17/9/18

MÁS MANIPULACIÓN EN TVE


Hay que ser autocrítico, asumir los errores y saber pedir perdón. Rosa María Mateo es la jefaza de TVE desde no hace ni cincuenta días, pero lo que ha hecho con sus servicios informativos está a la vista y no puede negarse. La convivencia de la tele pública con el poder político es siempre difícil, pero la realidad es tozuda y los acontecimientos demuestran que las críticas lanzadas desque aquí a la anterior gestión del Partido Popular estaban equivocadas y merecen una rectificación.

La reciente queja de Rafael Hernando, portavoz adjunto del PP en el Congreso, fue reveladora. Denunció que se obligaba a los comentaristas de RTVE a anunciar el nombramiento de la nueva ministra de Sanidad durante la retransmisión del partido de fútbol entre España y Croacia de la UEFA. Los hechos no dejaban lugar a dudas: ese anuncio se produjo no una sino dos veces. Como la dimisión de Carmen Montón y el nombramiento de María Luisa Carcedo ocurrieron durante la retransmisión, TVE informó en un breve “Telediario” encajado en el descanso del partido. Y, encima, durante el segundo tiempo Juan Carlos Rivero dejó ¡dos veces! de hablar de fútbol —que es para lo que estaba allí— anunciando que TVE iba a emitir tras la retransmisión un especial sobre la dimisión y el nuevo nombramiento.

Criticábamos aquí la anterior gestión de TVE porque los servicios informativos ocultaban, disimulaban o escamoteaban las noticias que incómodas o comprometidas para el Gobierno del PP. Un error. No es que hicieran trampa, es que su modelo informativo consiste en ocultar, disimular o escamotear las noticias incómodas o comprometidas para cualquier Gobierno en general, sea del PP o del PSOE. Normal que ahora se quejen, viendo cómo TVE no solo informa de dimisiones, sino también de la citación judicial a su directora de entretenimiento, de la controversia sobre la venta de armas a Arabia Saudí, o de la polémica por los másteres y tesis doctorales de los políticos, llegando a abrir el “Telediario” y el debate de “Los desayunos” con el caso de la tesis de Pedro Sánchez. Así que me disculpo. Y, no hay duda, mi disculpa es una disculpa real: lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir.

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