
De acuerdo. Pero Jeremy Irons interpreta a Alejandro VI en “Los Borgia”, y no a Bush en “Los Bush”. Se puede reflexionar sobre el poder utilizando como excusa al papa con peor fama de la historia de la Iglesia o a uno de los presidentes más nefastos de la historia de los Estados Unidos, pero escoger a Alejandro VI antes que a Bush tiene el peligro de que los tópicos, mitos y rumores sobre Rodrigo Borgia terminen por ocultar a Alejandro VI. No es lo mismo hablar de las horribles mentiras de Bush acerca de las armas de destrucción masiva en Irak que del nepotismo de Alejandro VI, su amor al lujo, su violación del celibato, la utilización del veneno como arma política y el incesto. El peligro de “Los Borgia” es que la reflexión sobre el poder se transforme en un batiburrillo de verdades sin contextualizar (Alejandro VI no inventó el nepotismo ni fue el primer papa que amó el lujo), cotilleos poco relevantes (otros papas beneficiaron a sus hijos), leyendas negras (el envenenamiento de los rivales políticos) o puras fantasías (las acusaciones de incesto). Falta perspectiva histórica para que Jeremy Irons pueda protagonizar “Los Bush”, pero sobra mitología para convertir a Alejandro VI en un papa tan guapo y sinuoso como Jeremy Irons.
Espero que George W. Bush no tenga la suerte de que dentro de quinientos años su serie sea protagonizada por un actor como Jeremy Irons. Y ojalá que para promocionar “Los Bush” alguien recuerde la frase de Tácito: “Tras un mal príncipe, el primer día es el mejor”.
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