5/12/12

LA TELE SIN MAYÉUTICA


La publicidad de un banco cuyo nombre me niego a escribir quiere que enviemos “comisiones” a la papelera de las palabras inútiles, junto a “equinodermo” y “mayéutica”. ¿Se puede confiar en un banco tan ignorante como para sostener que “mayéutica” y “equinodermo” son palabras inútiles? Evidentemente, no. Otro día defenderemos la utilidad de la palabra “equinodermo”, queridos ignorantes de ING (¡vaya!, ya lo he escrito), pero hoy toca defender la palabra “mayéutica” con argumentos televisivos.

El filósofo Sócrates sostenía que el conocimiento está dentro del individuo, así que la labor de maestro es ayudar al discípulo a “dar a luz” la verdad. Eso es la “mayéutica”, cuyo origen etimológico está vinculado a la obstetricia (la madre de Sócrates era comadrona), el arte de hacer preguntas de tal forma que el otro llegue a descubrir la verdad. Sócrates, al igual que la partera ayuda a que las mujeres den a luz, se limitaba a ayudar a que los demás descubrieran la verdad por sí mismos. En estas últimas semanas, he visto en “True Blood” (Canal+) cómo un ser femenino daba a luz a cuatro niños en medio de una orgía de espléndidos orgasmos; he visto en “The walking dead” (Fox) cómo una mujer moría tras ser sometida a una brutal cesárea con un destornillador para salvar la vida del niño, y luego vi cómo su otro hijo disparaba a la cabeza de su madre muerta para que no se convirtiera en zombi; y veo en “Llama a la comadrona” (AXN White) cómo una joven enfermera visita a mujeres embarazadas armada con un pequeño maletín y un enorme corazón. Pero todos esos partos televisivos plantean preguntas que el espectador debe responder para conocerse a sí mismo: ¿por qué es necesario parir con dolor? ¿Es cierto, como decía el matemático Ian Malcolm en “Parque Jurásico”, que la vida siempre se abre paso, aunque sea en un mundo dominado por los zombis? ¿Acaso el corazón tiene razones que la razón obstétrica no conoce? Sin “mayéutica”, no hay partos en “True Blood”, “The walking dead” y “Llama a la comadrona”. Sin “mayéutica” no hay preguntas. Sin mayéutica, ni la madre de Sócrates habría sido comadrona ni Sócrates habría sido Sócrates.

En cuanto al valor de la palabra “equinodermo”, podemos discutirlo en una sidrería mientras saboreamos unos deliciosos erizos de mar.

2 comentarios:

Julia dijo...

En cuanto vi el anuncio pensé: "Mi profe de Filo se indignaría con esto". xDDDD

Antonio Rico dijo...

Un motivo más para indignarse...