12/10/18

TU VECINITO DE ULTRADERECHA


Con la ultraderecha pasa lo mismo que con Ned Flanders.  El vecinito meapilas de “Los Simpson” hace gracia porque solo hay uno y porque vive lejos. Un montón de tipos como Flanders dejan de hacer gracia y empiezan a dar miedo. Si encima los tenemos en casa ya es como para hacer running. O, como se decía antes, “salir corriendo”, y perdón por el arcaísmo.

El monólogo del otro día en “Late motiv” en el que Andreu Buenafuente explicaba cómo se reconoce a un ultraderechista era ingenioso y divertido. Producía, como sabe hacer Buenafuente, esas agradables cosquillas que nos hacen felices cuando la inteligencia, la complicidad y la risa se reúnen para hacer fiesta. Pero jugar al “a que te pillo” con la ultraderecha camuflada deja de hacer gracia si la broma surge tras una reunión de diez mil ultraderechistas que ya no se camuflan. Saber que la reunión fue en Madrid e iba en serio da ganas de huir como alma que lleva el diablo. Igual pasa con esa broma de hacer un nuevo formato televisivo llamado “La Vox” con Franco de concursante, y Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal como coaches. Ay, Buenafuente, miedo me da.

¿Es Carmen Lomana un personaje televisivo que sobreactúa, cocina, sobreactúa, se desmaya y sobreactúa en “MasterChef  Celebrity” con el inocente propósito de hacer más entretenida la noche del domingo? Sí, pero solo si, como Flanders, es ella sola y es broma que se presentará a la alcaldía de Madrid con VOX para limpiar la ciudad de “okupas y narcotraficantes”. Pero si resultara que va acompañada de muchos y están aquí, la cosa cambia. El martes, Mamen Mendizábal conectaba en “Más vale tarde” con la reportera Loreto Ochando para que contara cómo transcurría el Día de la Comunidad Valenciana. Con la cara lavada, la voz tocada y los ojos irritados, no parecía feliz. Grupos de ultraderechistas estropearon la fiesta cantando el “Cara al Sol”, realizando saludos nazis y lanzando gas pimienta contra los periodistas y la policía. Ya sabemos dónde estuvo el problema: si, como Flanders, fueran uno que estuviera lejos, tendrían más gracia.

2 comentarios:

¡Viva España! y ¡Viva El rey! dijo...

Resulta cómica lo que destila este billete de hoy: la autocomplacencia y el adoctrinamiento ultra-progre y ultra-guay. Yo tengo un vecinito de ultra-extrema-izquierda (facha de izquierdas) y me resulta muy "Vecinito-Flanders de izquierdas". El problema que es cuando hay tantos y tantos "Vecinitos-Flanders de izquierdas" por España con su ultra-autocomplacencia con su ultra-moralina ultra-progre que les motiva a ir dando sermones evangelizadores con su ultra-sesgada visión de la vida.

Un fósforo tuyo (y de Carlos Herrera), aunque te duela.

Miguel dijo...

¿Adoctrinamiento ultra-progre y ultra-guay? Verdades como puños: esa gentuza con sus banderas, sus brazos extendidos y toda la parafernalia nazi de mierda que llevan dan más miedo que el copón. Y por mucho que me toquen los huevos los que tú llamas "vecinitos de ultra-extrema-izquierda", suelen ser más de romper cosas —muy mal, desde luego— que de dar hostias y palizas a cualquiera que los mire raro, como suelen hacer los otros hijos de puta del caralsol. Que, ya que estamos, y aunque no sea políticamente correcto, ojalá estuvieran con su querido líder y en su mismo estado...