23/7/17

PERROS FELICES


Acusan al “Rey Chatarrero” y su programa “A cara de perro” (Cuatro) de manipular sus historias cambiando perros para inventarse un final feliz. Él responde con un sistema de valores delirante: “Lo que importa son los animales y punto. Lo demás me la suda”. Con una tesis así, extraña que Frank de la Jungla le critique si ambos parecen cortados por el mismo patrón. Miles de seguidores de dos ‘youtubers’ frieron a Frank con mensajes para que arbitrara en un conflicto a ver quién se quedaba con el perro que ambos habían tenido siendo pareja. Para Frank, cómo se portara uno con otro y su situación personal o legal es irrelevante porque solo importa el perro y punto: “Que se quede en el sitio en el que está feliz”, responde en un vídeo. A lo que, cabreado, añade no sé si un “Iros” o un “Íos todos a tomar por culo”.

¿Importa saber si dijo ‘Iros’ o ‘Íos’? Si dijo ‘Iros’ por ‘Idos’, valdrá; hasta la RAE lo recoge. Pero, ¿y si dijo ‘Íos’ como plural de ‘Ío’? Aunque este asunto no sea un animal (y punto), a mí, con perdón, me importa porque hay muchas cosas que no son animales y me importan. La mitología, donde Ío es la doncella sacerdotisa de Hera de la que se enamoró Zeus. La astronomía, donde Ío es uno de los satélites de Júpiter. La historia, donde, según Heródoto, el enfrentamiento entre persas y griegos también se manifestó en que aquellos habían raptado a Ío, y estos para vengarse raptaron a Helena de Esparta. La ciencia, donde el satélite mediceo Ío descubierto por Galileo con su telescopio acabó con el modelo aristotélico. La literatura, donde Ío está en el origen remoto de la Guerra de Troya que cantó Homero en “La Ilíada”. La arqueología, donde Ío está detrás del descubrimiento de Schliemann en Hisarlik. Las bellas artes, donde hay óperas, cuadros y esculturas sobre Ío. La cosmogonía, donde Ío es el dios creador del universo de los maoríes. La química, donde IO- es la fórmula del anión hipoyodito. La vulcanología, donde Ío es el lugar donde se descubrió el primer volcán extraterrestre. Me importa, en fin, la diferencia entre ‘Iros’ e ‘Íos’ porque me importa el lenguaje, el logos que nos hace humanos sin dejar de ser animales. Respecto a quienes pretenden hablar en nombre de los animales que no hablan, ya nos dirán dónde comprar un felicidómetro perruno para que todos podamos jugar su mismo juego.

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