Cualquier manual de periodismo señalaría el rigor como una de las características constitutivas de tal oficio. La prensa rosa, así, resultaría estar formada por el conjunto de prácticas que buscan transmitir información de forma rigurosa que no necesita realizarse de forma rigurosa; aquella actividad que busca informar al margen de que pueda entretener o no y que también busca entretener al margen de que pueda informar o no; básicamente: la prensa que no es prensa. Esto es malo para los espectadores, pero es excelente para todos los demás: Kiko Hernández, María Patiño o Chelo García-Algo pueden reivindicar su condición de periodistas gracias a que sólo son entretenedores, y Xavier Horcajo podría salvar los muebles de sus heces periodísticas acogiéndose a la enmienda rosa del Tribunal Supremo si asegurase que a él no le sujeta la precisión absoluta en su información ni la trascendencia social de las noticias que transmite.Lo siento, Javier Cercas, pero como Arcadi Espada se declare periodista rosa me temo que no va a haber forma legal de hacerle pagar la canallada que te ha hecho. Claro que también el TS y Jorge Javier Vázquez estarían de acuerdo con tu afirmación de que "el periodismo es un ensayo de comprensión imaginativa del presente". Ser prensa o no ser prensa. Ésa es la cuestión.
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