estantería y recita igualmente afectado unos fragmentos de Oliverio Girondo en donde se alaba a las mujeres que saben volar. Momentos de intriga: ¿es un anuncio de dentífrico, de telefonía móvil, de compresas contra las pérdidas de orina, de ron? ¿Una agencia de viajes, un remedio contra los hongos en las uñas de los pies, una nueva pizza de Telepizza, un coche, una serie de fascículos coleccionables con toda la filmografía de Sarita Montiel?

Cambio de secuencia. Unas imágenes aéreas de una ciudad costera se presentan acompañadas del comienzo arrollador del “Cry baby” de Janis Joplin, y tras dos o tres planos aparecen el padre y la madre cogidos de la mano sobrevolando felices los edificios. La tensión llega ya a extremos insoportables: ¿nos quieren vender un detergente que respeta los colores de la ropa, una nueva marca comercial de ibuprofeno, llantas de automóvil, arroz, un antihemorroidal? Qué comecome da no saber no ya qué empresa sino ni siquiera a qué ramo pertenece la empresa que está intentando que el dinero pase de nuestro bolsillo al suyo. Hace ya muchos años que los anuncios no hablan sobre el producto que anuncian, pero nunca como ahora las agencias publicitarias habían dejado de disimularlo de forma tan descarada, para mofa de su propio público.

Hasta que la pareja voladora se posa finalmente en un edificio y se desvela el enigma: es una cuenta de ING Direct. Igualmente podría haber aparecido en ese momento el logotipo de una marca de comida para perros, de una aseguradora para coches o imágenes del catálogo de IKEA. Pero es un banco. Un banco aleatorio e inesperado. La pareja se aleja volando hacia el atardecer, y, con ella, la racionalidad, el respeto al espectador, la credibilidad de la publicidad y la posibilidad de que yo abra una cuenta de ésas en el banco ése.

15/2/17

HAY UNA BARRIGA EN LA LUNA


La entrevista de Iñaki Gabilondo en “Cuando ya no esté” (#0) al historiador israelí Yuval Noah Harari, autor de los interesantísimos ensayos “Sapiens” y “Homo deus”, demuestra que hacer buena televisión es tan sencillo como poner delante de una cámara a dos tipos con cosas interesantes que preguntar y cosas interesantes que responder. Harari, un tipo elegante y pausado, reconoció con humildad que nadie sabe nada porque es imposible saber cómo será el mundo, el mercado laboral, las relaciones familiares e incluso el cuerpo dentro de 25 años. Con todo, Harari cree que en el siglo XXI la autoridad pasará del individuo a las redes de algoritmos, que es probable que el lugar más interesante desde el punto de vista religioso se traslade de Oriente Medio a Silicon Valley, y que se crearán las desigualdades más grandes de la historia de la humanidad porque no tendrán que ver sólo con la economía, sino con la biología. Lo que distingue al hombre de otras especies cercanas, dice también Harari, es nuestra capacidad para cooperar a gran escala. Sin esa cooperación, la llegada a la Luna o la fisión del átomo habría sido imposible. Puede ser. Pero el ser humano también es capaz de cooperar a gran escala para alcanzar altísimas cotas de estupidez. Se me ocurren muchos ejemplos, pero hoy me da la gana de quedarme con las críticas al cuerpo de Lady Gaga por parte de una legión de imbéciles.

Lady Gaga actuó en la última Super Bowl demostrando una capacidad física y artística que debería alegrarnos el día a todos. Pero no. Muchos animales racionales inundaron las redes sociales vomitando su ignorancia y desprecio acusando a Lady Gaga de ser dueña de una barriguita indigna de salir en televisión. La artista neoyorquina reaccionó ante tanta estupidez con la misma elegancia con la que Harari respondió a las preguntas de Gabilondo, así que aquí intentaremos ser igual de elegantes y nos limitaremos a sugerir a Iñaki Gabilondo que invite a su programa al diseñador Stefano Gabbana, que se atrevió a criticar el cuerpo de Lady Gaga y luego pidió perdón porque su desprecio no era bueno para el negocio. ¿Cómo será el mundo dentro de 25 años, señor Gabbana? Yo se lo diré. Dentro de 25 años nadie se acordará de usted, ni de mí, ni de esta columna, pero la barriga de Lady Gaga estará en un póster en la Luna. Al tiempo.

14/2/17

EL PUBLIRREPORTAJE INFILTRADO


Ay, como se infiltre el jefe de laSexta en “El jefe infiltrado”. Si un día de estos le da por cambiarse el peinado, afeitarse el bigote, ponerse unos tatuajes de pega, cambiarse el traje por vaqueros y camiseta, y ponerse a evaluar lo que están haciendo sus empleados en el trabajo, la lía. La cosa le podrá ir mejor o peor según se vaya infiltrando aquí y allá: lo pasará pipa de regidor en “El intermedio” y acabará hasta el culo ecualizando la insoportable entonación de Gloria Serra en “Equipo de investigación”. Pero cuando le toque infiltrarse en “El jefe infiltrado” arma una gorda.

Como si lo viera: qué raro, ¿por qué en “El jefe infiltrado” empezarán centrándose en la empresa y no en el jefe que ha decidido infiltrarse? Pero qué raro, ¿por qué cuentan cómo se fundó la empresa de forma tan épica, cómo creció de modo tan sólido, y cómo llegó a ser tan, pero tan importante, y tan pero tan puntera, y tan pero requetetán bien “posicionada en el mercado”? Pero qué raro, raro, raro, ¿por qué el programa no se limita a ser lo que anuncia, esto es, una encerrona con cámara oculta para fiscalizar a los trabajadores?, ¿por qué se transforma en un publirreportaje servil que canta las glorias de una empresa maravillosa con una pasado memorable, un futuro prometedor y un jefe abnegado capaz de todo con tal de que el negocio avance más fuerte, más alto, más lejos?

Cuando al final del programa, el jefe de laSexta se reúna con los trabajadores y descubra quién es realmente no perderá el tiempo haciéndose el guay con ascensos, viajes y subidas de sueldo. Antes la publicidad camuflada se conformaba con poner leche Pascual en la mesa de “Médico de familia” y había quejas. Así que preguntará por qué, si un publirreportaje tan descarado cuela como programa y no hay multas, la parrilla de laSexta no está repleta de publirreportajes. Y en un mes, lo estará. Rentables, alimenticios y dulces publirreportajes interrumpidos por dulces, alimenticios y rentables anuncios.

13/2/17

FAMOSOS FIJOS DISCONTINUOS


Y nos quejábamos. La 1 emitía en verano “Trabajo temporal” y nos parecía pitorreo. Hacía calor y la principal cadena de la tele pública estrenaba un programa de jijí-jajá en el que unos cuantos famosetes jugaban a desempeñar un trabajo temporal para divertirse un rato, hacerse los guays, ganar un dinero fácil por prestarse a la tontería, y de paso promocionar sus carrerras en horas bajas. Mientras, cientos de miles de españoles nada famosetes se buscaban la vida aceptando los puestos de trabajo estacionales que el verano ofrecía para currar de sol a sol, ganar un dinero con el que aguantar unos meses más sin tener que marchar del país, y de paso seguir contribuyendo solidariamente al sostenimiento del Estado para que pueda mantener en funcionamiento servicios públicos como TVE, que desarrolla una gran labor social con programas de integración y ayuda al famosete como es “Trabajo temporal”.

Al llegar el otoño, La 1 dejó de emitir este programa. ¿Tendrían el valor de resucitarlo en verano? Peor: lo resucitaron en invierno. Mientras miles de españoles se suman a los millones de parados que no encuentran trabajo ni temporal ni de verdad, La 1 vuelve a emitir la noche de los lunes “Trabajo temporal”. Viendo como vimos estos días a David Bustamante, Fran Rivera o Los Chunguitos de jijí-jajá, lo que antes parecía pitorreo ahora es recochineo.

La 1 redondea la noche del lunes con “El gran reto musical”, un horror que nos recuerda que no hay programas musicales en la tele pública, y que “La edad de oro” de Paloma Chamorro hoy es imposible (como quedó claro en el homenaje hipócrita que TVE le hizo… a las tantas de la mañana). Pero algo bueno hay en todo esto: podemos asegurar a los famosos participantes en “El gran reto musical”, calco de aquel “Furor” que Alonso Caparrós presentó hace lustros en Antena 3, que el pobre Caparrós acaba de ser expulsado de “GH VIP”, pero que ellos no tienen por qué acabar tan mal: siempre podrán encontrar un trabajo temporal chachipiruli en “Trabajo temporal”.

12/2/17

REPTILIANO, LÍMBICO Y RACIONAL


Todo en esta vida puede ser clasificado como reptiliano, límbico o racional. Según algunos neurocientíficos -¿por qué existen neurocientíficos y no cardiocientíficos, dermocientíficos u otorrinolaringocientíficos?- son los tres niveles en los que se organiza nuestro cerebro, y se refieren, respectivamente, a la gestión fisiológica y supervivencial básica, a la dirección de las pasiones y emociones de nuestras relaciones, y al establecimiento de análisis intelectuales del mundo. Platón hablaba del alma concupiscible, irascible y racional, pero en realidad se refería al cerebro reptiliano, límbico y racional. Errejonistas, pablistas y anticapitalistas se enfrentan en Vistalegre, y podríamos construir una teoría en la que todos ellos quedasen ordenados en estas tres categorías. La obra del premio Nobel Bob Dylan incluye discos reptilianos –“Desire”-, límbicos –“Blood on the tracks”- y racionales –“Nashville skyline”-. Los contertulios de derechas de “La sexta noche” son de tres tipos: reptilianos -por ejemplo, Eduardo Inda-, límbicos -por ejemplo, Paco Marhuenda-, y racionales -por ejemplo, Pablo Montesinos-.

Ayer TVE nos ofreció la gran gala de selección de la gran canción que nos representará en el gran Festival de Eurovisión, y era obvio que la canción de Leklein era reptiliana, la de Maika era límbica y la de Paula Rojo era racional. Los miembros del jurado, los cantantes y Jaime Cantizano se referían constantemente a la capacidad de las canciones para llegar al corazón, pero me temo que el corazón ha quedado más desacreditado como sede de las emociones que el Parlamento como sede de la soberanía popular. Si atendemos a la neurociencia, las canciones deberán llegar al hipotálamo, al cuerpo calloso o a la fisura parieto-occipital, y no sólo de los espectadores españoles, sino también de los habitantes de todos los países de Europa, que también son clasificables en países reptilianos, límbicos y racionales. Al final ganó Manel. La estructura anatómica del cerebro humano reproduce la filogenia de nuestra especie, y las espantosas canciones que participan en Eurovisión aglutinan la historia pasada, presente y futura de Europa.

11/2/17

LA TEORÍA SUECA DEL HORROR

¿Quién no estaría de acuerdo en que las personas han de ser independientes, autónomas, libres para estar en soledad o con quien deseen? ¿Quién no estaría de acuerdo en que las relaciones humanas no deben estar basadas en la necesidad sino en el mero gusto? ¿Quién no estaría de acuerdo en que el Estado debe promover la autonomía individual con medidas laborales, sociales o económicas, para que las relaciones de pareja, la familia, las relaciones de amistad, sean sólo posibilidades que las personas autosuficientes puedan elegir sin presión, en función de su apetencia o su conveniencia? En los años 70, un grupo de políticos suecos, buscando evitar que cualquier ser humano pudiera sojuzgar a otro y aprovechando el alto nivel económico del país, inició uno de los mayores experimentos sociales de la historia: la construcción de una sociedad de individuos independientes en donde los lazos entre las personas fueran libres, opcionales y nunca movidos por la necesidad.

Y el resultado ha sido el infierno. No se pierdan “La teoría sueca del amor”, el documental más impactante de lo que llevamos de década. Varones masturbándose para bancos de semen y mujeres recogiéndolo días más tarde sin llegar a conocerse. Una de cada dos personas viviendo sola. Agencias gubernamentales encargándose de todo lo relativo a ese veinticinco por ciento de la población que va a morir solo en su casa, cuyas facturas van a seguir pagándose automáticamente, y cuyo cadáver será descubierto semanas, meses o años después. ¡Una de cada cuatro! Dejen lo que estén haciendo, vayan a su plataforma de descargas habitual y busquen “La teoría sueca del amor” si quieren conocer cuál va a ser “La teoría española del amor” dentro de una generación.

Una vez más el sueño de la razón ha producido monstruos. Quizá estamos horrorosamente equivocados acerca de quiénes somos. Quizá la autosuficiencia sólo es un delirio narcisista promovido por El Corte Inglés para colocarnos su mierda. Quiéreteme, es hora de pensar en ti, dice su anuncio. Sale un olor raro por debajo de la puerta de una vecina. No sé cómo se llama. Es vieja. Vive sola. Hace unos días oí como un golpe en su casa, pero ¿quién soy yo para meterme en sus asuntos?

10/2/17

LLANEZA, JOSIE, QUE TODA AFECTACIÓN ES MALA


Esto amontonó Josie en “Zapeando” (tardes de laSexta) cuando le preguntaron sobre el aspecto de algunos actores en los Goya:

“Mira, de verdad, es que menos mal que una revista masculina ha sacado un artículo diciendo que cuánta barba hay en el cine español, ¡si es que todo el mundo llevaba un ‘grooming’ rarísimo! O sea, cómo puede haber tanta barba, si es que no era normal, es que todo el mundo salía con lo mismo, es que se ponen de acuerdo para hacer ese acicalado absurdo de barba-barba, porque, además, es que, mira, yo me quedaría con Paco León, lo digo así porque es el que mejor le queda el esmoquin, dentro que te pueda gustar más la chaqueta; también es que Dsquared suele hacer esos patrones impecables en esmoquin, que es que lo tengo que decir, otras cosas las hacen fatal, pero eso lo hacen muy bien, y es que al final se ve, o sea, es una marca que suele clavar muy bien todo este tipo de alfombras rojas masculinas, es así, y a él le queda muy bien. ¿Lo de la barba?, pues serán sus personajes, o no sé a quién tenga que interpretar, pero es que yo ya estoy… o sea, es un aburrimiento, que además lo veo absolutamente dos mil cinco, dos mil seis, cuando fue la barba, que además que fue algo que se empezó a llevar en contra de la metrosexualidad, o sea, tanto ‘grooming’ absurdo, tanta metrosexualidad llena de espumas en el pelo raras y de absurdeces que tuvo en el año dos mil, del dos mil al dos mil cinco, y todo el mundo se dejó barba a partir del dos mil seis o siete. Bueno, pues todavía arrastramos eso hasta hoy, y desde luego en el cine español se deja ver todo el rato es lo mismo. Y dentro de eso, bueno, pues del ‘grooming’ sí que me quedaría con Álex García porque creo que de los tres es el que mejor lo veo de cara y de pelo, es verdad que dentro de esa barba de tres días y tal. Y luego, pues lo de Eduardo Casanova que podría funcionar, pero de color y tal, pero es verdad que veo muchas bolsas, es como si le quedase un poco grande”.

En “Zapeando” deberían fichar a alguien que comentara el ‘grooming’ de prejuicios vacíos, conservadurismo camuflado y dañina banalidad con el que construye Josie un discurso que degrada el lenguaje cargándolo de absurdeces con muchas bolsas que le quedan un poco grandes.

9/2/17

RISTO ENAMORADO


Risto Mejide trata muy bien a sus invitados. Si te invita a sentarte cómodamente en el sofá de su programa (“Chester in Love”, noche de los domingos en Cuatro), ve tranquilo. Todo irá bien. Es cierto que puede ponerte en un aprieto, pero solo lo hace para que el programa gane emoción y tú salgas aun más contento. Y sin esfuerzo alguno por tu parte. Él lo hace todo. Risto es un tipo listo y sabe que depende de sus invitados. Necesita que marchen tan contentos del plató como salió Isabel Pantoja del plató de “El hormiguero”. Sin Trancas y Barrancas, pero esa es la idea. No hay más que ver lo feliz que marchó el padre Ángel el otro día del espacio promocional en que convirtió “Chester in Love”.

Risto trata muy mal a sus invitados. Si te invita a estar de pie y expuesto sobre una plataforma que hay frente al sofá, prepárate para lo peor (Risto la llama “púlpito”, pero de eso solo hay en las iglesias). Todo puede ir mal. Es cierto que te deja hablar para que aprietes al otro invitado, al bueno, al del sofá; pero no te fíes. Solo lo hace para que el programa gane emoción y tú salgas aun más apaleado. Y sin esfuerzo alguno del otro invitado, el bueno, que puede seguir repantingado en el sofá mientras comprueba cómo Risto atiza, interrumpe y expulsa a quien lo incomoda en exceso. No hay más que ver cómo Risto trató el otro día a Antonio Gómez, presidente de la asociación “'Europa Laica”, en el pimpampum en que se convirtió su comparecencia ante un padre Ángel mudo y Risto como brazo secular.

Gómez se pasó de incómodo señalando que la caridad es una máquina recaudatoria de fondos públicos al servicio de una ideología religiosa que perpetúa la pobreza y humilla a quien la recibe en sustitución de unos poderes públicos ausentes que deberían ofrecer unos servicios sociales que hagan justicia. Risto interrumpió acusando a esos poderes de corruptos. ¿Todos los poderes públicos? ¿Solo los poderes públicos? Eso a Risto le da igual. Después, Risto invitó a Gómez a ver in situ cómo la justicia se privatiza en forma de caridad. Gómez no aceptó. ¿Ah, no? Fuera de aquí, invitado sin sofá.

8/2/17

PLATÓN BOWL


Supongo que a veces pasa. Le pasó al Capitán Trueno, por ejemplo. En “El adivino de los ojos ciegos”, una de las aventuras del Capitán, un siniestro personaje con  hábito y tonsura reprocha al padre de nuestro héroe que le permitiera leer la “República” y las “Leyes” de Platón porque, por culpa de la lectura de los libros del filósofo griego, el joven Trueno, primogénito de un noble, se niega a vivir de la sangre y sudor de los siervos y decide ceder a su hermano sus derechos de sucesión, abandonar la vida parasitaria e irse en busca de aventuras. A veces pasa. Por culpa de Platón, y de las leyendas del Rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda, el Capitán Trueno deja su castillo, su familia, su cómoda vida y más cómodo futuro, sus días de lectura al calor de la chimenea y sus derechos como primogénito del señor del lugar. La culpa la tuvo la Super Bowl 2017, el partido entre Patriots y Falcons en el que los chicos de un tal Tom Brady remontaron una desventaja de 25 puntos para ganar el título en la prórroga y demostrar a los que hemos crecido en el castillo del fútbol que a veces es bueno abandonar el calor del hogar y largarse a ver mundo. ¿El fútbol les parece emocionante? Prueben a ver el último cuarto del partido de fútbol americano en el que los Patriots fueron realistas y consiguieron lo imposible.

En el descanso de la Super Bowl, Lady Gaga arrasó con todo a base de buena voz, incansables bailes, magníficas piruetas, mucha energía, una puesta en escena absolutamente perfecta y una líneas de “This Land is Your Land”, la maravillosa canción de Woody Guthrie que hace más daño a todos los Donald Trump del mundo que mil manifestaciones ante el Capitolio. El espectacular último cuarto de la Super Bowl y la emocionante actuación de Lady Gaga significaron para muchos espectadores acostumbrados a la vida en un castillo lo mismo que significó la lectura de la “República” de Platón para el Capitán Trueno. Resulta que hay vida más allá de Messi y Ronaldo, como hay vida más allá de un castillo medieval. Puede que el Capitán Trueno no entendiera del todo a Platón, y seguro que muchos de nosotros no entendimos del todo lo que pasó en la Super Bowl ni el alcance del guiño a Woody Guthrie, pero aquí estamos, dispuestos a ver mundo y a mirar más allá de Trump.

7/2/17

"HOMELAND" Y EL BAMBÚ JAPONÉS

Antes de criticar a “Homeland” hay que estudiar el bambú japonés. Se trata de una gramínea con un peculiarísimo ritmo de crecimiento: una vez sembrada pueden llegar a pasar siete años antes de que aparezca en la superficie. Y de pronto se abre camino hacia la luz y crece a una velocidad insuperable en todo el reino vegetal, pudiendo alcanzar treinta metros de altura al cabo de seis semanas. ¡Casi un metro al día! ¿Qué pasó durante esos siete años? ¿Estaban las semillas holgazaneando hasta que les apeteciera crecer? ¡No, estaban echando raíces! Sólidas y profundas, invisibles como todas las raíces, pero necesarias para sostener un crecimiento tan vigoroso. Sólo cuando se han afianzado la planta rompe a crecer con rapidez.

Lo sé, el bambú japonés es una metáfora de casi todo, y temo que esta información desate una epidemia de memes cursis en las redes sociales. Pero es que de otro modo no se entiende qué está pasando en la actual temporada de “Homeland”. Llevamos tres capítulos y aún no ha ocurrido nada. Carrie Mathison y Saul Berenson siguen siendo el principal argumento al que muchos nos aferramos en la vida para creer que los malos finalmente no vencerán. Pero la aparente falta de progreso de la serie está desesperando a los que discuten en los foros. Algunos sentencian su muerte definitiva. Otros recuerdan que esto ya lo habían advertido cuando colgaron a Brody. Hay quien incluso tercia y culpa a Trump de lo que está pasando.

Y lo único que está pasando es que “Homeland” está echando raíces sólidas para dejarnos sin habla cuando comience a crecer en la segunda parte de la temporada. Como hicieron (casi) todos los años anteriores. Como el bambú japonés. Sólo que ahora además han vuelto a Washington en vísperas de la proclamación de la nueva presidenta demócrata de los EE.UU. -también vosotros creíais que iba a ganar Clinton, ¿eh, adorados guionistas?-. Podemos estar tranquilos: pronto habrá una terrible amenaza terrorista cerniéndose sobre Occidente. Mi apuesta es que dentro de seis semanas Carrie y Saul saldrán volando por los aires a más de treinta metros de altura mientras salvan a la civilización. Todos estaremos volando con ellos y acordándonos del bambú japonés.

6/2/17

NO SÉ LO QUE ES, PERO ANA BELÉN LO TIENE

No se trata de que sea una buena actriz, capaz de interpretar comedia ligera, de hacer una excepcional Adela en “La casa de Bernarda Alba” o la mejor Medea que se ha visto en el Teatro Romano de Mérida. No, es otra cosa. No se trata de que igual canta a Nicolás Guillén o canción ligera facilona o versiona clásicos o graba un disco sobre textos de Lorca, y hace las cuatro cosas mejor que nadie. Esto sólo son ejemplos. No se trata de que sea imposible no escucharla cuando está hablando o no mirarla cuando está apareciendo por televisión. Algunas compañías de teatro llevan un “reemplazante”, una persona que se sabe todos los papeles y está preparada para interpretar cualquier personaje si el titular enferma. Haría falta una compañía entera de reemplazantes para sustituirla sólo a ella en sus trabajos.

Su talento no es la suma de mil habilidades concretas -ser buena para hacer giras de conciertos multitudinarios + ser buena para interpretar a Lorca o Galdós o Valle Inclán + ser buena para cantar con Chico Buarque + ser buena para actuar en televisión + ser buena para cantar folklore o jazz o standards…-, sino la manifestación de algo inaprensible e incomprensible que recorre por dentro todos esos méritos puntuales como el hilo de un collar recorre las perlas. Hay algo en común a través de todas sus facetas, un talento escénico general, que explica que todo lo que haga lo haga bien y que nos resulte muy difícil imaginar que en el futuro no siga siendo así, sea cual sea el reto artístico que afronte.

Anteayer recogió el Goya de Honor de la misma manera que hubiera recogido el Albéniz de Honor o el Neruda de Honor, protagonizando el momento más interesante y más carismático de la gala. No tengo ni idea de qué es aquello a lo que me estoy refiriendo, no sé de qué estoy hablando. Alguna gente lo llama “ser artista” a secas, sin especificar más. No estoy seguro de que sea una buena denominación, pero, si lo es, no hay nadie más artista que ella desde hace décadas en España. Insisto, no sé lo que es, pero Ana Belén lo tiene.

5/2/17

TRUMP Y TÚ


Gracias a Donald Trump sabemos que el malo del cuento de “Los tres cerditos” es el tercero, el que quiere construir en ladrillo. La nueva moraleja enseña que no importa si quieres cerrar el perímetro de tu casa como vimos estos años en la tele que hicimos nosotros (con altas vallas y alambradas de pinchos y cuchillas donde se disparan pelotazos de goma y atiza a quien se acerca para devolverlo en caliente por donde vino). En ese caso eres un cerdito tan simpático como el que construye con paja o madera. Pero si estás obsesionado con que quien quiere trabajar para ti por una miseria es el Lobo Feroz y en vez de cuchillas prefieres un muro sólido, entonces no eres un cerdito sino un cerdo.

Pasa algo parecido si hablamos del trato a la mujer. “El intermedio” despidió la semana mostrando unos viejos anuncios con otra enseñanza que nos trae Trump: está mal nombrar secretario de Trabajo encargado de velar por la igualdad de género a un exdirector de una cadena de hamburgueserías que emitía unos spots en los que las mujeres en actitud sexual desplazaban el interés que pudieran tener las hamburguesas y salchichas que lamían. En cambio, está requetebién que las mujeres sean discriminadas, arrinconadas y humilladas en democracias amigas como la de Arabia Saudí donde la voluntad del pueblo se expresa libremente a través de lo que al anciano rey le da su real gana con la ayuda de Dios el grande y misericordioso.

Esto explica el orgullo y satisfacción con que el informativo propagandístico oficial de la dinastía Borbón, “Audiencia abierta” (sábados a las 13,30 h. en La 1), mostró el otro día la visita de Felipe VI a Arabia Saudí como un paso más en la consolidación de la estrecha amistad que le (nos) une con la dinastía Al Saud. Así hablaron unas pizpiretas chicas tras la reunión de nuestro moderno rey con la moderna colectividad española en Arabia: “Lo peor que llevas es, un poco, la segregación que hay de hombres por un lado, mujeres por otro”. “Es complicado pero al final uno se hace y eso. Y la visita, mucha ilusión, la verdad”. ¡Cuánto nos está enseñando Trump sobre nosotros mismos!

4/2/17

ANDREU, HAS PERDIDO


Hay que saber cuándo debemos dar un paso atrás y ahora es tu turno, Buenafuente. Te toca. Javier Cárdenas es mucho para ti. No le contestes, no te enfrentes a él, repliégate aun sabiendo que ni con una retirada a tiempo lograrás la victoria. Con Cárdenas no puedes vencer. Ni siquiera empatar. Debes conformarte con una derrota no demasiado humillante.

Usaste un truco que hubiera valido con cualquiera, pero no con él. Dedicaste tu vida al humor, a darle una vuelta de tuerca a todo, a quitarle la careta a la realidad poniéndotela tú cuando era necesario, a señalar que el traje nuevo que cada día viste el emperador y el rey y el príncipe y el “Telediario” entero puede caer si se dispara con un buen chiste. Pero lo hiciste solo para despistar. En realidad estabas dando un gran rodeo profesional esperando que llegara el día en que pudieras poner tu programa al servicio del auténtico objetivo de tu vida: atacar vilmente a Cárdenas como hiciste el otro día en “Late motiv” con una hilarante imitación que lo presentaba como un telepredicador presuntuoso, un visionario de todo a cien, un discípulo cutre de Íker Jiménez que no viaja en la nave del misterio porque él es más de volar bajo y andar a pie.

Pero Cárdenas vio la jugada porque vive alerta. No le engañaste porque es muy listo. Denunció la injusticia porque vela por la verdad. Y creemos sus palabras porque es nuestro líder. Y llama las cosas por su nombre. Y va con la verdad por delante. Y no le tapa la boca nadie. Y dos huevos duros.

Por eso Cárdenas bajó de la montaña destilando ira y como si fuera Zaratustra escupió que eres un vendido, un cutre y un fracasado. A no ser que solo sea un resentido que reaccionó contra ti porque le fastidió que su imitador, aun esforzándose por hacer un discurso errático, resultaba más coherente que él; aun intentando vocalizar mal, se le entendía mejor que a él; y aun tratando de ponerse borde, caía más simpático que él. Que todo puede ser.

3/2/17

AÍDA NÍZAR COMO PROBLEMA SANITARIO



Ya tenemos los primeros resultados del experimento. Y son muy interesantes. Durante los últimos años se ha realizado un macroestudio de salud pública basado en animar a las personas a mirarse el ombligo, a defender que ellas son lo único que les debe importar, a creer que todo existe por y para ellas. Que la realidad es lo que a ellas les apetezca porque la realidad la crea cada cual según le da la gana. Sin la menor vergüenza. Se ha planeado con cuidado que todo el mundo escuche diez veces al día que es especial e irrepetible. Se ha glorificado el gusto como el criterio para valorarlo todo y la diferenciación idiota como la única razón para existir. Se ha convertido al egocentrismo en una virtud y a Narciso en un tipo moderado.

La aparición de “Las Kardasian”, Eduardo Inda o las diatribas de Cárdenas contra Buenafuente (pero, bueno, ¿en qué mundo delirante automantenido vive ese grimoso insoportable?) ya indicaban de forma preliminar los efectos de este estudio sobre los trastornos de personalidad. Pero ahora se ha presentado “Adora tu vida”, un vídeoclip de Aída Nízar que se considera por fin el primer resultado oficial de este experimento. Inaugura una nueva era, como el “Discurso del método” de René Descartes inauguró la filosofía moderna o el “Shaw nuff” de Charlie Parker y Dizzy Gillespie inauguró el bebop. Corran a youtube y véanlo, eso sí, sosteniendo una palangana con ambas manos. “Soy una mujer sensacional en todos los sentidos […] me enamoro cada día un poco más de Aída […] adoro adorarme […] Aída claro que está enamorada, enamorada de sí misma […] si buscas ‘felicidad’ en el diccionario encuentras el nombre de Aída Nízar […] esta Juana de Arco se deja de hostias y grita al mundo que ojalá hubiera más Aídas Nízar”.

Ya tenemos resultados. Ahora ya sabemos lo que producen la basura de los libros de autoayuda de Rafael Santandréu, la basura de los programas de televisión como “Gran Hermano” o la basura de los productos de Mr. Wonderful. Habrá que empezar a tomar medidas ante este nuevo problema sanitario.

2/2/17

HORMIGAS A LA PANTOJA


“Stay”, el mayor éxito en la carrera de Jackson Browne, es sin duda la peor canción que grabó jamás este intérprete. Puedo aceptar la dignidad de algunos trabajos de Mercedes Milá a lo largo de muchas décadas de carrera, pero es obvio que nunca hizo nada peor que “Gran Hermano”, el programa que mayor reconocimiento le ha proporcionado. Tanto triunfó “Crónicas marcianas” que, por mucha tertulia política a la que acuda ahora Xavier Sardá, no olvidaremos la responsabilidad protagonista que tuvo en un programa tan detestable como aquél. “Vicky Cristina Barcelona”, la peor película de la maravillosa filmografía de Woody Allen y una de las peores que se han filmado en el planeta Tierra a partir de Georges Méliès, supuso el mayor éxito de taquilla en los Estados Unidos durante la segunda mitad de la carrera del neoyorkino. Sí, amigos, la columna de hoy trata sobre la visita de Isabel Pantoja a “El hormiguero”; resumiendo: “El hormiguero” más visto de la historia de “El hormiguero” fue el programa más vergonzoso que jamás realizó Pablo Motos.

Nunca tuve el gusto de saborear el pollo a la Pantoja, pero les aseguro que las hormigas a la Pantoja me supieron verdaderamente mal. No milito ni mucho menos en la nutrida Asociación de Despreciadores Acérrimos de “El hormiguero”, pero el programa del otro día fue una noria que te llevaba de forma mareante del patetismo -¡Kiko Rivera alabando lo guapa que estaba viendo a su madre en la televisión en un programa en diferido!- al aburrimiento -jamás preparar un gazpacho tuvo tan poca gracia-, pasando por el peloteo ridículo -¡se acordó previamente ni siquiera nombrar el único tema del que se ha estado hablando sobre Isabel Pantoja en los últimos años!- y el error completo de estrategia -Atresmedia no podría tener peor idea a largo plazo que intentar competir en terreno de Mediaset-.

Cinco millones de espectadores. La mayor audiencia de la historia de “El hormiguero”. Un listo se recupera pronto de un fracaso, pero un tonto jamás se recupera de un éxito, dijo Oscar Wilde. En la deriva que tome "El hormiguero" a partir de ahora Pablo Motos tendrá ocasión de demostrarnos si tiene o no un pelo -naranja- de tonto. Yo creo que no.

1/2/17

CUÉNTAME, RAJOY


El director J. A. Bayona está muy enfadado con Rajoy porque el presidente del gobierno de España reconoce que no ha visto ninguna película aspirante al premio “Goya”. Eso no significa que a Rajoy no le guste el cine, por supuesto, pero chirría. No me imagino a un presidente del gobierno español declarando que no lee literatura española, o que no asiste a las representaciones de teatro de obras españolas, o que no va a conciertos de grupos españoles, o que los recitales de poetas españoles no le dicen nada, o que pasa de la moda española, o que nunca come en los restaurantes con “chefs” españoles, o que le refanfinfla la ciencia hecha por españoles o… ¡Ajá! No me puedo imaginar a Rajoy diciendo alto y claro que él no ve series españolas.

De las poco elegantes declaraciones anti-cine español de Rajoy se deduce que nuestro presidente jamás ve las películas de “Historia de nuestro de cine” en La 2. Allá él. A lo mejor a Rajoy le gusta el cine sueco, iraní, argentino o incluso, cielo santo, el cine francés. Todo es posible tratándose del hombre que cree que va a bajar el precio de la luz porque va a llover. Pero lo más probable es que el señor presidente no sea aficionado al cine, ni a la literatura, ni a la música, ni a ninguna de esas pijadas que tanto gustan a la extrema izquierda neovenezolana. Y, sin embargo, estoy seguro de que Rajoy jamás diría que no ve “Cuéntame cómo pasó”, que no sabe qué es “El ministerio del tiempo”, que no le suena de nada “Velvet”, que nunca oyó hablar de “La que se avecina”, que “Águila roja” ni fu ni fa y que no es partidario de que TVE reponga las imprescindibles “Historias para no dormir” de Narciso Ibáñez Serrador. Algo tienen las series de televisión, aunque sean españolas, para que ni siquiera el Increíble Hombre de las Declaraciones Estúpidas se atreva a meter la pata en ese charco y vomitar su desconocimiento con la tranquilidad con la que Donald Trump vomita decisiones que nos revuelven el estómago. Ni siquiera creo que Rajoy vea series, españolas o no, pero sí creo que el Primer Motor Inmóvil de nuestra política sabe que puede meter la pata con el cambio climático, con el precio de la luz o con la Eurocopa, pero nunca con la familia Alcántara.