
Su talento no es la suma de mil habilidades concretas -ser buena para hacer giras de conciertos multitudinarios + ser buena para interpretar a Lorca o Galdós o Valle Inclán + ser buena para cantar con Chico Buarque + ser buena para actuar en televisión + ser buena para cantar folklore o jazz o standards…-, sino la manifestación de algo inaprensible e incomprensible que recorre por dentro todos esos méritos puntuales como el hilo de un collar recorre las perlas. Hay algo en común a través de todas sus facetas, un talento escénico general, que explica que todo lo que haga lo haga bien y que nos resulte muy difícil imaginar que en el futuro no siga siendo así, sea cual sea el reto artístico que afronte.
Anteayer recogió el Goya de Honor de la misma manera que hubiera recogido el Albéniz de Honor o el Neruda de Honor, protagonizando el momento más interesante y más carismático de la gala. No tengo ni idea de qué es aquello a lo que me estoy refiriendo, no sé de qué estoy hablando. Alguna gente lo llama “ser artista” a secas, sin especificar más. No estoy seguro de que sea una buena denominación, pero, si lo es, no hay nadie más artista que ella desde hace décadas en España. Insisto, no sé lo que es, pero Ana Belén lo tiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario