17/11/18

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES UNA MIERDA


Gala de los Premios Ondas. Un galardonado recoge el premio. Dice: “Hágase en mí según tu palabra”, y marcha. El siguiente habla aun menos: “Sí, mi amo”. Es todo. Un tercero ataca: “La libertad de expresión es una mierda”. Y un cuarto remata: “Escuchad, aplaudid y callad”. Ustedes no se enteraron porque esto nunca ocurrió. Pero molaría.

En la gala real del pasado miércoles nadie soltó semejantes barbaridades. Fue un acto mucho más previsible en el que los profesionales de la comunicación reivindicaron la libertad de expresión del modo tradicional. La defendieron, hablaron de su importancia y se comprometieron con su defensa. Quien más tocó el asunto fue Sandra Sabatés, Premio Ondas a la mejor presentadora por “El intermedio”. La grave situación vivida tras el sketch de Dani Mateo con la bandera de España en el programa hace necesarias las palabras de Sabatés: la libertad de expresión está siendo muy cuestionada y toca defenderla. Pero lo que de verdad hubiera estado bien es que alguien hubiera dicho “La libertad de expresión es una mierda”. Y que el público asistente abucheara. O aplaudiera. O abucheara y aplaudiera, según quisiera cada uno. Porque de eso se trata.

La libertad de expresión no solo sirve para defender la libertad de expresión, también para criticarla y para criticar a quien la critica. Es en este ejercicio donde se demuestra su superioridad, donde quienes la condenan y prefieren la censura reconocen implícitamente con sus actos que se equivocan. La libertad de expresión debería tener una bandera para que quienes no la defienden puedan romperla, quemarla y reírse de ella, para que puedan ponerla a su servicio. Una bandera que no puede romperse y quemarse libremente merece ser rota y quemada. Es la bandera que sí puede romperse y quemarse la que no merece ser rota y quemada. Es la que nos libra del “Hágase en mí según tu palabra”, del “Sí, mi amo”, y del “Escuchad, aplaudid y callad”. Y la garantía de que eso es así es que haya personas criticándola, diciendo que es una mierda, riéndose, limpiándose los mocos con ella. Permitámoslo y estémosles agradecidos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Una bandera que no puede romperse y quemarse libremente merece ser rota y quemada. Es la bandera que sí puede romperse y quemarse la que no merece ser rota y quemada." Perfecto, precioso, ¿quién podría no estar de acuerdo? Bueno, espera, ¿pero se aplica a todas las banderas o sólo a las de "los otros"? La bandera de la Paz, ¿podría un Trump de la vida quemarla y habría que aplaudir su libertad para hacerlo? ¿sería censura criticarlo?
Lo dijo Bob Pop en Late Motiv: ¿dónde está el límite del humor y las ofensas? En si quien lo dice te cae bien o mal... Tal cual. Un chiste sobre gays en El Intermedio no tiene nada que ver con el mismo chiste en el Gato al Agua. De la misma forma, un chiste sobre la bandera de España en Intereconomía, no se parece en nada al mismo chiste en El Intermedio.
Y estoy de acuerdo, la Libertad de Expresión va en ambos sentidos, si podemos decir lo que queramos, habrá que entender que otros digan lo que quieran, y aguantar las críticas. Lo que nos parezca la opinión de cada uno, como decía, depende de cómo nos caiga el sujeto en cuestión.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Muy bien dicho.