30/4/10

"PSICOLOGÍA GENERAL"

Cito de memoria a John Watson: “Dadme una docena de niños sanos y el control sobre las condiciones de su educación y yo podré convertirlos en médicos, abogados, o incluso mendigos o ladrones”. Cito de memoria a la televisión actual: “Dadme una docena de organismos vivos con problemas y un especialista en esas cuestiones y yo podré crear un programa de televisión que obtenga niveles aceptables de audiencia”. Lo vimos con niños maleducados (“Supernanny”), con adolescentes tocapelotas (“S.O.S. adolescentes”), con adolescentes muy tocapelotas (“Hermano mayor”), con personas obesas (“Soy lo que como”), con personas toxicómanas (“Soy adicto”). Y ahora Cuatro, cambiando la especie animal, presenta “Malas pulgas”, el nuevo coach dedicado a resolver los problemas de conducta de los perros, con el que la cadena del punto rojo intentará resolver su access time de los viernes tras el anterior intento con “El encantador de perros”.

Mezclando a partes iguales darwinismo, sensatez e ingenuidad, algunos psicólogos del siglo XX creyeron que las leyes del comportamiento serían básicamente semejantes en todas las especies animales. Al menos a nivel televisivo yo me apunto a esa tendencia y reclamo la creación de un coach total, un programa dedicado a la resolución de cualquier problema de comportamiento que presente cualquier ser vivo, en el que se pueda comprobar que la lógica básica de los principios que se aplicaban para modificar la conducta alimentaria de Jenny, aquella chica obesa, no es claramente diferente de la lógica básica de los principios que se aplican para conseguir que Lucky, este precioso perro, se atreva a pisar el parket del suelo y no se limite a andar saltando de alfombra en alfombra. Un día el programa se dedicaría a resolver los problemas sexuales de una pareja. Otro día explicaría cómo evitar que las palomas se posen en el alféizar de las ventanas. Otro día ayudaría a dejar de fumar a la gente.

Y ya tengo título para el programa: “Psicología general”.

ACTITUD Y VESTUARIO


¿Cuál es la esencia de "Caiga Quien Caiga"? ¿Qué tienen en común todos los CQC que en el mundo han sido? ¿Qué define a CQC y hace que aquel programa que presentó Wyoming en Telecinco entre 1996 y 2002 haya sido un CQC, el que presentó Manel Fuentes en la misma cadena entre 2005 y 2008 haya sido otro CQC, el breve espacio en el que estuvo Juanra Bonet en laSexta en 2008 también fuera CQC, y finalmente la nueva apuesta de Cuatro para la noche de los domingos encabezada por Ana Milán pueda catalogarse conceptualmente como un CQC?

No pueden ser las famosas gafas que llegaron a ponerse personajes de la realeza como Keith Richards y dioses del rock and roll como Juan Carlos I. Eso desapareció hace años. No puede ser el incordie ácido y merecido a los poderes públicos y privados por parte de reporteros afilados como los besos en la madrugada. Eso definía el espacio presentado por Wyoming, pero ya no es más que un elemento más de los últimos "Caiga Quien Caiga", anegado en medio de secciones en las que se pone a Florentino Fernández a trabajar de albañil o se gastan bromas de cámara oculta a los inadvertidos clientes de un quiosko madrileño. No es aquella post-producción que añadía todo tipo de quimeras a las caras de los entrevistados, y que prácticamente ya no se vio por ningún lado el pasado domingo en Cuatro. Ni siquiera es el carácter masculino de los presentadores. A pesar de su brillante comienzo, -en el que aparecían tres mujeres que resultaban ser Juanra Bonet, Manel Fuentes y Arturo Valls disfrazados-, la actual edición de "Caiga Quien Caiga" está conducida exclusivamente por personal femenino.

He metido todas las etapas de CQC en un aislador de esencias y el resultado es inapelable. Lo único que define el programa desde Wyoming hasta Milán son los trajes negros y la chulería. Y la tipografía con las tres iniciales gruesas y achatadas. Coges actitud y vestuario y haces un programa de televisión.

29/4/10

HELP ME MAKE IT THROUGH THE NIGHT



"Help me make it through the night" ("Ayúdame a pasar la noche") tiene una magia rara. No es más que una balada del montón, escrita por Kris Kristofferson en 1970. Su letra no destaca especialmente. Su melodía y sus arreglos no van más allá de los estándares de la música popular norteamericana del momento. Y, sin embargo, por algún extraño motivo, a muchos nos gusta escucharla una y otra vez, y si se nos olvida durante una temporada el reencuentro con la vieja canción es verdaderamente gozoso. La idea para este tema se le ocurrió a Kristofferson leyendo una entrevista a Frank Sinatra en la qué se le preguntaba en qué creía al viejo Ojos Azules. "No lo sé...", respondió Frank, "en las mujeres, en el alcohol, en la Biblia... en cualquier cosa que me ayude a pasar la noche".

Me sumo a las declaraciones de Sinatra. Yo también creo únicamente en las personas, las verdades y las mentiras que me ayudan a pasar la noche. Pero como el yo que escribe esta columna es un yo que es crítico televisivo entonces lo que procede asegurar en este momento es que tan sólo creo realmente en "House", más concretamente en el doble capítulo con el que Cuatro nos ayuda a pasar la noche del martes. "House", -lo sabemos todos-, está agotado. Su sexta temporada pega bandazos erráticos, golpes brillantes de guión al lado de rellenos triviales a los que no estábamos acostumbrados, contenidos más propios de la ciencia ficción que de una serie de médicos. Ya nadie cree que pueda seguir aguantando temporada tras temporada salvo que sus escritores encuentren la forma de encarrillar de nuevo las tramas sobre la base del talento y la credibilidad. Pero aún así, "House" sigue teniendo una magia rara que hace que a muchos nos guste verlo una y otra vez. El martes ha sido duro, la oscuridad solitaria asusta con su desamor y su hipoglucemia. Y nadie puede resistirse a la mirada inteligente con la que Gregory House se ofrece durante un par de horas para ayudarte a pasar la noche.

28/4/10

¿ES USTED LEYENDA?

Si a usted no le gusta el fútbol, hoy se sentirá como Will Smith en la película “Soy leyenda”. Paseando por calles desiertas, hablando solo y, de vez en cuando, acosado por mutantes infectados por el virus del fútbol. Porque hoy se juega el partido de vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones entre el Barça y el Inter de Milán. Usted puede realizar en su casa experimentos para encontrar una cura para el virus del fútbol, y puede intentar reunirse con otros seres humanos no infectados por el fútbol, pero no se lo recomiendo. Si a usted no le gusta el fútbol, disfrute sin más de ser una leyenda. Y vea el partido.

¿No le apetece sentarse en una silla apartada y disfrutar del espectáculo que ofrecen los futboleros en pleno banquete? No intente encontrar un tratamiento efectivo contra el virus del fútbol. No lo hay. No intente reunirse con otras leyendas no futboleras para ver una película mientras el resto de la humanidad infectada se retuerce ante el televisor. Puede que usted esté solo. Hágame caso: mire y disfrute. Vaya a un bar, pida una cerveza, sitúese en la retaguardia y observe los increíbles ritos que siguen los futboleros cuando desean con toda su alma infectada que un equipo gane o pierda. Las faltas son faltas y, a la vez, no lo son. Los fueras de juego son clarísimos y, al mismo tiempo, inexistentes. El árbitro no ve nada y ve demasiado. Ibrahimovic puede ser un dios o un demonio. Valdés puede ser adorado porque lo para todo o quemado en la hoguera precisamente porque lo para todo. Decía el poeta romano Lucrecio que es dulce, cuando sobre el vasto mar los vientos revuelven las olas, contemplar desde tierra el penoso trabajo de otro, no porque ver a uno sufrir nos dé placer, sino porque es dulce considerar de qué males te eximes. Si usted es una leyenda antifutbolera, contemple desde tierra el penoso trabajo de los futboleros.

No luche contra el fútbol. No huya de él. Cuando sobre el vasto mar del Camp Nou los vientos revuelvan las olas, sentirá el dulce placer de considerar de qué males se exime por no importarle si gana el Barça o el Inter. Siéntese en una silla apartada. Sitúese en la retaguardia de su bar favorito. Y a disfrutar. Usted será una leyenda, pero no tiene por qué ser una leyenda triste y solitaria.

27/4/10

QUÉ ILUSIÓN

La gente es muy sosa. La gente ve un montón de niños cantando en la tele, y se queja. Y mira que está comprobado que a los niños les hace ilusión cantar en la tele, pero no importa: la gente se queja igual. Por quejarse, se quejan hasta de que los niños canten en un programa que empieza a emitirse a la hora en que termina el horario infantil y acaba cuando los niños deberían llevar tres horas durmiendo porque al día siguiente hay que madrugar para ir al cole. Cómo se pone la gente por nada.

¿Y los padres? Hay que ver qué ilusión les hace a los padres ver a sus hijos en la tele cantando llenos de ilusión porque los están viendo sus ilusionados padres en un círculo de ilusión sin fin. También los ven por la tele sus compañeros de cole, ilusionados por tener compañeros famosos. Y toda España ilusionada porque nunca faltará el relevo generacional de quienes piensan que cantar es la ilusión de su vida. Con la falta que hacen en un país personas así de ilusionadas.

Lo que da pena es que los niños para los que presentar programas es la ilusión de su vida, no presenten “Quiero cantar” en vez de ese tío tan mayor. Y que los que están ilusionados con bailar, no hagan la coreografía. Alguno habrá que quiera encargarse de la iluminación: pues que ilumine el chiquillo si le hace ilusión. También tenían que dejar que se ocuparan del sonido, el grafismo y la realización los niños para los que el sonido, el grafismo y la realización fuera una ilusión íntima de su propio ser. ¿No es la ilusión de un niño lo más importante del mundo?

En definitiva: ¿Cómo pueden ser los dueños de las cadenas tan insensibles que se dan cuenta de lo que ahorran cuando sustituyen a los profesionales por niños cantando gratis, y no se dan cuenta de que ahorrarían más si los niños se ocuparan de todo el trabajo?

26/4/10

JORDI SEQUOIA

Las sequoias son árboles que están considerados como los seres vivos más longevos del planeta. A su magnífico tamaño añaden un envejecimiento muy lento, lo que consigue que alguno de sus ejemplares alcance los 3.000 años de vida. Cuando nacieron algunas de las sequoias del Parque Nacional de Kings Canyon (EE.UU.) no existía el español, el inglés, el francés. De hecho, se empezaba a hablar una lengua llamada "latín" de la que se derivarían las anteriores. Los humanos de entonces no podían ser budistas, cristianos o mahometanos ya que faltaban 500 años para el nacimiento de Buda, 1.000 para el nacimiento de Cristo y 1.500 para el nacimiento de Mahoma. Harían falta cien generaciones más para que naciera Colón, Cervantes o Miguel Ángel. Tan longevas son las sequoias que cuando nacieron algunas de las que ahora tienen 3.000 años todavía no había empezado el concurso "Saber y ganar" presentado por Jordi Hurtado.

No creerían que iba a dejar escapar el 3.000 cumpleprogramas de "Saber y ganar" sin dedicarle una columna, ¿verdad?. "Saber y ganar" es a la televisión lo que las sequoias son a los árboles. Desde la altura de su longevidad ha contemplado los últimos trece años y ha visto nacer y morir centenares de programas. Cuesta creerlo, pero cuando Jordi Hurtado formuló la primera pregunta a su primer concursante todavía no había existido "Crónicas marcianas", "Gran Hermano" era una idea que le parecía incomprensible a cualquier espectador, Belén Esteban sólo era conocida por las personas que la conocían personalmente. Desde 1997 la televisión se ha convertido en un alboroto frenético, en un infierno de alaridos en donde cada segundo parecen sonar las trompetas del fin del mundo, pero en medio del apocalipsis Hurtado ha seguido sonriendo serenamente y haciendo una a una miles de preguntas interesantes. Quizá dentro de mil años nazca otro mesías o un gran escritor dentro de cien generaciones. "Saber y ganar", esa formidable sequoia gigante de nuestra programación, estará ahí celebrando su programa 30.000.

25/4/10

PRECRÍTICA

Si hay que actualizarse, se actualiza uno. ¿Que ahora las cadenas en vez de estrenar programas los preestrenan? Pues, hala, en vez de críticas haremos precríticas. Todo es ponerse. Antes, cuando se quería hacer trampa con los programas para que dieran más de sí, lo que se hacía era reponerlos o hacer una emisión especial como la que hizo La 1 el viernes con “La hora de José Mota”. Ahora se hacen cosas mucho más raras. Como eso de los preestrenos, una forma de salida neutralizada en la que nos quieren ir vendiendo la moto aunque todavía no haya empezado la carrera. Pues no cuela. No hay salida neutralizada que valga. Si ellos hacen preestrenos, aquí hacemos precríticas y vaya lo uno por lo otro.

Así que el viernes por la noche, en vez de ver la tele como otras veces, estuvimos previendo la tele para hacer la precrítica de los preestrenos de la noche. La 1 preestrenó “Cántame cómo pasó”. Un casting como el de “OT”, pero vestido de seda para que no se note que en casting como el de “OT” se queda. Precrítica: un preaburrimiento con el habitual predesfile de preilusiones, preemociones, pregorgoritos, prenervios y prefrikismo mal asimilado. Quita, quita, mejor no preverlo más.

Pero, sobre todo, el viernes fue el preestreno de “Bodas cruzadas” en Cuatro. La Patricia Gaztañaga de “El diario de Patricia” precontraataca. A ver si nos aclaramos: tras el preestreno del viernes pensaban emitir un segundo preestreno al día siguiente y hoy, por fin, emitirán el estreno, aunque no lo será de todo porque las bodas que promete “Bodas cruzadas” no empezarán hasta el próximo domingo. Hay que preverlo para precreerlo. Si las parejas participantes que se pretenden casar ante las cámaras no son la España profunda, al menos sí son una España en la que cubre mucho y no se hace pie. Uf, precambio de canal. Ojalá más gente haya prehecho lo mismo. Con un poco de suerte este preprograma precutre lo preeliminan de la preparrilla antes de llegar a estrenarlo.

24/4/10

LA LIBERACIÓN DE ARGUIÑANO

Vale, yo entiendo que cuando "DEC" obtiene buenas cifras de audiencia Cantizano y sus secuaces se reúnen entre risas y palmadas en la espalda, y analizan el éxito en términos de los contenidos de aquel día. "Hay que seguir trayendo temas de la familia Janeiro". "María Patiño, hiciste muy bien en meterle esa caña al cuñado del chófer del hermano de Paco Marsó". Cada vez que "Uau!" se acerca a "Buenafuente" el equipo responsable del late night de Cuatro obtiene pistas sobre como dirigir las futuras ediciones del show, qué secciones reforzar, qué tipo de invitados traer al estudio. Los resultados de audiencia de "La película de la semana" van orientando a los programadores de TVE acerca del tipo de cine deben emitir los domingos por la noche. Hasta aquí todo esta claro. Pero, ¿qué conclusiones saca en limpio Arguiñano los días que consigue buenos resultados de audiencia y vence al enemigo "Los Simpson" con el que le ataca Antena 3? "Magnífico, chicos, tenemos que hacer más platos con bacalao", "estupendo, muchachos, tengo que contar más chistes sobre un inglés, un francés y un español", "bravo, compañeros, está claro que la gente quiere recetas de ensaladas ahora que se acerca el buen tiempo".

De verdad, no es coña. "DEC" compite a muerte con "Sálvame Deluxe". "Uau!" lo hace con "Buenafuente". "La película de la semana" pelea contra todas las cadenas a la vez. Pero también Arguiñano y "Los Simpson" mantienen a diario una batalla feroz a las dos de la tarde. A veces gana Homer, a veces Karlos. Y nadie sabe porqué ocurren esos diferentes resultados. ¿Dependen del capítulo de "Los Simpson" y no importan nada las recetas de Telecinco? ¿Dependen del menú de Arguiñano porque ya todos hemos visto mil veces las aventuras de la familia amarilla de cuatro dedos? Puede ser una tortura perder sin saber porqué, ganar sin saber porqué. O también puede ser una maravillosa liberación, un oasis en el infierno de la televisión que te permite seguir haciendo tranquilamente tu trabajo tal y como te parece que debes hacerlo.

23/4/10

¡POR SAN JORGE!

San Jorge está en el Cielo porque fue capaz de matar un dragón salvando la vida a una princesa. Tiene mérito porque, a sus habilidades para volar, arrojar fuego por las fauces y lanzar terribles zarpazos, los dragones añaden una última complicación que hace más difícil el trabajo de cualquiera que pretenda darles muerte: los dragones no existen. Vistas las serias dificultades ontológicas que logró superar san Jorge sin arrugarse, cómo no íbamos a ser capaces aquí de celebrar el día del libro en una sección como ésta dedicada a su enemiga declarada, la televisión. Es sencillísimo: basta con recorrer cualquiera de las conexiones que existen –muchas más de lo que parece– entre ambos mundos. Aquí somos tan aguerridos y tenemos tanta fe como el santo de Capadocia, así que realmente creemos que el televisor y el libro pueden llevarse bien. Por eso cada año recomendamos algunos libros para celebrar el 23 de abril sin apagar la tele.

Este año les ofrecemos algunos ejemplos de un pujante género literario que puede resultar sorprendente: el ensayo filosófico sobre la ficción televisiva. Empezamos por “Perdidos. La filosofía”, del italiano Simone Regazzoni, a quien seguimos en su planteamiento inicial: la filosofía debe ocuparse de las series televisivas, al igual que se ocupa del cine y del arte contemporáneo. Varios autores ya hicieron ese trabajo con la gran serie que gira alrededor del gran Tony Soprano en “Los Soprano forever. Antimanual de una serie de culto”.

Pero sobre todo les recomendamos “Los Simpson y la filosofía”. Hace tiempo que prometimos analizar aquí si la serie amarilla está perdiendo calidad. Lo haremos pero antes tienen ustedes que echar un vistazo a este libro. El primer capítulo (“Homer y Aristóteles”) ya resulta esclarecedor. Por san Jorge, no remoloneen: sólo tienen que leer un poco, no matar un dragón.

22/4/10

LA SELECCIÓN, LA COREOGRAFÍA, LA AUDIENCIA Y LA PASTA

A principios de año, mientras nuestros niños desenvolvían los regalos de Reyes, una de las muchas noticias que genera el mundo de la televisión dio la vuelta al mundo: Neha Sawant, una niña de once años de Bombay, se ahorcó en su habitación utilizando su propio pañuelo. La niña había participado en dos de los muchos concursos de jóvenes talentos que hay en la India y formaba parte del grupo musical infantil “Dream makers”. Tanta tele, tantas clases de baile y tanta dedicación preparándose para estos programas en pos de la fama la habían obligado a dejar de lado sus estudios, así que su padre le prohibió seguir bailando (a veces lo hacía con grupos de adultos) y participar en más concursos.

Les cuento esto porque hace algunas semanas que Antena 3 anunció que está preparando un concurso de cazatalentos en el que participarán menores de edad cantando como los ángeles para alcanzar la fama, ser una estrella y esas cosas. Se llamará “Quiero cantar”. Por el contrario, hace las mismas semanas que Telecinco anunció que está preparando un concurso de cazatalentos en el que participarán menores de edad cantando como los ángeles para alcanzar la fama, ser una estrella y esas cosas. Se tratará de algo totalmente diferente porque se llamará “Cántame una canción”.

El caso es que quería avisarles antes del estreno para que a nadie se le ocurra pensar que estos concursos pueden ser malos, eso sí que no. Es que la cadena de televisión india Zee, que emite concursos de éstos y es imparcial a más no poder, dijo tras el suicidio de la niña: “Desde que existe la televisión ha habido concursos de niños artistas y nadie ha pensado jamás que esto represente un peligro para el equilibrio emocional de los pequeños”. Así que ya saben: no pensar que representan un peligro evita que representen un peligro, por lo que los espectadores debemos poner toda nuestra atención en no pensarlo para evitar desgracias. De las demás cosas importantes –la selección, la coreografía, la audiencia y la pasta– ya se ocupan las cadenas de televisión.

21/4/10

SERIES, TRASATLÁNTICOS Y DIRIGIBLES

La televisión no es un trasatlántico ni un dirigible. Eso quiere decir que las sentencias sobre trasatlánticos o dirigibles valen para los trasatlánticos o los dirigibles, pero no sirven necesariamente para los programas de televisión. No, no estamos en “Barrio sésamo”, así que a continuación no explicaremos la diferencia entre “arriba” y “abajo”, sino que hablaremos de la tele hablando de trasatlánticos y dirigibles.

Charlie, el simpático sinvergüenza (en la tele los sinvergüenzas suelen ser simpáticos, como los vendajes de los futbolistas son aparatosos o el espectáculo después de un incendio es dantesco) protagonista de la serie “Dos hombres y medio” (TNT), tiene razón cuando dice que nadie se acuerda de los barcos que no se hunden. Su hermano Alan, ese eunuco sin un gramo de dignidad, como le describe la tremenda Berta, apostilla así la reflexión de Charlie: “Cierto. Yo sólo me acuerdo de un dirigible: el Hindenburg”. El paso de los barcos a los dirigibles es legítimo porque el paso del “Titanic” (famoso porque se hundió) al “Hindenburg” (famoso porque se incendió) es tan legítimo como pasar de esos peces del Nilo que comen y digieren cualquier cosa que les entre en la boca (“El Nilo”, Odisea) a esos espectadores (me incluyo) que se sientan un domingo por la tarde en el sofá y encienden el televisor a ver qué echan. Pero como la tele no se parece ni a los trasatlánticos ni a los dirigibles, resulta que nadie se acuerda de los programas que se hunden, sino de los que llegan a puerto después de atravesar el Atlántico. Si un enorme programa cargado de hidrógeno se quema, nadie se acordará de él cuando haya muerto. La fama televisiva no se alcanza hundiéndose tras chocar contra un iceberg ni tras un accidente en la Estación Aeronaval de Lakehurst (Nueva Jersey), sino navegando y volando a su hora.

“FlashForward” (AXN) tuvo un accidente. “V” (TNT) se tomó un descanso. “Perdidos” (Cuatro) cambió de día y luego de hora. Casi nadie se acuerda de las series televisivas que tienen accidentes, se toman un descanso o cambian de hora de emisión con la facilidad con la que Camps cambia de traje o Guti de discurso. La televisión no ama los accidentes. Como mínimo, el “Titanic” debe llegar a Nueva York y el “Hindenburg” aterrizar en Lakehurts. Luego, ya veremos. O no.

20/4/10

LA NARIZ DE RUIZ

Hubo una época en la que no podía soportar a Pedro Ruiz. Ahora mis sentimientos hacia él son mucho peores. Le entrevistan en "La Noria". Paso del asunto, pero al día siguiente, -motivado por una extraña sensación de culpa sin duda atribuible a mi condición de crítico de televisión judeocristiano-, me considero obligado a verlo y localizo la conversación en la página web de Telecinco. Esa prepotencia todo a cien. Esa mezcla sulfúrica de victimismo y galantería. Esa ristra de tópicos amojamados que asustarían a Drácula más que toda la producción de ajos de Mazarrón (provincia de Murcia). El horror. El horror. El horror. De pronto encuentro la luz en medio de tan aburrida indignación: descubro que el cursor del ratón se convierte en una mano cuando lo coloco dentro de la parte cuadrada de la pantalla en donde se está reproduciendo la entrevista. Ratón por los bordes de la pantalla: flecha de toda la vida. Ratón sobre la cara de Pedro Ruiz: mano con el puño cerrado salvo por el índice extendido apuntando hacia arriba. Al principio tímidamente y después ya acompañado de una sádica sonrisa empiezo a meterle el dedo en la nariz a Pedro Ruiz, -además me doy cuenta de la rima "nariz"/"Ruiz", lo cual me hace sentirme ejecutor de una justicia poética-. Tú sigue, Pedrito, sigue dándole en tu línea. Dedo-cursor dentro de la nariz de Ruiz. Dedo-cursor fuera de la nariz de Ruiz. Su rostro, ya de suyo perro sharpei enlacado, se convierte gracias a la mano que lo penetra en una máscara revenida, en un aderezo de cartón piedra del Tren de la Bruja.


"Tengo que confesar un secreto: yo es que he leído mucho menos de lo que parece", dice reventando las plusmarcas anteriores de pedroruizismo. No, Pedrito, no. Nadie puede leer menos que cero. Muevo la mano frenéticamente por su cara. Cansado de esa nariz sin mocos le meto el cursor por una oreja, por el entrecejo, le acribillo con saña el ojo derecho. Él sigue sonriendo indiferente a mi agresión. Todo le importa una mierda.

19/4/10

EL HOMBRE Y LA MIERDA

Dentro de treinta años nadie saldrá por la tele diciendo que Jorge Javier Vázquez, aquel rey de la telebasura, era un tramposo, un personaje vil y un mal tipo dispuesto a todo para medrar en su negocio. Seguro que dentro de treinta años hay gente dispuesta a decir este tipo de cosas por la tele con tal de ganar audiencia, pero nadie lo hará: para entonces nadie iba a prestar atención a una noticia así porque nadie se acordará de Mermelada.

Otra cosa es Félix Rodríguez de la Fuente, aquel rey de los documentales. De él nos acordamos todos. Por eso hay aún hoy gente dispuesta a decir por la tele lo que haga falta contra él con tal de ganar audiencia. Eso hizo el programa “Aquí hay tomate” y ahora ha sido condenado a pagar 100.000 euros a sus herederos por faltón. El mismo día que nos enteramos de esta sentencia, “Sálvame” escupía contra Cristiano Ronaldo y otros futbolistas del Real Madrid por organizar fiestas hasta las tantas el día anterior al partido con el Barça.

Se ve que el equipo de abogados con el que respondió Ronaldo es más eficaz que el de la familia Rodríguez de la Fuente, porque el Tomate no reculó pero “Sálvame” lo hizo inmediatamente para evitar la ruina inmediata. Así que podemos resignarnos a tener “Sálvame” para rato o contraatacar señalando lo evidente: si Félix está muerto y cobran sus herederos, quien debe pagar la multa es “Sálvame”, legítimo heredero de un Tomate que lleva dos años triturado. Mientras tanto, por las tardes podemos ver cómo comparten parrilla las reposiciones de “El hombre y la tierra” con las emisiones diarias de “El hombre y la mierda”. Todos, incluidos Kiko Matamoros, Kiko Eldegranhermano y el señorito Vázquez, sabemos por qué Félix se merece volver a nuestras casas todas las veces que él quiera, mientras que nadie querrá reponer “Sálvame” dentro de treinta años.

18/4/10

EYJAFJALLAJÖKULL

A ver, señores presentadores de los telediarios de la televisión patria, repitan todos conmigo: Eyjafjallajökull. Es más fácil si lo dividen en tres grupos de dos sílabas: Eyjaf - jalla - jökull. Me he pasado los últimos días zapeando compulsivamente entre todos los informativos y nadie se ha atrevido a pronunciar el nombre del volcán islandés cuya ventosidad polvorienta está marchitando el tráfico aéreo desde el Duero hasta Reikjavik. "La nube producida por el volcán islandés...", "los problemas en los aeropuertos originados por un volcán en el norte de Europa...", "el volcán que ha explotado en Islandia...". Pero, Pepa Bueno, ¿tú sabes que en Islandia hay más de 130 volcanes? ¿Cómo que "el volcán islandés", Matías Prats? ¿Te refieres al Theistareykjarbunga, al Vestmannaeyjar, al Brennisteinsfjöll? Ya sé que en un primer golpe de vista esa palabra parece más un código de barras que un nombre, pero, Marta Fernández, si has podido aprender a decir "Mahmud Ahmadineyad", ¿de verdad te es imposible decir las puñeteras seis sílabas de "Eyjafjallajökull"?

Los presentadores de los telediarios son la prueba de que las cosas difíciles de decir no tienen nada que ver con las cosas difíciles de contar. Lo que está ocurriendo con el juez Garzón, por ejemplo, es algo difícil de contar, pero Pedro Piqueras, Javier Ruiz o Ana Blanco vencen esa dificultad sin problemas gracias a su profesionalidad. Que el Tribunal Constitucional lleve cuatro años sin resolver la adecuación del Estatuto de Cataluña también es difícil de contar, y sin embargo nos lo cuentan. Pero llega un volcán de dieciséis letras lleno de jotas y eles y todos los locutores comienzan a dar rodeos para no tener que enfrentrarse cara a cara con la interculturalidad fonética. Sería mejor al revés: que dijeran con soltura "Eyjafjallajokull" pero que comenzaran a dar rodeos para contar que el número dos del Vaticano vinculó la pederastia con la homosexualidad. ¿Se imaginan a Mamen Mendizábal contando algo así como "un alto cargo de un país teocrático cristiano del sur de Europa ha vinculado ciertos delitos con ciertas orientaciones sexuales"?

17/4/10

HERMANO, BEBE


En el 1’17’’ comienza “Gran reserva”. En serio

Resumida –muy resumida– la idea de “Gran reserva” es esta: el que intenta maltratar a cualquier viticultor se merece todo mal, se merece una traición, y no una, se merece dos. Anda, mira, puedes pensar, el jueves por la noche La 1 estrenó la primera serie española inspirada en una canción de “Siniestro Total”. Lástima, pero no: viendo “Gran reserva” no te entran ganas de brincar y te ríes menos que con los diestros acordes y los siniestros ripios de los diestros “Siniestro”.

“Gran reserva” se parece más a “Herederos”, una serie con pretensiones emitida también por La 1 hasta hace poco que hablaba de familias ricas, herencias, traiciones, cuernos y esas cosas. Sí, hombre, aquella en la que salía Concha Velasco en plan señorona y poco yeyé. Así que si un seguidor de “Herederos” se tropezó con el estreno, habrá dicho: “Anda, la continuación de ‘Herederos’, voy a verla que seguro que me gusta”. Y se habrá equivocado porque no es la continuación, pero acertará porque le gustará. Y si lo encontró un renegado de aquella, diría: “Qué horror, la continuación de ‘Herederos’, me las piro vampiro”. Y se habrá equivocado y habrá acertado por lo mismo. Y si los Orozco se dedicaban al mundo de los toros, ahora los Cortázar y los Reverte se dedican al mundo del vino. Sí, igual que los Channing y los Gioberti en “Falcon Crest” hace 25 años. El punto nostálgico –no pretendido– no estuvo en estrenar el folletín días después de que murieran dos de los protagonistas de “Dinastía”, otro de los grandes de los ochenta, sino en que un personaje dijera “Lucía, tenemos un problema” sin caer en la cuenta que estos días los telediarios no paran de recordar que hace 40 años el Apolo 13 también tuvo un problema, aunque no tan grave como el de la bodega de los Reverte.

“Hermano, bebe, que la vida es breve” nos dijo La 1 ofreciéndonos un “Gran reserva”. Y estará bien de cuerpo, sabor y retrogusto, pero tras la cata inicial me he hecho abstemio.

16/4/10

CONTRA LA EVALUACIÓN CONTINUA

Una vez cada tres meses la gente de la radio se pone muy nerviosa. Ayer fue uno de esos días. Se publica el Estudio General de Medios y todos tiemblan porque van a conocerse las audiencias que han tenido los programas y las cadenas a lo largo del trimestre. Una vez cada tres meses el pánico recorre la SER, la COPE, Onda Cero, Radio Nacional de España. En televisión la pauta es ligeramente diferente: el examen no es trimestral, sino diario. Todos los días por la mañana la gente de la televisión se pone muy nerviosa y revisa los índices de audiencia del día anterior. Ayer fue uno de esos días, claro. Y hoy es otro de ellos. Mañana también lo será. De hecho, no da tiempo a que el pánico descienda, y la ansiedad de cada mañana se une a la de la mañana siguiente creando un clima de permanente tensión que recorre TVE, Cuatro, Telecinco, Antena 3 y laSexta como la peste en la Europa medieval. ¿Alguien se imagina cómo sería la radio si se la evaluase a diario, programa a programa y minuto a minuto? ¿Alguien se imagina cómo sería la televisión si solamente se computaran sus audiencias acumuladas una vez cada tres meses?

Ejemplos: "En días como hoy", el magacine matinal de RNE, alcanzó 1.085.000 oyentes de media durante enero, febrero y marzo de 2010, frente a los 2.721.000 oyentes de "Hoy por hoy" en la Cadena SER. Y así todos los trimestres. Por el contrario, "Uau!", la nueva apuesta fuerte de Cuatro por el late night, consiguió el lunes de su estreno un 7,9% frente al 9,5% de "Buenafuente". El martes, "Uau!" subió al 8,5% y "Buenafuente" se mantuvo en el 9,4%. El miércoles, "Uau!" logró un importante 10,8%, ganando al 8,4% conseguido por "Buenafuente". Y así todos los días. Como en una comunicología cuántica, la forma de evaluación altera por completo el producto evaluado. El pánico atraviesa permanentemente los platós de televisión y en esas condiciones no hay forma de tomar decisiones acertadas. ¿Quién fue el pedagogo tonto que alabó las virtudes de la evaluación continua?

15/4/10

VIVA LA DIVERSIDAD

Estamos de acuerdo: la TDT va a dar cabida a cadenas dirigidas a audiencias muy especializadas que busquen contenidos muy concretos. Por ejemplo, hasta ahora los fanáticos de las teletiendas de aparatos de cocina capaces de preparar deliciosos desayunos a base de frutas, tortillas y café para ocho personas en menos de cuatro minutos tenían que compartir cadena con los aficionados a las teletiendas de productos que eliminan cualquier rayonazo del coche tan sólo pasando el producto exclusivo por encima de la marca durante un segundo. Obviamente eso era una situación insostenible que la TDT va a eliminar. Ya no habrá cadenas de teletiendas, sino cadenas enteras dedicadas a un único producto de teletienda. Eso que salimos ganando.

Se acabaron las cadenas generalistas en donde uno podía escuchar una opinión de derecha liberal al lado de otra opinión de derecha conservadora católica. Por favor, qué anacronismo. A través del maravilloso descodificador de TDT el espectador podrá elegir libremente el tipo de cadena de derechas que contiene debates en donde todos los contertulios defienden única y exclusivamente el tipo concreto de opinión de derechas que el espectador desea que le ratifiquen los contertulios. ¿Derecha moderada, derecha liberal, derecha católica, derecha psicótica? Todas contribuyendo a la pluralidad política gracias a la televisión digital terrestre.

¿Y qué decir de los call tv? Hasta el apagón analógico los call tv dedicados a encontrar un nombre de varón mezclando las letras que se ven en pantalla compartían cadena con los call tv consistentes en contar cuántos triángulos se ven en la imagen que se está mostrando. Los espectadores soportaban que su timo preferido se viera interrumpido en ocasiones por otros timos que no eran de su agrado. Pues se acabó esta agonía. A las viejas máximas de "un hombre, un voto" y "un telespectador, un mando a distancia" hay que añadir ahora "un call tv, una cadena de TDT". Y, si me apuran, "una cadena de TDT, una mierda de cadena". Viva la diversidad.

14/4/10

EL OESTE PUEDE ESPERAR

Cuatro quiere conquistar el Oeste de la franja horaria, así que va y se saca de la manga un programa que se llama “Uau!”, ficha a Santi Millán, llama a Pilar Rubio para que lo que es nos distraiga de lo que dice y hala, a expulsar del Oeste a los pueblos indígenas como “Buenafuente”, las reposiciones de “CSI” o el cine de La 2. Ya. Como si fuera tan fácil.

“¡Vaya al Oeste, joven!”, fue la consigna lanzada por Horace Greely en 1862 para impulsar la colonización en los Estados Unidos de América. Santi Millán se dirige a los “suyos”, arengándolos con labia de showman. ¿Y quiénes son los suyos? Los “gamberros”, las “ovejas negras”, los que abren los ojos cuando les dicen que algo está “prohibido”, los que “se salen del rebaño”, los que buscan “el lado cachondo de la vida”, y con ellos pretende conquistar el Oeste. El público del plató fue fiel a “Uau!” porque el programa empezó con bisonte para todos en forma de crucero por el Mediterráneo (patrocinado, por supuesto). Otra cosa son los espectadores sin bisonte. Y otra cosa es enfrentarse a Tatanka Iyotake, el legendario caudillo de los sioux al que los rostros pálidos conocían como Toro Sentado, con más ruido que nueces. Buenafuente, ese Toro Sentado en las noches de La Sexta, puede estar tranquilo. Santi Millán se queda en teniente coronel Custer, así que en breve asistiremos a un Little Big Horn en el Oeste de Cuatro.


Primer programa de “Uau!”. Un mentalista haciendo sus cosas con una calavera. Truquitos para ligar. Reflexiones acerca de la ropa interior de las chicas. Muchos abrazos. Ruido. Fotos de futbolistas en poses comprometidas. Bromas a costa del tacón de la princesa Letizia. Qué pereza. Y qué tarde es. Y mañana hay que madrugar. En el Oeste televisivo hay grandes extensiones de tierra y, hasta que los cazadores los exterminen para alimentar a los obreros del ferrocarril, millones de búfalos. Por poco dinero (algo más de un dólar), los pioneros podían comprar casi sesenta y cinco hectáreas de tierra. Por poco dinero (algo más de sueño), los espectadores podemos comprar un terrenito en “Uau!”, o quedarnos con Buenafuente Sentado. ¿Y saben qué? La conquista del Oeste puede esperar.

13/4/10

Y, ENCIMA, CONTARLO

Telecinco puede tener el pasado que quiera. Otra cosa es que encima esté empeñada en contárnoslo. El domingo por la noche lo hizo estrenando “Tengo 20 años”. Invitó a la audiencia a revivir todas las emociones vividas durante los 20 años de vida de la cadena. Y si admiten “pánico”, “dolor” y “vergüenza ajena” como emociones, lo han conseguido.

Como en el programa repasarán diferentes géneros, han decidido comenzar por esos espacios terribles que utilizó para darse a conocer en los noventa. Y vaya si lo consiguió: consiguió la unanimidad de la audiencia que rebautizó la cadena como “Tetacinco”. Anteayer, en una sola noche, nos hicieron revivir los programas que tardamos una década en digerir: “Tuttifrutti” con las Mamachicho, “¡Ay, qué calor!”, con las Chicas chin chin, “Bellezas al agua” con más chicas de esa manera, “Uno para todas” con más chicas de esa manera y Goyo González, o “Las noches de tal y tal” con más chicas de esa manera y Jesús Gil y Gil de sultán en su harén soltando por aquella boca lo que se le ocurría sobre lo que le daba la gana (sobre métodos anticonceptivos: “la vasectomía, quiere, no quiere, píldora, no píldora, el apearse, el otro, el Ogino, la Ogina… o sea, métodos hay cincuenta mil”). Y además “Su media naranja”, “La máquina de la verdad” contestando después de la publicidad, “A mediodía alegría” con Leticia Sabater causando daños irreparables a los niños de entonces, “Contacto con tacto” con Bertín Osborne causando daños irreparables a todo el mundo, y “Goles son amores” con Manolo Escobar: (“porque ‘Goles son amores”, y como las oscuras golondrinas, siempre vuelven al balcón de tu televisor”). Qué escalofríos.

Sí, también yo pude ver anteayer en la tele lo que quise. Otra cosa es que encima esté empeñado en contároslo.

12/4/10

PREFIERO EL PORNO

Estreno. Noche del viernes. Cuatro. "Soy adicto". Diez personas adictas a la heroína, la cocaína, el alcohol o el cannabis se encierran en una casa para superar sus toxicomanías con la ayuda de médicos y psicólogos. Confesiones íntimas. Explosiones de emocionalidad. Llantos incontenibles. Entrevistas a novias, madres, hermanos. Dosis de sinceridad descarnada por todas partes que resultan al mismo tiempo convincentes pero previsibles. Dónde he oído yo todo esto antes. Qué duda cabe de que están diciendo la verdad en su actuación ante las cámaras. Qué duda cabe de que se trata de una actuación ante las cámaras por mucho que estén diciendo la verdad.

La tesis de hoy es que los realities intimistas son una subvariante de la pornografía. O que la pornografía es una subvariante de los realities intimistas. Ambos pretenden mostrar una realidad oculta, pretenden desvelar un tabú mostrando ante un operario que sostiene una cámara una autenticidad secreta de muchísimo atractivo para el espectador. Pero ambos muestran una parodia de lo que intentan sacar a la luz, una caricatura deformada del sexo y las emociones para ajustarlos a las características mediáticas del vehículo audiovisual y las reacciones que pretenden provocar. Y ambos actúan como modelos de estas intimidades histriónicas ante los espectadores, consiguiendo que éstos en su vida real terminen formateando sus vivencias según estos estilos afectados e interpretados de cara a un objetivo y un foco de iluminación.

La irrupción de la pornografía gratuita en los hogares a través de internet está cambiando las expectativas, las prácticas y las vivencias de las relaciones sexuales en Occidente. También la irrupción de la intimidad problematizada en los hogares a traves de los realities intimistas está cambiando la construcción de las emociones y sus laberintos narcisistas. La psicoterapia como espectáculo ("Hermano mayor", "Generación Ni-Ni", ahora "Soy adicto") ha llegado para quedarse a nuestro mundo televisivo. Puestos a elegir entre caricaturas, prefiero el porno.

11/4/10

UNA POLÉMICA PINCHADA EN UN PALO

La tele en España estará mejor o peor que en otros países, eso es algo que puede discutirse, pero en donde salimos perdiendo es sin duda en el campo de las polémicas televisivas. No es por ofender a nadie, pero aquí las polémicas televisivas son una mierda pinchada en un palo. En un palo de mierda.

No hace ni un mes que en Francia vivieron una polémica sobre la función y los límites de la televisión con motivo de la emisión en France 2 de un programa en el que se reproducía un famosísimo y terrible experimento de Psicología social que había hecho Stanley Milgram hace 50 años. No está mal. Repasando las grandes y pequeñas polémicas televisivas patrias del año 2010 encuentro las siguientes: la discusión sobre si la nariz de Belén Esteban había quedado torcida o no, la afortunada o desafortunada aparición de Andreíta en el rosa programa de Ana Rosa “El programa de Ana Rosa”, los ingeniosos gestos de John Cobra agarrándose las partes mientras invitaba repetidamente a todo el público a que le realizara eso que un día Bill Clinton no consideró como sexo, las quejas por los casi abusos sexuales emitidos en “Generación Ni-Ni”, y si era conveniente que Karmele fuera admitida o eliminada como candidata a “Eurovisión”.

Estos días en Francia discuten sobre la función y los límites del periodismo porque un periodista de la cadena pública France 2 realizó una investigación haciéndose pasar en la web por una niña para cazar pederastas, tras lo que denunció a los adultos que habían contactado con él. ¿Va la deontología del periodista, según la cual no se debe actuar bajo identidad falsa ni identificar las fuentes, por delante de las leyes que ordenan denunciar los delitos, o uno es antes ciudadano que periodista? Hay que ver qué cosas discuten al otro lado de los Pirineos. A este lado, la polémica es otra: ¿ya no está tan torcida la nariz de la Esteban o es que nos vamos acostumbrando a verla así?

10/4/10

EL GRECO 4:3

A medida que avanzaba la obra pictórica de El Greco el autor fue desarrollando un estilo muy característico consistente en estilizar y alargar hasta extremos nunca vistos las figuras humanas que poblaban sus cuadros. Mucho se ha discutido acerca de los motivos de este elemento estilístico; algunos autores lo atribuyen simplemente a aspectos personales vinculados al perfeccionismo y la espiritualidad del pintor; otros hablan de la influencia del manierismo y su conocida búsqueda de la furia de la figura a través de las formas sinuosas y ondulantes en donde los cuerpos casi se vuelven llamas de fuego retorciéndose en dirección hacia el cielo. No han faltado incluso hipótesis extravagantes, como las que aseguran que Doménikos Theotokopoulos padecía algún defecto extraño de la visión que provocaba esas distorsiones en sus imágenes, -para que esta hipótesis tuviera algún sentido haría falta que El Greco tuviera un trastorno de la visión cuando miraba el mundo pero no cuando miraba sus propios cuadros; curioso-.

Pero por fin sabemos la verdadera causa de las figuras estilizadas de El Greco: carajo, lo que pasaba en que el pintor seguía pintando en formato 4:3 en la época en la que se implantó en las artes plásticas occidentales el formato 16:9. Enigma resuelto. Basta con apretar el botón del mando que conmuta entre el modo 4:3 y el modo 16:9 para que la obra del pintor adopte unas proporciones tradicionales. Y ver la tele en los televisores de toda la vida se está convirtiendo últimamente en un paseo por una exposición antológica de El Greco. Algunas cadenas (Cuatro, La Sexta) ya se han adaptado al nuevo formato 16:9 y de pronto en mi televisor, profundo como el océano Índico, Angel Martín comienza a parecer el Caballero de la Mano en el Pecho y Patricia Conde se da un aire a la Virgen del Retablo de Doña María de Aragón. Todo se estira, se contorsiona, buscando un cielo tedeteico en el que redimirse, y los colgaos de "Callejeros" se convierten en los mártires desnudos de "La visión del Apocalipsis". A lo mejor lo son.

9/4/10

POR LAS BARBAS DEL PROFETA

Cuantos más reportajes tranquilizadores emiten sobre el Islam, más nervioso me pongo. Los harán con la mejor intención, no digo que no, pero consiguen el efecto contrario al que pretenden. Me refiero a esos documentales repletos de buen rollo que de vez en cuando (muy de vez en cuando) asoman la nariz por las cadenas temáticas mostrándonos un Mahoma que resulta ser un perfecto “mercader, marido, padre, hombre de Estado, guerrero y profeta definitivo”, y un Corán conciliador repleto de indicaciones, normas y consejos que los expertos que intervienen en el programa consideran a cual más sensato y atinado, aunque un rato después dicen que se trata de un texto difícil de interpretar, oscuro y contradictorio.

Y me fastidia, porque lo que me pide el cuerpo es reclamar que durante el Ramadán proliferen los reportajes sobre el Islam igual que esta Semana Santa proliferaron los reportajes sobre el cristianismo y alrededores (echen un vistazo a la programación de Canal de Historia para la semana pasada y verán qué pasada de semana). Pero no me atrevo a reclamar nada: nos iban a colocar espacios similares a “Descifrando la historia: los secretos del Corán” y “Mahoma, el legado de un profeta” que parecen vídeos didácticos de una escuela coránica.

Será que no es fácil hacer programas críticos sobre el Islam igual que se hacen sobre el cristianismo porque en oriente no tuvieron una Ilustración ni un Siglo de las Luces como el que hubo en occidente, pero los programadores deberían tener en cuenta que los espectadores sí lo tuvimos. Y después de Voltaire la mirada no vuelve a ser la misma. En “Censurado: los secretos de los Apóstoles” hacían el otro día una relectura de la resurrección de Lázaro insinuando la homosexualidad de Cristo. ¿Desasosegante? Por las barbas del profeta, lo es más pensar que, sin ir tan lejos, es peligroso simplemente emitir por la tele una imagen de Mahoma.

8/4/10

TAYIKISTÁN

Dicen que de los fragmentos de la televisión analógica muerta ha surgido la mayor oferta televisiva de la historia. Ya, pero las grandes cadenas siguen marcando al hombre. Por algo será. Anteayer por la noche, Antena 3 estrenó “Karabudjan”, la nueva serie hecha a medida para rentabilizar el tirón de Hugo Silva, el ex hombre de Paco guaperas. Y justo anteayer Telecinco cogió una llave inglesa así de grande, desmontó “La noria” que tiene montada en la verbena de los sábados, y la colocó justo al lado del estreno, ya es mala leche. Cuando empezó la nueva serie, “La noria” ya había echado a rodar con todos los espectadores que se creyeron que Jordi González iba a decir algo nuevo, o la verdad, o cualquier otra tontería por el estilo, sobre la Pantoja.

Lo malo conocido que ofrecía Telecinco era horrible, pero lo bueno por conocer de Antena 3 también metía miedo. Una serie con dinero, recursos y currada, pero con las costuras tan visibles, tan prefabricada, tan a la medida de su protagonista (ahora interpreta a un tipo duro y resuelto pero sensible y atormentado, o sea, un dulce a la medida de los gustos de su club de fans), que uno dudaba si era preferible embarcarse en esta nueva trama de intriga que sabe Dios dónde irá, o subirse a “La noria”, que al menos todos sabemos de dónde viene.

“Karabudjan”: ésa es otra. ¿De verdad quieren que nos aprendamos el nombre de una serie que parece una ex república soviética situada entre Tayikistán y Azerbaiján? ¿Pretenden que digamos a un amigo: “El capítulo de ayer de ‘Karabudjan’ estuvo muy emocionante”? ¡Pero si hasta “La noche temática” o “Documentos TV” tienen nombres más atractivos! Esta es mi explicación al nombrecito: Antena 3 eligió este palabro irrecordable para que acabáramos diciendo “La serie de Hugo Silva”, que es lo que a ella le interesa. Conmigo que no cuenten, prefiero llamarla “Tayikistán”.

7/4/10

HACER LA PELOTA A LA MEMORIA

Dice Hans Magnus Enzensberger que cuanto menos progresa la mitología, tanto más vehementes son los esfuerzos para producirla sistemáticamente y a escala industrial. “Perdidos” no está a la altura de la “Odisea”, claro, ni Jack Shephard es un ingenioso Ulises que pasó muchos males luchando por su vida y la de sus hombres y la vuelta al hogar, pero quizás sea injusto afirmar que la industria del entretenimiento sólo suministra sucedáneos y pseudomitos que no dejan huella en la memoria colectiva. Jack Shephard, Tony Soprano, Gil Grissom, Homer Simpson o Joel Fleischmann no son simples mitos de usar y tirar, como pueden serlo los mitos de carne y hueso que producen las fábricas de “Gran Hermano” o de “Sálvame”. Si lo esencial de la conciencia mitológica es la memoria, hay que reconocer que los guionistas de “Perdidos” están por debajo de Homero pero muy por encima de Mercedes Milá o Jorge Javier Vázquez. Y hablando de guionistas.

Ha vuelto “FlashForward” (lunes, AXN), después de que los guionistas de la serie se tomaran un tiempo para leer a Homero y entender que los mitos no son cuentos. El buen arranque de la primera etapa de “FlashForward” (casi toda la población mundial pierde el conocimiento durante dos minutos y diecisiete segundos, en los cuales cada persona tiene una visión de su propia vida dentro de seis meses) dio paso a unos guiones extravagantes y a un pastoso batiburrillo de pistas que condujo al pobre agente del FBI Mark Benford a navegar prácticamente solo por el Mediterráneo televisivo, abandonado por la audiencia. Parece que las lecciones de Homero han conseguido que los nuevos guiones y pistas acorten la distancia entre “FlashForward” y “Perdidos” pero, sobre todo, parece que tenemos a la vista un nuevo mito. Simon Campos, físico cuántico, asesino, egocéntrico, extraordinariamente inteligente, mentiroso. Merece la pena subirse a su nave.


Ahora sabemos que Simon Campos es el hombre misterioso que se paseaba por el estadio hablando por teléfono, mientras todos los espectadores habían sido víctimas del incidente. No hay buenas series sin buenos personajes. Y un buen personaje es el que hace la pelota a la memoria y consigue dejar huella. El misterioso físico cuántico de “FlashForward” es, ante todo, un estupendo lameculos de la memoria.

6/4/10

ESTUPIDEZ ARTIFICIAL

En 1950, Alan Turing propuso una prueba para decidir si una máquina está dotada de inteligencia o no. El test de Turing sigue siendo ampliamente valorado en el campo de la Inteligencia Artificial, y eso que la idea no puede ser más simple: a través de una pantalla una persona se relaciona a ciegas bien con otro humano o bien con un programa de ordenador. Si la persona no puede distinguir si aquél con el que se está relacionando es otra persona o sólo es software más o menos sofisticado, entonces nadie podrá negarle a ese software más o menos sofisticado el atributo de la inteligencia.

¿Se podrían aplicar estos conceptos elementales de la Inteligencia Artificial al naciente y prometedor campo de la Estupidez Artificial? Lo pregunto porque como este fin de semana tuve un poco más de tiempo libre de lo que para mí es habitual, desempolvé mi viejérrimo Spectrum 64 y, recordando el lenguaje de programación BASIC que aprendí en 1986, creé un "Enric Sopena 1.0", un software libre cuyo comportamiento es indistinguible del del ("del del", qué feo) verdadero Enric Sopena. Hice la prueba con varios amigos: les di a leer por escrito bien intervenciones del polemista catalán en "La Noria" o bien textos generados por "Enric Sopena 1.0" en respuesta a términos como "Jesús Neira", "Esperanza Aguirre" o "paro", siendo aquéllos incapaces de acertar más de lo esperable por azar si estaban ante auténticas opiniones del humano u opiniones auténticas del software. Animado por el éxito, y modificando únicamente algunos detalles de las líneas de programación, compilé un "Isabel Durán 1.0", un "Antonio Rojo 1.0" y un "Maria Antonia Iglesias 0,5.0", con igual resultado positivo en el test de Turing.

Conclusión: o los contertulios de "La Noria" tienen la Inteligencia o la Estupidez Artificial de mis programas en BASIC, o mis programas en BASIC tienen la Inteligencia o la Estupidez Artificial de los contertulios de "La Noria". Ambas alternativas son inquietantes. Turing murió envenenado por cianuro.

5/4/10

TARGETIZADO

Me mareé e inmediatamente me di cuenta de la gravedad de lo que me estaba pasando. Escuchaba en la radio a unos sesudos comunicólogos debatir acerca de la trascendencia del apagón analógico cuando de pronto uno de ellos criticó el concepto de "canal temático" y defendió como alternativa el concepto de "canal targetizado". "Targetizado". Nada más oírlo me tapé las orejas en un absurdo intento de no contaminarme por la palabra, pero era obvio que si la había oído era porque ya había atravesado mis tímpanos y viajado a toda velocidad por mis nervios auditivos. Uno puede vomitar si descubre que acaba de tragar algún alimento tóxico, pero no hay forma de expulsar fuera de la cabeza las palabras en mal estado que escuchamos. Comencé a sentir que todo me daba vueltas, llamé al 112 y expuse como pude mi situación; abrí la puerta de casa y me desplomé en el vestíbulo. Ya en el suelo, escuché al comunicólogo asegurar que con la TDT se conseguía "un menor pixelado que con una solución satelital". Perdí la consciencia.

Lo siguiente que recuerdo es el fragor de unos seiscientos kilos de personal sanitario corriendo nerviosos a mi alrededor. Desmayo de nuevo. Y después la tranquilizadora charla con el neurólogo cuando horas más tarde volví en mí. Al parecer, la palabra "targetizado" se había quedado atascada en el cuerpo cingulado calloso ventromedial justo a la altura de la base hipotalámica adrenopitutitaria, lo cual había impedido que llegase al córtex y provocase quemaduras irreparables. Eran buenas noticias. La localización del cuerpo extraño permitía disolverlo mediante ondas de alta termofrecuencia infraacústica. Eso, o escuchar de forma masiva durante una semana el nuevo trabajo de Jorge Drexler, "Amar la trama", cuyas bellísimas palabras y sonidos podrían desintoxicar por completo mi sistema nervioso central y reparar los daños producidos por comunicólogos digitales terrestes targetizados. Elegí, obviamente, disolverme en la sabiduría del autor uruguayo. Cada trapecista soltó su trapecio y la noche cayó por su propio peso.

4/4/10

LA PROCESIÓN VA POR DENTRO

En esta edición de “Callejeros” visitaremos lugares en los que se realizan las tradicionales procesiones de Semana Santa. Saetas, tambores, pasos, capirotes y trompetas, hoy, en “Callejeros procesiones”.
- Ay, qué pena más grande. Qué desgracia. ¡Mira que salir el sol ahora! Con todo lo que llovió estos días atrás, y mira qué buen día hace hoy. (Rompe a llorar)
- ¿…?
- Tendremos que sacar a la calle la imagen del Cristo Doliente de las Afiladas Espinas Clavadas en la Carne Sangrante a Nivel de la Tercera Costilla para la procesión. No queda otra.
- ¿…?
- De esta manera no vendrán los del “Telediario”, como otros años, a sacarnos llorando porque estaba lloviendo. (Llora). Ni los de “España directo”. (Llora más)
- Los de la Cofradía de la Virgen Doliente de las Afiladas Espadas Clavadas en la Carne Sangrante a Nivel de la Tercera Costilla sí que tuvieron suerte. Anteayer, justo cuando pusieron el pie descalzo en la calle empezó un chaparrón que obligó a suspenderlo todo.
- Sí, en el “Telediario” les dedicaron un reportaje a ellos solos para que se viera cuánto habían trabajado durante todo el año, cuánto habían esperado este momento y lo frustrante que resultaba que se hubiera puesto a llover. Daba gusto verlos llorar. (Llora y llora)
- A nosotros nos pasó el año pasado. No pudimos salir a la calle y tuvimos que conformarnos con hacer la procesión por dentro de la Iglesia en vez de por fuera. Sin parar de llorar por todo lo que llovía. Un éxito. Salimos en la tele lo que no está escrito. En todas las cadenas. Luego tuvimos un montón de donativos y la lista de cofrades se triplicó.
- Venga, anda, deja las lamentaciones y vamos a sacar la imagen a la calle lo mejor que podamos. Que no se note que, aunque la procesión va por fuera, la procesión va por dentro porque preferiríamos que la procesión fuera por dentro y no por fuera.

2/4/10

MUERTE DIGNA

No, no, basta ya. Lo peor de que eliminen un programa en su tercera emisión no es que eliminen un programa en su tercera emisión, sino que eliminen un programa en su tercera emisión cuando su campaña promocional lo había presentado como el espacio definitivo de la historia de la televisión galáctica.. Todavía se mantiene en nuestra retina la postimagen de las optimistas campañas promocionales de "Fresa ácida", "La jaula", "Valientes", "Lo que diga la rubia", y tales programas ya son ex-programas yacentes en las silentes estanterías infinitas del olvido eterno (¡joder!), -"una de las mayores injusticias que existen es la diferencia entre el tiempo que pasamos vivos y el tiempo que pasamos muertos", dijo Perich, y eso que no se refería a los programas de televisión-.

Así que da mal rollo ver las promos eufóricas que Cuatro está emitiendo esta semana acerca del próximo estreno de "Justo a tiempo", un nuevo concursillo de media tarde. No se trata de ser pesimista, sino de recordar que lo único que sabemos del futuro es lo que ha ocurrido en el pasado. Basta ya, por favor. No sigan garantizando que se trata de un programa extraordinario que nos dejará henchidos de diversión y ahítos de entusiasmo. ¿No sería más razonable que en las promos apareciera Iñaqui López y mirando a la cámara dijera en un tono levemente depresivo: "Bueno... no sé... vamos a intentar hacer un nuevo concurso a ver qué tal sale... seguramente lo retirarán a la tercera o cuarta emisión... se trata de una franja horaria muy difícil en la que nueve de cada diez programas cascan nada más empezar... pero si tenemos un poco de suerte... bah, anda, qué más les da, véanlo si van a estar en casa a esa hora"? Y ya está: honradez y humildad. ¿Que "Justo a tiempo" lo peta y se consolida en su hueco parrillero? Subidón y triunfalismo. ¿Que la cosa funciona como casi siempre y "Justo a tiempo" se emite sólo durante semana y media? Pues al menos recibirá el aplauso de las asociaciones de Defensa de la Muerte Digna.

1/4/10

A MARTE ASÍ, TELECINCO

Telecinco va rumbo a Marte. Acaba la última edición de “Gran hermano”, que esta vez se llamó “Gran hermano: El reencuentro”. Y acaban con ella “Gran hermano: La casa en directo” y “Gran hermano: El debate”. El suelo se abre bajo sus pies y muestra un abismo desolador que habrá que rellenar con algo. Con algo que funcione. Por eso creo que Telecinco va rumbo a Marte con la Agencia Europea del Espacio (ESA).

Antes, cuando acababa una entrega de “GH”, preparaban el casting de la siguiente. Pero la última vez no. La última vez tuvieron tanto miedo al vacío que de un día para otro cocinaron ese “Reencuentro” que les sirvió de salvavidas hasta anteayer. Funciona esta forma que tiene Mercedes Milá de discutir y engancharse en trifulcas con los participantes, tan cercana al periodismo como lo está una discusión de vecinos por saber de quién son las pinzas de la ropa que caen al patio. Así que lo que necesita la cadena que más ediciones de “GH” ha realizado en el mundo, es una edición a lo grande, con 17 meses de encierro. Tantos como los que se estiman imprescindibles para viajar a Marte en una nave, darse una vuelta por allí, y volver.

Tras hacer al año pasado 105 días de prueba, este año la ESA quiere simular un viaje a Marte de 520 días encerrando a varios voluntarios entre cuatro paredes a ver qué tal lo llevan. Dinero tirado. Podían ahorrárselo subcontratando el experimento sociológico a la empresa que más sabe de esto en el mundo. Convivencia intensa, vigilancia permanente y monitorización exhaustiva en un entorno hostil. Lucha a muerte por controlar la nicotina disponible. Diversión asegurada sin necesidad de que el ordenador de la nave se llame HAL. La comandante Milá mandando al frío vacío sideral al primero que se ponga chulo. Para ir a Marte, la ESA sólo tendría que ver cómo organiza Telecinco “GH” y hacer justo lo contrario.