14/7/11

TRAMPILLA

Los espectadores sentimos un extraño placer cuando vemos caer cosas por trampillas. No hay otra explicación. “Atrapa un millón” es un concurso presentado por Carlos Sobera con una dinámica de preguntas y respuestas completamente tradicional cuyo único aliciente consiste en ver cómo se abre una trampilla y se pierde por ella una gran cantidad de dinero cada vez que los concursantes cometen un error. Y está teniendo muy aceptables índices de audiencia. Se estrenó la semana pasada “Ahora caigo”, concurso presentado por Arturo Valls con una dinámica de preguntas y respuestas completamente tradicional, -¿no he escrito ya esta frase en algún sitio recientemente?-, que basa todo su atractivo en ver caer por una trampilla a los concursantes que fallan en su competición contra otros. Y ha superado la media de audiencia de la cadena. Sartre defendería que la trampilla es ante todo una promesa de la nada con la que la existencia está en permanente diálogo. Freud vería en la trampilla el esfínter, el orificio digestivo, uretral o vaginal, por el que se precipitan los fluidos del deseo. Los programadores televisivos no son ni filósofos existencialistas ni psiquiatras psicoanalistas, pero saben que basta con poner una trampilla en un programa para que las cifras del share se multipliquen por dos.

Yo mismo, confieso, vería interesadísimo “No le digas a mamá que trabajo en la tele” si supiera que está colocado sobre una trampilla que se abrirá en el preciso instante en el que bajen del 2% de audiencia. La televisión sería el jardín del Edén si en medio de “Enemigos íntimos” de pronto el suelo se abriera bajo los pies de los presentes y viéramos como se precipitan a través de un esfínter hacia la nada Santi Acosta y todos sus dothrakis. ¿Y por qué limitarse a programas o personas? ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para disfrutar de un concurso en el que sea toda Telecinco la que caiga por una trampilla y veamos entremezclarse en su caída al vacío las caras infladas, cortisonadas, panificadas, polisaturadas de Jorge Javier y Aída Nízar?

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