12/12/07

HABLEMOS DE COCINA


Intro de "Las chicas Gilmore"

El pasado lunes, la multinacional culpable de que Papá Noel vista de dolor rojo estrenó un anuncio. Y a mí qué me importa.Solucionada esta cuestión, hoy quería pedir a los jefazos de Cuatro y La Sexta un pacto de no agresión que permita a los espectadores poder ver “El hormiguero” de Pablo Motos y “El intermedio” de Wyoming sin tener que decidir cada día si queremos más a papá o a mamá. Pero, dicho esto, creo que voy a hablar de otra cosa. El poeta Marcial decía que hay órganos a los que no se les puede dar órdenes como se las damos a un dedo, pero a veces ni siquiera el dedo nos hace caso: yo quiero teclear frases pidiendo que los horarios de “El hormiguero” y “El intermedio” no coincidan, pero los cuatro dedos que utilizo para golpear el teclado del ordenador no me obedecen. Quieren que hable de cocina.

Los dedos mandan. Hablemos de cocina. Tranquilos, mis dedos no quieren que les hable de esa plaga de cocineros guays que intentan convencernos, como Kristian Pielhoff en “Bricomanía”, de que cocinar cangunglis con pitoquinkuts a la flopogunclo está tan chupado como construir la catedral de Burgos en el patio de mi casa, que es particular. Mis dedos tampoco quieren hablar de esos cocineros presocráticos que cocinan aire y sirven el no-ser en enormes platos. Mis dedos quieren hablar de Sookie. ¿Quién es Sookie? Es la mejor amiga de Lorelai Gilmore. Es la cocinera del hotel “Dragonfly”. Es uno de los fascinantes personajes secundarios de “Las chicas Gilmore” (Fox). Y es una cocinera maravillosa. Ver “Las chicas Gilmore” es la mejor forma de hacer las paces con el mundo: Lorelai pone los textos, Rory la sencillez, Kim la música, Michel el toque francés, Luke el café, Kirk el surrealismo, Emily y Richard las cenas de los viernes y Sookie pone todo lo demás. Sookie pone su risa contagiosa, su instinto para cocinar lo que más conviene en cada momento y su disposición a acudir a la llamada de los amigos siempre que sea necesario. Haga falta o no. ¡Ah! Mis dedos no quieren que me olvide de decirles que los platos de Sookie no son guays ni presocráticos, pero sí hacen que queramos ser mejores personas. Hasta mañana, si mis dedos quieren.

5 comentarios:

El Malvado Ming dijo...

Hoy me he visto envuelta en una discusión harto violenta en torno a la culpabilidad de la chispa de la vida en el controvertido tema del atuendo de Papá Noel y parece que desde finales del XIX ya vestía de rojo y que CC se límito a darle un tono más de abuelito bonachón.
Es emocionante como Google puede terminar con la más encarnizada de las trifulcas en apenas 0,12 segundos.

Komond dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Komond dijo...

"Dolor" rojo...

¿errata?...
¿decisión del autor?...
¿"subconsciente" traicionero? (un poco de las dos anteriores)

Nunca lo sabremos...


PD. Sé perfectamente que es inconsciente y no subconsciente, pero quería sonar cutre ¿vale? Amo demasiado el notable en Personalidad como para que de repente aparezca como suspensa porque "se descubre que está mal corregido" u otro invento similar...

Antonio Rico dijo...

Te contestaría, estimado psicólogo esquizofrénico, pero es que en este momento ando un poco liado con los trámites para cambiar la nota que puse hace un par de años a un alumno que responde a las iniciales E.C.Ch.

Anónimo dijo...

Sin duda, si todos tuviéramos una Sookie particular.. el mundo en general, o nuestro propio mundo, iría mejor.

Grata sorpresa encontrar una entrada dedicada a las grandísimas Chicas Gilmore.

Por cierto, "misterioso" psicólogo esquizofrénico, no se puede aceptar tal atrevimiento consciente o inconscientemente, se te echará en cara a la temprana hora de tu café matutino...