8/9/18

EL PELELE DE FRANCO


Qué buena la denuncia de la Fundación Francisco Franco a “El intermedio”. Da una vidilla al programa que le viene de perlas. La Asociación para la defensa del Valle de los Caídos ya había hecho un gran favor a Wyoming y compañía llevándolos a los tribunales por sus bromas sobre la gigantesca cruz del gran chirimbolo. Cuánto juego dio y qué bien lo pasamos gracias a su denuncia. Pero, escarmentados con la colleja que le dio la justicia al archivar aquella querella sin pies ni cabeza —sobre  todo cabeza—, iba a ser difícil que ninguna asociación ultra volviera a cometer el mismo error de entrar al primer trapo rojo que agitara Wyoming. Así que “El intermedio” hizo muy bien en coger el toro por los cuernos, y llegar a un acuerdo con él para torearlo de mutuo acuerdo.

Que “El intermedio” se coordinase con la Fundación Francisco Franco para repetir la jugada con otra denuncia loca permite que ambos resulten beneficiados. Unos porque pueden alimentar sus guiones y estirar el tema del destino del cadáver del dictador durante una buena temporada. Y otros porque pueden usar el programa de caja de resonancia para ganar una presencia mediática que no se corresponde a su respaldo social. Este provechoso acuerdo garantiza el éxito de cualquier parodia que haga “El intermedio” con el pelele de Franco, lo que explica que los guionistas de “El intermedio” no se lo hayan currado mucho y rellenaran esta semana con guiones de sainete, humor de burdo grano grueso, y el fácil recurso a los golpes y trompazos al muñecote. También explica que la Fundación haya hecho un comunicado de chichinabo que derivando de Aristóteles a Napoleón va de lo grandilocuente a lo risible.

Otra cosa es que se descubra que no, que en realidad no hay montaje, y que realmente la Fundación lleve al programa a los tribunales. En ese caso, no hay duda: hacen falta más guiones de sainete y más humor de burdo grano grueso. Hace falta, en fin, darle más leña al pelele de Franco. Y al muñeco, también.

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