10/2/18

MAESTRA MERCEDES MILÁ


Años 80, años de PSOE. “Usted reconoció que era imposible cumplir la promesa electoral del PSOE de los 880.000 puestos de trabajo, y ahora nos dice que están preparados para crear 150.000 puestos más. ¿Le tenemos que creer ahora?”, espeta Mercedes Milá al entonces ministro socialista Carlos Solchaga. El programa era “Jueves a jueves”, en la única tele que había, la pública. ¿Se lo imaginan en la tele pública de hoy, con un periodista de TVE de hoy y ante un ministro de hoy? Ni yo, ni yo, y ni yo.

Milá sabía cómo hacerlo y le sobraba valor. “Déjeme terminar, séame sincero, no se vaya por la tangente”, ataja al todopoderoso banquero Emilio Botín. Incluso torea en corto al peligroso jefe de la oposición cuando pretende ser él quien lleva la entrevista:
Se pregunta lo que se quiere y se responde lo que se debe. Sentencia Manuel Fraga.
Lo que se quiere, también. Replica Milá.
Lo que se debe. Reafirma él.
Y lo que se quiere. Remata ella.

Esto preguntaba a su jefe, el director general de RTVE, hace 32 años: “¿Está dispuesto, señor Calviño, a afirmar que en los informativos o en un programa como este, por ejemplo, puede hacerse periodismo sin consignas, sin vetos, sin censuras, sin temas tabú, sin ser presionado?”. Como contesta que sí, prosigue: “Mucha gente estará diciendo "pero cómo puede tener la cara dura el señor Calviño de decir eso cuando es recientísima la suspensión de un programa como ‘La clave’ que para muchos era el único programa de debate de televisión"”. Más: “Hay 650.000 personas que han firmado contra usted, han dicho "nosotros no queremos al señor Calviño"”. Su jefazo divide la cifra por dos, y Milá le fulmina: “En todo caso, si fueran la mitad también serían muchas. ¿Usted duerme bien? […] ¿Y su mujer aguanta tener a su lado a semejante monstruo, porque si se tiene que fiar de lo que dicen la prensa y la radio y la gente, dirá: "¡Con quién me casé yo, Dios mío de mi vida, sin saberlo!”.

Nos lo recordó Ana Pastor en “¿Dónde estabas entonces?”, de laSexta. Maestra y discípula juntas en esa escuela de periodismo incisivo y valiente que tanto necesitamos. Pena que el terremoto “GH” solo nos dejara una.

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