31/7/15

BOCHORNO EN EL BOCHORNO


Si se está sintiendo una profunda vergüenza ajena viendo “Cazamariposas” en Telecinco mientras en el exterior las olas de calor veraniego están volviendo irrespirable el aire del atardecer, ¿se puede considerar que se está sintiendo bochorno en medio del bochorno? Es sabido que la voz “bochorno” tiene en español dos significados: uno, el referido al calor excesivo que suele acompañar ciertas épocas del año; otro, aquél que alude a la sensación de desazón producida por una profunda vergüenza. Ver a esos dos presentadores cuyos nombres no diré (regla de oro: trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti. Si yo presentara “Cazamariposas” no me gustaría que divulgaran mi nombre en la prensa) debatiendo si Isa Pantoja continúa saliendo o no con Christopher Mateo es sin duda causa de un profundo bochorno (segunda acepción) que tiene lugar en una situación atmosférica que los meteorólogos están calificando como bochornosa (primera acepción). Bochorno en el bochorno. Bochornoso bochorno. Metabochorno.

Qué bochorno (primera acepción) siento mientras las declaraciones de Ylenia acerca del tamaño del pene de Fede me hacen sentir bochorno (segunda acepción). Me parece bochornoso (segunda acepción) que los presentadores anónimos se dediquen a comentar que Agustín Pantoja dejó el mundo de la canción por problemas con su orientación sexual en un momento en el que los espectadores cenan algo fresquito para combatir el bochorno (primera acepción). ¿Se cree Telecinco que el bochorno meteorológico hace que el bochorno televisivo pase desapercibido? ¿De dónde ha sacado Telecinco la extraña idea de que el bochorno televisivo ha de acompañar al bochorno meteorológico? Roguemos para que terminen ambos bochornos y roguemos para que “Cazamariposas” no tenga secuelas (primera acepción: continuación el año que viene en una nueva temporada; segunda acepción: perjuicio permanente que queda tras sufrir un mal).

30/7/15

VEINTE AÑOS EN EL PARÍS DEL NORTE

Para Eva G.
Tengo veinte años. Al Antonio Rico que soy lo creó la televisión mezclando muchas influencias diferentes. Fue una gestación lenta, chiripitifláutica, mairagomezkémpica, hillstreetblusiana. Pero el ingrediente final, el definitivo, el que reordenó los demás y dio por terminado el proceso fue “Doctor en Alaska”. No es tanto que “Doctor en Alaska” me gustara, como que yo le gusté a “Doctor en Alaska”. No es tanto que “Doctor en Alaska” se ajustara a mi canon de gustos sobre series, como que “Doctor en Alaska” se me impuso como el modelo de características perfectas  contra el que se medirían a partir de entonces las demás series. La realidad imita al arte y la televisión imita a “Doctor en Alaska”.

Y estos días se cumplen veinte años del final de la serie. Para Freud la personalidad humana queda conformada por la resolución final del complejo de Edipo; a partir de ahí ya sólo caben ajustes menores y pequeños cambios no esenciales. “Doctor en Alaska” fue mi complejo de Edipo: con su final acabó la era de formación de mis gustos televisivos y quedé fijado para buscar a Maggie O’Connell en todos los personajes femeninos de las demás series, a valorar cualquier monólogo por su relación con los que nos regalaba Chris en sus programas de radio, a considerar que cualquier serie es imperfecta si no incluye la banda sonora que podría haberse escuchado en algún capítulo de “Doctor en Alaska”.

Tengo veinte años. Han pasado como un suspiro porque no ha habido grandes cambios en ellos.  Llevo veinte años viviendo en el París del norte, en la ciudad fundada por Cicely y Roslyn. Saludo a Maurice Minnifield, a Ed y a Ruth-Anne cuando me los encuentro por la calle. El doctor Fleischmann me atiende cuando enfermo. Cada aliento es mágico, cada mirada significa algo y cada cambio de estación se produce tanto fuera como dentro de mí. Vivo atrapado en el mito del paraíso perdido, en la satisfacción melancólica que compartimos los que hemos traspasado la última frontera.

29/7/15

CUATRO DÍAS DE PAZ Y RISAS

El Festival de Woodstock fue, según la famosa frase que dio título a la película documental de Michael Wadleigh, tres días de paz y música. El Singlot Festival fue cuatro días de paz y risas. El Festival de Woodstock tuvo lugar en Bethel, estado de Nueva York, entre el 15 y el 18 de agosto de 1969. El Singlot Festival tuvo lugar en Sant Feliu de Guixols, Cataluña, entre el 23 y el 26 de julio de este año. Ya había habido otros festivales musicales antes del Festival de Woodstock, pero la importancia objetiva del cartel que se reunió en 1969 y la magia que brotó durante aquellos días convirtieron a ese festival en la referencia de los festivales musicales para el resto de la historia del rock. Ya había habido otros festivales de comedia antes del Singlot Festival, pero la importancia objetiva del cartel que se reunió la pasada semana y la magia que brotó durante estos días convirtieron a este festival en la referencia de los festivales humorísticos para el resto de la historia de la comedia española.

Bajo la dirección de Andreu Buenafuente y El Terrat, actuaron monologuistas jóvenes como Manu Górriz y asentados imitadores como Toni Albà, humoristas costumbristas como Berto Romero y reinventores del humor como Leo Bassi, los mongoles Darío Adanti y Edu Galán junto con la compañía de teatro Els Joglars demostraron que se puede hacer humor y hablar de cosas importantes a la vez. Cuando Faemino y Cansado terminaron su espectáculo en la medianoche del domingo, el panorama de la comedia española había quedado tan reordenado como quedó el mundo del blues después de que Jimi Hendrix cerrara su actuación con “Hey Joe” en  Woodstock a las diez de la mañana del 18 de agosto de 1969. Eso sí, todos tenemos en la memoria colectiva a Hendrix deshaciéndose sobre aquel torturado escenario neoyorquino, pero no ha quedado constancia cinematográfica de la aventura con el sherpa en la falda del Everest que vivieron Faemino y Cansado. ¿Lo ves, Andreu? Hay que hacer una segunda edición para rodar “Cuatro días de paz y risas”.

28/7/15

¡VUELVEN LOS GUIÑOLES!



Mariano Rajoy debería inmiscuirse más en TVE para obligarla a emitir “Las nuevas noticias del guiñol”. Frótense los ojos. Ahora escribo esta frase de relleno para que puedan sacudirse la cabeza leyendo por encima sin perder el hilo. ¿Ya está? Seguimos.

Los guiñoles se  mueren. Aquellos guiñoles que descubrimos en Canal+ en abierto allá por 1995 vivieron trece años entre nosotros hasta que nos dejaron en 2008. Eran nuestra versión de los guiñoles franceses. Habían tocado el cielo del éxito, pero estaban en horas bajas. Desde su desaparición esperábamos que alguno de los creativos que cobran una pasta por innovar en la tele propusiera que su cadena creara unos informativos en los que unos muñecos de látex de diferentes personajes de actualidad hicieran una sátira, a veces amable, pero a veces punzante y cruel, del día a día nacional e internacional. Pero llevamos siete años sin guiñoles y ese día no llega.

Ahora hay noticias preocupantes de Francia, el reservorio del que esperábamos volver a contagiarnos de ese humor paródico de goma tan liberador y necesario. ¿No decían en el PP que les faltaba piel? Pues venga más piel, pero sabiendo que en el “piel con piel” uno puede pillar cualquier cosa y el látex es muy útil para todo tipo de contactos y rozamientos. ¿No desfiló a principios de año Rajoy en París en una multitudinaria manifestación por la libertad con ciertos de pancartas de “Je suis Charlie” tras el atentado contra el semanario satírico? Pues que se note. Algo tan importante no puede abandonarse a los vaivenes del mercado, sino que debe ser protegido por las instituciones.

Canal+ Francia acaba de despedir a los autores de “Los Guiñoles” y anuncia que su emisión pasará a ser codificada, solo para abonados. Rajoy debería hacer una llamadita, por la libertad de expresión y esas cosas que tan bonitas quedan en las manifestaciones multitudinarias, para que TVE contratara a unos guionistas cañeros y los pusiera a trabajar ya en “Las nuevas noticias del guiñol”. Cada noche, diez minutos antes del “Telediario 2”. La bomba.

27/7/15

JAVIER SARDÁ, DE VUELTA EN LA TIERRA



“Al rojo vivo” (laSexta) es un programa diario pegado a la actualidad. Cuando su presentador, Antonio García Ferreras (ahora Cristina Pardo), pregunta a los colaboradores qué les parece la situación política de Alexis Tsipras, cada uno hace su análisis. Todo se desarrolla con normalidad: Jesús Maraña opina una cosa, Ignacio Escolar otra, y Antonio Pérez Henares otra diferente. Francisco Marhuenda y Eduardo Inda dicen esas cosas que dicen Inda y Marhuenda, que para eso están. Pero cuando le toca el turno a Javier Sardá ocurre algo extraordinario: en vez de subirse a la mesa y ponerse a bailar de forma insinuante mientras mira con descaro a la cámara lanzando besitos, va el tío y realiza un análisis de la situación política de Tsipras.

“LaSexta noche” es un programa semanal pegado a la actualidad. Cuando su presentador, Iñaki López, pregunta a los colaboradores qué les parece la situación política de Artur Mas, cada uno hace su análisis. De nuevo, todo se desarrolla con normalidad: se suceden las opiniones mientras Inda y Marhuenda se esfuerzan por mantener sus personajes. Entonces vuelve a suceder algo sorprendente: Sardá no hace amagos de desabrochar el cinturón del pantalón, no juguetea con los botones de la bragueta, no hace gestos provocativos, no se baja los pantalones y, finalmente, ni se da la vuelta ni enseña el culo. En lugar de eso, habla de Mas tan guapamente.

“Crónicas marcianas” era un programa pegado a la actualidad. Si, por un agujerito, su presentador, el Sardá de hace unos años, viera en la tele actual al Sardá de ahora, no se contrataría de colaborador ni de coña. Otra cosa es que en Telecinco sepan de lo que es capaz y lo intenten fichar –Dios no lo quiera– de contertulio para los debates de “Gran hermano”. No lo olvidemos que él fue el primero en hacer esa basura de debates cuando mandó aquel gran programa que había sido “Crónicas marcianas” a la mierda.

26/7/15

SÉ FUERTE



Jesús Calleja. Lo entiendo. Sé fuerte. Hoy te veré. Un abrazo.

Jesús, entiendo que te va bien con “Planeta Calleja” en Cuatro, entiendo que quieras hacer otra temporada con el mismo planteamiento, entiendo que recurrir a la presencia de un invitado famoso en cada entrega facilita el trabajo porque anima el guión, dinamiza el contenido cambiando algo para que todo siga igual y atrae audiencia facilona. Pero deja de hacerlo, por favor. Sé fuerte y renuncia al invitado famoso. Hace “Planeta Calleja” insoportable. Si el programa es bueno, el invitado famoso sobra. Si el programa es malo, lo que sobra es el programa. Cansa ver cuántos famosos quieren promocionarse haciéndose los valientes ante las cámaras, venciendo sus miedos ante las cámaras, superándose a sí mismos ante las cámaras. Siempre la misma pamplina de manual de autoayuda para hacerse los guays. Coño, que acepten el reto de ir a potabilizar agua a la India durante el monzón, el desafío de leer la “Fenomenología del espíritu” de Hegel en una biblioteca pública, el compromiso de aprender chino por correspondencia; lo que sea, pero sin que los demás tengamos que verlos en la tele con la boca abierta de admiración.

Jesús, sé fuerte y líbranos de los famosos. A cambio, hoy por la noche veré en Cuatro “Volando voy”, el programa que has hecho para este verano en el que te mezclas más con la gente de los lugares que visitas y no llevas el lastre de un famoso colgado al cuello. El estreno del domingo pasado dedicado al Caminito del Rey en Málaga fue estupendo aunque en el pueblo tuvieras la desgracia de tropezarte con Fran Perea. Si hoy no das con ningún famoso, “Volando voy” será aún mejor. Va en serio. Es una desgracia fue que Pedro Sánchez aceptara salir en su día en “Planeta Calleja” y que ahora estés grabando con Albert Rivera, así que deberías agradecer que Pablo Iglesias no haya aceptado tu invitación ni respondiera a esa provocación tontorrona que le hiciste preguntándole si es que tenía miedo.

Pablo. Por Dios. No piques. Sé fuerte.

25/7/15

EL PEDESTAL Y LA PEANA



José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, puede quedar como un señor matando dos pájaros de un tiro. Tiene la ocasión de oro para lucirse ante sus jefes (ya saben cómo es la democracia: ante los más de cuarenta y cinco millones de españoles). Y, lo que es mejor, puede dejar claro que la verdadera devoción que el pueblo del gran José Sazatornil sentía, siente y sentirá eternamente por Faulkner no es nada al lado de la fervorosa devoción que él siente ante quien le nombró tras ver de lo que estaba siendo capaz de hacer al frente de Telemadrid (algo inenarrable porque no se puede narrar, increíble porque no se puede creer, e irrepetible porque esperemos que nadie se atreva a repetirlo).

Sabrán que la excusa oficial que la tele pública puso para no emitir “Yo, Juan Carlos I” –el “incómodo” reportaje realizado en colaboración con la tele francesa sobre Juan Carlos Borbón del que les hablé hace unos días– fue que “es un producto que no es actual. Trata de un rey que ya no es rey”. Claro que eso dijo el portavoz  de RTVE sin saber que poco después retirarían un busto del rey (porque, ay, señor portavoz, Juancar sigue teniendo el título de rey) del ayuntamiento de Barcelona utilizando un argumento incómodamente parecido: que no es el actual jefe del Estado.

A ver, Sánchez. Está bien que pongas a hervir los telediarios con lo del busto y el lío que se formó, pero no debes olvidar que el pedestal del ayuntamiento de Barcelona no es nada comparado con la peana gigantesca que es TVE: puedes resarcirte poniendo en ella el reportaje que antes retiraste. O, mira qué bien, viendo que un concejal quería poner en aquel pedestal una imagen del nuevo rey, tú puedes emitir en tu peana un reportaje sobre Felipe Borbón similar a “Juan Carlos, el ocaso de un rey” –aquel otro reportaje francés que TVE tampoco quiso emitir el año pasado–. Puedes titularlo “Felipe, la construcción de un rey” y contar cómo todos los resortes del poder prepararon la santificación y entronización del nuevo rey. Tus jefes quedarían encantados. Y quienes te nombraron, también.

24/7/15

PORQUE ESTO ES EL INCENDIO



Qué tiempo tan feliz este en el que en vez de poner la tele y darte de bruces con la adulación sobona al Gran Wyoming como invitado en “¡Qué tiempo tan feliz”, te puedes tropezar, regocijar y revolcar como un cerdo en la exaltación corrosiva de “El roast de El Gran Wyoming”. Y no, no es otro programa de cocina en el que se asa a Wyoming.

Al inicio, Buenafuente, como maestro de ceremonias, aclara que se trata de algo mucho más cruel, inhumano y condenadamente divertido: “¿De qué va ‘El roast’? De reírse de Wyoming. Pero en su cara, no como hace él con la derecha. Por eso han venido a criticarle alguno de sus seres queridos: Santiago Segura, Arturo Valls, Falete, Loles León, Yolanda Ramos, Pablo Carbonell y Antonio Castelo.

No es lo que parece: es mucho peor. O sea, muchísimo mejor. ¿Recuerdan cuando Jordi Évole era “El Follonero” y acompañaba a Buenafuete dando leña? Esto es otra dimensión. “El Follonero” era solo un tipo haciendo quemaduras con una vela, pero aquí todo el mundo lleva un lanzallamas. Y todos disparan contra todos, pero especialmente al invitado estrella, que debe soportar que le achicharren hasta que al final empuña su propio lanzallamas.

Nos habían dicho que tener sentido del humor es saber reírse de uno mismo. Eso era antes de que llegara este formato importado de EE.UU. “El roast de El Gran Wyoming” –estrenado hace unas semanas en Comedy Central y reemitido ayer por la noche– demuestra que tener sentido del humor es reírse de cómo los demás se ríen, se parten de risa, se descojonan de ti en tu cara. A lo bestia. A calzón quitado. Como si no hubiera un mañana ni ganas de conservar la dignidad, la autoestima o la amistad con nadie. A su lado, la crueldad de los concursos japoneses con sus participantes es algodón de azúcar.

El año pasado Comedy Central nos sirvió el roast de Santiago Segura. Este, el de Wyoming. Deberían darse más prisa porque urge extender el fuego purificador de tan ardiente orgía. ¿Qué personaje televisivo merecería ser carbonizado el siguiente?

23/7/15

VEINTIÚN PINES


Mucho se está hablando de la posible salida del euro de Grecia, pero no ha tenido ninguna repercusión mediática la salida del euroconector de Francia. En efecto, hace unas semanas Francia acabó con el euroconector como conexión estándar para los aparatos audiovisuales fabricados en dicho país, rompiendo una unión europea tan importante como la económica o la política: desde Honningsvag hasta Zahara de los Atunes, desde Santo André de Teixido a Katowice el televisor y el vídeo VHS estaban conectados con un euroconector. Pamela Anderson corría por sus entradas de imagen y Prince tocaba funky en sus entradas de sonido. No sabemos las consecuencias que tendría el grexit, pero no veo por qué van a ser menores las del fradiós.

Era un cable gordo, negro, corto, con unas conexiones finales feas e incómodas. A medio camino entre un neumático y la salida del desagüe de una lavadora. Por eso nos cuesta tanto trabajo recordar que hubo un tiempo en el que el euroconector fue el futuro. Era la cumbre de la tecnología, la señal de que las predicciones de la ciencia ficción se iban a hacer realidad, el toque de distinción del que presumía una generación frente a todas las anteriores. El euroconector, en resumen, era la promesa de un mañana mejor. Era el pacto de convivencia supremo, por el cual no importaba si hablábamos de un vídeo VHS, de un DVD o del descodificador inicial de Canal+, ya que siempre habría una forma de conectarlos entre sí y a ellos con el televisor. Con el euroconector no era necesario el derecho a decidir ni pactar con fuerzas populistas.

Por ello, como homenaje, propongo que se sustituyan las doce estrellas doradas de la bandera europea por los veintiún pines plateados del euroconector, dispuestos no en círculo, sino en dos filas horizontales. Más que Carlomagno, Erasmo, Hitler o Felipe González, a Europa la creó el euroconector que ahora despedimos casi en secreto. Me declaro euroescéptico de la Europa del conector HDMI (y del TTIP).

22/7/15

PRIMARIAS EN "AMAR ES PARA SIEMPRE"

El fichaje de Toni Cantó para la próxima temporada de “Amar es para siempre” ha sembrado la inquietud entre los seguidores de la telenovela de Antena 3, que temen que el actor valenciano inicie una campaña para coaligar dicho serial con otras telenovelas parecidas que se emiten en nuestras pantallas. Así, Cantó ha manifestado su desacuerdo con la actual dirección de “Amar es para siempre”, a la que acusa de estar excesivamente centrada en la figura de Eduardo Casanova. “‘Amar es para siempre’ no puede ser el proyecto personalista de unos pocos si queremos que la audiencia no nos dé la espalda para siempre. Vivimos un momento decisivo en la televisión española y debemos iniciar procesos de confluencia con otras teleseries para aprovechar la oportunidad histórica que tenemos de convertirnos en líderes de audiencia”.

Así, Cantó encabeza una corriente interna en “Amar es para siempre” que no oculta sus simpatías por iniciar un acercamiento a “El secreto de Puente Viejo”. “La democracia en televisión consiste en dialogar y en encontrar puntos de entendimiento”, ha declarado, “es cierto que existen ciertas dificultades para la unión con ‘El secreto de Puente Viejo’, como es la diferencia de época histórica en donde transcurren ambas acciones, pero es más lo que nos une que lo que nos separa. Ambas telenovelas son emitidas por la misma cadena y, más importante aun, ambas comparten un mismo ideario basado en el costumbrismo, las tramas de amor conservadoras y una cierta añoranza de un pasado idealizado”. Eduardo Casanova, por su parte, ha declarado que “Amar es para siempre” “es el programa más transparente y democrático de la televisión actual, y Toni Cantó, como cualquier otro miembro del equipo, lo que tiene que hacer es presentarse a las primarias de la telenovela y conseguir ahí los apoyos necesarios”, tras lo cual realizó un llamamiento a la tranquilidad de los seguidores de la serie y su confianza en seguir obteniendo resultados de audiencia cada vez más altos.

21/7/15

TVE, CONTRA EL REY



España debería tratar mejor a los inmigrantes. Vemos la paja en el ojo ajeno cuando Merkel hace llorar a la joven hija de unos inmigrantes palestinos, pero no vemos la viga en el propio ante la injusticia que comete TVE con el viejo descendiente de unos inmigrantes franceses que llevan generaciones entre nosotros (si bien es cierto que en varias ocasiones se fueron de aquí como si les fuera la vida en ello, también lo es que siempre han vuelto como si les fuera la vida en ello. Y qué vida). Y el hecho de que Juan Carlos Borbón, que así se llama el pobre señor en cuestión, no se haya echado a llorar no quita que TVE deba pedirle perdón y rectificar su fea conducta.

Ya estuvo mal que hace dos años TVE no emitiera “Juan Carlos, el ocaso de un rey”, un reportaje de investigación realizado sobre su persona y trayectoria profesional en el puesto laboral que, todavía en activo, entonces ocupaba en España. Aprendamos de nuestros vecinos franceses: ellos no solo lo elaboraron con cariño, sino que lo emitieron sin problema alguno. No importa si lo hicieron por motivos humanitarios o por un chauvinismo que les llevó a interesarse por un descendiente de una familia gala que marchó del país por motivos laborales pero que después no retornó porque perdieron arraigo en Francia cuando su parentela fue pasada por la guillotina. Inmigrantes económicos o refugiados políticos, da igual: Francia, uno; España, cero.

Hace un año, nuevamente partió de Francia la iniciativa de elaborar un documental biográfico sobre la figura del Borbón. Esta vez, menos mal, TVE accedió a colaborar en su elaboración. Pero, una vez que “Yo, Juan Carlos I” se termina y mientras la tele francesa anuncia su emisión en horario de máxima audiencia, TVE se niega a emitirlo. ¿Porque hay motivos políticos por parte del PP que no sale en el reportaje como él quisiera? ¿Porque hay intereses no confesados en torno a la figura del Borbón? No seamos conspiranoicos, por favor, esto es que hay quien tiene tirria a esta familia porque vino aquí a quitarnos el puesto de trabajo de jefe de Estado.

20/7/15

LA TELEVISIÓN ES NUTRITIVA



¿Qué ven mis ojos? ¿Chicos, pequeñuelos, personas diminutas o grandes y ya de vacaciones? Voy a hacerles una hermosa propuesta para que se pongan a trabajar como becarios mientras canturrean alegremente la versión que hicieron en los ochenta los geniales “Siniestro Total” del “Vamos a la cama” del televisivo monstruo Casimiro.

Y ahora que al fin tengo becarios que hagan mi trabajo, les dejo un par de noticias sobre el mundo de la televisión para que le den al magín a ver qué crítica televisiva se les ocurre. Antes voy a hacer mi parte dándoles un consejo de experto: deben procurar dar con una idea buena, porque contar una buena idea es mucho mejor que tener que agarrarse a un clavo ardiendo, si lo sabré yo; no hace falta que dé ejemplos.

La primera noticia es sobre una cadena privada: hace unos días trascendió que, en un encuentro informal con medios de comunicación, el presidente Mariano Rajoy dejó caer que su mayor error había sido salvar a laSexta, ya que, si no hubiera autorizado la fusión con Antena 3, ahora ya no existiría y se librarían de algunas molestias.

La segunda noticia es sobre una cadena pública: dentro de la web de Telemadrid, hay un blog sobre libros que lleva un alto cargo de la casa apellidado Platón Carnicero. En serio. Esto dice de un reciente libro sobre los presos del Valle de los Caídos: “Predomina una leyenda ‘progre’ sobre el Valle de los Caídos, según la cual este último fue construido, en condiciones extremadamente penosas, por presos políticos condenados a trabajos forzados. Dichas condiciones habrían causado un número intolerable de muertos durante los casi veinte años que duró la obra. Ninguna de tales acusaciones es cierta”. Más: “La realidad es que nadie fue obligado a trabajar en las obras”. Y más: “El profesor Bárcena Pérez ha rendido, con este libro, un excepcional homenaje a la verdadera memoria histórica de España, tan alejada del sectarismo practicado por una izquierda cuya principal seña de identidad es la ignorancia”.


Venga, becarios, a trabajar, que la televisión es nutritiva.

19/7/15

ANGELA MERKEL EN TELECINCO



Un profesor no puede advertir en la primera clase del curso de que un día inesperado a lo largo del año hará un examen sorpresa. De la misma forma, Telecinco no puede estrenar hoy el concurso “Pasaporte a la isla”. No es discutible. No es opinable. Solo es lógica aplicada.

Si el profe anuncia un examen sorpresa un día inesperado, todos los alumnos sabrán que el último día del curso no podrá poner el examen, porque, llegado ese último día, sabrán que ese día habrá examen y ya no sería una sorpresa. Así que ese último día queda eliminado. Pero, por lo mismo, tampoco podría ponerlo el penúltimo día puesto que los alumnos volverían a saber que ese es el último día posible para hacer el examen sorpresa. Es más, el antepenúltimo día volvería a ocurrir lo mismo. Igual que el anterior al antepenúltimo. Y todos y cada uno de los días del curso. Así que exámenes los que quiera; pero sorpresa, ninguna.

Sin darles tiempo a que busquen el pero, les coloco el segundo problema lógico que es a lo que vamos: es lógicamente contradictorio que hoy Telecinco estrene un concurso reality en el que presente a los concursantes que saldrán a todas horas en la tele conviviendo, discutiendo y enfrentándose a pruebas estúpidas para optar a un premio que consistirá en ser elegidos para seguir saliendo en Telecinco como concursantes de la próxima edición del concurso reality “Supervivientes” en el que los concursantes saldrán a todas horas en la tele conviviendo, discutiendo y enfrentándose a pruebas estúpidas para optar a un premio que principalmente está en que tanto salir en Telecinco les permitirá seguir saliendo en Telecinco.

Así que “Pasaporte a la isla”, esta reedición marrullera de “Pasaporte a Dublín”, es un imposible lógico porque todos los concursantes tienen premio: lo primero que hará será repartir pasaportes entre todos los que optan a conseguir pasaporte. Hay una salida: que Angela Merkel sustituya a Paolo Vasile en Telecinco y sea más restrictiva en la entrega de pasaportes. Y, qué coño, ya puestos, que Vasile sustituya a Merkel en Alemania gestionando las solicitudes de asilo.

18/7/15

LOS VIGILANTES EN LA PLAYA


Denuncia televisiva de Intereconomía cuando hace unas semanas cerró temporada “El intermedio”: “El Gran Wyoming, defensor de los trabajadores, se irá 2 meses de vacaciones”. Qué razón tienen. Lo que no se explica es que no hicieran la misma crítica a Buenafuente cuando, ay, bastante antes cerró temporada “En el aire”. Los trabajadores –que somos todos incluidos los psicodélicos currantes de Intereconomía– no podemos pasarnos tanto tiempo a la intemperie sin el digestivo al que estos dos tipos nos han malacostumbrado al acabar cada jornada.

¿No notan una pesadez, una desazón, un malestar estos días? No es el calor, es que no somos capaces de digerir el presente. Los telediarios se han olvidado de que ha llegado el verano, y en vez de acomodarse –como es su obligación– informando del aumento del consumo de helados o del nacimiento de un delfín en un acuario, siguen lanzando bombazos que no hay quien asimile: EE.UU. y Cuba, a partir un piñón; Irán se pasa el eje del bien; Grecia sube y baja y sube y baja más rápido que una montaña rusa. Por no hablar de las noticias acerca de nuestra propia casa. En condiciones normales, una tontería de Wyoming o una broma de Buenafuente sobre estos asuntos los disuelve con la facilidad con que se deshace un azucarillo en un vaso de ácido sulfúrico. Pero como están de vacaciones, la actualidad se nos va atragantando y nos ahoga.

¿Se creen estos dos traidores a la clase obrera que algo tan importante como el análisis y la digestión del día a día se puede dejar en manos de los tertulianos de “La noche en 24 h”, “El cascabel” o “El Gato al agua”? ¿Quieren matarnos? ¿No se dan cuenta los ingratos de que solo lo caótico de sus análisis reordena la realidad, la lejanía de sus puntos de vista muestra los detalles, el descreimiento de sus chistes nos hace recobrar la fe? Que cojan vacaciones si hace falta, pero, por favor, que se coordinen y uno de ellos quede, vigilante, de guardia, de servicios mínimos, de bote salvavidas.

17/7/15

LA DALLAS DE PERICLES


Mi pesimismo televisivo es lo que me hace ser optimista. Es ese pesimismo el que me permite ver “Ochéntame otra vez” o “Viaje al centro de la tele” con la suficiente cercanía ontológica como para darme cuenta de que lo que hoy considero una cumbre de la narrativa televisiva mañana puede ser pura arqueología que se revisa con una condescendiente sonrisa. Creo que la periodista estadounidense Kathryn Schultz da en la diana cuando observa que la mayoría de los seres humanos tendemos a ver excepcionalidad en nuestra situación, de modo que creemos que somos afortunados por haber nacido en la cima del conocimiento humano o en el apogeo de una civilización. Según Schultz, deberíamos mantener un pesimismo básico que nos prepare para las inevitables correcciones que llegarán tarde o temprano. Seamos, pues, pesimistas. Los guiones de “True Detective” no son la cima del conocimiento televisivo. No estamos en el apogeo de las series televisivas. No vivimos en la época con la mejor oferta audiovisual posible.

Hace poco he vuelto a ver “Twin Peaks”, la revolucionaria serie de David Lynch, y me sentí como un médico medieval teletransportado a uno de nuestros hospitales. ¿Y si “Perdidos”, una serie en la que he invertido más tiempo y neuronas que en perfeccionar mi capacidad para controlar y pasar un balón, resulta que se convierte dentro de unos años en un mamotreto inaguantable y patafísico? ¿Cómo verán los espectadores del futuro el fenómeno “Juego de tronos”? Muchos consideramos que vivimos en la Atenas de Pericles televisiva, pero pocos estaríamos dispuestos a vivir en la Atenas de Pericles, la Roma de Trajano o la Florencia de los Médicis porque preferimos un piso con agua caliente, nevera, lavadora y cuarto de baño que, además, esté cerca de un supermercado. En la película “Demolition man”, las canciones favoritas de los ciudadanos de San Ángeles en 2032 son, para desesperación de un Stallone que llega del pasado, viejos singles comerciales del siglo XX. ¿Y si en 2032 vuelven Fernando Esteso cantando “La Ramona” y los culebrones al estilo de “Dallas”? Soy pesimista, pero no tanto. En 2032 la Dallas de J.R. nos parecerá la Atenas de Pericles. Glup.

16/7/15

UUUUUUUUUUUUU

Podemos buscar respuestas a las grandes preguntas de la vida en “El padrino”, como Tony Soprano o como Tom Hanks en “Tienes un e-mail”. Podemos buscar inspiración en “Lawrence de Arabia”, como el androide David en “Prometheus”; o consejos para el amor en “Titanic”, como hacen Daniel y su hijastro Sam en “Love Actually”. Podemos imitar a Bogart en “Casablanca”, como hace Woody Allen en “Sueños de seductor”. Incluso podemos amar a “Star Trek” sobre casi todas las cosas, como hace Sheldon Cooper. Pero yo les recomiendo ver de vez en cuando “La mujer pantera” (TCM) para poder contestar a las preguntas que plantean los telediarios, para buscar inspiración, consejos, modelos e incluso para amar a Simone Simon sobre casi todas las cosas. “La mujer pantera” es una película de terror sin terror, una película de miedo que no produce miedo, una película en blanco y negro que da color.

Jacques Tourneur, el director de “La mujer pantera”, siempre insistió en que hay que sugerir el terror, pero nunca mostrarlo directamente. Una película de terror, decía Tourneur, no debe ser la historia de un cirujano loco que despoja a un hombre de su cerebro para colocarlo en la cabeza de otro. El verdadero terror consiste en mostrar que todos vivimos bajo el miedo. Los guionistas de esa actualidad (hay otras “actualidades”, pero nunca salen en la tele) que vemos todos los días resumida en los telediarios han seguido los consejos de Tourneur o han visto muchas veces “La mujer pantera”, o puede que las dos cosas. Los telediarios funcionan tan bien porque no muestran el terror que se esconde detrás de Christine Lagarde, de las banderas negras que ondean en el desierto, de los perros abandonados, de las casas donde se ha escrito un crimen o de la aparatosa banalidad de los fichajes futbolísticos, pero sí lo sugieren. Así, todos vivimos bajo el miedo y estamos convencidos de que la ola de calor que nos invade es como la mujer pantera. Cuando llegue el invierno y el calor ya no sea noticia, temeremos al frío, a la lluvia, a la nieve, a la malvada crisis, a los terroristas escondidos entre nosotros, a querer demasiado a un perro, a no cerrar bien la puerta por la noche o, cielos, a que el nuevo fichaje de nuestro equipo no funcione. Uuuuuuuuuuuuu…

15/7/15

ATRAPADO EN LA TRISTEZA

Ser seguidor de Bob Dylan te ayuda a entender por qué los nuevos episodios de “True Detective” siguen siendo episodios de “True Detective”. Ha cambiado el argumento y la zona de los EE.UU. en donde se desarrolla la acción. No se repite ninguno de los protagonistas de la primera temporada. El (los) caso(s) policíaco(s) que se muestra(n) no tiene(n) nada que ver con la espantosa historia de Carcosa y el Rey Amarillo que desentrañaron a la intemperie emocional Matthew McConaughey y Woody Harrelson. Y, sin embargo, no cabe duda de que “True Detective” sigue siendo “True Detective”. Tan cierto como que el “Tangled up in blue” que interpretó Bob Dylan en sus recientes conciertos españoles sigue siendo el “Tangled up in blue” que grabó en 1974.

A pesar de que ha cambiado su música y su letra. Su música, como parte del proceso de javierkraheización al que el mejor escritor de canciones de la historia se viene sometiendo desde hace veinte años. Su letra, cuya historia tan norteamericana de personajes deshilachados, tan hermana de los retratos que nos muestra “True Detective”, ya comenzó a cambiar en los conciertos de mediados de los años 80 hasta dirigirse en la actualidad a territorios muy diferentes de los originales. Pero Dylan ya nos enseñó desde sus primeros directos que una canción no es su música ni su letra, sino su alma, ese aire turbio que convoca y remueve de forma precisa, y que se puede mantener aunque sean otras las palabras que se nombran con otras melodías.

Y ese alma, ese aire turbio, ese contarlo todo de forma oblicua, ese bordear el cliché hasta reventarlo desde dentro, esa noche, esa cabecera, ese estar atrapado en la tristeza, esa enfermedad solitaria, es la que continúa en la segunda temporada de “True Detective” con una fidelidad tal respecto de su año anterior que basta con contemplar cualquier secuencia de los capítulos actuales para saber que estamos ante la continuación de la T1. Hay música en los cafés por la noche y revolución en el aire.

14/7/15

LÉXICOFLEXIA

Si Javier Krahe era tan bueno, ¿por qué no le dedicasteis jamás ni un minuto de vuestra programación, cabrones? Si era “el cantautor de genio más afilado”, “un autor de canciones llenas de ironía y originalidad”, “el genial escritor de algunas de las canciones más ácidas de nuestra historia actual”, ¿por qué es imposible -con una única excepción, hay que reconocerlo, en un reciente “En el aire”- encontrar imágenes con alguna actuación suya en un plató de televisión de los últimos treinta años para ilustrar la noticia de su muerte? Si el pasado domingo perdimos al Georges Brassens español, ¿por qué cualquier consulta a youtube nos ofrece montones de actuaciones de Brassens en la televisión francesa, pero no hay forma de encontrar el menor indicio de que ninguna de las cadenas de la televisión española se interesó jamás ni un medio bledo de un comino por el cegador talento del difunto cantautor?

Creo recordar un concierto de Joaquín Sabina en el que, como parte de la escenografía de alguna canción, se veían fotografías gigantes de personajes variados. Al aparecer la imagen de Javier Krahe el público empezó a aplaudir, y Sabina dijo -o yo lo soñé, que tampoco estoy seguro del todo- “no aplaudáis tanto y comprad más sus discos, cabrones”. Pues eso, no alabéis tanto a Krahe ahora, señores y señoras de los informativos televisivos, después de no haberle dedicado en vida ni una centésima parte del reconocimiento que un autor de dimensiones tan colosales merecía. Si se llama papiroflexia al arte de construir figuras prodigiosas con papel, Javier Krahe creó la léxicoflexia y la llevó a sus más altas cimas. Nadie hizo nunca con palabras lo que él fue haciendo álbum tras álbum mientras la televisión promocionaba los nuevos discos de Miguel Bosé. Los españoles se dividieron estas últimas décadas en dos grupos estancos: los que no conocían a Krahe y los que le amábamos con pía devoción. Ninguno de éstos segundos debe su condición a la televisión, que tiene una deuda imperdonable -ésta sí- con aquéllos primeros.

13/7/15

SEIS TOROS SIN PIEDAD


Los toros, como los hombres, corren y corren hacia donde les guían. Ni saben hacia dónde van ni saben por qué lo hacen. Se limitan a correr y correr desde que alguien les arrea hasta que alguien les frena. Las manadas se comportan así desde que el mundo es mundo. Pero hay veces que algo sale mal y las cosas se tuercen.

San Fermín. Cada mañana, una manada de seres humanos es pastoreada por TVE hacia la retransmisión de los encierros. Arreados por una inercia de años, los telespectadores se dejan conducir hasta las imágenes de una manada de toros que se deja conducir por calles repletas de manadas de gente que se dejan conducir por una tradición que les lleva a jugarse la vida por diversión. Todos corren hacia adelante, hacia donde hay que correr, hacia donde les arrean. Mientras, los locutores explican cómo la enorme belleza plástica y la hermosa cultura de un pueblo justifican el riesgo y el peligro de una forma que no existe en el hecho bárbaro y descerebrado de consumir drogas peligrosas o conducir sin cinturón de seguridad.

Pero en el quinto encierro un toro se apartó de la manada y se dio la vuelta. La unanimidad parecía segura; la carrera, trámite; el resultado, el previsto: tantos heridos, tales incidentes, estos hechos reseñables; y al día siguiente más. Joder, con el toro estúpido. No podemos dejar que un solo toro fastidie la fiesta. Un toro no es nada. Las cosas están claras y no han por qué darle vueltas a lo que no las tiene. Un toro no tiene el poder ni la capacidad de cambiar la conducta de toda la manada. Un toro dándose la vuelta, separándose de la unanimidad del grupo es demasiado poco como para variar las cosas. No le hagamos caso, el show debe continuar. Olvidémonos de ese estúpido toro y sigamos corriendo enloquecidamente hacia donde nos guían. Y recemos para que ningún otro toro sin piedad se le sume y nos fastidie la retransmisión, la tradición, la fiesta.

12/7/15

VAROUFAKIS EN EL TOUR



Dice Joaquín Sabina que hay amores eternos que duran lo que dura un corto invierno, pero también hay amores eternos que duran lo que dura un corto verano como, por ejemplo, el amor al ciclismo de los que no amamos especialmente este deporte de dureza extravagante. Para algunos, el amor al ciclismo dura lo que dura el Tour de Francia (Teledeporte). Un amor eterno que dura tres semanas de verano. Un amor que va más allá de los “esforzados de la ruta”, de la “serpiente multicolor” o de los estupendos comentarios de Carlos de Andrés y Pedro Delgado, empeñados tanto en contar con sabiduría las cosas que ocurren en cada etapa como en dar a entender poéticamente lo que pasa. Un amor eterno de verano que tiene que ver con las relajantes imágenes de la campiña francesa, con los hermosos castillos, con los pueblecitos tan ordenados como la caja de pinturas de un artista novato. Reconozco que veo el Tour de Francia por los paisajes más que por los ciclistas, y por eso propongo que el Tour de Francia se emita en Teledeporte para los que aman el ciclismo, y en Canal Viajar para los que disfrutamos con los viajes. No es lo mismo.

Los espectadores de Teledeporte se fijarán en lo que pasa en la carretera, mientras que los espectadores de Canal Viajar solo tendrán ojos para lo que aparece en los márgenes de la carretera. Ciclistas y bosques. Bicicletas y pueblos. Deportistas y castillos. Esfuerzo y paisaje. Y aún diría más. El Tour de Francia podría emitirse también en Canal 24 Horas si Yanis Varoufakis, el exministro de Finanzas griego, acompañara montado en su chulísima moto a los ciclistas improvisando metáforas sobre la crisis económica en el Tourmalet, señalando la importancia de los gregarios, recordando que en el Tour no solo existe el maillot amarillo, deteniéndose en el azar de las caídas y aprovechando los momentos de calma en el pelotón para reflexionar sobre quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos. El pelotón multicolor en Teledeporte, el paisaje francés en Canal Viajar y Varoufakis en moto en Canal 24 Horas. No está mal, para un amor eterno que dura lo que dura un corto verano.

11/7/15

EL TEOREMA DE LA AUSTERIDAD



No veo contradicción entre las colas en Girona para participar como extra en la serie "Juego de tronos" y las colas en Atenas para sacar dinero de los cajeros porque no creo que sea frívolo hacer cola en Girona para formar parte de una serie televisiva mientras los griegos hacen cola para conseguir dinero y poder comprar el pan nuestro de cada día. Los juglares, como decía santo Tomás de Aquino, desarrollan un auténtico trabajo porque entretienen a los que descansan de sus esfuerzos, así que los que se ponen a la cola para ser extras en "Juego de Tronos" están trabajando y son necesarios para que los que hacen cola en Atenas delante de un cajero puedan relajarse la temporada que viene viendo la nueva temporada de "Juego de tronos". Otra cosa es que las colas para ser parte de una ficción televisiva se entienden muy bien, pero las colas para sacar dinero de los cajeros no hay quien las entienda.

La ficción es la ficción, y las reglas de la ficción están muy claras para los que entienden que parte de la diversión depende de la suspensión de la incredulidad. Pero la economía es la economía, y las reglas de la economía no solo no están claras, sino que son contradictorias, como lo demuestra el hecho de que el juego favorito de los premios Nobel de economía es contradecirse unos a otros. Todos sabemos por qué un seguidor de "Juego de tronos" quiere ser parte de la serie, pero nadie entiende por qué un griego se ve obligado a formar parte de esta película de terror a la que llaman "crisis". Resulta que la economía se ha convertido en una cuestión accesible solo a "especialistas", de forma que las recetas económicas son como la demostración del teorema de Fermat: los que no somos expertos en matemáticas aceptamos esa demostración por el criterio de autoridad, y los que no somos expertos en economía debemos fiarnos de la autoridad de los tipos del Fondo Monetario Internacional. Pero lo cierto es que la austeridad no es como el teorema de Fermat. Por eso las colas en las urnas griegas para votar en el referéndum han hecho tanto daño a los "especialistas". Un montón de ciudadanos haciendo cola para votar con la misma convicción de los que hacen cola para salir en una serie de televisión. Estos griegos están locos. ¿Cómo se atreven a dudar de la demostración del teorema de la austeridad?

10/7/15

"¡VAYA INFANCIA!"



Telecinco debería tener más cuidado con los animales que lleva a “¡Vaya fauna!” los miércoles por la noche. Hay mucha gente y asociaciones indignadas con el uso que hace de los animales, llegando a pedir el boicot y su retirada de la pantalla. ¿Vale la pena que la cadena se enzarce en estas polémicas que solo sirven para promocionar su programa, que todo el mundo lo conozca y así mejore su audiencia? Diablos, la respuesta es “sí”; así que voy a volver a intentarlo que si no me quedo sin artículo. ¿No es una pena que Christian Gálvez, el simpático y majete presentador de “¡Vaya fauna!”, que además presenta el fantástico “Pasapalabra”, sufra estas disputas y sea perseguido solo porque realiza lo mejor que puede un trabajo con el que se gana honradamente el sustento sin delinquir ni nada? En efecto, el chaval no se merece estos disgustos. Por eso propongo que en “¡Vaya fauna!” dejen de complicarse la vida con animales amaestrados y los sustituyan por niños amaestrados.

En efecto, los niños amaestrados siempre funcionaron muy bien en la tele y tienen la gran ventaja de que nadie dice ni pío ni polemiza ni nada. Los niños hacen sus piruetas estupendamente, y lo mismo cantan que bailan que hacen lo que haya que hacer sin rechistar. Si les sale bien, el público aplaude; y si les sale mal, el público aplaude igual, que para eso son niños y si no aplaudes es que no tienes corazón. Además los niños cuentan con la ventaja añadida de que mostrar la cara de los padres cayéndoseles la baba mientras sus peques hacen una cabriola, cantan copla o cocinan algo es un éxito garantizado. Algo de esto sospechan en “¡Vaya fauna!”, porque ya cuentan con los Gemeliers y han tenido la actuación de Auryn, que es cierto que están muy bien amaestrados, pero tienen el inconveniente de que ya son un poco viejunos. Por eso Telecinco debería dejarse de animales y apostar por los niños, que están de vacaciones y en casa ya no sabemos qué hacer con ellos.

9/7/15

"CONDUCTORES AL RESTAURANTE"



Una forma estupenda de lanzar un concurso de televisión es estrenarlo grabando en la asturiana localidad de Ribadesella, mostrando a los participantes y el jurado frente a la hermosa costa del Cantábrico primero y frente a la iglesia después (si no lo cuento, reviento: al lado está un busto en recuerdo al gran Eugenio Campandegui, de quien se cuenta que cuando llegó de cura a Ribadesella entró en un bar y le preguntaron qué le ponían al señor. “Al Señor dos velas, y a mí un vasu de vino”, contestó).

Una forma horrorosa de lanzar un concurso de televisión es dedicarlo, otra vez, a la cocina, a cocinar, a los cocineros, a las cocinetas y a los cocinillas. Una forma estupenda de lograr que la forma horrorosa sea aún peor es hacerlo al rebufo del fin de la última edición de “MasterChef”, llamarlo “Cocineros al volante” y aprovechar la misma noche para estrenar justo después “El chef del mar”. ¡Más programas de cocina! La tontería está ahora en que mientras “El chef del mar” cocina en un barco, los guisanderos de “Cocineros al volante” van de acá para allá en uno de esos puestos de cocina ambulante que a todos algún día nos salvó la vida.

Porque una cosa es que a todos nos guste la buena comida y otra cosa es que no estemos tan hartos de programas de cocina que hayamos dejado de decir “Todos los días gallina, amarga la cocina” para pasar a decir “Todos los días cocina, amarga la cocina”. La proliferación de programas sobre fogones en TVE es tal que empieza a parecer que la telecocina es a la tele pública lo que la telerrealidad es a Telecinco: una epidemia, una saturación, un empacho. ¿Falta mucho para que un lumbreras nos coloque en horario de máxima audiencia “Cinco semanas cocinando en globo” para que podamos completar la colección de cocina por tierra, mar y aire? ¿Aceptaríamos una TVE tan obsesionada con la conducción que tras el fin del concurso “MasterConductor” estrenara “El conductor del mar” precedido de “Conductores al restaurante”?

8/7/15

"INSUPERABLES", SUPERADO



Es urgente convocar una reunión entre los que afirman que los records están para ser batidos y los responsables de TVE que decidieron estrenar la pasada noche del lunes el programa “Insuperables” en La 1. Porque este concurso (por el que desfilaron cantantes, bailarines, acróbatas, cantantes, bailarines acróbatas, y un tío que silba sin cantar ni bailar ni hacer acrobacias) podía haberse llamado “Mira qué cosas sé hacer yo y tú no”, “A ver si saliendo en la tele tengo más bolos este verano” o “Concurso cazatalentos de relleno para ver con las ventanas abiertas mientras entra la fresca los calurosos lunes de verano por la noche”.

Pero no. Los responsables de TVE optaron por darle al programa un nombre sonoro y rotundo que evitara que la peña lo llamara “Tú sí que vales”, “Tu cara me suena” o “Uno de los nuestros”. No lo consiguieron: aunque tras las actuaciones se empeñaban en poner al público a corear “Sí, sí, sí”, tras la participación de una niña tuvieron que cortar porque, en lugar de “Sí, sí, sí”, los asistentes empezaron a decir “Tú sí que vales” (por cierto, al final del programa entregaron a la niña un talón de mil euros. Los peques que estuvieran viendo la tele a las tantas pudieron aprender, ¡cuánto enseña la tele!, que por estudiar no pagan tanto). El caso es que el estreno del lunes, aun a riesgo de que pareciera patrocinado por aquel brandy que en los setenta regalaba a los bares ceniceros de plástico rojo con forma de copa, se llamó “Insuperables”.

¿”Insuperables”? ¿Pueden considerarse insuperables unos concursantes que son inicialmente elegidos para subir a la “Grada de insuperables”, pero a las primeras de cambio llega otro concursante que los supera y hace bajar? ¿Hay seres humanos insuperables? De la misma manera que no hay fenómenos inexplicables, sino inexplicados; no hay ningún récord, marca o logro imbatible, sino imbatido, que tarde o temprano caerá como cayeron todos antes. Vistos los datos de audiencia del lunes, a ver cuánto tarda en caer “Insuperables”.

7/7/15

LA VERDAD SOBRE EL CASO DEL SEÑOR FORTU



Experimento concluido. Los ensayos realizados por Laboratorios Telecinco son concluyentes: debemos rechazar como falsa la hasta ahora considerada ley universal de la naturaleza que afirma que los viejos rockeros nunca mueren. Si esta tesis (enunciada en su día por el investigador granadino Miguel Ríos) que afecta a todos los rockeros del universo fuera cierta, debería cumplirse y verificarse en todos y cada uno de los casos particulares de individuos rockeros que existieran en el mundo. La comunidad científica había elevado al rango de ley la inicialmente conocida como “hipótesis de Ríos” puesto que iba cumpliéndose en cada viejo rockero observado que, pasara lo que pasara, nunca moría. Sin embargo, los actuales resultados de Telecinco con Fortu, veterano cantante del histórico grupo “Obús”, muestran que este viejo rockero está marchito, exánime, muerto. Por ello debemos rechazar la entrañable pero falsa tesis que afirma que los viejos rockeros nunca mueren.

Cierto es que, a pesar de los años transcurridos desde aquel “Prepárate, va a estallar el  obús”, Fortu parecía vivo y en activo, pero no es así. Su participación en diferentes reality shows, primero como padre de una concursante de “Gran hermano”, después como participante en “Mira quién salta” y ahora en “Supervivientes” ha demostrado que Fortu solo parecía estar vivo, pero está tan muerto como el personaje del cuento de Edgar Allan Poe “La verdad sobre el caso del señor Valdemar”: estando a punto de morir, el señor Valdemar fue hipnotizado, escapando así de la muerte; sin embargo, cuando meses después se le fue a despertar, se descompuso en un instante y de él “no quedó más que una masa casi líquida de odiosa, de repugnante descomposición”. Da miedo: ¡justo lo que observamos de Fortu en Telecinco!

La investigación sigue abierta para comprobar si en el caso del señor Fortu la hipnosis fue sustituida por un encantamiento aún más terrorífico: el del dinero. “Dinero, dinero, en mi cabeza constante estás. Dinero, dinero, nunca podrás cambiar mi marcha ni mi juego”, cantaba Fortu en Obús. Menuda gilipollez.

6/7/15

¡QUE LLEGAN LOS ENCIERROS!



El Estado no puede hacerlo todo por nosotros. El paternalismo estatal es tan pernicioso como el empresarial. Somos los ciudadanos quienes debemos tomar nuestras propias decisiones y, ay, que me vengo arriba, guiar con temple, determinación, pulso firme, una sonrisa en los labios y una canción en el corazón los briosos corceles que tiran del carro con el que recorremos el sinuoso laberinto de la vida.

Traducción: los ciudadanos debemos hacer nuestros propios preparativos para la retransmisión de los encierros de los sanfermines de este año. No podemos limitarnos a esperar pasivamente a que RTVE haga todo el trabajo. No basta con confiar en los anuncios de la tele estatal que a bombo y platillo proclama que la retransmisión de los encierros de los sanfermines de este año supondrá el mayor despliegue técnico de la historia de los sanfermines. Tan grande que deja en nada el despliegue del año pasado, que había sido el mayor de la historia; y eso que el del anterior del anterior ya había sido el mayor de la historia por delante del anterior del anterior del anterior… y así sucesivamente, que ver a la gente jugarse la salud y la vida delante de unos animales peligrosos es lo que da sentido a la tele, y, si te descuidas, a la civilización.

Que el Estado anuncie si quiere las imágenes más extraordinarias y vibrantes tomadas por veinticinco cámaras, una en tirolina con doscientos metros de cobertura y tres súper slow motion, cinco puntos de directo en el recorrido, veinte kilómetros de cableado, producción y emisión en alta definición. Nosotros debemos hacer nuestra parte preparándonos para la retransmisión de los encierros con una puesta a punto en la que nos pongamos en forma, aumentemos la agilidad, mejoremos los reflejos y nos ejercitemos en el manejo del mando a distancia de forma que, cuando lleguen, corramos como alma que lleva el diablo, y, cuando una retransmisión nos alcance, podamos darle un quiebro haciendo zapping y poniéndonos a salvo del peligro en otra cadena.

5/7/15

HAY GENTE PA' TÓ


Dicen que cuando el torero El Gallo se enteró de que Ortega y Gasset era un filósofo, se limitó a comentar: “Tié q´haber gente pa´tó”. Pues sí, El Gallo tenía razón: hay gente para todo. Por ejemplo, hay gente que compra, e incluso lee, un libro del “científico creacionista” Duane T. Gish titulado: “Evolución: los fósiles dicen no”. Allá ellos. El creacionismo científico solo es un gracioso oxímoron mientras no se meta en las escuelas y en la televisión pública. Pero hay gente que decide que las ruinas de Palmira deben ser destruidas, así que deciden sembrar de minas los hermosos restos de la ciudad de la reina Zenobia y, en su infinita barbarie ignorante, amenazan con volarlo todo. Hay gente pa’tó, es verdad. Hay creacionistas que niegan la evolución y fanáticos que desprecian el valor de las viejas piedras. Los primeros nunca salen en los telediarios, pero pronto tendrán abiertas las puertas de Canal Historia.

“Alienígenas” (Canal Historia) es una serie documental que es a la historia lo que el creacionismo a la ciencia. Hay gente que cree que los extraterrestres son unos antiguos astronautas que nos enseñaron todo lo que hay que saber y que, de paso, dejaron por ahí desperdigadas unas cuantas pirámides y montones de monumentos que solo los que son capaces de alejarse de la “ciencia oficial” pueden comprender. Hay gente para todo. Pero, ¿saben qué? Algunos estamos hartos de tantas estupideces. Estamos hartos de los imbéciles del Estado Islámico, de los obtusos creacionistas y de los que insultan a los viejos egipcios, aztecas, babilonios o sumerios negándoles la capacidad de producir unos monumentos que todavía hoy nos dejan sin palabras. “Alienígenas” hace tanto daño como las minas de Palmira. Los documentales de “Alienígenas” destruyen con sus ridículas teorías todo lo que comunidad científica ha reconstruido con paciencia y estudio a lo largo de muchos años, y los terroristas destruirán con sus minas y martillos lo que queda de la capital del Imperio de Palmira bajo el reinado de Zenobia. ¿Y si la fascinante Zenobia fue una extraterrestre? ¿Y si los terroristas del Estado islámico son extraterrestres? No lo creo. Pero puede que los guionistas de “Alienígenas” sean terroristas de última generación, terroristas que han entendido que la ignorancia puede hacer más daño que las minas. Hay gente pa’ tó.

4/7/15

MEGACOSMOS


Se acabó la discusión, llegó el canal Mega y mandó a parar. La diferencia entre lo masculino y lo femenino no es una cuestión filosófica, histórica, psicológica, biológica, religiosa o cultural, sino puramente televisiva. José Antonio Antón, director de programación y canales temáticos de Atresmedia, reveló al mundo, con motivo del nacimiento del canal Mega, que el nuevo canal en abierto está enfocado a un público masculino mayor, eso sí, de 25 años. Las mujeres de cualquier edad tendrán que conformarse con Cosmopolitan TV, que se presenta como un canal para mujeres. Mega emitirá, entre otros productos, la serie documental “Cosmos” y los entrenamientos libres de la Fórmula 1. Astronomía  y coches. Cosmo TV emite  “Anatomía de Grey”, “Sexo en Nueva York”  y “MasterChef (Italia)”. Nada de astronomía. Nada de coches.

Me inquieta que el canal masculino Mega elija la serie “Cosmos” para presentarse en la sociedad audiovisual. Antón aclara que los consumidores de su canal son hombres actuales (claro, sería difícil que los hombres prehistóricos, babilonios o medievales vieran Mega), con inquietudes y con ganas de divertirse. Pero no entiendo por qué las mujeres actuales (no las prehistóricas, babilonias o medievales), con inquietudes y con ganas de divertirse no pueden ver “Cosmos”. Carlos Sobera, elegido como imagen de Mega y encargado de introducir los capítulos de “Cosmos”, contradice a su jefe al asegurar que Mega es un canal para ambos sexos y que él lo piensa ver con su chica. Uau. Qué malote es Sobera. Qué rebelde. Creo que los ciudadanos debemos seguir el ejemplo de Sobera y rebelarnos ante las imposiciones de los canales televisivos. Así, lanzo desde aquí un llamamiento a todas las chicas para que vean “Cosmos” en Mega, y a todos los chicos para que vean “Sexo en Nueva York” en Cosmo TV. O mejor aún. Propongo que “Cosmos” se emita en Cosmo TV (como su propio nombre indica), y que “Sexo en Nueva York” se emita en Mega, aunque solo para comprobar si Carlos Sobera seguirá diciendo que Mega es un canal para ambos sexos y que él piensa ver “Sexo en Nueva York” con su chica.

3/7/15

"INTOCABLE" INSOPORTABLE

Creo que no me voy a ganar muchos amigos con la columna de hoy. Pero me voy a quedar muy bien escribiéndola. Muy ancho. Como un Pepe. Llevo dos años esperando este día. Dos años desde que fui al cine a ver “Intocable” confiando en los entusiastas consejos que me habían dado algunos amigos. “Es guapísima”. “Es la mejor película que he visto en mucho tiempo”. “Es genial”. “No te la puedes perder”. A la salida mi rostro se mantenía completamente inexpresivo, pero mi mente había comenzado a planear la venganza. No soy crítico de cine, sino de televisión. Pero todo lo que pasa por el cine termina llegando a la televisión. Sólo había que esperar, y las personas rencorosas sabemos hacerlo muy bien. Desde entonces he consultado regularmente la programación de las cadenas especializadas en cine esperando a que llegara la hora. Tarde o temprano una cadena emitiría “Intocable” y yo podría hacer mi crítica. Fue anteayer. En TNT. A las diez y media. Mi momento ha llegado. Allá voy.

“Intocable” es un peñazo. No hay quien la soporte. Es un conjunto de tópicos sensibleros y baratos carentes de toda imaginación u originalidad. Sólo puede tener éxito entre lectores de Jorge Bucay o de Paulo Coelho. Desde el minuto 1 se sabe todo lo que va a pasar. Se sabe cómo va a terminar cada secuencia. Cada escena. Cada línea de guión. Un tetrapléjico amargado y millonario contrata como asistente a un joven inmigrante vitalista y poco convencional. Al principio se llevan mal, pero poco a poco los dos descubrirán... ¡Oh, por dios, cállate ya! Sólo falta que uno de ellos sea huérfano. Tira de la cursilería más rancia con el tema más facilón del mundo, y su éxito avisa a la Europa rica de que no es tan lista como se cree -bueno, esta última frase se me ha ocurrido ahora, no la pensé hace dos años-. Va de atrevida y rompedora cuando no haría parpadear ni a la audiencia del ángelus en 13tv.

Pufff... Qué bien me he quedado. Qué alivio, oye. No me sentía tan bien desde que hice lo mismo hace unos años con “Amelie”. Pueden empezar a escribir sus quejas.

2/7/15

LOS PERIODISTAS Y LAS VACAS


Si sabemos con detalle la trayectoria vital de cada vaca que nos comemos, ¿por qué no podemos hacer lo mismo con los periodistas cuyas opiniones nos tragamos a diario en las tertulias televisivas? Se llama “trazabilidad” al conjunto de procedimientos que permiten ir registrando la cadena de transformaciones de un producto desde su origen hasta que llega al consumo público. En las etiquetas de las bandejas de carne ya se incluye información que permite saber a qué animal pertenecen los filetes, dónde nació la res, cómo fue alimentada... Pues bien, exijo a las autoridades sanitarias que me ofrezcan la trazabilidad de ese periodista que está defendiendo la ley mordaza en “Los desayunos de TVE” dado el estado de “violencia callejera muy extrema” (textual, lo juro) que está sufriendo España. En la etiqueta sólo pone “Manuel Cerdán” y eso no es suficiente. Si puedo saber lo que ha comido una vaca a lo largo de su vida, ¿por qué no puedo saber de dónde ha cobrado la tertuliana que en el mismo programa acusa a Tsipras de usar la pobreza del pueblo griego para chantajear a Europa? En la etiqueta sólo pone “Edurne Uriarte”.

A Francisco Marhuenda le encanta repetir una y otra vez que la primera pregunta a la que debe responder un economista es “¿y esto cómo se paga?”. Seguramente tiene razón. Pero también es cierto que la primera pregunta que debe hacerse un espectador cuando oye a un contertulio opinar sobre política en televisión es “¿y a éste quién le paga?”. ¿Qué piensos han comido durante toda la vida las dos reses de antes? No considero menos importantes ni dignas de menor precaución las cosas que me meto por los oídos que las que me meto por la boca. Vivimos tiempos complicados tanto en la economía como en la alimentación, y los consumidores necesitamos tomar decisiones ante temas especializados y difíciles, de forma que la confianza que nos ofrezca la vaca o el periodista desempeña un papel fundamental en nuestras tomas de partido. Así que reclamo esa información antes de decidir si me los voy a tragar o no.

1/7/15

"SÁLVAME AMORPHOPHALLUS TITANUM"



Tras el éxito diario de las ediciones vespertinas de “Sálvame naranja” y “Sálvame limón”, Telecinco debería continuar la edición nocturna de los viernes por la noche con este mismo planteamiento tan original y divertido. No tiene sentido que, tras pasarse la semana atrayendo a su audiencia incondicional con los sugerentes aromas cítricos de “Sálvame naranja” y los más descarados y desinhibidos de “Sálvame limón”, la noche del viernes se quiebre la lógica del programa con un “Sálvame deluxe” que tiene un nombre que no hace justicia al perfume audaz que su público incondicional busca y espera. Por eso el “Sálvame deluxe” debe ser destruido y reemplazado ya mismo por el nuevo “Sálvame Amorphophallus titanum”.

Más allá de las notas cítricas y frescas de la naranja y el limón, la Amorphophallus titanum es una planta que produce una flor gigante, tan enorme como las cuatro horas de duración del viejo “Sálvame deluxe”,  ¡pero con la ventaja añadida de que huele a podre que tira para atrás! Su arriesgada fragancia de carne putrefacta, de animal muerto, de fiambre en avanzado estado de descomposición, atraerá a su público habitual con la misma eficacia con la que la flor cadáver de la Amorphophallus titanum (o sea, “falo amorfo titánico”) atrae a miles y miles de insectos saprófagos (o sea, que comen podre encantados de la vida y felices con la muerte).

Lo que no es necesario es cambiar los contenidos actuales de “Sálvame deluxe”. En “Sálvame Amorphophallus titanum”, Oriana Marzoli (de profesión, subproducto de la telebasura), podrá seguir diciendo: “Antes que meterme de cajera, estudiaría para ponerme a trabajar”, y rematar con: “Me encantaría trabajar en un programa de la farándula como 'Sálvame' y hablar mierda de todo el mundo. Está genial, a mí me fascina”. También Jorge Javier Vázquez podrá seguir bromeando con Víctor Sandoval repitiendo: “En Mediaset España ligamos mucho. No paramos de follar”. Cuanto más lo repitan, más hediondo será el tufo del espacio y más saprófagos atraerá. Un éxito garantizado, la nariz no engaña.