31/8/15

ZAPEANDO A CRISTINA PEDROCHE



Cristina Pedroche aburre, cansa, harta. Cristina Pedroche está tan necesitada de atención como un niño pidiendo a sus padres que miren lo bien que salta las olas el primer día de playa. Por eso Cristina Pedroche ya no sabe qué hacer para que estemos pendientes de ella y la miremos. Bueno, Cristina Pedroche sí lo sabe, pero siempre usa el mismo viejo truco. Por eso Cristina Pedroche se repite y se repite y se repite más que un bocadillo gomoso de morcilla rancia en el que la morcilla rancia es Cristina Pedroche y el pan gomoso es Cristina Pedroche.

“Ay, cuidado, que se me ve una teta”, dice Cristina Pedroche poniendo la misma cara de chica moderna y desinhibida que ponían en los años setenta del siglo pasado las actrices que participaban en la época del destape en aquellas pelis en las que solo enseñaban lo que exigía el guion. “Ay, cuidado, que se me ve la otra teta”, insiste Cristina Pedroche poniendo la misma cara que ponía Cristina Pedroche cuando advertía de que casi se le veía la teta anterior. “Ay, cuidado, que se me ven las dos tetas”, aburre Cristina Pedroche creyendo que está rompiendo la pana con los supermoderna que es pero retrocediendo al tardofranquismo y la transición.

Seguro que Cristina Pedroche no es la responsable de esta burda y pesada estrategia de tensión sexual no resuelta, que para eso tiene estudios y es muy lista. Pero, siendo así, Cristina Pedroche debería decir a su agente, a su guionista personal y a su asesor de guardia que el truco de la tensión sexual no resuelta funciona muy bien en la ficción, pero jugar a eso con el público es cansino, cansino y cansino. Por eso, la misma continua cantinela de Cristina Pedroche pidiendo que miremos cómo salta una ola en las redes sociales, de Cristina Pedroche pidiendo que miremos cómo salta una ola en la retransmisión de las campanadas o de Cristina Pedroche pidiendo que miremos cómo salta una ola en “Zapeando”, acaban igual: zapeando a Cristina Pedroche.

30/8/15

¿M'ENTIENDES?



En “Cambiame” (antes del informativo del mediodía en Telecinco) cambian a sus participantes y los dejan como estaban. Sus estilistas llevan todo el verano así, cambiando a las personas que acuden al programa para que se vuelvan a su casa igualitas que llegaron.

A Luis, los estilistas de “Cámbiame” le cambiaron el corte de pelo pero le dejaron pensando que cambiar de corte de pelo es cambiar, justo lo mismo que pensaba antes. A Isabel le cambiaron los pantalones ajustados por una falda de colores alegres, pero la dejaron pensando que cambiar unos pantalones ajustados por una falda de colores alegres es cambiar, justo lo mismo que pensaba antes. A César, le cambiaron el chándal por un pantalón y una camiseta de lino a juego pero le dejaron pensando que cambiar el chándal por un pantalón y una camiseta de lino a juego es cambiar, justo lo mismo que pensaba antes. A Jesusa, le cambiaron el maquillaje oscuro por uno más claro y luminoso pero la dejaron pensando que cambiar el maquillaje oscuro por uno más claro y luminoso es cambiar, justo lo mismo que pensaba antes. A Jaime, le cambiaron sus viejas zapatillas deportivas por unos cómodos mocasines pero le dejaron pensando que cambiar sus viejas zapatillas deportivas por unos cómodos mocasines es cambiar, justo lo mismo que pensaba antes. A Aurelia, Agustín, Paca, Basilio, Elvira, Vidal, Carmen, Emiliano, Ignacio, Antonio, Óscar y Ana los estilistas de “Cámbiame” les tiñeron el pelo peinándolo en un moño alto, vistieron falda de vuelo, envolvieron en un vestido estampado con escote asimétrico, depilaron las cejas, perfilaron los labios, colocaron extensiones rubias, afeitaron la barba dejando patillas y pusieron chaqueta fluida con un cinturón de hojas doradas, pero los dejaron pensando que eso es cambiar, justo lo mismo que pensaban antes.

“Cambiame” es un timo o un fracaso, a elegir. Más obra se hizo Belén Esteban y en cuanto abre la boca salta a la vista que sigue igual que siempre.

29/8/15

CACA, CULO, PEDO, PIS



Terminan las charlas en una terraza de verano tomándose un piscolabis. Hoy intentaremos animarlas echando un ojo a la tele. La próxima vez que discutan por qué los jóvenes de ahora parecen ignorar tantas cosas que antes sí se sabían y, sobre todo, por qué manejan tan poco vocabulario, no basta con que alguien diga “Ven mucha tele y apenas leen” dando el asunto por zanjado. Y no solo porque los jóvenes de hoy se pasan el día leyendo (mensajes de móvil escritos por ellos mismos). Tengamos en cuenta las cosas que decía en la tele Félix Rodríguez de la Fuente en horario de máxima audiencia hace treinta años y que estos días reemite La 2.

En el inicio de un capítulo dedicado a los lobos explica la pirámide trófica mediterránea. Dice que en su base están las plantas, únicas criaturas capaces de transformar la energía solar en energía asimilable, sobre este piso de los productores primarios están los omnívoros y vegetarianos, y sobre todos ellos, aprovechando la energía solar a través de las plantas y a través de los ungulados, omnívoros o vegetarianos, está el lobo, el superdepredador. Pero antes de mostrarnos cómo caza, nos habla de su tendencia a la necrofagia, a alimentarse de cadáveres si los encuentra antes de emprender una cacería. El lobo observa el cielo porque sabe que la corona de buitres que se levanta sobre las buitreras termina en una línea de prospectores que se encamina hacia el cadáver de un animal. Pero el éxito de los lobos como carroñeros está en función de la distancia a que se encuentre la pieza prospectada por los buitres. Resulta conocida la voracidad de estos necrófagos alados. Si los lobos llegan tarde, encontrarán pocos restos con que saciar su apetito.

Son solo cinco minutos de programa, pero suficientes para alucinar con en el vocabulario que maneja. Ahora echen un vistazo a la televisión que se hace hoy, a la que entra en los hogares de nuestros niños e imagínense la riqueza léxica que puede haber en una familia cuya tele de cabecera es Telecinco.

28/8/15

YLENIA PADILLA Y HULK HOGAN



Hace unas semanas me he hecho seguidor de Hulk Hogan, famosísima masa muscular que triunfó en EE.UU. en el mundo de la lucha libre, que protagonizó diferentes programas de trompazos como “American gladiators” y de quien pudimos huir en las emisiones españolas de Telecinco y Cuatro. Antes Hogan parecía no ser más que uno de tantos contramodelos de vida que ofrece la tele, promocionando (queriéndolo o no, qué mas da si caza ratones) el consumo de esteroides, anabolizantes y a un culto al cuerpo entendido al revés, llenando la cabeza de pájaros a los niños que querían ser como él y a las niñas que querían un novio así.

Pero hace unas semanas sufrió una llave que me hizo cambiar de opinión. Alguien decidió luchar contra él sin reglas, de forma realmente libre, y difundió una grabación en la que mantenía relaciones con la mujer de un amigo y se le oía proferir comentarios racistas y homófobos. Automáticamente fue expulsado de la WWE (World Wrestling Entertainment) por bocazas. Resultado: un montón de personas de todo el mundo que tenían a Hogan en un pedestal han aprendido que el racismo y la homofobia no solo están mal, sino que son peligrosas, lo que está requetebién.

Cambiando de asunto, pero siguiendo en lo mismo, ahora toca esperar a ver qué le depara la vida Ylenia Padilla, un ser que salió de las cuadras de “Gandía shore” y ahora triunfa en Telecinco haciendo lo que le mandan, que es como se triunfa en Telecinco. Hace unos días, la chica declaró que no sabía a qué va a dedicar su vida, pero sí que tenía claro que su intención es hacerse rica. Con lo alto que caen los que se despeñan desde el acantilado en el que está subida esta funambulista de la frivolidad, no sería raro que más pronto que tarde Ylenia se convierta, de contramodelo funesto, en contracontramodelo a imitar. Como Hulk Hogan, que ya habrá aprendido que la mejor forma de no decir tonterías es no pensarlas.

27/8/15

ENFADARSE LO JUSTO



Lo dijo Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. Muy interesante, pero Telecinco le da mil vueltas. En Telecinco hace mucho que han resuelto la gestión de las emociones porque son una de sus principales fuentes de combustible. Por eso, y al contrario de lo que sucede con tantos y tantos abrazos y trifulcas, amores y odios, enfados y reconciliaciones de la cadena de Mediaset, ha sido divertido seguir la evolución de un enfado ocurrido hace un par de semanas en su seno.

Se lo resumo: Manu y Susana, dos de esos personajes sin interés ninguno que giran en la órbita de Telecinco procedentes de “Mujeres y hombres y viceversa” se enfadaron terriblemente por el enfoque que dio el programa “Cazamariposas” a una entrevista que les habían concedido. Tras ver la emisión del programa (es otra de las desventajas de querer vivir del cuento: que tienes que ver sus programas), denunciaron en las redes sociales que cuando grabaron la entrevista hablaron de un montón de cosas interesantísimas, pero el programa las cortó y apenas emitieron un trocito de nada sobre amoríos de no sé quién con no se quién para intentar fabricar una polémica que diera vidilla al alicaído “Pasaporte a la isla”. ¿Y qué pasó con enfado tan terrible? ¿Fueron a “Sálvame deluxe”? ¿Les dieron cancha en un debate del reality? ¿Los invitaron a hacerse un polígrafo? No. A pesar de lo que le gustan a Telecinco los enfados, las peleas y las trifulcas, nadie les contestó, nadie les hizo caso, nadie les dijo nada. Pasaron de ellos porque no se habían enfadado con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto que establece el guion.

Pobres almas de cántaro, se ve que están empezando y todavía no saben cómo funciona el negocio.

26/8/15

NI DIOS



Que levante la mano quien haya visto “Insuperables” anteayer por la noche. Pero no quien haya visto un poco, una parte, mucho o casi todo. Que levante la mano el insuperable que haya puesto La 1 el lunes por la noche y haya visto “Insuperables” enterito, de cabo a rabo, de principio a fin. Ni Dios. En TVE habrá un programador loco que decidió emitir dos “Insuperables” seguidos a dolor, pero lo que ni de coña hay en España es un extraterrestre infiltrado dispuestos a aguantar semejante tostón con el avieso objetivo de conocer nuestra civilización para poder destruirla. Y no tratándose de un extraterrestre, a ver quién va a ser el valiente que se sienta a ver “Insuperables” después de cenar y se queda quietecito sin cambiar de canal, sin cerrar los ojos y sin irse a la cama hasta las tres de la mañana paralizado por la intriga de no saber si eliminan a unos concursantes muy majos que cantan, a unos concursantes muy majos que bailan o a unos concursantes muy majos que hacen cabriolas.

Dos “Insuperables” la misma noche no los aguanta ni el Tato, pero a TVE le quema en las manos un producto que fue su gran apuesta para este verano. Ahora lo emite con prisa para quitárselo de encima cuanto antes. Estos mismos días, en La 2, TVE emite de nuevo los reportajes de “El hombre y la Tierra”. Sin prisa: es televisión pública de la de verdad. No necesitamos una TVE haciendo programas que pueden estar en la parrilla de cualquier privada. ¿Hoy nuestra tele pública no hace programas como aquellos porque son caros y no resultan rentables? Aquella buena tele dio prestigio, premios, venta de vídeos y también audiencia. Los tiempos son otros, pero “El hombre y la Tierra” sigue dando prestigio y audiencia décadas después de su estreno. “Insuperables” es un problema incluso en su primer pase (y último: a ver quién tiene el valor de volver a emitirlo o, peor, verlo dentro de treinta años. Ni Dios).

25/8/15

TIRAR DEL HILO Y ATAR CABOS



Mundo insólito: un foco traicionero manejado por un iluminador despistado destripa un truco del ilusionista Jorge Blass y nadie se lo agradece. Al iluminador, quiero decir. El feliz acontecimiento ocurrió el pasado viernes en “Zapeando” (sobremesas de laSexta) cuando Blass hizo volar un pañuelo de papel gracias a sus pases mágicos, sus polvos mágicos y su hilo de nailon mágico, ese material sintético de índole nitrogenada del que se hacen filamentos elásticos, muy resistentes, empleado en la fabricación de géneros de punto, tejidos diversos y trucos de magia que deben ser iluminados con tiento si no queremos que se vean en la tele reventando el truco. Y no estoy de pitorreo, va en serio.

Esta es la regla básica del ilusionismo: los espectadores ni debemos conocer y ni debemos desconocer todos los trucos que nos hacen. Si conociéramos todos los trucos, el juego no funcionaría y nada nos sorprendería. Si no conociéramos ningún truco, correríamos serio peligro de acabar creyendo en poderes mágicos, en fuerzas ocultas y en ikerjimenadas por el estilo. Así que está bien que los magos nos lleven ventaja gracias a que ellos ensayan mucho y nosotros nada, pero sin pasarse, no vaya a ser que acabemos creyendo que todo lo que vemos es verdad y que “Cuarto milenio” va en serio.

Mientras le queden, y siempre le quedarán, ases en la manga al gran Jorge Blass, ni “Zapeando” debería retirar, como hizo, el vídeo de su web; ni el mago debería creer que cometió un error. Es un importante servicio público que alguna vez se desvele un truco para que todo vaya bien. Ojalá hubiera más iluminadores como los de “Zapeando”. En los informativos, por ejemplo, siempre debería haber uno. A ver si viendo de vez en cuando los hilos que mueven las noticias que hacen desfilar ante nuestras narices, atamos cabos y dejamos de pensar que todo lo que nos cuentan es como quieren hacernos creer.

24/8/15

"LICENCIA AL PASE A LA CREDENCIAL AL VISADO AL PASAPORTE A LA ISLA"



“Pasaporte a la isla” va mal. Esto es todo lo que quería contarles hoy: que “Pasaporte a la isla”, el irreality show de Telecinco para este verano, va mal. Albricias. Yupi. Yabadabadabadú. Pero como, dicho esto, aún queda un gran espacio que llenar para terminar el artículo y no hay nada más que decir, nos dedicaremos a buscar pelea alargando de forma innecesaria el texto con mensajes insustanciales. Si “Pasaporte a la isla” puede atizarnos sus largos y aburridos programas que encima doblan su día de emisión en la misma semana para demostrar que, como el Universo, la nada también se expande, nosotros no vamos a ser menos.

Es tan hermoso comprobar que “Pasaporte a la isla” va mal que todos deberíamos disfrutarlo. Por eso lo contamos aquí, porque tal vez ustedes no lo supieran, ocupados como estarán este verano en cosas más divertidas y provechosas que ver Telecinco (sufrir un hermoso golpe de calor, comer ensaladilla rusa picantita hecha con mayonesa verdeazulada o ir a la playa a quitar la sed bebiendo agua del mar caliente; según gustos). Pero aquí somos profesionales y, persiguiendo la noticia televisiva allí donde se produce, nos enteramos de carambola de que “Pasaporte a la isla” va mal y nos ha faltado tiempo para contárselo.

El fracaso de “Pasaporte a la isla” es hermoso porque este programa añade a la maldad intrínseca de los irrealities de Telecinco el peligro de caer en el temido “Efecto salvamanteles”. Les cuento. Creados para proteger los manteles que protegen las mesas, los salvamanteles abren la puerta a que un listo decida protegerlos con un aíslasalvamanteles que, por inevitable evolución estratigráfica hacia arriba dé lugar al guarececubretapaprotegeaíslasalvamanteles. Así es: el éxito de “Pasaporte a la isla” para participar en “Supervivientes”, abriría la puerta a un “Visado al pasaporte a la isla” que solo puede ir a peor.

23/8/15

RABINOVICH SE VA CON ESTHER PÍSCORE



Muere Daniel Rabinovich de Les Luthiers y el “Telediario” le dedica poco más de un minuto para decir quién era él y quiénes son Les Luthiers. Hay que joderse. Que se muera el gran Rabinovich ya es una mierda, pero que el Telediario dé la noticia así clama al cielo.

No vamos a hacernos mala sangre comparando la despedida a la gran Lina Morgan con la despedida a Rabinovich (ella fue española desde 1937; él, español desde 2012. Sépanlo los zopencos que crean que una noticia así tiene nacionalidad). Pero visto lo visto vamos pedirle a TVE que aprenda de lo sucedido.

Habrán comprobado las lumbreras de nuestra televisión pública que en agosto el pulso de la actualidad se acelera, los teletipos no dejan de escupir grandes titulares, los enviados especiales piden paso, las noticias se amontonan y hay que hacer equilibrios para elegir cuáles entran y cuáles no en un informativo de una hora. Es lo que tienen las vacaciones de verano. Por otra parte, es fácil comprobar que Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock y Carlos Núñez Cortés, también integrantes y fundadores de “Les Luthiers”, siguen peligrosamente vivos y puede darles por morirse este mismo siglo, lo que puede volver a hacer pasar un mal rato a los pobres responsables de la escaleta del “Telediario”, Dios no lo quiera.

Por eso TVE debe curarse en salud y abrir un hueco en su programación para dar cabida a “Les Luthiers”. Como artistas invitados en programas de humor. Como artistas invitados en programas de música. Como artistas invitados en programas de teatro. Como artistas invitados en programas de ficción. Como artistas invitados en programas de cocina cortando al enemigo en pedacitos y sirviéndolo a la patria o bien en el molde. Gracias a este hermoso servicio público, todos los españoles conoceremos a “Les Luthiers”, y, cuando llegue una mala noticia, TVE podrá meterse su minuto de explicaciones en el “Telediario” por donde le quepa.

22/8/15

UNA GRAN VIDA

Henry Morgan, el médico forense del departamento de policía de Nueva York de la serie “Forever”, dice que lo que intentamos ocultar en vida, queda revelado en la muerte. El general Máximo de la película “Gladiador” arenga a sus hombres antes de la batalla asegurando que lo que hacemos en esta vida tiene su eco en la eternidad. Diría que el médico tiene más razón que el general, aunque si antes de actuar todos pensáramos que lo que hacemos en esta vida tiene su eco en la eternidad, seguro que el mundo sería un lugar más habitable. En todo caso, hay algunas personas que dan la razón tanto a Henry Morgan como a Máximo. Por ejemplo, Bette Davis.

En el excelente documental “El último adiós de Bette Davis” (TCM), periodistas, fotógrafos, políticos y miembros de la organización que trabajaron en el Festival de San Sebastián de 1989 diseccionan hasta el último segundo de la última gran aparición pública de la actriz Bette Davis antes de morir. Escuchando esos testimonios, damos la razón al doctor Henry Morgan porque todo lo que Bette Davis intentó ocultar en vida (su fragilidad, sus obsesiones, todo lo que alejaba a la actriz del polvo de estrellas) queda expuesto ante el público como si se tratara de la mercancía de un tendero kantiano. Pero esos mismos testimonios dan la razón al general Máximo porque las palabras y las cosas de Bette Davis tienen, sin duda, eco en la eternidad. Desde lo poco que comía a su desdén por Marlene Dietrich, desde su pose fumando como sólo los grandes actores del viejo Hollywood sabían hacerlo a sus reflexiones sobre el cine, desde su insuperable elegancia a esa seguridad en sí misma que le permitió llegar a lo más alto sin ser la más guapa ni la más conformista, desde su amor por el público y los aplausos a la manera de entender que una profesión como la suya tenía inevitablemente un enorme coste vital. “El último adiós de Bette Davis” revela lo que la actriz quiso ocultar y demuestra que, algunas veces, lo que hacemos en esta vida tiene su eco en la eternidad. Como resumió, muy emocionada, la propia Bette Davis en el Festival de San Sebastián, la suya fue una gran vida.

21/8/15

"PERDIDOS" YA NO ES "PERDIDOS"


Me he enganchado de nuevo a la serie “Perdidos” (Canal +). No tengo remedio. Ya sé que Joaquín Sabina dice que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, pero no lo puedo evitar. Fui muy feliz en la isla de “Perdidos”, pero he vuelto. Y pienso quedarme todo el tiempo que haga falta. Desde las dos partes del episodio piloto hasta que Canal + emita el larguísimo último episodio. Ahí estaré. No sé si volveré a ser feliz en la isla, pero estoy seguro de que mi estancia y mi relación con los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic Airlines y con Los Otros será diferente.

Decía el filósofo Otto Neurath que los seres humanos somos marineros que tienen que reconstruir en alta mar su barco, sin poderlo desarmar jamás en un dique y rehacerlo con sus mejores piezas. No es así para los fanáticos de “Perdidos”. Los que hemos vivido los misterios de la isla tanto como Jack y volvemos a ver la serie desde el primer capítulo somos marineros que hemos reconstruido “Perdidos” en un dique, intentando contestar a las preguntas que quedaron sin respuesta utilizando las mejores piezas que nuestro conocimiento del mundo creado por J. J. Abrams y Damon Lindelof nos puede proporcionar. El propio Lindelof dijo que Abrams y él intentaron construir la serie de forma que quedaran siempre preguntas sin respuesta, porque de esa manera el público será más creativo. Pues lo han conseguido. Volver a ver “Perdidos” después de desarmarla y rehacerla durante varios años en el dique hace que “Perdidos” sea, en realidad, una serie diferente. Una vez desarmada, rehecha, reinterpretada, reelaborada, descuajeringada y reformulada, la reposición de “Perdidos” se convierte en un spin off, es decir, en una serie derivada de “Perdidos”. Así que “Perdidos” ya no es “Perdidos”, sino una serie completamente diferente que nació de “Perdidos”.

No estoy perdiendo el tiempo con los 121 episodios de “Perdidos” que ya vi, sino que estoy disfrutando de una serie completamente nueva recién salida del dique. Que no me molesten.

20/8/15

ALIEN, ADÁN Y EVA


Canal Hollywood ha tenido la buena idea de programar la saga “Alien” en el mes de agosto y acompañar las películas con una breve y muy cinéfila presentación que consigue enganchar a los nuevos espectadores y, de paso, anima a los que vivimos el nacimiento del octavo pasajero en las salas de cine a dormir un poquito menos. En esa presentación, rica en detalles de los rodajes, nos enteramos de que el director Ridley Scott se propuso en “Alien, el octavo pasajero” unir nada menos que “2.001: una odisea del espacio” y “La matanza de Texas”. En verdad, lo consiguió. Pero me pregunto si Scott utilizó esa idea para convencer a sus productores de que soltaran la pasta.

El productor Louis B. Mayer decía que “La jungla de asfalto”, esa extraordinaria película de John Huston que tiene uno de los finales más hermosos de la historia del cine, no era más que una ordinariez plagada de gente fea que hace cosas feas. Si nos ponemos en plan Louis B. Mayer, “Alien, el octavo pasajero” sólo es una película plagada de camioneros espaciales feos que mueren de forma fea en una fea nave de transporte comercial a manos (o, más bien, a boca) de un feísimo bicho extraterrestre. Scott convenció a Harry Dean Stanton para que interpretara el papel de Brent con el argumento de que “Alien, el octavo pasajero” no era una película de ciencia ficción con monstruos, sino un thriller parecido a “Diez negritos”. Así que Scott no sólo es un gran director de cine, sino un genio de la presentación, como Oskar Schindler en “La lista de Schindler” cuando dice al contable judío Stern que si otros ponen el trabajo y el dinero para su empresa de metales esmaltados, él se encargaría de “la presentación”. Exacto. Schindler y Scott entienden el valor de una buena presentación que sirva para esquivar a todos los Louis B. Mayer del mundo.

Espero que los jefazos de Cuatro no contraten a Ridley Scott para promocionar la segunda temporada de “Adán y Eva”, esa idiotez plagada de idiotas en pelota que sólo hacen y dicen idioteces.

19/8/15

PEMÁN Y LAS KARDASHIAN


No sé si Carolina Marín será para la audiencia del bádminton en España lo que Fernando Alonso fue para la Fórmula 1 pero, de momento, Carolina ha conseguido que incluso los espectadores más monoteístamente futboleros presten atención a un deporte que hasta hace poco muchos confundían con un juego de cartas o el título de una serie de HBO. Carolina también ha conseguido nuestro respeto al soportar con una delicada sonrisa, en vez de un enfurruñado gesto de ofensa patriótica, una versión del himno de España acompañada de la letra escrita por el poeta José María Pemán por encargo del dictador Miguel Primo de Rivera. La elegancia de Carolina en lo más alto del podio en el campeonato del mundo de bádminton de Yakarta, junto con el cachondeo de los aficionados españoles en las gradas, nos demostró una vez más que los himnos ganan mucho cuando pierden la letra. Los versos de Pemán, pura vergüenza ajena, deberían ser la mejor medicina para dejar el himno de España sin letra por los siglos de los siglos, hasta que todos los himnos nacionales desaparezcan aniquilados por un meteorito estético.

Me pregunto si la ocurrencia de poner letra al himno de España no se podría exportar a algún programa de televisión como el horrible “Las Kardashian” (Fox Life), pero al revés. Seguro que “Las Kardashian”, ese programa dedicado a acompañar a lo largo y ancho de su vacío mundo a tres hermanas famosas por ser famosas, ganaría interés si por un error técnico continuado desaparecieran las voces de Kim, Kourtney y Khloé. El programa seguiría siendo un espanto, por supuesto, pero al menos no escucharíamos cómo Kim (o Kourtney, o Khloé) se despide de un tipo que se define como “gurú” diciendo “Te superquiero”. Porque supongo que estaremos de acuerdo en que el verso “Gloria a la patria que supo seguir sobre el azul del mar” está a la misma altura que el “Te superquiero” de las Kardashian, ¿no? Así que los himnos nacionales y “Las Kardashian”, mejor sin letra y, si puede ser, con la música a otra parte.

18/8/15

SECRETOS AMARILLOS


Decía el escritor estadounidense Gore Vidal que el problema de las edades de oro es que, si vives una, todo te parece un poco amarillo. Vivimos la edad de oro de las series televisivas, así que el problema es que todas las series nos parecen un poco amarillas, ya se trate de las nuevas temporadas de “True Detective” y de “Orange is the new black” o del estreno de “Secretos y mentiras” (Telecinco). El oro es amarillo, pero no todo lo amarillo es oro: el plátano plata no es, pero tampoco oro; la agüita amarilla de “Los Toreros Muertos” que pasa por debajo de tu casa, de tu familia y de tu lugar de trabajo tampoco es oro; el submarino amarillo de los “Beatles” no es de oro. “Secretos y mentiras” es una serie del color del plátano, de la agüita provocada por beber cuarenta cervezas y del submarino salido de la imaginación de Paul McCartney. Reluce, pero no es de oro.

Algo falla cuando el estreno de “Secretos y mentiras” tuvo menos audiencia que la comedia “Amor con preaviso” (La 1), protagonizada por, cielo santo, Sandra Bullock. Algo falla cuando Telecinco obliga a los espectadores a tragar seguidos y casi sin poder masticar  los tres primeros capítulos de “Secretos y mentiras”, probablemente siguiendo órdenes de algún Fu-Manchú que ha tomado el poder en la cadena de Mediaset. Algo falla cuando los giros de guion de “Secretos y mentiras” son una mezcla entre un caso de “De buena ley”, una trifulca de “Mujeres y hombres y viceversa” y una película de Hitchcock con falso culpable rodada a toda prisa. Algo falla cuando la implacable detective interpretada por Juliette Lewis tiene siempre la misma cara de haber comido almendras amargas, se mueve como un Terminator y se parece al fantasma de las navidades futuras. Alfo falla cuando los personajes secundarios de “Secretos y mentiras” tienen menos chicha que un día en la vida de Alaska y Mario. Pero algo funciona en “Secretos y mentiras” cuando nos quedamos plantados delante del televisor para saber quién mató al pequeño Tom. Algo funciona cuando una serie amarilla se vende a precio de oro.

17/8/15

FLASH BEN-HUR



No sé si los espectadores más jóvenes creerán que “The Flash” (Antena 3) es una serie derivada de “Big Bang”, pero Sheldon Cooper merece ese honor. Barry Allen (es decir, The Flash) no es un personaje nacido a partir de Sheldon disfrazado de Flash en el capítulo de “Big Bang” en el que nuestro físico teórico favorito viaja en un santiamén de Pasadena al Gran Cañón para poder gritar a gusto, pero sería estupendo que lo fuera. ¿Le gustará “The Flash” a Sheldon? Ya se lo preguntaremos la temporada que viene. De momento, las aventuras de este velocísimo superhéroe ofrecen una digna diversión para los lunes de agosto porque la lucha de Flash contra los malos es pura y simple, sin más pretensiones que la de hacer pasar un buen rato a costa de dar al Capitán Frío su merecido.

“Él vendrá”, dice el Capitán Frío cuando tiende una trampa a su mortal enemigo Flash. Son las mismas palabras que pronuncia en la película “Ben-Hur” el romano Messala cuando, después de haber sufrido terribles heridas en la gran carrera de cuadrigas, impide que los médicos le corten las piernas porque quiere recibir entero a su enemigo mortal Judá Ben-Hur. El destino de los malos en la ficción suele ser la cárcel, como le pasó al Capitán Frío, o la muerte entre horribles dolores, en el caso de Messala. Los buenos terminan bebiendo cerveza con los colegas, como Flash, o celebrando la cura milagrosa de su madre y hermana después de la muerte en la cruz del hijo de un carpintero, como Judá Ben-Hur. Me gusta Flash porque mola cuando utiliza su supervelocidad y porque a Sheldon le gusta Flash, y me gusta Judá Ben-Hur porque aguantó con fuerza y orgullo la boga de ariete en una galera romana. Pero algo tienen el Capitán Frío y Messala que hace que estemos a punto de querer que el Capitán Frío congele a Flash en la batalla final o que Messala gane la carrera a Judá en el último metro. ¿Qué ocurriría si el Capitán Frío se enfrentara a Judá en el circo de Antioquía y Messala se las viera con Flash en las calles de Central City? Interesante. Sheldon Cooper ya tiene algo en lo que ocupar su inteligencia cuando se lo permita la Teoría de Cuerdas.

16/8/15

MAFALDA CONTRA EL HORROR


Qué tonto soy. Creí que el colmo del horror era la pelea entre Lucas Hood y Chayton Littlestone en un hotel de Nueva Orleans en la tercera temporada de “Banshee” (Canal+ Series), pero lo que sucedió después entre el sheriff que no es sheriff y el tatuadísimo líder de los “Red Bones” me demostró que el horror no tiene límites. En otro capítulo de “Banshee”, Kai Proctor es torturado, consigue liberarse y dedica una atención especial a sus torturadores que reduce el horror entre Hood y Chayton a una canción de “Sonrisas y lágrimas”. Creí que el horror de ficción era colmo de horror. Olvidé que el horror de carne y hueso se cuela por los telediarios en forma de espeluznantes asesinatos en Cuenca o terribles atentados con camión bomba en Bagdad. Qué tonto soy. A los guionistas de “Banshee” jamás se les habría ocurrido mostrar en un capítulo el horror que vemos en el documental “Francisco José y la I Guerra Mundial” (La 2). 

¿Cómo fue posible que el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su mujer en Sarajevo el 28 de junio de 1914 condujera poco después al apocalipsis? ¿Cómo es posible el horror de Cuenca, de Bagdad, de los miles de desdichados ahogados en el Mediterráneo? A la primera pregunta contesta Christopher Clark en “Sonámbulos”, un ensayo que debería ofrecerse como asignatura optativa en los institutos públicos en lugar de Religión. La respuesta a las siguientes tres preguntas exigiría, como mínimo, la tenacidad de la detective Andrea Cornell de la serie “Secretos y mentiras” (Telecinco), el certero descaro de Jordi Évole en “Salvados” y las ganas de cambiar el mundo de Mafalda. Dicen que la lectura de “Los cañones de agosto”, el libro de Barbara Tuchman sobre el arranque de la I Guerra Mundial, tuvo una gran influencia en las decisiones que tomaron los hermanos Kennedy en la crisis de los misiles de Cuba en 1962. Está bien que los políticos lean. Iba a decir que creo que Mafalda podría ayudarnos a tomar decisiones correctas acerca de la violencia en Cuenca, en Bagdad y en el Mediterráneo, pero el sheriff Lucas Hood me está mirando con su media sonrisa y se me quitan las ganas. Qué tonto soy.

15/8/15

CINE DE SAQUE DE ESQUINA

De las diez películas de “Cine de barrio” (La 1) más vistas la temporada pasada, las tres primeras están protagonizadas por Paco Martínez Soria: “Es peligroso casarse a los 60”, “Estoy hecho un chaval” y “El alegre divorciado”.  Algunos se sienten tan perdidos ante el persistente éxito de un actor y unas películas que poco tienen que ver con la nueva “marca España” como Sylvester Stallone en “Evasión o victoria” cuando pregunta dónde tiene que ponerse cuando los alemanes tiren un córner, pero las razones de ese éxito no son tan difíciles de encontrar. Cine popular de otra época, amigos. Seguro que las tres películas más vistas en “Versión española” (La 2) la temporada pasada no tienen nada que ver con Paco Martínez Soria. Ahora ya no hay cines de barrio (y en muchos lugares ni siquiera hay cines), pero hubo un tiempo en que los amantes de las películas disfrutaban con Paco Martínez Soria, con Fernando Esteso, con Carmen Sevilla y con Manolo Escobar en un cine que estaba a un corto paseo de sus casas. Ahí está el fiel público de “Cine de barrio”. 

En “Evasión o victoria”, Sylvester Stallone, que interpreta al soldado estadounidense Hatch, juega de portero en la selección aliada que se enfrenta a la selección alemana en el Estadio de Colombes, en un París ocupado por los nazis. Hatch no sabe nada de fútbol y nunca ha jugado de portero, por eso pregunta a Colby, el capitán del equipo, qué tiene que hacer en un saque de esquina. Pero los espectadores que consumimos cine en la tele sabemos perfectamente que “Cine de barrio” no es lo mismo que “Versión española”, “La película de la semana” (La 1) o “El Blockbuster” (Cuatro), así que sabemos de sobra dónde tenemos que colocarnos en un córner. Paco Martínez Soria tiene su sitio, como también lo tienen el cine de Almodóvar, las películas de éxito de anteayer y el cine basado en un cómic de Marvel. Sólo hay que saber dónde ponerse. 

Por cierto, Colby le dice a Hatch que en un córner el portero tiene que ponerse en el segundo palo, mirando hacia el balón. Correcto.

14/8/15

SIETE MINUTOS EN EL AÑO 69


Los espectadores agradecemos que las cadenas televisivas nos informen de la duración de las interrupciones publicitarias porque así sabemos, más o menos, a qué atenernos. Volvemos en treinta segundos. Bueno, nos quedamos. Volvemos en tres minutos. Mmmmmmmmm. No sé, ya veremos. Volvemos en siete minutos. Vale, muchas gracias por la información. Adiós. Nos vamos a zapear un poco por ahí. 

Hay que estar muy seguro de uno mismo para amenazar al espectador con siete minutazos de publicidad y confiar en que no se vaya o, al menos, que vuelva. Personalmente, cuando escucho eso de “Volvemos en siete minutos” presto atención a mi “daimon”, como hacía Sócrates, y me sucede lo mismo que al filósofo griego porque el “daimon” siempre me disuade de lo que voy a hacer, jamás me incita. Así, mi voz interior no me incita a tirar el televisor por la ventana o dedicar esos siete minutos a la experiencia vacía del sexo sin amor a pesar de que, como nos enseñó Woody Allen, como experiencia vacía el sexo sin amor es una de las mejores. Mi voz interior intenta disuadirme de asesinar al pobre televisor y de abandonar mi programa favorito en favor de una experiencia vacía. Y lo suele conseguir. Pero reconozco que no puedo aguantar siete minutos de publicidad. Y eso convierte a esos siete minutos en el año 69 d. C.

El año 69 en Roma, conocido como “el año de los cuatro emperadores”, cuatro aspirantes al poder, y sus tropas, combatieron para llegar a lo más alto del imperio y los cuatro gobernaron en una rapidísima y caótica sucesión. Los siete minutos de publicidad son como el año 69 porque, de repente, cuatro o incluso más programas televisivos compiten por llegar a la cima de mi atención e intentan derrocar al programa que hasta entonces se sentaba en el trono. Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano se van sucediendo y, claro, siete minutos después ya no me apetece volver a la Roma de Nerón. Siete minutos en el año 69 son muchos minutos. Cinco minutos, e incluso seis, son otra cosa. Al escuchar “Volvemos en cinco minutos” mi “daimon” no tiene que disuadirme de nada y no se desata ninguna lucha por el poder televisivo. Qué rara es la vida en Roma, ¿no?

13/8/15

ESPARTANOS EN BRUSELAS

Bravo. Un péplum puro y duro para una tarde de agosto. La película “Los siete espartanos” (La 2), vagamente inspirada en “Los siete magníficos”, un western dirigido por John Sturges que a su vez está basado en “Los siete samuráis” de Kurosawa, es un delirio construido a golpe de anacronismos, pero también un buen contrapunto a la tensión con la que los telediarios nos obligan a seguir, incluso en pleno agosto, eso que los estafadores llaman “crisis griega”. “Los siete espartanos” nos traslada al siglo I de la era cristiana, con “Esparta bajo el dominio de Roma”. El protagonista es el espartano Darío, que es gladiador en Roma pero que, por su valor, consigue la libertad. Darío emprende el viaje a su patria, y allí el malvado Hiarba, el ciudadano más poderoso de Esparta, se dedica a intrigar y matar. Darío necesita ayuda para enfrentarse a Hiarba, así que recurre a viejos compañeros gladiadores a quienes ayudó a escapar cuando estaban en Roma. Hay de todo. Tenemos a Panurgo, que ahora es herrero. Y a Xeno, que parece haber abandonado la vida de aventuras y disfruta de una vida de comodidad, vino y buena comida. También está Vargas, un ladrón. Y Flaco, un borracho… En fin, de traca. 

La moraleja final de la película, en palabras de Darío, es la siguiente: “Si un día la libertad estuviera en peligro, el pueblo recordará a los siete espartanos”. Vale. Pues la libertad está en peligro, amigo Darío. Y no sólo en Grecia. ¿Debería el gobierno griego enviar a negociar con la Troika, los socios, los acreedores o como ahora se llamen los estafadores, a los siete espartanos? ¿Conseguirían un exgladiador, un herrero, un viejo aventurero, un ladrón o un borracho lo que no han conseguido políticos con y sin corbata? La vida no es un viejo péplum de luz y de color sino, casi como cantaba Marisol, una tómbola tom-tom-tómbola dirigida por hombres grises. Me gustaría ver a los siete espartanos en Bruselas. Nada cambiaría, claro, pero menudo guion para un péplum de tarde de verano.

12/8/15

¿TODOS SOMOS NEWTONIANOS?


No se puede aprender a escribir monólogos geniales del mismo modo que, como sostenía Kant, no se puede aprender a escribir poesías geniales. Pero es muy fácil disfrutar con los monólogos geniales (al menos, algunos) de “El club de la comedia” y con la genial poesía de, qué sé yo, Silvio Rodríguez. Esta semana vi en “Zapeando” (laSexta) un fragmento de una actuación de Miren Ibarguren en “El club de la comedia” en el que la actriz decía que cuando tu pareja pide “un tiempo para pensar” es, como dijo Cospedal, una ruptura simulada y en diferido. Genial. Como el “disparo de nieve” de Silvio Rodríguez en la inmortal canción “Ojalá”. De acuerdo. No se puede aprender a escribir monólogos precisos y canciones perfectas. ¿Podemos aprender, al menos, a no desafiar a lo tonto las leyes de la física? 

Si nos atenemos a lo que podemos ver en un capítulo cualquiera de “Ciencia para torpes” (Energy), la respuesta a esa pregunta es no, no, no, no y no. Richard Hammond explica en “Ciencia para torpes” las leyes de la física de forma muy original, utilizando vídeos caseros llenos de caídas, torpezas y golpes ridículos provocados por la estupidez de los animales racionales que no saben que una escalera puede caerse si no está bien apoyada en el suelo o que participar en una carrera de coches que sólo utilizan como motor la fuerza de la gravedad puede terminar en una catástrofe. Pero más allá de que, como demuestra Hammond, es perfectamente posible ilustrar las leyes de Newton con un vídeo de caídas que parece recuperado de aquellos patéticos “vídeos de primera” que TVE emitió allá por el pleistoceno, la cuestión que debería inquietarnos en cada segundo de cada capítulo de “Ciencia para torpes” es la siguiente: ¿por qué parece que siempre habrá un ser humano dispuesto a romperse la cabeza haciendo algo que todos los niños aprenden en la escuela que no se debe hacer? Profesores de física, ¿podéis dormir por las noches sabiendo que algunos de vuestros exalumnos se levantarán dispuestos a lanzarse al vacío metidos en un carrito de la compra? No todos podemos ser geniales guionistas o poetas pero, por Dios, ¿por qué no podemos ser todos buenos newtonianos?

11/8/15

SOLIMÁN Y CARLOS

Gracias al excelente documental de la BBC “Los otomanos: emperadores musulmanes de Europa” (La 2), me entero de la existencia de la serie turca “El siglo magnífico”, ambientada en el siglo XVI y protagonizada por el sultán Solimán el Magnífico. La serie es un éxito brutal no solo en Turquía, y también muy polémica porque el pasado otomano de la actual República de Turquía es un asunto más delicado que, por ejemplo, el pasado imperialista de la actual monarquía española. A Erdogan, el presidente de Turquía, no le gusta la serie y condenó públicamente a su director, pero muchos turcos siguieron las intrigas en el palacio de Solimán con el mismo interés con el que muchos españoles siguieron las intrigas en el palacio de Isabel y Fernando en la serie “Isabel”. El documental de la BBC afirma que el imperio otomano fue un Islam tolerante durante mucho tiempo, pero su final fue horrible y sangriento. Halit Ergenç, el actor que interpreta a Solimán, apunta que “El siglo magnífico” ha contribuido a que los turcos se interesen por su historia y ha conseguido que discutan sobre su pasado. Y eso es bueno. 

TVE anuncia estos días que muy pronto estrenará la serie “Carlos, Rey Emperador”. Ojalá que la nueva serie histórica de la televisión pública contribuya también al interés por nuestro pasado, consiga que las discusiones acerca del rey emperador Carlos sustituyan en los bares y panaderías a los debates sobre Isabel Pantoja y logre que el presidente del gobierno de España opine sobre algo que todos podemos ver, en vez de hablar y hablar sobre esa superación de la crisis que solo existe en las cocinas del consejo de ministros. Pero me gustaría que, antes de emitir “Carlos, Rey Emperador”, TVE ofreciera “El siglo magnífico” en el horario que se podría rescatar fulminando alguno de los programas de cocina que ocupan la parrilla. Por curiosidad. Por amor a la historia. Por perder de vista a uno de esos pesadísimos programas de cocina. Me pregunto, por cierto, qué pasaría si la serie sobre Carlos I de España se llamara “El siglo magnífico”. Hala, a discutir.

10/8/15

LA VELOCIDAD DE LA LUZ


Los que tenemos debilidad por el mundo antiguo disfrutamos el pasado sábado viendo “Astérix y Obélix: Misión Cleopatra” (Cuatro) y “Alejandro Magno” (La 1). La película protagonizada por nuestros galos favoritos y por una bellísima Monica Bellucci encarnando a Cleopatra sigue siendo tan divertida como siempre, y la película de Stone sobre Alejandro sigue mejorando en cada pase.  A los puristas de la historia no les hacen mucha gracia los rotundos anacronismos de “Astérix y Obélix: Misión Cleopatra”, pero eso es como molestarse porque en “El  planeta de los simios” una nave espacial viaja a la velocidad de la luz sin tener en cuenta que cuando la velocidad de un objeto se aproxima a la velocidad de la luz su masa se aproxima también a infinito. De acuerdo, la Cleopatra de Astérix y Obélix es un compendio de tópicos aliñado con un superficialísimo análisis de las relaciones entre la última reina de Egipto y Julio César. ¿Y qué? Si los puristas quieren enfadarse, que se peleen con alguien de su tamaño. Por ejemplo, Oliver Stone. 

El “Alejandro Magno” de Stone no quiere parecerse a “Troya” sino que, como reconoció el propio director, pretende ser una parábola sobre los afanes expansionistas de Estados Unidos (Alejandro llega a Oriente como los norteamericanos llegaron a Vietnam o Sudamérica), pero todos se quedaron con la anécdota de la bisexualidad de Alejandro. Stone, que se define como un producto del siglo XX, quiso ofrecer lecciones a partir de Alejandro que fueran de utilidad en nuestros días, y esas lecciones pueden gustarnos o no, pero el cine está precisamente para eso y para entretener, no para reproducir más o menos fielmente la vida y milagros laicos de un Alejandro o una Cleopatra. Uno de los personajes secundarios de “Astérix y Obélix: Misión Cleopatra”, un humilde legionario, dice mientras los romanos destruyen un palacio: “Me pregunto si es necesaria tanta violencia”. Buena pregunta. Yo no me enfadaría mucho si, en la película de Stone, las últimas palabras de Alejandro no tuvieran nada que ver con Plutarco, sino con la reflexión del legionario romano: “Me pregunto si fue necesaria tanta violencia”. En el cine, las naves espaciales viajan a la velocidad de la luz y los personajes históricos se hacen preguntas muy difíciles de contestar.

9/8/15

BEDA EN LA RUTA 66

El monje benedictino Beda el Venerable (siglo VIII) nunca copió nada sin haberlo entendido antes, pero a veces se apoyaba en fuentes escritas para hablar de cosas que podría haber observado con sus propios ojos como, por ejemplo, su descripción de la muralla romana que estaba muy cerca de su monasterio. Supongo que es mejor describir una muralla romana teniéndola delante que hacerlo fiándose de lo que otros han escrito, aunque el placer de escuchar a Peridis describiendo una iglesia románica no está muy lejos del placer de ver esa iglesia con nuestros ojos. Pero no siempre lo que queremos ver está cerca de nosotros, así que debemos fiarnos de otros que sí lo vieron. Yo me fío de Justine, la incansable viajera de “Globe Trekker” (Canal Viajar), así que no tengo más remedio que creer lo que vi a través de sus ojos en el maravilloso documental “Norteamérica: la ruta 66 y más allá”.

Vi una pequeña ciudad en el Estado de Carolina del Norte que se llama Sparta en la que los ancianitos bailan los sábados por la noche en un local que ningún cineasta sería capaz de imaginar. Viajé 755 kilómetros por la Vía de las Montañas Azules donde, lo juro, están prohibidas las vallas publicitarias y los negocios. Me subí en un autobús rosa en Nashville en el que dos hermanas explican la historia del country mientras cantan, y en el trayecto me fijé en un tipo que llevaba una camiseta que ponía: "Vote Charlie Sheen for President". Comí carne en uno de los 246 puestos que participan en el campeonato del mundo de cocina en barbacoa de Memphis. Seguí los pasos de los patos que viven como reyes en el hotel Peabody. Escuché blues en Wild Bills, un garito del norte de Memphis. Recorrí los enormes corrales de Oklahoma City. Aprendí cómo se mide el picante escuchando en “El Pinto” de Albuquerque a un tipo conocido como “El Papa de los pimientos”. Pasé por el lugar donde se probó la primera bomba atómica, en Nuevo México. Visité el cráter de un meteorito que cayó cerca de Winslow hace 50.000 años después de pagar la entrada porque el cráter es, créanme, de propiedad privada. Yo no estuve en todos esos sitios, pero Justine sí. Y, como Beda el Venerable, lo copio para ustedes, aunque sin estar seguro de haberlo entendido bien todo.

8/8/15

PLOMO EN LOS ZAPATOS


Es evidente que las bicicletas son para el verano, pero no es claro y distinto que series como “Hijos del Tercer Reich” (La 1) también lo sean. Y, sin embargo, lo son. El calor, la caña de cerveza, la playa, la montaña, el ventilador y los posados de los famosos mostrando lo que quieren mostrar no son incompatibles con la profunda reflexión sobre el nazismo en particular y la naturaleza humana en general que propone “Hijos del Tercer Reich”. Es más, creo que TVE acierta con el desafío que supone mezclar las amables bicicletas típicas de la programación veraniega con una serie dura, a veces conmovedora y casi siempre tan triste como las redes según el cartero de Pablo Neruda.
 
El verano puede hacernos olvidar el sentimiento trágico de la vida del que hablaba Unamuno, porque del mismo modo que, aunque lo creamos por autoridad, no sabemos que tenemos corazón, estómago o pulmones hasta que nos duelen, tampoco sabemos que los seres humanos somos capaces de hacer cosas horribles hasta que nos duele verlo en el telediario, en un documental o en una serie como “Hijos del Tercer Reich”. Es el dolor físico, dice Unamuno, el que nos revela la existencia de nuestras propias entrañas, y es el dolor de la historia (aunque sea la historia a través de una serie de televisión) el que nos revela la existencia de un corazón incapaz de pensar, un estómago que digiere esvásticas o un pulmón que se limita a obedecer órdenes. Otras series televisivas nos revelan la existencia de unas entrañas diferentes, por supuesto, y películas como “El tigre de Chamberí” (La 2) nos reconcilian con la entraña buena del ser humano. Pero recomiendo a los espectadores veraniegos que no huyan de “Hijos del Tercer Reich” y que, si es necesario, hagan como el poeta griego Filetas de Cos, que era tan flaco que llevaba los zapatos lastrados con plomo para no ser arrastrado por el viento. En el verano es fácil que el viento nos lleve lejos del mundo, y eso no es malo. Como tampoco es malo lastrar nuestros zapatos con plomo para seguir por la noche las aventuras de Wilhelm, Greta, Friedhelm, Charlotte y Viktor después de haber pasado la tarde paseando en bicicleta.

7/8/15

GOKU CEFERINO

Recientemente se ha inscrito en el registro civil en nuestro país un niño con el nombre de pila de Goku, como se llama el héroe protagonista de “Dragon Ball”. Más precisamente, el nombre de pila completo es Goku Ceferino, ya que los padres quisieron incluir el segundo nombre por razones familiares. Goku Ceferino es muy pequeño todavía y no sabe que lleva en su nombre el signo de los tiempos: la sustitución del santoral por el reparto, de la Iglesia por la televisión, del bautismo por el frikismo. No ha sido el primero, aunque por motivos seguramente veraniegos es de quien más se está hablando. En España hay doscientas sesenta y ocho Chenoas, ochenta y seis Xenas, setenta y dos Aryas. Ciento sesenta y dos niños se llaman Logan. Como John Connor en la serie Terminator, Goku Ceferino es el elegido.

El nombre es la primera respuesta que dan unos padres a la pregunta acerca de quién es su hijo. Twenge y Campbell cuentan en “La epidemia del narcisismo” un estudio acerca de cómo han ido cambiando los nombres que se ponen a los recién nacidos en Estados Unidos: si clásicamente los nombres buscaban conectar al niño con su familia, definiendo así su identidad, poco a poco los nombres han empezado a buscar desconectar al niño de dicha familia y acentuar su individualidad y su independencia. No recuerdo los porcentajes exactos, pero la proporción de nombres raros, únicos, nuevos, ha aumentado espectacularmente, mientras desciende a igual velocidad la de los nombres más tradicionales y normales. Y las fuentes de los nombres innovadores son tres: palabras inventadas, nombres de objetos emocionalmente positivos -Diamante, Galaxia, Felicidad, Lucero-, y personajes y estrellas de los medios de comunicación.

Todos somos hijos de nuestro tiempo, y Goku, necesariamente, es hijo del suyo. Sus padres han pretendido ponerle un nombre, y sin buscarlo han definido todo un momento de la historia. Qué no diéramos por saber cómo llamará Goku a sus propios hijos dentro de veinte o treinte años.

6/8/15

ANTONIO MIGUEL CARMONA: A STAR IS BORN

Ha nacido una estrella: Antonio Miguel Carmona. No cabe duda. Los malos resultados electorales de Carmona en Madrid junto con los magníficos resultados de audiencia de Carmona en los programas de televisión tras su destitución lo indican claramente. El hecho de que a Carmona le guste más una cámara que a los perros los picatostes apoya esta tesis. La necesidad que tiene el panorama televisivo de renovar constantemente su agenda de celebrities y diversificar sus procedencias apunta en la misma dirección.

No será súbito, de la noche a la mañana, sino gradual. Carmona seguirá visitando tertulias políticas, pero ocasionalmente comentará también temas “de sociedad” e intervendrá en programas “de actualidad del corazón”. Empezará a compartir mesas de debate con Ramoncín, con Peñafiel, con Risto Mejide. Su perfil mediático irá girando lentamente hacia este nuevo registro, y un día, por cualquier banalidad, se enzarzará en alguna dura polémica con Olvido Hormigos, o con Ylenia, o con Rosa Benito. Acusaciones cruzadas. Paparazzi en la puerta de casa. Rumores sobre su romance con Terelu Campos. A partir de ahí el proceso se acelerará. Primer “Sálvame”. Participación como jurado en la nueva edición de “Tú sí que vales”. Segundo “Sálvame”. Rumores sobre su homosexualidad. Tercer “Sálvame”. Participación en “Tu cara me suena 12”. Contratación en “Sálvame” como colaborador fijo tras la marcha de Kiko Matamoros. Contratación en “Sálvame” como presentador sustituto de Jorge Javier Vázquez para los viernes, los meses de verano y la edición diaria de “Buenos días, Sálvame” de 6 a 12 de la mañana.

Y finalmente, como colofón a la carrera de este profesor universitario de economía, victoria en “Supervivientes VIP 2027 - Infierno radioactivo en Fukushima”, tras derrotar en la final a sor Lucía Caram, declarando que este triunfo “indica que hay una mayoría de espectadores de realities que están a favor del cambio y de formas socialdemócratas de concursar en televisión”.

5/8/15

NO SE HIZO "HOMELAND" PARA LA BOCA DE CUATRO

Estimado espectador de “Homeland” en Cuatro: me veo ante la tristísima tarea de informarte de que la dirección de la cadena boba de Mediaset ha decidido cancelar la emisión de esta serie. Sí, sí, ya sé que esto ocurre en mitad de una temporada, cuando ya se han ido tejiendo las tramas durante cinco capítulos y se van a ir resolviendo durante los próximos cinco. Sí, sí, ya sé que toda cadena contrae con sus espectadores el compromiso implícito de terminar de emitir las temporadas que empieza -¿se imaginan que una cadena interrumpiera la emisión de una película media hora antes del final porque en ese momento los programadores cambiaron de opinión? ¿no estamos ante algo parecido cuando hablamos de series?-. Sí, sí, ya sé que estamos hablando del late night, en donde las audiencias por muy grandes que sean son casi tan pequeñas como las pequeñas...

Debo decirte algo más. El hueco que ocupaba “Homeland” va a ser rellenado por una reemisión de “Adán y Eva”. Claro, si ves “Homeland” es probable que no sepas lo que es “Adán y Eva” y tengas la esperanza de estar ante una nueva serie de la HBO que relee el mito bíblico de la creación. No, nada de eso. “Adán y Eva” es una mierda de reality cuyo atractivo consiste en que la peña anda en pelota por una isla paradisíaca buscando el amor. Estás avisado: si pones Cuatro hoy por la noche esperando encontrarte a Carrie y a Saul infiltrándose en los cuerpos de seguridad afganos, lo que te vas a encontrar es a un nota llamado Coman con la chorra al aire rodeado de mujeres también en bolas. Carrie debe decidir si pone en peligro el operativo de la CIA por salvar a Saul. Coman debe decidir si le hace la caidita a Esther o a Ana. No es lo mismo. Pero parece ser que a la audiencia de Cuatro le interesa más lo segundo que lo primero.

No se hizo “Homeland” para la boca de Cuatro. Queda demostrado que es un error echar perlas a los cerdos y series de calidad a las cadenas generalistas de Mediaset, estimado espectador.

4/8/15

"SÁLVAME" COMO CÁNCER


“Sálvame” crece sin parar. Comenzó siendo un programa de sobremesa menor; rápidamente invadió la media tarde y se extendió casi hasta la cena. No se detuvo ahí. Al cabo de pocos meses fue detectado igualmente durante la noche de los viernes. Había variado algo su morfología, pero seguía siendo inequívocamente “Sálvame”: los temas aburridos, la ideología repugnante, la explotación hasta el asco de las pasiones más simplonas y aborregadoras. Durante meses parecía que “Sálvame” había detenido su crecimiento ocupando todas las tardes entre semana y la noche de los viernes, pero esta semana se ha extendido también a la noche de los sábados con nuevo éxito de audiencia. “Sálvame” es una lacra que comenzó en un punto de la programación televisiva y ha ido invadiendo rápidamente otras partes de la programación que hasta entonces se encontraban sanas. Ya no cabe ninguna duda: “Sálvame” no es un programa de televisión, “Sálvame” es un cáncer.

Y la nueva metástasis de la noche del sábado nos habla del vigor del tumor al que nos enfrentamos y de las inmensas posibilidades de nuevos crecimientos en zonas de tejido sano que todavía conserva. La buena noticia es que los avances médicos contra esta enfermedad, lentos pero continuados, están reduciendo notablemente sus tasas de mortalidad. “Sálvame” puede tener cura si se combina adecuadamente la extirpación quirúrgica de Jorge Javier Vázquez, la radiación a Belén Esteban y la quimioterapia contra el resto de células que flotan por el plató. Conviene no olvidar los tratamientos que buscan cortar las vías de alimentación del tumor: si se consiguiera desviar a los millones de espectadores de “Sálvame” hacia otras partes del organismo su creciento se vería claramente limitado. Es necesario intervenir cuanto antes. De no hacerlo así, el programa de Telecinco pronto invadirá también la noche de los domingos, y después todas las noches entre semana, y luego las mañanas una a una, hasta la muerte de la televisión.

3/8/15

NED FLANDERS EN TELEVISIÓN ESPAÑOLA

Insisto, la realidad imita al arte. ¿Recuerdan esos ridículos juegos de preguntas sobre la Biblia con los que se entretienen Ned Flanders y sus hijos Rod y Todd en los capítulos de “Los Simpsons”? ¿No es divertidísima la forma en como se parodia a los fundamentalistas bíblicos en dicha serie de animación? ¿Tienen frescas las imágenes de los Flanders saltando de alegría cuando contestan correctamente a preguntas sobre la genealogía de Abraham o sobre las ciudades en donde predicó el profeta Jeremías? Pues -agárrense- “Buenas Noticias TV”, el programa para el proselitismo de la fe evangélica que TVE cede a dicha religión los domingos por la mañana, dedica sus entregas de agosto a un entretenidísimo concurso de trivial bíblico tan... tan... tan indescriptible que convierte los juegos de Rod y Todd en el “World of Warcraft”. No me llamen friki. Intenten verlo un solo día sin quedar convertido en estatuas de sal.

Dos equipos de cinco niños de unos diez años alternándose preguntas. “¿Hacia dónde huyó Jonás para no predicar en Nínive?”. Los cinco chicos cuchichean nerviosos entre ellos durante unos segundos y contestan “a Tarsis”. “Es correcto”. Y hacen gestos de alegría por haber acertado. “Pasamos al equipo ‘Cristo Vive’, ¿a quién resucitó Pedro en la ciudad de Jope?”. “Al hijo de la viuda de Naím”. “No es correcto. A Jonatán”. “¿Cómo se llamaba el padre de Noé?”. Las criaturas ponen cara de “ésta es muy fácil” y contestan con una sonrisa pánfila “¡Lamec!”.

(Nota aclaratoria: la columna de hoy sólo es un recordatorio bizarro del lado marciano de la naturaleza humana y de cómo nos lo podemos encontrar inesperadamente un domingo por la mañana al encender la tele entre bostezos. No hay ningún juicio de valor en estas líneas. Otro día sí reflexionaremos acerca de los aspectos morales que suscita el hecho de que una televisión pública emita un concurso infantil en donde una de las preguntas es “¿cuál es el principio de la sabiduría?” y en donde la respuesta correcta es “el temor a Dios”.)

2/8/15

TU CARA NO ME SUENA, KIKO

Poco a poco se van conociendo bastantes detalles de la cuarta edición de “Tu cara me suena” y al parecer Atresmedia ya está en condiciones de anunciar que Kiko Rivera no formará parte de los concursantes de esta nueva entrega que podremos disfrutar en el otoño. Mucho se había hablado de la posibilidad de que el popular hijo de Isabel Pantoja no figurara entre los participantes este año. Parece ser que las negociaciones no fueron fáciles pero finalmente se llegó a un desacuerdo por ambas partes que facilitó la no participación de Kiko. “Va a ser sin duda uno de los grandes atractivos de esta nueva temporada. Sin Kiko Rivera en el programa podremos superar las audiencias de ediciones anteriores. Todo el equipo está verdaderamente ilusionado con esa noticia”, han declarado los responsables del concurso de Atresmedia durante la rueda de prensa que convocaron para anunciar oficialmente el no fichaje de Rivera.

Silvia Abril, Ana Morgade o Edu Soto son algunos de los nombres que ya están confirmados para participar en “Tu cara me suena 4”, pero la gran baza que jugará el show este otoño será la no participación de Kiko Rivera. “Sin hacer de menos a otros muchos que van a no participar, estamos particularmente encantados con la no participación de Kiko. La ausencia de Kiko es siempre garantía de éxito para cualquier programa. Basta con que la audiencia sepa que él no va a aparecer en pantalla para que los datos de share se disparen. Que tiemblen nuestros competidores. En algunos momentos temimos no poder conseguirlo porque las exigencias económicas de Kiko para no participar eran muy elevadas. Parecía inevitable que Kiko Rivera concursara en esta edición de ‘Tu cara me suena’. Pero finalmente el desacuerdo fue posible y consideramos que es muy beneficioso para nuestro show”. Al término de dicha rueda de prensa, Rivera, también presente en la sala, no contestó amablemente a las preguntas que los periodistas no le hicieron.

1/8/15

"GYM TONY" EN TANGANIKA


La historia que se les voy a contar es rigurosamente cierta y tiene todavía desconcertada a la comunidad científica: a finales de enero de 1962, en una localidad de Tanganika llamada Kashasha y situada en la costa occidental del lago Victoria, apareció un brote epidémico de ataques de risa. No es broma; ocurrió tal como se lo estoy diciendo y llegó a convertirse en un auténtico problema de salud para el país. En una escuela femenina tres adolescentes comenzaron a reír sin poder parar; poco después ya eran cien las chicas aquejadas de ataques de risa y finalmente la escuela tuvo que cerrar ante la imposibilidad de continuar con las clases. La vuelta a sus casas de las alumnas hizo que la epidemia se expandiera por varias zonas de Tanganika. En la cercana localidad de Nshamba doscientas diecisiete personas fueron atendidas por ataques de risa interminables.

La risa se transmitía de forma contagiosa, y aparecían casos nuevos entre las personas que habían estado cercanas a casos ya declarados. Durante más de seis meses el norte de Tanzania se enfrentó a este problema. Al término de la epidemia habían cerrado catorce escuelas y más de mil personas se habían visto afectadas de esta risa imparable e inevitable que ocasionalmente se acompañaba también de ataques de llanto, gritos histéricos, desmayos, dolores o problemas respiratorios. Varias revistas científicas recogieron estos sucesos en sus artículos. Aunque no existe un consenso sobre el asunto, la mayoría de los estudiosos consideran que esta epidemia de risa fue un caso extremo de una histeria colectiva de tipo psicógeno.

Y es una lástima que esta historia haya tenido lugar en Tanganika en 1962. Porque si hubiera ocurrido en España en 2015 hubiera bastado con ponerles a las chicas un capítulo cualquiera de “Gym Tony” y hubiera terminado el ataque de risa colectivo en décimas de segundo. La verdad, no se me ocurre ninguna otra utilidad interesante para la supuesta serie cómica de Cuatro.