8/6/17

PUBLICIDAD ENGAÑOSA DE MIERDA


Hay un sacrosanto contrato que vincula al vendedor con su comprador por el cual el vendedor está obligado a vender mierda si lo que ofrece es mierda. Hay un sagrado compromiso que vertebra nuestro mundo que garantiza que si compras mierda, recibes mierda. Hay un divino pacto que cohesiona nuestra sociedad escrupulosamente regida por las leyes de la oferta y la demanda que nos permite proveernos libremente de mierda en los dispensadores de mierda en un mercado repleto. Hay un bendito acuerdo que sirve de base, cimiento, fundamento y punto de apoyo de todo nuestro sistema económico que nunca puede fallar aunque falle todo lo demás. Gracias a él podemos confiar ciegamente en que quien pregona mierda, vende mierda, y quien paga por mierda, recibirá la mierda que legítimamente es suya.

Por eso extraña que un principio tan básico se rompa. Por eso resulta aun más desconcertante que quien lo incumpla sea una empresa con tanta experiencia en este campo como Telecinco. “Supervivientes” anunció el otro día que Bigote Arrocet iba a hablar con María Teresa Campos, y, para añadir emoción, lo hizo con este hermosísimo pareado en las redes sociales: “¡¡Que se entere todo el mundo!! Mª Teresa hablará esta noche con Edmundo”. Ya se pueden imaginar lo contentos que se pusieron los clientes de la casa: por un precio tan asequible como seguir aguantando horas de programación de su cadena amiga, asistirían en primera fila a la conversación entre una señora ya mayor que acaba de sufrir un grave problema de salud del que aún está recuperándose y su novio, ya mayor, a quien no había querido notificar hasta entonces su delicado estado médico para que no dejara de hacer el chorras en un concurso chorras.

Sin embargo, tras pagar su precio y tragar las horas de mierda habitual que dura el programa, la mierda especial anunciada no llegó, la mierda de primera brilló por su ausencia, la mierda extra plus deluxe suprema que dijeron que habría dentro del paquete de mierda que habían comprado no estaba allí. Se enfadaron, claro. No es agradable quedarte sin la mierda que legítimamente es tuya por culpa de una publicidad engañosa de mierda.

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