10/1/20

SER COCINERO


Los niños españoles necesitan más vacaciones de Navidad. Las dos semanas actuales valen para hacer vida familiar, descansar del primer trimestre de curso y arrancar el segundo con fuerza, pero tienen un problema grave: “MasterChef Junior” dura más de dos semanas y a los chiquillos no les da tiempo a verlo todo. Por eso habría que prolongar sus vacaciones, para que pudieran seguir viendo la tele hasta las tantas, levantándose tarde, y así labrarse un futuro de fama, éxito y dinero a espuertas cocinando.

No hay más que ver la programación televisiva infantil que el Estado ofrece en su principal cadena pública, La 1, para darse cuenta de que la vuelta al cole después de Reyes es demasiado precipitada. Con unas semanas más sin clase los chavales ganan más que pierden. Se quedarán sin unas cuantas clases sin importancia, pero ganarán algo mucho más valioso: tiempo para empaparse de “MasterChef Junior” sin que ese incordio de los estudios interfiera, sin que esos horarios tiránicos les obliguen a ir a clase a una hora loca en la que deben dormir para recuperarse de haber trasnochado viendo en la tele este maravilloso programa educativo. Es al Estado a quien corresponde adaptar el calendario escolar a tan importante oferta formativa audiovisual que el propio Estado ofrece.

Antes de que llegara “MasterChef Junior” valían unas vacaciones navideñas más cortas. Y todavía valen en los países donde no emiten este programa. O en países donde sí lo hacen, pero no lo tienen en un altar como aquí porque consideran importante que los niños perciban como valiosas viejas profesiones sin perfil culinario, como ser investigador, abogado, médico o profesor. Pero en España, donde somos más listos que nadie, donde aspiramos a que nuestro país sea un gigantesco parque temático al que vengan muchos turistas de vacaciones, donde los niños tienen que entender que ser cocinero es lo más importante que pueden ser de mayores, habrá que adaptarse a los tiempos.

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