16/4/18

"CÁMBIAME" VISTE DE NADA


De todos los estilismos de “Cámbiame”, el mejor es el último. Todos vimos los estilismos que los estilistas del programa encasquetan a los incautos que caen en sus manos. Para unos oscilan entre lo horrible y lo grotesco, y para otros van de lo humillante a lo estrafalario. Eso depende, porque ya se sabe que cada estilistillo tiene su librillo. Pero hoy “Cámbiame” ha demostrado tener realmente buen gusto, y, tras su cambio de estilismo, luce como nunca.

Miren, miren ustedes mismos la programación de Telecinco para hoy y valoren el cambio. Miren también la de mañana. ¿Qué? ¿Tengo o no tengo razón? ¿Verdad que así está mucho mejor? Observen lo elegante y distinguida que resulta una parrilla televisiva en la que no aparece “Cámbiame” por ningún lado. ¡Y a partir de ahora será siempre así!

En la entrega del pasado viernes lo anunciaron y no lo creíamos: “Cámbiame” dejaba de emitirse. Qué alegría. Este es justo el tipo de cambio sustancial que necesitaba el espacio, un cambio que afectara a su propia esencia insufrible. Pero era demasiado pronto para echar las campañas al vuelo. Faltaba ver cómo le sentaba tan inefable estilismo. Y ya podemos decirlo: lo queda requetebién.

Es lo que tiene la nada. Cuando se trata de programas horrendos, como la nada no hay nada. La realidad hay que saber llevarla. Una misma realidad a unos le sienta bien y a otros mal. Así es el ser. Pero la nada es un estilismo mucho menos exigente. Con la nada no arriesgas nada. Es solo ponerla y como caiga. Da igual. Siempre favorece. Y lo barata que resulta. No hay que ajustar tallas, no hay que conjuntar prendas, no hay que buscar complementos. En la nada todo el estilismo es no ser. Y el no ser, ya se sabe, combina con todo. Si ya el negro ya va con todo, el no ser es una auténtica locura. Si es que el no ser es tan negro que no es ni negro de lo negro que es.

Felicitemos a Telecinco y recordémosle que en otros programas, no solo en “Cámbiame”, la inexistencia es una perfección.

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