19/10/08

HIPERMNESIA


Ya molaría que todos tuviéramos la memoria de Carlitos Alcántara, el niño de “Cuéntame cómo pasó”. Recordaríamos todos los consejos que nos dio nuestro padre, todos los ánimos que nos dio nuestra madre, todo el cuartel que nos dio nuestra abuela, todo lo que nos enseñaron nuestros hermanos, todas las conversaciones que tuvimos con nuestro mejor amigo de la infancia, todas las tonterías que hicimos para dar nuestro primer beso, todas las tonterías que hicimos para dar todos los besos siguientes. Buff, y recordaríamos todo lo que estudiamos alguna vez: las reglas ortográficas de acentuación, los afluentes del Ebro por la izquierda, las capitales de África, las leyes de Mendel, la definición de polinomio, las características estilísticas del Modernismo y el catecismo de cabo a rabo.

Pero lo cierto es que ninguno de nosotros tiene la memoria de Carlitos. Sólo Carlitos la tiene. Sólo él se acuerda de cómo ocurrió todo, de cada detalle, de cada palabra dicha. Carlitos padece hipermnesia, no hay duda. Sufre un trastorno de la memoria que le hace acordarse con inusitada viveza de todo lo ocurrido, recordando hasta el último detalle de cada situación y cada circunstancia.

Nosotros tenemos una memoria normal, de ésas de las que habla Eduardo Punset en “Redes” los domingos por la noche en La 2. Una memoria que olvida casi todo y reelabora el resto. Una memoria flexible y plástica en constante reforma. Así que con cada capítulo de “Cuéntame cómo pasó” los españoles modificamos nuestro pasado y empezamos a recordar que a nosotros nos pasaron las mismas cosas que a Carlitos: tuvimos la primera tele para ver a Massiel ganar Eurovisión, quisimos ser misioneros, tuvimos una hermana hippy, veraneamos en Sagrillas, espiamos en el baño a nuestra prima Paquita y fuimos maoístas. Y cada vez falta menos para que Carlitos nos cuente qué tal pasamos la noche del 23-F. Él dirá.

2 comentarios:

Señor Insustancial dijo...

La memoria vale pero paso de tener la voz de Carlos Hipólito metida en el cabezo...

Un saludo.

Eva Torices dijo...

Carlos Hipólito tiene tal prodigiosa memoria que recuerda incluso cosas que nunca presenció, como a su hermano con la novia en la cama, las reuniones en la oficina de Antonio Alcántara Senior, las clases de la universidad de su madre, o las broncas del bar cuando él no está.

Yo quiero tener esa memoria y recordar cosas que nunca presencié, porque así podría también sentir nostalgia de cosas que no conozco y que mi vida parezca mucho mejor de lo que ha sido.

Maldito complejo de inferioridad... y yo que estudié Psicología para curarme, y ha sido inútil... ahora es peor, porque además de sufrir los mismos traumas me siento culpable de sufrirlos porque los identifico como tales.