31/12/17

CARMEN FRANCO HA MUERTO


Uno de los mayores peligros de que una televisión pública como TVE tenga, sostenga y mantenga en su programación una porquería inmunda como “Corazón” está en que se produzca una porquería inmunda de noticia que lo justifique. Como la muerte de Carmen Franco.

Hombre, en realidad, un buen equipo de periodistas, con un poco de sentido de su oficio, de la historia y de la responsabilidad, trabajando en un buen programa de televisión preocupado por ofrecer lo mejor a sus telespectadores, y al servicio de una cadena de Televisión seria y en condiciones, si es pública mejor que mejor, podría haber hecho algo bueno e incluso memorable con esta noticia. Pero ese no es el caso de los trabajadores de “Corazón” (no sé si son periodistas, lo dudo), del programa “Corazón”, ni de TVE. Así que, en su emisión de anteayer, “Corazón” recogió esta porquería inmunda de noticia como una más de las porquerías inmundas de noticias que constituyen su porquería inmunda de programa, y que dan sentido —paradójico, humillante, desconcertante— al hecho de que TVE tenga, sostenga y mantenga en su programación un espacio así.

“Fallece Carmen Franco, la madre de Carmen Martínez Bordiú” dijeron como apertura y más importante porquería inmunda de noticia del día. El corazón de quienes ven “Corazón” da un vuelco al darse cuenta de que es verdad: qué mejor presentación para quien ha vivido como una reina toda su vida sin dar un palo al agua pero ha regalado a los españoles una hija que concursó (contrato oculto mediante) en otra porquería inmunda de programa de TVE como fue “¡Mira quién baila!”.

Afortunadamente para esta dinastía de artistas y sus seguidores, que los tiene y tienen derecho a ver cómo sus estrellas siguen disfrutando de sus privilegios, la existencia de una porquería inmunda como “Corazón”, ha llenado de luz y de color la porquería inmunda de noticia, evitando algo tan pasado de moda como que fuera un funcionario gris quien saliera por la tele diciendo compungido: “Españoles, Carmen Franco… ha muerto”. Cuánto mejor.

30/12/17

IGNORANTE, IGNORANTE


La periodista Berta Collado (“Amigas y conocidas”, en La 1) debería pedir perdón a sus profesores y a todos los periodistas por la vergüenza que pasaron viéndola anteayer en la gala “Inocente, inocente”. Lo de Ana Obregón es peor. Con pedir perdón no basta. El Ministerio de Educación debería desmentir oficialmente que esta señora sea bióloga para evitar que los biólogos huyan abochornados del país y los estudiantes abandonen unos estudios inútiles.

Son las consecuencias de la última gala “Inocente, inocente”, donde la buena intención no se discute, pero el resultado es cruel. Vale que el patinador Javier Fernández crea que asiste al descubrimiento de un Picasso detrás de un cuadro de una galería de arte; y que el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, crea que un pastor pretende atravesar su campo con un rebaño de ovejas “chuminas” —mitad churras, mitad merinas—. Entra dentro de lo posible. También se disculpa que El Arrebato (cantautor) y Cecilia Gómez (bailaora) piquen en las mismas bromas que gastaron a Collado y Obregón. Pero nada más.

Por mucha palabrería pseudocientífica que se use, ningún bachiller —y menos un universitario— se puede tragar como Collado que tres científicos trabajan haciendo una máquina del tiempo y en un experimento improvisado se traen a Cervantes al presente sin querer. Y ningún bachiller —y menos un universitario, muchísimo menos si es biólogo— puede reaccionar como Obregón ante la caída de meteorito a su lado.

Obregón no paraba de grabarse con el móvil y chillar incongruencias alrededor de un “cráter” hecho con un volquete de arena que no hubiera recibido el visto bueno ni de Íker Jiménez. Llegó un “científico” vestido de montañero y sobre la marcha tomó de su interior una muestra de “material biológico” que guardó con exquisita asepsia ¡en una bolsa transparente con cierre zip! ¡La primera prueba de vida extraterrestre, la mayor noticia de la historia de la humanidad, y Obregón venga a hacerse vídeos repitiendo lo nerviosa que está porque hubo mucho ruido! Autoridades educativas, rectores, ministro, como ella dijo al ver el “cráter”: “Es espantoso, por favor, ‘hacer’ algo”.

29/12/17

EL CEREBRO REPTILIANO DE #0

No se dejen engañar por su brillante realización. “Otros mundos” -el nuevo programa de #0 que, según su página web, supone… intentaré escribirlo sin reír… un paso más en la apuesta de #0 por la investigación histór… ¡juajuajuajua! nada, no he podido- es la misma basura para anormales de siempre. Contra lo que se afirmó durante el estreno, no es buena cosa llegar a la edad adulta con las categorías mentales de un niño; enorgullecerse de ello cambia el pronóstico de “reservado” a “gravísimo”. #0 debería replantearse su apuesta por la investigación histór… -¡juajuajua! otra vez-, si ofrece un programa a alguien que cree que una leyenda del siglo XII sobre unas luces que vio Alfonso VIII al tomar Cuenca o un cráneo neolítico con un agujero –“de bala” lo añades tú, Javier Sierra, ¡incluso después de que un antropólogo forense te diga que no! ¡vaya jeta!- son grandes enigmas de la Historia.

La parapsicología, siempre chusca, facha y con olor como a no ducharse, chirría especialmente cuando es ofrecida por una plataforma sofisticada y vanguardista como Movistar+. Descos de última generación, mandos a distancia futuristas, multiplataformas, para que al final se nos time con espíritus y extraterrestres del tío Belarmino. Por eso, no hay que olvidar que en la evolución las estructuras nuevas no sustituyen a las viejas, sino que las envuelven. El neocórtex envuelve al cerebro mamífero, y éste envuelve al cerebro reptiliano. En #0 “Late Motiv” envuelve a “Dame veneno”, y éste envuelve a “Otros mundos”. El programa de Javier Sierra es el cerebro reptiliano de #0, sede de ensimismamientos y motivaciones muy elementales, antítesis de todo lo que signifique inteligencia, progreso y principio de la realidad. Podrá manifestarse de formas visualmente elaboradas, pero el aliento profundo que da vida a “Otros mundos” no es el del niño Javier Sierra, sino el de un cocodrilo. Lo que sin duda puede tener serias repercusiones en la apuesta de #0 por la investigación histór…-¡juajuajuajua! nada, no hay manera-.

28/12/17

"INSPIRADORA DE LA SERIE THE CROWN"

Cada temporada de “The Crown” le cuesta a Netflix unos 130 millones de dólares. La monarquía británica le cuesta al Tesoro británico unos 110 millones de dólares al año. Podemos afirmar por tanto que hemos encontrado por fin un mapa que es mayor que el territorio que describe, una biografía que es más importante que su protagonista, un retratado que intenta parecerse a su retrato. ¿Debió dimitir en el pasado la reina de Inglaterra y dar paso a la República Unida de Gran Bretaña e Irlanda del Norte? No diré yo que no, pero tengamos en cuenta que la empresa que más habría acusado en sus cuentas tal eventualidad no habría sido la corona británica, sino una productora de series de televisión llamada Netflix.

“The Crown” es definitiva, prodigiosa. En su delicadísima cinematografía, en sus interpretaciones de hielo moldeable, en sus diálogos de creíble solemnidad -V.O., of course!-. Los nuevos diez capítulos de la segunda temporada que nos ha ofrecido Netflix recientemente confirman que esta producción comercial compite en una liga extraña del mercado audiovisual en donde sólo hay dos reglas del juego: primar la calidad sin permitir la menor concesión a la comercialidad y no preguntarse nunca cuánto va a costar el plano que estamos rodando. No se trata tanto de que vaya venciendo a sus rivales en esa liga; es que simplemente no los tiene.

El papa Inocencio X ya es ante todo el modelo del retrato que pintó Velázquez. La entrada de Wikipedia dedicada a “Ciudadano Kane” triplica en extensión la que está dedicada a William Randolph Hearts. Netflix planea producir seis temporadas de “The Crown”, cambiando todos los actores cada dos temporadas para ir cubriendo diferentes momentos del reinado de Isabel II de Inglaterra. No necesita incluir el rótulo de “basada en hechos reales”. Quizá al término de la serie, Netflix comience a cobrar derechos de ficción a la casa real británica y sea ésta la que deberá incluir en su sello la leyenda “inspiradora de la serie de televisión ‘The Crown’”.

27/12/17

NO HAY GOLES EN LUXOR


En caso de duda, el Nilo. Una canción de los Beatles, un libro de Julio Verne, un vestido negro, una cita de Mafalda, un vermú el domingo por la mañana, una película iluminada por la media sonrisa de Humphrey Bogart o los ojos de Gene Tierney, un capítulo de “Doctor en Alaska”, un sofá delante de una chimenea, la lluvia en el cristal. Todo eso nunca falla. Pero el Nilo está a otro nivel. Ponga un documental sobre el Nilo en su vida y los límites del mundo se ensancharán hasta convertir al desafío belga-catalán o los necios tuits escritos por el Hombre Naranja en algo tan insignificante como una pregunta de Pablo Motos a Jared Leto o a cualquiera de los invitados de “El hormiguero”. ¿Lleva diez minutos tocando los botones del mando a distancia con la esperanza de no toparse con un documental sobre los extraterrestres, anuncios, una película de Steven Seagal, anuncios, la remisión de un capítulo de “Aquí no hay quien viva”, anuncios, Puigdemont imitando a Tip hablando francés, anuncios, concursantes de “Gran Hermano”, concursantes de “First Dates”, concursantes de “MasterChef”, concursantes de “Operación Triunfo” o concursantes de las tertulias de Trece? No pierda más el tiempo. El Nilo.

El capítulo de la serie documental “Barcos extremos” (La 2) dedicado al descenso del Nilo nos propone acompañar a Holly Morris en un viaje desde Asuán a Luxor pasando por Kom Ombo y la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, pero el auténtico protagonista es el Nilo y, con el río que parió a Egipto, una faluca y un  barco de los años 20 que se mueven por el agua con la delicadeza con la que Iniesta se desplaza por un campo de fútbol. Sin embargo, les sugiero que presten atención a la ensordecedora ausencia de turistas en los grandes monumentos egipcios (Holly Morris pasea sola por el templo de Luxor), la desoladora imagen del restaurante semivacío del barco “Sudán” (sólo tres viajeros) y los rostros desconcertados de los egipcios que no tienen turistas a los que trasportar. Sin entrar en consideraciones políticas, la cuestión es que el templo de Luxor sin turistas es más feo. A los viajeros les gusta disfrutar de las maravillas de Egipto en soledad o, como mucho, en compañía de unos pocos, como Poirot cuando visita Luxor en “Muerte en el Nilo”. Pero los turistas sabemos que el templo de Luxor vacío, un restaurante sin clientes, un conductor de carro aburrido o una tumba maravillosa visitada sólo por los restauradores y arqueólogos no son más bellos, sino tan tristes como un futbolero cuando grita “¡gol!” en una grada desierta o en un bar vacío. No me imagino a Poirot celebrando un gol, pero me habría gustado ver a Holly Morris abrazando a otros turistas tras la victoria de su equipo en Luxor.

26/12/17

LOS ENIGMAS SECRETOS OCULTOS DE JESÚS


Los telespectadores raros dicen que en la tele ven documentales. Los muy raros, además de decirlo, los ven. Podrían ser felices con los canales temáticos, pero no es tan fácil. Todo lo emiten con la misma etiqueta: “documental”, y así es imposible aclararse.

Por ejemplo, un raruno típico (sí, raruno y típico a la vez, qué pasa) se atornilla anteayer al sofá de dos a diez y sintoniza National Geographic dispuesto a darse un atracón, pero no es de series, así que no se lo puede contar a nadie. Primero, “Los enigmas de la Biblia”. ¿Enigmas? ¿Biblia?, vaya por Dios. Después, “Los secretos de la Biblia” en tres capítulos. Qué peligro, los “secretos” sustituyen a los “enigmas”. Luego, “Los secretos de la tumba de Jesús”, que no suena mejor. Y, de guinda, “Jesús, el ascenso del Cristianismo” (bueno, tres guindas, porque son otros tres capítulos).

¿Se enfrenta nuestro héroe a casi diez horas de divulgación más o menos compleja, pero siempre seria y honesta, sobre un asunto con el que podrá dar la chapa en las comidas navideñas —como a él le gusta—, o no son más que chifladuras en las que la arqueología, la historia de las religiones, la filología, la sociología, la filosofía y la historia son sustituidas por suposiciones gratuitas, afirmaciones sin contrastar y locuras pseudocientíficas? Imposible saberlo. Todo es lo mismo: “Documental”. Habría que verlo para saber si valdría la pena haberse puesto a verlo, lo que es un problema lógico peor que esa tontería de ser raro y típico a la vez.

Un cinéfilo tiene a su alcance miles de herramientas fiables que valoran diferentes parámetros para saber a qué se expone si elige ver una peli. Un consumidor de series, como cualquier televidente en general, dispone de referencias para saber fácilmente dónde se mete. A no ser que vea documentales. Entonces tiene que abrir melones como único modo de saber si vale la pena abrirlos.

Ah, y vea si puede los documentales nombrados antes. Son serios, algunos realmente buenos, y no se andan con pamplinas. Lo sé porque, eh, me lo dijo el típico amigo raro que tenemos todos.

24/12/17

IRSE A CORNUALLES

La nochebuena es el mejor momento del año para irse a Cornualles, o para aprender cómo se cocina un salteado de noodles y pollo, o para construir una mesita de noche a partir de una silla vieja. Sé que éstas no son actividades que habitualmente despierten un gran interés, pero todo depende del contexto. Y cuando la alternativa es “Telepasión 2017” en TVE, pujar en una subasta por una espada de Star Wars, pasear por los humedales del río Congo, incluso descubrir el vínculo de los presidentes de los EE.UU. con los alienígenas, puede resultar una posibilidad irresistible. Basta con aprovechar la brasa que la tía Avelina estará dando durante la cena para adueñarse del mando a distancia y sintonizar disimuladamente a las 22:00 horas Viajar, Canal Cocina, Decasa, Odisea, National Geographic Wild y Canal Historia, respectivamente.

Se critica a los canales temáticos una suerte de ensimismamiento. Como en los casinos de Las Vegas, que imitan a todas horas la luminosidad de un mediodía para que los jugadores pierdan la noción del tiempo, para Multideporte 1, Mega o Nickelodeon no hay madrugadas ni medias tardes, no hay lunes ni domingos, eneros o agostos. ¿El parlamento catalán declara la república? Kourtney Kardashian sigue disfrutando de su viaje por México en Fox Life. ¿Donald Trump traslada su embajada en Israel a Jerusalén? Se mantiene el 0-0 en el Juventus-Roma en Being Sports. ¿Cientos de muertos en un atentado islamista en Egipto? José Boily continúa explicando la técnica de la caza del caribú de invierno canadiense en Caza y Pesca.

Pero esto, que habitualmente podría considerarse un defecto, se torna en una virtud encomiable durante las desesperantes navidades televisivas. No es obligatorio que el 24 de diciembre sea Nochebuena. El 24 de diciembre puede convertirse, con un simple zapeo, en un 5 de marzo, día de San Piran, patrón de Cornualles y, al menos para mí desde hoy, abogado de los que sentimos por las navidades en general, y la nochebuena en particular, un repelús perezoso insuperable.

23/12/17

"TREINTA Y SIETE ESCAAAAÑOS"


Propongo que los resultados de las próximas elecciones se decidan mediante un sorteo. Y propongo que los resultados de la próxima lotería de Navidad se decidan mediante una votación. Sólo para ver qué pasa. Durante un par de días las pantallas se han llenado de cifras, y el futuro, la esperanza y la victoria se han convertido en una cuestión numérica. Todo lo que existe, existe en una determinada cantidad, aunque en ocasiones los dígitos no tengan una naturaleza cuantitativa -los números de lotería- ni cualitativa -los números de escaños-. El deseo de que el premio gordo se encuentre muy repartido tiene algo de anhelo democrático, y las oscilaciones que ponen o quitan una mayoría absoluta saben a azar y teoría del caos.

Así que imaginemos un Al Rojo Vivo -en la mesa Xavier Sardá, Ignacio Escolar, Pablo Simón- con Ferreras retransmitiendo el sorteo de las elecciones catalanas. Dos niños de San Ildefonso se hallan ante dos bombos que comienzan a girar. Dos bolas caen a las copas. “Esquerra Republicaaaana de Catalunya” canta uno de los niños, “treinta y dos escaaaños” contesta el otro. “Ciuuudadanos”, “treinta y siete escaaaaaños”, y la mesa de laSexta se vuelve loca. “¡Ya tenemos el ganador de las autonómicas!”. E imaginemos también un Espejo Público -en la mesa Albert Castillón, Elisa Beni, Pilar Cernuda- con Susanna Griso retransmitiendo el escrutinio de las elecciones al gordo de Navidad. Apoderados, mesas, defensores de los números primos aportando observadores que eviten el pucherazo. Con el noventa y cinco por ciento del voto escrutado ya se puede saber casi con seguridad qué número será el premiado.

“Detrás de los números hay personas”, dice alguien. “¡Pues que se aparten!”, contesta El Roto. Tras las doce horas que mediaron entre los 70 escaños independentistas y el 71198 como gordo de Navidad, ya no sé qué es peor, que los números no dejen ver a las personas o que las personas no dejen ver a los números.

22/12/17

MATEMÁTICAS RECREATIVAS


La probabilidad de que la tele dedique su tiempo a explicar la bajísima probabilidad que hay de que nos toque el gordo en el sorteo de la Lotería de Navidad es tan baja que es más baja que la probabilidad de que nos toque el gordo. O sea, que tienes que ver y ver y ver la tele durante horas y horas y horas en las que tragas ilusión, anuncios, ilusión, reportajes, ilusión, más anuncios y más ilusión hasta que, un día, además de las habituales noticias sobre la preparación de los bombos, la preparación de las bolas, la preparación de los niños de san Ildefonso, la preparación de las unidades móviles y personal técnico de la cadena, y la preparación de los presentadores que retransmitirán el acontecimiento, te encuentres con una excepcional noticia en la que explican la bajísima probabilidad que hay de que nos toque el gordo. Si, como me ocurrió a mí en un “Telediario” de esta semana, tú también has visto esa noticia, estás de enhorabuena, ¡te ha tocado el gordo!

La noticia habla de una iniciativa de la Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas que sale a la calle con una mesa plegable y 2,7 kilos de arroz a ayudar a los transeúntes a visualizar lo poco probable que es que nos toque el gordo: es como meter la mano en esa saca con cien mil granos de arroz y sacar uno en concreto teñido de rojo. La probabilidad de acertar la Primitiva es menor aún, de uno entre 13 millones, y requetemenor en el Euromillón, que es uno entre 113 millones. Para estas cifras, los profes de matemáticas de la mesa plegable y más valor que el Mío Cid ya no traen arroz porque se saldrían del presupuesto.

Hoy es 22 de diciembre. ¿Ya terminó el sorteo? Pongamos la tele. La probabilidad de no ver a alguien exultante explicando su truco para acertar basado en amuletos, talismanes, rituales, pálpitos, sueños, intuiciones, coincidencias y corazonadas es tan baja que es más baja que la probabilidad de que nos haya tocado el gordo.

21/12/17

CUENTO DE NAVIDAD


Anteayer por la tarde, Telecinco contó un cuento de Navidad. A diferencia de los demás cuentos, los de Navidad siempre son bonitos, tiernos y reconfortantes. Eso está bien. Lo malo es que, como todos los cuentos, los de Navidad también son mentira. Y da igual que hayan ocurrido de verdad, no por eso dejan de ser cuentos y no por eso dejan de ser mentira.

Ocurrió en “Pasapalabra”. Había una vez un concursante que concursaba y concursaba pero nunca terminaba de ganar el rosco. Una y otra vez se acercaba al gran premio final, pero en el último momento, siempre fallaba algo. Para añadir emoción a su frustración y la nuestra, y para preparar la agitación de su hipotético futuro triunfo, ya nos habían contado que estaba en paro, estaba casado, tenía una hijita. Tras meses de frustración, el concursante bate el récord de permanencia en el programa, pero sin llegar a tocar el cielo como quienes en “Pasapalabra” completan alrededor de su cabeza una aureola toditita hecha con letras verdes.

Y al final, nuestro héroe lo logró. Justo cuando mejor venía a la cadena para empezar al día siguiente con los concursos especiales de Navidad, mira qué bien. Qué mejor que un cuento navideño en el que un parado logra su sueño y anuncia que dedicará el premio a hacer el bien: darle a su hija la mejor educación, viajar con su mujer, y salir del paro abriendo una librería.

Sí amiguitos, estudiando se arregla todo. Un título, dos, los que sean, tú estudia como hizo nuestro campeón y la justicia social llegará sola volando del cielo aunque sea en forma de concurso de la tele. Otro bonito cuento, aunque este ya no es solo de Navidad. Dicen que estudiando se arregla todo, sobre todo si aciertas el rosco o si aceptas marchar a otro país a buscar un trabajo con una actividad y un sueldo acordes con tu sobrecualificación lograda con tanto esfuerzo.

Fue tan bonito, tierno y reconfortante el cuento que contó “Pasapalabra”, que después volvieron a contarlo en los informativos de Telecinco. Fue el mejor de todos los cuentos contados por los informativos del día.

20/12/17

CIEN COSAS QUE HACER CON UN COMUNISTA


Mercedes Fernández, presidenta del Partido Popular en Asturias, dice que los comunistas son pesimistas y, por lo tanto, tristes, mientras que ella (mujer de derechas, y tal y tal) es optimista. Interesante. Estoy con Fernández porque creo que uno de los males de la izquierda es que se ha dejado llevar por el optimismo, por el alegre asalto a los cielos, por el buenismo considerado como un arte político. La izquierda tiene que ser pesimista y dejarse de sentimientos, corazoncitos, sonrisas, abrazos, besos y vamos todos juntos de la mano en busca de arco iris. El delantero argentino Martín Palermo era conocido como “el optimista del gol” porque peleaba todas las jugadas hasta el límite, pero yo creo que Palermo era un gran delantero precisamente porque era un pesimista del gol. Palermo nunca daba un balón por perdido, es cierto, pero porque era tan pesimista que siempre creía que esa jugada imposible podía ser la mejor opción de marcar gol en un partido de mierda. La izquierda, como Palermo, tiene que pelear con uñas y dientes cada jugada como si de esa jugada dependiera el triunfo del proletariado y la derrota de los optimistas de derecha. Y con esto quiero decir que me gustaría ver una serie infantil con guiones pesimistas. Me parece que lo más cercano a esa serie pesimista es “El joven Sheldon”, y lo más alejado “100 cosas que hacer antes de ir al instituto” (Clan).

Al joven Sheldon Cooper le ocurría lo mismo que a Descartes, que sólo conseguía enfadar a sus compañeros cuando le preguntaban qué hacía a las once de la mañana en la cama y respondía: “Pensar”. Descartes se fue a vivir a Holanda porque decía que los holandeses estaban tan ocupados ganando dinero que le dejarían en paz. Se equivocó. El joven Sheldon sólo quería pensar en paz, pero su familia, sus compañeros, sus profesores  y sus vecinos no dejaban de fastidiarle. Como Descartes, Sheldon tuvo que largarse para que la vida no fuera un infierno. En cuanto a “100 cosas que hacer antes de ir al instituto”, reconozco que la serie es divertida, que CJ Martin es una niña encantadora y que con ella aprendemos cosas buenas acerca de la amistad, el amor y el compañerismo, pero el resultado final es tan optimista que creo que una de las cien cosas que deberían hacer nuestros niños antes de ir al instituto es no ver esa serie o, al menos, verla en compañía de un comunista. Un comunista de los antes, claro.

19/12/17

AMOR Y ODIO A LOS CONEJOS



No se puede andar soltando palabras nuevas en una lengua así como así. Las lenguas son delicados engranajes que funcionan gracias a minuciosos equilibrios, y una palabra nueva, innecesaria, amorfa, puede desencajarlo todo. Como una especie invasora en un ecosistema extraño. A mediados del siglo XIX Thomas Austin liberó cerca de Melbourne veinticuatro conejos por aquello de echarse unas risas cazándolos. Cincuenta años más tarde -ah, las progresiones geométricas- la población de conejos australianos superó los diez mil millones de individuos. Arrasaron la fauna y la flora autóctona. Estupefactos, las autoridades intentaron frenarlos introduciendo zorros, pero los zorros prefirieron comerse a los marsupiales; levantaron vallas, pero los conejos las sortearon; difundieron virus, pero aparecieron conejos resistentes a esos virus. Ciento cincuenta años después de Thomas Austin, Australia aún no tiene resuelto el problema de los conejos.

Sinceramente, temo que la palabra “amodio”, creada por Campofrío para referirse a sentimientos que fluctúan entre el amor y el odio, irrumpa en la lengua española como los conejos en el sur de Australia. La empresa de embutidos charcuteros ha presentado su habitual campaña de Navidad plagada de inesperados famosos -¿Eljuez Garzón? really?- para celebrar en tono hedónico nuestra idiosincrasia patria. Al parecer, somos el único país del mundo cuyos ciudadanos tienen sentimientos encontrados y ambivalentes hacia aspectos de la vida cotidiana. Fíjate. Y la campaña potencia el neologismo “amodio” como el colmo del ingenio en una jugada comercial cuya irresponsabilidad deja a Thomas Austin al nivel de un ecologista menonita.

Detengamos “amodio”. Ahora, que aún no se ha extendido. Aprendamos de nuestros antípodas que después no habrá depredador, valla o virus que pare a esta especie invasora. Puede parecer trivial, pero no lo es. Si no, dentro de ciento cincuenta años estaremos haciendo la compra en el supermercado y nuestros hijos, al coger productos de la sección de charcutería, se quejarán diciendo que sienten amodio hacia las lonchas de conejo Campofrío, las únicas que habrá en el expositor.

18/12/17

¿QUIÉN AFEITA A MONEGAL?


Bertrand Russell planteó la paradoja del barbero para explicar las contradicciones en las que puede incurrir un sistema -un lenguaje, un modelo matemático, una legislación- cuando se toma a sí mismo como objeto de análisis. Un barbero afeita a todas las personas que no se afeitan a sí mismas y sólo a ellas, y todas las personas que no se afeitan a sí mismas son afeitadas por el barbero y sólo por él. ¿Quién afeita al barbero? Si no se afeita a sí mismo entonces se afeita a sí mismo, y si se afeita a sí mismo entonces no se afeita a sí mismo. Yo siempre miento. Esta frase tiene cinco palabras. Esta frase no tiene cinco palabras.

La paradoja del barbero estuvo sobrevolando la mejor hora de televisión de la pasada semana -no, amigos, el vídeo de las hipotecas fijas no cuenta como “televisión”-, que no fue otra que el delicioso repaso que Ferrán Monegal hizo de la manipulación televisiva durante “La sexta noche” de anteayer. Lúcido, afilado, divertido, inmisericorde, socarrón, interesante, dinámico, sencillo, valiente. Que la mejor televisión sea la televisión que analiza la televisión es prueba de potencia y debilidad, pero sobre todo demuestra la adecuación del medio a este tiempo narcisista y autorreferente. Urge dar continuidad y estabilidad a las intervenciones de Monegal en televisión y si ese programa fijo se lo conceden alguna de las cadenas despedazadas el pasado sábado -TVE, TV3, Canal Sur- el círculo se cerraría como una cinta de Moebius en una impecable paradoja que estremecería de fascinación lógica al mismo Bertrand Russell.

Demostrando que la televisión es espantosa, queda demostrado que la televisión es maravillosa. Y demostrando que la televisión es maravillosa, queda demostrado que la televisión es espantosa. ¿Quién le afeita ese bigote de tan buena puntería a Ferrán Monegal? Las televisiones -públicas, privadas, autonómicas y mediopensionistas- siempre mienten. Esta columna no termina con esta frase. Esta columna termina con esta frase.

17/12/17

CONTRA EL SILENCIO Y CONTRA EL RUIDO


Imaginemos que Arguiñano, en medio de los miles de programas que lleva hechos, mira a cámara, pone cara intensa —como de Carlos Herrera— y dice: “Y ahora voy a explicar cómo se cocina un plato que sirve para alimentarse y nutrirse”. ¿Cómo que “ahora”?, diríamos, ¿qué es lo que ha hecho estos años y seguirá haciendo otros muchos más que cocinar platos que sirven para alimentarse y nutrirse?, ¡todos los platos, bien o mal, alimentan y nutren! Otro tanto ocurriría si en medio de un “Telediario” anunciaran que van a dar una noticia, o si en un “Cuarto milenio” Íker Jiménez diera paso al “Mundo insólito” de Carmen Portet explicando que va a contar una tontería. Solo Pablo Carbonell tenía el valor de decir en medio de los conciertos de Los toreros muertos: “Y ahora… ¡una canción!”.

Esta semana, Antena 3 tuvo la buena idea de dedicar una noche a denunciar la violencia de género con el especial “Contra el silencio”. El martes, primero emitió una peli terrible basada en un caso real, y después Mónica Carrillo presentó un debate sobre el tema. La promoción decía que el especial pretendía concienciar sobre la violencia contra las mujeres, fomentar las denuncias y sensibilizar sobre el problema. La promoción funcionó y el especial tuvo una buena audiencia, pero…

Todos los programas conciencian sobre algo, no solo los que se hacen con la intención o se anuncian como destinados a concienciar sobre algo. Todos los programas fomentan algo, no solo los que se hacen con la intención o se anuncian como destinados a fomentar algo. Y todos los programas sensibilizan sobre algo, no solo lo que se hacen con la intención o que se anuncian como destinados a sensibilizar sobre algo. Otra cosa es sobre qué conciencian, qué fomentan y sobre qué sensibilizan. Así que, señores y señoras de Antena 3, de Atresmedia y de la tele en general, plantéense en serio qué es lo que hacen el resto del año sobre este y otros asuntos. Y da igual con qué intención lo hagan y cómo lo anuncien. La pregunta siempre es: ya que se hace, ¿se está haciendo bien o mal?

16/12/17

GRACIAS, JORGE JAVIER


Dieciocho añazos recién cumplidos. “Gran hermano” se nos hace mayor. Si fuera mujer, podría hacer cosas de mujer como lucir vestiditos; si fuera hombre, podría hacer cosas de hombre como votar. No se pongan así que no es ninguna frase machista asquerosa ni nada. Es solo una metáfora de exaltación de la mujer. Al menos esa justificación machista asquerosa dio en 1996 Francisco Álvarez Cascos, entonces vicepresidente primero del Gobierno de Aznar, a esta sentencia: “Mañana la Constitución cumple 18 años. Si fuera niña se vestiría de largo; si fuera ciudadano, mañana podría votar”. Ya ven que tampoco es machista asquerosa. Es el sentido del humor propio de Miguel Ángel Rodríguez, portavoz de aquel Gobierno y posterior tertuliano televisivo con algún problemilla de incontinencia que va más allá de lo que pudiera revelar un control de alcoholemia.

¿Y para qué usará “GH” su mayoría de edad? Visto el fracaso de esta última edición que terminó anteayer, parece que para lamer sus heridas, para desaparecer durante una temporada, o, incluso, para darse la vuelta por donde vino y dejarnos en paz. Tal vez en esa vuelta consistiera la revolución que ya profetizaba “GH revolution” en su nombre. Pero no demos todo el mérito al nombre. Jorge Javier Vázquez, educado y prudente, dice que sería de idiotas pensar que no tiene nada que ver con los bajos datos de “GH” y pide disculpas a quienes piensan que no estuvo a la altura. Qué grande.

Pues que por educación y prudencia no quede. Tampoco aquí queremos ser idiotas, así que le reconocemos parte del mérito que suponen estos bajos datos y le felicitamos porque pensamos que estuvo a la altura de lo que el programa merecía. Gracias a JJ no tendremos que dedicar cuatro días a olvidar los últimos nombres que esta edición ha sumado a la larga lista de nombres de concursantes, finalistas y ganadores que ya fuimos olvidando cuatro días después de cada final. Esta vez, gracias, mil gracias, no llegamos a saberlos nunca. Mucho mejor así, dónde vamos a parar.

15/12/17

LA FRASE MÁS TONTA DEL AÑO



Es difícil elegir cuál ha sido la frase más tonta del año en televisión. Es como buscar la brizna de hierba más alta o del grano de arena más marrón. Pero yo ya tengo mi favorita y dudo que pueda escuchar una flipada mayor en los quince días que le quedan a diciembre. Anuncio publicitario de cremas Olay. Nuria Roca mira a la cámara y dice: “Estudios confirman que sólo muy pocas mujeres aparentan hasta diez años menos”. Después sigue hablando de no sé qué, pero yo ya he perdido la atención. “Estudios confirman que sólo muy pocas mujeres aparentan hasta diez años menos”. “Estudios confirman que sólo muy pocas mujeres aparentan hasta diez años menos”. No puedo pensar en otra cosa. Mi mente comienza a vagabundear…

“Hola, me llamo Anthony Rich y soy profesor de la Universidad de Worcester. Mi tema de especialización es el número de mujeres que aparentan hasta diez años menos. Dirijo el Women Pretending To Be Ten Years Younger Institute de Birmingham. No ha sido fácil llegar hasta aquí. Hice mi tesis doctoral sobre la apariencia de las pieles de las mujeres y después fundé el International Journal of the Women Skin Appearance. Con mi equipo de investigación, hemos estudiado repetidamente durante décadas cuántas mujeres aparentan hasta diez años menos, y una y otra vez hemos encontrado los mismos lamentables resultados: sólo muy pocas”.

No es la primera vez que Olay llega a los play off de la frase más tonta del año. Recordemos “con el tiempo tu piel puede empezar a parecer cansada porque las células pierden su energía” (2014) o “una mujer se mira en el espejo diez veces al día para ver qué ha cambiado y qué no” (2015). Pero este año los analistas coinciden en señalar que su candidata es imbatible. No sé si existen estudios que confirman que sólo muy pocas mujeres aparentan hasta diez años menos, pero afirmo sin necesidad de estudios que sólo muy pocos anuncios de cosmética tratan a las mujeres como si tuvieran diez años. Ni de más ni de menos. Diez años de edad mental a secas.

14/12/17

EL BENDITO SEXO Y LA MALDITA MUERTE


Es condición esencial del tabú su carácter prohibido, la imposibilidad de su exhibición pública, su represión. Sobre esto las sociedades no admiten excepciones: está en juego el colapso social total. Por motivos que intentaron aclarar Sigmund Freud o Marvin Harris, ninguna sociedad se ha dado en la Historia sin apoyarse en tabúes relativos al sexo y a la muerte, oscuridades que nunca se desvelan dentro de la propia cultura, y sólo son reveladas desde fuera -mucho después o muy lejos-. Algo raro en la naturaleza humana exige abordar la muerte y el sexo desde la falsa conciencia. Si usted -varón, mujer, de derechas, de izquierdas, ateo, creyente-, asiente pensando que esto ocurre con todos menos con usted, se equivoca terriblemente. Si tras leer esta última frase vuelve a asentir pensando que la ha entendido, vuelve a equivocarse: no, no la ha entendido. Y si usted es Jon Sistiaga y realiza para #0 un programa llamado "Tabú" en donde se dicen desvelar -¡por televisión y los desvela Bebe! ¡chúpate ésa, Levi-Strauss!- los terribles secretos que la sociedad reprime sobre el sexo y la muerte, debe entender que la ausencia de colapso social total al día siguiente de su emisión prueba que los que ahí se desvelaron no fueron los terribles secretos que la sociedad reprime sobre el sexo y la muerte.

Existen verdaderos secretos y secretos verdaderos. Existen falsos secretos y secretos falsos. La sociedad se dota de unas instancias que reprimen los tabúes y otras instancias que fingen desvelarlos. Son dos variantes del mismo proceso. Se prescribe tanto cómo se ha de ser como cómo se ha de ser si no se quiere ser como se ha de ser. No es un trabalenguas, lean la frase de nuevo. La excepción está tan prescrita como la norma, la anormalidad como la convención, el falso secreto como el secreto verdadero. Por definición, lo que se muestre en un programa que se llame “Tabú” no es el tabú siendo revelado sino el tabú fingiendo ser revelado. Estamos dentro. Simplemente, no hay salida. Falta mucho -mucho después o muy lejos- para poder entender qué cojones -¡tabú!- le ocurrió a la sociedad occidental durante el siglo XX y el XXI con el bendito sexo y la maldita muerte.

13/12/17

ARISTÓFANES BAJO EL COJÍN


El Gran Wyoming es nuestro Aristófanes no sólo porque, del mismo modo que en la antigua Grecia las comedias se representaban después de las tragedias, “El intermedio” se emite después de la tragedia de las noticias, sino porque las comedias de Aristófanes eran, como ahora las intervenciones de Wyoming, el contrapunto cómico y fantástico de la tragedia y el espacio en el que se permitía el chiste, la broma, la obscenidad y hasta la grosería, es decir, todo lo que está prohibido en la tragedia y en los telediarios (excepto en las noticias de deportes). Las comedias de Aristófanes mostraban el mundo al revés para que los atenienses pudieran verlo al derecho, y las incoherencias entre lenguaje y situación de las bromas de Wyoming o de los vídeos de “El intermedio” muestran el reverso del anverso (y viceversa) de Rajoy, del Papa, de Bárcenas, de Puigdemont o de los murcianos. Los políticos atenienses sabían perfectamente que tenían que aguantar el tipo ante las bromas de Aristófanes y no caer en la tentación de disparar sobre el bromista. No sé si a Rajoy le hace gracia Wyoming, pero me gustaría que  nuestros políticos tuvieran la misma sana costumbre que tenía Platón.

Dicen que, en el lecho de muerte de Platón y escondido bajo un cojín, se encontró una comedia de Aristófanes. El mismo Nietzsche, que no era precisamente un gran admirador de Platón, se alegró de que el gran filósofo griego leyera en la intimidad a Aristófanes, y no escondiera bajo un cojín textos más serios y “profundos”. Me pregunto si Rajoy esconde bajo un cojín monólogos de Wyoming y vídeos en los que se bromea con las declaraciones, tics y decisiones del presidente del Gobierno. ¿Qué tiene Bárcenas bajo el cojín? ¿Y Marta Rovira? ¿Y los independentistas catalanes y homeópatas que se enfadaron tanto cuando Wyoming bromeó acerca del precio pagado por algo sin existencia real y propuso cambiar la Declaración Unilateral de Independencia por Declaración Homeopática de Independencia? ¿Y Aznar, después de ser preguntado por Wyoming acerca del “ojo rebelde” de Leticia Sabater? Ojalá todos duerman con Wyoming bajo un cojín, y no con las descacharrantes encuestas telefónicas de “El cascabel” en Trece o las ensoñaciones del paseante belga. Pero lo dudo. Puede que debajo de los adoquines esté la playa, pero debajo de los cojines no suele estar Aristófanes.

12/12/17

EL VESTIDO DE PEDROCHE


La Navidad es tiempo de milagros. Yo creo que es gracias a los anuncios. El cada vez más madrugador aluvión de anuncios navideños consigue que milagrosamente estemos hartos de la Navidad mucho antes de que comience. El anuncio de la lotería de Navidad logra cada año el prodigio de que añoremos el del año anterior, con lo malo que era. Eso sin desmerecer que, en su conjunto, los últimos años de anuncios de la Lotería obran el portento de que echemos de menos al calvo aquél que nos ponía de los nervios soplando números. El último milagro navideño es el vestido de las campanadas de Cristina Pedroche.

Como Jano, dios romano de las puertas, los comienzos y los finales, el vestido de Pedroche tiene dos caras. Siendo uno logra lo imposible: que estropeemos la despedida del año con una expectación ridícula sobre cómo va a ser y cómo debería ser el vestido, y que fastidiemos la llegada del año nuevo con una ridícula polémica sobre cómo el vestido fue y cómo debería haber sido.

Alberto Chicote, acompañante de Pedroche en las Campanadas, ha hecho un anuncio muy simpático sobre el proceso de elección del vestido que se va a poner él para acompañar al vestido de ella (“No lo veo. Es que no lo veo. Huy... esto sí que sí. Con esto vais a flipar. Con esto arraso”). Pedroche, por su parte, ha hecho unas declaraciones menos simpáticas sobre cómo va a ser el vestido: “será atrevido, irreverente y transparente”. Si casi un mes antes de Nochevieja ya se está alimentando la expectación será porque cuentan con que la polémica durará también al menos otro mes después. Un mes más un mes, a mí me salen dos meses. Dos meses dando la tabarra con cualquier cosa es demasiado tiempo, pero, no me fastidien, más si se trata de un vestido.

Así que me borro. No quiero saber si el vestido será o fue más atrevido, irreverente y transparente que el anterior pero menos que el siguiente. Ni si ella hace bien, mal o ni fu ni fa con su vestido. Ni qué dice ella a lo que dicen de ella por decir lo que piensa sobre lo que piensan de ella y su vestido. Me marcho a febrero. Otro milagro navideño.

11/12/17

HOLA, ESPÍRITU SANTO


—Hola, me llamo Espíritu Santo, y soy acólito. Como persona divina formo parte de la Santísima Trinidad, y depender de otras personas me convierte en acólito. Pero eso lo llevo bien. Llevo peor cómo están las cosas desde que echan la misa por televisión. Creí que la tele ayudaría a difundir la fe y el séptimo día podría descansar. Pues no. Ahora tengo que soplar aun más que antes, ríete tú de los tres cerditos. Antes, entre las lenguas de fuego y el temor de Dios que quedaba del Antiguo Testamento (cómo lo añoro) la fe verdadera se difundía sola. Pero tanta herejía, tanto cisma y tanto espiritismo de pacotilla me tienen trabajando a destajo. Y para más inri está la misa en la tele.

Los audímetros dicen que “El día del Señor” lo ven cuatro gatos. Menos de los que van a misa, y mira que van pocos. Yo venga a soplar para haya más clientela, pero nada. Para que el Padre y el Hijo no digan que no hago mi trabajo tramé un plan divino. Inspiré a Pablo Iglesias para que pidiera retirar la misa de la tele pública. Como el chaval no se entera, lo hizo creyendo que era idea suya. Después moví algunos peones, como Bertín Osborne (“Es más un afán de acabar con la España que todos hemos mamado, que un ataque exclusivamente religioso”) y Carlos Herrera (“Estos tipos están durmiendo la borrachera a esa hora que sale la misa, la borrachera de cerveza caliente del sábado”). Tamara Falcó remató a gol (“Para que Pablo Iglesias no nos quite la Misa de TVE2 los Domingos enciende la TV y sintoniza el canal ahora!”). Ese domingo, “El día del Señor” lo petó. Mi satisfacción fue infinita, pero transitoria.

Todo volvió a ser como antes. No ve la misa en TVE ni Dios. Es un decir, porque yo lo veo todo. El caso es que pretendía que aquel impulso durara unos años, quería que los felices beatos formaran una marea de televidentes, pero se quedaron en un poderoso pero pasajero tsunami. Como el que mandé a Lisboa en 1755, qué tiempos. ¿Acaso pretenden que monte una como la de Iglesias cada quince días? ¿Piensan que no tengo otra cosa que hacer? Dame paciencia, Señor.

—Hola, Espíritu Santo.

10/12/17

YETIS DE GOMINOLA


Un oso. Ahora resulta que el Yeti, el abominable hombre de las nieves, es un osito como los de gominola. Un puñetero oso que no es abominable, que no es un hombre, y que, eso sí, después de nevar es de las nieves.

¿Va a ponerse colorado Íker Jiménez por meter tanto mieditis con un coco que acabó siendo un osito, va a dedicar el “Cuarto milenio” de hoy a pedir perdón, va a donar a “Biólogos sin Fronteras” tooodo la pasta que ganó con monsergas sobre un simple oso del que dijo tantas y tantas tonterías, como que es un “eslabón perdido de homínido”? No. ¿Va a devolver a su incauta audiencia toooodo el tiempo que les robó contándoles ridículos cuentos para niños que no se quieren tomar la sopa? No. ¿Va a dejar de dar la matraca tooodas las semanas hablando de esta y otras pamplinas apoyándose en fotos borrosas, testimonios imprecisos de personajes con afán de protagonismo, y supuestas investigaciones que nunca descubren, explican y averiguan nada, incluido que el Yeti es un puñetero oso? No, no y no.

Jiménez ni siquiera tendrá la valentía de reponer hoy en “Cuarto milenio” alguna de las muchas veces que se alimentó del mito del Yeti. Como cuando salió al lado de un muñecote peludo de dos metros y cara de orangután (el muñecote): “Las huellas de este ser, sea lo que sea, demuestran un peso, una envergadura descomunal; las piernas, robustas; un tronco que demuestra que estamos ante un individuo absolutamente imponente; y todo este retrato enmarcado por una cabeza que a veces implora justicia, causa tristeza, pero en otras ocasiones lo que genera es terror, un terror que les aseguro que si nos acompañan quizá sientan, porque en nuestra ‘Mesa del misterio” vamos a tener a exploradores españoles que hace bien poco se han encontrado con algo muy parecido. Acompáñenme en busca del Yeti”.

Dos conclusiones. Una, que además de que no se enteró de que hace muchas décadas dejó de hablarse del “eslabón perdido” en la evolución humana, tampoco sabe lo que significa “envergadura”. Y dos, que los espantajos de cocos, gigantes y extraterrestres de goma le gustan tanto como la mala literatura.

9/12/17

LA URSS: TEMPORADA FINAL

Los seguidores fanáticos de “The Americans” llevamos una vida solitaria. No es la vida de los seguidores de “Juego de Tronos” o “The walking dead”, que encuentran con facilidad interlocutores con los que hablar de su serie favorita. Nosotros sabemos lo que es terminar un capítulo que nos ha dejado sin respiración y no tener con quién comentarlo, estar bebiendo cerveza con un amplio grupo de conocidos y comprobar que nadie sabe ni siquiera que dicha serie existe, colgar en tuiter la frase Phillip y Elizabeth Jennings forman la pareja más compleja y fascinante de la historia de la televisión” y cosechar exactamente cero likes y cero coma cero retuits. De hecho, ni siquiera sé por qué sigo escribiendo esta columna: todos los lectores la habrán abandonado ya al notar que habla sobre “The Americans”.

Pero llevamos nuestra carga con dignidad. Nos sabemos depositarios de la que lleva ya cinco años siendo la mejor serie de televisión del planeta y no nos dejamos abrumar por dicha responsabilidad. Entendemos también que no tenemos fácil el proselitismo: para revelar al espectador todo lo que contiene, este austero y violentísimo drama sobre la vida de los espías rusos en los Estados Unidos de Ronald Reagan requiere más paciencia, atención y perseverancia que la mayoría de las series de televisión contra las que compite. Formando una terrible tautología, los seguidores fanáticos de “The Americans” terminamos aprendiendo nuestro sectarismo y camuflaje de Mischa y Nadezhda, es decir, de Phillip y Elizabeth.

Somos agentes durmientes de “The Americans” a la espera del momento de conquistar la televisión. Aunque, como todos los espías soviéticos que aparecen en la serie, hemos terminado aceptando que ese momento nunca llegará, y que, como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en los años 80, falta ya sólo una última temporada para que este monstruo producido por el sueño de la razón termine.

8/12/17

CONTRA STEVEN HAWKING


Es imperdonable que en “Big Bang Theory” Sheldon Cooper llame “Steven” a Stephen Hawking. Y no me vengan con que solo se trata de una ficción televisiva en formato de comedia. Debemos tratar con más consideración a un físico teórico con una capacidad intelectual más que demostrada que ha hecho tanto por el acercamiento de la ciencia a la cultura popular y cuya trayectoria es reconocida internacionalmente. No voy a entrar en la delicada discusión de si su enorme aportación a la tan necesaria divulgación científica es mayor que la de Isaac Asimov, Neil deGrasse Tyson o el gigante Carl Sagan, pero creo que hoy ganaría si esto se resolviera con una encuesta mundial. Así que más respeto al inolvidable y sin par Sheldon Cooper.

Erratas las hay en todas partes. Los fallos de ‘raccord’ son pequeñas tonterías que no cuentan. Da igual si desaparece un lápiz que antes estaba ahí o si la copa reaparece llena después de beber. Peor es que en una producción que cuida tanto la ciencia como “Big Bang” haya erratas científicas. Como que jugando a verdad o reto Amy pregunte a Bernadette a qué temperatura muere la bacteria que causa la encefalopatía espongiforme bovina: no la causa una bacteria sino un prión que puede degradarse pero no morir porque las proteínas no son seres vivos. Y peor aun es que en la pizarra de Sheldon esté escrito “fushion” en vez de “fusion”, o que corrija a otra persona diciendo que comete un error de “síntesis” y no de “sintaxis” como corresponde. Esto ya no son solo despistes que chirríen con el perfil del personaje, como cuando trae puesto un pijama que no corresponde al día de la semana que es. Es algo que afecta a lo más profundo de su ser: un científico resabido amante de la verdad y la exactitud.

En “Big Bang” todos llaman “Steven” a Hawking. Eli Santos, admiradora de la serie, lo disculpa. Dice que se trata de un error de traducción derivado de la pronunciación norteamericana de “Stephen” en la versión original. Aquí no somos tan buenas personas. Vale que se equivoquen los demás personajes, pero nunca jamás nuestro Sheldon Cooper.

7/12/17

APU NAHASAPEEMAPETILON


Cuando Apu, el dependiente indio del badulaque, recomienda una película de su país a los Simpson diciendo que está entre las 400 mejores del cine indio, Homer se ríe descaradamente. En el ensayo “Los Simpson y la filosofía”, Deborah Knight explica que, aunque puede parecer que “Los Simpson” es racista con Apu, no lo es:

“Una manera de entender este chiste, creo que incorrecta, es suponer que el cine indio no puede discriminar de modo sensato lo mejor de la producción y, por tanto, celebra todos sus filmes al incluirlos en una lista tan larga. Otra interpretación, de nuevo errónea, es pensar que la acotación de Apu es sencillamente exagerada. En este caso, el humor dependería de la creencia de que pocas películas se cuentan realmente entre ‘las mejores’. La manera correcta de comprender este chiste, al contrario, consiste en estar al corriente de que el cine indio es uno de los más productivos y vibrantes a nivel mundial. La producción fílmica anual de la India se cuenta entre las mayores del mundo y desde luego supera con creces la producción americana. Esto convierte la idea de las ‘400 mejores’ películas en algo más comprensible, pues sería relativamente proporcional a la enorme cantidad de filmes producidos o, dicho de otro modo, sería equivalente a la idea más corriente de los ‘mejores diez’ o ‘mejores 100’. De modo que el chiste funciona para aquellos espectadores que saben algo del cine indio. Y saber algo del cine indio posiblemente llevara a los espectadores a tomar partido por Apu, de modo que, si compartimos esta afinidad, empatizaremos con él y no con la grosera reacción de Homer”. En efecto, que Homer se ría de algo es un elogio. Pero, ¿y si no?

El cómico estadounidense Hari Kondaboulu es hijo de indios y autor del documental “El problema con Apu”. Adora “Los Simpson” pero está harto del estereotipo de Apu: “Es un personaje de dibujos animados con la voz de un tipo blanco que imita a un tipo blanco que se burla de mi padre”. ¿Se pasa? “Me crié con Los Simpson, y Los Simpson critican la cultura popular. Así que lo que hago está en la tradición de Los Simpson”. A ver qué cadena nos lo trae para Reyes.

6/12/17

EL RIESGO DE LA EMOCIÓN


El historiador del arte Kenneth Clark, guionista de la maravillosa serie documental “Civilización”, dice que el reto que se planteó cuando le encargaron los guiones de la serie fue mantener la atención del espectador y que, para eso, hay que intentar no aburrir. Si se quiere presentar cada uno de los temas de “Civilización” en menos de una hora, añade Clark, no hay más remedio que simplificar, generalizar y, atención, arriesgar. Creo que Kenneth Clark da en clavo cuando sostiene que la clave de un buen documental es que, dado que las generalizaciones son inevitables, esas generalizaciones deben ser ligeramente arriesgadas. Por eso me gustó tanto “This is Art” (#0), la serie documental presentada por Ramón Gener que nos propone un viaje a las emociones a través del arte en doce episodios. En el primer episodio, Gener intenta descubrir nada más y nada menos que la fórmula artística del éxtasis y, para ello, decide arriesgar proponiendo una fórmula matemática que incluye el dorado de las iglesias bizantinas, la música de Bach, el placer, el color y el “Poema del éxtasis” de Alexander Scriabin. ¿Arriesgado? Por supuesto. Y entretenidísimo.

Gener generaliza cuando da una clase sobre Bernini en Roma, justo delante del Panteón de Agripa, ante un público que no conoce a santa Teresa de Jesús. La conversación acerca del éxtasis artístico entre Gener y el pintor Sean Scully en la iglesia de Santa Cecilia de Monteserrat también incluye unas cuantas fascinantes y arriesgadas generalizaciones, del mismo modo que Gener arriesga cuando dice que el origen de la obra de Andy Warhol está en las tardes que el artista pasó en su infancia en una iglesia bizantina en compañía de sus padres. Gener no sólo arriesga en sus generalizaciones sobre la iglesia de Santa María Asunta en la isla veneciana de Torcello y sobre la música de Bach, sino que también lo hace cuando nos sirve un hermoso homenaje a Nanni Moretti en su paseo por Roma en Vespa en la película “Caro diario”, cuando toca el piano y cuando explica la obra de Rothko mientras pinta para los espectadores un cuadro que es puro Rothko. Pero, sobre todo, Gener generaliza cuando busca fórmulas que expliquen el porqué de las emociones y arriesga cuando las encuentra en el arte, esa cosa cuyo valor no tiene nada que ver con el precio del “Salvator Mundi” de Da Vinci.

5/12/17

JUNQUERAS DA PARA UN SPIN OFF

Junqueras da para un spin off. O para una precuela. “El joven Oriol”: la forja del estadista catalán -mitad monje, mitad guerrero, pero, antes que nada, buena persona- que cambió la historia de Europa con un cociente intelectual de un solo dígito. Y el debate de “Salvados” entre Inés Arrimadas y Marta Rovira da para una temporada de “Feud”, la serie de FX acerca de los odios más enconados del mundo del espectáculo. Albiol también podría tener su serie, aunque la enorgumenidad -neologismo- del blanco candidato recomendaría el formato de dibujos animados. “BoJack Horseman”, el caballo hombre, ha revitalizado la animación para adultos, y se podrían narrar las aventuras del líder del 3% -no, no son las comisiones, es la expectativa de voto- con el mismo trazo que BoJack. Las series españolas ha mejorado notablemente durante estos años y en muchos aspectos ya alcanzan el nivel del canon yanqui. Pero aún le falta conquistar un género que las ficciones USA manejan con maestría: la realidad.

Olvidemos los biopics rancios de cadenas generalistas sobre políticos de la transición como Rocío Dúrcal o folklóricas como Adolfo Suárez. Dos de las mejores series que EE.UU. ha ofrecido a la humanidad en 2017 abrieron en canal con lucidez e inclemencia dos terribles historias reales. “Feud” y la rivalidad entre Bette Davis y Joan Crawford. “American Crime History” y el juicio por asesinato de O.J. Simpson. No existe mejor prueba de que la creación y la recreación son compatibles que estas dos obras maestras en donde la aureola de serie B habitualmente asociada al “basado en una historia real” ha desaparecido por completo. Pero este avance requiere de una sociedad abierta y una libertad narrativa de la que aún estamos lejos. ¿Existe en nuestra historia reciente un suceso en donde la realidad y la ficción sean indistinguibles mejor que la república declarada no implementada de Catalunya? Háganse pues “El joven Oriol”, “Feud: Arrimadas vs Rovira”, “Albiol Horseman”. Ah, e inclúyase el cameo de Andreu Buenafuente en el papel de Carles Puigdemont.

4/12/17

LA VIDA ES UNA TÓMBOLA TONTONTÓMBOLA



O, al menos, el éxito de los programas televisivos es una tómbola tontontómbola. TVE está consiguiendo unos excelentes resultados con una nueva edición de Operación Triunfo, tras anteriores ediciones de éxito descomunal, otras de un fracaso sin precedentes, y varias situadas entre los dos extremos. En todos los casos, el mismo nivel de participantes, el mismo repertorio maligno, la misma sombra oculta e inculta de Manu Guix uniformando los elementos musicales bajo la dictadura de la banalidad. ¿Por qué esta edición obtiene buenos resultados, si es igual que las anteriores que fracasaron, que a su vez eran iguales que las anteriores que triunfaron? Desde el origen de los tiempos, la humanidad elevó los ojos al firmamento buscando respuesta a las grandes cuestiones de la existencia. Fue en la antigua Grecia en donde se planteó en serio por primera vez la posibilidad de un cosmos determinista sometido a leyes. Pero, claro, eso fue debido a que en la antigua Grecia -en contra de lo que sostiene el canal Historia- no se celebraban aún ediciones de OT.

Marisol resolvió la cuestión: la vida es una tómbola tontontómbola. No existe determinismo. Vivimos gobernados por el azar y el caos. Esta semana se presentó la primera maqueta de “Camina”, la canción grupal que pretende convertirse en el himno de esta edición de OT. Que un programa de televisión tenga himno ya es indicativo del alto índice de flipaos que se registra entre sus responsables. Juro que el sonido del corcho blanco frotado contra una pizarra es menos desagradable. Que el autor de la letra no afronte responsabilidades penales indica las graves deficiencias de nuestro ordenamiento jurídico. En ocasiones me he hecho una herida con un folio bajo una uña y me molestó menos que oír esa canción. ¿Arrasará coaligándose con la Navidad en un eje del mal que acabará con Occidente? ¿Pasará desapercibida y sus versos terminarán sus días decorando tazas de Mr. Wonderful? La vida es una tómbola tontontómbola, y yo me voy a meter debajo de la cama durante todo el mes de diciembre, no vaya a ser que el caos y azar hagan que “Camina” llene estas navidades de luz y de coloooor, de luz y de coloooor.

3/12/17

CÁRDENAS EN LA CONCHINCHINA


TVE renueva “Hora punta” durante otro trimestre por fastidiar a Cárdenas. Quiere que sufra haciendo el ridículo como único presentador del mundo que no sabe hablar. Pero, a pesar que lo rematadamente mal que lo hace cada noche, Cárdenas no se entera porque anda muy liado con otras cosas como buscar pelea para que le respeten, salvar al mundo diciendo verdades como puños y ver sobre qué existe consenso en la comunidad científica internacional para llevarle la contraria. Así que TVE, empeñada como está en fastidiar al pobre Cárdenas, renueva una y otra vez su contrato trimestre tras trimestre. Tanta crueldad acabará cuando alguien avise al chaval de lo que hay, y él muerto de vergüenza deje el programa para hacer un cursillo de vocalización, ortología y dicción en la Conchinchina.

TVE renueva “Hora punta” por fastidiar su programación diaria. Puede parecer que la mejor manera de fastidiar una programación es llenarla de programas que no funcionen, pero no. Esta estrategia corre el peligro de que, inopinadamente, haya programas que empiecen a funcionar bien por su cuenta. Lo mejor en estos casos es poner en el momento de máxima audiencia una birria como “Hora punta”. Así, todo lo que emitan después sufrirá el lastre de arrancar sin audiencia, teniendo que remontar cada noche hasta altísimas cifras de ‘share’ que hagan media y compensen lo poquísimo con que empiezan. Ahí tenemos el reciente ejemplo de la serie “Traición”, con Ana Belén al frente, estrenada esta semana.

TVE renueva “Hora punta” por vengarse de su audiencia. Como los espectadores hemos ido abandonando progresivamente TVE, la cadena ha decidido vengarse poniendo una birria de programa con un presentador de vergüenza todos los días en hora de máxima audiencia. ¿Podemos esquivarlo? Sí, de hecho lo hacemos. Pero aunque esquivemos “Hora punta”, después nos encontramos cada noche con que para ver empezar el programa posterior tenemos que esperar hasta las tantas. Y si queremos verlo terminar, ya ni te digo hasta qué puta hora tan poco punta tenemos que trasnochar.

2/12/17

SERRAT INOXIDABLE


Última hora: el oro se oxida. No se oxida en el agua ni en el aire, pero sí en presencia de una venda en los ojos, en contacto con el pensamiento inflexible o si se sumerge en la falta de un mínimo sentido crítico (ese que, a diferencia de la generosidad mal entendida, sí que empieza por uno mismo). Lo desvelaron el miércoles los miembros del equipo de “El intermedio” al cerrar con un broche de oro su campaña de vídeos sobre el “Amigos para siempre” del que ellos primero habían hecho una loca y lúcida adaptación a la situación política catalana. Bueno, tal vez sea contradictorio decir “lúcida y loca”, así que diremos “loca y lúcida”. Sí, mejor.

El broche de oro era la presencia del gran Joan Manuel Serrat y su interpretación en directo, mano a mano con Wyoming, de la rumba. El oro siempre fue muy valorado por resistir el ataque del agua y el aire sin decir este óxido es mío, así que un brillante y dorado broche de oro es el mejor cierre de cualquier cosa. Sin embargo, esta vez no. La actuación de Serrat y Wyoming al final del programa fue divertida, pero lo que vimos antes dejó el broche corroído y oxidado.

Durante la media hora anterior, hicieron un recorrido por la trayectoria de Serrat centrándose en su indiscutible compromiso político y social con la democracia, la libertad y la justicia. Qué pena. El repaso a los charcos que pisó, las polémicas en las que se vio envuelto y lo que tuvo que aguantar por atreverse a dar la cara en tiempos revueltos podía haber sido un reconocimiento amable y cómplice para echar unas risas sin más, pero se convirtió en una clase de historia. En una clase, y este es el problema, necesaria. ¿Cómo puede ser que se nos haya olvidado tan pronto de dónde venimos? ¿Cómo puede ser que alguno no lo haya olvidado porque nunca lo supo? ¿Cómo puede ser que se olvide, se ignore y encima se desprecie? Algo hemos hecho mal cuando no basta con que Serrat nos alegre la cena cantando “Amigos para siempre” y seguimos necesitando que nos recuerde qué era, de verdad, el fascismo. Menos mal que Serrat sí es inoxidable.

1/12/17

LOS HOMBRES Y MUJERES DE HARRELSON

Tras haber visto el estreno del reciente reboot de “SWAT”, lo más sofisticado que se me ocurre comentar son los horrorosos títulos que tendrían las series yanquis actuales en nuestro país si se hubiera continuado con la tradición de renombrarlas para el circuito ibérico. “SWAT”, como saben, fue una serie de éxito a mediados de los años 70 cuyo nombre derivaba de una unidad especializada de la policía californiana (Special Weapons and Tactics; Armas y Procedimientos Especiales). En aquella España, “SWAT” sonaba demasiado exótico, y la serie se renombró como "Los hombres de Harrelson”. “Miami Vice” se convirtió en “Corrupción en Miami” porque la palabra “vicio” aún se consideraba inadecuada para figurar en el título de una serie. “Knight rider” fue “El coche fantástico”. Mucho antes “Get smart” había sido “Superagente 86”. Mi espanto favorito de este tipo es el de “Hill Street Blues”, la prodigiosa e inigualada serie que lo inició (casi) todo y que yo veía de chaval bajo el exacto pero equivocadísimo título de “Canción triste de Hill Street”.

¿Que hubiera pasado si en 1994 alguien no hubiera pegado un puñetazo en la mesa para impedir que “Friends” se convirtiera en “Amigos”? Felizmente, alguien pegó ese puñetazo y acabó para siempre con una tendencia cuya continuidad ahora sólo podemos entrever. “CSI” habría sido “Las investigaciones científicas de Grisson”. “The good wife” sería “Esposa y abogada en Chicago”. “The wire”, “Brigada antidroga”. “Breaking Bad”, “Traficantes de cáncer”. “Mad men”, “Locos por la publicidad”. Los jóvenes pondrían por las nubes la segunda temporada de “La pandilla paranormal” en referencia a la T2 de “Stranger things”, y los más intensitos dirían que la segunda temporada de “El detective y la angustia” fue mucho peor que la primera –“True Detective”, claro-.

Ya cerrando el círculo, volvemos a “SWAT”. Si no hubiera sido porque “Friends” no fue “Amigos”, AXN estaría gastando cientos de miles de euros en la promoción de la nueva versión de “Los hombres de Harrelson”. O, mejor, como estamos acabando 2017 -¡ostras, hoy este blog cumple exactamente diez años!-, “SWAT” sería ahora “Los hombres y mujeres de Harrelson”, así, desdoblando el sustantivo pero no el artículo, que somos progres pero mu pero que mu tontos.