21/8/17

FRANCIS XIV


Después de ver la quinta temporada de “House of Cards”, creo que Francis Underwood quiere ser una especie de Luis XIV en la sombra, lo que no deja de ser curioso si tenemos en cuenta que Luis XIV es conocido como el Rey Sol. Y después de ver la segunda temporada de “Versalles”, me parece que Luis XIV pretendió ser Francis Underwood a pleno sol, lo que no deja de ser curioso porque ver el sol en un capítulo de “House of Cards” es más difícil que encontrar a Puigdemont en un concierto de Andy y Lucas. Francis Underwood, en uno de esos demoledores monólogos en los que el presidente de los Estados Unidos mira a los ojos del espectador, anuncia la muerte de la era de la razón y de la distinción entre el bien y el mal. Luis XIV se preocupa de llevar a Versalles al escritor Thomas Beaumont para que tome nota de todos los aspectos de su reinado y cuente al mundo que el rey es la luz que brilla eternamente en los corazones de sus súbditos, es decir, el rey es el Bien. Al presidente Underwood le importa un comino todo lo que no sea el poder en sí mismo. A Luis XIV le importa un bledo todo poder que no pueda mostrarse en público en medio de brillantes ceremonias. Como Underwood no cree en la distinción entre el bien y el mal, mata sin remordimiento y con una sonrisa en la boca. Como Luis XIV cree que el rey es el Bien, ordena matar sin remordimiento y con una sonrisa en la boca. ¿En qué se parecen el presidente de Estados Unidos de “House of Cards” y el rey de Francia de “Versalles”? En que su amor al poder, aunque demuestren ese amor de manera diferente, les hace estar más allá de las riquezas materiales y de los lujos. Trotski decía que quien dispone de bienes para asignar nunca se olvida de sí mismo, pero Underwood y Luis XIV, que disponen de enormes bienes para asignar, no piensan en aumentar sus riquezas cuando compran a alguien, nombran un cargo, proponen leyes o preparan una guerra. Es más, diría que Underwood y Luis XIV se olvidan de sí mismos cuando piensan en los símbolos del poder (la Casa Blanca o el palacio de Versalles) y, aunque creen en la presidencia y en la monarquía, creen más en el poder. En el poder del poder.

Y lo más inquietante, lo que más debería hacernos pensar cuando vemos “House of Cards” y “Versalles” es que, cielo santo, Luis XIV parece más moderno que Francis Underwood. No sabemos nada.

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