2/3/19

"ES LA TELEVISIÓN, ESTÚPIDO"



¿Saben cuál fue la campaña televisiva más importante jamás realizada a favor del pensamiento científico? La primera emisión televisiva que existió. Tuvo lugar en el Reino Unido durante la década de los años 30 a cargo de una jovencísima BBC. Da igual cuál fuera el contenido de esa primera emisión: su mera existencia, el mero hecho de que pudiéramos ver en una pantalla imágenes que habían sido tomadas lejos de ahí y detrás de cuerpos opacos, ya era el más convincente alegato a favor de esa empresa colectiva de la humanidad que llamamos “ciencia”.

La fascinación inicial terminó cediendo a favor de la habituación ante el nuevo invento, hasta el punto de que poco a poco empezaron a aparecer en las pantallas programas cuya filosofía era inequívocamente contraria a la lógica científica, sin que acusaran la contradicción de utilizar la sofisticad tecnología catódica para transmitir sus apologías de la irracionalidad. En nuestro país, personajes tan poco deseables como el doctor Jiménez del Oso, Txumari Alfaro o Íker Jiménez difundieron y difunden sus mensajes en contra de la ciencia gracias a la ciencia. Y uno de los terrenos científicos en donde esto es más aplicable es precisamente la medicina.

Por eso, la magnífica campaña de los Ministerios de Sanidad y de Ciencia a favor del pensamiento científico y en contra de las pseudoterapias encierra un sabor agridulce. Dulce, porque es necesaria, acertada y precisa; agrio, porque cada minuto de televisión -un minuto de “Gran Hermano”, un minuto de “Mujeres y hombres y viceversa”, un minuto, ay, de “Cuarto Milenio”- ya debería ser suficiente argumento para que nadie pudiera creer una sola palabra de tanto charlatán y para que entendiéramos que aquéllos que se lucran robando a las personas que tienen problemas de salud desesperados se merecen la consideración social que reservamos a los terroristas, los pederastas o los asesinos machistas. El eslogan “CoNprueba” es excelente, aunque quizá hubiera bastado “Es la televisión, estúpido, no lo olvides”.

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