2/8/18

CARDENASIO

¿Existe alguna relación entre Javier Cárdenas y la celebración estos días de la XXVI Conferencia Internacional de Física Atómica en Barcelona? Sí, mucha. Y no me refiero, que también, al estatus cuántico de la renovación del ¿periodista? por otra temporada en TVE, que hace que el futuro de “Hora punta” recuerde al gato de Schrödinger. Me refiero a que en dicho congreso el premio Nobel William Phillips expuso los problemas que se derivan del hecho de que el kilo siga definiéndose en función de un cilindro de platino e iridio situado en un museo de París. Ese cilindro no pesa un kilo; un kilo pesa ese cilindro. Y micrométricas variaciones a nivel atómico de ese objeto patrón producen fallos en la fiabilidad de la medida de la magnitud del peso y de otras magnitudes como el amperio, el mol o el newton.

La fisicometría tiene algo que aprender de la televisionometría. Porque en el mundo de la televisión sí contamos con unidades de medida absolutas, inmutables, más constantes que la velocidad de la luz en el vacío. La última en incorporarse se basa en “Hora punta”: es el cardenasio. La unidad de medida de la mala televisión. El patrón oro de la telebasura. El criterio contra el que medir a todos los demás programas. “El Hormiguero” mide 0.1 cardenasios. “Espejo público” mide 0.35 cardenasios. “Saber y ganar” mide -5.7 cardenasios.

En la Oficina Internacional de Pesas y Medidas de París, entre las vitrinas en donde se exhiben el cilindro de iridio que define el kilo y la barra de platino que definió el metro hasta 1983, encontramos otro expositor en el que un monitor muestra a un presentador defendiendo de forma incomprensible la relación entre los rasgos faciales y la personalidad o la conexión entre el uso de aerosoles y los huracanes. “Cardenasio. Definido por Televisión Española durante la temporada 2017-18”, dice la leyenda al pie del expositor. Cuando el iridio y el platino se hayan desintegrado, el cardenasio seguirá ahí, obstinado como el cero absoluto de temperatura.

No hay comentarios: