19/2/18

¡AH, LA FAMILIA!


Familias televisivas hay muchas, todos tenemos nuestra favorita, pero ninguna más inabarcable, rentable e insoportable que la de Telecinco. Las cadenas generalistas compiten en vano por hacer televisión familiar, que aprendan de Telecinco. Para su negocio el personaje es bueno, pero la familia es mejor. Un personaje se agota enseguida, pero bien gestionado es el núcleo alrededor del que surge una familia repleta de nuevos personajes, el punto de acreción que formará un nuevo sistema parentelar ahíto de interacciones gravitatorias.

Pantoja, Janeiro, Caparrós, Campos, Matamoros, Pajares, Cristo y ahora González- Lapiedra son mucha gente. Y cuantos más titulares haya dispuestos a saltar al terreno de juego, más abastecido estará el banquillo. Los griegos se preguntaban si la vieja nave Argo en la que Jasón buscó el vellocino de oro seguía siendo la misma si se habían ido sustituyendo todas sus viejas piezas de madera por otras nuevas. En Telecinco han resuelto el problema. La renovación es constante, y la nave, idéntica. Antes desparecía Belén Esteban durante un tiempo y volvía meses después con una cara nueva y un belenazo en los índices de audiencia. Ahora los deluxazos van rotando gracias al abundante remanente de caras para escoger quién aparece o desaparece sin necesidad de que ningún personaje se haga una cara nueva. Anteayer, por ejemplo, reaparecieron Kiko Matamoros y Víctor “Nachopolo” Sandoval y la nave surcó sólida las aguas sin temer los temibles embates de la audiencia.

Pero quienes tocaron el cielo fueron las Campos. La escenografía fue insuperable. Por la mañana la matriarca fue hospitaliza por vía de urgencia. Resuelto el trámite médico vino el problema serio: ¿cómo llevar la historia a la pantalla? Una hija fue al plató a contarlo. Otra hija quedó en el hospital para hacer una llamada telefónica en directo que subiera la tensión. Y la paciente esperó paciente a que le pasaran el teléfono para volver a contar lo que ya habían contado antes dos veces sus dos hijas, triple rentabilidad de un ingreso repleto de ingresos. ¡Ah, la familia!

2 comentarios:

Lockhart dijo...

La familia es la célula de la sociedad moderna. Ya lo cantaban Siniestro Total

Antonio Rico dijo...

Aunque sea cancerígena desde la Edad de piedra. ¡Y qué bien lo cantaban!