31/10/11

WIKILEAKS CIERRA, ABRE "FRIKILIKS"

Hoy hace una semana que Wikileaks, la página web que airea los trapos sucios del poder, anunció su cierre por falta de fondos. Es una mala noticia, pero es peor si se pone al lado de esta otra: hoy hace una semana que Cuatro emite “Frikiliks”, un programa de tonterías y humor sin más pretensión que captar audiencia despistada a la hora de cenar.En efecto, hoy hace una semana que Wikileaks anunció su cierre por falta de financiación. Gigantes bancarios como PayPal, Visa, Western Union y MasterCard no permiten hacer donaciones a Wikileaks a través de sus plataformas, lo que la deja sin fondos para seguir actuando. Julian Assange, fundador de Wikileaks, señaló que el Bank of America realiza gran parte del bloqueo al no permitir “ningún tipo de transacción sospechosa de ir hacia Wikileaks”. Es una mala noticia, pero, en efecto, es peor si se pone al lado de esta otra: hoy hace una semana que “Frikiliks” abrió sus puertas gracias a que, además de poder financiarse con la publicidad que se emite durante el programa, una marca de comida para gatos patrocina el espacio.

“Lo primero es la salud”, dice en sus anuncios la marca que “nos ofrece” “Frikiliks”. Y, cágate lorito, no se refiere a la salud de la libertad de expresión en las democracias occidentales o en los lugares en que Wikileaks contribuyó a que la primavera árabe fuera posible. Ni siquiera a la salud de las personas. Se refiere a la de los gatos, que es la que nos permite cenar felices viendo frikituits, frikinews, frikivideomontajes, frikifotografías, frikidoblajes y frikifrikadas sobre los programas de Cuatro y Telecinco para promocionar los productos de la casa (“Collejeros”, “Tierra de bobos”, las cacofonías de Lydia Lozano en “Cuarto milenio”, National Pornographic en “Acorralados”, Frank de la jungla en “El coche franktástico”, Mercedes Milá y Carlos ‘El Yoyas’ en “Supernanny”). "Frikiliks" y los gatitos: lo primero es lo primero.

30/10/11

MENOS RICOS Y MENOS LISTOS QUE STEVE JOBS

“Visionario, genio, icono, innovador, mentor, leyenda, héroe”, dicen en el promo de Discovery Channel en el que anuncian el reportaje “Steve Jobs: El hombre que revolucionó el mundo”. Viendo el programa (estrenado la noche del miércoles, reemitido ayer sábado y también hoy domingo) queda claro de Jobs se puede decir todo eso y mucho más. Como aquí no disponemos de abogados para soltar alegremente cualquier cosa del adorado gurú recién fallecido de una poderosa multinacional, mediremos las palabras. Solo comentaremos algo que quizá no sepan: Jobs era un tío muy rico (más que usted, que yo, y que usted y yo juntos) y muy listo (más que usted, que yo, y que usted y yo juntos), pero cuando enfermó no acudió a los mejores médicos ni recibió el mejor tratamiento.

Hace unos días, cuando murió Antoñete, en un informativo decían que al final no lo había matado un toro sino el tabaco. Parece cruel, pero los informativos están para informar. ¿Y qué dice “Steve Jobs: El hombre que revolucionó el mundo” sobre la muerte del fundador y refundador de Apple? Que llevaba años muy malito y sus últimos éxitos laborales, empresariales y sociales tuvo que compaginarlos con una salud cada vez más deteriorada. Pero no dicen lo que el visionario no supo ver: que cuando uno tiene pupa es mejor hacerle caso a los médicos y no creer supercherías.

Cuando le detectaron cáncer de páncreas, Jobs retrasó una intervención quirúrgica que después ya llegó demasiado tarde. Luis Alfonso Gámez, presentador del imprescindible “Escépticos” en Euskal Telebista, recoge en su blog lo que Jobs contó a su biógrafo Walter Isaacson: “No quise que abrieran mi cuerpo. No quise ser violado de ese modo”. Por eso, explica Isaacson, “Intentó tratarse con dietas. Fue a espiritistas. Probó con la macrobiótica y no se operó”. Usted y yo, menos toreros que Antoñete, y menos ricos y menos listos que Jobs, podemos aprovechar la ocasión para escarmentar en cabeza ajena.

29/10/11

¿QUÉ VAN A VOTAR EN EL REFERÉNDUM DE HOY?

Díganme, ¿qué van a votar en el referéndum de hoy? ¿Cómo que no lo saben? No, no, no me refieron a las elecciones generales, que ya sé que son dentro de un mes escaso. Me refiero al referéndum que se celebra hoy. ¿Pero no se han enterado? Hoy en España se celebra un referéndum para decidir si queremos que nuestra televisión sea una mierda o no. ¿No van a votar? ¿De verdad es una cuestión que les es indiferente? Seguro que no. Toda la prensa está recogiendo durante la mañana del viernes, -cuando yo escribo esto-, que hoy sábado, -cuando ustedes leen esto-, Jordi González recibirá en “La noria” a la madre de el Cuco, uno de los implicados en la muerte de Marta del Castillo. La prensa destaca la cantidad astronómica que cobrará la mujer por participar en el programa. Pero habría que ver un poco más allá de la entrevista y darse cuenta de que lo que hoy está haciendo “La noria” es plantear a la audiencia un auténtico referéndum tan vinculante como cualquiera de los que se realizan con urnas y papeletas. “¿Quiere usted que la televisión de nuestro país sea una puñetera mierda?”.

El sistema de votación es sencillo. Si su respuesta es “Sí”, -“Sí, sí quiero que la televisión de mi país sea una puñetera mierda”-, debe usted sintonizar Telecinco en su televisor durante la entrevista en “La noria” a la madre de el Cuco. Si su respuesta es “No”, -“No, no quiero que la televisión de mi país sea una puñetera mierda”-, debe usted sintonizar cualquier otra cadena durante el programa de Jordi González. Si opta por la abstención, -“Me da igual que la televisión de mi país sea una puñetera mierda o no”-, mantenga el televisor apagado esta noche. Tan liados estamos por campañas electorales y acusaciones cruzadas entre partidos, que casi nadie se ha ocupado de informar a la ciudadanía de que hoy se celebra en toda España un referéndum acerca del futuro de nuestro medio de comunicación más importante. Dediquen un ratito a reflexionar sobre la consulta y voten lo que su entendimiento les dicte.

28/10/11

CONTACTAR CON LOS MUERTOS

La conocida timadora Anne Germain se ha vuelto honrada. En efecto, la famosa embaucadora que afirma poseer un don que los demás no tenemos (algo que, no hay escapatoria, nos hace inferiores a ella y a ella superior a nosotros), cobra una pasta por ‘contactar con los muertos’ en el programa de Telecinco “Más allá de la vida”, así como en programas similares que se emiten en Brasil y Portugal, y también en su consulta privada de Londres; pero ahora se pasa al teatro. Y está bien que quien quiera hacer teatro se deje de monsergas y vaya al teatro.

En un momento del diálogo platónico “Protágoras” en el que Sócrates discute sobre qué es el bien y qué es lo bueno con Protágoras, Platón hace decir a este último que hay cosas que son buenas para los caballos, pero no para los hombres; o son buenas para los árboles, pero no para los bueyes o los perros. Incluso, tratándose de árboles, hay cosas “buenas para las raíces, pero dañinas para los brotes; por ejemplo, el estiércol: es bueno echarlo a las raíces de todas las plantas, pero si se te ocurre echarlo sobre los vástagos y las ramas tiernas, lo mata todo. Así también, el aceite es completamente nocivo para todas las plantas y muy perjudicial para el pelo de todos los animales excepto el del hombre; para el del hombre, así como para el resto de su cuerpo, sirve de protector”.

Anne Germain no habrá leído a Platón, vale, pero casi lo parece, porque ha decidido llevar su montaje de fingimiento, simulación y disimulo al teatro, el lugar en el que desde hace miles de años se representan espectáculos de fingimiento, simulación y disimulo con la complicidad del público. Eso sí, como la señora diga en el teatro que lo de ‘contactar con los muertos’ va en serio y no es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro, la fastidiamos: resultará igual de nociva y dañina que cuando sale por la tele.

27/10/11

¡QUE LES CORTEN LA CABEZA!

Tiene razón Wyoming. Lo ocurrido el lunes en “El hormiguero” (noches de Antena 3) demuestra que tiene razón Wyoming. La que se armó porque Pablo Motos y su troupe le cortaron la cabeza de mentirijillas con una guillotina de pega al amiguete Dani Martín, el de “El canto del loco”, para hacer un truco de magia que, ¡oh sorpresa!, tenía truco y solo era magia, no deja lugar a dudas: aunque mientras escribo esto aún no sé si en la edición del martes por la noche de “El intermedio” (ayer por la noche para ustedes) van a decir algo sobre cortar cabezas, sobre Dani Martín, sobre la guillotina, o sobre cortarle la cabeza a Dani Martín con una guillotina, está claro que quien mejor entiende el revuelo -porque lo vio venir- es el gran Wyoming: “El hormiguero” es un programa infantil emitido en horario adulto que ven niños que aún no se fueron a la cama después de hacer pis. Eso lo explica todo.


Da igual que Antena 3 pida perdón, que Motos se deshaga en explicaciones, que Dani Martín se disculpe o que la productora del programa emita un comunicada diciendo que contaban con que los espectadores pillarían la broma porque “el contexto de humor de “El hormiguero” despejaría cualquier duda al respecto”. Todos deben reconocer que se han equivocado porque, tratándose de niños espectadores, no se puede esperar de ellos que distingan algo en broma de algo de veras, la magia de la realidad, la ironía de la franqueza. Motos quiso gastar a sus niños la broma de fingir que le había salido mal el truco en el que le cortaban la cabeza a Dani Martín, y este había sido decapitado. Pero lo que le salió mal a Motos no fue el viejo truco de la decapitación: fue la broma. Y los niños no le vieron maldita la gracia.

¿Qué les corten la cabeza? No tanto. Basta con algo así de sencillo: igual que no conviene emitir programas para adultos en horario infantil, no conviene emitir programas infantiles en horario adulto. Y aquí paz y después gloria.

26/10/11

EL SALMÓN QUE RÍE

No, por favor, piedad, otro programa de humor más no. Confesaré que yo maté a Kennedy. Me ofreceré como conejillo de indias para evaluar los efectos secundarios de una visión masiva de programas de Ana Rosa. Sustituiré la lectura de Ovidio por los comentarios de Kiko Rivera en “Tú sí que vales”. Pero, lo suplico, no sigan programando humor a todas horas, en todas las cadenas, en todos los formatos. Si al menos a alguien se le ocurriera un programa de humor verdaderamente innovador, creativo, no sé... que añadiera algo a lo que vemos constantemente en cuanto encendemos el televisor. Pero “Frikiliks”, -ah, ¿no lo había dicho? esta columna va sobre “Frikiliks”, el estreno de Cuatro para la cena diaria-, no es más que un programa de humor del montón, con guiones del montón, presentadores del montón, con montajes de imágenes y falsos doblajes del montón. Está bien, de verdad, está bien, Ana Morgade y David Fernéndez lo hacen bien, pero es como... como... como doscientos programas más que se estrenaron durante los últimos dos años y cuyos nombres ya no puedo recordar debido a que duraron en pantalla menos tiempo del que dura una carcajada.

Mi abuelo me contaba la historia de cómo los obreros que construían las vías del ferrocaril en Asturias protestaron porque tan sólo les daban salmón para comer. No sé si la historia es cierta, pero el inmediato recurso al humor como un reflejo medular cada vez que hay que cubrir media hora de programación libre me está produciendo un hartazgo que, a diferencia de lo que ocurría con los obreros asturianos, ni siquiera tiene ácidos omega-3. El humor es la religión del pueblo. La religión es el opio del pueblo. Luego, el humor es hoy el opio del pueblo. Alguien, y esto no es humor, debería reflexionar seriamente sobre el papel desmovilizador y adormecedor que el omnipresente humor está jugando en las sociedades actuales. ¿A qué obedece esta sobredosis de algo que en su justa medida es uno de los grandes placeres de la vida? En el intermedio de “Frikiliks”, se anunció un nuevo programa en Cuatro: “Las noticias de las 2”. Es de humor.

25/10/11

PAREJOLOGÍA 0X0

Es un triunfo de toda la sociedad, y ningún grupo particular, ninguna fuerza política de izquierdas o de derechas, gobernante u opositora, radical o moderada, debería pretender capitalizar la victoria que nos corresponde a todos. Han sido tiempos duros, pero el pueblo español ha sabido estar a la altura que corresponde a los grandes momentos de la historia. Ha sido la unidad la que finalmente ha conseguido que el absurdo y la locura reconozcan su derrota y se retiren, y ahora todos debemos celebrarlo y afrontar con optimismo el nuevo tiempo que se abre esperanzado ante nosotros. Llevábamos esperando mucho tiempo, dos larguísimas semanas, esta noticia, pero finalmente llegó el comunicado: Telecinco retira de la programación “Parejología 3x2” tras solamente un par de emisiones en las que obtuvo pobres resultados de audiencia.

Hay que ser prudentes a la hora de valorar el escenario que se abre ante nosotros, pero es difícil no dejarse llevar por el optimismo. Hace tan sólo unos pocos años, “Parejología 3x2” hubiera triunfado en los cómputos de audiencia y se hubiera perpetuado en la parrilla de la cadena basura durante temporadas y temporadas. Es lo que ocurrió con “Matrimoniadas” o “Escenas de matrimonio”, las viejas marcas televisivas con las que José Luis Moreno concurrió a la lucha por los espectadores. Pero en esta época los siglos duran cuatro o cinco años, y la sociedad parece que ha progresado lo suficiente como para que la comedia rancia basada en el costumbrismo sexista más casposo ya no encuentre un número significativo de defensores y partidarios.

Y una victoria de este tipo tiene importantes consecuencias a largo plazo. En televisión todo es irreversible. El fracaso de “Parejología 3x2” no sólo retira esta comedia vintage del access telecinquero, sino que además reduce de forma casi completa la posibilidad de que vuelva a haber en el futuro un producto semejante. Nuestros hijos crecerán en una España sin telecomedias de Moreno y los hijos de nuestros hijos verán viejos capítulos en youtube y no creerán que eso pudo existir alguna vez.

24/10/11

ALMACÉN DON MANOLO LES OFRECE...

Supongamos que usted está muy interesado en potenciar el aprendizaje de la dulzaina, los conciertos de dulzaina y la música de dulzaina. Y supongamos que es el feliz dueño de una poderosa empresa. Una empresa de las gordas. Pues si usted donara un dineral para que esa música popular no se perdiera, para que el folclore patrio no decayera, para que las fiestas tradicionales conservaran lo mejor de la tradición, TVE no emitiría un programa semanal en Teledeporte ni miniespacios diarios en La 2 sobre música, sobre folclore, sobre fiestas o sobre tradiciones en los que saliera el nombre de su empresa para que todos los espectadores pudiéramos saberlo y agradecérselo de la manera que se agradecen estas cosas: comprando sus productos.

¿Se debe esto a que TVE no emite publicidad? Podría ser, pero no. En Teledeporte y La 2 hay un espacio sobre los olímpicos españoles que está patrocinado por una buena retahíla de grandes empresas que descaradamente exhiben sus logotipos. Se llama “Objetivo 2012”. Y La 2 emite una gilichorrada titulada “La felicidad (en cuatro minutos)” que no es que esté patrocinada por una conocida marca de refrescos de cola que no es Pepsi, es que es aún peor: se trata de un engendro televisivo inventado por el “Instituto Coca-Cola de la felicidad”, algo que nos repiten cada día para que los espectadores podamos saberlo y agradecerlo de la manera que se agradecen estas cosas.

Si llegara el día en que Manolito se hiciera rico al frente de “Almacén don Manolo” y quisiera anunciarse en una cadena ‘sin publi’ como TVE, no debería patrocinar música, medicina, arquitectura, pintura, literatura, ciencia, escultura, investigación, folclore o asuntos irrelevantes por el estilo, sino aquellos por los que apuesta nuestra tele para congregar en ellos la mayor cantidad de patrocinadores y benefactores que sea posible. Manolito debería gastar sus cuartos en deporte y felicidad. Y si los demás necesitan dinero que hagan rifas de la Lotería de Navidad.

23/10/11

VIERNES NOCHE

Cinco cadenas, cinco, nos ofrecen sus programas recién hechos en casa para que pasemos la noche del viernes. ¿Qué es eso de que encendemos la tele y no hay nada que ver? Ese día se nos amontona el trabajo.


Pero dejadme, ay, que yo prefiera la oferta de La 2. Hay que empezar, eso sí, esquivando “La suerte en tus manos” (una birria de miniespacio si no fuera porque puedes aprender de él que la suerte de no caer en la ludopatía esta en tus manos: basta con empezar no aficionándote a ver en la tele programas sobre juegos de azar). Empieza después una noche estupenda con “Buscamundos”, la propuesta del gran Vicente Romero para viajar por el lado oculto de los viajes turísticos. Tras visitar Haití y el Nueva York más desconocido, anteayer le tocó el turno a Camboya, un hermoso lugar donde no corremos el peligro de encontrarnos con Carmen Lomana tomando el sol en el río Mekong. Después llega una singular iniciativa de “La 2 noticias”: los viernes nos regalan un telediario ‘de autor’ en el que por un día un invitado hace el informativo según sus criterios y gustos. Tras el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga y el escritor David Trueba, anteayer pasamos un buen rato con el contagioso optimismo vital de Albert Espinosa. Un modo eficaz de comprobar que la objetividad informativa no existe. El mejor remate es la siguiente media hora con un programa capaz de reconciliarte con la tele, la humanidad y el mundo entero. Se llama “Entre2aguas” y es un viaje musical de la mano de Javier Limón que cada viernes consigue dejarnos boquiabiertos y felices. Encuentro de la música americana y mediterránea con España de bisagra, De Caracas a Lisboa, de Buenos Aires a Estambul, de la tele a tu corazón.

Habrá quien prefiera “La hora de José Mota” en La 1. No está mal. O “Supernanny” y “Callejeros” en Cuatro. Tampoco está mal. O “Atrapa un millón” en Antena 3. Pues vale. Pero lo de “Sálvame Deluxe” en Telecinco, eso, de verdad, no hay quién lo entienda.

22/10/11

PENSAMIENTO TWITTER

Constatemos un hecho: “59 segundos” ya ha cumplido su ciclo. En su día empezó como un formato de debate político rompedor, dinámico, innovador, ágil, fácil de seguir; en definitiva, televisivo. Pero el mundo ya no es el mismo de entonces y nosotros tampoco. No nos queda otra que renovar “59 segundos” si no queremos verlo languidecer hasta morir… y quedarnos otra vez con una televisión pública sin debates políticos, una televisión rendida, hemipléjica, incompleta.



El problema fundamental del programa es que una intervención de 59 segundos se hace eterna. Un orador eficaz es capaz de colocarnos en ese tiempo un rollo tan largo y pesado como este artículo, que ya es decir. Y después de un peñazo así, va otro. Y luego otro. Y otro y otro y otro. Y los segundos del cronómetro parecen no avanzar. Y el dichoso micrófono no termina de esconderse. Nada comparable con lo rompedor, dinámico, innovador, ágil, fácil de seguir y, en definitiva, televisivo, que resultaría hoy un formato inspirado en Twitter.

Si consiguiéramos que “140 caracteres” sustituyera “59 segundos” tendríamos un programa estupendo. Mensajes rápidos, certeros, centelleantes, instantáneos, brillantes, de usar y tirar. Frases cortas sin pesadas oraciones subordinadas. Opiniones sin el lastre de una mínima fundamentación. Tesis lanzadas al viento sin argumentos que los respalden. Píldoras de sabiduría. Afirmaciones gratuitas. El instantáneo pensamiento telegráfico del pensamiento Twitter. Y sin necesidad de un moderador. Un contador de caracteres sobreimpresionado en pantalla es suficiente. Y un micrófono que aparece y desaparece en un suspiro, que acaba de encenderse y ya se está apagando. Velocidad, liviandad, inmediatez, agilidad. Más rápido que su mando a distancia, que su propia sombra, que Lucky Luke. Debates políticos capaces de plantarle cara a “La noria”, de hablar de tú a tú a “Sálvame”, de sobrevivir a un ataque de telebasura con éxito. Menuda mierda.

21/10/11

FESTIVAL DE ZAPATILLAS

Parece que todos los especialistas están de acuerdo: el cine no fue más que una pequeña fase inicial en la formación del género artístico de las series de televisión. Fue un arte embrionario, que se realizó únicamente durante cien años, para dar paso a los siglos y siglos que vienen después en donde toda la narración audiovisual tomará el formato de las series. El cine era una cosa peculiar y ciertamente extravagante, porque exigía al espectador que se vistiera y saliera de su casa para dirigirse hasta unas inmensas salas donde poder observarlo, molestia que las series de televisión no provocan, ya que el aficionado a ellas puede verlas en zapatillas, tirado en el sofá de casa, a la hora que quiera y haciendo cuantos ruidos de cualquier origen le apetezcan. Claro que las series de televisión también te hacen salir de casa en ocasiones si quieres disfrutar al máximo de todo el mundo que las rodea. Por ejemplo, a veces te obligan a ir a Madrid a gozar como un músico brasileño con los festivales de series que organiza Canal+.

Qué incontestable delicia. Qué subidón. Desde este jueves hasta el domingo se celebra el Festival de Series 2011 en nuestra capital. Un congreso. Una auténtica feria de muestras. Unas jornadas de puertas abiertas sobre las series de televisión. Vamos a ver el estreno de la esperadísima “Pan Am”, el arranque de la segunda temporada de “Boardwalk Empire”, los nuevos capítulos de “Castle”, “Dexter” o la negrísima y desasosegante “Breaking bad”. Asistiremos a talleres de maquillaje para efectos especiales, de doblaje, de autopromoción de series. Caeremos en la tentación de zamparnos maratones enteros de series musicales, de series policíacas o de series fantásticas. No podremos estar en zapatillas, tirados en sofás, habrá que ajustarse a un horario y deberemos cortarnos un poco a la hora de hacer cuantos ruidos de cualquier origen nos apetezca, pero éstos son los únicos pequeños defectos que tiene el Festival de Series, y estoy seguro de que ya están trabajando sobre la forma de corregirlos de cara a las próximas ediciones.

20/10/11

REALITY DE SUPERVIVENCIA

Antes del estreno de “Acorralados” en Telecinco, toda la cadena colaboraba en el lanzamiento del nuevo truño. Tania Llasera, presentadora de “Resistiré, ¿vale?” (uno de los espacios carroñeros merodeadores que sobrevive comiendo los despojos que generan los realities de la cadena), intentó vendernos “Acorralados” con la mejor voluntad del mundo: “Va a ser un bombazo. Será como espiar a un grupo de famosos de camping”. Y no mintió: “Acorralados” es un bombazo de aburrimiento insustancial que reúne la iniquidad, la bajeza moral y la pobreza intelectual necesarias para considerar aceptable e incluso divertido espiar a un grupo de famosos de saldo alojados en un camping de tercera en temporada baja.

Tras la incorporación de varios nuevos concursantes, Jorge Javier Vázquez, ese ser, anunció en una gala de “Acorralados” que Telecinco prolongará la emisión de este reality de supervivencia, por lo que durará un mes más de lo inicialmente previsto. Ninguna novedad. Toda la programación de Telecinco es un inmenso reality de supervivencia, y no porque siempre tenga en danza a una serie de concursantes intentando sobrevivir encerrados en una casa, atrapados en una isla o confinados en un corral (tanto da que da lo mismo), sino porque es la cadena misma la que sobrevive así, con un único programa de fronteras borrosas que todo lo invade, una inmensa metástasis que extiende sus tentáculos por una programación contagiada sin remedio, una parrilla entera invadida por una infección generalizada que todo lo mancha, lo tiñe, lo contamina.


“Acorralados” sobrevivirá tanto como pueda hacer sobrevivir a la propia cadena. Y mientras completa su ciclo y su batería se va agotando, Telecinco selecciona a los participantes en el siguiente reality de supervivencia, unos personajes escogidos con esmero porque deben dar el juego suficiente para permitir la supervivencia de Telecinco, el único concursante que de verdad preocupa a la cadena.

19/10/11

BORRANDO A ETA

Pongamos el cascabel al gato: Jordi Évole debe dar clase en las facultades de periodismo, el Follonero tiene que enseñar cómo se hace periodismo del bueno, “Salvados” (domingo por la noche, en laSexta) tiene que ser una asignatura imprescindible para quien quiera ejercer de periodista con un mínimo de rigor y seriedad.


¿Es broma? No, es lo que pienso. ¿Pero el Follonero es periodista? No, es un humorista, un cómico, un showman, un tipo divertido que actualiza la noble figura del bufón para adaptarla a estos tiempos de mudanza. Tiempos en los que el soberano (o sea, el pueblo) se encuentra, como siempre, rodeado de aduladores y se ve encerrado en su castillo (nuestras casas) con una falta enorme de que alguien abra las ventanas y deje correr libremente el aire fresco. Ehhh, ya, ¿entonces es que “Salvados” es un programa periodístico de información contrastada y veraz aunque esté hecho por un tipo que no es periodista? No, es un programa de entretenimiento, de diversión, de pasarse un buen rato y reírse si se tercia. Pero es que te pones a verlo y compruebas que es capaz de abordar asuntos muy serios (esto es, importantes) de la forma más seria (real, verdadera, sincera). Y no se pone pedante porque no lo necesita. Y no nos dice lo que piensan estos o aquellos porque prefiere ponerles un micrófono delante y que cada uno se retrate con sus palabras o sus silencios. Y no da una moraleja final porque cada uno es mayorcito para poner la moraleja que le parezca. Y no manda enviar SMS para votar entre dos opciones porque no trata al público como un rebaño manipulable al que se puede hacer escoger entre dos opciones preestablecidas previo pago de un dinerito que sibilinamente nos va haciendo aceptar la idea de que hasta para opinar o para votar hay que pagar porque ya no somos ciudadanos sino clientes.

Vean en la web, si lo no vieron el domingo en la tele, el “Salvados” titulado “Borrando a ETA”. Y juzguen.

18/10/11

EVASIÓN O VICTORIA

Digo yo que los responsables de la educación somos todos los adultos que de una forma u otra estamos educando haciendo lo que hagamos. Hay una forma de educar más explícita que es la del profesor, el maestro en la escuela, los padres que educan a sus hijos. Cualquier persona que ocupa un puesto en su vida profesional o laboral está enseñando a otros, está transmitiendo actitudes, está enseñando a resolver conflictos.
Los responsables de la televisión, que es quizá el medio de comunicación que más socializa a la gente, tienen que asumir también esa responsabilidad educativa en la medida en que todo lo que hacen está influyendo. Nadie negará que la tele socializa porque la gente se identifica con personajes, con situaciones, con lo que ocurre en la tele y aprende a comportarse, a vestirse, a relacionarse como ve que lo hacen los personajes de las películas, de las series, de lo que aparecen en la programación televisiva. Eso es lo que debe generar una responsabilidad. Creo que fue el creador de la BBC quien dijo que se proponía hacer una televisión que cambiara los gustos de las personas. Parece una buena idea. Hoy no nos atrevemos a decir eso, pero a ver por qué no. La audiencia no pide nunca nada. Entre lo que se le da, escoge; y lo que se le da a veces es muy limitado para que pueda escoger bien.

Cuando la tele emite un programa que ven 200.000 personas, o 20 millones, o 2.500 millones, se tiene muchísima responsabilidad ante cada una de ellas. La idea no inocente, sino culpable, de que la tele es solo un negocio hace olvidar que los medios de comunicación son algo más que mera evasión.

Lo reconozco. Lo anterior no lo digo yo, lo oí el domingo por la noche en el “Pienso, luego existo” que La 2 dedicó a Victoria Camps. Ahora hagan ustedes con ello la crítica de televisión que consideren oportuna empezando por plantearse por qué no vieron el programa.

17/10/11

LA BUENA ACCIÓN DEL DÍA

Qué bien termina el día en que uno se va a la cama sabiendo que esa jornada ha hecho una buena acción. Y qué bien termina el día en que uno se va a la cama sabiendo que la buena acción de esa jornada ha sido precisamente irse a la cama… y no quedarse viendo la entrevista a María Patiño en “La noria” en Telecinco. Además, lo que habitualmente es la buena acción de cada sábado este sábado lo fue doble: primero, por no colaborar con el eje del mal televisivo; y, segundo, por evitar que la Patiño acabe llorando a moco tendido cuando la echen de Telecinco.

La Patiño se despidió hace unas semanas de “DEC”, en Antena 3, diciendo entre sollozos: “Quiero agradecer el haberme dado la oportunidad de haber entrado en casa vuestra sin llamar a la puerta”. Ostras, ¿en casa mía? No sé, sería en un despiste que no recuerdo, pero no se hable más: en mi casa esa señora no entra más, así que la próxima vez que llore por quedarse en paro no será por mi culpa, que yo nunca demandé sus servicios, que si por mi fuera nunca la habrían contratado en ningún sitio.

Es Telecinco quien la quiere a su servicio y por eso la sentó anteayer a dar vueltas en “La noria”. Igual que antes quiso a su antigua compañera Chelo García, la compró, la pasó por “La noria” para un primer exprimido y luego la colocó en “Sálvame”. Igual que después querrá al resto de sus compañeros del rebaño de “DEC” para seguir alimentando primero “La noria” y después “Sálvame” o “Enemigos íntimos” o “Vuélveme loca” o “Supervivientes” o lo que haga falta.

Angy Fernández (“Factor X”, luego “Física y química”, ahora “Tu cara me suena”) defendía el otro día en Twitter su cadena (Antena 3) atacando a Telecinco sin miramientos: “Telecirco. Y pensar que antes me entretenía con tal mierda”. Es eso, Angy, precisamente se trata de eso, de hacer la buena acción del día no entreteniéndose nunca con semejante mierda.

16/10/11

ELENA VALENCIANO Y ANA MATO, EL DEBATE


Volvemos a lo mismo, pero es lo que tiene asistir a una precampaña electoral más larga que la lista de estupideces sobre las que gira la programación de Telecinco. Volvemos a los debates electorales televisados. Más concretamente, volvemos sobre su negociación secreta, sobre los movimientos ocultos que hay entre el PP y el PSOE a espaldas del resto de las fuerzas políticas que también tendrían algo que decir, sobre los acuerdos que se van cerrando sin que los telespectadores -los votantes- podamos hacer otra cosa más que esperar calladitos y aceptar lo que nos echen.

Parece ser que las negociaciones están siendo difíciles. Que sólo va a haber un debate entre Rajoy y Rubalcaba, que no será organizado por TVE sino por la Academia de Televisión, que no debatirán con otros líderes políticos. Pues que lo digan públicamente. Y que digan por qué. Que digan si sus posturas están determinadas por el interés general o por su interés particular. Que digan por qué ambos (unos de una manera y otros de otra) son partidarios de que ahorremos, de que seamos austeros, de que reduzcamos el gasto incluso en los lugares donde más duele… y cuando les toca a ellos ahorrar, ser austeros, reducir el gasto, no apuestan por algo tan fácil como utilizar TVE, el medio de comunicación más eficaz y económico del que dispone el Estado, para hablar con los ciudadanos mostrando con transparencia las propuestas políticas de las fuerzas que aspiran a gobernar democráticamente.

Nos están convenciendo. A estas alturas el debate Rubalcaba-Rajoy ya no interesa a nadie que no sean ellos mismos y sus secuaces. Cada vez dejan más claro que donde de verdad se juega el partido es en el debate previo sobre cómo quieren que sean o no sean los debates electorales. Y si quienes mandan realmente en el cotarro son las responsables de la campaña electoral, entonces queremos ya un debate televisado entre Elena Valenciano y Ana Mato sobre el debate televisado entre Rubalcaba y Rajoy.

15/10/11

DESFILE DE LA FIESTA NACIONAL

“Desfile de la Fiesta Nacional” es un programa consolidado pero sigue perdiendo audiencia. Ahora que disponemos de los datos de este año podemos confirmar que vuelve a ocurrir lo mismo que en emisiones anteriores: uno de los programas especiales más caros de TVE (si no el que más) sigue reuniendo a unos cuantos telespectadores, pero cada vez son menos. Es como el número de alumnos que va a clase de Religión y moral católicas en los institutos públicos, o como el de de parejas que se casa por la Iglesia: que ya no son ni la mitad.


El pasado miércoles vieron en TVE “Desfile de la Fiesta Nacional” algo más de dos millones de personas, un tercio de los españoles que veían es ese momento la tele. Parecen muchos, pero hace solo seis años eran más de la mitad del total. ¿Por qué hay esa caída? ¿Tendrá razón el militar que dijo en un informativo del día que eso del desfile era “una mariconada”? No tengo la voz viril, recia y rotunda de aquel señor, pero yo apostaría más bien a que la peña está harta de ver semejante exhibición de trabajadores públicos ociosos en horario laboral, de vehículos y aeronaves oficiales quemando combustible, de recursos gastados en pompa y autobombo.

Si la defensa de España puede prescindir durante un día de más de 3.000 militares, 147 vehículos y 55 aeronaves, ¿No puede prescindir de ellos el resto del año? Si no puede, ¿qué hacen de paseo ese día? Es más, ya que el rey ahora dispone de un vehículo para la ocasión casi tan chulo como el del papa (escojan: “reymóvil”, “monarcamóvil”, “majestadmóvil” o “altezamóvil”), podían dejar a militares, vehículos y aeronaves en sus cuarteles y que fuera el rey el que desfilara de acá para allá pasando revista. Cosa diferente sería que no pasara revista el rey, sino el soberano. Como la soberanía nacional reside en el pueblo español habría que hacer una tribuna tan grande para todos que valdría más dejar de hacer este programa de televisión tan caro y celebrar la fiesta cada uno en su casa sin tanto dispendio.

14/10/11

ESPAÑA, 1981


“Españoles...”, comenzó Carlos Arias Navarro con la voz entrecortada por el dolor, Chanquete... ha muerto”. O, al menos, así es como recuerdo yo aquellos hechos, probablemente algo distorsionados por el tiempo pasado y las trampas de la memoria. Todo el mundo está comentando el trigésimo aniversario de “Verano azul”. Televisión Española cuelga en su web los únicos diecinueve capítulos de la única temporada de la serie. Los actores supervivientes se reúnen y se abrazan en actos conmemorativos. Wyoming bromea con el futuro que el destino deparó a Tito y Piraña. Y yo no puedo evitar estar menos interesado por la pintora Julia que por los espectadores que veían a la pintora Julia. Chanquete ha pasado a integrar el imaginario popular de este país más que ningún otro personaje de la historia de nuestra ficción televisiva; pero ¿de verdad este país era este país? ¿En qué extraño planeta de qué extraña galaxia lo petó todo una serie de adolescentes viviendo su primer amor mientras silbaban en bicicleta? En España, 1981.

Se cumplen estos días treinta años de la España de hace treinta años. Porque el arrollador éxito de “Verano azul” habla tanto de la serie de Mercero como de la España de la época. Éramos otros. Teníamos otros valores, otras expectativas, incluso nuestras retinas eran diferentes y captaban la realidad con ese granulado un poco apagadito de color y de contraste que tan bien captaba el VHS. Para celebrar el trigésimo aniversario de una serie de televisión hacen falta grandes guiones y grandes personajes, pero también se requiere una sociedad que no haya hecho del cinismo y el capricho emocional la estrategia básica desde la que encarar la vida. “Verano azul” no duraría hoy en pantalla ni medio capítulo, pero también es cierto que nadie celebrará en 2040 los treinta años de “Física o química”. De hecho, los alumnos del colegio Zurbarán son los hijos de Bea y Javi, de Desi y Quique, y salen corriendo en cuanto sus padres comienzan a contar las historias coñazo del Chanquete ése.

13/10/11

RUBALCABA Y ROCKEFELLER

La clave de la novedad reside en combinar elementos antiguos de formas nunca vistas antes. Nada hay nuevo más que lo viejo presentado de un modo diferente. Por ejemplo, Rubalcaba actuando como candidato del PSOE para las próximas elecciones generales es algo viejuno, ofrecido en un formato viejuno, dentro de un contexto viejuno, y destinado a cosechar el resultado con el que una sociedad que adora la juventud castiga todo lo viejuno. José Luis Moreno sacando al cuervo Rockefeller de una caja y haciéndole decir ”toma, Moreno”, -o “toma, Risto”, que viene a ser lo mismo-, mientras bate las caderas, es una imagen antigua presentada de una forma antigua en unas circunstancias antiguas. Rubalcaba y Rockefeller son la prehistoria de los años 80, pero bastaría con recombinarlos de un modo alternativo para saltar cuarenta, cincuenta años, y crear la televisión y la política del futuro.

Si en “Tú sí que vales” Moreno sentara en sus rodillas a Rubalcaba, le metiera el brazo por el culo y le empezara a zarandear mientras ponía en su boca afilados juicios sobre el cantante, el equilibrista o el cuadro flamencochirigotero que acababa de actuar, el programa de Telecinco doblaría la audiencia de la final de la copa del mundo de fútbol de Sudáfrica, -cinco “de” seguidos-, y me tendría a sus pies escribiendo las columnas más elogiosas de la vergonzosa historia de la crítica televisiva. Si el PSOE decidiera renovarse de verdad y presentase como candidato a la presidencia del gobierno de España al muñeco Rockefeller, para que éste le soltase en campaña a Rajoy cuatro verdades cazalleras sobre la miserable actitud que el PP ha tomado sobre cualquier cosa que fuera importante en nuestro país durante los últimos años, a lo mejor hasta me replanteaba mi replanteado voto. Metan a Rockefeller en política y pongan a Rubalcaba de muñeco de ventrílocuo en Telecinco y todo lo rancio se mudará en vanguardia inmediatamente. Y eso sin aumentar ni una milésima el absurdo personal de ambos personajes.

12/10/11

ROBERT JOHNSON TOCA BLUES EN CHEERS

Tocar la guitarra como Robert Johnson parece fácil. Pero no lo es. Parece fácil porque el buen blues es un arte sencillo, nada arrogante ni impostado, que se realiza de forma fluida y cercana. Doce compases, tres acordes, un par de escalas, -incluso una sola-, y ya sabes todo lo que hay que saber para dedicarte al blues. Pero tocar la guitarra como Robert Johnson es en realidad tan difícil que el mismo Robert Johnson tuvo que vender su alma al diablo para conseguirlo. No basta con saber de compases, acordes y escalas; hace falta ese ingrediente secreto que unifica a todos los demás, forma algo nuevo e indivisible y da lugar a la falsamente fácil “Kind hearted woman”.

Rodar “El apartamento”, como hizo Billy Wilder en 1960, parece fácil. Pero no lo es. Aunque no sea más que una sencilla historia de amor de un oficinista con una ascensorista, con un guión sencillo y una realización sencilla. Poemas de Ángel González como “Inventario de lugares propicios al amor” u “Otro tiempo vendrá distinto a éste” parecen fáciles de escribir. Pero no lo son. Canciones de Georges Brassens como “J’ai rendez-vous avec vous” o “Les sabots d’Hélène” parecen fáciles de componer. Pero no lo son. Y su aparente sencillez, su don de fluir, -guiño a Jorge Drexler-, tan accesible y familiar, es justamente la medida de la maestría del autor.

A alguien en Telecinco le pareció que “Cheers” era una telecomedia fácil de hacer. Seguramente vio el original yanqui y pensó que no era más que una serie con una única localización, seis o siete personajes prototípicos, equívocos, tensión sexual no resuelta y diálogos ingeniosos con dobles sentidos e ironías. “Esto es fácil”, pensó. Pero no lo es. Las telecomedias norteamericanas, -"Seinfeld”, “Frasier”, “Friends”, “Curb your enthusiasm”, “Cómo conocí a vuestra madre”, “The office”-, están tan jodidamente bien escritas y realizadas que parecen fáciles de hacer. Pero son terriblemente difíciles y ellos lo saben. Por eso cualquiera de las series anteriores duró en pantalla más años que semanas el “Cheers” español.

11/10/11

CAER EN EL TÓPICO


Acéptalo, Arturo Valls, tarde o temprano se te van a acabar los juegos de palabras con los que despides a los concursantes de “Ahora caigo” cuando se abre el suelo bajo sus pies, sus cuerpos se precipitan hacia la nada y el realizador intercala un plano de nueve señoras gritando divertidas y echándose las manos a la cabeza. Es cuestión de tiempo y ningún guionista en el mundo podrá evitarlo. “Bueno, Juan Ramón, pues me temo que ha terminado ya tu paso por el programa de hoy. Lo sentimos, porque en este concurso todos los participantes nos caen muy bien”. Y zas. “Natalia, Natalia, mira que no saber que el gazpacho es una sopa fría típicamente andaluza... en fin, tampoco tienes que venirte abajo ahora”. Y zas. “¿Te lo has pasado bien en “Ahora caigo”, Marta? ¿Te gustaría conocer el programa con mayor profundidad? ¿Te apetece llegar hasta el mismísimo fondo?”. Y zas. Por ahora muy bien. Muchas risas y todo eso. Pero según mis cálculos te queda semana y media para que te rindas o empieces a repetirte más que el grito reflejo de las señoras del público.

Lo dice el Teorema de la Finitud Idiomática de Saegger: “Todo idioma natural hablado por una comunidad humana posee un número limitado de juegos de palabras con los que referirse a una determinada cuestión”. “Caer” es un amplio concepto que puede dar mucho de sí en mil giros del idioma español. “Pues nada, cuando quieras te vuelves a dejar caer por aquí”, “Vaya fallo... se te va a caer el pelo... y todo lo demás”, “Pero no te deprimas, hombre, que se veo algo ali-caído”. Y el uso de estos juegos de palabras añade un puntito más humor al concurso de Antena 3... hasta que se alcance el límite al que se refiere Saegger. Entonces, de verdad, Arturo Valls, ya no sabrás cómo cumplir las expectativas que todos ponemos en ese momento. Te repetirás, nos empezarán a sonar a conocidas las bromas que harás cuando caigan por la trampilla los concursantes. Piénsatelo, Arturo, porque puedes empezar a caernos gordo.

10/10/11

ROMA SIN VESPA

Es difícil ver a Leonard Nimoy sin pensar en Spock. Es imposible ver a Peter Falk sin pensar en Colombo. No es lo mismo, pero es necesario pasar unos minutos en una sala de descompresión televisiva para disfrutar de la serie “Zen” (jueves, TNT) porque está protagonizada por Rufus Sewell, el inolvidable maestro cantero Tom Builder de “Los pilares de la tierra”, y por Caterina Murino, la fascinante Solange Dimitros de “Casino Royale”. No hay descompresión que permita ver a Leonard Nimoy sin orejas puntiagudas o a Peter Falk sin gabardina arrugada, pero sí es posible disfrutar de “Zen” después de quitar a Rufus Sewell su mugre medieval y a Caterina Munro el pegajoso acompañamiento de James Bond.

Aurelio Zen es un detective honesto, casi kantiano, que vive con su madre, se enamora de una compañera y trabaja en una Roma corrupta y peligrosa. Zen es un apellido veneciano, las complejidades de los salones que pisa Aurelio son de una sutileza florentina, algunos personajes están dominados por la psicología napolitana, hay mucha elegancia milanesa y, sobre todo, mucha trastienda romana. Digamos que “Zen” es a veces la cara B del paseo romano en vespa de Nanni Moretti en la película “Caro diario”, el reverso tenebroso de la vida cotidiana romana, una mirada a la parte trasera de una ciudad llena de sombras y despachos oscuros. Los tres episodios de 90 minutos de “Zen” nos sabrán a poco, como ya ocurrió con la miniserie “Sherlock” (también emitida en TNT), pero es mejor quedarse con las ganas que estrellarse en la barra de “Cheers”.

Los casos de Aurelio Zen podrían resolverse en media hora. Es cierto. En realidad, todo en esta vida podría resolverse en media hora, desde leer la “Odisea” a comprender el big bang. Pero hay cosas en las que merece la pena emplear 90 minutos. El ritmo de las investigaciones de Zen, como el de Homero o el del origen del universo, es el que es. Si le gustó el paseo en vespa por Roma de Nanni Moretti, también le gustarán los paseos de Zen por esa otra Roma que no sale en las fotos de los turistas. Roma sin vespa junto a Tom Builder, quiero decir, Aurelio Zen.

9/10/11

SEVILLANA TAI CHI

Somos telespectadores y no nos queda otra que ser valientes. Y si hay que aguantar una mala noticia, se aguanta. Es como en el médico: si hay que tragarse un medicamento amargo, soportar una inyección o ponerse un supositorio, se traga, se soporta y se pone. Pero lo que hizo esta semana la televisión con la boda de la duquesa de Alba no era necesario. Fue un ensañamiento atroz que causó un daño inmenso sin ningún fin ni justificación, solo por fastidiar.

Viendo acercarse la boda a las televisiones patrias nos armamos de valor y afrontamos el desastre con entereza torera: “Televisión, yo quisiera hablar con usted. La boda va a ser fuerte. Tendrá al menos dos trayectorias, una para acá y otra para allá. Emita usted lo que tenga que emitir, lo demás está en sus manos. Y tranquila, televisión”. Pero la cogida fue peor de lo esperado.


Esquivamos las fieras embestidas de los programas de cotilleos, evitamos las terribles acometidas de los magacines, pero salimos confiados del burladero para ver los telediarios. Crisis bancaria mundial, megarrecesión a la vista, rebaja de la rebaja de las calificaciones de las agencias de descalificación crediticia. Somos curtidos televidentes, estamos preparados para todo. Bueno, para casi todo. Sin avisar, sin sobreimpresionar un cartelito de advertencia, a bocajarro, nos hicieron asistir al baile de sevillana Tai Chi de la consorte que nos acompañará hasta la muerte. ¿Era necesario dar la noticia con ese grado de ensañamiento? ¿Se creen que estamos mejor informados porque por la noche intentamos recordar el rostro tranquilizador de Freddy Krueger para librarnos de la imagen penosa del consorte intentando averiguar hacia qué lado se iba a caer la Grande de España para parar el golpe? ¿Nadie tiene que rendir cuentas por haber lanzado al mundo la imagen más atroz que parió España desde tiempos de Naranjito?

8/10/11

CON EL MATRIMONIO AZNAR

Es una agresión. Es una ofensa. Es una pasada. Y si hay que dar un paso al frente para denunciar este abuso, aquí lo damos. Porque todos merecemos un mínimo de respeto. Todos, no solo ustedes y yo. Todos, incluidos los que no nos caen simpáticos. Todos, también José María Aznar y Ana Botella. Así que, aunque pueda resultarles extraño, vamos a denunciar una injusticia, una iniquidad, una infamia cobarde que ha sufrido el matrimonio Aznar.

En la portada de “El Jueves” de esta semana sale una caricatura de los Aznar totalmente desnudos manteniendo relaciones sexuales. Uf. Por si eso fuera poco, dicen lo siguiente.
Él: “Toma, toma y toma… ¿Te gusta Jorge Javier? ¿Te gusta?...” (recientemente el Tribunal Supremo ha ratificado una multa de 180.000 euros a “Aquí hay tomate”, el vertedero en el que trabajaba Jorge Javier Vázquez antes de “Sálvame”, por entrometerse en el honor mintiendo sobre el matrimonio Aznar).
Ella: “¿Qué dices Jose Mari?”
Él: “Disculpa, querida, me ha podido la euforia”.

En efecto, es una agresión, una ofensa, una pasada. Es algo que no se puede consentir pero que tendremos que seguir aguantando mientras siga habiendo personas capaces de perpetrar cualquier vileza con tal de ganar notoriedad y dinero. Y en Telecinco las hay. Las leyes de la polis dicen que puede hacerse todo lo que no está prohibido. Pero por encima están las leyes de los mercados que dicen que puede hacerse todo lo que resulte rentable y genere beneficios. Sentencia a sentencia, Telecinco sigue acumulando veredictos en contra y multas. Pero hacen falta muchas multas para defenderse de esta telebasura jodiendo a Telecinco tanto como ellos nos están jodiendo a nosotros. Solo así las leyes de los mercados respetarán las leyes de la polis. Así que unámonos a los Aznar y, un día es un día, dejémonos llevar por la euforia. Toma, toma y toma… ¿Te gusta Jorge Javier? ¿Te gusta?

7/10/11

UNA BODA Y UN FUNERAL

Una de las muchas ventajas, -muchísimas-, que tiene ir al cine a disfrutar de “El árbol de la vida”, -su director es Terrence Malick, y ha entregado una de las películas más extrañamente bellas que han llegado a los circuitos de cine comercial en las últimas décadas-, es que te permite descubrir cómo los elementos más grandiosos de la existencia están entrelazados con las experiencias más pequeñas, de forma que galaxias, miles de millones de años, la formación de la Tierra y la evolución de la vida en ella, se cuelan por las minúsculas grietas que se abren tras la muerte de un niño en un pueblo perdido de los Estados Unidos, tras el grito de una bofetada, tras un salto en bomba a una piscina. Con esa película en la cabeza, a la boda de la duquesa le aparecen rendijas por las que se cuelan las revueltas griegas y norteamericanas, hay de pronto una continuidad entre la muerte del empresario informático y la reconstrucción de Pepe Blanco parado en una gasolinera manteniendo una conversación que la elevación de las lunas no nos permite escuchar. Y de fondo una piedra redonda cayendo elípticamente durante la eternidad hacia su estrella indiferente.

Ayer la boda de la duquesa de Alba y la muerte de Steve Jobs se entreveraron formando la realidad como la trama y la urdimbre, -los hilos horizontales y los hilos verticales-, se solidarizan para formar un tejido. Un tejido muy extraño, inapresable. Si seguimos a Malick y aceptamos la continuidad entre lo máximo y lo mínimo, entonces también sentiremos que lo miserable y lo majestuoso se suceden sin interrupciones, el baile de la duquesa y el último aliento de Jobs son distintos momentos de una única narración cuyo único sentido es su pretensión de totalidad. Entre los poros subatómicos de “Redes” transcurre “El programa de Ana Rosa”, y entre los vacíos intergalácticos de “Sálvame” se emite “Pienso, luego existo”. “¿Dónde estabas tú, Cayetana, cuando fundaba yo la tierra? Habla, Steve, si es que sabes tanto.”.

6/10/11

"ESCÉPTICOS" CONTRA LA IGNORANCIA

Me gustaría tomar la palabra en este momento y pedir que cualquier discusión acerca del futuro, el formato, la financiación y la madre que parió a las televisiones autonómicas se interrumpiera durante un par de horas. Dejemos de pelearnos durante ese ratito, que es un tiempo suficiente para que todos nos sentemos a ver unos cuantos programas de “Escépticos”, una serie que está emitiendo esta temporada Euskal Telebista. Se dedica a desmontar las trampas y falacias de las pseudociencias, justamente lo contrario de lo que hacen con frecuencia las televisiones privadas. Los espectadores que reciben la señal de esta emisora pública lo tienen muy fácil; los que no la reciben pueden teclear en Google “escépticos euskal telebista” y llegarán sin problema a estos vídeos.

“Escépticos” es inteligencia convertida en programa de televisión, es un fogonazo de racionalidad dentro de un medio en el que el porcentaje de materia oscura supera incluso al del propio universo, es la mayor fiesta del sentido común y el espíritu crítico que se ha visto en nuestro país desde que la ciencia aprendió a manejar los rayos catódicos. “Escépticos” es ágil, divertido, certero, sorprendente. Está magníficamente producido. Y transmite una frescura y una simpatía que nos hace a los espectadores morir de ganas de estar ahí, durante el rodaje, charlando con Luis Alfonso Gámez, y con los guionistas, y con los chicos de las escuelas, y con todos los entrevistados. “Escépticos” es sencillamente un lujo que la televisión pública vasca pone a disposición de los hispanohablantes de todo el planeta.

Y después de ver estos programas podemos seguir discutiendo acerca de la viabilidad y los modelos de las televisiones autonómicas. Fernando Savater, en su “Pienso, luego existo” de La 2, comentó la otra semana que los enemigos principales de la democracia eran la miseria y la ignorancia. “Escépticos” demuestra que las televisiones públicas pueden ser valiosos remedios contra ésta última. Para combatir la primera harán falta otro tipo de medidas.

5/10/11

LA SIESTA DE LA SEXTA

Sostengo con convicción la teoría de que los audímetros miden por la noche cuáles son los programas que la gente tiene sintonizados mientras hace el amor, miden por la mañana cuáles son los programas que suenan de fondo mientras la gente anda dando vueltas por casa, y miden en la sobremesa cuáles son los programas con los que la gente duerme la siesta. Esta teoría flojea un poco en sus dos primeros supuestos, pero se muestra potente en el tercero. De ser así, -que lo es-, podemos señalar que un 4,2% de las personas que estaban delante del televisor el pasado lunes después de comer se quedaron dormidos viendo “Mucho que perder”, el nuevo concursochorradefamosillos con el que LaSexta intenta recuperar la gloria perdida de SLQH.

En el fondo, mi teoría se basa en un supuesto de identidad dialéctica, de armonía preestablecida, entre los creadores de los programas de televisión y sus espectadores. Sostengo con convicción la teoría de que los creadores de espacios televisivos nocturnos los inventan mientras hacen el amor, los creadores de espacios televisivos matutinos llegan a sus mejores ideas mientras dan vueltas por casa, y los creadores de espacios televisivos de sobremesa dan con sus formatos más valorados mientras se quedan dormidos después de comer. Esta teoría es un verdadero delirio en sus dos primeros supuestos, y también lo parecía en el tercero hasta la llegada de “Mucho que perder”. “Un juego en el que famosetes resuelven pruebas y preguntas de gymkana de instituto, cuyo único interés se centra en que los famosetes jugarán con mucha simpatía, y cuya principal novedad es que al final gana el que más haya perdido” suena a tupida nube mental sobrevenida en un sofá tras una densa comida en ese preciso momento en el que se tiene la convicción de que se puede seguir despierto a pesar de que se cierren momentáneamente los ojos. Hace tiempo que la televisión y su público son indistinguibles. Si los espectadores podemos echar una cabezadita después de comer, ¿por qué los programas no pueden también dormir un poco la siesta?

4/10/11

LA PRINCESA, LA VOZ Y LA VIUDA DEL PUEBLO

Vuelve “Tú sí que vales” a Telecinco. Dicen que se trata de tirar varios concursantes a un escenario donde no hacen pie a ver si saben nadar entre elogios sobones o se ahogan entre críticas crueles. Pero todos sabemos que no se trata de eso. Lo que está en juego no es saber si una bailarina flamenca flamenquea bien, si un equilibrista equilibrea que lo flipas o un tragasables tragasablea que da gusto verlo. De lo que se trata es de que la noche del domingo se le está hundiendo a Telecinco con la (per)versión cañí de “Cheers” y arroja este salvavidas a ver si así flota ella.


Si por mí fuera “Tú sí que vales” se hundiría sin remedio porque soy uno de los primeros espectadores desalojados que se escapan por el rebosadero cuando una cadena sumerge un ‘talent show’ con semejante planteamiento en su programación. Porque en “Tú sí que vales” los auténticos protagonistas, los que gracias al programa ganan popularidad y presencia mediática, los que de verdad se la juegan y de quienes depende el éxito del espacio no son los participantes, sino los jueces. En este sentido, la vuelta del ventrílocuo Rockefeller, el transformista José Luis Moreno y el muñeco Risto Mejide (o algo así) no es una buena noticia; pero es aún peor tener que tragarse a Paquirrín, el tipo que menos tuvo que demostrar a nadie en la historia de la televisión para estar donde está, en su nuevo papel de “voz del pueblo”.

Ya nos vendieron a la princesa del pueblo, ahora llega la voz del pueblo, y nos tememos que cuando Isabel Pantoja empiece a menear el bullarengue en “¡Más que baile!” (vayamos rezando nuestras oraciones, que está al caer) tendremos a la viuda del pueblo. Demasiado pueblo y demasiado título innobiliario autoimpuesto, ya solo falta que nos digan cuál es el pueblo del pueblo, ¿será el que estos días está aguantando como vecinos a los frikis de “Acorralados” en Asturias?

3/10/11

TURISTAS SIN FRONTERAS

Locutor: “Playas de aguas kilómetros de orillas solitarias con las palmeras bordeando arenas limpias y aguas templadas forman el paisaje soñado del Caribe”. “Como apenas hay turistas, las langostas están casi al precio de los boquerones en España”.
Presentadora dándose un chapuzón: “El agua está buenísima, muy calentita. Tenéis que venir a disfrutar de las playas”.
Presentador en un restaurante solitario junto al mar chupándose los dedos: “Un bañito en la playa y una langosta, menudo lujo”.

No es ningún reportaje del canal “Viajar”. No es “Lonely planet”. No es el gancho de un anuncio de una agencia de viajes. Es “Buscamundos”, la novedosa forma que a la que recurre el imprescindible periodista Vicente Romero para ayudar a quien más ayuda necesita. Lo hace en un programa llamado “Buscamundos”, que nos acompañará los próximos viernes por la noche en La 2 visitando destinos olvidados que necesitan nuestra visita porque un turismo respetuoso y con conciencia es una fuente de trabajo capaz de devolver la dignidad y la esperanza. Por eso le echó un par de narices y el viernes “Buscamundos” empezó visitando Haití. Por eso nos mostró hoteles con piscina, restaurantes con música en directo, visitas a monumentos Patrimonio de la Humanidad, bungalows a la orilla del mar, clases de baile de ritmos tradicionales. Por eso nos dejó boquiabiertos y con ganas de viajar allí y apadrinar un puesto de trabajo.

Al principio un vendedor callejero dice que necesitan turistas. Al final un cantante entona: “Tú que visitas mi país, te digo bienvenido, bienvenido”. En medio, oímos al presidente de uno de los países más pobres del mundo: “Es importante decir que Haití es un país maravilloso”. “Buscamundos” nos mostró la situación de pobreza, pero también lo maravilloso que es Haití. Mandémosles ayuda, pero mandémonos también a nosotros para ayudar la economía local y disfrutar doblemente de un viaje doblemente rentable. Seamos turistas sin fronteras. No nos olvidemos de Haití, la Cenicienta del Caribe.

2/10/11

ESA FELICIDAD PEQUEÑITA

Imaginemos por un momento que un rayo misterioso, -después de hacer nido en tu pelo-, destruyera todos los libros que prometen proporcionar felicidad a sus lectores. Por una extraña razón todos los libros con títulos como “Aprenda a ser feliz”, “¿Quiere ser feliz? Pregúnteme cómo”, “Ser feliz es fácil si sabes cómo”, “Sea feliz de una puñetera vez”, desaparecen de los estantes de las librerías y la humanidad se queda sin manuales de instrucciones de la felicidad. ¿Qué ocurriría entonces? ¿Alguien se cree que eso alteraría significativamente la tasa de felicidad de nuestra especie? Dicho de otro modo, ¿alguna vez en la historia del cosmos alguien ha conseguido ser feliz leyendo libros sobre cómo ser feliz?

Obviamente, no. La felicidad tiene un carácter incógnito, escurridizo, y sólo se consigue cuando no se busca, sólo se experimenta cuando no se está atendiendo a ella, sólo tiene sentido como rememoración de un momento, nunca como experiencia presente. Detenerse a atender a ella, -¡qué feliz soy!-, la interrumpe momentáneamente, y sorprenderse recordándola, -¡qué feliz fui!-, la coloca en la escala del desensimismamiento que le es propia al fluir de la vida. Nada de esto le importa un pito a “La felicidad en cuatro minutos”, el programita de La 2 tan majo, cursi, ñoño, tan mainstream él, que juguetea de forma rancia y afectada con el espíritu de estos tiempos de mierda según el cual la felicidad tiene que ver con comer un helado, jugar al parchís o escuchar el ruido de la lluvia contra las ventanas. Citan a Voltaire y a Pascal, pero Voltaire y Pascal la emprenderían a gorrazos con (casi) todos los que salen contando que se sienten felices en días nublados al tomar miel que lleva en su interior la luz del sol. Contra la felicidad del sabio, desesperada y valiente, La 2 nos quiere convencer de la felicidad de los anuncios de compresas y cervezas. Esa felicidad pequeñita, autoconsciente, intrínsecamente contradictoria, y que brinda una tentación narcisista para malgastar la vida. Lástima de rayo misterioso.

1/10/11

ESPOSA BUSCA GRANJERO

Esposa busca granjero. Lo busca desesperadamente. Esposa hará lo que sea por conseguir granjero. Esposa necesita granjero más que el comer. Esposa quiere zumbarse a granjero como sea. Esposa le dirá a granjero lo que granjero quiera oír para que granjero la elija. Esposa se humillará y hará espantosos ridículos para impresionar a granjero. Cualquiera que haya asistido al arranque de la nueva temporada de “Granjero busca esposa” se habrá dado cuenta de que el título está mal puesto: a los granjeros la consecución de una esposa les motiva medianamente, bueno, va, ya que están ahí aprovecharán para mirarles la dentadura, zurrarles los cuartos traseros para ver qué tal caminan, interesarse por sus partos previos para valorar el posible rendimiento futuro de la hembra. Pero a las que verdaderamente les va la vida en el reality es a las esposas, formando nerviosas grupitos de diez por cada hombre a sabiendas de que el granjero ha venido a esta feria del ganado a llevarse un sólo animal. ¿”Granjero busca esposa”? No, “Esposa busca granjero”.

Pertenezco a la generación que iba a erradicar el machismo definitivamente sobre la faz de la Tierra. Estábamos todos de acuerdo. No había duda. Tras milenios de desigualdad había llegado el momento. Igualdad absoluta: en la toma de todo tipo de decisiones, en los roles familiares y sexuales, en el trabajo dentro y fuera de la casa, en los intereses, en la gestión de la fuerza y la belleza, en el respeto, la ternura, la responsabilidad y el deber, en el amor a nuestros hijos. ¿Cómo pudimos ser tan gilipollas?. Han pasado décadas, las generaciones jóvenes asumen los roles sexistas clásicos con mayor convicción que sus abuelos, y Cuatro estrena la cuarta, -¡cuarta!-, temporada de un concurso en el que cincuenta mujeres en modo babosa se arrastran y sacan la lengua jadeando a los pies de cinco hombres para arreglarse la vida pasando a formar parte de sus animales de granja. “Perdone, sólo una pregunta más”, diría el teniente Colombo en esta situación, “¿cuántos granjeros encontraron esposa en las anteriores ediciones de 'Granjero busca esposa' y cuánto han durado esos matrimonios?".