15/1/20

ZAPEOS EN LA OSCURIDAD


El documental de animación “2001. Destellos en la oscuridad” (TCM) recrea la famosa entrevista que Stanley Kubrick concedió a la entrevista Playboy en la que el director estadounidense desvela algunas claves de la película “2001: una Odisea del espacio” y plantea fascinantes preguntas acerca del ser humano, el universo y la probabilidad de vida extraterrestre. El actor Keir Dullea, protagonista de la película, presta su voz a Kubrick, así que no es fácil sacarse de la cabeza la imagen del monolito negro y del astronauta David Bowman cenando en una habitación estilo Luis XVI. Pero, en estos tiempos bárbaros, sobre todo es imposible olvidar la gran lección metafísica del maestro Kubrick: “Lo más aterrador del universo no es que sea hostil, sino que sea indiferente”.

Los viejos dioses griegos eran muy, muy, muy difíciles de ver porque no solo la naturaleza gusta de ocultarse, como decía Heráclito de Éfeso, sino también la fauna divina, incluidos los unicornios. Los ricos de hoy, como los dioses y unicornios de ayer, también se ocultan en yates, palacios o villas campestres, mientras que si hacemos caso a Canal Historia da la impresión de que los extraterrestres están por todas partes. Pero Kubrick nos enseña que, si hay vida extraterrestre, lo aterrador no es que decidan visitar el planeta Tierra para esclavizarnos y robar nuestros recursos en plan “Independence Day”, sino que les seamos tan indiferentes como lo es un poeta para una vaca. Los hombres no les eran indiferentes a los dioses del Olimpo y los ciudadanos no somos indiferentes a los Berlusconis y Ronaldos del mundo, pero no significamos nada para E.T. Como mucho, los extraterrestres colocarían por ahí un monolito parecido al de “2001: una Odisea del espacio” por la curiosidad de saber cuándo vamos a autodestruirnos. Pero ahora que nos vuelven a torturar con el horror de “Supervivientes” y esos concursantes que se ocultan en una isla para que los veamos, es el momento de aprender la lección de Kubrick y aterrorizar a Telecinco con nuestra indiferencia. Los dioses griegos en el Olimpo, los ricos en sus yates, los concursantes de “Supervivientes” en su isla y los espectadores zapeando en la oscuridad entre Zeus, Berlusconi y Cristina Cifuentes (o no) armados con un mando a distancia muy parecido al monolito de “2001: una Odisea del espacio”. Mola.

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