28/3/17

A TVE LE IMPORTAMOS UNA MIERDA


No queremos una tele pública cuyo fin sea que nos sintamos informados, queremos que se nos informe de forma cabal dentro de lo posible. Igual que no queremos unas fuerzas de seguridad públicas cuyo objetivo sea que nos sintamos protegidos, sino que nos proteja de forma cabal dentro de lo posible; ni queremos una DGT cuyo objetivo sea que nos sintamos bien dirigidos cuando circulamos, sino que dirija bien el tráfico de forma cabal dentro de lo posible. Cómo nos sintamos o no es algo demasiado escurridizo y, sobre todo, manipulable, como para servir para evaluar la realidad. No es nada personal, Protágoras, solo se trata de cerrar la puerta al capricho, la arbitrariedad y, sobre todo, la manipulación a las que tan fácilmente se prestan sentimientos y emociones.

Por ello no queremos una tele pública cuyo objetivo sea que no nos sintamos ofendidos, sino una tele que no esté pendiente de nuestras creencias, obsesiones o caprichos porque no son de su incumbencia. Una tele que no nos ofenda porque nos trate como a ciudadanos de una sociedad plural y equitativa: con justicia, esa señora de ojos vendados y una balanza en la mano. Una tele que nos trate igual, ni peor ni mejor, que a los demás.

La edición de “TVE responde” de este domingo en La 2 volvió sobre el Festival Drag de Las Palmas. Tras las quejas por emitir esas imágenes, TVE pidió disculpas porque “pueden resultar ofensivas, especialmente para las personas de culto católico”. Ya, pero ¿y los demás? Porque, qué diferencia, las quejas por retirar esa gala de la web de RTVE no recibieron ninguna disculpa. De hecho, TVE se reafirmó en su censura “dado que podía herir la sensibilidad de un amplio sector”. ¿La sensibilidad de unos sí y otros no? Lo peor es que TVE tiene la solución judicial al conflicto en sus manos, pero no quiso aplicarla. Así cerró la pieza: “Según la fiscalía de Las Palmas, que ha archivado una denuncia presentada contra la actuación, en la misma no se aprecia voluntad de ofender una religión sino una crítica ácida deslizada en un contexto de Carnaval”. Ah, la justicia, esa señora de ojos vendados o vendidos, y balanza o embudo, según los casos.

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