25/2/09

LA COSTUMBRE DEL COSTUMBRISMO

Desde siempre, la ficción televisiva en España tiene la costumbre de ser costumbrista. Y los críticos televisivos tenemos la costumbre de criticar la costumbre del costumbrismo. Entre "La casa de los Martínez" y "Pelotas", -la nueva serie de Corbacho y Cruz estrenada el pasado lunes en La 1, y que es de lo que viene a tratar esta columna si los juegos de palabras me lo permiten-, se extiende una línea que atraviesa "Crónicas de un pueblo", "Verano azul", "Médico de familia", consistente en basar el atractivo de la serie en la identificación del espectador con los personajes enfatizando tramas sencillas de la vida cotidiana que todos pudiéramos sentir como cercanas. "Doctor Mateo", reciente éxito de Antena 3, también tiene algo de eso. "Águila Roja", por más que trate sobre un justiciero enmascarado, se cuida mucho de incluir entre sus anacronismos guiños cómplices a los espectadores para que se sientan reflejados en algunos de los personajes que rodean al héroe.

Y un poco de costumbrismo puede dar su gracia a un producto, pero el espectador llega a acostumbrase al costumbrismo cuando se usa por costumbre. "Pelotas" se ve con ligereza, atención flotante y simpatía, pero su desfile de entrañables maridos adúlteros, entrañables cuñados, entrañables abuelas, entrañables jugadores de fútbol de equipo de barrio y entrañables adolescentes trompeteros, nos resulta ya tan familiar que difícilmente puede jugar en la liga de la ficción de primera actual, basada en guiones como martillazos y personajes de diamante. El Unión Fútbol Club puede ser un estupendo punto de partida, pero hace falta que durante los próximos capítulos la serie nos ofrezca un viaje que nos lleve mucho más allá de lo que nos es tan conocido. Algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Algo que no sea lo de costumbre. Algo más que costumbrismo.

6 comentarios:

Néstor dijo...

Nos gusta vernos reflejados en la tele. ¿Qué le vamos a hacer? Después de todo "Pelotas", "Doctor Mateo" o Aguila Roja" son series bastante pasables, mejores que el costumbrismo de José Luis Moreno, por ejemplo.

Anónimo dijo...

Es una buena columna, pero no estoy de acuerdo. Nos gusta el costumbrismo. Es lo que somos. No soporto las series con personajes alucinantes e historias apasionantes que pretenden pasar por reales. Si quiero ver ciencia ficción me pillo la Patrulla X.

Anónimo dijo...

Coincido con Vd., estimado Antonio Rico: tenemos una sobresaturación de ficciones con "gente de la calle" (¿de qué calle?). En varios foros - y no sólo internáuticos - ya se ha planteado el excesivo parecido entre "Pelotas" y "Tapas" (en la serie televisiva sólo le han añadido una sílaba más, fíjese en el esfuerzo). Y quizás el problema sea que nuestra audiencia patria no esté preparada para asumir que en nuestro país se hagan trabajos que se salgan un poco de la línea maginot que separa realidad de ficción ... que para eso ya están los yanquis.

pez dijo...

Porque tanto las cadenas como las productoras piensan que solo pueden funcionar series en las que el espectador se sienta identificado al verse reflejado por eso tiene que haber personajes de todas las edades.

Y yo me pregunto ¿a la gente no le gusta House, CSI. El Mentalista, Dexter, Mujeres desesperadas, etc.? en esas series donde estan los personajes en los que uno se puede sentir identificado.

Anónimo dijo...

¿¿¿Y lo que le gusta a la gente que el resto de la gente les diga que les recuerdan a ese personaje de aquella serie de...???? Pelots me lo apuntaré para este lunes, que el pasado estaba tan concentrada en adivinar a que chica escogerán estos granjeros que buscan esposa y que alguno ni encontrará que no tuve ojos para otra cadena....

Anónimo dijo...

Entre el costumbrismo y la caspa, las series españolas me cansan bastante. Por un lado, personajes de cotidianeidad de garbanzos recalentados; por el otro, esperpentos buscados en el lumpen. ¿Por qué no es posible repetir comedias tan redondas como Siete Vidas?

Saludos!