
El hombre de neandertal, -también llamado homo cantizanus-, paseaba tranquilamente, -y muerto de frío-, por las estepas europeas hasta que apareció por las cercanías otro mono casi idéntico a él. Tenía la frente vertical y carecía casi por completo de toro supraorbital. El homo sapiens o salvamiensis era sólo un poco más inteligente, un poco más miserable, podía tolerar niveles de podredumbre ligeramente mayores. Tan parecidos eran las dos especies que podían cruzarse, y Chelo García Cortés pudo combinar su fisiognomía neandertalensis con su aparato excretor salvamiensis. Ambas especies eran prácticamente iguales, pero las pequeñas diferencias fueron suficientes para que el homo cantizanus desapareciera de la faz de la Tierra. En algún momento, hace unos 30.000 años, en algún sitio, probablemente cerca de donde estamos usted y yo, murió el último cantizanus. ¿Era sólo un hombre más? No, era una especie la que moría. Hoy muere “DEC”. ¿Es sólo un programa más? No, es una forma de hacer telebasura la que desaparece.
Nunca más volveremos a ver ese formato. Mariñas y Patiño ya son sólo registro fósil. Un mono más pequeño, más agil, más agresivo, más maloliente, ha tomado las riendas de la evolución.
1 comentario:
Don Antonio, si las verdades fueran granos de arena usted sería el Sáhara. Un saludo de un seguidor.
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