15/2/17

HAY UNA BARRIGA EN LA LUNA


La entrevista de Iñaki Gabilondo en “Cuando ya no esté” (#0) al historiador israelí Yuval Noah Harari, autor de los interesantísimos ensayos “Sapiens” y “Homo deus”, demuestra que hacer buena televisión es tan sencillo como poner delante de una cámara a dos tipos con cosas interesantes que preguntar y cosas interesantes que responder. Harari, un tipo elegante y pausado, reconoció con humildad que nadie sabe nada porque es imposible saber cómo será el mundo, el mercado laboral, las relaciones familiares e incluso el cuerpo dentro de 25 años. Con todo, Harari cree que en el siglo XXI la autoridad pasará del individuo a las redes de algoritmos, que es probable que el lugar más interesante desde el punto de vista religioso se traslade de Oriente Medio a Silicon Valley, y que se crearán las desigualdades más grandes de la historia de la humanidad porque no tendrán que ver sólo con la economía, sino con la biología. Lo que distingue al hombre de otras especies cercanas, dice también Harari, es nuestra capacidad para cooperar a gran escala. Sin esa cooperación, la llegada a la Luna o la fisión del átomo habría sido imposible. Puede ser. Pero el ser humano también es capaz de cooperar a gran escala para alcanzar altísimas cotas de estupidez. Se me ocurren muchos ejemplos, pero hoy me da la gana de quedarme con las críticas al cuerpo de Lady Gaga por parte de una legión de imbéciles.

Lady Gaga actuó en la última Super Bowl demostrando una capacidad física y artística que debería alegrarnos el día a todos. Pero no. Muchos animales racionales inundaron las redes sociales vomitando su ignorancia y desprecio acusando a Lady Gaga de ser dueña de una barriguita indigna de salir en televisión. La artista neoyorquina reaccionó ante tanta estupidez con la misma elegancia con la que Harari respondió a las preguntas de Gabilondo, así que aquí intentaremos ser igual de elegantes y nos limitaremos a sugerir a Iñaki Gabilondo que invite a su programa al diseñador Stefano Gabbana, que se atrevió a criticar el cuerpo de Lady Gaga y luego pidió perdón porque su desprecio no era bueno para el negocio. ¿Cómo será el mundo dentro de 25 años, señor Gabbana? Yo se lo diré. Dentro de 25 años nadie se acordará de usted, ni de mí, ni de esta columna, pero la barriga de Lady Gaga estará en un póster en la Luna. Al tiempo.

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